La lista del terror
Por: Susana Grados (Periodista)
El temor a un desastre nuclear como el ocurrido en Japón es desde hace más de 60 años una espada de Damocles sobre el planeta. La fusión nuclear es la más poderosa arma destructiva que existe en el mundo, y como se ha demostrado lo ocurrido en la central de Fukushima, Japón, o en Chernobyl, un hecho fortuito (de la naturaleza o humano) puede desencadenar una catástrofe apocalíptica de magnitudes insondables en el tiempo y en el costo en vidas humanas.
Ideado como un aporte científico para desarrollar un combustible alterno a los de origen fósil, la fusión nuclear fue desarrollada primero por el físico húngaro Leó Szilárd, quien patentó en el año 1934 la idea de la bomba atómica, y en 1939 escribió una carta a Albert Einstein, la cual terminó en la Marina estadounidense, dando resultado a la creación de la bomba atómica con el Proyecto Manhatann.
A partir de entonces, Estados Unidos la desarrolló como un arma de guerra. El 16 de julio de 1945 estalló la primera bomba, nombrada “Trinity”, en el sureste de Socorro (Nuevo México).
Allí empezó la era nuclear, que se mostró terrorífica en la destrucción de Hiroshima y Nagasaki, que dieron a Estados Unidos el certificado de ser el único país en el mundo que ha usado el arma atómica. El miedo además ha sido causado por los accidentes y desastres que se han producido en instalaciones nucleares.
Casi el holocausto
El temor a un desastre nuclear como el ocurrido en Japón es desde hace más de 60 años una espada de Damocles sobre el planeta. La fusión nuclear es la más poderosa arma destructiva que existe en el mundo, y como se ha demostrado lo ocurrido en la central de Fukushima, Japón, o en Chernobyl, un hecho fortuito (de la naturaleza o humano) puede desencadenar una catástrofe apocalíptica de magnitudes insondables en el tiempo y en el costo en vidas humanas.
Ideado como un aporte científico para desarrollar un combustible alterno a los de origen fósil, la fusión nuclear fue desarrollada primero por el físico húngaro Leó Szilárd, quien patentó en el año 1934 la idea de la bomba atómica, y en 1939 escribió una carta a Albert Einstein, la cual terminó en la Marina estadounidense, dando resultado a la creación de la bomba atómica con el Proyecto Manhatann.
A partir de entonces, Estados Unidos la desarrolló como un arma de guerra. El 16 de julio de 1945 estalló la primera bomba, nombrada “Trinity”, en el sureste de Socorro (Nuevo México).
Allí empezó la era nuclear, que se mostró terrorífica en la destrucción de Hiroshima y Nagasaki, que dieron a Estados Unidos el certificado de ser el único país en el mundo que ha usado el arma atómica. El miedo además ha sido causado por los accidentes y desastres que se han producido en instalaciones nucleares.
Casi el holocausto
Ocurrió el 26 de septiembre de 1983, y es conocido como el incidente del Equinoccio de Otoño, que colocó al mundo a escasos segundos del Apocalipsis atómico.
A las 00.14 (hora de Moscú) un satélite soviético dio la alarma: un misil balístico intercontinental estadounidense se habría lanzado desde la base de Malmstrom (Montana, EEUU) y en 20 minutos alcanzaría la Unión Soviética.
La alerta fue recibida por el teniente coronel del Ejército Soviético Stanislav Petrov quien tenía a cargo el búnker Serpujov–15, el centro de mando de la inteligencia militar soviética desde donde se coordinaba la defensa aeroespacial rusa, cuya misión era verificar y alertar de cualquier ataque a sus superiores.
A pesar de la alarma que se apoderó del bunker, LA PRIMERA reacción de Petrov fue de escepticismo. Si Estados Unidos decidía lanzar un ataque, era poco probable que lo hiciera con un solo misil y diera oportunidad al enemigo de responder. Podía ser un error informático, -el radar ya había fallado antes-, así que ordenó suspender la alarma que hubiera lanzado el contraataque y esperar. Pero minutos después, el ordenador informó de un segundo misil, luego de un tercero, un cuarto y un quinto.
A pesar de la presión, Petrov prefirió esperar, seguir su instinto que le indicaba que se trataba de un error de los instrumentos, antes que seguir el protocolo estratégico ruso de responder cualquier ataque norteamericano con una andanada de misiles. Unos minutos después, fue evidente que Petrov tenía razón, había sido un error de las máquinas, y que gracias a él se había evitado la temida III Guerra mundial, el holocausto nuclear.
El incidente se mantuvo en secreto hasta 1998, y Petrov fue dado de baja sin reconocer que fue el hombre que evitó el mayor desastre nuclear.
Pequeños Hiroshimas
Lo que sigue es la lista de los mayores desastres nucleares, que alimentan el pánico de la población inerme ante la poderosa energía atómica.
*Corazón del Demonio. Ocurrió en dos episodios en los años 1945 y 1946 en el Laboratorio Nacional Los Álamos, Estados Unidos. El primero fue el 21 de agosto de 1945, cuando el núcleo de plutonio de forma esférica produjo una corriente de irradiación ionizante que impactó en el físico Harry Daghlian. Después, el 21 de mayo de 1946, el físico Louis Slotin y otros científicos se encontraban en el Laboratorio de Los Álamos realizando un experimento con un núcleo de Berilio alrededor del mismo núcleo de plutonio, cuando alcanzó el nivel supercrítico, liberando una alta dosis de radiación sobre Louis, quien rápidamente evitó una reacción en cadena, y salvó a sus colegas de ser contaminados. Slotin murió 9 días después de envenenamiento por radiación aguda.
*Accidente de un B-52 en Goldsboro. Durante la Guerra Fría, Estados Unidos “extravió” por todo el mundo 11 bombas nucleares a las que llamaron “Flechas Rotas”. Este incidente fue ocasionado por una de ellas.
El 24 de enero de 1961, un Boeing B-52 norteamericano que llevaba dos bombas de 24 megatones cada una, se estrelló cuando despegaba de la base militar de Goldsboro, en Carolina del Norte.
Una de las dos bombas se hundió en un pantano y su corazón (un núcleo de plutonio) fue recuperado, pero por las dificultades de la zona, el uranio que contenía la bomba ha quedado allí en el suelo.
La otra bomba fue diseminada en un área de 5.2 kilómetros cuadrados de plantaciones de algodón y tabaco. El material radioactivo fue expulsado a la atmósfera. Aunque no hay reportes oficiales de víctimas humanas.
*La explosión de Baneberry. En la zona reservada del Departamento de energía de Estados Unidos en Nevada para realizar pruebas nucleares (928 en total desde 1951) ocurrió un “accidente” muy importante el 11 de diciembre de 1970, durante la Operación Emery.
La bomba “Baneberry” fue detonada según lo previsto en el fondo de un pozo a 275 metros de profundidad, sin embargo la energía desprendida por la explosión agrietó el suelo de la tierra de una manera inesperada, y provocó una nube de gases calientes y polvo radioactivo que comenzó 3 minutos y medio después de la explosión y duró varias horas. La nube caliente subió hasta tres alturas separadas entre sí, lo que la dispersó por los Estados de Nevada, Idaho, Oregón y llegó a algunos sectores de Washington.
*El hundimiento del submarino K-219. Pertenecía a la Unión Soviética y llevaba 34 misiles incorporados y aproximadamente 16 armas nucleares. El 3 de Octubre de 1986 estaba a unos 1,000 kilómetros al Este de las Bermudas, cuando el sello en una de las escotillas falló, el agua de mar ingresó al tubo de misiles y posteriormente este explotó. Quedó hundido al fondo de la llanura abisal de Hateras, a unos 5,500 metros de profundidad.
*Bomba pérdida en la Isla de Tybee. En la noche del 5 de febrero de 1958, un bombardero B-47 que llevaba una bomba de hidrógeno en un vuelo de entrenamiento, frente a las costas de Georgia, Atlanta (Estados Unidos), chocó con una caza F-86 a 11,000 metros de altura. La colisión destruyó al avión caza, dañó seriamente un ala del bombardeo y desencajó parcialmente uno de sus motores. La orden dada al mayor Howard Richardson fue que se deshiciera de la bomba “H” antes de intentar un aterrizaje. Richardson lanzó la bomba a las aguas poco profundas de Wassaw Slough, cerca de la desembocadura del río Savannah, a unos pocos kilómetros de la ciudad Tybee Island, donde pensaba que la bomba sería recuperada rápidamente. Durante seis semanas, la Fuerza Aérea buscó sin éxito la bomba.
El peligro en la zona continúa latente, porque investigaciones posteriores han concluido que el plutonio se hace más peligroso a medida que envejece, y la bomba perdida contendría además uranio y berilio, así como 181 kilos de TNT. Es probable que la bomba esté enterrada a entre 1,5 y 4,5 metros de arena y que esté filtrando lentamente radioactividad hacia los ricos terrenos de caza de cangrejos del Warsaw Sound.
*Fuego de Windscale. Este accidente ocurrió en 1957, en Windscale, condado de Cumbria, extremo norte de Inglaterra, se erigía una instalación nuclear británica con fines militares. En este lugar ocurrió un incendio que provocó la liberación de gases radioactivos. El “Medical Research Council Commitee” concluyó en que el accidente no tuvo consecuencias directas para la población y que ninguna medida especial se debía tomar.
*Incidente de Palomares. Ocurrió el 17 de enero de 1966 en la localidad almeriense de Palomares, en España. La Fuerza Aérea de Estados Unidos perdió cuatro o cinco bombas termonucleares B28 de 1,5 megatones, otras “flechas rotas” estadounidenses.
Un B-52 y un KC-135 norteamericanos colisionaron en los cielos de España a unos 30 mil pies sobre la costa mediterránea. Ambos aviones se desintegraron instantáneamente, y resultaron muertos 7 tripulantes mientras otros 4 se salvaron al saltar en paracaídas.
Dos de las bombas quedaron intactas, una en tierra y otra en el mar. Las dos restantes cayeron cerca del pueblo y explotó el detonante convencional que portan para conseguir la primera reacción nuclear. Estas explosiones convencionales esparcieron unos 20 kilogramos de plutonio altamente radiactivo por los alrededores.
Tras las labores de “limpieza” se calcula que quedó un 15% del plutonio esparcido en forma pulverizada y es irrecuperable. Palomares sigue siendo la localidad más radioactiva de España.
*Castle Bravo. Ocurrió el 1 de marzo de 1954 a las 6:45 de la mañana, una prueba nuclear del Ejército de los Estados Unidos se salió de control, y provocó un gran desastre medioambiental, del que no hay informes oficiales concluyentes, pero de acuerdo al premio Nóbel de la Paz, el físico Joseph Rotblat, la contaminación generada en esa ocasión fue miles de veces superior a la prevista por los científicos que realizaron el experimento.
El gobierno norteamericano se vio obligado a indemnizar a las víctimas con más de 5 mil 500 millones de dólares a los sobrevivientes de Lucky Dragon.
La prueba nuclear se desarrolló en el atolón de Bikini, en las Islas Marshall, en la que la bomba termonuclear, llamada “Castle Bravo”, detonó formando un cráter de 2 kilómetros de diámetro y 75 metros de profundidad, y formó una nube en forma de hongo que alcanzó una altura de 14 kilómetros, en solo 1 minuto. 10 minutos después tenía un diámetro de 100 kilómetros y seguía creciendo a un ritmo de 6 kilómetros cada 60 segundos.
El gobierno norteamericano reconoció oficialmente que la explosión fue 2,5 veces mayor de lo que habían esperado, debido a un error de cálculo de los diseñadores de la bomba en el Laboratorio Nacional de Los Álamos.
La contaminación radioactiva sobrepasó los límites del atolón Bikini y llegó hasta los atolones Rongelap y Rongerik, donde sus habitantes sufrieron en sus carnes las consecuencias de tal despropósito. Aunque fueron evacuados rápidamente, un número significativo de sus descendientes han sufrido malformaciones congénitas debidas a las altas cotas de radiación a las que se vieron expuestos sus padres.
*Mayak (Rusia) magnitud 6 según la escala INES. El accidente más grave de esta base nuclear ocurrió el 29 de septiembre de 1957, cuando un fallo en el sistema de refrigeración de un tanque que almacenaba decenas de miles de las toneladas de desechos nucleares disueltos causó una explosión no nuclear que liberó radiación. Al menos 200 personas resultaron muertas debido a la radiación, 10,000 personas fueron evacuadas de sus casas, y 470,000 personas estuvieron expuestas a la radiación.
*Three Mile Island (Pensilvania, EE. UU.) magnitud 5 según la escala INES. El accidente comenzó el 28 de marzo de 1979, a las 4:00 a. m., en el reactor número 2 de esta planta por una simple falla de alimentación de los generadores de vapor. Diez horas después se produjo una explosión que no provocó mayores daños. En Three Mile Island, el recinto de confinamiento desempeñó su papel y solo la contaminación de un edificio auxiliar provocó escasas emisiones hacia el ambiente.
*Tokaimura (Japón), magnitud 4 según la escala INES. A las 10.00 de la mañana del 11 de marzo de 1997 en la planta de procesamiento de desperdicios de baja radiactividad de la corporación Donen (Corporación de Desarrollo Nuclear) se declaró un incendio haciendo sonar las alarmas. La reacción de los operarios llegó a los cuatro minutos y extinguieron el fuego.
*Accidente radiológico de Goiania (Brasil) magnitud 5 según la escala INES. Ocurrió el 13 de setiembre de 1987. Una fuente radiactiva médica en desuso fue robada de un hospital abandonado de Goiânia, capital del estado de Goiás, y contaminó el centro de Brasil, con el saldo mortal de 4 personas y otras 249 envenenadas por radiación.
Fuente: Diario La Primera (Perú). 20 de marzo del 2011.
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