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César Lévano (Periodista)
cesar.levano@diariolaprimeraperu.com
Los golpes militares son una tradición en América Latina. En los primeros 30 años del siglo XX los tramaron embajadores y agregados militares de Estados Unidos. Desde la creación de la CIA, ésta y el Pentágono han asumido la función.
Esos dos aparatos actúan en la Honduras de hoy. Sin la decisión y el permiso de ambos los golpistas no se hubieran atrevido a derrocar al presidente Manuel Zelaya.
El Pentágono y la CIA constituyen un gobierno paralelo en Estados Unidos. Por eso, pese a la condenación de Barack Obama contra los facciosos de Honduras, éstos se atreven a desafiar, no sólo a la opinión mundial, sino también a la oposición local (obreros, campesinos, empresarios, intelectuales, universitarios y hasta escolares y colegiales.)
Ese proceso de duplicación del poder se ha manifestado desde los días en que Allen Dulles, jefe de la CIA, organizó en Irán un golpe para derrocar a Mossadegh, el patriota que había nacionalizado el petróleo.
Gay Talese, el novelista y cronista estadounidense, recuerda en The kingdom and the power (El reino y el poder) cómo los periodistas de The New York Times habían preparado una información sobre la inminente invasión a Cuba por agentes financiados por la CIA en 1961. Los dueños del diario impidieron que se publicara.
Tiempos después, John Kennedy, el presidente que autorizó la expedición, declaró, recuerda Talese, que hubiera sido bueno que se publicara la noticia. Eso, dijo, hubiera frustrado la incursión y “nos habría evitado una derrota y una vergüenza”.
Otro ejemplo de esa fuerza paralela se dio en el golpe de Augusto Pinochet contra Salvador Allende. El Congreso de Estados Unidos y decenas de libros han denunciado que Henry Kissinger preparó el cuartelazo por orden del presidente Richard Nixon, en complicidad con la CIA, sin conocimiento del Departamento de Estado ni del embajador en Chile, Edward Korry.
También la dictadura de Jorge Rafael Videla, instaurada en Argentina en marzo de 1976, fue estimulada y apoyada por la CIA. Y por el Secretario de Estado Henry Kissinger. Cuando un embajador argentino reveló a Kissinger los planes represivos de Videla, aquel respondió: “Háganlo, pero háganlo rápido”.
La dictadura de Videla fue aún más sanguinaria que la de Pinochet. (Algunos partidos marxistas latinoamericanos sostuvieron que había que apoyar a Videla ¡para evitar otro Pinochet!).
El Pentágono es el gran poder. Su Escuela de las Américas (también conocida como escuela de asesinos) instruyó a miles de militares latinoamericanos, entre ellos al tirano bonaerense Leopoldo Galtieri y el coronel Roberto D’ Aubuisson, jefe de los escuadrones de la muerte de El Salvador.
La CIA y el Pentágono dictan cátedra de cuartelazos, torturas y asesinatos. Tienen buenos alumnos en Honduras.
Fuente: Diario La Primera. Viernes 24 de julio del 2009.
cesar.levano@diariolaprimeraperu.com
Los golpes militares son una tradición en América Latina. En los primeros 30 años del siglo XX los tramaron embajadores y agregados militares de Estados Unidos. Desde la creación de la CIA, ésta y el Pentágono han asumido la función.
Esos dos aparatos actúan en la Honduras de hoy. Sin la decisión y el permiso de ambos los golpistas no se hubieran atrevido a derrocar al presidente Manuel Zelaya.
El Pentágono y la CIA constituyen un gobierno paralelo en Estados Unidos. Por eso, pese a la condenación de Barack Obama contra los facciosos de Honduras, éstos se atreven a desafiar, no sólo a la opinión mundial, sino también a la oposición local (obreros, campesinos, empresarios, intelectuales, universitarios y hasta escolares y colegiales.)
Ese proceso de duplicación del poder se ha manifestado desde los días en que Allen Dulles, jefe de la CIA, organizó en Irán un golpe para derrocar a Mossadegh, el patriota que había nacionalizado el petróleo.
Gay Talese, el novelista y cronista estadounidense, recuerda en The kingdom and the power (El reino y el poder) cómo los periodistas de The New York Times habían preparado una información sobre la inminente invasión a Cuba por agentes financiados por la CIA en 1961. Los dueños del diario impidieron que se publicara.
Tiempos después, John Kennedy, el presidente que autorizó la expedición, declaró, recuerda Talese, que hubiera sido bueno que se publicara la noticia. Eso, dijo, hubiera frustrado la incursión y “nos habría evitado una derrota y una vergüenza”.
Otro ejemplo de esa fuerza paralela se dio en el golpe de Augusto Pinochet contra Salvador Allende. El Congreso de Estados Unidos y decenas de libros han denunciado que Henry Kissinger preparó el cuartelazo por orden del presidente Richard Nixon, en complicidad con la CIA, sin conocimiento del Departamento de Estado ni del embajador en Chile, Edward Korry.
También la dictadura de Jorge Rafael Videla, instaurada en Argentina en marzo de 1976, fue estimulada y apoyada por la CIA. Y por el Secretario de Estado Henry Kissinger. Cuando un embajador argentino reveló a Kissinger los planes represivos de Videla, aquel respondió: “Háganlo, pero háganlo rápido”.
La dictadura de Videla fue aún más sanguinaria que la de Pinochet. (Algunos partidos marxistas latinoamericanos sostuvieron que había que apoyar a Videla ¡para evitar otro Pinochet!).
El Pentágono es el gran poder. Su Escuela de las Américas (también conocida como escuela de asesinos) instruyó a miles de militares latinoamericanos, entre ellos al tirano bonaerense Leopoldo Galtieri y el coronel Roberto D’ Aubuisson, jefe de los escuadrones de la muerte de El Salvador.
La CIA y el Pentágono dictan cátedra de cuartelazos, torturas y asesinatos. Tienen buenos alumnos en Honduras.
Fuente: Diario La Primera. Viernes 24 de julio del 2009.
4 comentarios:
Los golpes de Estado, los militares gobernando sin pasar por las urnas, ha sido una constante en latinoamérica, por desgracia, en las pasadas décadas. Fue sobre todo un producto de la "guerra fría". Cuando ésta terminó los golpes, más escasos, de deben sobre todo al miedo del neoliberalismo capitalista globalizado a perder el control de sus mercados. No es de extrañar que poderes en la sombra, como la Cia, sigan estando detrás. Al igual que están detrás de infames guerras como la de Irak.
Un saludo.
El reciente “giro a la izquierda” en Latinoamérica, preocupa sobremanera a Washington. Se sabe hoy que detrás de los afanes secesionistas de Santa Cruz (Bolivia), estuvo (y esta) la CIA y la embajada norteamericana. De igual manera en el 2002, la CIA apoyo el intento de golpe de estado contra Hugo Chávez, por parte de los sectores conservadores venezolanos. En los últimos meses la manipulación de la laptop de Raúl Reyes (FARC) encontrada “después de un bombardeo” en Ecuador, ha sido aprovechada por los servicios norteamericanos para comprometer a “lideres incómodos” en la región. Por no mencionar el estrecho vínculo que la CIA tuvo con el oscuro asesor Vladimiro Montesinos de los años 90´s.
Saludos!
Interesante post. Ahora, sobre la CIA ha habido una actitud desmitificadora en los últimos años, como lo prueba el libro de Tim Weiner, Legado de cenizas.
Incluyo el comentario y un video del libro:
http://historiaglobalonline.com/purolibros/2009/07/27/legado-de-cenizas-la-historia-de-la-cia/
Saludos,
Jose
Hola José, gracias por la información. Es sorprendente la cantidad de material desclasificado que ha tenido que publicar la CIA en los últimos años. Lamentablemente no conozco autores peruanos que trabajen ampliamente este tema. Sobre todo lo vinculado a Latinoamérica y específicamente nuestro país.
No olvidemos también la importancia de “Los papeles del Pentágono”, que como se ha señalado, es: “el más grande documento oficial sobre las mentiras y los crímenes de la política de los Estados Unidos en el sudeste asiático”
Solo leyendo estos documentos, podemos afirmar que ya sabemos algo en materia de relaciones internacionales.
Saludos !
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