sábado, 30 de abril de 2011

Boda real inglesa: legitimación popular, compromiso con las FF.AA, sentido de tradición, liberalización parcial y relativismo frente a los gobiernos árabes.

"Boda monárquica"

Por: Isaac Biggio (Internacionalista)

En la tapa de hoy del The Guardian, uno de los principales diarios británicos, se decía que la unión de dos personas va a ser presenciada por dos mil millones de televidentes en todo el planeta.

Cientos de miles se han amontonado en las calles y parques del Reino Unido para celebrar lo que puede ser descrita como la boda más popular que haya tenido hasta hoy el siglo XXI.

Una comentarista afirmaba que Elizabeth II no es sólo la monarca británica sino que es mundialmente conocida sólo como "la reina".

Los Windsor son hoy la principal familia real del planeta. Sus territorios bordean los 20 millones de kilómetros cuadrados y la Mancomunidad de Naciones que Elizabeth II preside agrupa a más de un cuarto de la humanidad.

Esta boda ha sido una forma de legitimarse. Han mostrado una pareja genuinamente en amor y sin que ésta sea presa de escándalos (como los que rodearon a Diana y Carlos). La ceremonia ha sido minuciosamente preparada y ha demostrado cuan cercanos son los ritos católicos con los de la única Iglesia del mundo que es encabezada por una monarquía local (la anglicana).

William, al igual que su hermano y su padre, vistió uniforme militar. Ello muestra su compromiso por apuntalar a una de las FF.AA. que más guerras han librado y sigue librando en el mundo.

Los caballos, los jinetes y la carroza real muestran el lado tradicional que se quiere retener para darle más fuerza a una monarquía que busca liberalizarse y modernizarse (uno de los huéspedes más connotados fue Elton John con su esposo gay).

La inmensa masa que ha salido a las calles a ver a los novios salir en carrozas o en pantallas gigantes contrasta con la casi nula presencia popular cuando David Cameron y Nick Clegg se posesionaron en este gobierno. De hecho es mayor a la de cualquier marcha reciente, aunque no tan grande como la que reunió entre 1 a 2 millones de británicos contra la guerra en el 2003 o a los que regularmente asisten al carnaval londinense de Notting Hill.

Dentro de los convidados estuvieron los anteriores dos primeros ministros conservadores (Thatcher y Mayor), pero no los dos laboristas (Blair y Brown). Para la ceremonia se revocó a último minuto la invitación al embajador de Siria, debido a la represión que su república hace a protestas populares.

Sin embargo, no se hizo lo mismo con ninguna de las familias reales árabes. Esto, pese a que todas ellas se han unido para reprimir a sangre y bala a las marchas pro-democracia en Bahréin. Mientras William se desposaba los aviones de su fuerza área bombardean Libia, en tanto que los monarcas sauditas reprimen el descontento en su propio país y en Bahréin, al cual han intervenido.

Otras familias reales invitadas han sido las europeas que regentan España, Mónaco, Bélgica, Luxemburgo, Holanda, Dinamarca, Suecia y Noruega y también las que fueron depuestas por sus poblaciones como las de Bulgaria, Grecia, Yugoslavia y Rumania. También fueron convidadas las monarquías de Malasia, Brunei, Lesoto, Suazilandia, Tonga y Tailandia, alguna de las cuales son totalitarias o polígamas. En cambio, ningún presidente de cualquier república del mundo estuvo en las nupcias.

Fuente: Diario Correo (Perú). 29/04/11.

Recomendado:

La monarquía constitucional inglesa y la teoría democrática. El príncipe Guillermo, Kate Middleton y el futuro de la monarquía en el Reino Unido.

jueves, 28 de abril de 2011

La monarquía constitucional inglesa y la teoría democrática. El príncipe Guillermo, Kate Middleton y el futuro de la monarquía en el Reino Unido.


¿Un rey Guillermo y una reina Catalina?

La monarquía constitucional es difícil de justificar en la teoría democrática, pero ¿les va mucho mejor a las repúblicas con presidentes políticos? Hace 30 años Juan Carlos de España salió en defensa de la democracia.

Por: Timothy Garton Ash. Catedrático de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford, investigador titular en la Hoover Institution de la Universidad de Stanford.

Si las cosas continúan en Reino Unido como hasta ahora y el príncipe Carlos sucede a su madre para reinar hasta su muerte, a edad muy avanzada, entonces, hacia 2040, la joven pareja que se casa hoy en la abadía de Westminster serán el rey Guillermo V y la reina Catalina. Por el mero hecho de haber nacido en la familia en la que ha nacido, Guillermo será jefe de Estado de lo que quede de Reino Unido actual. ¿Me parece bien? Mi respuesta es: en teoría, no, pero en la práctica, seguramente, sí.

Si Guillermo y Catalina se portan bien, a diferencia de otros miembros más revoltosos de la familia real, y contribuyen al desarrollo de una monarquía constitucional modernizada y reconvertida, la situación será tal vez mejor que las alternativas más probables. Al echar un vistazo a Europa, no me parece que países como Suecia, Holanda, Dinamarca y España, que tienen reyes, estén peor que otros que cuentan con presidentes elegidos entre los políticos de partido. ¿O preferirían que el palacio de Buckingham lo ocupase, por ejemplo, el presidente Blair?

Salvo por un breve interludio en el siglo XVII, durante el que los revolucionarios experimentaron con la decapitación de un monarca, existen reyes y reinas de Inglaterra desde hace más de 1.000 años. Es una historia asombrosa, de la que han surgido poemas. Imaginemos a Shakespeare sin todas las referencias a la monarquía. Antes de abandonar 1.000 años de poesía, hay que estar muy seguros de que nos va a ir mejor con la prosa.

Como podemos ver ahora otra vez, con la invasión de Londres por parte de los medios de comunicación de todo el mundo para seguir la boda real, esa historia, esa leyenda y esa mística contribuyen enormemente al poder blando (la capacidad de atracción) de Reino Unido y a sus ingresos por turismo. No creo que nadie vaya a Berlín a ver el cambio de la guardia en el palacio de Bellevue, ni a vislumbrar al presidente Wulff, su mujer y sus hijos. "¿El presidente qué?", sería la pregunta de casi todo el mundo, si se hace una referencia al jefe de Estado actual del país más poderoso de Europa. No importa, cuando uno fabrica un montón de BMW, Mercedes y fresadoras y exporta todas esas cosas a China. Pero no es el caso de Reino Unido. A cambio, tiene a la reina, Guillermo y Catalina.

No obstante, estos argumentos sobre la historia, la poesía y el poder blando no servirían de nada si la existencia de una monarquía constitucional distorsionara gravemente el proceso democrático, hiciera imposible una sociedad abierta en la que todos tengan oportunidades y mantuviera el país anclado en un rígido pasado de jerarquías y privilegios. En teoría, hace todo eso. Esas son algunas de las razones por las que el periódico The Guardian se ha declarado partidario de una república y por las que muchos lectores del diario -aunque no la mayoría de los británicos, según revela una reciente encuesta hecha por el propio Guardian- estarían a favor de la abolición de la monarquía.

Sin embargo, en la práctica, creo que ese efecto negativo que ejerce es marginal, y mucho menor que hace 30 años, cuando Carlos y Diana celebraron su boda de cuento de hadas. En el sistema político británico existen elementos antidemocráticos y nocivos -el principal, la Cámara de los Lores, que no se forma por elección-, pero la monarquía no es uno de los peores. Puestos a hablar del poder de un individuo a quien nadie ha elegido, el magnate de la comunicación Rupert Murdoch es una amenaza mucho más grave para la democracia británica que nuestro jefe de Estado hereditario.

Según el experto constitucional Vernon Bogdanor, ningún monarca británico se ha negado a aprobar una ley desde 1707. Todavía existe cierto oscurantismo antidemocrático derivado de la "prerrogativa de la corona" y la doctrina constitucional de que la soberanía reside "en la corona dentro del Parlamento", pero el abogado Richard Gordon ha dejado claro que Reino Unido podría tener una Constitución escrita, totalmente moderna y firmemente asentada en la soberanía popular, y seguir teniendo a un monarca hereditario como jefe de Estado.

La reina puede tener cierta influencia política, limitada, pero no parece que haya hecho peor uso de ella que los presidentes de otros países. Los presidentes, a veces, son capaces de mantenerse por encima de las disputas entre partidos, como hizo Richard von Weizsäcker en Alemania, pero siempre están relacionados, aunque sea de forma mínima, con un partido concreto. En algún momento de su pasado han tenido que hacer lo que hacen todos los políticos para ascender hasta la cima.

Como consecuencia, algunos incluso acaban ante los tribunales, acusados de corrupción, como el expresidente francés Jacques Chirac. Por supuesto, también los reyes y sus consortes pueden meterse en líos, como demostró el príncipe Bernardo de Holanda -padre de la reina actual- cuando se vio envuelto en el escándalo de los sobornos de Lockheed. Sin embargo, existen menos posibilidades de problemas de este tipo con los monarcas, precisamente porque no necesitan abrirse camino para subir hasta arriba.

Seguro que los países que sufren conflictos de "cohabitación" entre presidentes de un partido y primeros ministros de otro piensan con frecuencia que preferirían tener un jefe de Estado auténticamente neutral, que estuviera por encima de las disputas y encarnara la unidad nacional. (En el caso de Bélgica, tan dividida entre la población francófona y la de habla neerlandesa que no consigue ni siquiera formar un nuevo Gobierno, el ingenio popular dice que Alberto II, cuyo título es rey de los belgas, es el único belga de verdad).

Desde luego, eso significa que nunca tendremos a un Nelson Mandela o un Václav Havel como jefe de Estado. Pero figuras así solo aparecen en momentos excepcionales. Parafraseando a Bertolt Brecht: "¿Desgraciada la tierra que no tiene un Mandela? Desgraciada la tierra que necesita un Mandela". Y tenemos por lo menos un gran ejemplo de monarca europeo que salió en defensa de la democracia. Hace 30 años exactos, el rey Juan Carlos de España contribuyó de manera decisiva a desbaratar un intento de golpe del Ejército contra la democracia, aún joven y frágil, de su país.

En cuanto a la afirmación de que la monarquía británica consolida el vértice de una pirámide opresiva de clases y privilegios, creo que eso es mucho menos cierto ahora que hace 30 años. En Reino Unido, hoy, los banqueros -a los que nadie ha elegido- son más poderosos que cualquier aristócrata hereditario, y las estrellas de fútbol, tan famosas como cualquier miembro de la familia real. En esta cultura popular de la celebridad, existen jerarquías múltiples y confusas; no hay más que pensar en las efusiones de Hollie White, una chica de 12 años, después de conocer al príncipe Enrique: "Me emocionó muchísimo verlo. Ahora quiero conocer a la reina y a Simon Cowell". (Cowell es un empresario musical y showman que aparece en programas de televisión tremendamente populares, como Pop Idol y The X Factor).

El mismo hecho de que Kate Middleton se convierta en princesa muestra que las barreras entre la clase media alta -ese 7% de británicos, más o menos, que estudia en escuelas privadas, como fue su caso- y la clase alta prácticamente han desaparecido. El problema serio, y cada vez más, no está ahí, en la franja superior, sino en las pésimas perspectivas de movilidad social para la mayoría que estudia en malos colegios públicos. Eso es lo que establece una diferencia más dolorosa entre Gran Bretaña, sobre todo Inglaterra, y otras monarquías europeas actuales, como Suecia, que coexisten sin problemas con unas sociedades abiertas e igualitarias. Ese es el verdadero mal inglés.

Pero esos otros ejemplos europeos -Suecia, Dinamarca, España, Países Bajos- demuestran que estas no son características necesarias de una monarquía constitucional. Si Guillermo y Catalina reciben buenos consejos, se esforzarán por convertirse en el modelo de una monarquía europea moderna. Si no, o si Carlos y Camilla no les dejan, es posible que en 2040 no tengan ya -ni siquiera en la conservadora Inglaterra- ningún puesto que heredar.

Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

Fuente: Diario El País (España). 29/04/2011.

lunes, 25 de abril de 2011

Semblanza de Carlos Iván Degregori, destacado antropólogo peruano y defensor de la justicia social en el país.

Carlos Iván Degregori

Por: Carlos Tapia

Después de una larga batalla por la vida, nos está abandonando. Con su mirada fresca y con la confianza que da la tarea cumplida. Transparente como nadie, vivió a su manera, es decir, auténticamente. Gozó de la vida, de las conversaciones interesantes, de la lealtad expresada siempre desinteresadamente y con gracia, y del cumplimiento de las responsabilidades asumidas; de todas. Aunque también sufrió la vida, como debe ser, y más aún, en países como el nuestro.

Muy bueno con los números, estudió un año en la facultad de minas de la UNI; y también poeta, quedó en el segundo lugar en el premio nacional de poesía. De allí, seguro, su facilidad como expositor y destacado escribidor. Estudió Antropología en San Marcos antes de viajar a la Universidad de Boston. A pesar de ser profesor invitado en diversas universidades de EEUU y Europa, prefirió presentar su tesis y sacar licenciatura en la Universidad de Huamanga (UNSCH), de la cual fue profesor ocho años. Su doctorado ya lo obtuvo en la universidad de Amsterdam.

Llegué a conocerlo hace 41 años, durante los azarosos años de los 70. Militábamos en un sector de la izquierda fraccionada en mil pedazos y atacándonos entre sí a nombre de la misma revolución, como si fuésemos enemigos. Pero él nunca tuvo ni consideró como enemigo a nadie que luchaba por un verdadero cambio de nuestra patria. En realidad, de largo se adelantó a los tiempos actuales. Repudió todo tipo de sectarismo, pero nunca dejó de afirmar lo que consideraba correcto, aunque siempre creyó que la política tenía mucho de apuesta. Ahí están los numerosos ejemplares de la revista “El zorro de abajo”

Siendo profesor de la UNSCH, y visitando a las comunidades campesinas contrajo la tuberculosis. Intelectual de valía, aprovechó una invitación de la Universidad Libre de Berlín para ofrecer un curso de su especialidad y así tratarse de su penosa enfermedad. Nunca peleó por cargos, académicos o políticos. Fue un ejemplo de modestia, de la de verdad, nunca sucumbió ante el campo de atracción que ejercen los que tienen el poder. Fue un hombre libre.

En la UNSCH, también fue uno de los más lúcidos en entender el peligro que contenía en sus entrañas el proyecto senderista, bastante antes del inicio de su lucha armada. Junto con otros profesores de Ciencias Sociales encabezó el combate ideológico contra esta propuesta totalitaria. Escribió varios textos, algunos ya clásicos, al respecto. Posteriormente trabajó en el Instituto de Estudios peruanos (IEP) llegando a ser su Director. No escatimó esfuerzos para ayudar a jóvenes investigadores de las universidades del interior del país.

Nominado miembro de la Comisión de la Verdad, no le faltó entusiasmo cuando tuvo que coordinar el Plan General de Investigaciones y posteriormente su importante aporte a la redacción del Informe Final. Nunca dudó de su trascendencia.

Para el final, una anécdota. Mientras los dirigentes de las fracciones de izquierda de los inicios de los años 80 nos entreteníamos discutiendo tesis alejadas de la realidad, Carlos Iván, en una reunión nos dijo “sería conveniente que de vez en cuando vayan a los coliseos donde se presentan cantantes de Música folklórica y se nutran del aire social que allí se respira”. Gracias Carlos Iván, por todo lo que hiciste, por lo que nos enseñaste con tu ejemplo, por tu sonrisa y sentido del humor. Muchas gracias, compañero y amigo.



Fuente: Diario La Primera (Perú). 25 de abril del 2011.

Recomendado:

Conversación con el antropólogo Carlos Iván Degregori: "apostar por una educación intercultural, inclusiva, que combine saberes, conocimientos".

sábado, 23 de abril de 2011

Hurtado Miller, ex ministro de economía de Fujimori y acusado por la justicia.


El caso Hurtado Miller

Por: Antonio Zapata (Historiador)

El ingeniero Juan Carlos Hurtado Miller registraba antecedentes positivos en la política cuando asumió la cartera de Economía en julio de 1990, formando parte del primer equipo ministerial de Alberto Fujimori. Había sido militante de Acción Popular y en tanto pariente cercano de Violeta Correa, uno de sus dirigentes mejor posicionados. Precisamente por ello, Fujimori lo invitó a participar de un gobierno que angustiosamente buscaba hallar rumbo, superando la improvisación y el cambio de línea del novel presidente. Así, Hurtado Miller fue el encargado de justificar en TV la gigantesca alza de precios decretada en agosto de 1990, el famoso fujishock. Al despedirse invocó a los cielos, rogando “que Dios nos ayude”.

Duró poco tiempo como ministro, porque en enero de 1991, solo cinco meses después, fue reemplazado por Carlos Boloña, quien puso en práctica el ajuste neoliberal. Antes, Hurtado había aguantado el desembalse de precios y el brusco empobrecimiento de la población.

Pocos años después, en enero de 1994, la empresa CIMEX, propiedad de Hurtado, recibió la buena noticia de que la Caja de Pensiones Militar Policial le había aprobado un préstamo por nueve millones de dólares, para invertir en la construcción de un mercado en Arriola. Cuando llegó la fecha para cancelar, Hurtado refinanció, obteniendo un nuevo plazo, pero esta segunda vez tampoco cumplió con cancelar. Por ello, la Caja lo enjuició en marzo de 1996.

Así estaban las cosas cuando llegó la campaña electoral de 1998. En ella, se presentaba Alberto Andrade a la reelección como alcalde de Lima, como trampolín para tentar la presidencia contra Fujimori el 2000. Por lo tanto, el objetivo prioritario del presidente era buscar cómo parar a Andrade.

En ese contexto, el gobierno volvió a reclutar a Hurtado Miller, ofreciéndole todo el apoyo para ser candidato de Vamos Vecino a la alcaldía de Lima. Tres vladivideos han registrado las conversaciones que Montesinos sostuvo con Hurtado en esta campaña. En estas charlas también participó el publicista de nacionalidad argentina Daniel Borobio, quien llevó la voz cantante, ofreciendo asesoría profesional para la campaña. Junto a Hurtado revisan las debilidades de Andrade y precisan su línea de actuación.

Por su parte, con Montesinos los diálogos tratan directamente de dinero. Hurtado presenta un presupuesto y VMT le entrega efectivo, que se puede apreciar en un vladivideo, donde recibe un cuarto de millón de dólares. Pero, asimismo Hurtado negocia su deuda con la Caja. En julio de 1998, con fecha atrasada, cancela sus obligaciones, entregando unos puestos del mercado de Arriola, a cambio del principal más intereses.

Al caer el fujimorismo, un perito tasó judicialmente los puestos en dos millones de dólares, por lo tanto la diferencia habría quedado en manos de Hurtado. Este es un primer punto que debe aclarar el ex ministro con la justicia. Respecto de la segunda cuestión contra Hurtado: los fondos de la campaña de 1998 provenientes del SIN, Montesinos declaró explícitamente ante la segunda sala anticorrupción, “que recibió órdenes directas de Alberto Fujimori para contribuir con US$ 500,000 para apoyar a Hurtado Miller, él ordenaba y yo entregaba, asumo mi responsabilidad”.

Hoy en día, la Caja de Pensiones Militar Policial está quebrada y la semana pasada anunció que no puede cumplir sus obligaciones después de abril. Sucede que durante el gobierno de Fujimori decenas de operaciones como la que hemos descrito con Juan Carlos Hurtado Miller la quebraron, dilapidando los ahorros de los uniformados. Ese drenaje de recursos para fines políticos empezó desde el primer gobierno de Fujimori, puesto que su esencia fue corrupta desde el comienzo. ¿Alguien quiere que vuelvan esos tiempos? Que vote por Keiko y la pesadilla se hará realidad.

Fuente: Diario La República (Perú). Mié, 20/04/2011.

viernes, 22 de abril de 2011

Historia de Enrique IV y el Edicto de Nantes. De Enrique de Borbón, rey de Navarra y protestante a Enrique IV de Francia católico y tolerante.


Enrique IV un rey contra la intolerancia

Por: César Vidal

Thomas Mann, exiliado del nazismo, lo convirtió en protagonista de varias de sus novelas. Para él, había sido un ejemplo de la tolerancia que brillaba por su ausencia en la Europa de los años treinta. A lo largo del siglo XVI los monarcas franceses que reinaron tras Francisco I fueron incapaces de extirpar el protestantismo. La cercanía de lugares donde había triunfado la Reforma, la categoría de los teólogos protestantes de origen francés y la enorme laboriosidad de los reformados se tradujeron en una expansión del protestantismo que alcanzó los aledaños de la corona.

En la segunda mitad del siglo, personajes como el almirante Coligny se habían convertido en símbolo de cómo se podía ser protestante y, a la vez, llegar a extraordinario consejero del rey. Un salto cualitativo en ese avance tuvo lugar cuando se planteó la posibilidad de que una princesa católica en la línea de sucesión a la corona francesa, la famosa Margot, contrajera matrimonio con el protestante Enrique de Borbón, rey de Navarra (n. 1553). Aunque se comprometió a respetar totalmente la fe de sus posibles súbditos católicos, semejante ascenso, que tuvo lugar en 1572, resultaba intolerable para muchos.

La reina madre Catalina de Médicis y el partido católico decidieron abortar semejante paso mediante el exterminio en masa de protestantes que pasó a la Historia como la Noche de San Bartolomé. Durante aquellas horas, fueron asesinados decenas de miles de reformados en toda Francia en la peor matanza religiosa del siglo XVI. Sin embargo, de manera casi providencial, Enrique consiguió escapar. También lo hicieron otros protestantes franceses dispuestos a defender su vida con las armas. A pesar de que fue pasando de prisión en prisión y de que, puesto en libertad, debía haber perdido la guerra teniendo en cuenta que frente a él no sólo se alzaban los católicos franceses sino también la Santa Sede y, sobre todo, la España de Felipe II, lo cierto es que Enrique supo jugar sus bazas extraordinariamente.

Se presentó como la garantía de que Francia dejaría de estar desgarrada por las contiendas religiosas y, en un golpe de efecto magistral, en 1593 anunció su conversión al catolicismo con una frase que pasaría a la Historia: «París bien vale una misa». ¿Fue la conversión de Enrique sincera? De entrada, Enrique – ahora Enrique IV– promulgó el Edicto de Nantes (1598) que otorgaba una notable libertad religiosa a los protestantes, tan sólo comparable con la que existía ya con los disidentes, pero sólo de naciones reformadas. Como garantía de que sus derechos no serían conculcados por otro monarca menos tolerante, Enrique IV entregó algunas plazas fuertes a los protestantes franceses. Lo que siguió fue la paz, la prosperidad y el triunfo internacional de una nación que se preparaba para sustituir a la España de Felipe II como primera potencia. Por desgracia para Enrique IV, él que había logrado sobrevivir a tantas asechanzas no pudo enfrentarse con la última. Un católico fanático llamado Ravaillac le dio muerte en 1610. Sería siempre recordado como uno de los monarcas más grandes de la Historia de Francia.

Fuente: La Razón (España). 17 de diciembre del 2010.

Recomendado:

“París bien vale una misa”.

jueves, 21 de abril de 2011

Las mayores pirámides del mundo: Cholula y Danta, El Mirador. América, el mayor centro de construcciones piramidales del mundo.

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"La mayor pirámide del mundo"

Por: Isaac Biggio (Internacionalista)

Cuando se habla de pirámides uno inmediatamente piensa en Egipto.

Posiblemente la figura arquitectónica más famosa del planeta es la necrópolis de Giza con la esfinge y sus pirámides, una de ellas, con casi 150 metros de altura, llegó a ser el edificio más alto de la humanidad durante milenios. Sin embargo, se ha revelado que la mayoría de las pirámides del planeta no se encuentra en el "viejo" mundo sino en el "nuevo". Por cada una de Egipto hay unas diez hechas por los mayas. Es más, nuevos descubrimientos permiten aseverar que en Mesoamérica hay al menos dos pirámides que superan en volumen a cualquiera de las hechas por los faraones.

La de Cholula (cerca de la capital mexicana), si bien tiene sólo 55 metros de alto, cuenta con una base que es 5 veces mayor que la mayor de Giza, pues mide 400 X 400 metros. No obstante, recientemente se ha detectado las dimensiones de la urbe de El Mirador, en la frontera entre México y Guatemala, la cual, si bien hoy yace cubierta de maleza, puede que sea el mayor edificio hecho por nuestros antepasados. En El Mirador hay pirámides sobre pirámides. Una de éstas (la de Danta) mide 72 metros de alto pero su volumen es de 280,000 m3, unos 200,000 m3 más que la de Giza.

En su último número la prestigiosa revista Smithsonian sostiene que ese complejo tiene casi 100 millones de pies cúbicos de roca y relleno. Esta construcción en sí es tan descomunal que duplica al centro de Los Ángeles y de muchas otras metrópolis modernas. Algunas especulaciones creían que las pirámides o civilizaciones americanas debieron haber tenido sus raíces en emigrantes del Medio Oriente e incluso de un continente sumergido y hasta de otros planetas. Sin embargo, se ha demostrado que los antiguos amerindios lograron grandes proezas sin contacto transcontinental.

Las pirámides del Norte Chico de Lima bordean los 5,000 años de antigüedad, precediendo a la mayoría de las de Egipto. Estas se crearon no para honrar emperadores o guerreros, sino como templos de paz que promovían el intercambio entre pescadores y agricultores.

Tanto éstas como las pirámides mesoamericanas tienen técnicas muy distintas de construcción. En el Nilo se utilizaban rocas de decenas o cientos de toneladas mientras que en la costa peruana se usó arcilla o redes con piedras, y en Centroamérica se empleó rocas menores y estuco.

Mientras las pirámides del Nilo tenían puntas y entradas internas secretas y eran mausoleos para sus jefes, las de Mesoamérica tenían topes aplanados y escalinatas abiertas pues servían de plataformas donde los sacerdotes se comunicaban con las multitudes. Las mayas eran templos que imitaban su sagrado lugar originario basado en una montaña con una cueva y ríos subterráneos. Lo más increíble de El Mirador es que ésta es al menos un millar de años más antigua de nuestra era y de lo que se pensaba que era la cultura maya. Hace al menos 3 milenios los mayas desarrollaron su propia escritura antes del alfabeto romano, cirílico o árabe que hoy se usa en todo Occidente.

Fuente. Diario Correo (Perú). 21 abril 2011.

lunes, 18 de abril de 2011

Historia de la Invasión a Bahía de Cochinos o a Playa Girón ("Bay of Pigs"). La CIA y los miembros de la “Brigada 2506”.

La Invasión de Bahía de Cochinos, un fracaso que cambió al mundo.

Por: Alberto Amato

Fue un fracaso que cambió al mundo. Una operación militar que modificó para siempre las relaciones entre EE.UU. y el resto de América; incubó en parte y sin proponérselo, la violencia guerrillera que sacudió al continente en los años 70; metió de lleno a la entonces URSS en el escenario político al sur del Río Grande; puso al mundo al borde de una guerra nuclear e inspiró, sin que fuera su propósito, la doctrina de la seguridad nacional que provocó en cinco décadas decenas de miles de muertes y que arrasó en ese lapso con buena parte de las democracias continentales.

Y todo lo logró sin haber alcanzado ni uno solo de los objetivos militares y políticos que la vieron nacer. El 16 de abril de 1961, hace 50 años, un pequeño ejército de exiliados cubanos, mercenarios para todo servicio, entusiastas centroamericanos, agentes de la CIA y asesores norteamericanos invadieron Cuba con la intención de derrocar a Fidel Castro, asesinarlo junto a todos los jefes militares que dos años antes habían derrocado al dictador Fulgencio Batista, e instaurar en la isla un gobierno afín a los intereses económicos y políticos de Estados Unidos.

La operación, conocida como Invasión a Bahía de Cochinos o a Playa Girón o a Bay of Pigs, según quién la nombre, fue un estruendoso fracaso , una gigantesca chapucería que terminó con parte de los invasores muertos y el resto en manos de Castro, con la revolución cubana más afianzada y con el prestigio del entonces flamante presidente estadounidense John Kennedy, que había asumido apenas tres meses antes de la invasión y compró el paquete de la invasión a Cuba que le vendieron la agencia de inteligencia y el poder militar heredados de la anterior administración de Dwight Eisenhower.

Cuba fue una obsesión para los americanos desde el triunfo de la Revolución, en enero de 1959 y luego, cuando en agosto de 1960, Castro nacionalizó las empresas norteamericanas de la isla, entre ellas refinerías de petróleo, centros azucareros y las compañías de teléfonos y de electricidad. Estados Unidos, que tenía la certeza de que Castro era comunista y que contaba con la simpatía y protección de la Unión Soviética y de su líder, Nikita Khruschev, empezó a implementar diversos planes para deshacerse del molesto vecino: sabotajes, golpe interno, sublevación popular, asesinato o invasión.

Triunfó el más drástico : invadir cuba y asesinar a la plana mayor del gobierno cubano para instaurar un nuevo régimen con las figuras desencantadas de Castro.

La invasión estuvo en manos de la CIA, que entrenó a los miembros de la “Brigada 2506”, unos mil doscientos hombres identificados con el número de un joven miembro muerto en un entrenamiento. La Casa Blanca de Eisenhower dispuso de un “Grupo Especial” de seguimiento formado por funcionarios del gobierno y militares, según consta en un libro imprescindible, “Bay of Pigs Declassified – The Secret CIA Report on the Invasión of Cuba”, editado hace una década por New York Press.

Hoy sabemos, gracias a los biógrafos de Kennedy que fue informado del plan el 29 de noviembre de 1960, 25 días después de su elección. Kennedy puso en duda la aventura, pero no la suspendió. No le alcanzó para arrepentirse el resto de su corta vida: fue asesinado el 22 de noviembre de 1963 en Dallas. Pero sí impuso dos condiciones: no participarían en la operación las fuerzas armadas y se reservaba el derecho de cancelar la invasión. Kennedy no ignoraba que Castro estaba al tanto (Ver “Fulbright….”).

La primera gran torpeza de la CIA ocurrió el 15 de abril, cuando ocho aviones B-26, con la bandera cubana en el fuselaje, bombardearon los aeropuertos militares de la isla para destruir la aviación de Castro. No lo lograron, perdieron tres bombarderos y uno de ellos aterrizó en Miami, con el fuselaje agujerado a balazos. Su piloto se presentó como auténtico rebelde cubano y pidió asilo político. Pero los periodistas descubrieron que el avión era, en realidad, uno norteamericano al que le habían pintado los colores cubanos; que los agujeros de bala no eran de armas antiaéreas sino de pistola calibre 9 milímetros, que todo era una estafa y que el piloto era un impostor.

Al día siguiente, en La Habana en el entierro de los muertos por el bombardeo, Fidel Castro ratificó el rumbo socialista y marxista de la Revolución Cubana . La invasión siguió adelante. Con más y más graves desaciertos.

El 17 de abril la Brigada 2506, transportada por un falso carguero de la CIA, desembarca en Playa Girón y en Playa Larga. Los primeros combates los favorecen, hasta que veinte mil soldados, voluntarios y milicianos reunidos por Castro los rodean. Poco a poco los invasores se quedan sin municiones y sin poder recibirlas de los buques de la CIA porque dos de ellos habían sido hundidos por los T-34 cubanos, indemnes del ataque del 15.

La Brigada pide apoyo a las fuerzas armadas de Estados Unidos, Kennedy cancela una segunda oleada de bombarderos que podría haber emparejado la lucha: tiene la certeza de haber sido engañado por su servicio de inteligencia que había asegurado que una insurrección popular derrocaría a Castro ante la noticia de la invasión.

Después de dos días de combate, la Casa Blanca acepta enviar seis cazas del portaaviones Essex para apoyar a los B-26 de la CIA piloteados por cubanos, que intentarán torcer el destino. Pero otro gran error lo desbarata todo. Los aviones del Essex llegan a cielo abierto a las cuatro de la mañana, hora de Miami. No encuentran a nadie. Los B-26, con la hora de Managua en sus relojes, llegan una hora después.

Bahía de Cochinos es un desastre para los invasores: una cantidad nunca revelada de entre 100 y 400 mueren en los combates, 1.189 son apresados, Castro, que se puso al frente de las fuerzas defensoras, se muestra al mundo como un triunfador y Estados Unidos no puede ocultar el rol decisivo y trágico que tuvo en esa catástrofe.

Mientras la Brigada 2506 se bate con sus últimas municiones, en la Casa Blanca, Kennedy y el jefe de la Armada, almirante Arleigh Burke sostienen un diálogo dramático. Burke le pide autorización para mandar aviones de guerra a la cabeza de playa donde resisten los invasores. Kennedy dice no.

–Almirante, no quiero a los Estados Unidos envueltos en esto.

–Demonios, Presidente –dice Burke señalándose la frente. –Ya estamos hasta acá envueltos en esto.


Reunión clave para la isla

Mañana empieza en Cuba un considerado crucial Congreso del gobernante Partido Comunista. Definirá la reforma económica que busca evitar un deterioro del sistema socialista y relevaría a Fidel Castro como su máximo jefe. El VI Congreso del PCC, el primero en 14 años, marcará un cambio de rumbo de la isla, convocado por el presidente Raúl Castro para “actualizar” el desgastado modelo soviético.

LA HABANA. AFP


Consecuencias
Exportar la revolución cubana. Lo decidió Castro tras la frustada invasión y a manera de defensa.

Endurecimiento de los gobiernos de América latina. La influencia castrista abrió las puertas a la actividad paramilitar de la ultraderecha, dio alas a la llamada “doctrina de la seguridad nacional” y desencadenó una ola de golpes de Estado que en menos de diez años acabó con gran parte de las democracias latinoamericanas.

Entrenamiento de Estados Unidos a militares latinoamericanos. Los entrenó en métodos que fueron los embriones de la represión ilegal con el aparente objetivo de combatir el comunismo. Bajo el lema “No habrá otra Cuba en el continente”, EE.UU. favoreció la instalación de las más violentas dictaduras.

Armamentismo en la región. Entre el desarrollo social y armarse para la defensa contra el comunismo, los países latinoamericanos decidieron armarse para esta “defensa”.

Fuente: Diario Clarín (Argentina). 4 de abril del 2011.

domingo, 17 de abril de 2011

Historia de los peruanismos. La Academia Peruana de la Lengua y “DiPerú”, completo y ambicioso diccionario de peruanismos.

Habla, peruano

LOS PERUANISMOS ABUNDAN. SON EL SELLO DEL ESPAÑOL HABLADO EN EL PERÚ. CREADOS A PARTIR DE RECURSOS Y PRÉSTAMOS LINGÜÍSTICOS, ASÍ COMO DEL LENGUAJE ORAL, SON PALABRAS QUE NOS DISTINGUEN COMO UNA COMUNIDAD DE HABLANTES.

Aunque algunos peruanismos no figuren en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), están oficializados por la colectividad. Actualmente, la página web de la Academia Peruana de la Lengua ( www.academiaperuanadelalengua.org ) ha convocado a recolectar peruanismos con la finalidad de crear el “DiPerú”, un completo y ambicioso diccionario de peruanismos. Aquí algunos ejemplos de peruanismos de uso actual.

AYAYERO, RA
Según el DRAE, es un derivado de la interjección ayayay, que sirve para “expresar diversos sentimientos, especialmente los de aflicción y dolor”. Para la RAE, ayayero es un adjetivo equivalente a adulador, pero en el Perú, menciona Juan Álvarez Vita, “el ayayero casi siempre recurre a lamentos y formas exageradas para obtener sus propósitos”, además.

HUACHAFERÍA
Basta recordar la voz ronca de Nicomedes Santa Cruz declamando “Cómo has cambiado pelona”, para evocar a la huachafa: “Te cambiaste las chancletas por zapatos taco aguja”. Aunque el DRAE lo consigne como equivalente de cursilería, la definición es más compleja. Álvarez Vita refiere a la “persona o cosa que no logra lo que ha deseado aparentar”, que por lo “recargado, extranjerizante o anacrónico, deviene en el ridículo”. En “¿Un champancito, hermanito?”, Mario Vargas Llosa considera a este peruanismo como una contribución a la experiencia universal. Estuardo Núñez ubica el origen. Se llamaban huachafas a unas fiestas organizadas por unas “modestas muchachas de clase media, de cierta estrechez económica y que se esforzaban por aparentar ante sus invitados y vecinos más de lo que eran o tenían”.

ENANTES
Entre las acepciones del “Diccionario de peruanismos”, enantes es una forma vulgar de decir antes: “[…] ha perdurado en la lengua familiar del Perú y del Ecuador donde se refiere, de manera concreta, a un pasado inmediato al anterior presente. No obstante que no es equivalente a antes como afirma el DRAE, y que es una forma que no solo enriquece a la lengua sino que permite una mayor exactitud temporal […]”. Enantitos es de una anterioridad más inmediata que enantes, percibe Álvarez Vita. José María Arguedas en “El zorro de arriba y el zorro de abajo” lo menciona: “¿Liriobamba, dijo usté, compadre, enantes?”.

OTORONGO
El nombre del felino que habita los bosques de América del Sur es también utilizado como adjetivo dirigido a una persona corrupta. Según Álvarez Vita, “es aplicada principalmente a congresistas de la República y a magistrados”. La conocida frase “Otorongo no come otorongo” se atribuye “peyorativamente al hecho de que entre personas carentes de valores morales no se hacen daño”.

POLLADA
Mientras que para el DRAE es solamente “un conjunto de pollos”, en el Perú, una pollada es una reunión social en torno al consumo o venta de pollos bien aderezados. Según Álvarez Vita, “esta voz surge en la década de 1970 en que se populariza el pollo cocinado a la brasa”. Convocar a una pollada tiene fines económicos.

CHINGANA
En la América Meridional es, según el DRAE, “una taberna en que suele haber canto y baile”. De la voz quechua ‘chinkana’, en el Perú esta palabra es usada para designar despectivamente una tienda donde se expenden y consumen licores baratos, y también diversos artículos de baja calidad, según Álvarez Vita. En la novela “Conversación en La Catedral” se menciona: “No fuimos a esa chingana de la Colmena a comer panes con chicharrón sino a contarnos nuestros proyectos, piensa […]”.

FIGURETI
La doctora Martha Hildebrandt escribe lo siguiente: “En los últimos tiempos se ha difundido en Lima un término equivalente a peliculinero: figuretti, escrito también figureti.

La palabra, de indudable origen italiano, se ha tomado de un programa muy difundido de la televisión argentina”. En síntesis, el figureti es la persona a la que le gusta llamar la atención, y la palabra ha sido acuñada y difundida en los programas de espectáculos de nuestra televisión.

PREMIER
“En el Perú se usa, desde hace algunas décadas y sin ningún fundamento, el término Premier para designar al presidente del Consejo de Ministros. Y también se usa el derivado premierato para referirse al cargo respectivo”, dice Hildebrandt en “El habla culta”, pues según la Constitución no existe este cargo, sino el de presidente del Consejo de Ministros.

JARANA
Reconocida como sinónimo de fiesta, jolgorio y diversión. En el Perú del siglo XIX era una competencia entre dúos de cantantes de versos improvisados. Jarana también se entiende como una molestia.

CUTRA
Es una expresión coloquial que, según Juan Álvarez Vita en su “Diccionario de peruanismos”, consiste en sacar “provecho o dinero obtenido de un particular por un funcionario o empleado, con abuso de atribuciones de su cargo”. Informalmente, en el Perú el verbo cutrear equivale a robar.

Qué tienen de romántico un campanero jorobado, tuerto y estevado, o un monstruoso pseudohombre construido con piezas de los cuerpos de otros hombres? Hablamos de Quasimodo y Frankenstein, personajes de las novelas “El jorobado de Notre Dame” (1831) del francés Víctor Hugo, –historia recreada para evitar la destrucción de la famosa catedral– y “Frankenstein o el moderno Prometeo” (1818) de la inglesa Mary Shelley –inspirada en los macabros experimentos del Dr. Galvani–, escritas durante Romanticismo, donde la presencia de lo “feo” no era ajeno al concepto de belleza.

BELLA ANTIGÜEDAD
Lo que entendemos hoy como romántico en el habla popular –que ya está oficializado en la Real Academia de la Lengua como sentimental, generoso y soñador–, dista en concepto de sus orígenes siglos atrás. El Romanticismo más que una corriente, fue una completa estética filosófica que revolucionó el pensamiento europeo (cultura, política, religión y, por supuesto, arte) y se desarrolló en distintas épocas, formas y espacios, incluyendo el Perú. Montó sus bases en el movimiento alemán Sturm und Drang (Tempestad e ímpetu) liderada por un joven Goethe quien viajó a Roma y se enamoró de la belleza y espíritu de la antigüedad latina que quiso reconquistar. Lo clásico para el romántico fue para Nietzsche “el retorcimiento de la forma, la oscuridad, la violencia orgiástica, la pasión autodestructiva”.

CARACTERÍSTICAS
El Romanticismo, en rasgos generales, surgió en oposición a las limitaciones del racionalismo de la Ilustración y como una poderosa crítica a las hondas diferencias de clase, el malestar de la sociedad de la época y la animadversión a una realidad que no coincidía con sus anhelos. La búsqueda de la libertad, fantasía, geografías lejanas, personajes clichés y la revaloración del arte medieval, son algunas de sus características.

Fue el círculo de Jena (Alemania) donde se demarcaron los postulados teóricos del pensamiento romántico: una nueva concepción del mundo. A través de la mirada al interior de sus naciones, famosos cuentos de origen oral como “Blanca nieves” y “La cenicienta” fueron modificados por los hermanos Grimm –por mostrar rasgos grotescos y espantosos–, adicionándoles una moraleja ejemplificadora. La versión original de la dulce e ingenua caperucita roja muestra macabras escenas de violencia y canibalismo.

¿ROMANTICISMO ACTUAL?
Para Paolo D’Angelo –en “La estética del romanticismo”– el romanticismo sentimental no quiere decir lacrimógeno, patético, ni conmovedor como lo vivimos hoy. Sin embargo, el término ha perdurado a través de la extrema idealización del amor en las relaciones de pareja (“Romeo y Julieta”) y del ser humano (“Werther”). Nombrar románticas películas como Titanic, las canciones de Alejandro Sanz o las telenovelas mexicanas; regalar osos de peluche, rosas rojas y cenas a la luz de las velas, responden probablemente a la seducción de un contexto mercantilista antes que a la decadencia de un sólido pensamiento decimonónico.

Qué tienen de romántico un campanero jorobado, tuerto y estevado o un monstruoso pseudohombre construido con piezas de los cuerpos de otros hombres? Hablamos de Quasimodo y Frankenstein, personajes de las novelas “El jorobado de Notre Dame” (1831) del francés Víctor Hugo, –historia recreada para evitar la destrucción de la famosa catedral– y “Frankenstein o el moderno Prometeo” (1818) de la inglesa Mary Shelley –inspirada en los macabros experimentos del Dr. Galvani–, escritas durante Romanticismo, donde la presencia de lo “feo” no era ajeno al concepto de belleza.

Fuente: Diario El Comercio, suplemento cultural "El Dominical". 17 de Abril del 2011.

martes, 12 de abril de 2011

Nacimiento de las repúblicas tras la I Guerra Mundial: La República de Weimar y la Segunda República española.

                           Repúblicas

Los regímenes democráticos instaurados en Alemania, Austria, Checoslovaquia, Portugal y España entre las dos Guerras Mundiales fueron barridos por la Gran Depresión y el ascenso del autoritarismo y el fascismo.

Por: Julián Casanova (Historiador)

Entre 1910 y 1931 surgieron en Europa varias repúblicas, regímenes democráticos, o con aspiraciones democráticas, que sustituyeron a monarquías hereditarias establecidas en esos países desde hacía siglos. La mayoría de ellas, y algunas muy significativas como la alemana, la austriaca y la checa, se habían instaurado como consecuencia de la derrota en la I Guerra Mundial. La serie había comenzado en Portugal, con el derrocamiento de la monarquía en 1910, y la española fue la última en proclamarse. La única que subsistió como democracia en esos años, hasta el estallido de la I Guerra Mundial, fue la de Irlanda, creada en 1922. Todas las demás fueron derribadas por movimientos autoritarios de ultraderecha o fascistas.

El conocimiento que tienen la mayoría de los ciudadanos sobre esas repúblicas es, en el mejor de los casos, vago e incompleto. Se recuerda más cómo acabaron, las tragedias en las que desembocaron, que sus logros políticos o sociales. En el caso de España, aunque el interés por la Segunda República no se limita a los especialistas académicos, lo que se sabe fundamentalmente de ella son trozos sueltos, fragmentos divulgados por las militancias políticas, que muy pocos quieren o pueden juntar en una historia menos ideologizada y más sometida al escrutinio de las fuentes y del examen detallado de los hechos.

La historia de esas repúblicas, especialmente de la de Weimar y la española, ha sido eclipsada por su final y lo que siguió, el nazismo y una Guerra Civil. Casi ningún historiador acepta en la actualidad el planteamiento determinista de que esos regímenes republicanos estaban predestinados al fracaso desde el principio. Por el contrario, los análisis más fructíferos centran la atención en las opciones y viabilidad de consolidar sistemas democráticos en ese periodo, en la fortaleza de las estrategias antidemocráticas y en las buenas o malas políticas. Es una historia cargada inevitablemente de controversia, de interpretaciones discrepantes, pero que ha ido encontrando un terreno común sobre el que debatir y avanzar investigaciones.

Por razones obvias, la República de Weimar ofrece mucho más juego para el debate historiográfico y para el examen de los peligros del fracaso de la democracia en una sociedad industrial moderna. Alemania, pese a la derrota en la I Guerra Mundial, era el país más desarrollado económicamente y con mayores logros culturales y científicos del continente europeo. La República de Weimar, nacida de una guerra y del desplome del orden imperial, sobrevivió en sus primeros años a los estragos de una superinflación, al dictado de Versalles y al acoso armado desde la extrema derecha e izquierda. Al contrario de lo que pasó en Italia, que sucumbió muy pronto al fascismo, la República de Weimar fue capaz de resistir durante 14 años.

¿Fueron el fracaso de la República y el triunfo de Hitler inevitables? Cualificados historiadores que han tratado de responder a esa pregunta consideran que las posiciones antidemocráticas de las "élites políticas tradicionales" fueron un serio obstáculo para consolidar un sistema democrático. Buscaron desde el principio desafiar al régimen político que surgió de la derrota en 1918 y después de 1929 trataron con todos sus mecanismos de poder, que eran muchos, de explotar esa grave crisis económica para derribar la democracia e instaurar un Gobierno autoritario.

Mientras que en Gran Bretaña la gravedad de la crisis económica en 1930-1931 produjo un fortalecimiento del conservadurismo, en Alemania el arco conservador-liberal de votantes se rompió y fue a parar a las manos de los nazis, el partido antisocialista y antidemocrático más radical y que se había mantenido completamente al margen del Gobierno de la República. La derecha tradicional/ortodoxa proporcionó así el espacio político que el movimiento nazi necesitaba para prosperar.

Además, frente a lo que ocurrió en Gran Bretaña y en la Tercera República francesa, donde la crisis económica no llevó a las fuerzas políticas más importantes a plantear una alternativa al Gobierno parlamentario, la República de Weimar sufrió, casi desde el principio, una pérdida de legitimidad que se convirtió en los años de la Depresión no solo en una falta de apoyo popular al Gobierno, sino en una crisis de Estado. Tras contemplar varios tipos de soluciones autoritarias, incluida la restauración de la monarquía bajo el príncipe Guillermo o una dictadura militar, una "alianza de intereses", como la denomina Ian Kershaw, entre las élites conservadoras y Hitler le dio el poder al dirigente nazi.

Los problemas que tenía que abordar la Segunda República parecían, en comparación con la de Weimar, menos acuciantes. España no había participado en la I Guerra Mundial; no tenía conflictos fronterizos que pudieran favorecer el surgimiento de movimientos nacionalistas extremos; los factores económicos no fueron tan determinantes en el desenlace final; y el fascismo y el comunismo, los dos grandes movimientos surgidos de la I Guerra Mundial y que iban a protagonizar dos décadas después la Segunda, apenas tenían arraigo en la sociedad durante los años de la República y no alcanzaron un protagonismo real y relevante hasta después de iniciada la Guerra Civil.

¿Por qué entonces la República no pudo sobrevivir? No hay, ni puede haber, una respuesta simple a la pregunta de por qué del clima de euforia y de esperanza de 1931 se pasó a la guerra de exterminio de 1936-1939. Para consolidarse como sistema democrático, la Segunda República necesitaba establecer la primacía del poder civil frente al Ejército y la Iglesia católica, las dos burocracias que ejercían un fuerte control sobre la sociedad española y a las que fue imposible controlar. Sus proyectos e intentos de transformar tantas cosas a la vez (el Ejército, la Iglesia, la tierra, la educación o las relaciones laborales) suscitaron grandes expectativas que la República no pudo satisfacer y se creó pronto muchos y poderosos enemigos. Frente a las reformas republicanas, las posiciones antidemocráticas y autoritarias crecieron a palmos entre los sectores más influyentes de la sociedad y la vía insurreccional ensayada por anarquistas en 1932 y 1933 y por los socialistas en octubre de 1934 significó una ruptura con el proceso democrático y el sistema parlamentario.

Mientras las fuerzas armadas defendieron a la República y obedecieron a sus Gobiernos, pudo mantenerse el orden y controlar los intentos militares/derechistas o revolucionarios de subvertirlo, aunque fuera, como en la revolución de Asturias de octubre de 1934, con un coste alto de sangre. El régimen republicano, evidentemente, presentaba enormes fisuras y como pasaba en casi todos los países europeos, el rechazo de la democracia liberal a favor del autoritarismo avanzaba a pasos agigantados. Pero el golpe de muerte a la República se lo dieron desde dentro, desde el seno de sus mecanismos de defensa, los grupos militares que decidieron derribarla en julio de 1936. Como en España, al contrario de lo que ocurrió con otras repúblicas del periodo, hubo una resistencia importante, militar y civil, frente al intento de imponer un sistema autoritario, lo que siguió al golpe de Estado no fue su triunfo sino una Guerra Civil.

España comenzó los años treinta con una República y acabó la década sumida en una dictadura derechista y autoritaria. Bastaron tres años de guerra para que la sociedad española padeciera una oleada de violencia y de desprecio por la vida del otro sin precedentes. Por mucho que se hable de la violencia que precedió a la Guerra Civil, para tratar de justificar el golpe militar y el carácter inevitable del conflicto armado, está claro que, comparado con lo que siguió, la República fue una etapa de logros notables.

Cada vez parece más difícil resolver la acritud de la discusión política y la ignorancia sobre esa historia. Es sintomático cómo la memoria de la Guerra Civil y la desmemoria y propaganda contra la República han impedido un debate sobre temas que, empezando por la relación entre el Estado y la sociedad, claramente conectan aquel pasado con nuestro presente y que deberían resultar familiares e importantes para nuestra actual democracia. Pero nuestros políticos no quieren ni les interesa ese tipo de retos. Y la enseñanza de la historia se ha quedado también al margen de esa necesaria empresa de construcción de una sociedad civil más democrática y mejor formada.

Fuente: Diario El País (España). 13/04/2011.

domingo, 10 de abril de 2011

Breve historia de las elecciones en el Perú. De las Cortes de Cádiz a las elecciones de 1962.

                            Voto a voto

Un repaso por las elecciones más apretadas de nuestra historia: ayer como hoy también se vivieron horas de tensión, expectativa y triunfo.

Por: Jorge Paredes

La historia electoral peruana es de larga data. La primera vez que los peruanos fueron a votar fue en 1809 (a fines del Virreinato), cuando en España se convocó a una asamblea constituyente –las Cortes de Cádiz– debido al vacío de poder generado por la abdicación del rey Carlos IV y de su hijo Fernando VII, preso por las tropas napoleónicas. En Lima se convocó a elecciones para elegir a los diputados que nos representarían en dichas cortes y la élite criolla acudió a votar en parroquias y cabildos.

La importancia de estas elecciones primigenias es que sirvieron de modelo para la mayoría de comicios desarrollados a lo largo del siglo XIX, después de la Independencia. Contra lo que se supone, no fueron pocos, y algunos fueron masivos. Eran mayormente elecciones indirectas: se elegían electores que decidían luego la conformación del Congreso, el cual elegía a su vez al presidente.

Los votos no eran secretos y se cantaban a viva voz, lo que generaba trifulcas y actos vandálicos. La elección más reñida fue la de 1871, que llevó al poder a Manuel Pardo, el primer presidente civil elegido en el Perú. El proceso duró dos años, entre 1870 y 1871, y en Lima se vivió el clima electoral. Pardo cuenta en una carta que en un mitin reunió a 10.500 personas en una ciudad que no tenía más de 80.000 habitantes. Exagerado o no, fue, según Basadre, el primer candidato que se atrevió a visitar una zona popular de Lima, la calle Malambo, conocida por su alta peligrosidad. Ahí una mujer afrodescendiente lo abrazó y lo besó en la boca, gritando alborozada: “Vengan a ver a mi niño Manuel”.

Encuentro de masas
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Existe consenso entre los historiadores en que la primera elección moderna en el Perú, con la presencia de un Jurado Electoral y un universo amplio de votantes (varones alfabetos y mayores de 21 años), fue la de 1931. El oncenio de Leguía había llegado a su fin y los candidatos presidenciales eran cuatro, pero solo dos concentraban las preferencias: Luis Sánchez Cerro, de la Unión Revolucionaria, quien venía de protagonizar un levantamiento en el sur contra Leguía y de presidir una junta de gobierno; y Víctor Raúl Haya de la Torre, un político llegado de un exilio europeo y líder del Apra, partido que representaba a las masas trabajadoras y sectores de clase media. Sin embargo, el discurso radical de Haya causaba temor en vastos sectores sociales. “Si bien sus repetidos ataques a las clases altas eran solo retóricos, asustaron tremendamente a los grupos conservadores y, por qué no, a muchos artesanos y gente de clase media temerosa de perder sus pequeñas propiedades”, dice el historiador Juan Luis Orrego.

En la época no había encuestas, por lo que la popularidad se medía en las plazas. Haya cerró su campaña el 23 de agosto de 1931 en la Plaza de Acho de Lima, ante una multitud de trabajadores. Los apristas estaban seguros del triunfo, pero la victoria fue de Sánchez Cerro por 46.000 votos. Haya no reconoció su derrota, denunció fraude electoral y sus partidarios lo declararon “presidente moral del Perú”. Según Juan Luis Orrego, ese “fue el inicio del odio aprista hacia Sánchez Cerro y de la violencia que se desató en el país y que tuvo sus puntos más álgidos en 1932 con la revolución aprista de Trujillo y en 1933 con el asesinato de Sánchez Cerro”.

Empate técnico
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Hasta ahora, la elección más ajustada de nuestra historia ha sido la de 1962. Otra vez Haya y el Apra estaban en el escenario político, gracias al apoyo aprista al segundo gobierno de Manuel Prado (1956-1962), que había devuelto a la legalidad al llamado partido del pueblo. Haya participaba en unas elecciones después de treinta años.

Se presentaron siete candidatos, pero los más fuertes eran tres: Haya, por la Alianza Democrática (coalición del Apra y del oficialista Movimiento Democrático Peruano); Fernando Belaunde, un arquitecto que gozaba de gran simpatía, por Acción Popular; y Manuel Odría, quien volvía a tentar la presidencia con gran aceptación en los barrios pobres de Lima. Los resultados fueron ajustados. Haya obtuvo 557.047 votos (32,97%); Belaunde, 554.180 votos (32,13 ); Odría, 480.798 votos (28,4). Ninguno obtuvo el tercio de los votos que exigía la Constitución para llegar a Palacio, por lo que el Congreso debía decidir quién sería presidente.

Lo que vino después fueron pactos fallidos, denuncias de fraude y de un supuesto veto de las Fuerzas Armadas a Haya.

El 16 de julio circuló la noticia de que Haya había aceptado declinar su candidatura y apoyar en el Congreso la elección de Odría, cerrándole el paso a Belaunde. En medio del clima de tensión, las Fuerzas Armadas decidieron deponer al aún presidente Prado e instaurar una Junta de Gobierno que convocaba nuevas elecciones para el año siguiente. En 1963 Belaunde ganó con el 39,5% de los votos frente a Haya, que logró el 34,8%, y Odría, el 25,5%. Las elecciones de 1962 fueron el primer ‘empate técnico’ de nuestra historia, resuelto a la manera de la época (con golpe incluido) en una especie de segunda vuelta un año después. Hoy la historia comenzará a escribirse de nuevo.

Fuente: Diario El Comercio, suplemento "El Dominical". 10 de Abril del 2011.

Recomendado:

Historia de las Elecciones en el Perú. Elecciones en el siglo XIX: votación indirecta, parroquias, “Juntas Electorales de Provincia”, tomas de mesas de votación, clubes electorales y partidos políticos, Ley electoral de 1896 (centralismo en el proceso electoral).

sábado, 9 de abril de 2011

Desarrollo histórico de la Diplomacia. Comisión Cardoso-Gaviria-Zedillo: estrategias alternativas frente a las políticas prohibicionistas.Convertir el consumo de actividad criminal a problema de salud pública y a los adictos en pacientes, en vez de compradores.


Señor embajador

Por: Carlos Fuentes (Escritor)

La providencia me destinó a la diplomacia, puesto que nací un primero de abril". Así dijo Otto von Bismarck, el Canciller de Hierro alemán, refiriéndose al día primero de abril que en los países del norte es el día de los inocentes.

Como no puede haber diplomacia inocente, la hay -siempre la ha habido- al servicio del país al que el embajador representa. Esta es una verdad palmaria desde el inicio histórico de la diplomacia, que acaso ocurrió en el año 1278 antes de Cristo, cuando el faraón de Egipto, Ramsés, llegó a un acuerdo con el rey de los hititas, Jatusil III. Desde entonces, ha privado un principio en los informes que un jefe de misión diplomática acreditado en país que no es, naturalmente, el suyo, envía al Gobierno al cual representa.

El principio es el del secreto. El embajador trata de informar de la manera más exacta posible a su Gobierno sobre los asuntos de la nación ante la cual está acreditado. El embajador tiene la obligación de informar con claridad y con certeza, por más que su idiosincrasia individual no deje de expresarse en los informes.

Esto lo sabemos quienes hemos ejercido funciones diplomáticas ayer y quienes las ejercen hoy. ¿De qué sirve un funcionario diplomático que no dice la verdad sobre el país donde representa al suyo? Pues, si no la dice, es un mal diplomático y si la dice es porque, salvo filtraciones excepcionales o voluntarias, el embajador tiene la seguridad de que sus opiniones solo serán conocidas por su propio Gobierno, su propio jefe de Estado, su propia cancillería.

Excepcional fue el famoso caso del Telegrama Zimmerman en el que la cancillería del Kaiser ofrecía al Gobierno mexicano de Carranza apoyo financiero, alianza bélica y la devolución de los Estados de Texas, Arizona y Nuevo México a nuestro país si se aliaba con Alemania en la Guerra de 1914-1918. Enviado en secreto, el famoso telegrama fue descodificado por el servicio de inteligencia británico. Fue, nos dice el gran historiador Friedrich Katz, "una de las más grandes historias de espionaje de todos los tiempos". Fue también, añade Katz, un acto que trataba a Carranza como "un niñito desesperado por recibir un juguete".

Voluntaria fue la diplomacia del canciller de la Francia derrotada, Talleyrand, al convertirse en factótum del Congreso de Viena (1815) presentándose como víctima para dividir a los vencedores, Rusia, Austria y Prusia con el principio de regreso a las fronteras previas a la Revolución Francesa, perdiendo todos los territorios conquistados posteriormente. Por algo Talleyrand era llamado el diablo cojuelo.Como se ve, estas acciones diplomáticas dependen, primero, de la exactitud de la información recabada por los embajadores de las potencias. Mala información en el caso de la Alemania imperial y el Telegrama Zimmerman. Buena información en el caso de Talleyrand y el Congreso de Viena. Y segundo, de la información veraz y oportuna del jefe de misión in situ.

Dadas estas verdades, el secreto es indispensable para que el embajador diga la verdad a su país. Verdad, como todas, relativa y condicionada, hasta cierto punto, por la personalidad del embajador. Pero si todos los informes de todos los embajadores a todos los países del mundo enviados a todos sus Gobiernos, fuesen revelados, la diplomacia dejaría de funcionar con eficacia y se vería reducida, como sin duda ocurrió entre el faraón y los hititas, al nivel personal.

El embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, informó cumplidamente a su Gobierno sobre cosas bien sabidas. Que la Marina es más efectiva que el Ejército en el combate al narcotráfico. Que el Ejército no está preparado para funciones policíacas. Que las instituciones de seguridad compiten entre sí y por ello son poco eficientes. Que hay corrupción en México. ¡Vaya novedades! Los ciudadanos me-xicanos añadiríamos algunas más, sobre todo la mayor: la concentración de la atención oficial en el combate al narcotráfico, con más pérdidas que ganancias, y la falta de atención a las alternativas que hemos propuesto en la Comisión encabezada por los presidentes Cardoso, Zedillo y Gaviria.

Hablando hace poco con este en Bogotá, y escuchándole en la conferencia del diario El Tiempo, evoqué lo que yo mismo he dicho repetidas veces:

La comisión Cardoso-Gaviria-Zedillo pide que en primer término se reconozca el fracaso de las políticas vigentes y se propongan nuevas políticas más seguras. Ello no implica -importante inciso- desconocer las políticas actuales, sino ofrecer estrategias alternativas, subrayar los temas de la prevención y el tratamiento, aunque aplicando acciones represivas cuando sean necesarias.

Las políticas prohibicionistas de los Estados Unidos y las europeas de reducción de daños no lograron ni reducir los mercados ni reducir el consumo: ambos han aumentado. Colombia primero, México hoy, se convirtieron en epicentros de un negocio que depende de la demanda de los consumidores. Se trata, en consecuencia, de disminuir la demanda. ¿Cómo? Convirtiendo el consumo, de actividad criminal, en problema de salud pública y a los adictos en pacientes, en vez de compradores. Con ello, se reduciría la demanda y bajarían los precios.

El simple prohibicionismo no ha reducido ni la producción ni el consumo. Las políticas en vigor han atacado la oferta más que el consumo. Nos hemos dado cuenta, en otras palabras, que eliminar la oferta no elimina la demanda, y la demanda se traduce a menudo en muerte por sobredosis, y transmisión de infecciones. Doscientos cincuenta millones de seres humanos, globalmente, usan drogas. Solo 25 millones son dependientes lo cual, en sí, indica que el tratamiento es más importante que el castigo. La Comisión piensa que así como las campañas contra el tabaco, el alcohol y las enfermedades de transmisión sexual han tenido éxito, lo tendría una campaña preventiva que se dirija a la demanda tanto como a la oferta.

Ojalá que las prioridades de los Gobiernos de México -el presente y el que sigue- cambien en el sentido propuesto por esta Comisión y sus personeros.

Entre tanto, la relación entre el presidente Calderón y el embajador Pascual ha desembocado en enojos públicos de aquel, imposibilidad de la relación con este y renuncia de Pascual. El villano: Wikileaks, que reveló el contenido de los informes secretos del embajador. Solo que ponerle bozal a Wikileaks es una imposibilidad en el mundo moderno. Junto con Facebook, Internet y Twitter, los medios de información han derrumbado a las dictaduras de Egipto y Túnez, amenazan a la de Libia (acaso Gadafi vaya a ser el próximo en caer) y ponen en aprietos a Argelia, Marruecos, Arabia Saudí, Siria, Jordania, Bahréin y Yemen.

Si evoco este gran panorama es para situar en su dimensión el enojo del presidente Calderón, la información del embajador Pascual y la revolución de las comunicaciones que reveló, como antes no había sucedido, lo que el embajador le dijo a su Gobierno y lo que el presidente mexicano se sintió obligado a protestar, cosa que normalmente ni él ni sus antecesores, habrían hecho.

El resultado será una embajada -la de Estados Unidos en México- vacante durante largo tiempo, con el consecuente deterioro de las ya maltrechas relaciones entre los dos países, en un momento en que México no cuenta con fuertes apoyos ni en Europa ni en América Latina.

Fuente: Diario El País (España). 09/04/2011.