El orden del inca
Los manuscritos de Polo Ondegardo (1544-1575), quien mejor estudió el sistema de administración incaica, han sido editados en nuevo libro.
Ondegardo valoró la administración incaica como una de las más originales en el mundo.
Polo Ondegardo, licenciado, encomendero y corregidor en el Cusco entre 1544 y 1575, fue uno de los españoles que mejor estudió el sistema de administración incaica, con el fin de usar parte de su organización en la administración colonial.
Sus manuscritos referidos al sistema de administración incaica han sido editados por Andrés Chirinos y Martha Zegarra bajo el título “El orden del inca” (editorial Commentarios), en el que se reproducen sus informes destinados a las autoridades, a los que recomienda guardar los fueros indios.
El orden inca, basado en la reciprocidad, explica detalladamente cómo resolvían sus necesidades los antiguos peruanos, en los que la riqueza se distribuía equitativamente desde abajo. Un orden en los que los únicos privilegiados eran la nobleza y los dioses. La riqueza inca se explica por su organización, nos dice Andrés Chirinos.
El orden administrativo que describe Polo parte de los hanan y los hurin, luego vienen los cuatro suyos, y luego el sistema se va repartiendo por unidades decimales de cien, de mil (guaranga) y de diez mil contribuyentes. Fue un sistema de administración que muy pocos han logrado tener en el mundo.
De acuerdo a esa administración, cualquier contribución que viniera para el inca, por ejemplo cien mil fanegas de maíz, era fácil de calcular porque era una repartición proporcional, es decir, de acuerdo al número de habitantes.
La contribución inca se basaba en el trabajo. Las tierras pertenecían a los incas, pero además había chacras para el sol, para las distintas huacas, para mantener a los militares con sus sistemas de depósitos a lo largo del Perú. Y había también tierras comunales, aunque los ganados eran del Estado.
Con sus escritos Polo quería convencer a sus compatriotas de mantener ese sistema administrativo, que querían deshacer el poder de los caciques. De hecho, el virrey Toledo lo hizo y Polo pierde esa gran batalla. “Se decidió que la explotación de las minas sea a lo bruto. Cuando llega Toledo se opta por sacar el máximo sin importar casi nada”, afirma Chirinos.
El libro contiene además seis mapas, de parte de lo que es el Cusco. Polo es autor de la carta de los Ceques, que eran unas líneas que partían desde el templo de Coricancha, hasta el resto del Tahuantinsuyo. Es la descripción del sistema político, administrativo y religioso que gobernó al Perú hasta que un grupo de extranjeros destruyó ese orden casi perfecto.
Sus manuscritos referidos al sistema de administración incaica han sido editados por Andrés Chirinos y Martha Zegarra bajo el título “El orden del inca” (editorial Commentarios), en el que se reproducen sus informes destinados a las autoridades, a los que recomienda guardar los fueros indios.
El orden inca, basado en la reciprocidad, explica detalladamente cómo resolvían sus necesidades los antiguos peruanos, en los que la riqueza se distribuía equitativamente desde abajo. Un orden en los que los únicos privilegiados eran la nobleza y los dioses. La riqueza inca se explica por su organización, nos dice Andrés Chirinos.
El orden administrativo que describe Polo parte de los hanan y los hurin, luego vienen los cuatro suyos, y luego el sistema se va repartiendo por unidades decimales de cien, de mil (guaranga) y de diez mil contribuyentes. Fue un sistema de administración que muy pocos han logrado tener en el mundo.
De acuerdo a esa administración, cualquier contribución que viniera para el inca, por ejemplo cien mil fanegas de maíz, era fácil de calcular porque era una repartición proporcional, es decir, de acuerdo al número de habitantes.
La contribución inca se basaba en el trabajo. Las tierras pertenecían a los incas, pero además había chacras para el sol, para las distintas huacas, para mantener a los militares con sus sistemas de depósitos a lo largo del Perú. Y había también tierras comunales, aunque los ganados eran del Estado.
Con sus escritos Polo quería convencer a sus compatriotas de mantener ese sistema administrativo, que querían deshacer el poder de los caciques. De hecho, el virrey Toledo lo hizo y Polo pierde esa gran batalla. “Se decidió que la explotación de las minas sea a lo bruto. Cuando llega Toledo se opta por sacar el máximo sin importar casi nada”, afirma Chirinos.
El libro contiene además seis mapas, de parte de lo que es el Cusco. Polo es autor de la carta de los Ceques, que eran unas líneas que partían desde el templo de Coricancha, hasta el resto del Tahuantinsuyo. Es la descripción del sistema político, administrativo y religioso que gobernó al Perú hasta que un grupo de extranjeros destruyó ese orden casi perfecto.
Fuente: Diario La Primera. 01 de septiembre del 2013.
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