Juan José Vega: el rebelde historiador
Por: Edmundo Guilén Guillén (Historiador)
Estuvimos ausentes cuando, hace exactamente un año, ocurrió el infortunado fallecimiento del distinguido historiador Juan José, como familiarmente lo llamábamos sus amigos y colegas. Si bien desde entonces extrañamos su ausencia física, tenemos presente siempre su pensamiento histórico revolucionario y renovador; y es bajo su égida que continuamos en la brega por consolidar una nueva y auténtica historia del Perú, sin mitos ni discriminaciones.
En 1963, con su primer y valioso libro La guerra de los Viracochas, Juan José, impulsado por un afán innovador, rompió lanzas contra la versión hispanista de la conquista del Perú, versión no solamente contraria a nuestra integración nacional, sino además plagada de falsedades. Y con su otro libro auroral, Manco Inca, el Gran Rebelde, acabó con el mito de que la toma de Cajamarca terminó con el Tahuantinsuyo. Juan José demostró que ese crepúsculo sangriento marcó más bien el inicio de la Gran Guerra de Resistencia Incaica y que recién 40 años después, en 1572, sucumbió esa terca y heroica lucha, más que por el poder de las armas europeas, por las contradicciones internas que derrumbaron el Estado autónomo.
Fueron muchos los trabajos de investigación de Juan José. Para nosotros, su pensamiento medular apareció compendiado en el tomo III de la Historia General del Ejército, publicado en 1981 con el título El ejército durante la dominación española del Perú. En esta obra señera de más de 500 páginas demostró que el Perú es una continuidad histórica en el espacio y en el tiempo, probando que la dominación extranjera fue nada más que un infausto paréntesis en la historia milenaria del Perú Andino.
Sus documentados capítulos pusieron de relieve el papel desempeñado por los peruanos en la lucha por la independencia, desde Manco Inca hasta los Angulo, pasando por las trascendentales gestas de Juan Santos Atahuallpa y Túpac Amaru. Nos convencimos así de que ningún pueblo como el peruano derramó tanta sangre en la lucha por su libertad, pues aunque derrotado en varias batallas, jamás fue del todo vencido, persistiendo en la épica búsqueda de su perdida autonomía.
Para reconocer, aunque póstumamente, la obra de Juan José, no bastan las medallas ni los laudatorios. Si queremos ser consecuentes con su legado, el mejor homenaje que el país tribute a su ilustre memoria debe ser la inclusión de sus tesis en los textos escolares, sobre todo en la actualidad ya que nuestra historia injustamente aparece soslayada en los programas curriculares, lo cual es más que lesivo a nuestro sentimiento patriótico y a nuestra identidad. Nos tomamos la libertad de decir que así lo creía firmemente Juan José.
Y bien haría el Estado o la institución universitaria en publicar sus Obras Completas, en las que con la pasión propia de un historiador comprometido reivindicó a los peruanos que, con las ideas y con las armas, vivieron y murieron por la libertad y la soberanía del Perú.
Por sus innovadores trabajos históricos comprometidos con las luchas de nuestro pueblo, por su pensamiento nacionalista y renovador, Juan José ha entrado a la inmortalidad y por la puerta grande a los anales de la historia del Perú.
Fuente. Diario La República. 08 de marzo del 2004.
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