lunes, 15 de diciembre de 2008

Entrevista a Hugo Neira (Sociòlogo)

Apasionadas reflexiones sobre el Perú

Enrique Planas

No se trata de un libro corriente. Su autor lo considera, más bien, un híbrido: un volumen a medio camino entre el ilustrado libro de salón y una sesuda antología de pensadores peruanos. Un punto medio que reúne a Cristóbal Colón, Garcilaso de la Vega, Felipe Guamán Poma de Ayala, Juan Pablo Vizcardo y Guzmán en el mismo espacio de Mario Vargas Llosa, Julio Cotler, Guillermo Núñez o Constantino Carvallo. "Sueño y pasión por el Perú, apuntes sentimentales" es una antología preparada por el destacado sociólogo e historiador Hugo Neira, en la que sesenta y cinco autores de todas las épocas reflexionan 500 años de historia peruana. "Pensé en textos cortos y breves, significativos, vinculados todos por la emoción, la pasión y coherencia. No quise que fueran textos solamente racionales, fríos, programáticos", advierte el actual director de la Biblioteca Nacional del Perú. Así, los textos reunidos en este ameno volumen, que por poco supera las 100 páginas, están embebidos de indignación, melancolía, ironía, entre otras cargas "sentimentales", como deja en claro el autor desde el título. Asistido por Martha Hurtado y Pedro Cavassa, y aprovechando el generoso auspicio del Banco Continental con su institución, Neira proyecta encender con esta primera edición lanzada por la BNP la máquina de lo que espera sea un activo sello editorial.

¿Qué significa pensar el Perú con "apuntes sentimentales"?

Muchos de estos textos tienen en común la sinceridad. Son textos escritos desde el fastidio, el disgusto, muy críticos con la sociedad y con los peruanos. He convocado a estos autores para que expliquen qué les agrada y les desagrada de nuestra sociedad. Por ejemplo, hay un texto de Ricardo Palma, con lo cual rompemos el estereotipo del escritor tranquilo y conservador, que le escribe una carta al presidente Piérola, en que le confiesa su enojo por ver cómo las familias limeñas reciben en sus fiestas a los oficiales chilenos en los tiempos de la ocupación. Es una carta en que están clarísimos la emoción, el temperamento del escritor. Marx decía que la indignación es un valor moral.

¿Cuál fue su criterio al momento de reunir textos tan diversos?
Tengo la ambición de que este libro proponga una nueva historia de las ideas políticas. No hay una ideología totalizadora; al contrario, hay dispersión, variedad. Por ejemplo, hay un texto de Mariátegui al lado de uno de Haya de la Torre y otro de Víctor Andrés Belaunde, los padres de tres grandes corrientes de pensamiento político en el Perú. Segundo, no hay una racionalidad unanimista. No hay una lógica unitaria entre los textos de 'La China' Tudela y el padre Gustavo Gutiérrez. No hay un padre sino diversos maestros con lenguajes e intereses también diversos. Tercero, puesto que no hay un centro sino una multiplicidad, el concepto del libro tiene la lógica de un racimo de uvas, en que por sí solos los textos encuentran vinculaciones inesperadas. Este es un libro para armar. Cada lector armará con su subjetividad su propia lectura.

Es interesante ver muchos textos lejos de los temas que tradicionalmente se asocian a sus autores...
Uno de mis atrevimientos fue romper los estereotipos. Tenemos la tendencia a clasificar a los autores. Por ejemplo, a González Prada siempre se lo asocia con el anarquismo, pero se olvida al autor patriota que nos habla de Miguel Grau. ¿Raúl Porras solamente hispanista? No, también fue cusqueñista. Del optimista Bolívar publicamos un texto desolador por su pesimismo, en el que dice: "En América no se puede hacer otra cosa que migrar". Un libro es una propuesta de ideas que entran en conjunción y en controversia. Aquí hay un debate entre ellos mismos, donde nada predomina.

Además de ser una antología de textos, el libro es un retrato de usted como lector. ¿Qué tan sentimental es como lector?
Es sentimental y a la vez intelectual. No te olvides que mucho tiempo escribí fuera del Perú, leyendo a muchos autores que no conocía personalmente. El intelectual que soy apuesta por algo: que las sociedades se pueden comprender a sí mismas, y los peruanos nos podemos comprender a nosotros mismos a través de nuestros grandes pensadores. Yo no comparto la idea de que todo este pensamiento producido "ya fue" y que hay que olvidarlo porque ya somos posmodernos (ni siquiera hemos sido modernos). Cuando tú lees "Perú, problema y posibilidad", un texto del año 31 de Jorge Basadre, en que se pregunta por qué no se ha cumplido la república, la cuestión aún está vigente. ¿Somos una república? ¿Todos somos iguales ante la ley? ¿No será que hay ciudadanos de segunda categoría como dice Sinesio López, o súbditos, como dice Eduardo Dargent? La República, la Nación, el Estado, está por construirse.

En tiempos en que el actual presidente dice que los verdaderos peruanos son cobrizos, no me sorprendería que algún lector busque en el libro un texto único que pueda representarnos por completo...
Lo que nos representa es la fragmentación, la heterogeneidad. Yo veo que cada vez que se insiste en una definición absoluta de lo peruano el resultado ha sido totalitario. El nazismo dijo que la identidad alemana era la raza. El estalinismo dijo que la identidad soviética era la clase. A mí me preocupa esa pereza de no reconocer la variedad. El Perú no tiene una esencia; tiene muchas existencias. Por ejemplo, si les preguntan a los argentinos cuál sería la música decisiva en su país, dirían que el tango, aunque no les guste. Y un brasileño, dirá la samba. Pero nosotros no tenemos una música central. Yo he escrito sobre el valse, pero este es solo una fracción y una época de la sociedad peruana. Tampoco es el huaino, tampoco la marinera. Aquí tenemos muchas cosas. La heterogeneidad es una ventaja cultural, pero no política. Cuando la heterogeneidad lleva a la atomización, a la masa sin partido, lleva al desorden. Lo que tiene que haber es una conciencia nacional sobre nuestras diferencias.

¿Cuál fue el primer texto que vino a su mente para un libro como este?
Un texto de María Rostworowski. Tenía en la cabeza un plan con muchos flancos. Pensaba comenzar con la sociedad inca. Tengo una resistencia a todo lo que fuera generalista. Por eso elegí ese texto que trataba del agua, del riego y de los ritos, muy concreto, muy etnológico, ideal para arrancar. Después, para articularlo con la historia mundial, elegí un texto de Colón. Y luego textos sobre la situación colonial, como Garcilaso, sobre el quipu. Y el libro comenzó a desarrollarse solo.

Me sorprendió el espacio tan reducido para la reflexión desde el humor. Es sintomático que entre los pocos destaque el de la China Tudela, un personaje ficticio...
Pero también está Pardo y Aliaga, con un texto satírico delicioso sobre la República. Tengo pendiente una edición de autores satíricos y costumbristas, como los llamó Porras. Y también de panfletarios. Como Federico More, por ejemplo, un escritor que cuando insultaba era una maravilla... Textos duros y hermosos de César Miró, por ejemplo. Pero es verdad que ha habido pocos en este libro.

No podía faltar en un libro como este el inicio de "Conversación en La Catedral", aquel en que Zavalita se pregunta cuándo se jodió el Perú...
Te digo la verdad: yo había elegido un texto de Vargas Llosa aparecido en "El pez en el agua", muy interesante sociológicamente, sobre los eternos politiqueros de mando medio. Pero el de la novela fue idea de Pedro Cavassa. Idea a la cual me resistí, porque pensé que era caer en el lugar común. Después de pensarlo un poco, me di cuenta de que también el tópico tiene un sentido, por algo existe. En verdad hubiera cometido un grave error no haberlo incluido. Gracias a Dios tuve amigos que me hicieron reflexionar. También fue una casualidad que al final se encuentren en el libro tres textos de Alberto Flores Galindo, a quien no conocí. Hubo un poco de azar también.

PERFIL

NOMBRE. Hugo Neira Samanez (Abancay, 1936)
TRAYECTORIA. Realiza sus estudios escolares en el colegio fiscal Melitón Carbajal. Ingresa posteriormente a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos a estudiar Historia, en que fue uno de los discípulos más apreciados del maestro Raúl Porras Barrenechea. Escritor, periodista y ensayista, Neira finalizaría sus estudios de posgrado en Francia, donde obtuvo el grado de Doctor en Ciencias Sociales. Asimismo, el actual director de la Biblioteca Nacional ha desarrollado un gran número de publicaciones, consiguiendo además importantes reconocimientos internacionales.

OBRA MAYOR. En 1996, Neira aportó una amplia reflexión sobre nuestra problemática histórica. "Hacia la tercera mitad, Perú XVI-XX. Ensayos de relectura herética" es un libro que continuaba la tradición de los "Siete ensayos" o "Perú: problema y posibilidad", pero poniendo un mayor énfasis en el contexto internacional de nuestro proceso histórico.
Fuente: Diario El Comercio. 15/12/08

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