jueves, 26 de marzo de 2009

Bretton Woods, orden econòmico mundial y el reto del G-20.

Foto: Archivo Life

G-20: Hegemonía o multilateralismo

Humberto Campodónico (Economista)

A mediados de 1944, los aliados convocaron a una conferencia en Bretton Woods (Massachussets) para diseñar el nuevo orden económico mundial. De allí salieron el Fondo Monetario Internacional, el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF, después Banco Mundial) y el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés) que en 1994 se convirtió en la Organización Mundial de Comercio (OMC).

El andamiaje de BW le debe mucho al economista inglés John Keynes, ampliamente respetado y conocido por sus tratados donde planteaba la necesidad de la intervención del Estado para obtener un equilibrio económico que el libre mercado es incapaz de lograr. Esa fue la base del New Deal (Nuevo Acuerdo) del presidente Roosevelt en 1933, que ejecutó planes de estímulo estatal para superar la Gran Depresión.

Hoy, en el 2009, la próxima reunión del Grupo de los 20 enfrenta retos parecidos –o quizá superiores– pues estamos frente a una recesión mundial de grandes proporciones. La cuestión es que todo el andamiaje de BW ha fracasado estrepitosamente pues no pudo prever –menos comprender– la debacle que se incubó bajo su vista y paciencia.

Sucede que, desde fines de los 70, el enfoque keynesiano del Estado de Bienestar, “economía mixta”, fue completamente dejado de lado por las grandes potencias económicas, a medida que avanzaba la liberalización de los mercados, la globalización de las transnacionales y la preeminencia del capital financiero especulativo en mercados desregulados.

Así, de un sistema monetario con un patrón fijo oro-dólar (EEUU garantizaba un precio del oro estable a US$ 35/onza) se pasó a un no-sistema de tipos de cambios variables en 1971-73. El Banco Mundial dejó de lado su carácter de banco de fomento y se dedicó a liberalizar y privatizar el Estado de las economías de los “países en desarrollo”.

El GATT-OMC, que siempre planteó liberalizar el comercio bajando aranceles y eliminando barreras para-arancelarias (cuotas de importaciones, por ejemplo), incorporó los llamados “nuevos temas” (propiedad intelectual, trabajo, medio ambiente, solución de controversias, libre competencia, inversiones, entre otros). Así, poco a poco, las “nuevas” negociaciones tenían poco de comercio de bienes y bastante de políticas de “integración profunda” (los países chicos adoptan las políticas liberales de los países grandes, lo que, supuestamente, era bueno para todos).

Según la UNCTAD, organismo de la ONU para el comercio y el desarrollo, “esas políticas de laissez-faire de los últimos 20 años, inspiradas por un fundamentalismo de mercado, han fracasado estrepitosamente. La fe ciega en la eficiencia de los mercados financieros desregulados y la inexistencia de un sistema financiero y monetario basado en la cooperación generaron la ilusión de que las operaciones financieras especulativas en numerosos ámbitos podían rendir ganancias sin riesgo y otorgaban licencia para el derroche” (1).

El quid del asunto es que esa cooperación para doblegar al capital financiero especulativo “implica una gobernanza monetaria y financiera internacional más rigurosa. Esto es más pertinente que nunca en la actual crisis, que tiene alcance mundial y carácter sistémico”. En otras palabras, se necesita una “gobernanza mundial”, muy distinta por cierto a la hegemonía que EEUU tuvo en BW. Dice la UNCTAD: “para salir de la presente crisis, y evitar que se reproduzca, es necesario ir más allá de la regulación bancaria y financiera y abordar la cuestión fundamental de cómo reactivar y extender el multilateralismo en un mundo en proceso de globalización”.

Y agrega: “Las Naciones Unidas están llamadas a desempeñar un papel fundamental en la conducción de ese proceso de reforma. Son la única institución que, por su carácter universal y su credibilidad, está en condiciones de dar legitimidad y viabilidad a un sistema de gobernanza reformado”. Efectivamente, pero, ¿le hará caso el G-20?


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(1) La crisis económica mundial: Fallos sistémicos y remedios multilaterales, 19/03/2009,
http://www.unctad.org/

Fuente: Diario La Repùblica. Mièrcoles 25 de marzo de 2009.

Todos los artículos del autor pueden ser leídos en: http://www.cristaldemira.com/

domingo, 22 de marzo de 2009

Relación histórica entre el Océano Pacifico y el Perú.

Leyenda e historia del mar

Relación ancestral. El historiador Héctor López Martínez ha publicado un libro que repasa nuestra milenaria relación con el Océano Pacífico, escenario de hechos trascendentales de nuestro pasado.

Jorge Paredes (Polìgrafo)

Escenario de epopeyas —como la fabulosa expedición de Túpac Yupanqui a la isla de Pascua—, de fabulosos sueños —la leyenda dice que en la bahía de Paracas San Martín ideó los colores de nuestra bandera—, o de actos heroicos —la inmolación de Grau en Punta Angamos—, el mar ha sido testigo de numerosos sucesos de nuestro pasado. Mitos tan antiguos como el de Wiracocha hacen referencia al asombro y el miedo que debió haber sentido el hombre andino ante el inmenso océano. Lo veían probablemente como el fin de todo lo conocido. Se dice que el dios Wiracocha, luego de poner orden en el mundo, se dirigió hacia el mar y desapareció, caminando sobre las olas.

Por ese mismo océano se iniciaría la Conquista del Perú y tres siglos después, también por el mar, se gestaría la Independencia. Por trescientos años el Callao fue el principal puerto de América del Sur. Desde ahí se embarcó el oro y la plata extraídos de las minas de Potosí, pero también desde ahí salieron expediciones científicas y de exploración de gran importancia para su época, pero que ahora resultan incomprensiblemente desconocidas, como las efectuadas por Álvaro de Mendaña, descubridor de las islas Marquesas y Salomón, o por Juan Bodega y Cuadra, el primero en recorrer la bahía de San Francisco, para llegar después al Canadá y Alaska. Todo entre el siglo XVI y XVIII.

Esta relación ancestral con el mar también ha cobrado relevancia en los últimos tiempos gracias a hallazgos arqueológicos que han puesto en evidencia el desarrollo de poblaciones costeras ligadas a la pesca, con más de 12 mil años de antigüedad. Los restos de Caral y de Áspero pueden ser la comprobación de que el origen de nuestra civilización no estuvo tanto en los Andes, sino abajo, en la orilla, al pie de un litoral rico en anchovetas, moluscos y algas.

El conocimiento de la historia marítima peruana todavía es limitado. Por eso resulta sumamente valioso el aporte de este libro, “El Perú y el mar, una relación ancestral”, del historiador Héctor López Martínez, quien explica con un lenguaje sencillo y fluido la forma en que el hombre peruano ha sabido explorar, explotar y dominar el mar en un conocimiento adquirido a través de los siglos.

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Contra lo que muchos creen, el mar ha estado muy presente en la historia del Perú. ¿Cuál es su importancia?

Todavía no hemos tomado conciencia de toda la importancia que ha tenido, tiene y tendrá el mar para el desarrollo del Perú. Fue precisamente don Aurelio Miró Quesada quien, en 1948, en un notable ensayo titulado “El mar, personaje peruano” alertó sobre lo poco que se había dicho sobre el mar, que era el gran ignorado en los estudios y en las artes en el Perú. Esto tiene hoy gran vigencia pues la arqueología nos está demostrando la importancia que ha tenido el mar para el desarrollo de la cultura en el Perú. Los estudios en Áspero y Caral están cambiando la teoría que afirmaba que la cultura había descendido de la sierra hacia la costa. Hoy se sostiene, con gran fundamento, que la cultura más bien habría ascendido de la costa hacia la sierra, y esto porque el mar tenía los alimentos necesarios para sostener a grupos humanos importantes. Después, cada vez cobra mayor asidero la posibilidad de que el inca Túpac Yupanqui haya realizado una expedición marítima importante.

Se refiere a lo que afirmaba José Antonio del Busto sobre las exploraciones marítimas incas al sur y norte del continente.

El viaje de Túpac Yupanqui era viable porque existían embarcaciones, como las halladas por Pizarro en su segundo viaje —la famosa balsa tumbesina—, que eran casi como carabelas, pues tenían velas y estaban fabricadas para viajes de gran envergadura. Túpac Yupanqui, según Del Busto, pudo haber hecho dos rutas: Oceanía o la isla de Pascua. Todo esto es factible. Después, en la Colonia, el Callao se convirtió en el único puerto por donde se podía comercializar con España. Otro puerto importante fue Paita. En esta época se hicieron expediciones descubridoras de gran trascendencia, como la de Álvaro de Mendaña (1542-1595), que descubrió las Islas Marquesas y Salomón o la de Domingo Boenechea (1711-1775), que llegó a Tahití o la de Juan Bodega y Cuadra (1744-1794), quien fue el primero en explorar la bahía de San Francisco. Lo más importante es que lo hicieron con gente nuestra. El padre Bernabé Cobo ha halagado la destreza de los antiguos chalacos en estos viajes.

¿Qué otros hechos poco conocidos guardan relación con el mar?

Nadie recuerda que el primer país de América Latina que firmó un tratado comercial con China y el Japón fue el Perú, cuando envió una misión diplomática dirigida por el capitán de navío Aurelio García y García, quien con gran carácter logró arrancarle a estos reinos dos acuerdos en igualdad de condiciones. Se cuenta que en un momento los japoneses se echaron para atrás, entonces con habilidad García y García les hizo creer la noticia de que el Perú enviaría a su escuadra, formada por el Huáscar y el Independencia, y como Japón no tenía barcos, sus autoridades cedieron. Otro episodio importante, que está en el libro, fue la vuelta al mundo de la fragata Amazonas. Nosotros hemos estado en la India, en la China, cuando eran territorios absolutamente lejanos y exóticos.

Dos recursos marinos jugaron también papel importante en nuestra historia: el guano y la anchoveta.

Claro. La época del guano nos ofrece, como dijo don Jorge Basadre, la prosperidad falaz. Desgraciadamente, el Perú no supo aprovechar ese “boom”, como diríamos en el lenguaje actual, y fue una de las ocasiones perdidas. Otra oportunidad fallida fue la de la anchoveta, con la harina de pescado. Banchero Rossi, eso está en el libro, fue un visionario, pero luego vino el gobierno militar y de manera absurda se depredó el recurso y se estuvo a punto de desaparecer la anchoveta de nuestro mar. Fue la época del auge de Chimbote, pero después, lamentablemente, no quedó nada.

Lo mejor que quedó fue “El zorro de arriba y el zorro de abajo” de Arguedas.

Quedó un tesoro literario, como dices, pero como obra material no quedó nada. Eso es lo más dramático. Yo pienso que como fue el Mediterráneo para los renacentistas y el Atlántico para los grandes viajes y la ampliación del mundo, así será ahora el Pacífico para los hombres del siglo XXI, porque sus orillas bañan a potencias como Estados Unidos, Rusia, China, Japón. Y, muy modestamente, la palabra del Perú está en este trabajo, hecho con motivo de APEC, que dice que no somos ajenos a este mar porque lo hemos navegado en todas las épocas y todos los tiempos.

FICHA
El Perú y el mar
Autor H. López martínez
Editorial apecru / usmp
Ciudad lima, 2008
Nº páginas 215
Fuente: Diario El Comercio. Domingo 22 de marzo de 2009.

jueves, 19 de marzo de 2009

El cacique Mateo Pumacahua y su significado històrico.

Pumacahua en Sicuani

Antonio Zapata (Historiador)

La plaza de Sicuani es un espacio bien logrado; expresa una combinación armónica entre lo tradicional y lo contemporáneo. Dos edificios modernos forman sendos lados de la cuadrícula. Son la municipalidad y la catedral, representando a los poderes locales.

Una catedral sobria, levantada pocos años atrás, busca dialogar con lo andino, simbolizando los 50 años de la progresista prelatura a cargo de los Carmelitas. Por otro lado, una municipalidad supermoderna aunque de tamaño estándar, al menos guarda las proporciones. Sus enormes lunas funcionan como espejo reflejando diversas imágenes que forman una visión surrealista. Aunque, los excesos de vidrio vienen compensados por una arcada, confiriéndole un toque de tradición a la mole que representa el poder civil.

Al frente del ayuntamiento se halla una calle excepcional. Todas las casas son antiguas o reconstrucciones bien hechas; tienen dos pisos y en el segundo, elegantes balcones forman la fachada. Estas edificaciones guardan una notable homogeneidad arquitectónica. Le otorgan coherencia a Sicuani y embellecen una linda ciudad serrana que aún hace un guiño al tiempo cuando la modernidad no había destruido su elegancia. Andando, se halla otra casona con balcones de hondo significado histórico. Se trata de la casa Manzanares, donde se firmó la Confederación Perú Boliviana y que simboliza la unidad del gran espacio andino.

Por su parte, el centro de la plaza también es singular; el marco lo componen unos dátiles altos y esbeltos, que muestran el extraño vínculo entre los Andes y el mediterráneo. Pero, al centro se halla la estatua de Pumacahua, un controvertido personaje que despierta odios y pasiones; aún hoy, casi doscientos años después de morir ahorcado. La estatua está inclinada y la mirada caída, dicen los lugareños que se debe a un atentado que sufrió por un profesor de la Universidad del Cusco, quien junto a sus alumnos la derribó, arrastrándola con una camioneta.

Resulta que Pumacahua fue clave en la derrota de Túpac Amaru. Cuando la gran rebelión, los curacas se dividieron y mientras algunos apoyaron a Condorcanqui, los otros sostuvieron al Rey. Los enfrentamientos se desarrollaron a campo abierto y la suerte se inclinó de un lado a otro durante varios meses. Los choques fueron entre indios, sólo que unos eran apoyados por una división de rifleros negros venidos de la costa. Finalmente ganaron los realistas y Pumacahua fue recompensado con el grado de Brigadier General, el más alto del ejército colonial en el Nuevo Mundo.

Pero, al envejecer, 33 años después de haber derrotado a Túpac Amaru, Pumacahua se sumó a la rebelión de los hermanos Angulo. Era 1814 y los patriotas argentinos avanzaron sobre la actual Bolivia; cuando el ejército español fue sorprendido por una nueva revolución del Cusco que se extendió a Ayacucho y Arequipa. Se rompieron las comunicaciones de los realistas con Lima y el virrey corrió gran peligro.

En esta oportunidad, Pumacahua era general insurrecto. Perdió en Umachiri y fue ahorcado en Sicuani. Mariano Melgar también fue muerto luego de esa acción. Esa rebelión fue crucial, porque su dirección reunió a criollos, mestizos y a la elite indígena. Además, teniendo como escenario al sur andino y haciendo del Cusco un vértice de la nacionalidad emergente. Si el Perú hubiera nacido en esa ocasión, otra sería la historia.

Pumacahua tiene mala fama. La escuela lo ha retratado como el traidor que vendió al héroe Túpac Amaru. Pero, es el único caso de un líder peruano que empieza en la extrema derecha y termina en la izquierda. Lo habitual es al revés. Decía Luis Alberto Sánchez, “quien no es izquierdista a los 20 años carece de corazón, pero quien sigue siéndolo a los 50 carece de cerebro”. Esa frase un tanto cínica, pero ajustada a lo que se ve, sin embargo es desmentida rotundamente por el cacique Pumacahua. Solamente él comenzó como líder del orden establecido para terminar conduciendo una gran rebelión.

Al acercarse 200 años de la independencia, su trayectoria merece ser recordada como un caso único. Expresa la progresiva pérdida de poder de la elite nativa, que se desvaneció luego de su gesta. Después de Pumacahua, lamentablemente, el Perú naciente no tuvo dirigentes indígenas.


Fuente: Diario La Repùblica. 18 de marzo de 2009.

martes, 17 de marzo de 2009

Historia del FMLN de El Salvador

El Salvador: voto salvador

César Lévano (Periodista)

El triunfo electoral del Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) es el justo premio a una lucha que ha durado casi 80 años.

El impulso viene de atrás, de los años en que Agustín Farabundo Martí inició su fulgurante carrera de revolucionario. Nacido el 5 de mayo de 1893, en un hogar de agricultores acomodados, pronto demostró el impulso de justicia y de odio a la explotación de los terratenientes y al gran amo extranjero.

A los 20 años, cuando estudiaba Jurisprudencia y Ciencias Sociales, empezaron sus vínculos con los trabajadores. Un acto de apoyo a estudiantes de Guatemala en El Salvador que luchaban contra el dictador títere de la United Fruit Estrada Cabrera, acto por él organizado, le valió su primera prisión y su destierro a Guatemala. En esa época se solidarizó con las comunidades quiche y aprendió su lengua. Después, fusil en mano, participó en el derrocamiento del sanguinario Estrada Cabrera.

Los hacendados cafeteros alemanes de Guatemala lo denuncian en esa época como agitador. Parte entonces para México.

En 1925 está de nuevo en Guatemala, donde funda el Partido Comunista de ese país. Otra vez lo deportan.

En 1928 volvió a El Salvador. Allí, una asamblea de trabajadores lo eligió responsable de una brigada de cinco obreros para ir a combatir bajo las órdenes de Sandino. Sus virtudes de escritor y su coraje de guerrillero lo elevaron a Coronel del Estado Mayor internacional de Sandino.

Los sandinistas de los años 20 lo recuerdan subido a un árbol para disparar contra los aviones del invasor yanqui.

En junio de 1930, retornó a El Salvador y fundó el PC. El país sufría la ruina causada por la gran crisis.

En ese marco, Farabundo Martí se puso a la cabeza del movimiento obrero y popular. Frente a la represión despiadada, el pueblo acudió a la insurrección.

El dictador de turno, Maximiliano Hernández Martínez, descargó su furia demencial (era, en efecto, loco) contra los descontentos. Más de 20 mil campesinos fueron masacrados. A Farabundo Martí lo fusilaron el 1 de febrero de 1932.

El FMLN se inspira en ese combate por la libertad, la justicia y el socialismo. Después de una guerra civil que duró 12 años y dejó 75 mil muertos, ha luchado por ingresar en la política legal. Durante años estuvo estragado por luchas internas de grupos, incluido uno que quería convertirlo en socialdemócrata.

En diciembre de 2000, el FMLN acudió a la fuente de su fuerza: la voluntad de las bases. En votación directa y secreta, sus militantes confirmaron el carácter revolucionario y socialista del partido.

Con firmeza, pero sin sectarismos, con su limpia historia de pensamiento y pelea, ha sabido elegir a un candidato carismático, que es hoy el presidente que consolida el avance de la izquierda latinoamericana.
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Fuente: Diario La Primera. 17 de marzo de 2009.

jueves, 12 de marzo de 2009

La economìa peruana y el dogma del libre mercado.

TLC Perú-Chile: no hay igualdad de trato

Humberto Campodónico (Economista)

Una de las críticas fundamentales al modelo económico peruano es que sostiene que mediante la apertura irrestricta del mercado nacional a la inversión extranjera puede lograrse un crecimiento económico sostenido. Esto se plasma en el Art. 63 de la Constitución de 1993, que dice: “la inversión nacional y la extranjera se sujetan a las mismas condiciones”.

Así la inversión extranjera puede entrar a cualquier sector económico, desde el petróleo, la minería, la petroquímica, las líneas aéreas, los puertos, el sector financiero, las telecomunicaciones, etc. En esta visión, no existen sectores ni empresas estratégicas, por tanto, el Estado debe sustraerse de cualquier injerencia o tentativa de regulación.

Para “recontrablindar” esta política, el Art. 62 de la Constitución establece que el Estado puede otorgar garantías y seguridades a la inversión mediante contratos-ley, que no pueden ser modificados por el Congreso. En el caso de la inversión chilena, estos contratos han sido firmados por el Estado con Falabella, Ripley, la estatal petrolera ENAP y LAN, entre los más importantes.

¿Es que en el TLC firmado con Chile se establece la reciprocidad –regla # 1 de los acuerdos comerciales– de la “igualdad de trato”? No. En el Capítulo XI sobre Inversión Extranjera está el Anexo 11-F, incluido por los negociadores chilenos, que dice:
“Para mayor certeza, el Comité de Inversiones Extranjeras (CIE) de Chile tiene el derecho de rechazar las solicitudes de inversión a través del Decreto Ley 600 y de la Ley 18.657. Adicionalmente, el CIE tiene el derecho de regular los términos y condiciones a los cuales quedará sujeta la inversión extranjera que se realice conforme al Decreto Ley 600 y a la Ley 18.657”.

El DL 600, o Estatuto de la Inversión Extranjera, establece las relaciones entre el Estado de Chile y personas naturales o jurídicas que celebren un Contrato de Inversión. Si el CIE, de acuerdo a los intereses estratégicos de Chile, establece la no conveniencia de una determinada inversión, no la aprueba. Queda claro que el Estado chileno no cree dogmáticamente en el libre mercado ni otros cuentos.

Según el CIE de Chile, de 1994 a 2007 (no hay cifras al 2008) existen 13 empresas peruanas acogidas al DL 600, por un total de US$ 19.83 millones. Existen otras inversiones peruanas que no se rigen por el DL 600, sino por el Capítulo XIV del Banco Central, para los cuales no existe información desagregada (allí podrían estar las inversiones de Wong e Intradevco, entre otras).

La inversión peruana más importante bajo el DL 600 es la del Banco de Crédito por US$ 15.5 millones, seguida de 1 millón de dólares de Backus en Bebidas y Licores. Ninguna de las demás supera el millón de dólares y se ubican principalmente en construcción y comercio. Compárese esta cifra con los más de US$ 6,000 millones invertidos por empresas chilenas en sectores estratégicos peruanos, la gran mayoría de las cuales tiene garantía del Estado con los contratos de estabilidad jurídica y tributaria.
Así, este TLC no solo avala las asimetrías existentes sino que las extiende en el tiempo, pues establece claramente el derecho de Chile de rechazar la inversión de las empresas peruanas que se quieran acoger al DL 600. Si la contraparte negociadora se arroga ese derecho, nosotros deberíamos hacer lo mismo, por reciprocidad. Pero para eso habría que alejarse del dogma del libre mercado y de la intención política de lograr, cueste lo que cueste, un TLC con Chile. Cosas que este gobierno no está dispuesto a hacer.

Fuente: http://www.cristaldemira.com/ 11 marzo 2009.

martes, 10 de marzo de 2009

Construcciòn de la identidad peruana.

Los discursos sobre la peruanidad

Martín Tanaka (Politòlogo)

Todos los Estados desarrollan discursos nacionales; más precisamente, quienes controlan el Estado necesitan propiciar la creación de alguna forma de identidad común. Así se fueron construyendo las imágenes sobre lo peruano, sobre cómo llegamos a ser lo que somos. Existe una suerte de discurso “oficial” según el cual la esencia de lo peruano sería una nación criollo-mestiza, cuyas élites habrían, a pesar de las dificultades y de los errores, conducido al país evitando su desbarrancamiento.

Esta visión, como todo lo “oficial”, está muy desprestigiada. Existe un sentido común alternativo, acaso mayoritario, que considera que la verdadera raíz de la peruanidad es andino-mestiza, y que hemos padecido de élites irresponsables y corruptas, que son las culpables de nuestro atraso. Me parece que se requiere repensar la validez de ambos discursos; creo que estos temas están en la base de algunas de las discusiones registradas en los medios de comunicación en los últimos días.

En la controversia sobre la pertinencia de reconocimientos oficiales a la boxeadora Kina Malpartida, estamos ante una concepción burocrática de la peruanidad, definida por las fronteras territoriales. No toma en cuenta la realidad de la globalización, el que la falta de oportunidades ha hecho que haya más de dos millones y medio de peruanos viviendo en el extranjero, cuyas remesas y otros vínculos con familiares, paisanos y amigos son fundamentales para ellos y para el país.

De otro lado, en los debates a propósito del Oso de Oro para la película “La teta asustada” se utilizan no solo criterios territorialistas (el mérito no sería tan “peruano” porque fue gestado “afuera”), sino también visiones reduccionistas de lo andino y peruano; así, la directora sería una suerte de “impostora”, no expresaría “verdaderamente” nuestra cultura. Se comete una falacia de división: si bien es cierto que lo andino es la matriz central de la cultura peruana, es falso de un individuo de origen no andino no sea tan peruano como cualquier otro, o que no pueda presentar su visión de lo andino. Además, qué es lo andino es materia de una definición colectiva, no está preestablecido en ninguna parte.

Finalmente, en los debates sobre la construcción de un “Museo de la memoria”, estamos en el fondo ante una controversia sobre el papel que jugaron las élites políticas durante esos años: las élites temen que el museo consagre un discurso crítico sobre su actuación, cuando quieren un discurso exculpatorio. Muy poca autocrítica. Ojalá que el gobierno vea su error y acepte la donación que permita la existencia del Museo. La Defensoría del Pueblo, entidad que administrará la donación, tendrá la gran responsabilidad de, partiendo del informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación –pero yendo más allá–, avanzar en la construcción de una narrativa veraz sobre lo ocurrido y, al mismo tiempo, más incluyente, con mayor convocatoria, que la lograda por la CVR. Existen bases para ello, porque la población aspira a la verdad y a la justicia.

Fuente: Diario La Repùblica. 03 de marzo de 2009

lunes, 9 de marzo de 2009

Perù, primacìa del mercado sobre la naciòn.

Perú y Chile: cambiar la diplomacia

Manuel Rodríguez Cuadros (Ex canciller peruano)

El último incidente entre el Perú y Chile, causado por las desatinadas declaraciones del canciller Foxley, muestra una vez más la fragilidad política y diplomática de una relación bilateral con fortalezas económicas: 3,335 millones de dólares de comercio y 6,525 millones de dólares de inversión chilena en el Perú. Aparentemente habría una suerte de paradoja diplomática, pues en teoría se supone que los lazos económicos fortalecen los vínculos políticos.

K. J. Holsti en su libro International Relations recuerda un concepto básico de la política exterior: “Además de la seguridad y la autonomía, los gobiernos buscan el acceso a los mercados y las fuentes de suministro a fin de mejorar su economía nacional y el crecimiento”. La tensión espasmódica que afecta las relaciones bilaterales entre el Perú y Chile tiene que ver con el aserto de Holsti.

Chile ha logrado articular una política exterior que pone al estado nacional en el centro de un proceso de decisiones que concibe a los mercados, internos y externos, como variables complementarias de sus objetivos de seguridad, autonomía y desarrollo. Por eso Codelco no se privatizó. Y, por ello, su legislación interna reserva al estado espacios de política para regular las inversiones en función de factores de seguridad, independencia y autonomía. Establece los límites que todo estado nacional impone al mercado.

A partir de estos determinantes nacionales, Chile asume con el Perú una diplomacia de necesidad (su espacio productivo es muy reducido) y poder, basada en la exportación de capitales a sectores estratégicos de la economía peruana, la irradiación de influencia política y un manifiesto desequilibrio militar. El gobierno peruano tiene una tendencia a razonar el interés nacional al margen del estado y la sociedad, como si el Perú no fuese una Nación, sino solo un mercado. La ministra de Comercio lo repite: “nos interesa la inversión venga de donde venga y en cualquier sector”, abstrae al estado nacional.

Se podría pensar que esta relación funcional entre una diplomacia de ampliación de la base productiva de Chile y otra que concibe el país como un mercado abierto sin regulaciones, aseguraría el éxito de una suerte de neoportalismo consentido. Pero el gobierno peruano no es la Nación. El gobierno concede, la Nación reacciona. No leer esta realidad, es el error de percepción que explica la inviabilidad del proyecto y el fracaso de ambas diplomacias. Esta contradicción es la que pone en apuros a ambos gobiernos. Y los seguirá poniendo hasta que no se cambien las bases conceptuales de equivocadas políticas exteriores. La chilena del neoportalismo y la peruana de la primacía del mercado sobre la Nación. Chile necesita sustituir el paradigma de Portales por el de Bernardo O'Higgins y el gobierno peruano leer con atención a Basadre.


Fuente: Diario La Primera. 09 de marzo de 2009.

domingo, 8 de marzo de 2009

Manuela Sàenz, La Libertadora.

Tras la pólvora, Manuela

Una mujer aguerrida. De indomable espíritu libertario, Manuelita Sáenz revolucionó con su sola actitud las convenciones sociales de Latinoamérica en épocas de la lucha por la Independencia.

Por: Gabriela Falconí

Según cuenta Ricardo Palma en una de sus tradiciones, él conoció a Manuela Sáenz en el puerto de Paita en 1856, cuando ella era “una señora de abundantes carnes, ojos negros y animadísimos, en los que parecía reconcentrado el resto del fuego vital que aún la quedara” como “mujer superior acostumbrada al mando y a hacer imperar su voluntad”. Como es de suponer, Manuela le inspiró al tradicionista un respetuoso sentimiento de amistad, que no cambió en nada la otra imagen que él tenía de ella: “era una equivocación de la naturaleza, que en formas esculturalmente femeninas encarnó espíritu y aspiraciones varoniles. No sabía llorar, sino encolerizarse como los hombres de carácter duro”. “Leía a Tácito y a Plutarco; estudiaba la historia de la Península en el padre Mariana, y la de América en Solís y Garcilaso; era apasionada de Cervantes, y para ella no había poetas más allá de Cienfuegos, Quintana y Olmedo”.

Y es que tanto para la sociedad limeña como para los habitantes de Quito, que la vieron sobre “un potro color jaspeado, con montura de hombre, pistoleras al arzón y gualdrapa de marciales adornos”, sofocando un motín antibolivariano, el comportamiento de Manuela fue un escándalo, que a decir de la moral cristiana de la época, bien mereció el castigo divino que le fue impuesto: la negación de la maternidad.

A Manuela se la acusó de ejercer “principios insanos”, no por abandonar a su esposo para convertirse en la amante de Simón Bolívar, sino por intervenir en un ámbito vedado para las mujeres: la política.

Si bien en su primera estadía en Lima (1818 – 1822), esta librepensadora divulgó los ímpetus libertarios (por los cuales, junto a otras damas limeñas, recibió de San Martín la condecoración de la Orden del Sol), solo al conocer a Bolívar dio rienda suelta a su espíritu, constantemente contrapuesto al pensamiento del padre, español enemigo de los rebeldes, y a la frialdad de su esposo, médico inglés que le doblaba la edad.

Fue en Quito, el 16 de junio de 1822, cuando Manuela conoció a Bolívar, quien llegó a la ciudad después de la victoria conseguida en la batalla de Pichincha por el general que, meses después, fuera amigo incondicional de Manuela: Antonio José de Sucre. A partir de ese día, su vida dio un giro y la llevó a asumir el peso de la eternidad, al realizar tareas de espionaje e inteligencia, manejo y protección de los archivos oficiales, investigación y disolución de las conspiraciones contra Bolívar, difusión de las ideas libertarias, con pluma fina y gran erudición, así como también, a cabalgar junto a las tropas por las cordilleras de la sierra peruana, organizar un sistema de sanidad durante la avanzada y permanecer con el ejército, como teniente de húsares, hasta la batalla que proclamó la Independencia Americana en los campos de Ayacucho. “Se ha destacado particularmente Doña Manuela Sáenz por su valentía; incorporándose desde el primer momento a la división de Húsares y luego a la de Vencedores, organizando y proporcionando avituallamiento de las tropas, atendiendo a los soldados heridos, batiéndose a tiro limpio bajo los fuegos enemigos; rescatando a los heridos”, le escribió Sucre a Bolívar desde el frente de Batalla, el 10 de diciembre de 1824, solicitándole se le otorgue el grado de coronel del Ejército Colombiano.

Reconocimiento que no le sirvió de nada a la muerte del Libertador, pues el Gobierno Colombiano la desterró por conspiradora, condenándola a una soledad, tan profunda como su grandeza, en Jamaica y, más tarde, en el Perú, donde murió víctima de la difteria en 1856.

Al cumplirse este año el Bicentenario del Primer Grito de Independencia del Ecuador, ubicar a Manuela Sáenz como una de las mujeres más importantes del siglo XIX, cuya vida conmovió a Neruda y lo motivó a escribir el poema “La Insepulta de Paita”, incluido en el Canto General, reafirma el ascenso póstumo al grado de generala (2007), que le fuera otorgado por el presidente Correa y suscrito, a pesar del tiempo, por el propio Libertador: “Ella es también Libertadora, no por mi título, sino por su ya demostrada osadía y valor, sin que usted y otros puedan objetar tal. (...) De este raciocinio viene el respeto que se merece como mujer y como patriota”. Carta de Bolívar a Córdova. Bucaramanga, 7 de junio de 1828.

[*] Agregada Cultural de la Embajada del Ecuador en el Perú. Investigadora y crítica literaria.

Fuente: Diario El Comercio (8 de marzo de 2009)

jueves, 5 de marzo de 2009

Historia de las intervenciones telefònicas ilegales en la polìtica mundial.

Oídos a la sombra del poder

Los escándalos de interceptación ilegal de las conversaciones en el Perú y Colombia dan motivo para revisar los casos cruciales de un delito tecnológico que es mundial y vasto

Miguel Cárdenas (Periodista)

Antes del Caso Watergate, la primera novela político-policial que capturó el tema —que hoy es global— fue “Las cintas de Anderson”. Su autor, Lawrence Sanders, escribió en una ficción naturalista —distinta al utopismo de El Gran Hermano de Orwell— sobre “los usos y abusos del equipo de vigilancia electrónica por parte de organismos públicos y privados”.

“The New York Times” publicó en 1970 que el libro era “la anticipación temible de un futuro que ya está aquí” y, dos años después, se develaba el mayor escándalo mediático en la historia de Estados Unidos: el espionaje electrónico que efectuó el comité de reelección de Richard Nixon en la oficina del Comité Demócrata Nacional.

La manía política de Nixon por grabar las conversaciones causó mayor conmoción cuando se descubrió que también intervino las líneas de su propio despacho desde 1971. Y el estrépito que suscitaron las cintas con las escuchas ilegales motivó su renuncia —luego de que obstruyera las investigaciones y usara a la CIA y el FBI con fines políticos, como lo acusó la Corte Suprema— el 8 de agosto de 1974, antes de terminar su mandato. En la reciente película “El desafío: Frost contra Nixon” se escenifica su “inconfesable confesión”: “Cuando el presidente lo hace eso significa que no es ilegal”.

La potencia mundial volvió a ser un referente de la intervención desmedida de las comunicaciones luego de los atentados del 11 de setiembre del 2001 cuando la Agencia de Seguridad Nacional, a la oscuridad de la Ley Patriótica, se permitió efectuar espionaje sobre las comunicaciones sin orden judicial. Tanta fue la corajina de su sociedad civil por sus derechos básicos que el 17 de enero del 2007 el Departamento de Justicia de EE.UU. anunció que la Casa Blanca retiraría ese sistema de escuchas.

OÍDOS QUE SÍ VEN

“Chuponeo”, “chuzada”, “pinchazo”: alguna interpretación freudiana a las denominaciones populares hispanoamericanas de ese delito habrá. La quincena de febrero de este año, en México, ocurrió otro escándalo cuando se dio a conocer una grabación telefónica en la que el actual ministro de Comunicaciones y Transporte, Luis Téllez, denostaba del ex presidente Carlos Salinas de Gortari porque “se robó la mitad de la cuenta secreta”. El tema está tan en boga que este 24 de febrero la Corte Suprema de Argentina derogó la ley espía que obligaba a las empresas a intervenir las comunicaciones telefónicas —y guardarlas durante diez años— para que estén a disposición de una dirección de la Secretaría de Inteligencia (SIDE). Pero esta, según la corte, actuaba “bajo la órbita del poder político”.

El año pasado Lula guillotinó la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN). Azorado por la publicación de conversaciones políticas grabadas subrepticiamente, el presidente brasileño expulsó al jefe de la ABIN, Paulo Lacerda. Habían sido “chuponeados” el titular del Supremo Tribunal Federal, Gilmar Mendes; el presidente del Senado, Garibaldi Alves; la ministra de la Presidencia, Dilma Rousseff; y el ministro de Relaciones Institucionales, José Mucio. A fines de noviembre del 2008, Hugo Chávez ordenó la expulsión del cónsul general de Colombia en Maracaibo, Carlos Galvis, cuando en el programa televisivo “Los Papeles de Mandinga” se difundieron conversaciones telefónicas en las cuales Galvis se “entusiasmaba” con unas victorias electorales de la oposición. Luego en la televisión chavista han aparecido conversaciones de militares y gobernadores adversos. De acuerdo con el diario británico “The Guardian”: “La información se cree es interceptada por el servicio de inteligencia apoyado por los cubanos”.

Pero en el nuevo siglo los casos más resaltantes han sucedido en los países desarrollados. En marzo del 2007 se arrestó a 21 personas, entre ellas el ex jefe de seguridad de la telefónica italiana Telecom, Giuliano Tavaroli, y a su socio Fabio Ghino —quien formó un grupo que espiaba a la competencia—; al directivo del conglomerado Pirelli, Pierguido Iezzi; a un ex espía de la CIA y a agentes de servicios secretos italianos implicados en el mayor circuito jamás descubierto de escuchas clandestinas, que funcionaba desde 1977. Más de cien mil personas (entre ellos, empresarios, banqueros y jugadores de fútbol) fueron espiadas y el suceso produjo un inusual consenso entre la derecha y la izquierda para que se apruebe una ley que garantiza la privacidad de sus ciudadanos.

TELEFONÍA GLOBAL

España vivió también su batahola “chuponeadora”. Era el gobierno socialista de Felipe González, en 1995, cuando se reveló que el Cesid (Centro Superior de Información de la Defensa) grabó ilegalmente conversaciones a políticos, periodistas, empresarios e incluso hasta al propio rey.

La indignación fue una Medusa en Grecia en el 2006. Durante el año de los Juegos Olímpicos de Atenas se intervinieron los celulares de más de 100 personas, entre las que estaban el primer ministro, políticos, periodistas y activistas. Un año después la Autoridad Helénica para la Seguridad y Privacidad de la Comunicación y la Información (ADAE) multó a la filial de Ericsson en su país con 7,36 millones de euros por permitir esas escuchas.

Según el internacionalista Fabián Novak, tanto si se trata de privados como de un servicio de inteligencia a la sombra —o sobre todo, en combinación—: “Es una práctica hoy supercomún que busca los dos secretos más deseados: industriales y de seguridad nacional, porque ambos son lucrativos. En muchos casos se utiliza de forma legítima, para el combate contra el terrorismo y los narcotraficantes. El punto es que no solo debes tener una regulación normativa sino una labor de fiscalización mundial”.

Para el especialista en tecnologías de la comunicación de la PUCP, Eduardo Villanueva, la vocación de escucha siempre ha existido, pero ahora el tema es apremiante: “Durante la Guerra Fría existía el Echelon, el sistema de escucha manejado por el combinado de EE.UU., Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, para espiar por todo el mundo… A comienzos de la década del noventa se reveló que en Suiza se había llegado a tener un archivo de la cuarta parte de la población a partir de escuchas. Ahora acabo de oír en la BBC que Deutsche Bahn, el operador de trenes de Alemania, espiaba a sus empleados así”.

¿Se trata entonces de un tema oscuramente central de la globalización? “La protección a la intimidad es el tema crítico de hoy, porque la información de cualquiera puede ser rastreada por Internet. La solución extrema es tener teléfonos encriptados; pero así como nos entusiasmamos con tratados de libre comercio también debería haber tratados que protejan a los individuos a través de los países, porque sí, ya es un tema global”.

CRONOLOGÍA

Los casos de escuchas sin cesar

[Octubre del 2004]
Hubo una crisis en República Checa cuando el matutino “Lidové Noviny” reveló que la policía “chuponeó” las conversaciones de Mirek Topolánek, líder de la oposición, y las del empresario Ranko Pecic, amigo del presidente Václav Klaus.

[Agosto del 2008]
Salió a la luz el llamado Watergate polaco, cuando Janusz Kaczmarek, ex ministro del Interior, acusó a los gemelos conservadores Kaczynski de espiar a políticos y periodistas.

[Abril del 2008]
El presidente de Paraguay, Fernando Lugo, ordenó una investigación a la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) sobre espionaje telefónico en su contra durante la campaña electoral, como confesó un ex jefe de aquel organismo.

[5 de marzo del 2008]
El diario “Kommersant” informó que el Gobierno Ruso ordenó a todas las compañías de telecomunicaciones que permitan —sin controles estrictos— al Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) realizar escuchas telefónicas que la Constitución solo aceptaba a partir de un fallo judicial.

Fuente: Diario El Comercio. 01/03/09

martes, 3 de marzo de 2009

Alan Garcìa, de reformista a neoconservador.

El García que conocí

César Hildebrandt (Periodista)

Yo conocí al doctor García cuando vivía en una casa alquilada en Miraflores y hacía pesas y pensaba muy distinto.

Deslumbraba el doctor García. Era el mejor orador que uno podía imaginar porque a la elegancia de la forma unía el atractivo de las ideas revoltosas que lo alentaban.

García estaba seguro de que el mundo podía ser mejor sin necesidad de pesadillas jacobinas ni extremismos venidos del odio estalinista. Pero estaba convencido de que el mundo, tal como era, era no sólo injusto sino que estúpido de puro inconsciente.

Y como la idea de la justicia es bella, García sonaba a sinfonía del nuevo mundo –con Dvorák y todo-; y como tener un sueño generoso enciende, García parecía un lanzallamas dirigido en contra de las momias de su partido.

Hablábamos bastante en esa época. No sólo porque teníamos casi la misma edad –siendo este columnista unos meses mayor- sino porque compartíamos la idea de que el mundo debía de cambiar para hacerse más vivible. Y porque Héctor Delgado Parker, el entrañable Héctor, era el amigo común que a veces nos juntaba.

¿Y en qué debía de cambiar ese mundo? Pues, fundamentalmente, en la naturaleza de su comercio, en las condiciones del endeudamiento, en los contratos de transferencia de la tecnología, en el régimen de las patentes, en el carácter oligárquico del Consejo de Seguridad de la ONU, en las condiciones imperiales con las que solía venir la inversión extranjera.

Era una agenda bastante precisa, como se ve. No se trataba de soñar vaguedades sino de demandar justicia internacional. Y eso suponía despojarse del estoicismo que había emasculado a su partido y había hecho de muchos de sus viejos dirigentes parlamentarios crónicos y charlatanes sin gracia.

Ahora, cuando escucho al doctor García mentir como un vendedor, decir naderías con aire doctoral, proferir su derrota doctrinaria como si fuera un triunfo de la madurez, me pregunto: ¿Dónde estará el García que entusiasmó a parte de mi generación? La verdad es que no puedo dar una respuesta.

Lo único que sé es que esa persona que inaugura como Odría, piensa como el mariscal Benavides y tiene la agenda de Pepe Graña, esa persona, digo, no se parece en nada al doctor García que tenía una casa en Miraflores y que quería cambiar al mundo sin grandes aspavientos y apelando a la razón del bien común.

Álvaro Uribe estudió para mayordomo y ahora es jefe de la mayordomía que sirve a Washington -y terminará como Anthony Hopkins en “Lo que queda del día”-. Pero Uribe se preparó toda la vida para ese papel, de modo que nadie puede decirle que es incoherente.

No es el caso del doctor García, que se educó para reformista, viajó a Europa para hablar en francés con los Mitterrand y los Jospin y debió, en todo caso, permanecer en el centro del espectro político y no mudarse a la cueva de Altamira donde Vega Llona cultiva sus cactus.

El caso del doctor García es espectacular. Tiene que ver mucho más con la metamorfosis que con la evolución. Digamos que pasó de halcón juvenil, a paloma madura y, más tarde, a gorrión sexagenario. No es Darwin quien puede explicar al doctor García: es Kafka. No es el tiempo: es el relojero loco de Alicia en el país de las maravillas.

Su prochilenismo, en los hechos virtualmente semejante al de Mariano Ignacio Prado, ¿cómo se explica? Aunque Chile acogió a la inteligencia aprista durante muchos años, ni Sánchez ni Seoane –fundadores, en los años 30, de la editorial “Ercilla” en Santiago- hubieran hecho lo que ha hecho el doctor García en su devoción por la patria de Portales.

Su conformismo respecto de la grosera anarquía capitalista que hoy prevalece, ¿de qué mutación procede? Porque Haya, es cierto, llegó a ser amigo de los Estados Unidos –como lo somos todos si hablamos de su pueblo-, pero jamás habría hecho lo que el doctor García hace para ser considerado un pupilo disciplinado del patio trasero en versión Monroe.

Haya tampoco se habría acercado a la fascista y ensangrentada Unión Revolucionaria. García, en cambio, está trabajando con todo su talento para juntar al Apra con Fujimori, que es el importado Luis A. Flores de esta época.

Llegar a los sesenta años pensando que lo único que cabe hacer es blindar inversiones chilenas y solicitar capitales de todo el mundo para seguir extrayendo, básicamente, minerales de los cerros es un modo fatigado de entender la frase aquella de “sentar cabeza”. Eso no es sentar cabeza. Es perderla.

En lo que a mí respecta, agradezco haber mantenido mis descontentos con el mundo, que me sigue pareciendo insoportablemente injusto.

Y, en nombre de esa vieja amistad, quiero creer que algunas ráfagas de malhumor del doctor García, algunas muecas de amargura, algunas intemperancias, proceden del hecho de que, en el fondo, el actual presidente de la República no está del todo feliz con el papel que está cumpliendo. Porque tanto soñar para terminar haciendo lo que cualquier Pérez Jiménez hubiese hecho, debe de ser una pesadilla en tiempo real.

Diario La Primera. 03/03/09