sábado, 30 de abril de 2011

Boda real inglesa: legitimación popular, compromiso con las FF.AA, sentido de tradición, liberalización parcial y relativismo frente a los gobiernos árabes.

"Boda monárquica"

Por: Isaac Biggio (Internacionalista)

En la tapa de hoy del The Guardian, uno de los principales diarios británicos, se decía que la unión de dos personas va a ser presenciada por dos mil millones de televidentes en todo el planeta.

Cientos de miles se han amontonado en las calles y parques del Reino Unido para celebrar lo que puede ser descrita como la boda más popular que haya tenido hasta hoy el siglo XXI.

Una comentarista afirmaba que Elizabeth II no es sólo la monarca británica sino que es mundialmente conocida sólo como "la reina".

Los Windsor son hoy la principal familia real del planeta. Sus territorios bordean los 20 millones de kilómetros cuadrados y la Mancomunidad de Naciones que Elizabeth II preside agrupa a más de un cuarto de la humanidad.

Esta boda ha sido una forma de legitimarse. Han mostrado una pareja genuinamente en amor y sin que ésta sea presa de escándalos (como los que rodearon a Diana y Carlos). La ceremonia ha sido minuciosamente preparada y ha demostrado cuan cercanos son los ritos católicos con los de la única Iglesia del mundo que es encabezada por una monarquía local (la anglicana).

William, al igual que su hermano y su padre, vistió uniforme militar. Ello muestra su compromiso por apuntalar a una de las FF.AA. que más guerras han librado y sigue librando en el mundo.

Los caballos, los jinetes y la carroza real muestran el lado tradicional que se quiere retener para darle más fuerza a una monarquía que busca liberalizarse y modernizarse (uno de los huéspedes más connotados fue Elton John con su esposo gay).

La inmensa masa que ha salido a las calles a ver a los novios salir en carrozas o en pantallas gigantes contrasta con la casi nula presencia popular cuando David Cameron y Nick Clegg se posesionaron en este gobierno. De hecho es mayor a la de cualquier marcha reciente, aunque no tan grande como la que reunió entre 1 a 2 millones de británicos contra la guerra en el 2003 o a los que regularmente asisten al carnaval londinense de Notting Hill.

Dentro de los convidados estuvieron los anteriores dos primeros ministros conservadores (Thatcher y Mayor), pero no los dos laboristas (Blair y Brown). Para la ceremonia se revocó a último minuto la invitación al embajador de Siria, debido a la represión que su república hace a protestas populares.

Sin embargo, no se hizo lo mismo con ninguna de las familias reales árabes. Esto, pese a que todas ellas se han unido para reprimir a sangre y bala a las marchas pro-democracia en Bahréin. Mientras William se desposaba los aviones de su fuerza área bombardean Libia, en tanto que los monarcas sauditas reprimen el descontento en su propio país y en Bahréin, al cual han intervenido.

Otras familias reales invitadas han sido las europeas que regentan España, Mónaco, Bélgica, Luxemburgo, Holanda, Dinamarca, Suecia y Noruega y también las que fueron depuestas por sus poblaciones como las de Bulgaria, Grecia, Yugoslavia y Rumania. También fueron convidadas las monarquías de Malasia, Brunei, Lesoto, Suazilandia, Tonga y Tailandia, alguna de las cuales son totalitarias o polígamas. En cambio, ningún presidente de cualquier república del mundo estuvo en las nupcias.

Fuente: Diario Correo (Perú). 29/04/11.

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