Joseph Pérez disecciona los porqués de la 'leyenda negra'
El historiador analiza la política de los Austria y su peso en España
Por: José Andrés Rojo
"España
en aquel tiempo no existía en verdad como tal", dice Joseph Pérez cuando
se refiere a aquellos remotos años en que reinaban Carlos V y Felipe II.
"Lo que existe es una monarquía católica, no forzosamente española, que
gobierna lo mismo en Flandes que en el Milanesado, en Nápoles como en vastas
zonas de Alemania, en las Indias y, claro, en Castilla y Aragón. Son los jefes
de la Casa de Austria, y ocupan un lugar preeminente en la Europa de su época:
mandan en cuestiones diplomáticas, militares, económicas".
El
hispanista Joseph Pérez acaba de publicar La leyenda negra (Gadir),
un ensayo que reconstruye cómo y cuándo, siguiendo qué estrategias, con qué fin
y sirviéndose de qué modos se fue construyendo un discurso que convirtió a los
españoles en paradigma del fanatismo y la crueldad, de la cerrazón dogmática
alrededor de la bandera del catolicismo y del puro afán de dominio utilizando
los resortes de un Estado poderoso. "La idea del libro surgió en la
Francia de hoy, donde observaba cómo existe una rendición incondicional a la
cultura que viene de Estados Unidos, sus películas y sus autores y todo lo
demás, y un feroz rechazo a su política imperial", contaba ayer el
historiador en una entrevista en Madrid, poco antes de presentar su ensayo.
"Todo eso le pasó a España hace unos cuantos siglos. Los franceses se
volvían locos por aprender su lengua, copiaban sus guantes y sus trajes de
cuero, el propio Luis XIV adaptó la etiqueta de las cortes de los Austria e,
incluso, Pascal se rendía ante santa Teresa y san Juan de la Cruz".
Pero
no toleraban que aquellos poderosos monarcas impusieran su política, y sus
intereses, a toda Europa. Una política y unos intereses que eran, en realidad,
los de los Habsburgo, "aunque, claro, gobernaban desde Castilla y, sobre
todo, contaban con el oro que venía del Nuevo Mundo", observa Joseph Pérez.
"Para hacerse una idea del poder que llegó a tener la monarquía de los
Austria hace falta decir que su moneda -los reales de a ocho, las pias-tras-
fue la moneda de circulación del mundo entero hasta bien entrado el siglo XIX.
Sin una base económica tan fuerte sería inexplicable su inmenso poderío
diplomático, militar, político. Se dice que fueron españoles los responsables
de aquel imperio y, sin embargo, el personaje más relevante en política
exterior fue un francés, Granvelle, y entre sus héroes militares están el conde
de Egmont (flamenco), Alejandro Farnesio (genovés) o Spinola, duque de Parma.
Hijo
de emigrantes valencianos, Joseph Pérez nació en 1931 en Laroque d'Olmes y es
uno de los hispanistas que mejor conoce la España de los siglos XVI y XVII. Fue
director de la Casa de Velázquez entre 1989 y 1996 y rector de la Universidad
de Burdeos. Empezó con un trabajo sobre los comuneros y escribió después sobre
la España de Felipe II, sobre Carlos V, la Inquisición y los judíos. Las 200
páginas en las que sintetiza lo que ha sido la leyenda negra son una lección de
claridad y sabiduría. "Todo empieza cuando Felipe II pone un precio a la
cabeza de Guillermo de Orange, el príncipe protestante de Flandes, que
reacciona recusando su legitimidad y enfrentándose a su poder. No era habitual
en aquellos tiempos cuestionar la autoridad real, así que para armarse de
argumentos el flamenco desarrolla una apabullante propaganda que subraya (y
exagera) lo peor de su gran enemigo: un hombre capaz de asesinar al príncipe
don Carlos, su hijo (lo que se reveló falso), que se sirvió de la Inquisición
para acabar con sus enemigos y que permitió las mayores crueldades durante la
conquista de América".
La
brutalidad de las guerras de religión que dividieron la Europa de aquellos
años, los intereses particulares de cada región enfrentados a la política
imperial, el discurso religioso que alimentó los peores fanatismos, el culto a
la razón de Estado para proteger los intereses de la Casa de Austria: Joseph
Pérez empieza con la expansión de la corona de Aragón por el Mediterráneo y
termina con el dilema de las dos Españas que puso en circulación Larra en el
siglo XIX.
"La
leyenda negra se construye para debilitar el poder de la Casa de Austria, pero
cuando viene su declive, a partir de la paz de Westfalia en 1648, el argumento
es el de una España rendida al oscurantismo del papado frente al progreso de
las Luces. A finales del XIX, las naciones anglosajonas miran con desprecio a
las latinas. La leyenda negra seguía presente". Ahora ya no, y el libro de
Joseph Pérez está ahí para entender su génesis y su influencia.
Fuente: Diario El País (España). 21 de noviembre del 2009.
Joseph Pérez disecciona los porqués de la 'leyenda negra'
El historiador analiza la política de los Austria y su peso en España
Por: José Andrés Rojo
"España
en aquel tiempo no existía en verdad como tal", dice Joseph Pérez cuando
se refiere a aquellos remotos años en que reinaban Carlos V y Felipe II.
"Lo que existe es una monarquía católica, no forzosamente española, que
gobierna lo mismo en Flandes que en el Milanesado, en Nápoles como en vastas
zonas de Alemania, en las Indias y, claro, en Castilla y Aragón. Son los jefes
de la Casa de Austria, y ocupan un lugar preeminente en la Europa de su época:
mandan en cuestiones diplomáticas, militares, económicas".
El
hispanista Joseph Pérez acaba de publicar La leyenda negra (Gadir),
un ensayo que reconstruye cómo y cuándo, siguiendo qué estrategias, con qué fin
y sirviéndose de qué modos se fue construyendo un discurso que convirtió a los
españoles en paradigma del fanatismo y la crueldad, de la cerrazón dogmática
alrededor de la bandera del catolicismo y del puro afán de dominio utilizando
los resortes de un Estado poderoso. "La idea del libro surgió en la
Francia de hoy, donde observaba cómo existe una rendición incondicional a la
cultura que viene de Estados Unidos, sus películas y sus autores y todo lo
demás, y un feroz rechazo a su política imperial", contaba ayer el
historiador en una entrevista en Madrid, poco antes de presentar su ensayo.
"Todo eso le pasó a España hace unos cuantos siglos. Los franceses se
volvían locos por aprender su lengua, copiaban sus guantes y sus trajes de
cuero, el propio Luis XIV adaptó la etiqueta de las cortes de los Austria e,
incluso, Pascal se rendía ante santa Teresa y san Juan de la Cruz".
Pero
no toleraban que aquellos poderosos monarcas impusieran su política, y sus
intereses, a toda Europa. Una política y unos intereses que eran, en realidad,
los de los Habsburgo, "aunque, claro, gobernaban desde Castilla y, sobre
todo, contaban con el oro que venía del Nuevo Mundo", observa Joseph Pérez.
"Para hacerse una idea del poder que llegó a tener la monarquía de los
Austria hace falta decir que su moneda -los reales de a ocho, las pias-tras-
fue la moneda de circulación del mundo entero hasta bien entrado el siglo XIX.
Sin una base económica tan fuerte sería inexplicable su inmenso poderío
diplomático, militar, político. Se dice que fueron españoles los responsables
de aquel imperio y, sin embargo, el personaje más relevante en política
exterior fue un francés, Granvelle, y entre sus héroes militares están el conde
de Egmont (flamenco), Alejandro Farnesio (genovés) o Spinola, duque de Parma.
Hijo
de emigrantes valencianos, Joseph Pérez nació en 1931 en Laroque d'Olmes y es
uno de los hispanistas que mejor conoce la España de los siglos XVI y XVII. Fue
director de la Casa de Velázquez entre 1989 y 1996 y rector de la Universidad
de Burdeos. Empezó con un trabajo sobre los comuneros y escribió después sobre
la España de Felipe II, sobre Carlos V, la Inquisición y los judíos. Las 200
páginas en las que sintetiza lo que ha sido la leyenda negra son una lección de
claridad y sabiduría. "Todo empieza cuando Felipe II pone un precio a la
cabeza de Guillermo de Orange, el príncipe protestante de Flandes, que
reacciona recusando su legitimidad y enfrentándose a su poder. No era habitual
en aquellos tiempos cuestionar la autoridad real, así que para armarse de
argumentos el flamenco desarrolla una apabullante propaganda que subraya (y
exagera) lo peor de su gran enemigo: un hombre capaz de asesinar al príncipe
don Carlos, su hijo (lo que se reveló falso), que se sirvió de la Inquisición
para acabar con sus enemigos y que permitió las mayores crueldades durante la
conquista de América".
La
brutalidad de las guerras de religión que dividieron la Europa de aquellos
años, los intereses particulares de cada región enfrentados a la política
imperial, el discurso religioso que alimentó los peores fanatismos, el culto a
la razón de Estado para proteger los intereses de la Casa de Austria: Joseph
Pérez empieza con la expansión de la corona de Aragón por el Mediterráneo y
termina con el dilema de las dos Españas que puso en circulación Larra en el
siglo XIX.
"La
leyenda negra se construye para debilitar el poder de la Casa de Austria, pero
cuando viene su declive, a partir de la paz de Westfalia en 1648, el argumento
es el de una España rendida al oscurantismo del papado frente al progreso de
las Luces. A finales del XIX, las naciones anglosajonas miran con desprecio a
las latinas. La leyenda negra seguía presente". Ahora ya no, y el libro de
Joseph Pérez está ahí para entender su génesis y su influencia.
Fuente: Diario El País (España). 21 de noviembre del 2009.
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