Tacna 1813, la rebelión de Paillardelle
Por: Antonio Zapata Velasco (Historiador)
En 1813, el criollo Enrique Paillardelle dirigió una sublevación en Tacna, que este año cumple su bicentenario. Ese acontecimiento confirma que los patriotas peruanos estuvieron en la pelea por la emancipación desde la primera hora. Sin embargo, fueron derrotados y la independencia se retrasó unos años con relación a la mayoría de América Latina.
Paillardelle había nacido en Buenos Aires, de padre francés y madre tacneña, por lo que disponía de una red de parientes en el sur del Perú. Se unió a las tropas criollas que derrotaron las invasiones inglesas que asolaron el virreinato del Río de la Plata. Eran los últimos años de presencia española en América y Paillardelle permaneció en el ejército hasta la triunfante revolución de Mayo, que en 1810 derrocó al último virrey del Plata.
Ya tenía 35 años cuando fue ganado por un tremendo ardor revolucionario, que aceleró el resto de su existencia; fue un pequeño cometa que cruzó el sur de América. Paillardelle se unió a la expedición de Manuel Belgrano, que saliendo de Buenos Aires pretendió cruzar la actual Bolivia y, a través de los Andes, llegar al Perú para enfrentar al virrey. Esa era la ruta que intentaron los patriotas platenses varias veces y siempre fueron vencidos.
Paillardelle fue comisionado por Belgrano para insurreccionar el sur del Perú. En Tacna convenció a un grupo que se amotinó en octubre de 1813. Los rebeldes aprovecharon el ánimo favorable a la causa patriota tomando el cuartel con apoyo popular, continuando con la ruta abierta por Francisco de Zela dos años atrás.
Una vez capturada Tacna, Paillardelle formó una pequeña fuerza que salió a tomar Moquegua, siendo Arequipa su meta máxima. En forma paralela, Belgrano avanzaba por la actual Bolivia y amenazaba La Paz. Los tacneños salieron hacia Moquegua uniformados con colores argentinos; el celeste y blanco identificó a estos soldados que anunciaban el Perú independiente.
Sin embargo, todo fue un desastre. Belgrano fue derrotado en Ayohuma, mientras que Paillardelle fue vencido en la puerta de Moquegua, por tropas arequipeñas realistas. Sin embargo, el líder porteño no fue capturado en la batalla y logró retroceder a Buenos Aires. Ahí se unió a San Martín y fue uno de los partidarios de un cambio fundamental de estrategia militar.
Basado en su experiencia personal, propuso abandonar la ruta boliviana y más bien cruzar los Andes por Chile, para seguir a Lima navegando por mar. En ese sentido, colaboró con San Martín en el diseño de un nuevo plan de guerra, que condujo a la victoria de la independencia. Posteriormente, dejó a San Martín y unió su suerte a Carlos Alvear, uno de los más controvertidos líderes de la Argentina naciente. Alvear estableció un régimen autoritario, que fue derrocado de mala manera y el nuevo gobierno tomó represalia contra sus partidarios. El “chivo expiatorio” fue precisamente Paillardelle, quien había comandado las tropas leales a Alvear. Así, la patria lo fusiló en mayo de 1815; fue un revolucionario que se salvó del virrey, no obstante haberlo retado por las armas, pero cayó ante sus pares en una guerra civil.
El periplo de Paillardelle evidencia los fuertes vínculos entre la revolución platense y los patriotas peruanos del sur. Tanto Zela como Ángulo, Pumacahua y el mismo Paillardelle pueden interpretarse en clave porteña. Asimismo, muestra lo persistentes que fueron los esfuerzos peruanos por independizarse, antes de que llegaran San Martín y Bolívar. Por último, su puesto en la historia corresponde a quien canalizó el ánimo patriota del sur peruano, anunciando la gran rebelión de los hermanos Ángulo y el cacique Pumacahua, que ocurrió al año siguiente.
No existe una buena biografía peruana de Paillardelle, no obstante su cinematográfica vida. Para encontrar información es necesario recurrir a historiadores argentinos. Uno de sus clásicos, Bartolomé Mitre, lo incorpora como personaje en su famosa Historia de Belgrano y la independencia argentina.
Fuente: Diario La República. 02 de enero del 2013.
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