Las motivaciones de Israel
Farid Kahhat (Analista internacional)
Kim Philby fue un espía británico. O al menos eso creían los británicos. Porque en realidad fue un infiltrado de la KGB soviética dentro del servicio de inteligencia de su país. La información que brindó a la KGB condujo a la muerte de algunos colegas a los que había conocido toda su vida. Cuando murió exiliado en Moscú, uno de sus antiguos jefes declaró que le hubiese gustado realizarle una autopsia para confirmar su sospecha de que Philby tenía "hierro fundido en las entrañas".
Ephraim Halevy, por su parte, fue jefe de la agencia de inteligencia israelí Mossad. Para llegar a ese puesto se requiere, en efecto, tener hierro fundido en las entrañas... pero no en la cabeza: Halevy es la prueba viviente de que un 'halcón' en materia de seguridad no tiene por qué ser un belicista descerebrado. Halevy, por ejemplo, criticó el repliegue unilateral de Gaza (preservando el control sobre sus fronteras), implementado por el gobierno de Ariel Sharon. Desde su perspectiva, este solo posponía la decisión sobre una disyuntiva ineludible para Israel: frente a Hamas, solo cabía la victoria militar o la negociación política. Y dado que Israel había intentado sin éxito durante años derrotar a Hamas por medios militares, Halevy se inclinaba por negociar.
Frente a la razón esgrimida por Israel para iniciar la invasión de Gaza (detener los cohetes de Hamas), Halevy tiene una respuesta simple: la mejor forma de lograr ese objetivo era cumpliendo con uno de los requisitos del acuerdo de cese al fuego con Hamas, el cual obligaba a Israel a abrir las fronteras de Gaza al comercio y a la ayuda humanitaria, cosa que, como recuerdan Halevy y el ex presidente Carter, Israel nunca hizo. Carter recordó, además, en una entrevista en CNN que fue Israel, y no Hamas, quien rompió el cese al fuego hacia inicios de noviembre pasado.
¿Qué razones tenía Israel para mantener a Gaza sitiada, lo que creó dentro de ella una crisis humanitaria? En primer lugar, deseaba impedir que Hamas cantase victoria, proclamando que había sido su resistencia armada la que forzó a Israel a abrir los pasos fronterizos. En segundo lugar, un flujo sin cortapisas del comercio y de la ayuda humanitaria habría producido una mejoría sensible en las condiciones de vida de la población civil en una región bajo el control de Hamas. Todo ello habría legitimado esa organización no solo entre los palestinos, sino incluso en el conjunto del mundo árabe. Esa posibilidad contribuye a explicar, por ejemplo, la actitud del Gobierno Egipcio frente a la invasión israelí: dado que Hamas fue en su origen una rama de la Hermandad Musulmana (una fuerza egipcia de oposición), sus acciones podían tener un efecto de demostración en Egipto que favorecería a sus antiguos mentores.
Por esa razón, los objetivos de Israel no se limitan a la búsqueda de un nuevo cese al fuego en condiciones más favorables que el anterior. Como sostiene la sabiduría popular, los niños y los borrachos siempre dicen la verdad. Y el ejercicio de un poder sin contrapesos (como el que ejerce el Gobierno Israelí en Gaza) suele tener un efecto embriagador. Un ejemplo de ello fueron estas cándidas declaraciones del viceprimer ministro israelí Haim Ramon: "Creo que lo que necesitamos es llegar a una situación en la cual no le permitamos a Hamas gobernar: eso es lo más importante". Eso explica que entre los primeros blancos de Israel se encontraran las estaciones de policía y los edificios gubernamentales.
Otro objetivo reconocido por algunos voceros israelíes (y puesto en práctica también en el Líbano contra Hezbolá) es infligir un costo a la base social de Hamas para obligarla a cambiar sus lealtades políticas (eso explica el ataque deliberado contra objetivos civiles, como la única estación generadora de electricidad que había en Gaza). En un rapto de sinceridad, producto de un grado de embriaguez punible, Moshe Yaalon declaró lo siguiente cuando era jefe de Estado Mayor de las fuerzas armadas israelíes: "Hay que hacer que los palestinos comprendan hasta en los más recónditos rincones de su conciencia que son un pueblo derrotado". Como una bestia moribunda, solo les quedaría buscar refugio en su guarida para lamerse las heridas. El único problema con esa analogía es que, a diferencia de las bestias, los palestinos no tienen lugar alguno donde refugiarse.
Kim Philby fue un espía británico. O al menos eso creían los británicos. Porque en realidad fue un infiltrado de la KGB soviética dentro del servicio de inteligencia de su país. La información que brindó a la KGB condujo a la muerte de algunos colegas a los que había conocido toda su vida. Cuando murió exiliado en Moscú, uno de sus antiguos jefes declaró que le hubiese gustado realizarle una autopsia para confirmar su sospecha de que Philby tenía "hierro fundido en las entrañas".
Ephraim Halevy, por su parte, fue jefe de la agencia de inteligencia israelí Mossad. Para llegar a ese puesto se requiere, en efecto, tener hierro fundido en las entrañas... pero no en la cabeza: Halevy es la prueba viviente de que un 'halcón' en materia de seguridad no tiene por qué ser un belicista descerebrado. Halevy, por ejemplo, criticó el repliegue unilateral de Gaza (preservando el control sobre sus fronteras), implementado por el gobierno de Ariel Sharon. Desde su perspectiva, este solo posponía la decisión sobre una disyuntiva ineludible para Israel: frente a Hamas, solo cabía la victoria militar o la negociación política. Y dado que Israel había intentado sin éxito durante años derrotar a Hamas por medios militares, Halevy se inclinaba por negociar.
Frente a la razón esgrimida por Israel para iniciar la invasión de Gaza (detener los cohetes de Hamas), Halevy tiene una respuesta simple: la mejor forma de lograr ese objetivo era cumpliendo con uno de los requisitos del acuerdo de cese al fuego con Hamas, el cual obligaba a Israel a abrir las fronteras de Gaza al comercio y a la ayuda humanitaria, cosa que, como recuerdan Halevy y el ex presidente Carter, Israel nunca hizo. Carter recordó, además, en una entrevista en CNN que fue Israel, y no Hamas, quien rompió el cese al fuego hacia inicios de noviembre pasado.
¿Qué razones tenía Israel para mantener a Gaza sitiada, lo que creó dentro de ella una crisis humanitaria? En primer lugar, deseaba impedir que Hamas cantase victoria, proclamando que había sido su resistencia armada la que forzó a Israel a abrir los pasos fronterizos. En segundo lugar, un flujo sin cortapisas del comercio y de la ayuda humanitaria habría producido una mejoría sensible en las condiciones de vida de la población civil en una región bajo el control de Hamas. Todo ello habría legitimado esa organización no solo entre los palestinos, sino incluso en el conjunto del mundo árabe. Esa posibilidad contribuye a explicar, por ejemplo, la actitud del Gobierno Egipcio frente a la invasión israelí: dado que Hamas fue en su origen una rama de la Hermandad Musulmana (una fuerza egipcia de oposición), sus acciones podían tener un efecto de demostración en Egipto que favorecería a sus antiguos mentores.
Por esa razón, los objetivos de Israel no se limitan a la búsqueda de un nuevo cese al fuego en condiciones más favorables que el anterior. Como sostiene la sabiduría popular, los niños y los borrachos siempre dicen la verdad. Y el ejercicio de un poder sin contrapesos (como el que ejerce el Gobierno Israelí en Gaza) suele tener un efecto embriagador. Un ejemplo de ello fueron estas cándidas declaraciones del viceprimer ministro israelí Haim Ramon: "Creo que lo que necesitamos es llegar a una situación en la cual no le permitamos a Hamas gobernar: eso es lo más importante". Eso explica que entre los primeros blancos de Israel se encontraran las estaciones de policía y los edificios gubernamentales.
Otro objetivo reconocido por algunos voceros israelíes (y puesto en práctica también en el Líbano contra Hezbolá) es infligir un costo a la base social de Hamas para obligarla a cambiar sus lealtades políticas (eso explica el ataque deliberado contra objetivos civiles, como la única estación generadora de electricidad que había en Gaza). En un rapto de sinceridad, producto de un grado de embriaguez punible, Moshe Yaalon declaró lo siguiente cuando era jefe de Estado Mayor de las fuerzas armadas israelíes: "Hay que hacer que los palestinos comprendan hasta en los más recónditos rincones de su conciencia que son un pueblo derrotado". Como una bestia moribunda, solo les quedaría buscar refugio en su guarida para lamerse las heridas. El único problema con esa analogía es que, a diferencia de las bestias, los palestinos no tienen lugar alguno donde refugiarse.
Fuente: Diario El Comercio. 18/01/09
1 comentario:
Soy Palestino y he vivido en Gaza la mayor parte de mi vida. Puedo decirles con certeza que el principal enemigo de mi pueblo es el grupo terrorista y criminal Hamas. Ellos han robado nuestras riquezas nacionales y han envenenado a nuestros hijos. Miren este video: Ninos del Hamas: http://www.youtube.com/watch?v=tDxak15kDbU
Ayudanos a difundir el video y la verdad.
Afuera Hamas!
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