IRA y ETA
Por: Isaac Bigio (Historiador e internacionalista)
El Ejército Republicano Irlandés (IRA), Patria Vasca y Libertad (ETA), las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso fueron hasta hace poco las principales insurgencias en Occidente, aunque hoy vienen operando un proceso de sumisión a las democracias parlamentarias contra las cuales inicialmente se sublevaron.
La estrategia de trocar las armas por las urnas ha sido plenamente alcanzada por el IRA, el cual se ha desarmado a cambio de que el partido político legal que tienen (el Sin Feinn) se ha convertido en el segundo de Irlanda del Norte y en el primero dentro de la minoría católica y nacionalista de dicha región. Hoy McGuinness, quien fuese acusado de ser un comandante "terrorista" del IRA, es el vice del primer ministro Robinson de la derecha unionista y antipapista, su antiguo enemigo.
Ciertamente que el IRA no ha logrado su objetivo de expulsar a los británicos de Irlanda del Norte y hacer que esta provincia se
reunifique con el resto de la república de Irlanda, y menos aún dar paso a una forma de socialismo, tal y cual eran sus objetivos
iniciales. Es más, cuando la reina Elizabeth II cumplía 60 años en el trono, McGuinness la recibió.
No obstante, el IRA puede jactarse de haber evitado ser derrotado bélicamente, haber liberado a presos, de estar hoy compartiendo el poder y de haber creado una asociación especial entre su provincia que aún es parte del Reino Unido y el resto de la isla irlandesa. El ETA vasco, históricamente ligado al IRA, hoy sigue esa misma línea. Aún no se ha desmovilizado, pero su tregua le ha permitido evitar una represión generalizada a la par que ha dado pie a que el partido legal afín (Heuskal Berria Bildu) haya obtenido el cuarto de los votos en las elecciones parlamentarias vascas del 21 de octubre, transformándose en la segunda fuerza a nivel de todo el país vasco y la primera en una de sus 3 provincias. El ETA de desarmarse no conseguiría ni la independencia ni el socialismo, pero sí la libertad de muchos de sus presos y fortalecer su ala legal, la misma que hoy ha cuadriplicado sus escaños y proclama que dos tercios de los vascos votaron por ellos o por el moderado Partido Nacionalista Vasco, fuerzas que proponen una mayor soberanía para Euskadi.
Mientras el IRA y el ETA han evitado ser aplastados militarmente y se han potenciado electoralmente, las dos antiguas guerrillas andinas buscan salir de su entrampe siguiendo ese ejemplo, aunque, como veremos mañana, en condiciones inferiores.
Fuente: Diario Correo (Perú). 16 de noviembre del 2012.
FARC y Sendero
Por: Isaac Bigio (Historiador e internacionalista)
Las mayores guerrillas que han tenido Europa Occidental y los Andes buscan congraciarse con el mismo sistema contra el cual irrumpieron. En el caso del Ejército Republicano Irlandés (IRA) y de Patria Vasca y Libertad (ETA) estas estrategias vienen dando ciertos frutos, pero no pasa lo mismo con las dos añejas insurgencias agrarias comunistas de Colombia y Perú.
El IRA y el ETA han abandonado sus iniciales objetivos de crear violentamente una república socialista independiente en sus respectivas regiones que ellos reclaman que son los últimos vestigios coloniales de las monarquías más imperiales de Europa. Hoy ambas aceptan la desmilitarización y la vía de las elecciones, las negociaciones y las coaliciones para ir gradualmente moviendo al norte de Irlanda o al País Vasco hacia menores ataduras ante sus respectivas coronas y hacia mayores grados de soberanía, todo ello dentro de la Unión Europea "capitalista". Las FARC y Sendero no pueden, aunque quisiesen, imitar dicha estrategia. Las FARC fueron la primera guerrilla occidental que intentó crear un partido legal como organismo de presión y negociaciones para irse acoplando al sistema, pero este (la Unión Patriótica) fue masacrado. Esto hizo que las FARC retornasen al monte donde han sufrido varios reveses. Además, ya no hay guerra fría y hace 21 años desapareció el bloque soviético y China, Venezuela y Cuba no animan insurgencias. El nuevo presidente Santos, a su vez, se ha distanciado de la belicosidad de Uribe, tiene buenas relaciones con Chávez y Lula y busca el apoyo de estos para poner a las FARC en la mesa de negociaciones, a las cuales, finalmente, les ha llevado pero en condiciones favorables para él. Las FARC vienen de recibir duros golpes y deserciones. La mayoría de los 7 miembros de su secretariado han muerto recientemente, mientras que ello y la liberación de Ingrid Betancourt y la pérdida de muchas zonas les ha mermado su moral. Las nuevas rondas de conversaciones en Noruega y Cuba plantean la posibilidad de que las FARC en última instancia acaben buscando reinsertarse en el sistema colombiano, pero sin tener una zona de distensión como la que antes tuvieron y teniendo que aceptar varios puntos del modelo de Santos, el cual, a su vez, quisiera que tal pacificación le permita ganar su reelección. Sendero, en cambio, pide la libertad de sus miles de prisioneros en peores condiciones. Su inicial intransigencia y sectarismo le enajenó de aliados internos y externos. Hoy carece de cualquier base social o electoral significativa (el Movadef no llega ni al 0.1% de votos a nivel nacional) y sus esperanzas se limitan a pedir la excarcelación de todos los uniformados que les persiguieron, y sobre todo de Fujimori, como vía a limosnear una amnistía.
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