Sijs y Singh
Por: Isaac Bigio (Internacionalista)
En la segunda semana de noviembre se reunieron en la India los dos jefes de gobierno de las mayores democracias multipartidarias del mundo. El mandatario estadounidense Barack Obama, el único presidente del mundo en haber sido electo rozando los 70 millones de votos, se vio con Manmohan Singh (primer ministro de la India desde el 2004), quien en el 2009 fue reelecto en el cargo tras que su partido (el Congreso Nacional Indio) se convirtiera el primero en el mundo en obtener más de 150 millones de votos.
La manera en la cual ambos han sido elegidos es diferente, pero los dos tienen en común el ser los primeros jefes de gobierno de sus respectivos países que provienen de su respectiva minoría étnica. Obama es el primer ocupante negro de la Casa Blanca y Singh es el primer jefe de gobierno sij del país que, en 2 décadas, superará a China como el más poblado de la historia. De todas las religiones organizadas que hay en el mundo, los sijs ocupan el quinto lugar en número de fieles (van entre 24 y 28 millones) y el tercero en tasa de crecimiento.
Su credo surgió hace medio milenio en la India al mismo tiempo en que los cristianos iniciaban la conquista de los indios americanos y el transporte de esclavos africanos a sus tierras. Los sijs se foguearon en medio de un gran choque cultural. No fue el que se daba entre Europa y América sino entre las dos mayores y más contrapuestas religiones que ha tenido Asia: el Islam monoteísta y el hinduismo politeísta.
De los 1,500 millones de musulmanes que hay en el mundo, sólo un 20% son árabes y casi la mitad de ellos desciende de antiguos hinduistas convertidos al Islam que viven entre Indonesia y la India.
La región donde más se acentuó dicho choque fue el Punjab (donde hoy están localizadas las capitales de la India y Pakistán), y allí mismo surgió hace 5 siglos la fe sij.
Los sijs protagonizaron en su tiempo una suerte de revolución igualitaria. Rechazaron el sistema de castas de los hinduistas y la forma en la cual el Islam aceptaba la poligamia, el velo o el que las mujeres no pudiesen rezar junto a los varones. Además, hicieron una síntesis de ambas grandes religiones. Como los mahometanos rezan descalzos sobre alfombras ante ninguna imagen en torno a un libro sagrado y sólo creen en un dios. Como los hinduistas incineran a sus muertos, creen en la reencarnación y son vegetarianos.
A la prohibición musulmana de tomar licor y a la hinduista de comer carne le han sumado la de fumar.
Los sijs tienen cierto parecido a los judíos ortodoxos en que no se cortan nunca el cabello, en que rezan diariamente en la lengua de sus profetas y en su apego a la tierra de donde surgió su religión. Mientras un sector sij ha querido imitar al sionismo queriendo crear un Estado propio, la India ha sabido neutralizar ello dándoles a los sijs oportunidades para que lleguen a altas posiciones en el poder político, económico y militar de su enorme país.
Fuente: Diario Correo (Perú). 17 de Noviembre del 2010.
Por: Isaac Bigio (Internacionalista)
En la segunda semana de noviembre se reunieron en la India los dos jefes de gobierno de las mayores democracias multipartidarias del mundo. El mandatario estadounidense Barack Obama, el único presidente del mundo en haber sido electo rozando los 70 millones de votos, se vio con Manmohan Singh (primer ministro de la India desde el 2004), quien en el 2009 fue reelecto en el cargo tras que su partido (el Congreso Nacional Indio) se convirtiera el primero en el mundo en obtener más de 150 millones de votos.
La manera en la cual ambos han sido elegidos es diferente, pero los dos tienen en común el ser los primeros jefes de gobierno de sus respectivos países que provienen de su respectiva minoría étnica. Obama es el primer ocupante negro de la Casa Blanca y Singh es el primer jefe de gobierno sij del país que, en 2 décadas, superará a China como el más poblado de la historia. De todas las religiones organizadas que hay en el mundo, los sijs ocupan el quinto lugar en número de fieles (van entre 24 y 28 millones) y el tercero en tasa de crecimiento.
Su credo surgió hace medio milenio en la India al mismo tiempo en que los cristianos iniciaban la conquista de los indios americanos y el transporte de esclavos africanos a sus tierras. Los sijs se foguearon en medio de un gran choque cultural. No fue el que se daba entre Europa y América sino entre las dos mayores y más contrapuestas religiones que ha tenido Asia: el Islam monoteísta y el hinduismo politeísta.
De los 1,500 millones de musulmanes que hay en el mundo, sólo un 20% son árabes y casi la mitad de ellos desciende de antiguos hinduistas convertidos al Islam que viven entre Indonesia y la India.
La región donde más se acentuó dicho choque fue el Punjab (donde hoy están localizadas las capitales de la India y Pakistán), y allí mismo surgió hace 5 siglos la fe sij.
Los sijs protagonizaron en su tiempo una suerte de revolución igualitaria. Rechazaron el sistema de castas de los hinduistas y la forma en la cual el Islam aceptaba la poligamia, el velo o el que las mujeres no pudiesen rezar junto a los varones. Además, hicieron una síntesis de ambas grandes religiones. Como los mahometanos rezan descalzos sobre alfombras ante ninguna imagen en torno a un libro sagrado y sólo creen en un dios. Como los hinduistas incineran a sus muertos, creen en la reencarnación y son vegetarianos.
A la prohibición musulmana de tomar licor y a la hinduista de comer carne le han sumado la de fumar.
Los sijs tienen cierto parecido a los judíos ortodoxos en que no se cortan nunca el cabello, en que rezan diariamente en la lengua de sus profetas y en su apego a la tierra de donde surgió su religión. Mientras un sector sij ha querido imitar al sionismo queriendo crear un Estado propio, la India ha sabido neutralizar ello dándoles a los sijs oportunidades para que lleguen a altas posiciones en el poder político, económico y militar de su enorme país.
Fuente: Diario Correo (Perú). 17 de Noviembre del 2010.
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