sábado, 13 de septiembre de 2008

HISTORIA DEL BRASIL DECIMONÓNICO.

VARGAS LLOSA Y LA GUERRA DEL FIN DEL MUNDO

Juan Luis Orrego Penagos
Pontificia Universidad Católica del Perú

Hablar de La guerra del fin del mundo es sumergirnos en uno de los momentos más simbólicos de la historia del Brasil: el tránsito de la Monarquía a la República. Un país que se debatía en dos grandes causas: el abolicionismo y el republicanismo. En efecto, una de las tareas de la República fue emancipar a los esclavos en una sociedad donde Río de Janeiro, por ejemplo, tenía más esclavos que la Roma imperial. Convertir a esa masa humana, sin empleo ni instrucción, en ciudadanos era el objetivo central. En otras palabras, se trataba de transformar una sociedad y un sistema económico jerárquicos, basado en la esclavitud, en un estado-nación moderno definido por el territorio, con una constitución escrita y con ciudadanos iguales ante la ley y conscientes de sus derechos y responsabilidades.

El centro de la novela es un hecho histórico: Canudos era una hacienda abandonada al norte del Estado de Bahía donde, en 1893, se establecieron Antonio Vicente Mendes Maciel, más conocido como Antonio Conselheiro, y sus seguidores. En el corazón del sertao (tierras del interior) surgió una ciudad con una población que osciló entre los 20 mil y 30 mil habitantes. Estos derrotaron a varias expediciones militares enviadas para aplastarlos, a pesar de la desigualdad de fuerzas. En octubre de 1897, finalmente, tras una lucha de varios meses, Canudos fue destruida. Sus defensores, unos 5 mil en la fase apocalíptica de la guerra, murieron en combate o fueron capturados y ejecutados luego.

La "Guerra de Canudos", sin embargo, no fue un movimiento aislado. Pertenece al fascinante escenario del mesianismo brasileño que, entre 1800 y 1936, originó unos 7 movimientos debidamente registrados. Entre ellos podríamos mencionar:

1. El de Silvestre José dos Santos, llamado el Profeta, que estalló en Pernambuco en 1817, en una localidad llamada Rodeador con el propósito de fundar la Ciudad del Paraíso Terrenal. Según el Profeta, allí se produciría el advenimiento del Rey Dom Sebastiao con su ejército. En este lugar dominó a sus seguidores usando códigos y simbolismos católicos hasta 1820, año en que fueron masacrados por el Gobernador del Estado.

2. El segundo mesianismo apareció en vísperas de 1836, también en Pernambuco. Su líder fue otro “peregrino” quien predicaba que Dom Sebastiao estaba a punto de desembarcar y traer una gran riqueza a sus seguidores. De esta manera se creó una comunidad con sus propias leyes; la más polémica de ellas fue la que autorizaba a los hombres tener varias esposas. Las bodas, además, era celebradas por un sacerdote quien decía que el “peregrino”, Joao Ferreira, tenía derecho de pasar la primera noche con la desposada. El 14 de mayo de 1838, Ferreira empezó a realizar sacrificios humanos para “romper el encantamiento” y decapitó a su propio padre, derramando su sangre sobre unas rocas encantadas. Al día siguiente varios miembros de la secta habían muerto y las rocas estaban bañadas con la sangre de 13 niños.

3. El tercer movimiento, y el más grande y complejo de todos, fue el de Canudos. Como las biografías de los anteriores líderes, Conselheiro revela el perfil típico del renunciante. Sus dos matrimonios fueron desafortunados y su segunda esposa lo abandonó por un policía. Conselheiro vagó por el interior de Bahía reparando muros de cementerios e iglesias vestido con túnica, con la típica cabellera y una larga barba. Se creó todo un mito en torno a su vida.

4. Finalmente tenemos el movimiento de Contestado al sur del país, en una zona fronteriza disputada por los estados de Paraná y Santa Catarina. Se inició en 1911 bajo el liderazgo de José María quien murió en los primeros choques y fue proclamado santo por los rebeldes. A diferencia de Canudos, el movimiento no se limitó a un centro concreto, sino que se desplazó por diferentes puntos debido a la presión de las fuerzas militares. La rebelión fue sofocada en 1915, cuando los rebeldes fueron atacados y destruidos por 6 mil soldados del ejército y la policía, ayudados por mil civiles que se unieron a la represión.

Estos movimientos, especialmente los de Canudos y Contestado eran intentos a la vez populistas, heroicos, trágicos y, por qué no decirlo, absurdos de crear una forma alternativa, y fueron lo suficientemente peligrosos como para que tuvieran que ser aplastados brutalmente por las fuerzas militares. Sin embargo, esto no quiere decir que fueron totalmente opuestos a la estructura de poder de los coroneles. Recordemos que Antonio Conselheiro, antes de establecerse en Canudos, había sido miembro practicante del catolicismo, viviendo una vida ascética y nómada. Convocaba gente para construir y reconstruir iglesias. También construyó muros en torno a los cementerios y mostró interés por las pequeñas iglesias parroquiales del interior. También tenemos evidencias que, en esta fase de su vida era visto con buenos ojos por los coroneles, para los cuales sus disciplinadas huestes construyeron carreteras y pequeñas presas. Incluso el propio pueblo de Canudos no era muy diferente al tipo de asentamiento del interior. En él había un cierto grado de diferenciación económica y social, un nivel considerable de comercio con la las zonas circundantes y vínculos religiosos con las parroquias vecinas. En las coyunturas electorales, por último, Canudos era una fuente de votos e influencias.


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