El caballero y la espía
Mientras “The Pacific”, la serie de Steven Spielberg, capta cada vez más seguidores, el internacionalista Juan Velit nos cuenta historias poco conocidas de peruanos en la Segunda Guerra Mundial, como el de la bella espía llamada Bronx
Por: Jorge Paredes
Si bien la Segunda Guerra Mundial se desarrolló mayormente en Europa, ¿cuál fue la participación de América Latina y el Perú?
El Perú, aunque no llegó a enviar tropas como lo hicieron México y Brasil, tuvo una destacada actuación en la Segunda Guerra Mundial. Primero, pone a disposición de los aliados muchos minerales y alimentos, como la papa. Después, la quinina peruana fue clave en la campaña del Pacífico para combatir la malaria que había diezmado a las tropas norteamericanas en su lucha con los japoneses. Al Perú se le encargó, además, la custodia de esta parte del Pacífico, que representaba un punto estratégico para la causa aliada. Incluso los estadounidenses llegaron a capturar un submarino japonés y descubrieron que había planes para sabotear territorio peruano.
A pesar de la crisis que produjo la guerra, el Perú se fortaleció con la venta de materias primas y se dice que el presidente Manuel Prado salió favorecido.
Algunos productos peruanos subieron, como el algodón, que en ese entonces se usaba mucho para la pólvora. Y, claro, Prado fue el único presidente latinoamericano que fue invitado a Estados Unidos durante la guerra. El Perú salió fortalecido, además, porque otros países como Argentina, Chile o Ecuador eran sospechosos para los aliados, pues los veían como colaboracionistas del eje.
PERUANOS EN ACCIÓN
PERUANOS EN ACCIÓN
A pesar de que no hubo tropas peruanas en la guerra, sí hubo casos aislados de peruanos en el conflicto…
Está el caso conocido del embajador del Perú en Tokio Enrique Rivera Schreiber, quien escuchó casualmente a funcionarios japoneses comentar sobre un ataque a una base norteamericana en el Pacífico. Él comunicó esto inmediatamente al embajador norteamericano, pero su advertencia no fue tomada en cuenta. Después pasó lo que todos sabemos: Japón atacó Pearl Harbor. Y luego está el joven George Sanjinez Lenz, quien era un preparador de caballos en el hipódromo de San Felipe, y en 1942 viajó a Europa y se hizo amigo de exiliados belgas. Combatió con ellos en Normandía y tuvo tan destacada actuación que el Gobierno Belga lo nombró Caballero del Rey Leopoldo III.
Sin embargo, la historia más sorprendente es la de la enigmática Elvira Chaudoir…
Sin embargo, la historia más sorprendente es la de la enigmática Elvira Chaudoir…
Se ha podido saber más de ella gracias a la desclasificación de documentos de la inteligencia inglesa. Esta señorita era hija de un diplomático peruano, era una joven muy bella, de 18 o 19 años, con grandes dotes para desplazarse en la alta sociedad y el mundo diplomático. Su padre era diplomático del gobierno de Prado en Vichi (la Francia ocupada por los nazis), y cuando es retirado a pedido del Gobierno Peruano, ella se traslada a Inglaterra. Allá frecuenta los exclusivos casinos Crockford y Hamilton, y toma contacto con el coronel Claude Dansey, jefe del M-16 (el cuerpo de inteligencia inglés). Probablemente, él quedó impresionado con la peruana y la recluta como espía, le pide que vuelva a Francia y se involucre con jerarcas de la inteligencia nazi. Desde ese momento, Bronx, su nombre clave más conocido, cumplirá el peligroso papel de agente doble a favor de los aliados. En Francia se hace novia de un coronel alemán y se dedica a desinformar a los alemanes. Por ejemplo, los alerta de un inminente ataque aliado por Burdeos y consigue que los alemanes trasladen tropas a ese lugar y descuiden Normandía, esto facilitó el posterior desembarco aliado en el famoso Día D. El Gobierno Inglés la condecoró después de la guerra y le dio una pensión vitalicia. Hasta su muerte, ella vivió en Europa.
LECCIONES DE GUERRA
¿Qué lecciones debemos sacar de esta guerra?
La gente solo sabe de la guerra por Hollywood y no ha leído sobre ella. La gran lección es que no debemos ser jamás permisivos con los totalitarismos. A Hitler se le permitió actuar porque las potencias de entonces, Inglaterra y Francia, estaban más preocupadas por los bolcheviques y pensaban que el nazismo iba a ser una barrera de contención para los rusos en Europa. Winston Churchill llegó a decir “al bolchevismo hay que ahogarlo en la cuna”. Esa lección no fue aprendida porque hace poco también se fue tolerante con Serbia y todo terminó en otra cruenta guerra en los Balcanes.
Fuente: Diario El Comercio. 25 de Abril del 2010.
Recomendado: Rivera Schreiber pudo haber evitado la más grande tragedia naval de Estados Unidos.