La discusión sobre Porter y un gran Plan para el Perú
Alfredo Barnechea (Analista)
LIMA La visita de Michael Porter generó un debate sobre la real situación de la economía peruana.
No seguí ese debate, pero revisé la exposición de Porter. Aunque algunos de sus planteamientos son casi obvios, otros deberían ser muy útiles para la elección de políticas.
Debería resaltarse de su presentación:
� Primero, que el desempeño económico del Perú es dependiente de los recursos naturales.
� Segundo, que el manejo de la macroeconomía ha sido eficiente, pero que eso no es suficiente.
� Tercero, que el Perú tiene un bajo nivel de competitividad, entre otras cosas por débiles sistemas en educación y en salud, y alta inequidad.
� Cuarto, la necesidad de tener "clusters" o constelaciones de empresas alrededor de un sector.
� Quinto, que esas "constelaciones" o grupos son generalmente "regionales", lo que abre una ventana muy interesante para el proceso de regionalización peruano.
Creo que la discusión generada por Porter debería verse dentro del siguiente horizonte:
En la historia de la República, ha habido tres grandes periodos de expansión.
El primero fue el del guano, entre la década de 1840 y la de 1870, o entre el primer gobierno de Castilla y el de Balta (y la primera transición civil).
En Europa la Revolución Industrial estaba consolidada, y menos gente trabajaba en el campo. Para alimentar a la misma población se requería más productividad agraria, y el guano fue uno de sus insumos.
El guano proveyó a Castilla del combustible financiero para consolidar el Estado nacional, después de dos décadas de caudillos y guerras civiles. Cuando Balta entra en 1969 no tiene plata para terminar ferrocarriles. El periodo de expansión se ha evaporado, y en 1872 Pardo cree que debe declarar una República "práctica" para un país en bancarrota (de donde sigue su extraña política sobre el salitre, y su secuela, la Guerra con Chile).
El segundo gran periodo de expansión comienza en 1895 con Piérola y dura básicamente hasta la crisis de 1929. Doce años después del fin de la guerra, los chilenos, como ahora, venían a admirar el desarrollo de Lima.
¿Qué causó ese crecimiento? La expansión europea que había comenzado en 1871 al término de la guerra franco-prusiana, y que duró en lo esencial hasta 1914.
Cuando ese periodo de expansión terminó, la prosperidad peruana se había también evaporado. Había sido, término de Basadre, una "prosperidad falaz".
En esta primera década del siglo XXI que vivimos, hemos tenido otro extraordinario periodo de expansión.
¿Qué la ha causado? Ya no Europa, sino esta vez "Chindia", la expansión colosal de China e India, que están volviendo al lugar dominante que tenían antes de la Revolución Industrial.
¿Cuánto durará? Todavía China tiene millones de habitantes mudándose del campo a la ciudad, impulsando un gigantesco proceso de urbanización y modernización, y en la India sólo la clase media es más grande que toda la población de Estados Unidos.
Pero quizá no sea excéntrico recordar la milenaria historia china. El gran Joseph Needham, que fue el preeminente sinólogo del mundo, dijo que donde había habido alguna innovación había estado la dinastía Sung (s. IX), pero que con la llegada de los Ming, esa ventana de innovación se cerró. La pólvora, la brújula y la imprenta (que China había inventado) causaron la Edad Moderna. Pero en Europa, no en China, donde la burocracia la ahogó. ¿Hasta cuándo puede dirigir un crecimiento tecnológico el Partido Comunista Chino?
Entre los dos últimos grandes periodos de expansión peruanos hay por supuesto importantes diferencias. En 1900 no existía sino Lima, no la emergencia de regiones económicamente activas como ahora. El resto eran "enclaves". País de "élites" entonces, no de estas extraordinarias nuevas clases medias de ahora. País mayoritario y aislado en el "hinterland" andino y no la fusión peruana, básicamente volcada a la costa (y por tanto a puertos de exportación) de ahora.
Pero hay una similitud en todos los periodos de expansión: fueron causados por una demanda externa. Fuimos parte de un ciclo internacional de expansión. Cuando cada uno terminó, la ilusión del desarrollo se desvaneció.
Estamos ahora ante una extraordinaria ventana de oportunidad para nuestro desarrollo. ¿Cómo hacemos para que ahora no ocurra lo mismo que en los dos ciclos anteriores? ¿Cómo hacemos para tener una competitividad "endógena"? Ese fue el mensaje de Porter, y el Presidente García hizo mal en desfigurarlo.
Otra forma de plantearlo es así: ¿Cómo pasamos de una economía de recursos naturales a una economía del conocimiento?
Los recursos naturales no son necesariamente una maldición, como lo prueban Australia (un país "minero", el más árido del mundo, según Jared Diamond dice en Colapso) o Canadá. O, más recientemente, Noruega y Finlandia. Noruega supo cómo usar su inesperada riqueza petrolera del mar del Norte para forjar una economía competitiva. Finlandia pasó en 30 años de producir eucaliptos a Nokia, y a ser la economía más competitiva del mundo.
Todas estas naciones anclaron su "despegue" en la educación, y en diversificar su economía hacia sectores de rendimientos "crecientes", y no dejarla atada a sectores de "rendimientos decrecientes", como son por esencia los recursos naturales.
El Perú necesita un gran Plan alrededor de este desafío central. Un Plan con metas, cuantificables, semejante al que Kubitschek planteó hace medio siglo para Brasil, y en el que está el origen del desarrollo brasileño. Ese Plan debe tener un horizonte de una década, del 2011 al 2021, para impulsar un cuarto, y definitivo, periodo de expansión antes del bicentenario de la República.
Fuente: Diario Correo. Domingo 03 de enero del 2010.
Alfredo Barnechea (Analista)
LIMA La visita de Michael Porter generó un debate sobre la real situación de la economía peruana.
No seguí ese debate, pero revisé la exposición de Porter. Aunque algunos de sus planteamientos son casi obvios, otros deberían ser muy útiles para la elección de políticas.
Debería resaltarse de su presentación:
� Primero, que el desempeño económico del Perú es dependiente de los recursos naturales.
� Segundo, que el manejo de la macroeconomía ha sido eficiente, pero que eso no es suficiente.
� Tercero, que el Perú tiene un bajo nivel de competitividad, entre otras cosas por débiles sistemas en educación y en salud, y alta inequidad.
� Cuarto, la necesidad de tener "clusters" o constelaciones de empresas alrededor de un sector.
� Quinto, que esas "constelaciones" o grupos son generalmente "regionales", lo que abre una ventana muy interesante para el proceso de regionalización peruano.
Creo que la discusión generada por Porter debería verse dentro del siguiente horizonte:
En la historia de la República, ha habido tres grandes periodos de expansión.
El primero fue el del guano, entre la década de 1840 y la de 1870, o entre el primer gobierno de Castilla y el de Balta (y la primera transición civil).
En Europa la Revolución Industrial estaba consolidada, y menos gente trabajaba en el campo. Para alimentar a la misma población se requería más productividad agraria, y el guano fue uno de sus insumos.
El guano proveyó a Castilla del combustible financiero para consolidar el Estado nacional, después de dos décadas de caudillos y guerras civiles. Cuando Balta entra en 1969 no tiene plata para terminar ferrocarriles. El periodo de expansión se ha evaporado, y en 1872 Pardo cree que debe declarar una República "práctica" para un país en bancarrota (de donde sigue su extraña política sobre el salitre, y su secuela, la Guerra con Chile).
El segundo gran periodo de expansión comienza en 1895 con Piérola y dura básicamente hasta la crisis de 1929. Doce años después del fin de la guerra, los chilenos, como ahora, venían a admirar el desarrollo de Lima.
¿Qué causó ese crecimiento? La expansión europea que había comenzado en 1871 al término de la guerra franco-prusiana, y que duró en lo esencial hasta 1914.
Cuando ese periodo de expansión terminó, la prosperidad peruana se había también evaporado. Había sido, término de Basadre, una "prosperidad falaz".
En esta primera década del siglo XXI que vivimos, hemos tenido otro extraordinario periodo de expansión.
¿Qué la ha causado? Ya no Europa, sino esta vez "Chindia", la expansión colosal de China e India, que están volviendo al lugar dominante que tenían antes de la Revolución Industrial.
¿Cuánto durará? Todavía China tiene millones de habitantes mudándose del campo a la ciudad, impulsando un gigantesco proceso de urbanización y modernización, y en la India sólo la clase media es más grande que toda la población de Estados Unidos.
Pero quizá no sea excéntrico recordar la milenaria historia china. El gran Joseph Needham, que fue el preeminente sinólogo del mundo, dijo que donde había habido alguna innovación había estado la dinastía Sung (s. IX), pero que con la llegada de los Ming, esa ventana de innovación se cerró. La pólvora, la brújula y la imprenta (que China había inventado) causaron la Edad Moderna. Pero en Europa, no en China, donde la burocracia la ahogó. ¿Hasta cuándo puede dirigir un crecimiento tecnológico el Partido Comunista Chino?
Entre los dos últimos grandes periodos de expansión peruanos hay por supuesto importantes diferencias. En 1900 no existía sino Lima, no la emergencia de regiones económicamente activas como ahora. El resto eran "enclaves". País de "élites" entonces, no de estas extraordinarias nuevas clases medias de ahora. País mayoritario y aislado en el "hinterland" andino y no la fusión peruana, básicamente volcada a la costa (y por tanto a puertos de exportación) de ahora.
Pero hay una similitud en todos los periodos de expansión: fueron causados por una demanda externa. Fuimos parte de un ciclo internacional de expansión. Cuando cada uno terminó, la ilusión del desarrollo se desvaneció.
Estamos ahora ante una extraordinaria ventana de oportunidad para nuestro desarrollo. ¿Cómo hacemos para que ahora no ocurra lo mismo que en los dos ciclos anteriores? ¿Cómo hacemos para tener una competitividad "endógena"? Ese fue el mensaje de Porter, y el Presidente García hizo mal en desfigurarlo.
Otra forma de plantearlo es así: ¿Cómo pasamos de una economía de recursos naturales a una economía del conocimiento?
Los recursos naturales no son necesariamente una maldición, como lo prueban Australia (un país "minero", el más árido del mundo, según Jared Diamond dice en Colapso) o Canadá. O, más recientemente, Noruega y Finlandia. Noruega supo cómo usar su inesperada riqueza petrolera del mar del Norte para forjar una economía competitiva. Finlandia pasó en 30 años de producir eucaliptos a Nokia, y a ser la economía más competitiva del mundo.
Todas estas naciones anclaron su "despegue" en la educación, y en diversificar su economía hacia sectores de rendimientos "crecientes", y no dejarla atada a sectores de "rendimientos decrecientes", como son por esencia los recursos naturales.
El Perú necesita un gran Plan alrededor de este desafío central. Un Plan con metas, cuantificables, semejante al que Kubitschek planteó hace medio siglo para Brasil, y en el que está el origen del desarrollo brasileño. Ese Plan debe tener un horizonte de una década, del 2011 al 2021, para impulsar un cuarto, y definitivo, periodo de expansión antes del bicentenario de la República.
Fuente: Diario Correo. Domingo 03 de enero del 2010.
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