Nacionalismo catalán
Por: Isaac Bigio (Internacionalista)
Cada 11 de setiembre se recuerda en EE.UU. el mayor atentado terrorista que esta potencia haya tenido (el del 2001), el cual generó una ola de guerras en el mundo musulmán; y en Chile el golpe antisocialista de Pinochet de 1973 que cambió la fase de América Latina. Pero también ese mismo día los catalanes lo celebran como su fecha nacional.
Este año se estima que casi un millón de catalanes marcharon el 11 de setiembre para pedir mayor autonomía o la independencia; ello como parte de la conmemoración de la caída de Barcelona en esa misma fecha de 1714 en el marco de una guerra civil que canceló su autonomía. El celebrar una derrota como efeméride nacional no es usual, aunque es algo que otras naciones también hacen, como es el caso de los serbios que recuerdan haber sido masacrados por los turcos en Kosovo.
Movilizaciones autonomistas tan grandes no se han visto en Europa desde la desintegración de las 3 federaciones socialistas: la URSS, Checoslovaquia y Yugoslavia hace 2 décadas. Las encuestas indican que la mayoría de los catalanes quiere un referendo acerca de la independencia, aunque el apoyo a esta es fuerte en ciertas comarcas del interior. Aún la mayoría de Cataluña habla castellano y solo quiere mayor autonomía, pero no apuesta a entrar a la Unión Europea como su Estado número 28.
No obstante, el nacionalismo viene creciendo allí como una reacción a la recesión ibérica, la misma que ha dejado a un cuarto de los españoles sin empleo. Siendo el tradicional motor industrial y una de las regiones más ricas de España, en Cataluña hay muchos que creen que al salirse del reino de Juan Carlos ellos dispondrían de todos los ingresos que producen, en vez de que vayan a Madrid o a regiones menos favorecidas.
Los catalanes tienen un resentimiento histórico ante Madrid, que en diversas épocas ha cancelado la autonomía o proscrito la lengua de los catalanes. La dictadura de Franco fue particularmente feroz en Cataluña, bastión de la izquierda (y en especial de sus sectores más duros: el anarquismo y el POUM pro-trotskista), donde fracasó en castellanizar a su población.
Tras la caída del franquismo, Cataluña ha estado gobernada por el bloque nacionalista moderado de Convergencia i Unión (CiU) desde 1980 hasta hoy, salvo el 2003-10 en que tuvo una coalición izquierdista entre socialistas, verdes e independentistas republicanos.
CiU no fomenta abiertamente la secesión y oficialmente pide más autonomía como el derecho de su gobierno regional a recabar tributos y disponer cuántos de ellos otorga a Madrid.
En cambio los dos partidos pan-españoles (populares y socialistas) son enemigos de la independencia, mientras que la tercera fuerza catalana la conforman los grupos republicanos separatistas.
Fuente: Diario Correo (Perú). 13 de octubre del 2012.
Recomendado:
Artículos sobre el debate catalán. Diario El País.
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