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Así, lo que podría explicar el auge reciente es el protagonismo de los países emergentes, destacando la industrialización de los tigres asiáticos en los 80 y, después, de China e India. Para el Perú, que depende en un 70% de la exportación de minerales, esto es muy relevante.
Si se analiza la evolución de la estructura productiva, resalta la pérdida de importancia del agro, que pasa de 14% a 7% del PBI de 1950 al 2008, mientras que la minería se eleva del 2.6 al 6%. El sector industrial tiene altibajos, pues comenzó en 13% del PBI en 1950, llegó al 18% en 1976, pero bajó al 14% en los 80. De allí en adelante se ha recuperado y ahora está en 15.5% del PBI. Por su parte, el sector servicios ha estado siempre cerca del 50%, pero su composición interna ha variado mucho (sobre todo por la “nueva economía”, microchips, telecomunicaciones, internet).
Cuando se analizan los “modelos de desarrollo” y las políticas económicas, se aprecia que de 1950 hasta 1962 tuvimos lo que Rosemary Thorp llama el sueño de los liberales: un sistema orientado por las exportaciones primarias. Desde 1963 hasta 1975 (con mayor énfasis bajo Velasco) se adopta la industrialización por sustitución de importaciones, de claro cuño cepalino. Allí se inicia la vuelta a políticas liberales (Morales Bermúdez) y luego Belaúnde en los 80, en una década signada por la crisis de la deuda externa, Sendero Luminoso y el narcotráfico. Después del paréntesis heterodoxo de García y la posterior hiperinflación (1988-90), el terreno queda libre para el ajuste estructural neoliberal de Fujimori-Boloña, (1990-91), el “Consenso de Washington”, que liberaliza la economía e implementa la privatización, lo que continúa hasta hoy.
Una mirada desde el largo plazo
Por Humberto Campodónico (Economista)
Cuando se analiza la economía del país en el largo plazo, se pueden adoptar una serie de enfoques, no todos necesariamente excluyentes. Tenemos, así, el enfoque de los ciclos económicos, que nos dice que hubo un auge de 1950 a 1975, con su fase de bajada desde esa fecha hasta 1990. Allí comienza otra fase de auge que duró hasta el 2008, con una interrupción importante de 1998 al 2001.
¿Cuál es la relación con la economía internacional? Si se considera el análisis de Robert Brenner, de la Universidad de California, se encuentra una coincidencia en el auge, desde 1950 hasta 1975. Allí acaban las similitudes, pues Brenner demuestra que desde entonces hasta ahora las principales variables económicas de los países industrializados (ganancias, inversión, producción y empleo) están de bajada, lo que fue maquillado con las burbujas especulativas del crédito barato y las hipotecas basura.
Por Humberto Campodónico (Economista)
Cuando se analiza la economía del país en el largo plazo, se pueden adoptar una serie de enfoques, no todos necesariamente excluyentes. Tenemos, así, el enfoque de los ciclos económicos, que nos dice que hubo un auge de 1950 a 1975, con su fase de bajada desde esa fecha hasta 1990. Allí comienza otra fase de auge que duró hasta el 2008, con una interrupción importante de 1998 al 2001.
¿Cuál es la relación con la economía internacional? Si se considera el análisis de Robert Brenner, de la Universidad de California, se encuentra una coincidencia en el auge, desde 1950 hasta 1975. Allí acaban las similitudes, pues Brenner demuestra que desde entonces hasta ahora las principales variables económicas de los países industrializados (ganancias, inversión, producción y empleo) están de bajada, lo que fue maquillado con las burbujas especulativas del crédito barato y las hipotecas basura.
Así, lo que podría explicar el auge reciente es el protagonismo de los países emergentes, destacando la industrialización de los tigres asiáticos en los 80 y, después, de China e India. Para el Perú, que depende en un 70% de la exportación de minerales, esto es muy relevante.
Si se analiza la evolución de la estructura productiva, resalta la pérdida de importancia del agro, que pasa de 14% a 7% del PBI de 1950 al 2008, mientras que la minería se eleva del 2.6 al 6%. El sector industrial tiene altibajos, pues comenzó en 13% del PBI en 1950, llegó al 18% en 1976, pero bajó al 14% en los 80. De allí en adelante se ha recuperado y ahora está en 15.5% del PBI. Por su parte, el sector servicios ha estado siempre cerca del 50%, pero su composición interna ha variado mucho (sobre todo por la “nueva economía”, microchips, telecomunicaciones, internet).
Cuando se analizan los “modelos de desarrollo” y las políticas económicas, se aprecia que de 1950 hasta 1962 tuvimos lo que Rosemary Thorp llama el sueño de los liberales: un sistema orientado por las exportaciones primarias. Desde 1963 hasta 1975 (con mayor énfasis bajo Velasco) se adopta la industrialización por sustitución de importaciones, de claro cuño cepalino. Allí se inicia la vuelta a políticas liberales (Morales Bermúdez) y luego Belaúnde en los 80, en una década signada por la crisis de la deuda externa, Sendero Luminoso y el narcotráfico. Después del paréntesis heterodoxo de García y la posterior hiperinflación (1988-90), el terreno queda libre para el ajuste estructural neoliberal de Fujimori-Boloña, (1990-91), el “Consenso de Washington”, que liberaliza la economía e implementa la privatización, lo que continúa hasta hoy.
El equipo de Agro-Data del Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES) ha elaborado un cuadro con las políticas económicas y la trayectoria de los cuatro sectores económicos más importantes para el periodo (con data del BCR), en índices de crecimiento per cápita. No es posible comentarlo todo aquí, pero los lectores notarán el extraordinario crecimiento de la minería, que pasa de 100 a 590 de 1950 a 2008, sobre todo en los últimos 20 años. Los demás sectores tienen crecimientos modestos
Para terminar, un análisis de largo plazo no estaría completo sin el proceso ahorro-inversión (que incluya al capital extranjero), la importancia (o no) del Estado, la política tributaria y su impacto en el empleo (teniendo en cuenta la informalidad), los salarios y la distribución del ingreso. Volveremos sobre esos temas en un próximo artículo.
Fuente: Diario La República. Lunes 18 de Enero del 2010.
Para terminar, un análisis de largo plazo no estaría completo sin el proceso ahorro-inversión (que incluya al capital extranjero), la importancia (o no) del Estado, la política tributaria y su impacto en el empleo (teniendo en cuenta la informalidad), los salarios y la distribución del ingreso. Volveremos sobre esos temas en un próximo artículo.
Fuente: Diario La República. Lunes 18 de Enero del 2010.
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