La Canadá del Sur
Autor: Isaac Bigio (Internacionalista)
Canadá es el Estado más nórdico y extenso de las Américas. Pese a ser la segunda nación en área del planeta sólo tiene fronteras con una única nación: los EE.UU.
Con este último tiene una relación contradictoria. Ambos son los dos mayores países con población de lengua materna inglesa y también los únicos 2 miembros americanos del Grupo de las 7 potencias (G7). Sin embargo, Canadá es políticamente conservadora (no es república como EE.UU. y su jefe de Estado sigue siendo la corona inglesa, la misma que tiene la posibilidad de vetar o remover a su gobierno), pero tiene una seguridad social y un sistema de salud estatales y una baja tasa de criminalidad que muchos estadounidenses la ven como un modelo avanzado a conseguir.
Pese a que EE.UU. da al Caribe y Canadá da al Ártico, en diversas oportunidades la diplomacia canadiense se ha sentido más ligada a las zonas tropicales de su hemisferio. Canadá es, al mismo tiempo, la nación anglosajona y también latina más grande del mundo. Allí reside la población de idioma madre francés más grande fuera de Francia.
La diplomacia canadiense siempre ha mostrado cierta autonomía, aunque nunca una marcada hostilidad, ante EE.UU. Cuba es un ejemplo de ello. En cierta manera ha sido un puente entre la América anglófona y la latina.
Sin embargo, a medida que Canadá tiene un gobierno más cercano al que Bush hizo antes en Washington, el vacío que genera la ausencia de un gran contrapeso a EE.UU. en el hemisferio tiende a ser llenado por el Estado americano que les sigue a ambos en tamaño: Brasil.
Este se ha convertido en lo que el profesor James Dunkerley caracteriza como el nuevo "Canadá del Sur". Con Dilma como presidenta Brasil va a acentuar esas características.
Hoy Brasilia tiene una diplomacia que colabora con la de Washington, pero que también choca con ésta. Lula se demarcó de Bush y Obama logrando que Cuba doblegue el bloqueo y vetando el reconocimiento internacional del presidente hondureño Lobo. No obstante, no ha seguido la política de confrontación "antiimperialista" patrocinada por Caracas y el ALBA.
Brasil ha llegado aún más lejos que Canadá en cuanto a su propia independencia diplomática. Ha sido la principal fuerza militar en Haití, viene rearmándose con equipos franceses (incluyendo un submarino con capacidad nuclear) con vistas a fabricar los suyos propios, ha tendido puentes a Irán, pese al veto de la Casa Blanca, y ha creado en torno a sí dos bloques subcontinentales (Mercosur y Unasur) que siguen una orientación económica y diplomática diferente a la del consenso de Washington.
Fuente: Diario Correo (Perú). 10 de Noviembre del 2010.
Autor: Isaac Bigio (Internacionalista)
Canadá es el Estado más nórdico y extenso de las Américas. Pese a ser la segunda nación en área del planeta sólo tiene fronteras con una única nación: los EE.UU.
Con este último tiene una relación contradictoria. Ambos son los dos mayores países con población de lengua materna inglesa y también los únicos 2 miembros americanos del Grupo de las 7 potencias (G7). Sin embargo, Canadá es políticamente conservadora (no es república como EE.UU. y su jefe de Estado sigue siendo la corona inglesa, la misma que tiene la posibilidad de vetar o remover a su gobierno), pero tiene una seguridad social y un sistema de salud estatales y una baja tasa de criminalidad que muchos estadounidenses la ven como un modelo avanzado a conseguir.
Pese a que EE.UU. da al Caribe y Canadá da al Ártico, en diversas oportunidades la diplomacia canadiense se ha sentido más ligada a las zonas tropicales de su hemisferio. Canadá es, al mismo tiempo, la nación anglosajona y también latina más grande del mundo. Allí reside la población de idioma madre francés más grande fuera de Francia.
La diplomacia canadiense siempre ha mostrado cierta autonomía, aunque nunca una marcada hostilidad, ante EE.UU. Cuba es un ejemplo de ello. En cierta manera ha sido un puente entre la América anglófona y la latina.
Sin embargo, a medida que Canadá tiene un gobierno más cercano al que Bush hizo antes en Washington, el vacío que genera la ausencia de un gran contrapeso a EE.UU. en el hemisferio tiende a ser llenado por el Estado americano que les sigue a ambos en tamaño: Brasil.
Este se ha convertido en lo que el profesor James Dunkerley caracteriza como el nuevo "Canadá del Sur". Con Dilma como presidenta Brasil va a acentuar esas características.
Hoy Brasilia tiene una diplomacia que colabora con la de Washington, pero que también choca con ésta. Lula se demarcó de Bush y Obama logrando que Cuba doblegue el bloqueo y vetando el reconocimiento internacional del presidente hondureño Lobo. No obstante, no ha seguido la política de confrontación "antiimperialista" patrocinada por Caracas y el ALBA.
Brasil ha llegado aún más lejos que Canadá en cuanto a su propia independencia diplomática. Ha sido la principal fuerza militar en Haití, viene rearmándose con equipos franceses (incluyendo un submarino con capacidad nuclear) con vistas a fabricar los suyos propios, ha tendido puentes a Irán, pese al veto de la Casa Blanca, y ha creado en torno a sí dos bloques subcontinentales (Mercosur y Unasur) que siguen una orientación económica y diplomática diferente a la del consenso de Washington.
Fuente: Diario Correo (Perú). 10 de Noviembre del 2010.
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