Leyenda e historia del mar
Todavía no hemos tomado conciencia de toda la importancia que ha tenido, tiene y tendrá el mar para el desarrollo del Perú. Fue precisamente don Aurelio Miró Quesada quien, en 1948, en un notable ensayo titulado “El mar, personaje peruano” alertó sobre lo poco que se había dicho sobre el mar, que era el gran ignorado en los estudios y en las artes en el Perú. Esto tiene hoy gran vigencia pues la arqueología nos está demostrando la importancia que ha tenido el mar para el desarrollo de la cultura en el Perú. Los estudios en Áspero y Caral están cambiando la teoría que afirmaba que la cultura había descendido de la sierra hacia la costa. Hoy se sostiene, con gran fundamento, que la cultura más bien habría ascendido de la costa hacia la sierra, y esto porque el mar tenía los alimentos necesarios para sostener a grupos humanos importantes. Después, cada vez cobra mayor asidero la posibilidad de que el inca Túpac Yupanqui haya realizado una expedición marítima importante.
Se refiere a lo que afirmaba José Antonio del Busto sobre las exploraciones marítimas incas al sur y norte del continente.
El viaje de Túpac Yupanqui era viable porque existían embarcaciones, como las halladas por Pizarro en su segundo viaje —la famosa balsa tumbesina—, que eran casi como carabelas, pues tenían velas y estaban fabricadas para viajes de gran envergadura. Túpac Yupanqui, según Del Busto, pudo haber hecho dos rutas: Oceanía o la isla de Pascua. Todo esto es factible. Después, en la Colonia, el Callao se convirtió en el único puerto por donde se podía comercializar con España. Otro puerto importante fue Paita. En esta época se hicieron expediciones descubridoras de gran trascendencia, como la de Álvaro de Mendaña (1542-1595), que descubrió las Islas Marquesas y Salomón o la de Domingo Boenechea (1711-1775), que llegó a Tahití o la de Juan Bodega y Cuadra (1744-1794), quien fue el primero en explorar la bahía de San Francisco. Lo más importante es que lo hicieron con gente nuestra. El padre Bernabé Cobo ha halagado la destreza de los antiguos chalacos en estos viajes.
¿Qué otros hechos poco conocidos guardan relación con el mar?
Nadie recuerda que el primer país de América Latina que firmó un tratado comercial con China y el Japón fue el Perú, cuando envió una misión diplomática dirigida por el capitán de navío Aurelio García y García, quien con gran carácter logró arrancarle a estos reinos dos acuerdos en igualdad de condiciones. Se cuenta que en un momento los japoneses se echaron para atrás, entonces con habilidad García y García les hizo creer la noticia de que el Perú enviaría a su escuadra, formada por el Huáscar y el Independencia, y como Japón no tenía barcos, sus autoridades cedieron. Otro episodio importante, que está en el libro, fue la vuelta al mundo de la fragata Amazonas. Nosotros hemos estado en la India, en la China, cuando eran territorios absolutamente lejanos y exóticos.
Dos recursos marinos jugaron también papel importante en nuestra historia: el guano y la anchoveta.
Claro. La época del guano nos ofrece, como dijo don Jorge Basadre, la prosperidad falaz. Desgraciadamente, el Perú no supo aprovechar ese “boom”, como diríamos en el lenguaje actual, y fue una de las ocasiones perdidas. Otra oportunidad fallida fue la de la anchoveta, con la harina de pescado. Banchero Rossi, eso está en el libro, fue un visionario, pero luego vino el gobierno militar y de manera absurda se depredó el recurso y se estuvo a punto de desaparecer la anchoveta de nuestro mar. Fue la época del auge de Chimbote, pero después, lamentablemente, no quedó nada.
Lo mejor que quedó fue “El zorro de arriba y el zorro de abajo” de Arguedas.
Quedó un tesoro literario, como dices, pero como obra material no quedó nada. Eso es lo más dramático. Yo pienso que como fue el Mediterráneo para los renacentistas y el Atlántico para los grandes viajes y la ampliación del mundo, así será ahora el Pacífico para los hombres del siglo XXI, porque sus orillas bañan a potencias como Estados Unidos, Rusia, China, Japón. Y, muy modestamente, la palabra del Perú está en este trabajo, hecho con motivo de APEC, que dice que no somos ajenos a este mar porque lo hemos navegado en todas las épocas y todos los tiempos.
FICHA
El Perú y el mar
Autor H. López martínez
Editorial apecru / usmp
Ciudad lima, 2008
Nº páginas 215
Relación ancestral. El historiador Héctor López Martínez ha publicado un libro que repasa nuestra milenaria relación con el Océano Pacífico, escenario de hechos trascendentales de nuestro pasado.
Jorge Paredes (Polìgrafo)
Escenario de epopeyas —como la fabulosa expedición de Túpac Yupanqui a la isla de Pascua—, de fabulosos sueños —la leyenda dice que en la bahía de Paracas San Martín ideó los colores de nuestra bandera—, o de actos heroicos —la inmolación de Grau en Punta Angamos—, el mar ha sido testigo de numerosos sucesos de nuestro pasado. Mitos tan antiguos como el de Wiracocha hacen referencia al asombro y el miedo que debió haber sentido el hombre andino ante el inmenso océano. Lo veían probablemente como el fin de todo lo conocido. Se dice que el dios Wiracocha, luego de poner orden en el mundo, se dirigió hacia el mar y desapareció, caminando sobre las olas.
Por ese mismo océano se iniciaría la Conquista del Perú y tres siglos después, también por el mar, se gestaría la Independencia. Por trescientos años el Callao fue el principal puerto de América del Sur. Desde ahí se embarcó el oro y la plata extraídos de las minas de Potosí, pero también desde ahí salieron expediciones científicas y de exploración de gran importancia para su época, pero que ahora resultan incomprensiblemente desconocidas, como las efectuadas por Álvaro de Mendaña, descubridor de las islas Marquesas y Salomón, o por Juan Bodega y Cuadra, el primero en recorrer la bahía de San Francisco, para llegar después al Canadá y Alaska. Todo entre el siglo XVI y XVIII.
Esta relación ancestral con el mar también ha cobrado relevancia en los últimos tiempos gracias a hallazgos arqueológicos que han puesto en evidencia el desarrollo de poblaciones costeras ligadas a la pesca, con más de 12 mil años de antigüedad. Los restos de Caral y de Áspero pueden ser la comprobación de que el origen de nuestra civilización no estuvo tanto en los Andes, sino abajo, en la orilla, al pie de un litoral rico en anchovetas, moluscos y algas.
El conocimiento de la historia marítima peruana todavía es limitado. Por eso resulta sumamente valioso el aporte de este libro, “El Perú y el mar, una relación ancestral”, del historiador Héctor López Martínez, quien explica con un lenguaje sencillo y fluido la forma en que el hombre peruano ha sabido explorar, explotar y dominar el mar en un conocimiento adquirido a través de los siglos.
***
Contra lo que muchos creen, el mar ha estado muy presente en la historia del Perú. ¿Cuál es su importancia?
Jorge Paredes (Polìgrafo)
Escenario de epopeyas —como la fabulosa expedición de Túpac Yupanqui a la isla de Pascua—, de fabulosos sueños —la leyenda dice que en la bahía de Paracas San Martín ideó los colores de nuestra bandera—, o de actos heroicos —la inmolación de Grau en Punta Angamos—, el mar ha sido testigo de numerosos sucesos de nuestro pasado. Mitos tan antiguos como el de Wiracocha hacen referencia al asombro y el miedo que debió haber sentido el hombre andino ante el inmenso océano. Lo veían probablemente como el fin de todo lo conocido. Se dice que el dios Wiracocha, luego de poner orden en el mundo, se dirigió hacia el mar y desapareció, caminando sobre las olas.
Por ese mismo océano se iniciaría la Conquista del Perú y tres siglos después, también por el mar, se gestaría la Independencia. Por trescientos años el Callao fue el principal puerto de América del Sur. Desde ahí se embarcó el oro y la plata extraídos de las minas de Potosí, pero también desde ahí salieron expediciones científicas y de exploración de gran importancia para su época, pero que ahora resultan incomprensiblemente desconocidas, como las efectuadas por Álvaro de Mendaña, descubridor de las islas Marquesas y Salomón, o por Juan Bodega y Cuadra, el primero en recorrer la bahía de San Francisco, para llegar después al Canadá y Alaska. Todo entre el siglo XVI y XVIII.
Esta relación ancestral con el mar también ha cobrado relevancia en los últimos tiempos gracias a hallazgos arqueológicos que han puesto en evidencia el desarrollo de poblaciones costeras ligadas a la pesca, con más de 12 mil años de antigüedad. Los restos de Caral y de Áspero pueden ser la comprobación de que el origen de nuestra civilización no estuvo tanto en los Andes, sino abajo, en la orilla, al pie de un litoral rico en anchovetas, moluscos y algas.
El conocimiento de la historia marítima peruana todavía es limitado. Por eso resulta sumamente valioso el aporte de este libro, “El Perú y el mar, una relación ancestral”, del historiador Héctor López Martínez, quien explica con un lenguaje sencillo y fluido la forma en que el hombre peruano ha sabido explorar, explotar y dominar el mar en un conocimiento adquirido a través de los siglos.
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Contra lo que muchos creen, el mar ha estado muy presente en la historia del Perú. ¿Cuál es su importancia?
Todavía no hemos tomado conciencia de toda la importancia que ha tenido, tiene y tendrá el mar para el desarrollo del Perú. Fue precisamente don Aurelio Miró Quesada quien, en 1948, en un notable ensayo titulado “El mar, personaje peruano” alertó sobre lo poco que se había dicho sobre el mar, que era el gran ignorado en los estudios y en las artes en el Perú. Esto tiene hoy gran vigencia pues la arqueología nos está demostrando la importancia que ha tenido el mar para el desarrollo de la cultura en el Perú. Los estudios en Áspero y Caral están cambiando la teoría que afirmaba que la cultura había descendido de la sierra hacia la costa. Hoy se sostiene, con gran fundamento, que la cultura más bien habría ascendido de la costa hacia la sierra, y esto porque el mar tenía los alimentos necesarios para sostener a grupos humanos importantes. Después, cada vez cobra mayor asidero la posibilidad de que el inca Túpac Yupanqui haya realizado una expedición marítima importante.
Se refiere a lo que afirmaba José Antonio del Busto sobre las exploraciones marítimas incas al sur y norte del continente.
El viaje de Túpac Yupanqui era viable porque existían embarcaciones, como las halladas por Pizarro en su segundo viaje —la famosa balsa tumbesina—, que eran casi como carabelas, pues tenían velas y estaban fabricadas para viajes de gran envergadura. Túpac Yupanqui, según Del Busto, pudo haber hecho dos rutas: Oceanía o la isla de Pascua. Todo esto es factible. Después, en la Colonia, el Callao se convirtió en el único puerto por donde se podía comercializar con España. Otro puerto importante fue Paita. En esta época se hicieron expediciones descubridoras de gran trascendencia, como la de Álvaro de Mendaña (1542-1595), que descubrió las Islas Marquesas y Salomón o la de Domingo Boenechea (1711-1775), que llegó a Tahití o la de Juan Bodega y Cuadra (1744-1794), quien fue el primero en explorar la bahía de San Francisco. Lo más importante es que lo hicieron con gente nuestra. El padre Bernabé Cobo ha halagado la destreza de los antiguos chalacos en estos viajes.
¿Qué otros hechos poco conocidos guardan relación con el mar?
Nadie recuerda que el primer país de América Latina que firmó un tratado comercial con China y el Japón fue el Perú, cuando envió una misión diplomática dirigida por el capitán de navío Aurelio García y García, quien con gran carácter logró arrancarle a estos reinos dos acuerdos en igualdad de condiciones. Se cuenta que en un momento los japoneses se echaron para atrás, entonces con habilidad García y García les hizo creer la noticia de que el Perú enviaría a su escuadra, formada por el Huáscar y el Independencia, y como Japón no tenía barcos, sus autoridades cedieron. Otro episodio importante, que está en el libro, fue la vuelta al mundo de la fragata Amazonas. Nosotros hemos estado en la India, en la China, cuando eran territorios absolutamente lejanos y exóticos.
Dos recursos marinos jugaron también papel importante en nuestra historia: el guano y la anchoveta.
Claro. La época del guano nos ofrece, como dijo don Jorge Basadre, la prosperidad falaz. Desgraciadamente, el Perú no supo aprovechar ese “boom”, como diríamos en el lenguaje actual, y fue una de las ocasiones perdidas. Otra oportunidad fallida fue la de la anchoveta, con la harina de pescado. Banchero Rossi, eso está en el libro, fue un visionario, pero luego vino el gobierno militar y de manera absurda se depredó el recurso y se estuvo a punto de desaparecer la anchoveta de nuestro mar. Fue la época del auge de Chimbote, pero después, lamentablemente, no quedó nada.
Lo mejor que quedó fue “El zorro de arriba y el zorro de abajo” de Arguedas.
Quedó un tesoro literario, como dices, pero como obra material no quedó nada. Eso es lo más dramático. Yo pienso que como fue el Mediterráneo para los renacentistas y el Atlántico para los grandes viajes y la ampliación del mundo, así será ahora el Pacífico para los hombres del siglo XXI, porque sus orillas bañan a potencias como Estados Unidos, Rusia, China, Japón. Y, muy modestamente, la palabra del Perú está en este trabajo, hecho con motivo de APEC, que dice que no somos ajenos a este mar porque lo hemos navegado en todas las épocas y todos los tiempos.
FICHA
El Perú y el mar
Autor H. López martínez
Editorial apecru / usmp
Ciudad lima, 2008
Nº páginas 215
Fuente: Diario El Comercio. Domingo 22 de marzo de 2009.
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