“Peruanos fueron golpeados en el suelo, pateados, robados y maltratados”
Primer Informe del general William Lassiter, presidente de la comisión plebiscitaria en las provincias cautivas de Tacna y Arica, elevado al presidente EEUU, Calvin Coolidge.
VÍCTOR ALVARADO
A continuación, publicamos el informe correspondiente al asalto masivo del 06 de enero de 1926 perpetrada en Tacna cautiva por una turba de 500 “mazorqueros” chilenos a un contingente de peruanos que llegaron a Tacna, procedentes de Arica cautiva, con la finalidad de participar en el plebiscito, que tenía como fecha tentativa el 09 de junio, y fueron objeto a su llegada de una cobarde “agresión pública, brutal y prolongada. Los plebiscitarios fueron “golpeados en el suelo, pateados, apaleados, robados y maltratados escandalosamente” a vista y paciencia del personal de carabineros (policía) y del ejército chileno (NdeR).
La llegada prevista de los peruanos fue anunciada en un artículo publicado en el periódico de la mañana de Tacna, distribuido horas antes de la llegada del tren. Las medidas adoptadas por la policía y las acciones del gentío reunido con antelación en la estación ferroviaria establecen fuera de toda duda que tanto las autoridades chilenas como el público de Tacna tenían conocimiento amplio de la llegada de los peruanos.
A su llegada a Tacna, los peruanos se comportaron en forma ordenada y adecuada, sin incurrir en provocación a la multitud reunida en la estación del ferrocarril y en las inmediaciones.
Multitud hostil en la estación del tren recibió a los peruanos
Los peruanos fueron recibidos a su llegada a Tacna por una muchedumbre chilena hostil conformada por cerca de quinientas personas reunidas en la estación y en las inmediaciones.
A la salida de la estación y en las calles de Tacna se produjo una agresión pública, brutal y prolongada, en contra de los peruanos, que intentaban trasladarse al centro de la ciudad, algunos en autos y otros a pie. Este acoso se produjo en presencia de, al menos, veinticinco policías y de una turba vociferante y hostil.
Uno tras otro, los peruanos fueron separados del grupo por pandillas organizadas, cada una compuesta por entre seis y diez chilenos, y en presencia de la policía fueron golpeados en el suelo, pateados, apaleados, robados y, en general, maltratados escandalosamente.
Los peruanos siguieron su recorrido, siendo apedreados. Continuaron recibiendo insultos, amenazas y agresiones similares, a lo largo de su lento avance de la estación ferroviaria a una casa en la calle Carreras, cerca de la calle San Martín, donde se refugió la mayoría de ellos. Los peruanos no pudieron defenderse de manera efectiva de sus agresores. Fueron asaltados sin provocación y casi sin resistencia. Muchos peruanos resultaron heridos, algunos de gravedad.
La apariencia de protección de la policía fue tan ineficiente, tan falta de entusiasmo y tan completamente ineficaz, que sugiere que la mayor parte de la policía, si no realmente en connivencia con los agresores, simpatizaba con ellos y no tenía intención de oponer resistencia real a sus ataques, o de ofrecer una real protección a los peruanos.
Testigos presenciales de todos los incidentes, desde la salida de la estación del tren hasta la casa de la calle Carreras, no vieron que la policía hubiera arrestado o usado arma alguna en contra de los asaltantes. No sólo las autoridades responsables de Tacna no emplearon las fuerzas militares para proporcionar la protección que la policía no ofreció, sino que oficiales y soldados vestidos con el uniforme militar de Chile estuvieron presentes entre la turba y expresaron su abierta simpatía con los asaltantes. Los ataques a los peruanos parecen haber sido premeditados y deliberadamente planificados de antemano.
Como prueba adicional de la actitud de las autoridades chilenas de Tacna, cabe mencionar que en la noche del mismo día, en la misma ciudad de Tacna, y a sólo unos cientos de metros del mismo punto, dos miembros prominentes de la Delegación Plebiscitaria Peruana y el oficial de Marina al mando del transporte peruano Rímac (*) fueron atacados por una turba y sometidos a una paliza prolongada y brutal sin que la policía interviniese”. (Mañana Capítulo XIV: General Lassiter narra una segunda descomunal agresión perpetrada por invasores chilenos contra plebiscitarios peruanos en Tacna).
(*) Jorge Basadre identificó a dos de las víctimas: el Dr. Emilio F. Valverde y el jefe de la Marina Peruana Carlos Rotalde.
(1) Fuente del Informe: Wambaugh, Sarah. 1933. General Lassiter’s Report on Tacna-Arica en “Plebiscites since the World War: With a Collection of Official Documents”.Volume II - Documents. Washington: Carnegie Endowment for International Peace, páginas 479 y 480.
Fuente: Diario La Razón. 09 de julio del 2013.
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