domingo, 28 de diciembre de 2008

Napoleòn, Adam Smith y los modelos econòmicos.

Napoleón y el proteccionismo econòmico

Lector de Adam Smith. El hallazgo de unas notas del emperador cambia la historia económica.

"El águila y la pluma", una exposición inaugurada recientemente en el Museo del Ejército de París, en el Palacio de los Inválidos, ha despejado la incógnita de si Napoleón conoció o no la obra de Adam Smith. El tema era motivo de constantes controversias entre los economistas franceses desde hace décadas.

Pues bien, entre los objetos exhibidos se encuentran 13 notas escritas de puño y letra por Napoleón con anotaciones y opiniones sobre la obra cumbre de Smith: "Investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones".

El hallazgo resulta de sumo interés para el devenir del pensamiento económico y ha caído como un baldazo de agua fría a los neoliberales franceses quienes aseguraban que Napoleón había sido uno de los principales promotores del estatismo en el siglo XIX por simple y llana ignorancia. Uno de los que así lo sostenía era el ultraliberal Jacques Marseille. Todo demuestra que estaba equivocado. Napoleón no solo estudió la obra de Smith sino que la comentó y discrepó de la mayoría de sus recomendaciones, anotando aquello con lo que sí parecía estar de acuerdo: la teoría de la división del trabajo como factor multiplicador de la producción, por ejemplo.

"Pese a imponer impuestos suplementarios, nadie se quejaba. El pueblo nunca se levantó contra él. Todo lo que hacía era popular", escribió De Tocqueville.

Bonaparte llegó a conclusiones diametralmente opuestas a las de Smith en relación a la moneda como medio de intercambio. Implantó, además, el intervencionismo estatal y una administración eficiente; logró sanear las cuentas públicas, industrializó a Francia al tiempo que impulsó las labores agrícolas e incrementó en 30% el salario de los jornaleros agrícolas, sector que concentraba a la gran masa trabajadora. Para ello, se valió de medios cuestionables como la guerra y el bloqueo comercial, pero también de la promoción de la agricultura y la defensa de la tierra, del proteccionismo progresista y de la estabilidad de la moneda.
Fuente: El Dominical. 28/12/08

sábado, 27 de diciembre de 2008

Crisis del capitalismo neoliberal.

La izquierda y el fin del siglo XX

Alberto Adrianzén M. (Analista polìtico)

El hecho más importante de este año (y de las últimas décadas) ha sido –y sigue siendo– la crisis de la economía capitalista mundial. En estos días, países como EEUU, Japón, Alemania y otros han anunciando que han entrado en recesión. Sin embargo, el dato de esta crisis, la más grave junto con la de los años 30, no radica solamente en su profundidad y extensión sino también en que pone fin al ciclo neoliberal que se inició hace más de dos décadas con la crisis de los Estados de Bienestar y con los triunfos de Margaret Thatcher en Gran Bretaña y de Ronald Reagan en EEUU, que convirtieron al capitalismo, sobre todo luego de la caída del Muro de Berlín y el fin de la Unión Soviética, en una fuerza aparentemente indiscutible e invencible. Fueron los años de la arrogancia neoliberal y neoconservadora que los llevó a decretar el “Fin de la Historia”.

Y si bien para el historiador inglés Eric Hobsbawn el siglo XX se acabó en 1989 con la caída del Muro de Berlín, hoy podemos afirmar que con el desplome del capitalismo realmente existente, como bien dice mi amigo Juan Enrique Vega (socialista chileno), ahora sí estamos, en realidad, frente al fin del largo siglo XX.

Joseph Stiglitz en un reciente artículo, “Capitalistas estúpidos”, afirma que esta crisis se ha producido no por las fallas del sistema económico sino más bien por una sucesión de políticas, de intereses y de personajes que creían (codiciosamente) que los mercados al ajustarse solos no debían ser regulados: “La filosofía de la desregulación pagó dividendos indeseados durante años. En noviembre de 1999, el Congreso revocó la Ley Glass-Steagall

–culminación de un esfuerzo de cabildeo de US$ 300 millones por las industrias bancarias y de servicios financieros, y liderado en el Congreso por el senador Phil Gramm. Glass-Steagall había separado desde hace tiempo a los bancos comerciales (que prestan dinero) y a los bancos de inversiones (que organizan la venta de bonos y valores); había sido promulgada como consecuencia de la Gran Depresión y debía limitar los excesos de esa era, incluidos los conflictos de intereses”.

Si el socialismo realmente existente fracasó por proteger los intereses de un puñado de burócratas que se había apropiado del Estado y adueñado de la voluntad popular, con el capitalismo realmente existente sucede lo mismo: es una minoría que se apropió del Estado y de la economía para enriquecerse. Por ello no es extraño que luego de la crisis se haya descubierto la estafa de Bernard Madoff, uno de los hombres más famosos y prestigiosos de Wall Street y que ha embaucado a bancos, fundaciones, millonarios, etc., por más de US$ 50,000 millones.

Y si bien la estafa Madoff es la fresa de la torta capitalista que cada vez más es solo para unos cuantos, es también una gran metáfora sobre cómo funciona un capitalismo que se basa en la búsqueda del dinero fácil y en la codicia, y que, al no encontrar barreras ni controles, termina por convertirse en una actividad mafiosa. Vuelvo a citar a Franklin Roosevelt: “Ahora sabemos que un gobierno en manos del capital organizado es igual de peligroso que un gobierno en manos del crimen organizado”.

Podríamos decir, en este contexto, que, finalmente, la izquierda ha sido liberada de una de sus últimas rémoras o cargas: la hegemonía que ejerció el neoliberalismo sobre una parte de ella. Si con la caída del Muro un sector de la izquierda se aproximó al neoliberalismo, como lo demuestra la famosa Tercera Vía construida por un laborismo y una socialdemocracia agotados históricamente, hoy, con la crisis mundial del capitalismo, ya no existen paradigmas a los cuales acudir. Ni el socialismo autoritario ni el neoliberalismo son alternativas para imaginar un mundo distinto. El siglo XX llega a su fin con el fracaso de las dos opciones que definieron todo este largo periodo.

Sin embargo caben dos precisiones: a) cuando se habla de fracaso, ello no implica que estos modelos de sociedad y desarrollo no sigan funcionando. Lo que se quiere decir es que ya no son alternativas para imaginar un mundo distinto; y b) no sería nada extraño que entremos a lo que Thomas Kuhn llama el movimiento circular de paradigmas luego de una gran crisis, es decir, al empleo de viejos paradigmas para explicar las actuales anomalías o, dicho de otra forma, a la supervivencia del dogmatismo tanto de izquierda como de derecha.

Si con la caída del Muro de Berlín la izquierda quedó desarmada, hoy con la crisis del capitalismo neoliberal y la caída de Wall Street (otro muro), esa misma izquierda se podría rearmar. Lo que se debe hacer, por lo tanto, es un debate abierto sobre la necesidad de un nuevo pensamiento original, capaz de aprender de sus errores históricos y de explicar y transformar la realidad. Por eso, a aquellos que decretaron el llamado “Fin de la Historia”, hay que decirles que ella goza de buena salud, señal que avanzamos.

Fuente: Diario La Repùblica. 20/12/08

viernes, 26 de diciembre de 2008

Mao, Stalin y el abuso del poder.

Las máscaras de Mao
Cèsar Lèvano (Periodista)

El 26 de diciembre de 1893 nació Mao Zedong, el líder comunista chino que encarnó, con Stalin, una época de lucha revolucionaria y también de abuso del poder.

Mao, como Stalin, no sólo atentó contra su pueblo. Su autoritarismo encontró discípulos que copiaron al pie de la letra sus ideas simplistas y sus métodos de culto a la personalidad y eliminación física de opositores.

Pol Pot en Kampuchea y Abimael Guzmán en el Perú son vivo ejemplo. Este último ideó una “guerra popular” que dirigía desde una cómoda residencia limeña, mientras cientos de jóvenes daban su vida por el “Presidente Gonzalo”.

Jung Chang, escritora china, ha escrito una documentada biografía de Mao que toda persona de izquierda debería leer: Mao, la historia desconocida.

Los crímenes y los abusos de la era stalinista, minaron el socialismo en el inmenso país donde los bolcheviques encabezaron, en 1917, el asalto al Palacio de Invierno.

Después, el furor represivo contra otros países socialistas, a los que se invadió para deponer a gobernantes revolucionarios pero que no aceptaban el sometimiento a Moscú, resultó inútil y contraproducente.

Chang cita un párrafo del discurso que pronunció Mao en Moscú, en noviembre de 1957, en una reunión de 64 partidos comunistas:

“Veamos cuánta gente moriría si estallara la guerra. Hay 2,700 millones de personas en el mundo. Tal vez desaparecería una tercera parte o tal vez algo más, puede que la mitad (…) lo que quiero decir es que, en la situación más extrema, la mitad viviría y la mitad moriría, pero el imperialismo quedaría borrado de la faz de la tierra y el mundo entero se convertiría en socialista”.

No es lo mismo la violencia revolucionaria, que puede ser inevitable en momentos cruciales, que el sueño de matanza masiva.

Tengo a la vista la llamada “Entrevista del siglo” en la edición de El Diario senderista del 24 de julio de 1988. Allí se lee, página 19:

“Frente al uso de mesnadas y la acción militar reaccionaria le respondimos con una acción: Lucanamarca”.

Fue un crimen en que los senderistas mataron a 80 ancianos, mujeres y niños.

“Ahí hubo exceso, pero toda cosa en la vida tiene dos aspectos”, continuó Guzmán. “Fue la propia Dirección Central la que planificó la acción y dispuso las cosas”.

Así que, porque todo en la vida tiene dos aspectos, se puede matar a inocentes. Crímenes como éste hicieron que, al final, los campesinos derrotaran a Sendero.

Alguien me dijo: “El camarada Abimael no podía saber todo lo que hacían sus militantes”.

Con ese mismo argumento se puede defender, y se defiende, a Fujimori. En todo caso, lo de Lucanamarca demuestra hasta dónde pueden llevar el violentismo, el endiosamiento del líder, la intolerancia.

Contra eso estoy, estuve y estaré. Así como contra los crímenes del otro lado.
Fuente: Diario La Primera. 26/12/08

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Rebeliòn Aprista de 1948.

Última rebelión del APRA

Antonio Zapata (Historiador)

Este año se ha cumplido el 60 aniversario de la rebelión del 3 de octubre de 1948. Ese día se sublevó la armada y fallaron el ejército y la aviación, que originalmente habían estado complotados para derrocar al presidente José Luis Bustamante y Rivero. Los jefes de la sublevación no eran generales, sino oficiales de mando medio con apoyo de tropa. Todos tenían conexiones y simpatías con el APRA, que había alentado dos conspiraciones distintas. En primer lugar, la que efectivamente estalló esa madrugada, planeada para capturar el poder, como en Trujillo 1932; es decir, a través de una lucha necesariamente cruenta protagonizada por militantes civiles y oficiales rebeldes para capturar los cuarteles. En segundo lugar, el comando aprista había organizado otro plan, dirigido exclusivamente por generales, que tomarían el poder mansamente, depondrían al presidente y convocarían elecciones. Haya de la Torre había preferido este segundo y postergado el primero, sin cancelarlo completamente.Sucedió lo habitual.

Los encargados del primer plan sintieron que su esfuerzo sería en vano si no se concretaba. Entonces, decidieron actuar sin autorización. Los marinos complotados, comandados por el comandante Águila Pardo, tomaron el BAP Grau y otros barcos de la armada, incluidos dos submarinos. Asimismo, capturaron el Arsenal Naval y el Real Felipe, donde participaron numerosos civiles apristas. Pero el batallón del ejército en el Callao resistió y, sobre todo en Lima, no se sublevaron ni la división blindada ni la base aérea de Las Palmas, que habían estado comprometidos.

Armando Villanueva en “La Gran Persecución” cuenta que estaba en el diario La Tribuna y se enteró de la sublevación de El Callao. Los líderes apristas se reunieron de emergencia y al conocer la identidad de los sublevados decidieron ayudarlos. Haya de la Torre contactó con los generales que estaban tramando el segundo plan, incluyendo al general Marín, luego fundador del CAEM. Ellos contestaron negativamente, porque no podían sumarse a un movimiento iniciado por subalternos. Luego, los militantes del partido fueron contenidos de participar en una sublevación que en la dirigencia ya consideraban un aborto.

Posteriormente menudearon las acusaciones de traición entre los participantes. El mayor Víctor Villanueva quien anteriormente había liderado a los defensistas apristas, denunció a la dirigencia por impedir que los militantes asalten los cuarteles del ejército. Por su parte, la versión aprista contraataca al mayor Villanueva, por haber dejado sin respaldo militar a los marinos sublevados. Otros protagonistas, como Luis Chanduvi, también han dejado memorias amargas y desengañadas. Pero los recuerdos más vívidos a este respecto corresponden al teniente Juan Manuel Ontaneda.

De acuerdo con Ontaneda, al regresar a la isla San Lorenzo, donde estuvo el último campamento de la rebelión, fue convocado por Águila Pardo para sostener una reunión, que se desarrolló en el BAP Palacios, donde los oficiales fueron rodeados por marineros que se habían sublevado con ellos. Se trataba de un grupo numeroso; luego de la derrota, fue arrestado el 16% del personal de la marina. En ese momento estaban nerviosos y arrepentidos. El combate había sido feroz y habían caído numerosos soldados, marineros y civiles. Dominaba el miedo. Se reunieron los oficiales para tomar una decisión. Águila Pardo quería una rendición con honores, pero ocurrió que mientras el comandante hablaba algunos marineros los apuntaron. A Ontaneda lo desarmaron por la espalda y cuando Águila Pardo sacó una pistola, le dispararon y cayó muerto. Ontaneda recibió un balazo en el hombro, y el dolor le hizo perder el conocimiento. Al despertar estaba solo; todos habían huido, no había nadie más que él y el cadáver del jefe de la rebelión.

Los victimarios se habían entregado a la armada; asustados por sus actos, querían rendirse ante los almirantes a toda costa, mataron para ello y se espantaron de su propia violencia. La traición aparece entre quienes son arrastrados a la lucha sin conocer su propósito final. Por ello, es tan frecuente este tipo de acusación en la historia nacional. Corresponde a un país donde sólo las elites participan en la esfera política, sea en el gobierno o en la oposición. De este modo, si los protagonistas no están íntimamente convencidos, el cambio de bando se vuelve una actitud muy habitual en toda gran crisis.


Fuente: Diario La Repùblica. 24/12/08

lunes, 22 de diciembre de 2008

Origen y Fin del Pensamiento Neoconservador.

El fin de la hegemonía del pensamiento neoconservador

Manuel Rodrìguez Cuadros (Ex canciller del Perù)

En los últimos treinta años el pensamiento neoconservador ha influido decisivamente en la política interna y externa de Estados Unidos. Y por difusión en el mundo entero. En América Latina no ha tenido seguidores teóricos importantes, pero su influencia práctica ha sido casi hegemónica. Los gobiernos de Fujimori y Alan García son expresiones criollas del neoconservadurismo, aunque es posible que ellos mismos no lo sepan.

Como señala Francis Fukuyama, el pensamiento neoconservador se origina en la conversión de izquierdistas anticomunistas en derechistas mesiánicos. Su origen se ubica en los intelectuales de ascendencia obrera e inmigrante del “City College de New York” de los años 30 e inicios de los cuarenta: Irving Kristol, Daniel Bell, Irving Howe, Philip Selznick, Nathan Glazer, Patick Moynihan y Norman Podhoretz..

Con Ronald Reagan el neoconservadurismo llega al poder y se difumina por el mundo como políticas prácticas del pensamiento único. En la década de los noventa William Kristol y Robert Kagan desde “The Weekly Standar” impulsan las ideas neoconservadoras a sus parámetros actuales: Elevación del mercado a una categoría ideológico-política, sustitución de la idea del bien común por un individualismo egoísta, oposición a toda ingeniería social y unilateralismo en la política exterior.

Con el gobierno del presidente Bush las ideas neoconservadoras se ejecutan con mayor profundidad. En la economía se afirma in extremis, como bien dice Barack Obama el “…absolutismo del mercado libre, una ideología de pocos impuestos, poca regulación y ninguna red de seguridad, una ideología que, de hecho, propugna la ausencia de gobierno más allá de lo necesario para proteger la propiedad privada y financiar la defensa nacional”.

En la política interna, se divide el país en “buenos” y “malos”, se introduce el miedo como instrumento del poder, se debilita la tradición norteamericana de respeto a las libertades y los derechos humanos. En política exterior el pensamiento neoconservador actúo bajo los supuestos teóricos de que el mundo está dividido ideológicamente entre el “bien” y el “mal” y que la diplomacia se ejerce a través del poder unilateral, al margen del derecho y los organismos internacionales.

Los resultados son conocidos. Estados Unidos está sumido en una grave crisis social y económica. Y su poder internacional ha perdido eficacia y legitimidad. Esa es la herencia neoconservadora.

Barack Obama durante la campaña no se limitó a presentar un programa. Opuso al pensamiento neoconservador un pensamiento alternativo. El subproducto más importante de las elecciones norteamericanas quizás sea ese, revalorizar el debate político de las ideas.

Fuente: Diario La Primera. 22/12/08

domingo, 21 de diciembre de 2008

Relaciòn Mèxico-Brasil

El eje México-Brasil
Carlos Fuentes (Escritor)

El éxito creciente de Brasil como primera potencia de América del Sur ha suscitado, como era de esperarse, temores en algunos vecinos y resquemores en otros. Hay mucho que admirar en el Brasil de hoy. No todos nuestros países han gozado de 14 años de crecimiento sostenido y buena gobernanza. La presidencia de Fernando Henrique Cardoso venció la perniciosa inflación sin caer en la recesión. Se dio cuenta de que la inflación es una manera de robar a la mayoría en beneficio de la minoría pero que, sin inflación, aumenta la responsabilidad social del estado. Y en materia educativa, elevó a la escuela primaria en un 97% de inscripciones, y a la secundaria en un 70%. La educación es la base del desarrollo. Por otra parte, las exportaciones brasileñas aumentaron de cincuenta mil millones de dólares en 1998 a ciento cuarenta mil millones en la actualidad. Subrayo este dato porque las fechas abarcan tanto al gobierno de Cardoso como al de su sucesor, Luis Inácio Lula da Silva, indicando, si no una identificación, sí una continuidad virtuosa de la política brasileña. Con Lula, las exportaciones han aumentado, la deuda pública ha descendido, la cuenta corriente tiene un superávit y la pobreza ha bajado de un cuarenta y tres por ciento en 1993 a un treinta y seis por ciento hoy.

Lula, además, ha llevado a cabo una política exterior independiente, inconcebible si pensamos en las presiones internacionales que limitaron, en los sesenta, a los presidentes Jânio Cuadros y Joâo Goulart. Lula, en cambio, conduce con brío y sin complejos buenas relaciones con EE.UU., con Cuba y con sus vecinos sudamericanos: Brasil tiene frontera común con todos, salvo Ecuador y Chile. Es natural --aunque injusto-- que se creen fricciones entre el gigante brasileño y sus vecinos. Los problemas tienen solución. Trátese del tema energético con Paraguay, el pago de la deuda externa ecuatoriana, o las tarifas de gas de Bolivia. El imponderable es Hugo Chávez, para quien la ascendencia de Lula --de Brasil--es vista como rivalidad política y comparación de modelos. Ambas nefastas para Chávez en el momento en que el descenso de los precios del petróleo le roba la baza misma de su poder, demagógico y real.

Todo esto, al cabo, no le resta potencia a un Brasil que, bien gobernado como lo ha sido por Cardoso y Lula (con errores nada desdeñables) seguiría siendo, sin disminuir a los demás, la principal economía y gobernanza del sur. ¿Qué haría falta para fortalecer a la América Latina entera en estos momentos de la globalidad crítica?
La respuesta me parece evidente: un eje Brasil-México. No paso por alto un hecho singular de la diplomacia brasileña: la fuerza tradicional de la cancillería brasileña, Itamarati y su capacidad de imponerle políticas al ejecutivo de Planalto. Mi convicción es que el presidente Lula quiere una relación estratégica con México y que a México le conviene esto tanto como a Brasil. A México, porque reforzaría nuestra independencia frente a EE.UU. y nuestra influencia en la América Latina. Muchos vecinos del sur nos descuentan como parte de Norteamérica. Nos hace falta complementar la relación del norte con la del sur y nada nos ofrece oportunidad más cierta, más 'cantada', más provechosa, que el eje Brasil-México. El muy activo e inteligente Lula ha determinado que el aprendizaje de la lengua castellana sea obligatorio en Brasil. Por esta razón compartí con él el premio internacional Don Quijote de la Mancha, entregado por el rey Juan Carlos en Toledo, el pasado octubre. Si España no ve una amenaza en esta decisión, ¿por qué la verían los vecinos de Brasil?
Fuente: Diario El Comercio. 21/12/08

viernes, 19 de diciembre de 2008

Reeleccionismo en Venezuela y Colombia.

Reeleccionistas

Isaac Bigio (Analista polìtico)

Los presidentes de Colombia y de Venezuela quieren modificar sus respectivas constituciones para ser reelectos más de una vez, cosa que no es posible en ninguna otra república americana.

Paradójicamente ambos son los únicos países latinos del subcontinente que en los setentas no tuvieron dictaduras militares. Sin embargo, las democracias más antiguas pueden estar en transición hacia un más fuerte presidencialismo.

Ambos representan modelos sociales contrapuestos. Uribe es el campeón del monetarismo económico y de la dureza antisubversiva. Chávez quiere mayores nacionalizaciones y es amigo de guerrilleros.

Los dos creen que para consolidar sus sistemas se requiere de un caudillo que sea capaz de galvanizar a la nación en la lucha frontal contra su supuesto gran enemigo (sea el terrorismo para el caso de Uribe o el imperialismo para el caso de Chávez).

La mayoría de la izquierda rechaza cambiar la ley en Colombia, pero sí la acepta en Venezuela, y lo mismo pasa, pero al revés, en el caso de la derecha. Esto le resta argumentos a las oposiciones de ambos países, mientras que Chávez insiste en que él no quiere establecer un partido único comunista tipo Cuba y Uribe quiere convencer que él no es un nuevo Fujimori, Strossner o Díaz y que no quiere transformarse en un dictador civil pro EEUU.


Fuente. Diario Correo. 19/12/08

miércoles, 17 de diciembre de 2008

El PPC y Bedoya Reyes.

Cumpleaños del PPC
Cèsar Hildebrandt

Cuarenta y dos años cumple el Partido Popular Cristiano (PPC), que nació en una suite del hotel Crillón cuando la Democracia Cristiana se puso colorada (a lo Vallejo) y Luis Bedoya Reyes se puso rebelde y Bobby Ramírez del Villar se puso conspirador y Luis Banchero Rossi puso la plata.

En la puerta de la suite 14-H del Crillón la revista “Oiga”, con el ojo de Humberto Romaní, tomó a Ramírez del Villar saliendo de conversar, para los arreglos finales, con Banchero, el industrial pesquero más importante de América Latina y el Ciudadano K de esta comarca, a partir del originalmente tacneño diario “Correo”.

O sea que el PPC salió de fábrica con el olor del billetón recién impreso y un tufo de anchoveta que te podía echar para atrás. Eso explica la halitosis ideológica de los Agois, herederos mortuorios de Banchero, y el carácter “principistamente” fenicio del PPC.

El asunto es que el lobby pesquero, con Banchero en la cresta de la ola, necesitaba de leyes afines y de poderes fácticos y que Bobby Ramírez se los ofreció. Después –pero sólo después- el brillante Bobby metió todo el carbón que pudo y convenció a Luis Bedoya Reyes, el vice de Héctor Cornejo Chávez, de que la Democracia Cristiana era un infierno plagado de comunistas y que las cosas estaban maduras para un nuevo partido y para una derecha vulcanizada que ya no usara brillantina.

Por eso es que, a diferencia de Chile, de la Democracia Cristiana peruana sólo salieron frustraciones, broncas, traidores y elecciones perdidas. Digamos que Bedoya Reyes se llevó a la gente y que Cornejo Chávez se quedó con el púlpito y una iglesia vacía.

Cornejo terminaría de asesor servil de los militares reformistas –lo que demuestra que el destino de la gente no sólo lo determina la inteligencia sino también el carácter y la autoestima- y Bedoya Reyes haría, como para ganar un Oscar, el papel de candidato crónico, ideólogo de la cumparsita y pico de oro de las derechas reunidas alrededor de la codicia, virtud teologal que, como se sabe, es el verdadero programa de nuestras cavernas.

De 1966 a 1970 el diario “Correo”, que era una copia maquetera del “Ici Paris”, usó a Sofocleto, el genial y venal humorista, para satanizar con éxito a Cornejo Chávez. Cornejo, de puro picón, se fue amargando. La venganza se la tomó redactando el infame Estatuto de Prensa, que era un modo castrense de entender los límites de la libertad.

Asesinado Banchero por un jardinero más idiota que Peter Sellers haciendo de lo mismo, masacrada la anchoveta por la sobrepesca, cambiado el país por los militares hartos de ser los dóberman de la plutocracia, Bedoya Reyes fue haciendo cosas buenas en la alcaldía provincial –lo que no le impidió tener magníficas relaciones con Velasco, a quien le encendió un cigarrillo en una actuación pública- y construyó eso que salva a Lima y se llama La Vía Expresa –eso que los apristas tildaron de “zanjón” y no habrían construido de haber ganado Jorge Grieve la alcaldía de la ciudad-.

Lo que no terminó de construir Bedoya fue el Partido Popular Cristiano, parido en el “Crillón” y criado por nanas en el Country Club y socio natural del Waikiki. El PPC quiso ser una fábrica de cuadros conservadores. Lo que terminó siendo fue una fábrica de conservas –algunas bastante agrias, dicho sea de paso-.

Mañana, el partido de Bedoya Reyes –que a eso se ha reducido- cumple 42 años con la marca insuperable de haber sido derrotado en todas las elecciones importantes en las que participó.

Lourdes Flores ha hecho todo lo posible para conducir al centro al PPC. Pero es que Bedoya Reyes, que todavía viste de capitán de yate y da gritos en la cubierta, no se lo permite plenamente. Y es que, aunque digan lo contrario, la sal se hereda y la vocación por ser minoría antipática, también. Bedoya Reyes es el Fraga Iribarne del PPC y Lourdes Flores no ha podido ser Aznar (aunque Anterito sí llega a ser Rajoy).

En Alemania la Democracia Cristiana ha jugado un rol histórico. En el Perú se dividió en dos clases de difunto: Cornejo Chávez y su rabia brillante y Bedoya Reyes y su labia vacía. Total que el muchacho llega a los 42 años sin profesión, sin mujer, sin trabajo, pero, eso sí, con pañuelo de seda a lo Berlusconi. Hasta Sánchez Cerro lo hubiese hecho mejor.

Fuente: Diario La Primera. 17/12/08

lunes, 15 de diciembre de 2008

Entrevista a Hugo Neira (Sociòlogo)

Apasionadas reflexiones sobre el Perú

Enrique Planas

No se trata de un libro corriente. Su autor lo considera, más bien, un híbrido: un volumen a medio camino entre el ilustrado libro de salón y una sesuda antología de pensadores peruanos. Un punto medio que reúne a Cristóbal Colón, Garcilaso de la Vega, Felipe Guamán Poma de Ayala, Juan Pablo Vizcardo y Guzmán en el mismo espacio de Mario Vargas Llosa, Julio Cotler, Guillermo Núñez o Constantino Carvallo. "Sueño y pasión por el Perú, apuntes sentimentales" es una antología preparada por el destacado sociólogo e historiador Hugo Neira, en la que sesenta y cinco autores de todas las épocas reflexionan 500 años de historia peruana. "Pensé en textos cortos y breves, significativos, vinculados todos por la emoción, la pasión y coherencia. No quise que fueran textos solamente racionales, fríos, programáticos", advierte el actual director de la Biblioteca Nacional del Perú. Así, los textos reunidos en este ameno volumen, que por poco supera las 100 páginas, están embebidos de indignación, melancolía, ironía, entre otras cargas "sentimentales", como deja en claro el autor desde el título. Asistido por Martha Hurtado y Pedro Cavassa, y aprovechando el generoso auspicio del Banco Continental con su institución, Neira proyecta encender con esta primera edición lanzada por la BNP la máquina de lo que espera sea un activo sello editorial.

¿Qué significa pensar el Perú con "apuntes sentimentales"?

Muchos de estos textos tienen en común la sinceridad. Son textos escritos desde el fastidio, el disgusto, muy críticos con la sociedad y con los peruanos. He convocado a estos autores para que expliquen qué les agrada y les desagrada de nuestra sociedad. Por ejemplo, hay un texto de Ricardo Palma, con lo cual rompemos el estereotipo del escritor tranquilo y conservador, que le escribe una carta al presidente Piérola, en que le confiesa su enojo por ver cómo las familias limeñas reciben en sus fiestas a los oficiales chilenos en los tiempos de la ocupación. Es una carta en que están clarísimos la emoción, el temperamento del escritor. Marx decía que la indignación es un valor moral.

¿Cuál fue su criterio al momento de reunir textos tan diversos?
Tengo la ambición de que este libro proponga una nueva historia de las ideas políticas. No hay una ideología totalizadora; al contrario, hay dispersión, variedad. Por ejemplo, hay un texto de Mariátegui al lado de uno de Haya de la Torre y otro de Víctor Andrés Belaunde, los padres de tres grandes corrientes de pensamiento político en el Perú. Segundo, no hay una racionalidad unanimista. No hay una lógica unitaria entre los textos de 'La China' Tudela y el padre Gustavo Gutiérrez. No hay un padre sino diversos maestros con lenguajes e intereses también diversos. Tercero, puesto que no hay un centro sino una multiplicidad, el concepto del libro tiene la lógica de un racimo de uvas, en que por sí solos los textos encuentran vinculaciones inesperadas. Este es un libro para armar. Cada lector armará con su subjetividad su propia lectura.

Es interesante ver muchos textos lejos de los temas que tradicionalmente se asocian a sus autores...
Uno de mis atrevimientos fue romper los estereotipos. Tenemos la tendencia a clasificar a los autores. Por ejemplo, a González Prada siempre se lo asocia con el anarquismo, pero se olvida al autor patriota que nos habla de Miguel Grau. ¿Raúl Porras solamente hispanista? No, también fue cusqueñista. Del optimista Bolívar publicamos un texto desolador por su pesimismo, en el que dice: "En América no se puede hacer otra cosa que migrar". Un libro es una propuesta de ideas que entran en conjunción y en controversia. Aquí hay un debate entre ellos mismos, donde nada predomina.

Además de ser una antología de textos, el libro es un retrato de usted como lector. ¿Qué tan sentimental es como lector?
Es sentimental y a la vez intelectual. No te olvides que mucho tiempo escribí fuera del Perú, leyendo a muchos autores que no conocía personalmente. El intelectual que soy apuesta por algo: que las sociedades se pueden comprender a sí mismas, y los peruanos nos podemos comprender a nosotros mismos a través de nuestros grandes pensadores. Yo no comparto la idea de que todo este pensamiento producido "ya fue" y que hay que olvidarlo porque ya somos posmodernos (ni siquiera hemos sido modernos). Cuando tú lees "Perú, problema y posibilidad", un texto del año 31 de Jorge Basadre, en que se pregunta por qué no se ha cumplido la república, la cuestión aún está vigente. ¿Somos una república? ¿Todos somos iguales ante la ley? ¿No será que hay ciudadanos de segunda categoría como dice Sinesio López, o súbditos, como dice Eduardo Dargent? La República, la Nación, el Estado, está por construirse.

En tiempos en que el actual presidente dice que los verdaderos peruanos son cobrizos, no me sorprendería que algún lector busque en el libro un texto único que pueda representarnos por completo...
Lo que nos representa es la fragmentación, la heterogeneidad. Yo veo que cada vez que se insiste en una definición absoluta de lo peruano el resultado ha sido totalitario. El nazismo dijo que la identidad alemana era la raza. El estalinismo dijo que la identidad soviética era la clase. A mí me preocupa esa pereza de no reconocer la variedad. El Perú no tiene una esencia; tiene muchas existencias. Por ejemplo, si les preguntan a los argentinos cuál sería la música decisiva en su país, dirían que el tango, aunque no les guste. Y un brasileño, dirá la samba. Pero nosotros no tenemos una música central. Yo he escrito sobre el valse, pero este es solo una fracción y una época de la sociedad peruana. Tampoco es el huaino, tampoco la marinera. Aquí tenemos muchas cosas. La heterogeneidad es una ventaja cultural, pero no política. Cuando la heterogeneidad lleva a la atomización, a la masa sin partido, lleva al desorden. Lo que tiene que haber es una conciencia nacional sobre nuestras diferencias.

¿Cuál fue el primer texto que vino a su mente para un libro como este?
Un texto de María Rostworowski. Tenía en la cabeza un plan con muchos flancos. Pensaba comenzar con la sociedad inca. Tengo una resistencia a todo lo que fuera generalista. Por eso elegí ese texto que trataba del agua, del riego y de los ritos, muy concreto, muy etnológico, ideal para arrancar. Después, para articularlo con la historia mundial, elegí un texto de Colón. Y luego textos sobre la situación colonial, como Garcilaso, sobre el quipu. Y el libro comenzó a desarrollarse solo.

Me sorprendió el espacio tan reducido para la reflexión desde el humor. Es sintomático que entre los pocos destaque el de la China Tudela, un personaje ficticio...
Pero también está Pardo y Aliaga, con un texto satírico delicioso sobre la República. Tengo pendiente una edición de autores satíricos y costumbristas, como los llamó Porras. Y también de panfletarios. Como Federico More, por ejemplo, un escritor que cuando insultaba era una maravilla... Textos duros y hermosos de César Miró, por ejemplo. Pero es verdad que ha habido pocos en este libro.

No podía faltar en un libro como este el inicio de "Conversación en La Catedral", aquel en que Zavalita se pregunta cuándo se jodió el Perú...
Te digo la verdad: yo había elegido un texto de Vargas Llosa aparecido en "El pez en el agua", muy interesante sociológicamente, sobre los eternos politiqueros de mando medio. Pero el de la novela fue idea de Pedro Cavassa. Idea a la cual me resistí, porque pensé que era caer en el lugar común. Después de pensarlo un poco, me di cuenta de que también el tópico tiene un sentido, por algo existe. En verdad hubiera cometido un grave error no haberlo incluido. Gracias a Dios tuve amigos que me hicieron reflexionar. También fue una casualidad que al final se encuentren en el libro tres textos de Alberto Flores Galindo, a quien no conocí. Hubo un poco de azar también.

PERFIL

NOMBRE. Hugo Neira Samanez (Abancay, 1936)
TRAYECTORIA. Realiza sus estudios escolares en el colegio fiscal Melitón Carbajal. Ingresa posteriormente a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos a estudiar Historia, en que fue uno de los discípulos más apreciados del maestro Raúl Porras Barrenechea. Escritor, periodista y ensayista, Neira finalizaría sus estudios de posgrado en Francia, donde obtuvo el grado de Doctor en Ciencias Sociales. Asimismo, el actual director de la Biblioteca Nacional ha desarrollado un gran número de publicaciones, consiguiendo además importantes reconocimientos internacionales.

OBRA MAYOR. En 1996, Neira aportó una amplia reflexión sobre nuestra problemática histórica. "Hacia la tercera mitad, Perú XVI-XX. Ensayos de relectura herética" es un libro que continuaba la tradición de los "Siete ensayos" o "Perú: problema y posibilidad", pero poniendo un mayor énfasis en el contexto internacional de nuestro proceso histórico.
Fuente: Diario El Comercio. 15/12/08

miércoles, 10 de diciembre de 2008

La Socialdemocracia en el Perù.

Socialdemocracia.pe
Alfredo Barnechea (Analista polìtico)

Este sábado 13 se realizará un Campus socialdemócrata, en el centro de convenciones del Colegio Médico, de 9.30 a.m. a 2 de la tarde.

Hace poco, un grupo de profesionales jóvenes me propusieron que los ayudara a organizarlo. Su premisa era que falta una alternativa socialdemócrata en el Perú. No necesitaban convencerme, es algo que he venido sosteniendo bastante tiempo.

Esa ausencia priva al debate político de lo que ha sido el punto de vista más creativo de todo el siglo XX. Pero, además, abre un hueco en el sistema político, al haber un espacio vacío en el centro. Ya sabemos que el centro no es un punto sino una zona, una franja extensa con matices a la derecha y a la izquierda.

Una de las ideas interesantes que me propusieron fue crear una plataforma abierta de discusión, en Internet, para crear un plan. No uno elaborado desde arriba por expertos, sino una colaboración en-línea, horizontal. Una especie de Wikiplan, alrededor de seis temas:

 Energía para el Perú

 Salud para todos

 Educación para la competencia

 El fin de la pobreza

 El Estado al servicio de la gente

 Soluciones para el Sur Andino

Dos cosas que sorprenden del Perú son las siguientes:

 Hay un abundante stock de información sobre casi todos los problemas.

 No son recursos lo que faltan, sobre todo después de siete años de acumulación.

 Lo que falta es una organización inteligente de la voluntad política.

La socialdemocracia comenzó en Europa como un capítulo de los socialismos. El primer partido socialdemócrata que se formó fue el alemán en 1869, y el segundo el español en 1879 (el de Felipe González).

A fines del siglo XIX, Bernstein propuso un viraje dramático al reconocer que era necesario conciliar la democracia representativa, la economía de mercado y el bienestar social.

Esto abrió una fosa entre los socialistas atados a Moscú y los socialdemócratas. Cuando conocí en 1976 en Caracas a Mario Soares, le pregunté al gran líder portugués qué significaba su victoria contra los comunistas. Ha sido la primera vez que los mencheviques le hemos ganado a los bolcheviques.

La gran creación moderna de la socialdemocracia fueron las diversas formas de Estados del Bienestar que surgieron en Europa.

El ciclo liberal que surgió con las elecciones de Margaret Thatcher y Reagan redujo la fuerza y atractivo de las ideas socialdemócratas. La crisis internacional han revalorizado sus aciertos.

Estas no son un cuerpo rígido y excluyente, a diferencia del marxismo y el mal llamado (incluso por mí, en el título de uno de mis libros) neoliberalismo. Es más flexible, y en consecuencia más incluyente. Más que una ideología, es un espíritu. Sus premisas principales pueden expresarse de varias formas, entre ellas probablemente esta:

 Las sociedades se sostienen por un contrato, que todos deben sufragar.

 Ese sufragio debe ser equitativo, y por tanto desigualmente repartido, pagando menos los más pobres.

 Se necesita alguna forma de Estado de Bienestar, que provea de protección social, o un piso de igualdad de oportunidades a todos los ciudadanos.

 La democracia representativa es, pese a todas sus imperfecciones, el instrumento para hacer política, puesta al servicio de los que no tienen recursos, ni por tanto voz.

 Entre otras cosas porque si las sociedades son antagónicas por naturaleza, compuesta siempre de ganadores y perdedores en los mercados, la política democrática puede ser consensual.

 La vía para lograr todo esto no es la revolución, un cambio violento en las instituciones económicas y políticas de las sociedades, sino el reformismo, el incremento gradual y pacífico de los cambios.

 Dado que las economías tienen, generalmente, problemas de crecimiento, pero las sociedades tienen uno de distribución, hay que lograr conciliar crecimiento económico con distribución de oportunidades.

Es claro, me parece, que el presidente Lula representa esta tendencia, aunque no empezó así. El PT fue originalmente una amalgama de sindicalistas maximalistas, marxistas revolucionarios y católicos de la teología de la liberación. Pero su gobierno es el mejor gobierno reformista de América Latina. Es una fortuna que sea en Brasil, el país-continente del hemisferio.

En la región andina se debaten todas las tendencias: los que creen que basta mano dura y una buena relación con Estados Unidos (como Uribe), los viejos golpistas disfrazados de populistas (como Chávez), los indigenistas de utopías arcaicas (como Morales), los socialdemócratas.

Es una suerte, además de un honor, hablar este sábado junto a tres grandes figuras de la región.

César Gaviria tiene seguramente una de las más distinguidas carreras públicas de América Latina. Es el jefe del Liberalismo, una de las más viejas y resistentes familias políticas del continente. A igual distancia del uribismo (que muestra tantos rasgos parecidos al fujimorato) y de las FARC.

Carlos Mesa salió del poder con 72% de aprobación, y acaba de anunciar que formará un partido para competir no sólo con el MAS sino con la derecha boliviana.

Teodoro Petkoff es una de las figuras legendarias de América Latina. Líder juvenil del PC venezolano, el único que hizo guerrillas. Rompió con la Unión Soviética en 1968 después de la invasión a Checoslovaquia, y fundó el Movimiento al Socialismo. Fue en los 90 con Caldera el superministro que ordenó la economía venezolana, y dio estabilidad al jaqueado sistema político de su país. Dirige hoy el gran diario Tal Cual, y es el único antagonista al nivel político de Chávez. Su autobiografía es una biografía apasionante del progresismo latinoamericano.

El Campus socialdemócrata es una zona abierta a todos, que acepta incluso una herejía: las dobles militancias. Basta inscribirse para asistir en www.socialdemocracia.pe.

Su tarea hoy es un diálogo para un plan. Nadie vota, por supuesto, por planes. Pero sin ellos no puede construirse el futuro.
Fuente: Diario Correo. 07/12/08

martes, 9 de diciembre de 2008

El Perù y el bicentenario de la independencia americana.

Preservar el Cuartel General del Ejército
Manuel Rodrìguez Cuadros (Ex canciller del Perù)

Los estados sudamericanos se aprestan a celebrar el bicentenario de su independencia. Algunos lo harán a partir del 2010. El Perú el 2021. Se avecinan jubileos libertarios. Renovados aires de identidad nacional de pueblos y estados herederos de sus ejércitos libertadores.

Como parte de la celebración de su bicentenario, Chile ha decidido honrar a sus fuerzas armadas y construir una nueva sede para el cuartel general del Ejercito para “los próximos cien años”. El ganador del concurso para la adjudicación de esta obra ha sido el estudio de arquitectos Prat y Casals. Según el jurado, el proyecto ganador constituye “una obra con una marcada sobriedad arquitectónica, una propuesta con un claro carácter militar compatible con su uso institucional, que logra además una integración armónica con el actual edificio y el parque donde se emplazará el monumento conmemorativo de los 200 años de vida institucional del Ejército”. El general Óscar Izurieta Ferrer, comandante en jefe del Ejército de Chile ha señalado que “este edificio representa algo muy importante para el Ejército por los aspectos históricos y simbólicos del entorno.”

Ante la inminencia de los fastos de celebración de nuestra independencia nacional, el gobierno peruano ha decidido poner en venta “mediante subasta pública” una gran parte (194,760.18 metros cuadrados) del Cuartel General del Ejército del Perú. La sola cita de estos dos hechos es ya una ironía de la historia. Por el lado chileno, la coherencia de un Estado nacional que preserva la capacidad operativa de sus instituciones y las dignifica. Por el lado del gobierno peruano, una decisión mercantil de motivación sospechosas que ofende la dignidad institucional del Ejército y lo debilita, aún más, institucionalmente.

17 ex comandantes generales han solicitado, formalmente, al presidente de la República parar esta insensatez de nula sensibilidad nacional. Señalan los ex comandantes generales, con razón, que esta decisión “hiere la moral y daña el espíritu del Ejército”. Expresan también su “profunda preocupación” por este negocio que “resulta no aceptable”. Tienen razón. La Fuerza Armada debe servir al estado de derecho y la democracia. Pero debe estar, al mismo tiempo, preparada para cumplir su misión en la defensa nacional. Para ello requiere recursos y respeto a su dignidad institucional.

El gobierno no obstante su tendencia a las decisiones erráticas, en algunos casos ha dado muestra de una positiva capacidad de enmienda. El país, la nación, esperan que en este caso también haya una rectificación. Ningún gobierno debe extraviar el referente nacional, perder la perspectiva de la historia ni afectar el espíritu y la moral de sus instituciones tutelares.
Fuente: Diario La Primera. 08/12/08

domingo, 7 de diciembre de 2008

Ciclos de expansión y recesión económica en la historia mundial

Confirmada recesión en EEUU

Humberto Campodónico (Economista)

Hace dos días, el Buró Nacional de Investigación Económica de EEUU (NBER, por sus siglas en inglés) comunicó que la recesión económica comenzó oficialmente en diciembre del 2007, la que continúa hasta la fecha. Los análisis del NBER son ampliamente respetados por su reconocido prestigio.

Antes de analizar los argumentos del NBER, es importante tener en cuenta que la primera expansión después de la II Guerra Mundial comenzó en octubre de 1949 y duró 45 meses, hasta julio de 1953. La recesión comenzó en agosto y duró 9 meses, hasta abril de 1954. En mayo comenzó el segundo ciclo de expansión, que duró 39 meses hasta el comienzo de una nueva recesión en setiembre de 1957.

De diciembre de 1973 a febrero de 1975 hubo una larga recesión de 15 meses, que coincidió con la primera gran alza de los precios del petróleo. Pero la recesión más larga ocurrió entre 1980 y 1982, pues hubo 2 recesiones muy cercanas: una de 5 meses, de febrero a junio de 1980 y la otra que duró 15 meses de agosto de 1981 a octubre de 1982. En 1982, el Fed elevó fuertemente las tasas de interés, lo que hizo estallar la crisis de la deuda externa en los países en desarrollo.

El récord de expansión fueron los 120 meses que comenzaron en 1991. Fue aquí donde se generó una de las primeras burbujas, la burbuja Internet, que estalló en abril de 1991. Sin embargo, la recesión que le siguió, de abril a octubre de 1991 solo duró 7 meses pues allí comenzó a generarse la súper-burbuja inmobiliaria, causada por la enorme rebaja de las tasas de interés de la FED, que se mantuvieron cerca del 1% durante 3 años, del 2001 al 2004.

La última expansión terminó en noviembre del 2007 (duró 73 meses) y en diciembre comenzó la actual recesión. Si bien los indicadores “normales” de una recesión están dados por dos caídas consecutivas del PBI trimestral, hay que señalar que esto no ha sucedido aún en EEUU. Pero el NBER no se guía solo por ese indicador sino que toma en cuenta la data sobre empleo, el ingreso personal real, las ventas mayoristas y la producción industrial. El comportamiento negativo de estos indicadores llevó al NBER a “oficializar” la recesión.

¿Cuánto durará? Dice el Wall Street Journal: “si el PBI continúa cayendo hasta mediados del 2009, como dicen muchos economistas, la recesión duraría 18 meses, 2 meses más que las peores caídas desde la Gran Depresión. Como las perspectivas económicas son inciertas, quizá tengamos que esperar hasta fines del 2009 o el 2010 antes que el NBER nos diga que la recesión terminó” (WSJ, Recession Dating, 1/12/08). Si eso se cumple, esta sería la peor recesión desde la II Guerra Mundial.

En este artículo nos hemos limitado a reseñar los argumentos del NBER sobre los períodos “normales” de expansión y recesión económica. Si tomáramos en cuenta el análisis de los ciclos de largo plazo de Kondratiev y Schumpeter, las perspectivas serían bastante más sombrías que las del NBER (¿Un nuevo ciclo de crecimiento de largo plazo?, www.cristaldemira.com, 19/11/06). Eso lo dejamos para un siguiente artículo.

Nota: En nuestro artículo del sábado 29/11, “Posición de Cambio y Tipo de Cambio”, hay un error en la diagramación del gráfico: la curva de la posición de cambio corresponde a la del tipo de cambio. Y viceversa. Pedimos disculpas.

Fuente: http://www.cristaldemira.com/

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Ciclos económicos y Hegemonía mundial

No es 1929

Antonio Zapata (Historiador)

Un libro clave sobre la crisis de 1929 fue escrito por John K. Galbraight, quien fuera premio Nóbel de economía y reputado profesor universitario norteamericano. Él sostiene que la causa última de la crisis es la codicia, una actitud subjetiva que desata un irrefrenable deseo de obtener dinero fácil. Esa voluntad de ganar mucho sin mayor esfuerzo conduce a la euforia de precios que depresión es consecuencia del frenesí y su magnitud es tanto más honda cuanto más especulativo haya sido el proceso. Ahora bien, ¿cuándo se desata la codicia al punto de provocar una megacrisis? De acuerdo a Galbraight, cuando una generación se olvida de la crisis anterior y cree que puede llenarse los bolsillos especulando sin trabajar. Para tener claro el drama de 1929, Galbraight analiza el ciclo anterior del capitalismo. Se remite a la bancarrota de 1873, la misma que llevó al Perú al descalabro económico anterior a la guerra con Chile. Entre una y otra megacrisis había sesenta años, tiempo suficiente para que se disipe la experiencia anterior. Después de cada gran crisis, se refuerza el poder del Estado sobre la economía. La gente percibe que el libre mercado conduce a la euforia que lleva al derrumbe.

Por ello, se imponen mecanismos para frenar la especulación. Pero, cuando pasan unos cincuenta años mueren todos los que ya eran adultos en la ocasión anterior. Se diluyen las lecciones aprendidas y surge una generación alocada que cree que hacer dinero es juego de niños.

En nuestro caso han sido los yuppies, que ofrecieron particulares lecciones de irresponsabilidad desmontando los controles del Estado benefactor, acusándolo de evitar que la gente se haga rica rápido. Según los líderes de los noventa, con el neoliberalismo la reducción del Estado garantizaba la expansión ilimitada del mercado.

Pero, la realidad ha parado en seco tanta monserga. Igual fue en 1929, cuando otra generación alocada por la plata fácil llevó al capitalismo a la gran depresión. Otro punto del profesor de Harvard es que crisis de esta magnitud significan gigantescos reacomodos de la correlación de fuerzas a escala mundial. Emergen algunos países, mientras otros declinan. Después de 1929, Europa occidental perdió posiciones dejando a la Alemania hitleriana entre los EEUU y Rusia soviética. Así había sido también en los 1870, que habían contemplado el ascenso de Alemania después de la derrota francesa en Sedán. El reajuste mundial preparó la emergencia del imperialismo clásico, que condujo a la I Guerra Mundial, del mismo modo como 1929 llevó a la Segunda.

El cambio de hegemonía siempre se ha saldado violentamente. Nunca ha sido pacífico. Las potencias declinantes no aceptan perder la hegemonía sin combatir. Normalmente pierden esas luchas y su costo mismo profundiza su declive. Por otro lado, nadie emerge a la hegemonía mundial sin luchar para abrirse camino, a codazos cuando menos. En nuestros días, esa conflagración son las diversas guerras de occidente con los musulmanes radicales.

Los EEUU se han metido en Afganistán e Irak y no saben cómo salir del embrollo. Obama ha prometido que los retirará sin que pierdan posiciones. ¿Podrá? Por su lado, atentados como los de Bombay esta semana indican que esa contradicción sigue caliente. Pareciera que los EEUU retroceden sin imponer su postura, porque no han terminado con la resistencia en ninguno de los países que han invadido en estos años. La principal potencia militar del planeta está estancada. En paralelo, la crisis económica se saldará por la afluencia de nuevo capital a los EEUU. A diferencia de 1929, en esta oportunidad los gobiernos han acudido masivamente a rescatar sus economías.

Cada semana se anuncian nuevo gigantescos aportes, que tienen que salir de alguna parte. A la larga será de los ahorros que el resto del mundo tiene en dólares y en bonos del tesoro norteamericano. Como son los orientales, empezando por China, los mayores poseedores de reservas norteamericanas, pues los tendremos comprando poco a poco medio EEUU. Por su parte, el gobierno americano va perdiendo sus guerras y el mundo realiza el giro que había previsto el filósofo Friedrich Hegel, quien sostenía que la hegemonía mundial se movía siempre hacia el oeste y que a continuación retornaría al oriente.
Fuente: Diario La República. 03/12/08

lunes, 1 de diciembre de 2008

RELACIONES BILATERALES PERÚ-CHILE

Perú-Chile, incidente de baja diplomacia

Manuel Rodríguez Cuadros (Ex canciller del Perú)

Una vez más los gobiernos del Perú y de Chile se han empeñado en desnudar la fragilidad de las relaciones bilaterales. Los errores diplomáticos de una y otra parte han magnificado un incidente real, cuyo procesamiento exigía un mínimo de “savoir faire”.

Las declaraciones privadas del general Donayre, ciertamente impertinentes e impropias de su investidura aun en tono de chanza, debieron ser objeto de una explicación y el otorgamiento de las satisfacciones del caso. El nivel correspondiente era del viceministro de Relaciones Exteriores al embajador de Chile en Lima. Y nada más. De esa manera, ortodoxa, se hubiese solucionado el incidente en uno y otro lado de la frontera.

Resultó inusitado, rompiendo las reglas básicas del trato diplomático, que por iniciativa peruana el asunto haya escalado al nivel de los jefes de Estado. La llamada telefónica del presidente García a Michelle Bachelet ya fue un error. Pedirle disculpas, un manifiesto exceso. Se debió dar explicaciones y satisfacciones. Pero no disculpas porque no era un acto de Estado. A este error se añadió otro ya mayúsculo: que el jefe de Estado ofrezca o comunique a la presidenta de Chile el pase a retiro del general Donayre. Es impropio que una medida de jurisdicción interna, como es el cese del comandante general del Ejército, sea comunicada a la jefa de Estado de un país extranjero, más aún si esa decisión no se había adoptado en el fuero interno.

Situar la pretendida solución del incidente en este plano, a todas luces heterodoxo, creó las condiciones para que el canciller Foxley se creyese en el derecho -lo que es inaudito- de supeditar la “normalización” de las relaciones al pase al retiro del general Donayre. Así las cosas, el canciller tuvo que enmendar el error inicial y señalar que las decisiones en el Perú no se supeditan a ningún país extranjero. Lo hizo también el presidente de la República.

El incidente no pasará a mayores cosas, pero la relación bilateral se vuelve a dañar a partir de errores de los responsables de la política exterior. Lo mismo pasó cuando se otorgó a Chile falsas expectativas de que el Perú no llevaría a La Haya el diferendo limítrofe. O cuando insólitamente se declaró que la sentencia del Tribunal Constitucional de Chile, en el caso de la ley de límites de las provincias de Arica y Parinacota, había resuelto el problema de punto de inicio de la frontera marítima.

La demanda en La Haya no requiere este clima de tensión gratuita. Es necesario que se comprenda que la relación no debe situarse en la animadversión ni en el amor extremos. Requiere la sensatez de ubicarla en un punto intermedio. En una temperatura otoñal que haga bien a la salud y que prevenga nuevos colapsos por aumento o baja brusca de la temperatura.
Fuente: Diario La Primera. 01/12/08