domingo, 25 de enero de 2009

Edgar Allan Poe y América Latina.


















Huella de Poe en América Latina

LEGADO ROMÁNTICO. EDGAR ALLAN POE HA DEJADO SU HUELLA EN LA POESÍA Y EL RELATO EN AMÉRICA LATINA. NADA SE DICE, SIN EMBARGO, DE SU INFLUENCIA EN LA FÍSICA.

Un viejo fruto de la permanente labor cultural realizada por el Dr. Estuardo Núñez. En los años 50, cuando dirigía la revista del Instituto Peruano Norteamericano - IPNA (hoy Icpna) el Dr. Núñez publicó (en el N° 24, 1954) dos interesantes ensayos: "Poe en el Perú", de su autoría, y "Poe, precursor de Einstein", de Hugo Pesce (1900- 1969), difundido originalmente en 1929 en "Amauta", y considerado por Núñez "uno de los más interesantes que se hayan escrito en Hispanoamérica acerca del gran poeta norteamericano".

No debemos olvidar el interés científico de Poe desde sus años mozos, sus ávidas lecturas de Kepler, Newton y Copérnico ni tampoco la dedicatoria de su "Eureka, un poema en prosa", al barón Alexander von Humboldt, científico alemán de influencia global. "Eureka", que fue publicado en 1848, un año antes de su muerte, es un ensayo filosófico y cosmológico en el que se propuso "hablar del Universo físico, metafísico y matemático; material y espiritual; de su esencia, origen, creación; de su condición presente y de su destino".

Poe, Einstein y Pesce

Hugo Pesce, médico, filósofo y fundador junto a Mariátegui del Partido Socialista Peruano, sostiene que "Los conceptos de la relatividad particular y general fueron inventados por Einstein, pero inventados en el sentido etimológico del 'invenire' latino: o sea hallados, descubiertos. ¿Cómo pudo Einstein, en un dado momento histórico, asirlos, extraerlos de la masa intrincada de los sistemas físico-matemáticos oficiales? ¿Hasta qué punto su descubrimiento se fundó sobre el conocimiento de los trabajos de quienes antes que él habían tratado penosa y confusamente de recorrer el mismo sendero? ¿Cuál es el valor cuantitativo y cualitativo que le pertenece personalmente? Responder a esta pregunta sería resolver el problema del genio de la creación artística, de la creación poética, etc. () Me parece que fue dado a Edgar Allan Poe entrever con cierta lucidez y expresar en forma () análoga, algunas de las verdades --paradójicas en apariencia-- impuestas por Einstein ()."

El desprecio de Poe por la similitud como argumento probatorio, tiene clara afinidad con la afirmación de Einstein de que "no existe simultaneidad absoluta, íntimamente ligada a la negación del tiempo absoluto y a la definición del tiempo local. El espacio es ilimitado, pero no infinito". He aquí una de las proposiciones sentadas por la teoría de la relatividad general. Pesce nos revela un paralelismo patente de sustancia y de forma, insospechados entre las conclusiones científicas de ambos personajes y coloca junto a las consideraciones einsteinianas una afirmación rotunda de Edgar Allan Poe: "El espacio y la duración no son sino una sola cosa".

Su obra y el Perú

Núñez reseña la importancia que desde un primer momento merecieron en el Perú los cuentos de Poe, casi inmediatamente después de su publicación en inglés. En 1847, cuando Poe aún vivía, el semanario "El Instructor Peruano" analiza los cuentos "Monos y una", "Eiros y Charmion" y "El gato negro", calificados como verdaderamente originales y señalando "un esfuerzo científico bajo las formas de la novela".

En 1874 aparece en Lima la primera traducción de "El cuervo", realizada por José Ramón Ballesteros y 15 años después la versión venezolana de Juan Antonio Pérez Bonalde. Señala Núñez, que por su "oportunidad y por sus contornos estéticos, la versión de Ballesteros es muy digna de señalarse con énfasis". Añade que "El interés por Poe se hace más vivo a fines del siglo XIX, con la publicación del ensayo sobre él mismo dentro del libro "Los raros" de Rubén Darío y que a principios del siglo XX se revela "otro preclaro traductor peruano de Poe: Felipe G. Cazaneuve cuya versión de "El cuervo" es una de las más literales en Hispanoamérica" Manuel Bel- troy traduciría luego el poema "Anabel Lee".

Cuentos y poemas peruanos

Poe era un convencido de que el acto de escribir es eminentemente algo racional. Así lo sostiene en "Método de composición", afirmando además que quien quiera "escribir bien" debe hacerlo únicamente después de saber cuál va a ser el desenlace de su historia y cuál la respuesta emocional que pretende causar al lector.

Grande ha sido la influencia de este escritor, poeta, crítico y periodista, considerado un maestro universal del relato corto e inventor de las historias detectivescas que aportó, también, a la forja de la ciencia ficción. Su obra marcó profundamente la literatura estadounidense y de muchos otros países. Núñez sostiene: "Coincidiendo con la versión de Cazaneuve, se objetiva a fines del siglo XIX y a comienzos del XX, en las nuevas generaciones una doble influencia (). Es decir el influjo sobre los poetas tan destacados como José Santos Chocano, José Gálvez y José María Eguren; e influencia operante, asimismo, sobre los nuevos cuentistas como Clemente Palma y Abraham Valdelomar". [MMMQ].

Un eterno contemporáneo*

Edgar Allan Poe nació el 19 de enero de 1809. Durante los fugaces cuarenta años de vida de quien, junto con Melville, Hawthorne y Longfellow, inventó la literatura estadounidense tal como la conocemos hoy, el bostoniano escribió cincuenta poemas considerados por Mallarmé como "modelos de estilo"; unos setenta cuentos, en su gran mayoría obras maestras de composición; una novela, Gordon Pym; una pieza teatral, Politien y un largo ensayo filosófico-científico titulado "Eureka"; además de trescientos estudios críticos sobre diversos libros y autores. Su obra completa, junto con una abundante correspondencia epistolar, se publicó en la llamada "Virginia Edition" de 1902 en un total de diecisiete volúmenes.

El gran transformador

Como una constante, aparece en todos sus escritos una obsesión que marca la vida del escritor: la forma. Su talante creador fue menos de invención que de transformación. Casi todos sus cuentos provienen directamente de fuentes literarias preexistentes, de lo que el propio autor siempre se preció. Poe reconoció que "Metzengerstein" era "imitado del alemán", que el doble asesinato de la calle Morgue se basó en un cuento infantil cuya trama transformó en un espejismo de horror y de misterio, y que "El pozo y el péndulo" estuvo ampliamente inspirado en "Edgar Huntry" de Brockden Brown.

Poe metamorfoseó así una enorme cantidad de lecturas, en las que leyendas árabes se codeaban con la novela gótica inglesa y Hoffman se transfiguraba en literatura grecolatina. Su estilo prosperó y es por eso que, siguiendo sus huellas, Julio Verne le debe al insigne estadounidense el dirigible Victoria que encontramos en "Robur el conquistador", tanto como los criptogramas de Mathias Sandorf y del "Viaje al centro de la tierra", cuya filiación con el enigmático pergamino del "Escarabajo de oro" es más que evidente. ¿Y no subyace, acaso, en ese magistral cuento ya citado, "Metzengerstein", uno de los aspectos recurrentes de la ficción universal --el de la identidad imposible--, que hallamos en Pedro o las ambigüedades de Melville o en "Lord Jim" de Conrad, así como en "Crimen y castigo", en el "Ulises" y en gran parte de Proust, hasta llegar al Borges de "La lotería de Babilonia" y al cine mismo de Ingmar Bergman? Confieso que yo también me atreví a insertar situaciones y personajes suyos en mi primera novela.

Legado inmortal*

Poe fue también el más audaz renovador de la literatura fantástica --Jorge Luis Borges sugirió que esta nació con él-- y el gran innovador de la narrativa policial, a la que supo otorgarle sus cartas de nobleza al extraerla de esa marginalidad en la que, lamentablemente, yace hasta hoy. Intuyó acertadamente que lo que le daría calidad formal al relato policial serían los ingredientes indisolubles de la literatura de todos los tiempos, como el perpetuo juego sutil entre el raciocinio y el azar en el que se miden, en soterrada contienda, el bien y el mal, como en un ballet en el que el detective y el culpable lucirían sus más intrépidas coreografías. El cartesiano Dupin inspiró así centenares de novelas policiales, desde Conan Doyle hasta Dickson Carr y de Gaston Leroux a Agatha Christie.

Baudelaire hizo de Poe el ejemplo del espíritu decadente y Valéry vio en él la encarnación de la perfección creadora. Pero sobre todo, Edgar Allan Poe es y seguirá siendo uno de esos genios que ha alcanzado el destiempo de la perenne actualidad: ser durante estos dos siglos que mañana celebramos, el contemporáneo de todas las generaciones.
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* Harry Beleván (Embajador del Perú en Francia)
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Fuente: Diario El Comercio. 18/01/09

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