viernes, 31 de julio de 2009

Historia del campo y la urbanización del territorio nacional en el Perú.

La disputa por el espacio en el Perú.
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Antonio Zapata (Historiador)

En el pasado, la minería había sido muy importante económicamente, pero era espacialmente marginal con respecto al inmenso peso del campo y de la vida rural en general. Ahora prácticamente todo el país está superpuesto por denuncios mineros.

En nuestros días, el conflicto por el territorio se expresa en la contradicción entre minería y agricultura. Las fuertes inversiones mineras de las últimas décadas suelen chocar con comunidades campesinas y agricultores que se resisten a ser desplazados y ver desaparecer su forma de vida. Esta lucha por el espacio ha cambiado profundamente en la historia peruana de los dos últimos siglos. En el presente artículo veremos la evolución de esa tensión fundamental porque afecta el movimiento de conjunto del país. Comenzando por la independencia y a lo largo del primer siglo republicano, la disputa por el espacio adquirió la forma de una lucha de la ciudad por expandirse a expensas del campo. La ciudad estableció plenamente su dominio recién en el transcurso del siglo XX. Cuando fue claro que la vida urbana tenía la prioridad espacial en la vida peruana, entonces el campo empezó a perder terreno también frente a la minería. En el pasado, la minería había sido muy importante económicamente, pero era espacialmente marginal con respecto al inmenso peso del campo y de la vida rural en general. Ahora prácticamente todo el país está superpuesto por denuncios mineros.

La presión urbana fue muy fuerte a lo largo del siglo XIX. Por ejemplo, en el archivo del Congreso de la República se halla una inmensa cantidad de peticiones de poblaciones pidiendo ser consideradas villas y ciudades1. Esta condición permitía formar municipalidades y disponer de autoridades locales, como juez de paz y eventualmente hasta subprefecto, que incidían en un mayor desarrollo de la localidad. Un caso célebre fue la solicitud presentada por el caserío del Imperial, en Cañete, pidiendo ser considerado pueblo. Es un estadio muy embrionario y por lo tanto muy ilustrativo de este conflicto entre la vida urbana y la rural en el siglo XIX. En efecto, en marzo de 1867, el representante del caserío, don Casimiro Nova elevó un memorial al diputado por Cañete en el Congreso Constituyente de 1867, Demetrio O Higgins, para que solicite la condición de pueblo para la población. Demetrio O Higgins era hijo del prócer chileno Bernardo O Higgins y vivía en Cañete en la hacienda Montalbán.

Pocos meses después, en mayo del mismo año, el hacendado Antonio Joaquín Ramos pidió una audiencia a la representación nacional para oponerse a la solicitud de O Higgins y el Imperial. Sostuvo Ramos, “Que el Imperial es de mi propiedad, a título de compra, que los sitios que ocupan los ranchos de los indígenas son míos… yanaconas que se suponen dueños y que buscan consumar una sorpresa atentando contra el derecho de propiedad”. En opinión del terrateniente se trataba de la ranchería de su hacienda y no podía obtener la categoría de pueblo porque sus habitantes no eran dueños de sus viviendas.

O Higgins se dirigió a la comisión de demarcación territorial de su cámara en junio de ese año, sosteniendo que Imperial tenía más de mil almas, que disponía de calles ordenadas y servicios públicos urbanos, incluyendo un templo recién restaurado. En consecuencia, reunía los elementos necesarios para formar un pueblo independiente. Por último añadía que si se revisaba la historia de muchos pueblos peruanos se hallaría que tenían un origen semejante. Para probarlo aludía a la creación de Sullana en 1839, que había motivado una primera norma legal republicana previendo los pasos indispensables para formar pueblos a través de la expropiación de haciendas por ser de utilidad pública.

Texto completo en:
http://www.revistargumentos.org.pe/index.php?fp_verpub=true&idpub=74

Fuente: Revista Argumentos, nº1 Mayo 2008 (IEP).

jueves, 30 de julio de 2009

Impacto del clima en el desarrollo històrico incaico.

Calentamiento climático habría favorecido auge de imperio inca
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Según una investigación realizada por el Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA), revela que entre los años 1100 y 1500 se registraron altas temperaturas que ayudaron a habitar las montañas y diseñar el sistema de cultivo.

Estas terrazas de cultivo eran regadas con agua de los glaciares que se derritieron debido al calentamiento, que también hizo posible que se planten árboles en las montañas, evitando la erosión del suelo y aumentando su fertilidad, según afirmó a la BBC.

Para llegar a esa conclusión los especialistas analizaron minuciosamente capas de suelo de la laguna Marcacocha, en el denominado Camino Inca que va desde Cusco hasta la ciudadela de Machu Picchu.

Se evaluó polen, semillas y otros indicadores ambientales que determinaron que entre los años 880 y 1100 hubo una sequía, y que luego de ello las temperaturas aumentaron.

Remarcó que los incas rediseñaron el paisaje y maximizaron la producción agrícola, y que los excedentes de cultivos como el maíz y las papas provocaron un aumento de la población y el desarrollo en caminos y otras estructuras, y que la formación de un ejército favoreció una rápida expansión territorial.

La investigación duró 15 años y fue financiada por el gobierno francés. También trabajaron especialistas de la Universidad de Sussex, en Inglaterra.

Por su parte, el jefe del Parque Arqueológico de Machu Picchu, Fernando Astete, señaló a la agencia Andina que coincide con la teoría planteada por el referido estudio respecto al impacto del clima en el desarrollo inca.

“En nuestra historia todo está relacionado con fenómenos climáticos como El Niño y La Niña. En algún grado, hechos como una mayor temperatura fueron determinantes en la época inca, sobre todo en aspectos como la agricultura”, remarcó. (Con información de la Agencia Andina)

Fuente: Diario La República. Jueves 30 de julio del 2009.

martes, 28 de julio de 2009

La CIA y el Pentágono en la historia de los golpes militares de América Latina y el mundo.

El know-how de la CIA
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César Lévano (Periodista)
cesar.levano@diariolaprimeraperu.com

Los golpes militares son una tradición en América Latina. En los primeros 30 años del siglo XX los tramaron embajadores y agregados militares de Estados Unidos. Desde la creación de la CIA, ésta y el Pentágono han asumido la función.

Esos dos aparatos actúan en la Honduras de hoy. Sin la decisión y el permiso de ambos los golpistas no se hubieran atrevido a derrocar al presidente Manuel Zelaya.

El Pentágono y la CIA constituyen un gobierno paralelo en Estados Unidos. Por eso, pese a la condenación de Barack Obama contra los facciosos de Honduras, éstos se atreven a desafiar, no sólo a la opinión mundial, sino también a la oposición local (obreros, campesinos, empresarios, intelectuales, universitarios y hasta escolares y colegiales.)

Ese proceso de duplicación del poder se ha manifestado desde los días en que Allen Dulles, jefe de la CIA, organizó en Irán un golpe para derrocar a Mossadegh, el patriota que había nacionalizado el petróleo.

Gay Talese, el novelista y cronista estadounidense, recuerda en The kingdom and the power (El reino y el poder) cómo los periodistas de The New York Times habían preparado una información sobre la inminente invasión a Cuba por agentes financiados por la CIA en 1961. Los dueños del diario impidieron que se publicara.

Tiempos después, John Kennedy, el presidente que autorizó la expedición, declaró, recuerda Talese, que hubiera sido bueno que se publicara la noticia. Eso, dijo, hubiera frustrado la incursión y “nos habría evitado una derrota y una vergüenza”.

Otro ejemplo de esa fuerza paralela se dio en el golpe de Augusto Pinochet contra Salvador Allende. El Congreso de Estados Unidos y decenas de libros han denunciado que Henry Kissinger preparó el cuartelazo por orden del presidente Richard Nixon, en complicidad con la CIA, sin conocimiento del Departamento de Estado ni del embajador en Chile, Edward Korry.

También la dictadura de Jorge Rafael Videla, instaurada en Argentina en marzo de 1976, fue estimulada y apoyada por la CIA. Y por el Secretario de Estado Henry Kissinger. Cuando un embajador argentino reveló a Kissinger los planes represivos de Videla, aquel respondió: “Háganlo, pero háganlo rápido”.

La dictadura de Videla fue aún más sanguinaria que la de Pinochet. (Algunos partidos marxistas latinoamericanos sostuvieron que había que apoyar a Videla ¡para evitar otro Pinochet!).

El Pentágono es el gran poder. Su Escuela de las Américas (también conocida como escuela de asesinos) instruyó a miles de militares latinoamericanos, entre ellos al tirano bonaerense Leopoldo Galtieri y el coronel Roberto D’ Aubuisson, jefe de los escuadrones de la muerte de El Salvador.

La CIA y el Pentágono dictan cátedra de cuartelazos, torturas y asesinatos. Tienen buenos alumnos en Honduras.

Fuente: Diario La Primera. Viernes 24 de julio del 2009.

lunes, 27 de julio de 2009

Historia del milagro econòmico surcoreano.

Una lección de historia

Guillermo Giacosa (Periodista)

Una nota de varios autores africanos luego de la visita de Obama a Ghana contiene datos imprescindibles para ilustrar a los que viven del elogio del actual modelo económico. Siempre se compara los países que no han crecido lo suficiente, como Perú, por ejemplo, con Corea del Sur, que allá por los años 50 era mucho más pobre de lo que entonces se era por estas tierras.

Lea los datos históricos citados por los africanos y saque sus conclusiones. “El supuesto éxito económico de Corea del Sur se realizó contra las recomendaciones impuestas por el Banco Mundial a la mayoría de los demás países en desarrollo. Tras la Segunda Guerra Mundial, y concretamente en 1961, la dictadura militar en el poder en Corea del Sur se benefició de importantes donaciones de EE.UU. por 3,100 millones de dólares. ¡Más que el conjunto de los préstamos del Banco Mundial a los demás países del Tercer Mundo durante el mismo periodo! Gracias a esas donaciones, Corea del Sur no tuvo que endeudarse durante 17 años (1945-1961). Los préstamos exteriores solo empezaron a ser importantes desde finales de los años 70, una vez que la industrialización de Corea estaba muy avanzada. Así, todo empezó en Corea por una férrea dictadura que aplicó una política estatal y muy proteccionista. Esta dictadura la puso en marcha Washington después de la Segunda Guerra Mundial. El Estado impuso una reforma agraria radical en la que se expropió, sin indemnizaciones, a los grandes terratenientes japoneses. Los campesinos se convirtieron en propietarios de pequeñas parcelas de tierra (el equivalente a tres hectáreas como máximo por familia) y el Estado acaparó los excedentes agrícolas que antes recaudaban los propietarios japoneses cuando Corea era una colonia nipona. La reforma agraria sometió a los campesinos a fuertes obligaciones. El Estado fijaba los precios y las cuotas de producción sin permitir el libre movimiento de las fuerzas del mercado. Entre 1961 y 1979, la dictadura militar de Park Chung Hee estuvo apoyada por el Banco Mundial, aunque Corea se negó a seguir su modelo de desarrollo. En aquel momento, el Estado planificó con mano de hierro el desarrollo económico del país. La continuidad de la política de industrialización para sustituir la importación y la sobreexplotación de los obreros son dos de los ingredientes del éxito económico del país. La dictadura de Chun Doo Hwan (1980-1987) también estuvo apoyada por el Banco Mundial (a quien desoyeron en el sector automóvil)”.

“Cuando Obama dijo que 'Corea del Sur, trabajando con el sector privado y con la sociedad civil, consiguió establecer las instituciones que garantizan la transparencia y la responsabilidad’, omitió que el sector privado estaba claramente dirigido por el Estado y que la dictadura coreana 'dialogaba’ con la sociedad civil a punta de bayoneta: la historia de Corea del Sur de 1945 a principios de los años 80 está plagada de masacres y represiones brutales”. Hoy es un modelo. ¿Deberemos vivir sus vicisitudes para ser como ellos o habrá alternativas menos dramáticas?

Fuente: Diario Perù 21. Jueves 23 de julio del 2009.

domingo, 26 de julio de 2009

Origen del reinado de Juan Carlos de Borbón. De príncipe de España a sucesor en la jefatura del Estado Franquista.

ESPECIAL. ANIVERSARIO EN ESPAÑA

Rey por orden de Franco

Yolanda Vaccaro (Corresponsal)

MADRID. El 22 de julio de hace 40 años Juan Carlos de Borbón fue nombrado príncipe de España y sucesor en la jefatura del Estado. Pero seguramente no es un hecho que el rey quiera precisamente recordar. Porque su nombramiento fue decidido por el entonces dictador Francisco Franco. Así, por designación del dictador, Juan Carlos I, de rodillas sobre un cojín de terciopelo guinda, juró su investidura con uniforme de capitán de infantería y llevando el Toisón de Oro y la Gran Cruz de la Orden de Carlos III. Juró “en nombre de Dios y sobre los Santos Evangelios, lealtad al jefe del Estado y fidelidad a los principios del Movimiento Nacional y demás leyes fundamentales del reino”. El Movimiento Nacional era el brazo político de la dictadura.

Juan Carlos de Borbón fue proclamado príncipe de España y sucesor a título de rey en la jefatura del Estado. Dos días después, por decreto, fue ascendido a general de brigada de los Ejércitos de Tierra y Aire, y contraalmirante de la Armada, atribuyéndosele los honores de capitán general. A partir de entonces ocupó en todos los actos oficiales el puesto inmediato al del jefe del Estado, que era Franco. La Ley de Sucesión, publicada el 23 de julio de 1969, establecía que “al producirse la vacante en la jefatura del Estado, se instaurará la corona en la persona del príncipe don Juan Carlos de Borbón y Borbón”.

ERROR DE CÁLCULO

De esta forma Juan Carlos I consiguió que los Borbones volvieran al trono pese a que ello le costó un disgusto familiar con su padre, Juan de Borbón, legítimo sucesor de Alfonso XIII (depuesto en 1931), a quien el dictador odiaba. Franco prefirió a Juan Carlos, a quien conocía bien pues incluso había hecho que de niño viviese en el Palacio de El Pardo, residencia de los Franco.

El dictador pensó que de esta forma se perpetuaría el franquismo después de su muerte. Así lo afirmó en las cortes el día de la proclamación, donde indicó que Juan Carlos había dado “claras muestras de lealtad a los principios e instituciones del régimen”. Por si quedaban dudas, en su juramento el entonces príncipe llegó a decir que aceptaba el nombramiento por una “legitimidad” emanada del 18 de julio de 1936. Una fecha marcada a fuego en el calendario de las efemérides españolas porque ese día Franco cometió el golpe de Estado que le llevaría a gobernar España con mano de hierro.

Se iniciaba así un periplo que continuaría con la proclamación de Juan Carlos de Borbón como rey de España y jefe del Estado, a la muerte del dictador, el 22 de noviembre de 1975.

La forma como llegó al trono y el contexto histórico y político de aquellos años no permitían presagiar un camino de rosas para el nuevo jefe del Estado. Así, el monarca fue calificado rápido como “Juan Carlos el Breve”, en la creencia de que su reinado sería efímero. Cuarenta años después Juan Carlos I encabeza una monarquía considerada austera y correcta, más allá de los debates sobre la legitimidad de su designación.

Y es que Juan Carlos de Borbón, lejos de lo que esperaba Franco, hizo todo lo posible por erradicar los remanentes de la dictadura. En estas cuatro décadas ha tratado que quede en un segundo plano el hecho de haber sido designado por el dictador que mantuvo en un puño a España durante cuatro décadas. Y lo ha logrado mediante acciones determinantes a favor de la transición y de la consolidación democráticas.

Todo indica que no lo ha hecho mal. Si se pregunta a los españoles hoy por hoy, seguramente la mayoría dirá que el rey tiene mucho más a favor que en contra por sus actos. De allí que a una buena parte de los españoles les guste decir que son juancarlistas más que monárquicos o republicanos.

PUNTO DE INFLEXIÓN

¿En qué momento los españoles dejan de pensar en Juan Carlos de Borbón como un jefe del Estado designado por el dictador Franco? En este punto hay coincidencia en todos los flancos. El rey se ganó el respeto y el cariño de su gente el 23 de febrero de 1981. Ese día un grupo de militares y guardias civiles, descontentos porque perdían los privilegios exorbitantes que disfrutaron durante la dictadura, secuestraron el Congreso, con sus parlamentarios dentro. La asonada no prosperó porque a las pocas horas del intento de golpe de Estado el rey Juan Carlos, en su calidad de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, emitió por Televisión Española un mensaje que obligaba a los golpistas a retractarse. Y así lo hicieron.

Esos momentos fueron cruciales porque España vivía el período que sería recordado como la Transición, el paso de la dictadura a la democracia sin que se derramara una gota de sangre. Y el rey fue una figura clave en este proceso.

Hoy lo que prevalece en el imaginario colectivo, con las lógicas excepciones a la regla, es que Juan Carlos I lidera una monarquía considerada austera y carismática dentro y fuera del país.

En estos cuarenta años España ha pasado de ser un país con grandes déficits de desarrollo a convertirse en la octava economía mundial por producto bruto interno. Un país sobre el que quienes visitan después de décadas afirman que ha pegado un vuelco espectacular en su salto a la modernidad y a la democracia. El rey hizo mucho por ello aunque solo sea por haber evitado entrar en escena como un monarca continuista del franquismo.

Franco nombró a Juan Carlos I. Pero el monarca se ha encargado de difuminar esa sombra con las luces de su reinado.

OTRA COSA ES EL PRÍNCIPE FELIPE

Monárquicos o republicanos, conservadores o progresistas, la mayor parte de españoles se declara juancarlistas. Otra cosa es lo que piensan de Felipe de Borbón y Grecia, el príncipe de Asturias, el sucesor a la corona. Así como al rey se le reconoce su entrega incluso eligiendo por esposa a una mujer preparada desde niña para ser reina, doña Sofía, hija de los reyes Pablo y Federica de Grecia, al príncipe Felipe se le achaca pensar antes en sí mismo que en la responsabilidad que tiene encomendada.

Es verdad que en estos días se recuerda que Juan Carlos I fue designado por Franco. Pero sobre todo los medios de comunicación y las tertulias, cada vez que se tiene que hablar de la corona, no dejan de señalar que la elección de Letizia como esposa por parte de Felipe no encaja con el modelo de entrega y responsabilidad que se espera del futuro rey y jefe del Estado. Y es que no se olvida que Letizia era una mujer divorciada y carente de conocimiento de las esferas monárquicas y de la élite mundial cuando fue elegida por el príncipe. Una crítica que, cómo no, lanzan principalmente los monárquicos más rancios del reino.

Así como pocos dudan de que la monarquía juancarlista es sólida, pocos creen que la monarquía felipista —si llega a tener lugar— sea duradera. El tiempo tiene la palabra.

Fuente: Diario El Comercio. Domingo 26 de julio del 2009.

sábado, 25 de julio de 2009

Guillermo O’Donnell y las democracias delegativas en Amèrica Latina.

Guillermo O’Donnell

Sinesio López Jiménez (Sociòlogo)

En Amèrica Latina elegimos gobernantes supuestamente democráticos, pero nos gobiernan dictadores. Nuestros regímenes son más democracias de entrada que de salida.

Pese a algunas deficiencias de entrada (sobre todo en las fallas de la competitividad electoral y en los déficits de ciudadanía), las elecciones han alcanzado un nivel aceptable de limpieza e institucionalidad. Casi todas ellas reciben el visto bueno de los observadores electorales extranjeros y de organismos especializados.

El problema viene luego en el ejercicio del poder y de la representación. Una vez elegidos, los representantes y los gobernantes se sienten con las manos libres para decidir sin dar cuenta a nadie. Se olvidan del debido proceso, del cumplimiento de la ley, de las instituciones, de la transparencia y de la accountability. Algunas de sus decisiones son abiertamente ilegales e ilegítimas. Las cosas se agravan si el presidente se siente un caudillo que es capaz de llevar a su país del desierto a la tierra prometida.

Guillermo O’Donnell ha llamado democracias delegativas a este tipo de regímenes políticos decisionistas y cesaristas. Han existido en otras épocas y en otras latitudes, pero reaparecieron con fuerza en las transiciones democráticas de los 80 AL. O’Donnell encontró el nombre preciso para designar un viejo fenómeno más menos conocido. Este no es el único caso de éxito en el análisis y en la nominación de los fenómenos políticos.

Otro caso notable es el análisis de las dictaduras conosureñas de la década del 70 a las que denominó Estados Burocráticos Autoritarios (EBA). “Coaliciones democratizantes” llamó a las articulaciones implícitas y a los juegos en pared que hacían los blandos de las dictaduras y de la oposición democrática para hacer viables las transiciones.

O’Donnell es probablemente el politólogo latinoamericano de mayor prestigio internacional y el que más ha contribuido al desarrollo de la ciencia política en AL. Su originalidad siempre sale a flote en medio de su deslumbrante erudición. Sus libros, artículos e ideas son estudiados y discutidos en las principales universidades y centros de investigación del mundo.

Tres grandes temas y problemas han concitado su atención y han merecido sus análisis penetrantes y finos: las dictaduras del Cono Sur, las transiciones democráticas de los 80 y las democracias posteriores.

Modernización y autoritarismo fue su tesis de doctorado en Yale, que luego apareció como libro preparatorio de los análisis sobre las dictaduras del Cono Sur. Lo que explica esas dictaduras es, según O’Donnell, la profundización de la industrialización (el desarrollo de los bienes de capital) en un contexto de agotamiento de la industrialización sustitutiva de importaciones (ISI) y de reactivación del sector popular. Esta explicación tiene ciertas consonancias con las tesis del historiador Alexander Gerschenkron sobre la industrialización tardía de Alemania, Italia y Japón que dio origen a gobiernos autoritarios.

Esta tesis central sobre los EBA tuvo mucha resonancia en los medios universitarios del norte y del sur. David Collier, profesor de la U. de Berkeley, organizó un gran debate académico en el que participaron algunos de los principales politólogos, sociólogos y economistas (Hirschman entre ellos) del mundo cuyas contribuciones fueron publicadas posteriormente en el libro The New Authoritarianism in Latin América (1979, Princeton University Press, Princeton).

Prestó mucha atención a la dinámica de los EBA y a sus fisuras, que podían anunciar su crisis y apertura a las transiciones democráticas. Sobre este tema coordinó con el destacado politólogo norteamericano Phillipe C. Schmitter una investigación de largo aliento que tuvo como resultado la publicación del libro (en cuatro tomos) Transitions from authoritarianism rule (1986).

Las principales contribuciones de O’Donnell a la ciencia política se refieren, sin embargo, a la teoría de la democracia. Ha analizado las diversas perspectivas normativas y empíricas de la democracia como régimen político, ha reconocido las contribuciones más importantes, ha discutido sus ambigüedades y ha señalado sus límites. Con la enorme autoridad académica que tiene, O’Donnell ha roto con el institucionalismo ortodoxo de la democracia para enriquecer la teoría con el contexto histórico y con el análisis acotado de las condiciones (el Estado, el sistema legal, la desigualdad, los déficits de la ciudadanía, la sociedad civil). Me parece reconocer en este viraje la influencia de la escuela de Cambridge, especialmente de John Dunn, de Quentin Skinner y de John Pocock.

Después de haber enseñado varios años en la U. de Notre Dame (USA) y de haber sido profesor visitante de algunas de las más importantes universidades de EEUU y Europa, O’Donnell ha vuelto a su tierra natal, Argentina, y la próxima semana viene de visita al Perú invitado por la PUCP y por el Instituto Bartolomé de las Casas. La PUCP, en reconocimiento de sus méritos académicos en el campo de la ciencia política, le otorgará el doctorado honoris causa el 23 de julio.

Fuente: Diario La Repùblica. Viernes 17 de julio del 2009.

viernes, 24 de julio de 2009

Canciller israelí Avigdor Lieberman en el Perú.

US Secretary of State Hillary Clinton and Israeli Foreign Minister Avigdor Lieberman Photo: AFP/GETTY

Bienvenido, Herr Lieberman

César Hildebrandt (Periodista)

El ministro de relaciones exteriores de Israel llegará en las próximas horas al Perú.

Espero que el gobierno peruano tenga la decencia de tratarlo con la cautelosa distancia de la diplomacia y que no se atreva ni a condecorarlo ni a rendirle homenajes.

Porque Avigdor Lieberman, el canciller en cuestión, es mucho más que un halcón: es un monstruo.

Halcón era Ariel Sharon, que destruyó dos veces el sur del Líbano. Halcón fue Menahem Begin, que ordenó aquella invasión de 1982 (la de Sabra y Chatila).

Pero el señor Lieberman ha superado todas las marcas del extremismo sionista.

El 16 de marzo del 2009 el corresponsal en Jerusalén del diario español “El País”, Juan Miguel Muñoz, escribió lo siguiente a raíz del nombramiento de Lieberman como canciller del gobierno que preside Benjamín Netanyahu:

“Lieberman, que ha propuesto el empleo del arma nuclear en Gaza y lanzar a los palestinos al Mar Muerto, ha pactado con Netanyahu que uno de los objetivos será “derribar el gobierno de Hamas”. Una misión que, visto lo sucedido en la reciente guerra de Gaza, sólo sería posible perpetrando una matanza descomunal...”

Dos meses después de este despacho, el señor Lieberman autorizó a su partido, el Israel Beiteinu (Israel, nuestra casa), para que presentara ante el parlamento dos proyectos de ley cuyos destinatarios eran los ciudadanos israelíes de procedencia árabe (árabe porque allí vivían ellos o sus padres cuando Israel decidió expandirse después de ganar las guerras que tuvo que enfrentar).

El primero de los proyectos exigía a esos ciudadanos un juramento de lealtad al Estado Judío (así, con mayúsculas) y el otro prometía la cárcel (tres años de reclusión) para quien considerara en público que la creación de Israel (1948) fue una catástrofe para los derechos de sus ascendientes.

O sea que con uno se garantizaba “la unidad judía” del presente. Y con el otro se borraba de la memoria el trauma del origen del Estado de Israel, nacido del mundialmente consentido despojo de la nación palestina. Era la construcción del pretérito perfecto según el modelo Lieberman.

El señor Lieberman ya había cautivado a los ultras israelíes diciendo que Israel debía enfrentar el problema de Gaza “de la misma manera como los estadounidenses enfrentaron y terminaron con la agresión japonesa”. Era la primera vez que un líder israelí hacía clara alusión al poderío nuclear del estado judío.

También había dicho que a los israelíes de origen árabe que simpatizaran con Hamas “habría que fusilarlos, del mismo modo que fueron fusilados los colaboracionistas franceses en la posguerra”.

Por supuesto que a Lieberman le fascinó la masacre de Gaza. Pero, por lo visto, la muerte de 1,400 palestinos, trescientos de ellos niños, y la destrucción de 200 colegios y 50,000 viviendas no fueron para él suficientes. Total, ¿para qué bombardear Gaza si se la puede borrar del mapa con el arma atómica?

Ahora, como canciller israelí, Lieberman, aparte de desconocer los acuerdos de Annápolis y de decir que Israel “no está obligado a buscar la paz”, es el más firme apoyo para la continuidad de los ilegales asentamientos en la Cisjordania ocupada.

Un judío genial y decente como Noam Chomsky lo ha dicho con todas sus letras en reciente entrevista:

“A Israel no le importa mucho Gaza, estarían felices de que se pudrieran y se hundieran en el mar. Lo que sí les importa es Cisjordania, ahí hay tierra con valor, tierra arable, ahí están los placenteros suburbios de Jerusalén y Tel Aviv...Así que continúan apoderándose de los recursos, las tierras, principalmente el agua de Cisjordania, para así dividirla en cantones inviables en los cuales la población se pudra y, esencialmente, a la larga, haya un éxodo...”

Ahora llega el señor Lieberman a advertirnos de que Irán es una amenaza para el mundo porque pretende construir una bomba atómica.

Habría que preguntarle si esa bomba, en el caso de que se construyera, tendría los mismos megatones que la que él usaría en la despreciable franja de Gaza. Esa bomba que Israel ya creó y que tiene guardada para el momento en que la voz del todopoderoso le exija emplearla.

Fuente: Diario La Primera. Miércoles 23 de julio del 2009.

miércoles, 22 de julio de 2009

Honduras y la Derecha Golpista Latinoamericana.

Golpismo, Constitución y guerra fría

Alberto Adrianzén M. (Sociólogo)

El golpe militar en Honduras es el primer ejemplo de esta nueva guerra fría que nos anunciara el presidente García en su último artículo y que consiste en destruir la democracia para salvar los intereses de una minoría. Por eso, es un golpe preventivo que tiene un aire de familia con el golpe en Brasil en 1964 que marcó el inició de un nuevo militarismo en la región.

En días pasados y para confirmar lo dicho, el jefe de la bancada del partido derechista salvadoreño ARENA, Donato Vaquereno, según diversos medios, “le advirtió a Funes (presidente de El Salvador) que se mire en el espejo de Zelaya para que no cometa los mismos errores, lo cual fue interpretado por muchos como el sonido de tambores de guerra”. Dicho en otras palabras: si quieres cambiar el orden empleando la democracia te promuevo un golpe de Estado.

En realidad, la enérgica condena internacional al golpe en Honduras antes que un apoyo al “chavismo”, como afirma la derecha, expresa más bien un temor fundado de que el militarismo vuelva en la región y, en particular, en América Central donde las fuerzas armadas de Guatemala y El Salvador son claramente derechistas y anticomunistas.

En este marco, el reciente artículo de Mario Vargas Llosa publicado el domingo pasado en El Comercio es, en la práctica, una abierta apología tanto del golpe en Honduras como de esta nueva política de contención que tiene en el militarismo su principal herramienta política. Y es que este artículo, así como otros publicados en estos días, repite y justifica los argumentos de los golpistas hondureños que sostienen, como afirma el propio Vargas Llosa, que un “demagogo irresponsable como Manuel Zelaya, quien, en violación flagrante de la Constitución que había jurado respetar, se disponía llevar a cabo un referéndum para hacerse reelegir…” e implantar un régimen “chavista”

En primer lugar hay que decir que el presidente Zelaya no buscaba “llevar a cabo un referéndum” sino más bien una consulta (también se le llamó encuesta) no vinculante (al amparo de la ley de participación), para auscultar la opinión de los ciudadanos sobre la posibilidad de votar, en las próximas elecciones presidenciales, si se convocaba o no a una Asamblea Constituyente.

Segundo, sería bueno que los defensores del golpe nos expliquen cómo el presidente Zelaya iba a poder reelegirse si en el mismo proceso electoral de noviembre en que se iba a votar por la convocatoria o no a la hipotética Asamblea Constituyente (que podía sancionar en el futuro una posible reelección presidencial), se elegía también al nuevo presidente que reemplazaría a Zelaya, el cual, por tanto, no se podría beneficiar de esa hipotética reelección. Hasta ahora nadie ha podido explicar esta paradoja. Este argumento es tan absurdo que los golpistas tuvieron que falsificar groseramente la renuncia del presidente Zelaya para justificar de otra manera el golpe.

Estos hechos, y otros como la famosa carta de la Cámara de Comercio e Industrias de Tegucigalpa solicitando dinero a sus afiliados para financiar una estrategia (golpista) ya que se vivía un momento de “incertidumbre política-económica” o el “olvido” de que el propio Micheletti en 1985 intentó modificar la Constitución, demuestran que la razón del golpe no fue la reelección de Zelaya, menos el “amor” a la Constitución, sino más bien la defensa de los intereses de los empresarios, de los militares, de los viejos partidos y del poder mediático frente a un proceso de cambio que se había iniciado en ese país.

El caso hondureño pone además en el tapete la siguiente cuestión: ¿es posible cambiar un orden injusto en democracia? Consultar a la ciudadanía no puede ser nunca un acto ilegal y menos antidemocrático, más aún cuando, como señala el artículo 2 de la Constitución hondureña: “La soberanía corresponde al pueblo del cual emanan todos los poderes del Estado que se ejercen por representación”.

Lo sucedido en ese país, además de expresar el viejo conflicto entre liberalismo y democracia, es decir entre mantener la regla o permitir que la voluntad popular se exprese en toda su amplitud, también nos lleva a preguntarnos si es legítimo mantener constituciones, como la hondureña o la peruana, que son producto de regímenes autoritarios y que solo buscan blindar constitucionalmente los intereses de una minoría. Eso, por ejemplo, es la actual Constitución fujimorista del 93.

Esta pregunta no es nada ociosa, más aún cuando la derecha hondureña, pero también los defensores del golpismo en ese y en otros países, ha terminado por abrirle la puerta al militarismo para proteger sus privilegios. No sería nada extraño que en poco tiempo y en este contexto macartista y “antichavista” que hoy promueve el gobierno en el país, tengamos una derecha golpista empleando los mismos argumentos de los gorilas hondureños cuando alguien proponga cambiar la Constitución o el modelo económico.

(*) www.albertoadrianzen.org

Fuente: Diario La República. Sábado 18 de julio del 2009.

martes, 21 de julio de 2009

Eric Hobsbawm, Neoliberalismo y Globalización.

Hobsbawm: aportes para discutir la actualidad

Guillermo Giacosa (Periodista)

Eric Hobsbawm, brillante historiador británico, aporta algunas reflexiones que desmitifican ciertas creencias en boga. Sostiene que a partir de los años 70 triunfó categóricamente un capitalismo que se asienta “en la libre movilidad global de todos los factores de la producción y la de los gobiernos atentos a no interferir en la distribución de los recursos dispuesta por el mercado”. Este hecho produjo efectos económicos que han llevado a afirmar que son los programas neoliberales los que aseguran un mayor crecimiento en este campo.

Hobsbawm observa, sin embargo, que “el más rápido crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita observado en el mundo capitalista avanzado no se dio en el orden liberal de 1870 a 1913, ni tampoco en el orden neoliberal de 1973 a 1998, sino solamente en los 'años dorados’ de 1950-1973. El crecimiento económico de los inicios del siglo XXI ha descansado primordialmente en un dinamismo que Maddison llama “las quince economías asiáticas resurgentes”, cuyo crecimiento ha sido asombroso. Pero no fue el neoliberalismo el que presidió la extraordinaria revolución industrial de Corea del Sur, Taiwán, China y, aun, la India a principios de los años 90. A la inversa, la situación de 168 economías, fuera de estos dínamos, mostró un rápido deterioro en el último cuarto del siglo XX y fue una catástrofe para la ex URSS, los Balcanes y algunas regiones africanas”.

Señala, además, que “algunos aspectos de esta globalización neoliberal tienen relevancia directa sobre la situación mundial general a principios de este siglo XXI. Primero, es patente el incremento en la desigualdad económica y social tanto entre países como en el interior de ellos. Esta desigualdad podría eventualmente disminuir, pues las economías asiáticas más dinámicas podrían alcanzar a los viejos países capitalistas desarrollados; pero en el caso de la India y China, con sus miles de millones de habitantes, hace que la brecha sea tan grande y que el paso al que pudieran alcanzar el mismo PIB per cápita de los Estados Unidos sea tan lento como un caracol. Lo que es más, la rapidez con que crece la brecha entre países ricos y pobres reduce el significado práctico de estos avances”. Y agrega: “Sería inapropiado usar a los 52 multimillonarios de Rusia como índice comparativo del estándar de vida en ese país. Estos representan otra más de las consecuencias de la globalización neoliberal, cuya novedad es que pequeños grupos de ricos globales son tan adinerados que sus recursos podrían ser de la magnitud del ingreso nacional de países como Eslovaquia, Eslovenia, Kenya o, en el caso de los muy ricos, del orden del PIB de Nigeria, Ucrania y Vietnam. Este tipo de crecimiento ha generado en la India un mercado de clase media tipo occidental contado por decenas de millones; solo hay que subrayar que, hacia 2005, en este país el 43% de la población vivía con menos de un dólar al día (...) las desigualdades en riqueza, poder y oportunidades (...) no son la receta para la estabilidad política”.

Fuente: Diario Perú 21. Miércoles 08 de julio del 2009.

domingo, 19 de julio de 2009

Latinoamérica y la nueva Guerra Fría norteamericana.

Imagen. ABC

Cómo toca esta orquesta

César Hildebrandt (Periodista)

La orquesta del Tropicana de la era Batista está tocando a todo dar. Ha vuelto el danzón y ha vuelto la guaracha. Celia Cruz no se ha ido todavía a Miami y Benny Moré canta en el cabaret del hotel Riviera.

Y la orquesta toca. Toca en Honduras, con un payaso apellidado Micheletti. Toca en Washington, donde el gobierno de Obama -esa enorme decepción- acaba de señalar que el de Caracas es un régimen viciado por el narcotráfico (con lo que se pretende repetir la historia de Manuel Antonio Noriega, ese sirviente de la CIA que luego quiso ser autónomo y terminó con su Panamá ametrallada y con sus huesos en una cárcel de los Estados Unidos).

Toca bien la orquesta. No desafina. Toca en Irán, donde los triunfos electorales no se computan como válidos si el que gana se llama Ahmadineyad y sigue siendo un dolor de cabeza para los Estados Unidos y su portaaviones anclado en Medio Oriente, quiero decir Israel.

Y sigue tocando. Toca en Lima, donde el señor García, tercero en el escalafón de coristas de la Casa Blanca, acusa a Bolivia y Venezuela de armarle los líos que le arman, en realidad, sus propios desatinos.

Toca sus vientos y sus cueros en la media luna boliviana, en los territorios de la minoría uigur en China, en los círculos polacos que demandan la instalación de misiles atómicos dirigidos a la Federación Rusa.

Y toca ahora en Ecuador, donde, justo en el momento en que los estadounidenses tienen que largarse de su base militar en Manta, aparece un video en el que el Mono Jojoy, alto mando de las FARC, hablaría de la ayuda financiera brindada a la campaña electoral del presidente Correa.

He visto el video que fue entregado a la Associated Press. Lo he visto en RCN, la televisora colombiana, y es evidentísimo que está editado, sacado de contexto, manipulado hasta el descaro.

No sé si esa tarea la ha cumplido la Associated Press o la RCN, o el DAS, o el entorno colombo-estadounidense del señor Uribe. Y la verdad es que eso importa poco. Lo importante es que la tal “primicia” le cae como anillo al dedo al ajuste de tuercas que el señor Obama ha ordenado hacerle al mundo.

En Afganistán, por ejemplo, el señor Obama ha duplicado las fuerzas militares de los Estados Unidos, que ahora son más de 60,000 efectivos. Y las matanzas de civiles continúan en un escenario virtualmente sellado para la prensa. Y la respuesta a esa barbarie imperialista es la barbarie terrorista estallada en Indonesia. Porque, como sabemos, las guerras frías pueden poner al mundo incandescente.

Porque lo que pasa es que vivimos la segunda Guerra Fría de la historia. Con mejores relaciones públicas, con menos chusquedad, con más inteligencia, pero con casi las mismas armas y los mismos objetivos que los que tuvieron los Reagan y los Bush. El señor Obama ha revuelto todo para que nada cambie.

En el video que hoy pretende remecer al Ecuador -un sector de la oposición ya está demandando la renuncia de Correa- se ve al Mono Jojoy decir (o leer), ante una laptop, unas líneas que hablan de una contribución electoral para Correa. Pero hay tal corte de edición y tal malicia en la extracción quirúrgica que se ha hecho de ese momento, que no se sabe si Jojoy se está quejando de una calumnia o lamentándose de una supuesta infiltración.

Lo que no se puede admitir, por respeto a la inteligencia del público, es que Jojoy, que está en las FARC desde 1975 y que es uno de los más duros de su ala militar, haya grabado un spot anunciándole al mundo que Correa le debe mucho. ¿O será que el Mono Jojoy trabajaba para la CIA?

La orquesta no para de tocar. La fiesta es, como la de Peter Sellers, inolvidable. E interminable también.

Fuente: Diario La Primera. Domingo 19 de julio del 2009.

viernes, 17 de julio de 2009

Historia política peruana: Los gabinetes ministeriales.

Valentìn Paniagua: ministro peruano màs joven del siglo XX.


CRÓNICA. HISTORIAS DE FAJINES

Es tiempo de juramentos

Ayer asumió un nuevo gabinete. Aprovechando el hecho, hacemos un repaso con anécdotas y datos sobre algunos de los equipos ministeriales que ha tenido el país

Martín León Espinosa (Periodista)

Luego de días de misterios y adivinanzas, ayer Javier Velásquez Quesquén asumió el cargo de presidente del Consejo de Ministros, lo que constituye su debut en un gabinete. En momentos de nombramientos y expectativas, es bueno recordar que en cuestión de cubileteos ministeriales quizás cambien las formas, aunque no mucho el fondo.

Javier Silva Ruete, uno de los personajes que ha estado en variopintos gabinetes, hizo su primer ingreso al Ejecutivo hace 44 años.

Según él mismo recuerda, para esa ocasión un amigo que ya había sido ministro le prestó su fajín pues entonces eran difíciles de conseguir. Dice que al final ni siquiera lo usó porque, minutos antes de que comience la ceremonia, sus compañeros de la Juventud de la Democracia Cristiana le regalaron uno, el mismo que utilizó hasta la sexta ocasión en que juró como ministro, el 28 de agosto del 2003.

“Durante el gobierno de Toledo me hacían la broma de que juraba con un fajín de ministro español porque el mío ya no era rojo y blanco, sino rojo y amarillo”, cuenta entre risas.

Silva Ruete se retiró de la política, pero ya es parte de su historia. Fue ministro con cuatro presidentes: Fernando Belaunde, Francisco Morales Bermúdez, Valentín Paniagua y Alejandro Toledo (con los últimos tres ejerció como titular de Economía). En su momento, llegó a ser el ministro más joven de la historia, ya que asumió la cartera de Agricultura a los 29 años y cinco meses, durante el primer gobierno de Belaunde Terry. Un año después, fue superado por Valentín Paniagua, quien fue ministro de Justicia a los 28 años y nueve meses, un registro aún no superado.

LOS PRIMEROS AÑOS

El primero en asumir un ministerio en el Perú juró antes de que se proclamara la independencia. Designado por José de San Martín, Juan García del Río —quien además era colombiano— fue designado titular de Relaciones Exteriores el 12 de febrero de 1821. Desde entonces, cientos han pasado por los diferentes ministerios.

Si bien no es imposible hacer un cálculo de cuántos ministros ha tenido el país, es una tarea bastante complicada. El historiador y profesor de la Universidad Católica Juan Luis Orrego explica que un problema para hacerlo es el contexto político del siglo XIX, en el que hubo muchos gobiernos paralelos. “Incluso, cuando Simón Bolívar gobernó el país, abolió todos los ministerios y solo dejó como secretario general a un hombre de su confianza, José Faustino Sánchez Carrión, una especie de super ministro”.

Eso sí, hubo casos excepcionales, como el llamado “Gabinete de los talentos”, que Mariano Ignacio Prado formó en 1866 con destacados intelectuales como Manuel Pardo y Lavalle (ministro de Hacienda y que luego fue presidente de la República) o José Gálvez (titular de Guerra y Marina y quien murió en el Combate del 2 de Mayo, el único ministro que falleció mientras ejercía su cargo).

Orrego agrega que la situación se comienza a estabilizar tras la Guerra del Pacífico, durante la Reconstrucción Nacional.

LA ERA DE LA PCM

Los ministerios comenzaron a multiplicarse en el siglo XX, sobre todo a partir del oncenio de Augusto B. Leguía, cuando las funciones del Estado aumentaron considerablemente.

Actualmente son 16 ministerios más la Presidencia del Consejo de Ministros, que nació en 1944. El primero en asumir el cargo fue Manuel García Sánchez. Desde su período hasta el que acaba de iniciar Velásquez Quesquén ha habido 58 “primeros ministros”.

Algunos gabinetes tuvieron una vida efímera. El de Miguel Mujica Gallo fue el más fugaz. Su equipo juró la noche del 2 de octubre de 1968. Pero la madrugada del día siguiente el presidente Belaunde fue derrocado por Juan Velasco Alvarado. Años después, un sarcástico Mujica Gallo diría que su gabinete fue el mejor de la historia del Perú porque “no hizo nada mal”. Al contrario, Manuel Ulloa fue el que más tiempo estuvo como primer ministro (dos años y cinco meses), en el segundo gobierno de Belaunde. De no ser por el escándalo de los “petroaudios”, Jorge del Castillo pudo haber roto ese récord, pero dejó el cargo luego de dos años y tres meses.

El primer gabinete liderado por una mujer llegó en el 2003 con Beatriz Merino, un caso que no se ha repetido. Mujeres a cargo de ministerios hay desde el primer gobierno de García, en el que Ilda Urízar y Mercedes Cabanillas asumieron las carteras de Salud y Educación, respectivamente. Ambas juraron el 29 de junio de 1987, aunque Urízar lo hizo minutos antes.

LAS ÚLTIMAS DÉCADAS

Tanto en el segundo gobierno de Belaunde como en el primero de García, el número de ministros miembros de partidos de Gobierno era muy alto y casi no había independientes.

“La figura cambió en la época de Alberto Fujimori. Él llegó al poder prácticamente sin partido, por lo que tuvo que reclutar a personas independientes o cercanas a otras agrupaciones. Algo parecido sucedió con Toledo, con la diferencia de que mezclaba partidarios con independientes”, sostiene el analista político Fernando Tuesta.

La población siempre ha visto con buenos ojos a los independientes dentro de un gabinete, aunque el que acaba de asumir inclina la balanza hacia el partido de la estrella.

PARA RECORDAR

Ministerios en números
La posta
Luego de crear el Ministerio de Relaciones Exteriores, San Martín formó los de Hacienda y de Marina y Guerra.

Mayor número
Además de ser el ministerio más antiguo del Perú, el de RR.EE. es el que más titulares ha tenido: 351 en 114 gobiernos.

Por decenas
El mayor número de ministros en un solo gobierno también se dio en el RR.EE. Durante el mandato de Manuel Odría (1950-56) hubo 34 cancilleres.

Cambio constante
Hasta antes de que Velasco le diera el golpe de Estado a Belaunde, en 1968, este último juró a siete gabinetes.

Fuente: Diario El Comercio. Domingo 12 de julio del 2009.

jueves, 16 de julio de 2009

Historia de la Rebelión Aprista de Trujillo (1932)

Bandera aprista

El cuartel O Donovan

Antonio Zapata (Historiador)

En la historia republicana, el hecho más parecido a la matanza de los policías en Bagua es la masacre del cuartel O Donovan, durante la revolución aprista de 1932. En ninguna otra ocasión, las fuerzas del orden han perdido tantas vidas juntas; además, en ambos casos, los asesinados estaban rendidos. Ni siquiera en época de Sendero Luminoso se registra una operación en la que hayan perecido tantos uniformados a la vez.

En el caso de Trujillo, la revolución aprista había capturado el cuartel y la ciudad. A continuación, la dirigencia revolucionaria asumió el control y encerró a los oficiales derrotados en la cárcel de Trujillo. Prefecto de la revolución fue nombrado el mismo hermano de Víctor Raúl Haya de la Torre, Agustín, conocido como Cucho. En el asalto al cuartel fue ultimado el jefe militar de la revolución, el búfalo Manuel Barreto, quien fue de filiación anarquista en su juventud y había abrazado el aprismo con singular devoción.
Por su parte, el ejército encargado de reponer el orden fue enviado por Sánchez Cerro con instrucciones estrictas de no parlamentar. Los esfuerzos de los revolucionarios apristas por dialogar no fueron escuchados. La ciudad fue cercada a sangre y fuego.

En esas circunstancias, el núcleo dirigente optó por retirarse de Trujillo. Fueron en busca de salvar la lucha expandiendo la revolución a otras provincias. Se dirigieron a Cajamarca y estuvieron detrás de una intentona en Huaraz. Pero perdieron y tuvieron que huir individualmente. Así, Cucho Haya salvó la vida escondido en una hacienda hasta la amnistía de 1933.

Mientras tanto, al día siguiente que la ciudad quedó sin autoridades, se perpetró una horrible matanza en la cárcel de Trujillo. Fueron fusilados 26 integrantes del ejército y la policía, incluyendo al jefe del cuartel y al comisario. Se dispararon 400 tiros y los cuerpos quedaron muy desfigurados. Circularon versiones, que se probaron falsas, de torturas y de ensañamiento con los cadáveres.

Por su parte, la noche anterior, la aviación había bombardeado Trujillo. El cerco militar se estrechaba, mientras que los rebeldes carecían de esperanzas y de líderes. Nunca se supo realmente quién los mató. El gobierno acusó al APRA, pero parece evidente que no fue una decisión política de ese partido. La versión aprista sostiene que se trató de una venganza personal perpetrada por ex convictos que habían sido recientemente liberados de prisión.

En lo referente a los policías de la Estación 6 de Bagua, estaban cercados por los aguarunas y habían entregado sus armas. Es más, habían sido relevados por otro contingente policial mientras permanecían como virtuales rehenes. Eran parte de un complejo proceso de negociación y de múltiples pactos de no agresión con los nativos.

Pero, un día el Consejo de Ministros se exasperó ante una negociación que no concluía. La dirigencia nativa era terca y tenía voluntad de pulsear. Entonces, el Ministerio del Interior decidió despejar una carretera tomada por los nativos y montó un operativo que olvidó a los policías presos en la Estación 6.

El resto es una historia trágica y conocida. Al enterarse los aguarunas de que fuerzas policiales estaban despejando la carretera a sangre y fuego, y que sus hermanos estaban cayendo, asesinaron cruelmente a los policías que tenían bajo su control.

Ahí terminan las semejanzas y se halla multitud de diferencias. La más saltante es el cambio de posición relativa del PAP. Ayer fueron los rebeldes acusados de haber asesinado uniformados; ahora son el gobierno al que servían los policías víctimas. Ayer fueron acusados de intentar asaltar el Estado; hoy son sus representantes y sostienen hallarse ante una conspiración extranjera.

No debería llamarnos la atención este giro. El APRA tiene una larga historia y ha pasado por diversas situaciones. Como Haya de la Torre fundamentó el relativismo del espacio tiempo histórico, condujo a su partido de modo pragmático, desarrollando líneas distintas, adecuadas a cada ocasión.

Ese espíritu ha continuado presente bajo el liderazgo de García y ha conducido a esta aparente paradoja. Pero, es una situación simple que corresponde a quien vive mucho y muta con regularidad. Como consecuencia, se coloca en posiciones opuestas, que solo parecen difíciles de entender a quienes prefieren seguir una línea recta.

Fuente: Diario La República. Miércoles 01 de julio del 2009.

martes, 14 de julio de 2009

Honduras. Reseña histórica.

Honduras: una hermana poco conocida

Guillermo Giacosa (Periodista)

Honduras tiene poco más de 100 mil km 2 de superficie y casi ocho millones de habitantes. Hace parte del mercado de libre comercio con Centroamérica, República Dominica y EE.UU., y cada año recibe un importante flujo de dinero de los hondureños que trabajan en el exterior (en 2006: 2,359 millones de dólares). Esa cifra se ha visto alterada por la crisis actual. También es miembro del ALBA y de Petrocaribe.

Según la ONU, de cada 100 hogares hondureños, 62 carecen de ingresos suficientes para cubrir sus necesidades. A fines de 2007, el Gobierno decretó un aumento del 9.7% en el salario mínimo para los trabajadores que, en promedio, es de 181 dólares mensuales. Sin embargo, el precio de la canasta básica en junio de 2008 era de 365 dólares. Históricamente pertenece, junto con Guatemala y Costa Rica, a lo que en algún tiempo se dio en llamar, peyorativamente, repúblicas bananeras. Dos compañías fruteras estadounidenses, la United Fruit Company y la Cuyamel Fruit Company, exportaban banano producido en Honduras y competían entre sí, no solo en este rubro, sino en la conquista del poder político al interior del país.

La United Fruit se apoyaba, aunque resulte contradictorio, en los nacionalistas, y la Cuyamel, en los liberales. En 1924, Honduras era el primer exportador de banano en el mundo, pero sus grandes ganancias eran totalmente usufructuadas por la United Fruit. Los enfrentamientos entre las empresas estadounidenses y un intento de alterar esta injusta repartición de los ingresos determinó la intervención de los marines (1924) para asegurar el negocio de sus mandantes. Estas pugnas culminarían en 1929, cuando la United Fruit compró a Cuyamel y terminó transformándose en la mayor propietaria del país. O, mejor dicho, casi en la propietaria del país. Luego de un periodo relativamente democrático, el país fue gobernado por el general Tiburcio Carías con total apoyo de la industria bananera. Ejerció brutal represión, acumuló poderes y mandó en el país de 1933 a 1949.

Luego de otro periodo democrático, con tibios intentos de iniciar una reforma agraria, los sectores de poder, con apoyo de EE.UU., entronizaron a otro militar (López Arellano), quien gobernó nueve años hasta ser destituido por aceptar sobornos de la compañía sucesora de la United Fruit (United Brands). La década del 80 coincidió con una nueva Constitución, un tiempo de persecución política a la izquierda y una propuesta para que Honduras adopte un estatus similar al que Puerto Rico tiene con EE.UU. En la década del 90, un gobierno 'nacionalista’ puso en marcha las reformas neoliberales que tuvieron como resultado abultados déficits comercial y fiscal. El descontento llevó a un nuevo gobierno, 'liberal’ en este caso, que terminó peor que su antecesor. Manuel Zelaya (57) pertenece al Partido Liberal, asumió la Presidencia en 2005 y, a mitad de su periodo, contrariando a miembros de su partido, dio un giro inesperado en la política nacional al anunciar que su gobierno sería de tendencia izquierdista y socialista.

Fuente: Diario Perú 21. Miércoles 01 de julio del 2009.

domingo, 12 de julio de 2009

Mario Bunge y la crítica al posmodernismo.

"Somos víctimas de una mala filosofía política"

Mario Bunge. Es una de las voces más lúcidas y polémicas de la filosofía latinoamericana. A su paso por Lima conversó con “El Dominical” sobre la crisis del capitalismo, las seudociencias, los posmodernos y la ligereza de los intelectuales latinoamericanos.

Jorge Paredes (Polígrafo)

“Hablan en difícil porque no tienen nada que decir”, afirma Mario Bunge (Buenos Aires, 1919) sobre los defensores de la llamada posmodernidad. El filósofo y físico argentino no escatima adjetivos al referirse a quienes se han alejado de la ciencia racional para construir teorías basadas en la especulación y en lo que él denomina las seudociencias. Es autor de una treintena de libros entre los que destacan su enorme “Tratado de filosofía” (siete tomos) y “La ciencia y su método”, un pequeño volumen que no ha dejado de reimprimirse desde su aparición en los años sesenta.

(* * *)

¿Por qué en nuestros países, donde se necesita tanto del desarrollo científico, se le da tan poca importancia a la investigación?

Es culpa de los intelectuales que no han sido capaces de entender que la ciencia y la técnica son el motor de la civilización moderna. Si lo entendieran, empujarían a los gobiernos para que se ocupen de ello. En nuestros países casi todos los intelectuales se ocupan de cualquier cosa menos de ciencia y técnica. Los científicos no suelen interesarse por la política, lo que es un error pues tendrían que actuar en ese terreno para exigir que los gobiernos inviertan más en ciencia, en educación y en salud.

En una entrevista dijo que la filosofía estaba muy enferma, herida de muerte. ¿Es tan crítica la situación de la filosofía contemporánea?
Yo creo que la filosofía se ha estancado. En los últimos años no ha abordado problemas importantes sino problemas secundarios, y muchas veces seudoproblemas. Muchos filósofos se preguntan, por ejemplo, cómo sería una Tierra sin agua o qué significa ser un murciélago.

¿Por qué no ocuparnos mejor de cómo piensa y siente la gente? Para eso hay que informarse sobre las neurociencias que estudian el órgano de la mente que es el cerebro; pero la mayor parte de filósofos se niega a aprender esto. No creo que la filosofía vaya a morir o desaparecer, pero sí está muy enferma. Una buena infusión de ciencia del siglo XXI le vendría muy bien.

En ese sentido es un entusiasta defensor de las neurociencias. ¿Qué avances tenemos en este campo?

Estamos viviendo la década del cerebro. Se está avanzando muchísimo, pero todavía se ignora bastante. No sabemos exactamente cuáles son las partes del cerebro conscientes de sí mismas; pero se acaba de descubrir que dar brinda mayor placer que recibir, y que es el mismo tipo de placer que sentimos al comer algo sabroso. Se ha descubierto también que la desigualdad es mucho más nociva que la pobreza. La desigualdad causa estrés y este, a su vez, origina una superproducción de sustancias nocivas que destruyen el cerebro. En los países más equitativos las personas son más longevas. Los costarricenses y los cubanos viven bastante más que los norteamericanos. Ganan muchísimo menos, son mucho más pobres, pero viven más porque son más igualitarios.

¿Por qué los filósofos se han alejado de la ciencia? ¿Cuándo empezó esto?

Yo creo que empezó como una reacción contra el Siglo de las Luces. Empezó con gente como Hegel, al comienzo del siglo XIX, como una reacción contra el modernismo, contra el cientificismo y el materialismo. Vinieron todas esas fantasías idealistas de Hegel y en el siglo pasado aparecieron Edmund Husserl, Martín Heidegger y demás charlatanes que escribían de manera tal que era imposible entenderles. De esta manera ocultaban que no decían nada.

Cuando Heidegger dice que la esencia del ser es “el yo mismo”, ¿qué significa? Absolutamente nada. Pero como lo dice un profesor alemán entonces los latinoamericanos y los franceses dicen “oh, que sabiduría”, sin darse cuenta de que lo dice en difícil porque no tiene nada que decir.

Se refiere a filósofos que han gestado el pensamiento posmoderno…
No han aportado ningún conocimiento porque justamente niegan la ciencia, la racionalidad, la lógica, y cuando usted niega eso se vuelve un cuadrúpedo. Cuando no se reconoce que el cerebro es capaz de entender, de conocer; cuando se dice que todo es misterioso se está negando la modernidad.

Es peor que volver a la Edad Media. Porque en la Edad Media hubo filósofos y teólogos que por lo menos discutieron racionalmente. Santo Tomás de Aquino no descubrió nada pero nos enseñó a discutir. Dijo, cuando se discute con un creyente se le exhibe las Escrituras para convencerlo, pero cuando se discute con un incrédulo las Escrituras no sirven, así que no queda más que razonar con él.

(* * *)

El capitalismo vive una de sus mayores crisis desde 1929. Usted ha hablado de un modelo de sociedad llamado “tecno-holo-democracia”. ¿Qué significa esto?

Occidente es víctima de una mala filosofía política, el neoliberalismo, según la cual las empresas deben tener total libertad. Y ya se sabe que el capitalismo es suicida y por eso necesita controles. Los críticos del capitalismo, sin embargo, no ofrecen ninguna alternativa creíble. Los socialistas están paralizados y no tienen nuevas ideas. Los marxistas siguen repitiendo los mismos conceptos del siglo XIX. Yo sostengo que en el futuro tendría que haber una democracia integral, no limitada a lo político, sino extendida hacia lo económico y lo cultural. Esa sociedad futura, además de buenas ideas, necesita técnica, porque el gobierno no debe estar en manos de aficionados. Y la democracia económica se alcanzará a través de las cooperativas, que son empresas que actúan en el mercado pero bajo la propiedad y la administración de sus trabajadores, con la colaboración de especialistas. Un modelo de cooperativa exitosa es la vasca Mondragón: tiene su propio banco, su propia universidad y cien empresas diversificadas, ninguna de ellas ha quebrado y la gente trabaja a gusto porque lo hace para sí misma.

¿Y la ética calvinista que impulsó el capitalismo?

Eso ya se acabó. Según Max Weber la ética calvinista era muy cuidadosa con el dinero, no especulaba. El capitalismo de los últimos treinta años, especialmente en Estados Unidos, ha sido el capitalismo del casino, de las especulaciones y los préstamos. Enron, corporación amiga de la familia Bush, era solo un cascarón. Bernard Madoff durante 30 años estafó por más de 50 mil millones de dólares tanto a gente rica como a 35 cajas de jubilación de sindicatos. Lo hizo porque nadie lo controló, porque el gobierno de Reagan eliminó la mayoría de controles y Clinton terminó con los que quedaban. Demócratas y republicanos son igual de culpables en esta crisis.

Receta para llegar a los 90 años

“No leer a los posmodernos, no fumar, no beber alcohol y no hacer demasiado deporte. Mantener ágil el cerebro. Si uno deja de aprender, el cerebro deja de funcionar”.

Sus libros en Lima

Después de veinte años la obra mayor de Bunge, “Tratado de filosofía” (en ocho tomos) llega a los lectores de habla castellana, bajo el sello de la editorial Gedisa. Es un proyecto ambicioso, que aborda lo que Bunge considera el núcleo de la filosofía contemporánea: la semántica, la ontología, la gnoseología y la ética. Otros títulos disponibles son “A la caza de la realidad” y “Crisis y reconstrucción de la filosofía”.

Fuente: Diario El Comercio. Domingo 12 de julio del 2009.

jueves, 9 de julio de 2009

Historia del Apóstol San Pablo.

Apóstol de las gentes

El año de San Pablo. Los grandes hombres que influyen en la historia poseen alguna característica genial y distinta que marca su pensamiento y su actividad creadora y, por consiguiente, expresa su identidad. Para Pablo, ese sello indeleble es ser apóstol de Jesucristo. Mañana culmina el Año Paulista

Por: Luis Ferroggiaro*

Cuando pensamos en San Pablo quizá nos venga a la mente la imagen del furibundo perseguidor de cristianos que repentinamente se convierte en fervoroso seguidor del Evangelio. Se trata del famoso episodio del “camino de Damasco”, objeto de inspiración de tantos grandes artistas, como Miguel Ángel, Murillo o Caravaggio, para mencionar solo a algunos. Pablo es un converso. De fariseo radical a ferviente anunciador del Evangelio, de implacable cazador de cristianos a columna de la Iglesia. El encuentro con Jesús selló su vida para siempre y configuró todo su ser al punto de decir: “Para mí, vivir es Cristo”.

Encuentro con la verdad

El apostolado de Pablo no es fruto de una iniciativa personal, ambición humana o de un proyecto personal. No nace de una búsqueda intelectual ni de una exploración espiritual, tampoco de la fascinación por un discurso convincente o una ideología fascinante. El apostolado paulino brota de su encuentro personal con Cristo Resucitado. El evangelista Lucas lo describe en el Libro de los Hechos de los Apóstoles como el encuentro con “una luz venida del cielo”. Quizás no halló mejores palabras para lo que significa encontrarse con Jesucristo vivo: una luz radiante que ilumina la propia vida y nos hace ver la realidad como la ve Dios, en toda su hondura y profundidad.

Mensaje universal

A partir de entonces, Pablo no duda en definirse como apóstol pese a no haber sido parte de los “doce”. Un apóstol es, ante todo, un testigo, es uno que “ha visto” a Jesús, que se ha encontrado con Él, un testigo de la Resurrección. Apóstol, en griego, significa “enviado”. El apóstol ha recibido una misión de la que no es dueño sino embajador y servidor. Entendió la misión a él encomendada de forma universal. La Buena Noticia no era para un grupo reducido de personas, no era un mensaje para un ghetto ni para una aristocracia espiritual. Cristo Resucitado es la primicia de la vida nueva para todos los hombres y mujeres de todos los tiempos y culturas. Esa conciencia universal lo llevó a emprender viajes evangelizadores formidables no exentos de peligros, privaciones, incomprensiones y sufrimientos. Desde Antioquía, recorrió Chipre, Pisidia, Licaonia, Galacia, en el Asia Menor, Macedonia, Grecia y Roma en Europa. Fundó fecundas comunidades de vida cristiana, llevando el Evangelio del Señor Jesús a los pueblos “gentiles” es decir, ajenos al judaísmo.

Esa experiencia evangelizadora encontraba su motivación primordial en el amor apasionado a Dios y a los hombres. Su apostolado puede definirse como sobreabundancia de amor. “El amor de Cristo nos apremia”, escribirá a los cristianos de Corinto. No podía ser de otra manera pues solo el amor llena de significado la vida humana. Es el amor de Dios lo que da sentido a todo en su vida: “Si no tengo amor, no soy nada”. Ese amor a Dios lo vive en el servicio incondicional: “testigo me es Dios de cuánto los quiero en el corazón de Cristo Jesús y lo que pido en la oración es que su amor siga creciendo más”, escribe a los cristianos de Filipos.

Estas características fundamentales del apostolado paulino evidencian la real dimensión del apostolado cristiano. El Concilio Vaticano II recordaba e insistía que todo bautizado, en virtud de ese don recibido, está llamado a ser apóstol. Anunciar a Jesús, dar testimonio de él con toda la vida, forma parte esencial de la identidad de un cristiano. La fisonomía evangelizadora de San Pablo es estímulo y fuente inspiradora para quien busca asumir coherentemente su propio llamado a ser testigo de la Resurrección del Señor Jesús en el mundo de hoy.

Hombre de tres culturas

Hebreo de raza, de lengua griega, ciudadano romano, con razón ha sido llamado “hombre de tres culturas”. De ahí su triple nombre: Saúl en hebreo, Saulos en griego, Paulus en latín. Nació en Tarso, Cilicia, (actual Turquía), hacia el año 8, según el parecer prácticamente unánime de los estudiosos. Perteneció a la tribu de Benjamín y por familia y tradición era fariseo. Hacia los 13 años se trasladó a Jerusalén donde fue discípulo del rabino Gamaliel, y formado por él en el más observante fariseísmo. Hombre profundamente religioso y celoso seguidor de la Ley Mosaica, veía en los cristianos una secta peligrosa y amenazadora de la pureza judaica. Según su propio testimonio, fue perseguidor de la Iglesia de Cristo y estuvo presente en el martirio de Esteban. Hacia el año 33 un acontecimiento formidable cambiaría su vida para siempre: el encuentro con Cristo Resucitado, camino de Damasco. Emprendió tres viajes misioneros, fundó comunidades en Asia menor y Europa. Escribió trece cartas inspiradas por el Espíritu Santo. Hacia el año 67, sufrió el martirio en Roma, bajo Nerón. Después de Jesucristo, es el personaje del cristianismo primitivo de quien más información se tiene.

[*] Sacerdote sodálite

Fuente: Diario El Comercio. Domingo 28 de junio del 2009.

martes, 7 de julio de 2009

La renovación de los partidos tradicionales y el problema de los liderazgos personalistas no institucionalizados.

Foto: Los últimos días de Haya de la Torre. Editora Matices. Wilbert Bendezú, 2009.

¿Renovación partidaria?

Martín Tanaka (Politólogo)

En los últimos días se realizaron elecciones internas en dos de nuestros partidos “históricos”, el Partido Aprista Peruano, fundado en 1930, y Acción Popular, en 1956. El PAP inició el proceso de elección de secretarios regionales y distritales que terminará con la elección de Secretario General, y AP acaba de elegir a su nuevo presidente, Javier Alva Orlandini, quien reemplazará al congresista Víctor Andrés García Belaunde. Los partidos están muy desprestigiados, se les percibe como espacios cerrados y excluyentes, por ello son muy importantes estos ejercicios de democracia interna, que deberían darse en todos los grupos políticos.

Partidos con tradición como el PAP y AP enfrentaron grandes desafíos a lo largo de su historia, y los lograron sortear con relativo éxito, lo que les permitió a ambos llegar en dos ocasiones a la presidencia mediante el voto popular. El PAP nació dando representación a nuevos sectores de trabajadores y populares en general hasta ese momento excluidos de un orden oligárquico. AP nació dando representación a nuevos sectores populares y medios resultado de la modernización del país ocurrida en la década del 50, y que no hallaban un espacio en medio del enfrentamiento entre el APRA y la oligarquía.

Estos partidos lograron además superar el más grande desafío organizacional más allá de la permanencia: sobrevivir al retiro o desaparición de su líder fundador, aunque no sin dificultades. El PAP sobrevivió a la muerte de Haya de la Torre a los 84 años en 1979, pero encumbrando a Alan García, quien funciona como una suerte de nuevo líder máximo, sin que haya una dinámica más plural dentro del partido. En AP, Fernando Belaunde recién dejó la presidencia del partido en 2001, a los 89 años, a Valentín Paniagua, quien por una serie de circunstancias excepcionales terminó siendo presidente transitorio entre noviembre de 2000 y julio de 2001. Su buena gestión podría haber ayudado a reactivar al partido, sin embargo Paniagua falleció en 2006, y el problema del liderazgo aún no ha sido resuelto. No es una buena señal que el nuevo presidente del partido sea Javier Alva Orlandini, de 82 años. No suena creíble que él será capaz de renovar y modernizar el partido.

La renovación de los partidos tradicionales enfrenta una paradoja: si bien los ciudadanos proclaman querer caras nuevas, en realidad no les prestan mucha atención a las desconocidas, por lo que las viejas se mantienen; y critican a los partidos por no ser democráticos, pero apoyan liderazgos personalistas no institucionalizados. En este cuadro, lo ideal sería que las caras viejas se dediquen a promover figuras nuevas, no a sustituirlas. Cabe destacar aquí el ejemplo de Luis Bedoya en el PPC, quien desde finales de los años 80 promovió nuevos liderazgos, hoy representados en la generación de Lourdes Flores, que superó las marcas electorales de los fundadores. Ese tipo de actitud es la que uno extraña en AP, así como en los partidos de izquierda.

Fuente: Diario La República. Martes 02 de junio del 2009.

domingo, 5 de julio de 2009

El Periodismo como el Arte de ser éticos.

La prensa y los valores*

César Hildebrandt (Periodista)

¿Es el periodismo una ciencia? ¿Existen las ciencias de la comunicación?

Creo firmemente que no.

Entonces, ¿es que el periodismo es un arte de bohemios trashumantes, un oficio que linda con el repentismo, la inspiración y muchas veces el alcohol?

Creo enérgicamente que tampoco.

Ni ciencia exacta ni oficio de cachueleros, el periodismo es un arte y una ética. Es el arte de ser éticos. Es también un modo de vivir y una manera de entender la relación que hay entre belleza y verdad. Y es una manera de percibir que la mayor obra del arte humano es la justicia.

Sí. Porque la justicia es bella y la injusticia contrahecha. Y la verdad es lozana y la mentira supura, de igual modo que la cultura acoge lo mejor de nosotros y la barbarie demanda nuestros más primitivos apetitos.

¿Por qué vengo a esta sala a hablarles de estos asuntos, al parecer tan lejanos del menester periodístico?

Porque siempre he creído que la prensa que no piensa en sus raíces ni en el linaje de sus valores está destinada a ser no sólo efímera sino intrascendente.

¿Valores? ¿Tiene algún sentido hablar de valores en un mundo que casi se jacta de no tenerlos?

Pues tiene más sentido que nunca.

Porque si la prensa se suma a ese pragmatismo sin escrúpulos que a nadie rinde cuenta, perderá toda importancia y será al final lo que muchos quieren que sea: el espectáculo del entretenimiento y el entretenimiento del espectáculo.

La crisis mundial que atravesamos ha estallado precisamente por la derrota de los valores y el éxito, socialmente estimulado, de la codicia y el cinismo.

Lo que muchos no quieren admitir es que Wall Street cayó después de la caída de aquellos valores que hicieron posibles las revoluciones industrial, tecnológica e informática.

Antes que Citigroup se desplomara, la codicia le había ganado el pulso a la mesura. Antes que la General Motors mendigara cientos de miles de millones de dólares, la usura se había declarado mandataria global. Y mucho antes de que Bernard Maddoff estafara por miles de millones, la especulación se había impuesto a la creación de riqueza y el frenesí del dinero fácil había derrotado a la ética del bien común.

De modo que la crisis que hoy empobrece a todos es, primero y fundamentalmente, una crisis de la ética, una colosal derrota de aquellos valores que la mayoría ni nombra ni aprecia y que son, sin embargo, aquellos que permitieron buena parte de la civilización a la que pertenecemos.

Esos valores se pueden abreviar en uno solo. Y ese valor es el de la empatía, piedra de toque de la vida en común, esencia de la tolerancia. La empatía es, como todos ustedes saben, la capacidad de pensar en el otro, la generosidad de imaginar sus afectos, sus intereses y sus necesidades.

Dejamos de ser simios el día en que la empatía se instaló entre nosotros. Abandonamos el canibalismo, la horda sanguinaria, la tribu endogámica cuando adquirimos el valor de la empatía.

Pues bien, vivimos actualmente en un mundo en el que el sistema de las corporaciones y la lógica de la ganancia a cualquier costo han hecho todo lo posible por desterrar la empatía y por devolvernos a la atmósfera primitiva del egoísmo entendido como religión y emparentado, si fuera necesario, con el crimen.

Estos ladrones que fungían de banqueros, estos financistas que en realidad eran asaltantes, estos ejecutivos que escondían su identidad parásita, estos petroleros que quieren comprar selvas para anegarlas de tóxicos, estos mineros que apetecen tanto los bosques peruanos como las tundras de Alaska, todo este ejército de depredadores, ¿qué tienen en común?

Tienen en común haber borrado la palabra empatía de su vocabulario. Y tienen en común haber lanzado por la borda, como si fuera lastre, la delicadeza de sentirse parte de la humanidad e inquilino fugaz de este raro planeta.

El actual es un sistema internacional que necesita la abolición de los más elementales valores comunitarios. Mientras más aislados nos sintamos, mejor para el sistema. Mientras menos prójimos nos sintamos, más regocijo para quienes gobiernan el mundo. Mientras más anacrónica nos parezca la palabra ética, mejor para ellos. Mientras más ridículos nos sintamos si hablamos de valores, el triunfo es sólo de ellos.

De modo que no nos dejemos engañar. Esta crisis no es de hipotecas basura ni de Estados laxos que no regularon y ni siquiera de un exceso en las expectativas del crecimiento. Esta crisis es ética y fue labrada por el cinismo triunfante. Es el fin de la historia no en la versión de Francis Fukuyama sino en la de Eliot Ness en el Chicago de los 30.

Ahora bien, si esta crisis global, que duplicará el número de pobres, viene del descrédito de la virtud y de la buena reputación del egoísmo, ¿qué papel ha jugado la prensa en todo este fenómeno?

Es triste decirlo, pero la prensa, en general, ha sido el furgón de cola de este tren que terminó en el abismo.

¿Cuántos grandes periódicos del mundo censuraron la reinstauración del capitalismo salvaje impuesto por la señora Thatcher y el señor Reagan, dos viejos sirvientes del conservadurismo armado y homicida?

¿Cuántos periodistas de fama internacional le dijeron al público que ese capitalismo salvaje lo que quería era, precisamente, abolir toda ética social y entronizar los antivalores que ayudaran a acabar con los sindicatos y la resistencia?

Y cuando el cinismo dejó de ser sólo un proyecto exitoso que destruyó el Estado del bienestar y se convirtió en la guerra farsante que asoló Irak y hoy demuele Afganistán, ¿cuántos periodistas de renombre mundial nos dijeron que en Irak no había armas de destrucción masiva o que en Afganistán el cultivo de amapolas creció desde su ocupación por tropas extranjeras?

¿Y cuántos diarios o televisiones del Perú nos dijeron que el fraude delictivo de la empresa estadounidense Enron se debió a que sus auditores –los señores de Arthur Andersen- encubrían las fechorías contables que debían denunciar?

¿Qué periódico nacional nos advirtió que la crisis que padecemos iba a ser la más importante después de la de 1929? Para ser menos exigente: ¿qué periódico nos dijo que venía una crisis?

¿Lo sabían y se callaron para no “desestabilizar el sistema”? ¿O no lo sabían y entonces renunciaron al deber periodístico de obtener información privilegiada y anticipar eventos en nombre del interés público?

¿Cuántos periodistas protestaron cuando el Estado, que no tiene para pagarle sueldos decorosos a los maestros, corrió a salvar a los bancos Latino o Wiese? Sólo en el salvataje del banco Latino se invirtió la suma de 300 millones de dólares.

¿Quiénes levantaron la voz cuando el Estado peruano, representado por el ciudadano estadounidense Pedro Kuczynski, auxilió al quebrado banco Wiese con un aval de 180 millones de dólares?

Hago estas preguntas para intentar explicarles cuán urgente es, desde mi modesto punto de vista, hablar de valores. Y cuán urgente es que los periodistas jóvenes entiendan que hablar de valores no sólo no es anticuado: es futurista.

Porque el mundo de mañana tendrá que ser distinto, profundamente distinto. Y lo será también en la medida en que los periodistas jóvenes asuman su tarea pensando en el bien común, en la amplitud de los afectos, en la gracia de la empatía, en el retorno a esos valores del humanismo que nos dirigen a la cultura y a la paz.

No teman hablar de valores. No se dejen arrinconar por aquellos que les ofrecen la obediencia del pragmatismo. La objetividad –créanme- es un invento de la banca suiza. No podemos ser neutrales ante la destrucción del planeta y el asesinato espiritual de sus habitantes. Un periodismo que prescinda de la ética funcionará como mayordomía de los grandes poderes del dinero. Y un periodista que no sienta, aunque suene presuntuoso, que puede contribuir con algo a mejorar al mundo ya no será periodista sino notario –con el respeto que los notarios se merecen-.

El dilema está planteado: o socios de la humanidad y del planeta para cambiar las cosas o militantes de la resignación. Creo estar seguro de cuál va a ser vuestra elección y eso me reconforta. Buenas noches y muchas gracias.

(*) Palabras pronunciadas ayer durante la entrega de un doctorado honoris causa por la Universidad de Chiclayo.

Fuente: Diario La Primera. Jueves 02 de julio del 2009.