Imagen: Kalipedia.com
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¡Gloria a Miraflores!
Aldo Mariátegui (Periodista)
LIMA En estos días celebramos un aniversario más de la Batalla de Miraflores, de las pocas terrestres que vale la pena recordar de esa infausta guerra, junto a la épica Arica, el pírrico triunfo de Tarapacá y la injusta derrota de Huamachuco.
En el Perú se suele denigrar todo lo que suene a burguesía y clase media republicana del siglo XIX, a todo lo "blanco limeño", seguramente a causa de los ácidos escritos de González Prada, las caricaturizaciones de Segura y Pardo y Aliaga o las jeremiadas de Basadre, leyenda negra reforzada por historiadores rojos como Pablo Macera, Heraclio Bonilla o Nelson Manrique.
Pero en Miraflores fue ese sector (enrolado en la Reserva) el que se batió como un león junto con los restos del ejército de línea, y que casi derrota a los chilenos, quienes sufrieron su más alto número de bajas (más de dos mil, el 25% de sus combatientes en esa jornada) de todos los enfrentamientos de la guerra.
Allí el estereotipo del limeñito frívolo, blando e irresponsable quedó por los suelos, pues lo que sobraron fueron cojones. Allí no hubo esas vergonzosas deserciones masivas de la previa San Juan o el desorden infantil del Alto de la Alianza, Los Ángeles o San Francisco. Allí tuvimos niños héroes (13 años) como Manuel Bonilla. Allí cayeron los dos hijos adolescentes de Bolognesi y el joven vástago del diplomático Lavalle que casi evitó la guerra. Si la ignorancia no fuese pasto en nuestro país, muchos sabrían que muchos apellidos de calles (Ribeyro, Ugarriza, De la Colina, Tenaud, Casimiro Ulloa, Montero Rosas, De los Heros, De la Jara, Cavenecia, Badani, Chariarse, Terán, Lund, Vivanco, Amézaga, Dañino, Barrón, Torres Paz, Manuel Díaz, Seguín, Arrieta, Valle Riestra, Arias Aragüez, Lembcke, Delhorme) corresponden a civiles que murieron defendiendo desesperadamente a su pequeña ciudad-balneario: comerciantes, jueces, abogados, profesores, colegiales, universitarios, artesanos, viejos, jóvenes, niños... También varios hijos de la colonia italiana ofrendaron sus vidas por su adoptivo Perú.
Lo curioso es que la batalla comenzó por error, pues se había establecido una tregua hasta la medianoche y Piérola se hallaba en negociaciones -dicen que a punto de firmar la rendición, abrumado por la debacle de San Juan- a las dos de la tarde con el cuerpo diplomático en la hacienda Schell cuando unos peruanos abrieron fuego sobre el general chileno Baquedano al verlo hacer un reconocimiento cercano, lo que desató una inesperada lucha generalizada. Los chilenos avanzaron, mientras que el capturado Huáscar y el blindado Cochrane bombardeaban a la ahora bien llamada "Ciudad Heroica" de Miraflores.
La defensa peruana se basaba en siete reductos, ubicados desde casi el acantilado hasta Monterrico, por donde ahora discurren las avenidas Benavides y Primavera. Sólo pelearon cuatro de ellos: 5,500 peruanos contra 8,000 chilenos. Y sólo el sector derecho nacional llevó sobre sí el peso de la batalla.
A las cuatro de la tarde parecía que la victoria era de los miraflorinos y los chilenos ya se planteaban la retirada a Chorrillos. Pero el ala izquierda peruana -que debió bajar desde Surco y Ate- abandonó a los que combatían y la escasez de hombres y municiones decidió la suerte a favor de los sureños. Todo finalizó a las seis de la tarde con 3,000 bajas locales.
Como bien escribió el testigo Casimiro Ulloa: "De toda la Reserva (estos civiles enrolados en el heroico Batallón 6) no había peleado sino una división y sin embargo había contenido al enemigo durante más de una hora ella sola. De 8 mil hombres no habían peleado más de 1,500. Once batallones (el ala izquierda) no habían hecho un tiro".
¡Viva Miraflores, carajo!
Fuente: Diario Correo. Sábado 16 de enero del 2010.
Aldo Mariátegui (Periodista)
LIMA En estos días celebramos un aniversario más de la Batalla de Miraflores, de las pocas terrestres que vale la pena recordar de esa infausta guerra, junto a la épica Arica, el pírrico triunfo de Tarapacá y la injusta derrota de Huamachuco.
En el Perú se suele denigrar todo lo que suene a burguesía y clase media republicana del siglo XIX, a todo lo "blanco limeño", seguramente a causa de los ácidos escritos de González Prada, las caricaturizaciones de Segura y Pardo y Aliaga o las jeremiadas de Basadre, leyenda negra reforzada por historiadores rojos como Pablo Macera, Heraclio Bonilla o Nelson Manrique.
Pero en Miraflores fue ese sector (enrolado en la Reserva) el que se batió como un león junto con los restos del ejército de línea, y que casi derrota a los chilenos, quienes sufrieron su más alto número de bajas (más de dos mil, el 25% de sus combatientes en esa jornada) de todos los enfrentamientos de la guerra.
Allí el estereotipo del limeñito frívolo, blando e irresponsable quedó por los suelos, pues lo que sobraron fueron cojones. Allí no hubo esas vergonzosas deserciones masivas de la previa San Juan o el desorden infantil del Alto de la Alianza, Los Ángeles o San Francisco. Allí tuvimos niños héroes (13 años) como Manuel Bonilla. Allí cayeron los dos hijos adolescentes de Bolognesi y el joven vástago del diplomático Lavalle que casi evitó la guerra. Si la ignorancia no fuese pasto en nuestro país, muchos sabrían que muchos apellidos de calles (Ribeyro, Ugarriza, De la Colina, Tenaud, Casimiro Ulloa, Montero Rosas, De los Heros, De la Jara, Cavenecia, Badani, Chariarse, Terán, Lund, Vivanco, Amézaga, Dañino, Barrón, Torres Paz, Manuel Díaz, Seguín, Arrieta, Valle Riestra, Arias Aragüez, Lembcke, Delhorme) corresponden a civiles que murieron defendiendo desesperadamente a su pequeña ciudad-balneario: comerciantes, jueces, abogados, profesores, colegiales, universitarios, artesanos, viejos, jóvenes, niños... También varios hijos de la colonia italiana ofrendaron sus vidas por su adoptivo Perú.
Lo curioso es que la batalla comenzó por error, pues se había establecido una tregua hasta la medianoche y Piérola se hallaba en negociaciones -dicen que a punto de firmar la rendición, abrumado por la debacle de San Juan- a las dos de la tarde con el cuerpo diplomático en la hacienda Schell cuando unos peruanos abrieron fuego sobre el general chileno Baquedano al verlo hacer un reconocimiento cercano, lo que desató una inesperada lucha generalizada. Los chilenos avanzaron, mientras que el capturado Huáscar y el blindado Cochrane bombardeaban a la ahora bien llamada "Ciudad Heroica" de Miraflores.
La defensa peruana se basaba en siete reductos, ubicados desde casi el acantilado hasta Monterrico, por donde ahora discurren las avenidas Benavides y Primavera. Sólo pelearon cuatro de ellos: 5,500 peruanos contra 8,000 chilenos. Y sólo el sector derecho nacional llevó sobre sí el peso de la batalla.
A las cuatro de la tarde parecía que la victoria era de los miraflorinos y los chilenos ya se planteaban la retirada a Chorrillos. Pero el ala izquierda peruana -que debió bajar desde Surco y Ate- abandonó a los que combatían y la escasez de hombres y municiones decidió la suerte a favor de los sureños. Todo finalizó a las seis de la tarde con 3,000 bajas locales.
Como bien escribió el testigo Casimiro Ulloa: "De toda la Reserva (estos civiles enrolados en el heroico Batallón 6) no había peleado sino una división y sin embargo había contenido al enemigo durante más de una hora ella sola. De 8 mil hombres no habían peleado más de 1,500. Once batallones (el ala izquierda) no habían hecho un tiro".
¡Viva Miraflores, carajo!
Fuente: Diario Correo. Sábado 16 de enero del 2010.
10 comentarios:
Bun artículo nos transcribes acá. Desde luego fue una infausta guerra que quedará en la mentalidad colectiva peruana siempre, cosa que yo he apreciado en mis visitas peruanas. Lo veo como una desgracia esa enemistad con los hermanos chilenos del sur. La historia siempre se escribe con mitos y esos mitos deben de desenmascararse pues hay que reescribir la historia. Esta batalla rompe el mito de los frívolos pitucos limeños de Miraflores sobre todo.
Un saludo don Edyye.
Hacia finales de 1883 el Perú había sido despojado de la inmensa provincia salitrera de Tarapacá. Posteriormente las ciudades de Tacna y Arica correrían la misma suerte. La capital del país no solo había sufrido el saqueo de casas y edificios por bárbaras tropas chilenas, sino también el criminal incendio de Chorrillos y la pérdida de invaluable patrimonio (como el de millares de libros extraídos de la biblioteca nacional). Durante tres indignantes años la bandera chilena flamearía sobre el Palacio de Gobierno en Lima, tiempo en el cual se obligara a los nuestros al pago de vergonzosos “cupos de guerra”. A la humillación de un gobierno de ocupación extranjera, se suma un “tratado de paz” que nunca fue respetado por los sucesivos gobiernos chilenos.
La prepotencia y soberbia de los actuales regímenes chilenos, militares como Cheyre, pinochetistas disfrazados de demócratas en el Congreso e historiadores ultranacionalistas como Sergio Villalobos, definitivamente no son señal de que las cosas hayan variado mucho en los últimos 130 años, lamentablemente.
Saludos, amigo madrileño.
Creo que será muy difícil la reconciliación pero no imposible. Te pondré el caso de las relaciones entre España y Francia. Cómo bien sabrás, las tropas de Napoleón invadieron bárbaramente el país y saqueaban y mataban y violaban sin piedad. El pintor Goya lo plasmó en sus grabados terribles de realismo bélico. Hoy, doscientos años despúés ya parecen restañadas las heridas y las relaciones son ya excelentes. ¿La solución? La integración europea. Por ahí irán los tiros de la solución de América Latina. Por esa unión tenéis que luchar los americanos latinos. El naconalismo localista os rompe todo y los intentos mesiánicos "bolivarianos" creo que también. Teneis recursos naturales y potencial demográfico fuerte, solo os queda desarrollar la educación cultural. Ese es el reto.
Saludos don Edyye.
Se suele establecer también la analogía de la reconciliación franco-alemana. Estas dos naciones, como se sabe, se vieron enfrentadas en numerosas ocasiones (1870,1914, 1939), sin embargo hoy han superado admirablemente esas “diferencias históricas” y mantienen “relaciones normales”. Pero, cuáles fueron los factores que llevaron a estos dos países rivales a ser un “ejemplo de reconciliación”. Bueno la respuesta es compleja pero podemos tentar una aproximación. De esta manera podemos afirmar que los factores que crearon las condiciones de “paz verdadera” (a diferencia de la “paz negativa”, entendida en Occidente como simple ausencia de guerra) entre Francia y Alemania, pueden dividirse en: territoriales, políticos, económicos, sociales y culturales. A nivel territorial esta por ejemplo la devolución de Alsacia y Lorena a Francia. Políticamente la presencia de fines superiores como la consolidación de la UE. Económicamente, una complementariedad económica-comercial más o menos equilibrada. Socialmente el deseo de no vivir nunca jamás una pesadilla como la segunda guerra mundial. Y a nivel cultural la devolución de patrimonio saqueado durante las ocupaciones militares. A todo esto se agrega los gestos políticos alemanes, de perdón ante el mundo, por los horrores de la guerra.
Respecto a Perú y Chile, bueno una devolución territorial es poco probable (por no decir imposible). Políticamente chile es aislacionista respecto a proyectos de integración regional. Económicamente el desbalance de inversiones y el avasallamiento chileno es real. Desde el punto social existe un fuerte espíritu autoritario-militarista, expresado en las nostalgias pinochetistas y fujimoristas de grandes sectores. Y culturalmente, se mantiene la negativa chilena de devolver el patrimonio arrebatado durante ocupación de Lima. A esto se suma una fuerte carrera armamentística, casos indignantes de espionaje chileno, y desconocimiento a la soberanía nacional peruana.
El asunto no es sencillo, mi querido amigo.
Saludos!
entre los años de 1881 a 1883 duro la ocupacion chilena en lima peru., yo quisiera saber ¿ como era la vida de los limeños durante la ocupacion chilena? ¿en que manera influyo la ocupacion chilena en los negocios de los limeños es decir restaurantes, carpinteros, sastres,etc?si los chilenos tenian una lista de todos los negocios que habia en lima o tenian una lista de censo para controlar la poblacion o los negocios que habia en lima.
durante la ocupacion chilena en lima peru, mi antepasado el boliviano benjamin sardon tenia un restaurante y dos casas tiendas., mi otro antepasado manuel castellanos era carpintero, ambos antepasados mios., vivieron en lima durante la ocupacion chilena en lima peru.
si exsiste algunos datos al respecto por favor comuniquese conmigo., a mi email: numida2008@hotmail.com., muchas gracias.
Estuve leyendo la conversación y me pareció muy interesante, eso si me gustaría conocer la respuesta que dio Eddy finalmente...
A parte de eso creo que uno de los problemas aquí es la información que uno recibe, el punto de vista.
Yo soy chileno y por supuesto la historia que conozco no es la misma y no creo que alguna vez concuerde con la de los peruanos.
Es como el conflicto del mar. Ustedes nos piden mar cuando sus aguas se calientan y pierden pescados, pero cuando las temperaturas bajan se quedan calladitos y todo el conflicto internacional que provocaron queda en nada.
Si se unieron con sus amigos bolivianos para ser mas fuertes, pero perdieron la guerra, solo pueden recuperar lo perdido con otra guerra. ¿Pero podrían con Chile? -No creo.
Yo creo que en este caso y con todos nuestros hermanos latinoamericanos deberíamos simplemente aplicar uti possidetis, es decir, quedarnos con lo que tenemos y lograr finalmente ser verdaderos hermanos, no solo hermanos para que suene bonito en los cuentos.
Saludos al Perú amigo.
Sin duda no podemos perder de vista el presente, es lo que le da sentido a la historia. Peruanos y chilenos hemos de aprender del pasado histórico.
Por ejemplo la no atención a la mediación internacional hace más de un siglo.
Recordemos que según el Tratado de Ancón (que dio fin a la guerra en 1883), se decidiría el destino de las ciudades de Tacna y Arica a través de un plebiscito a realizarse diez años después. Lamentablemente debido a los obstáculos de los gobiernos chilenos de turno (esta ampliamente documentado el caso), esto no se concreto. Lo cual dio pie a que un conflicto del siglo XIX recién se resolviera en 1929 con el Tratado de Lima.
Tiene usted razón al decir que la historia que se cuenta en ambos países respecto al conflicto es distinta. Dudo mucho que en las escuelas de Santiago o Valparaíso, sepan de los lamentables hechos de maltrato hacia los peruano de Tacna y Arica durante la ocupación posterior a la guerra. Las provincias cautivas sufrirían una chilenización forzosa y muchos peruanos acosados tuvieron que partir con sus familias.
Actualmente atravesamos ambos países un litigio internacional, creo que el mensaje es que evitaremos rencillas futuras solo si respetamos los mecanismos mundiales que existen para la paz. Si Perú y Chile rechazaran el fallo del tribunal de la Haya, definitivamente se mantendría e incrementaría esta tensión silenciosa entre ambos pueblos.
Saludos cordiales.
Posdata: por un tema de transparencia y elegancia por favor procure incluir su nombre verdadero al remitir mensajes. Y por dios que es eso de “... pero perdieron la guerra, solo pueden recuperar lo perdido con otra guerra. ¿Pero podrían con Chile? -No creo”. Me parece su posición de un extremismo absoluto. Sé que mi posición es firme pero tampoco lleguemos a absurdas posiciones belicistas como la que expresa en su mensaje.
Desafortunadamente el eterogeneo Peru perdio esta guerra por culpa de sus despoticos governantes a quienes les preocupaba mas el resguardo de sus propios intereses que cumplir con los deberes sagrados de la patria, si hubieran estado unidos de verdad la historias seria otra. Una lastima en verdad.
El soberbio pais de Chile de alguna manera se vera sorprendido por otros heraldos.
Neil Niño de Guzman
Muy buen articulo, me fue gratamente agradable el que evitara nacionalismos que terminan por parcializar la visión y los hechos que el pasado nos presenta.
Siendo Chileno, y feliz de serlo, no puedo menos que reconocer a los héroes de ambos bandos, los gestos de nobleza de Grau a la viuda de Prat por nombrar algunos y omitiendo a muchos. Pocas ocupaciones de milicias han sido sin destrozos y humillación, hecho lamentable. Ahora mirando el pasado, esperemos que aprendamos de los errores y se edifiquemos futuros con mayor confianza evitando la ceguedad y populismo que han causado que pueblos con ideales comunes vean estancados sus progresos por la guerra e ignorancia de sus consecuencias.
Estimo improbable la devolución de territorios, ya que para muchos Chilenos que tenemos antepasados que pagaron igualmente con sangre el triunfo de aquella pasada guerra seria triste, mientras que otros ocultan ignorancia en falsos patriotismos y llamados bélicos ante esta posibilidad.
Un saludo
David R.
Hola David, concuerdo contigo, creo además que el pasado nos une más de lo que creemos. Ojalá en las escuelas de Perú y Chile, se profundizara en la figura de Bernardo O Higgins y su rol durante la independencia del Perú (y su exilio y como es acogido en nuestro país hasta su fallecimiento). También la extraordinaria lucha conjunta de marinos peruanos y chilenos en contra de la agresión de la Escuadra española en 1865-66 (el significado del Combate de Abtao). Incluso la conmovedora solidaridad de los mineros (salitreros) chilenos, peruanos y bolivianos en los lamentables hechos de la Matanza de la Escuela de Santa María de Iquique en 1907.
La historia que hoy se difunde está marcada por la necesidad decimonónica de construir Estados-Nación en Perú y Chile (visiones patrioteras y maniqueístas). En estos tiempos donde las fronteras se disuelven más y las comunicaciones articulan intercambios significativos como el presente, necesitamos visiones más amplias de nuestra historia común.
Un abrazo, hasta pronto.
Eddy.
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