Entre la estupidez y el espanto
Autor: Guillermo Giacosa (Periodista)
No hay calentamiento global. Circulan algunos correos en los que supuestos científicos sostienen que el calentamiento global es pura invención de grupos interesados en beneficiarse con esta información. Lógicamente, quienes afirman esto olvidan decir que en los últimos veinte años se duplicó la cantidad de desastres naturales y de las personas que lo perdieron todo a consecuencia de ello, y que muchas islas, como Tuvalu, por ejemplo, ya han comenzado a ser evacuadas porque las aguas comienzan a cubrir su territorio. Argentina, por citar un ejemplo de tierras y no solo de aguas sobre los efectos del calentamiento global, sufrió una pérdida económica de 20,000 millones de dólares. Según el Banco Mundial, un tercio de las catástrofes naturales tiene lugar en América Latina y cada año dejan no menos de 150 mil muertos.
La herencia de la guerra. Ya hemos contado antes que, en Irak, a causa de las bombas de uranio empobrecido, se han multiplicado distintos tipos de cáncer y malformaciones genéticas. Una información reciente relata que en la ciudad de Faluya (Irak) hay una nueva ola de recién nacidos con dolencias y malformaciones. El diario británico The Guardian informa que los médicos en Faluya “están tratando hasta quince veces la cantidad normal de deformidades crónicas que pueden relacionarse con materiales tóxicos abandonados en los combates: de dos admisiones (al hospital) por quincena hace un año, a dos diarias en la actualidad”. La mayoría de las deformidades son en la cabeza y en la columna vertebral, y “también hay un aumento muy pronunciado en la cantidad de casos de niños menores de dos años con tumores cerebrales”. Agrega otra información: “La pediatra Samira Abdul Ghani mantuvo registros detallados durante un periodo de tres semanas y reveló que 37 bebés nacieron con anomalías, muchos con defectos del tubo neural que lleva a que se encuentre masa encefálica en la columna y en extremidades inferiores disfuncionales”. También se han citado grupos anormales de tumores infantiles en Basora y en Najaf –áreas que en el pasado también fueron zonas de combates en los que se utilizaron municiones modernas–. En Bagdad hay niños con cánceres fuera de lo común. Un testigo occidental dice: “Las madres amamantaban a niños con leucemias, neublastomas, linfoma de Hodgkin y otros cánceres pocas veces vistos en niños pequeños. Padres iraquíes vendían sus coches, sus casas y otras posesiones para pagar la quimioterapia, cuyos componentes se negaba a suministrar EE.UU. porque, afirmaba, eran ingredientes potenciales para la fabricación de armas de destrucción masiva”. ¿Podría agregar este cronista algo que usted, espero, no haya sentido aún?
Desastre de Bhopal (India). Ocurrió el 3 de diciembre de 1984, hace 25 años. Hubo un escape tóxico y la primera semana murieron entre 6,000 y 8,000 personas, y otras 12,000 posteriormente. Su responsable, la compañía Unión Carbide, nunca respondió por los daños causados.
Fuente: Diario Perú 21. Martes 08 de diciembre del 2009.
Autor: Guillermo Giacosa (Periodista)
No hay calentamiento global. Circulan algunos correos en los que supuestos científicos sostienen que el calentamiento global es pura invención de grupos interesados en beneficiarse con esta información. Lógicamente, quienes afirman esto olvidan decir que en los últimos veinte años se duplicó la cantidad de desastres naturales y de las personas que lo perdieron todo a consecuencia de ello, y que muchas islas, como Tuvalu, por ejemplo, ya han comenzado a ser evacuadas porque las aguas comienzan a cubrir su territorio. Argentina, por citar un ejemplo de tierras y no solo de aguas sobre los efectos del calentamiento global, sufrió una pérdida económica de 20,000 millones de dólares. Según el Banco Mundial, un tercio de las catástrofes naturales tiene lugar en América Latina y cada año dejan no menos de 150 mil muertos.
La herencia de la guerra. Ya hemos contado antes que, en Irak, a causa de las bombas de uranio empobrecido, se han multiplicado distintos tipos de cáncer y malformaciones genéticas. Una información reciente relata que en la ciudad de Faluya (Irak) hay una nueva ola de recién nacidos con dolencias y malformaciones. El diario británico The Guardian informa que los médicos en Faluya “están tratando hasta quince veces la cantidad normal de deformidades crónicas que pueden relacionarse con materiales tóxicos abandonados en los combates: de dos admisiones (al hospital) por quincena hace un año, a dos diarias en la actualidad”. La mayoría de las deformidades son en la cabeza y en la columna vertebral, y “también hay un aumento muy pronunciado en la cantidad de casos de niños menores de dos años con tumores cerebrales”. Agrega otra información: “La pediatra Samira Abdul Ghani mantuvo registros detallados durante un periodo de tres semanas y reveló que 37 bebés nacieron con anomalías, muchos con defectos del tubo neural que lleva a que se encuentre masa encefálica en la columna y en extremidades inferiores disfuncionales”. También se han citado grupos anormales de tumores infantiles en Basora y en Najaf –áreas que en el pasado también fueron zonas de combates en los que se utilizaron municiones modernas–. En Bagdad hay niños con cánceres fuera de lo común. Un testigo occidental dice: “Las madres amamantaban a niños con leucemias, neublastomas, linfoma de Hodgkin y otros cánceres pocas veces vistos en niños pequeños. Padres iraquíes vendían sus coches, sus casas y otras posesiones para pagar la quimioterapia, cuyos componentes se negaba a suministrar EE.UU. porque, afirmaba, eran ingredientes potenciales para la fabricación de armas de destrucción masiva”. ¿Podría agregar este cronista algo que usted, espero, no haya sentido aún?
Desastre de Bhopal (India). Ocurrió el 3 de diciembre de 1984, hace 25 años. Hubo un escape tóxico y la primera semana murieron entre 6,000 y 8,000 personas, y otras 12,000 posteriormente. Su responsable, la compañía Unión Carbide, nunca respondió por los daños causados.
Fuente: Diario Perú 21. Martes 08 de diciembre del 2009.
No hay comentarios:
Publicar un comentario