El histórico local del Primer Congreso de Tucumán, Argentina.
El regreso del último Inca
El 6 de julio de 1816 en el Congreso de Tucumán se propuso implantar una monarquía en América cuyo rey sería Juan Bautista Túpac Amaru, último hermano sobreviviente del líder de la insurrección del 4 de noviembre de 1780 José Gabriel de Condorcanqui Túpac Amaru II, de la que mañana se conmemora el 233 aniversario.
Ramón Machado
El que sería nuevo rey Inca Juan Bautista Túpac Amaru regresaba a América tras padecer destierro y 40 años de prisión en Ceuta, África; descendiente directo de una hija natural del último monarca Inca, Señor de Vilcabamba, Don Felipe Túpac Amaru I, nieto del emperador Huayna Cápac del linaje Yupanqui y muerto en 1572 por orden del virrey Francisco de Toledo.
Juan Bautista era hermano menor del Túpac Amaru II líder de la más grande y sangrienta revolución ocurrida en el Cusco aquel 4 de noviembre de 1780, la de mayor impacto político y social y matriz heroica de las revoluciones de 1809 en Chuquisaca y 1810 en Buenos Aires, que culminaron con la libertad completa en Ayacucho de 1824.
El hermano de Túpac Amaru había admitido durante la revolución de 1780 que tuvo a su cargo la artillería en Paucartambo. Fue hecho prisionero en el Cusco hasta el 22 de noviembre de 1783 y luego enviado a un calabozo del Real Felipe del Callao, tras una penosa marcha a pie de 1,300 kilómetros. Fue embarcado a Cádiz, España donde estuvo preso 3 años y posteriormente encarcelado en la prisión española de Ceuta en África.
En Buenos Aires, a donde se afirma que arribó en 1813, aunque la historia oficial señala 1822, el gobierno no solo lo asiló, sino también le asignó una pensión por el respeto reverente y admiración de los patriotas argentinos por la revolución de Túpac Amaru. También le asignaron una pensión de 30 pesos mensuales para que Juan Bautista escribiera la Memoria de su cautiverio.
El patriota argentino Manuel Belgrano, propuso en el primer Congreso de Tucumán nombrar un rey Inca -ungir a Juan Bautista, sin citarlo- del nuevo gobierno que se llamaría las Provincias Unidas de América con su capital el Cusco, a fin de de reivindicar el ideario y trono incásico. Belgrano es el creador de la bandera argentina que tiene en su espacio blanco el símbolo del Dios Sol o Inti del Tawantinsuyo.
El guerrillero argentino Martín “Gaucho” Güemes, en cartas cruzadas desde Jujuy con Belgrano, y patriotas argentinos el 6 de agosto de 1816 dice:
“¿... Si estos son los sentimientos generales que nos animan, con cuánta más razón lo
serán cuando, reestablecida muy en breve la dinastía de los Incas, veamos sentado en
el trono y antigua corte de Cusco al legítimo sucesor de la corona?” (en Güemes, 1982).
Según una crónica de un periodista norteamericano, la idea del Rey Inca revolucionó a la indiada del Alto Perú “ quienes sentían que serían nuevamente los dueños de sus tierras”.
OPOSICIÓN PORTEÑA
El proyecto de erigir a Juan Bautista rey de América, fue aceptado por la mayoría del Congreso de Tucumán pero, encontró férrea oposición en la naciente burguesía de Buenos Aires y los euromestizos bonaerenses y el plan abortó e incluso, los criollos patriotas porteños temerosos que esta incavisión política se enraizara en el tiempo, decidieron trasladar los congresos sucesivos a Buenos Aires.
Pero la idea del reinado Inca, propuesta por Manuel Belgrano y acogida en el Congreso de Tucumán, se evaporó más aún seis años más tarde en 1822, cuando según la historia oficial desembarcó en el Río de la Plata Juan Bautista Túpac Amaru, tras su terrible exilio de 40 años en prisiones de España y África.
LISTA DEL DESTIERRO
La investigadora peruana Katia Gibaja “salteña por convicción” (residente en Salta, Argentina), dice que las pruebas que Juan Bautista salió del Cusco al terrible destierro están en las actas del Museo Inka de la Universidad San Antonio de Abad del Cusco, donde aparecen las listas de los reos deportados a España entre ellos Juan Bautista.
Pero hay un dato adicional muy importante de Gibaja, cuando afirma que este hermano de Túpac Amaru no arribo a Buenos Aires el año 1822 sino en 1813 lo que coincide con la propuesta de Belgrano en el Congreso de Tucumán de 1816, asegurando que este plan de proclamarlo rey fue, sabiendo que Juan Bautista estaba en Argentina, y que incluso, según afirma, se conoció personalmente con Belgrano.
Otro dato importante de Gibaja es la influencia que ejerció Túpac Amaru en los asambleístas de Tucumán, pues el acta redactada el 9 de julio de 1816 está escrita en aimara, quechua “y hasta en jeroglíficos del Tiahuanaco”.
ENVIÓ CARTA A BOLÍVAR
Durante su asilo en Buenos Aires, Juan Bautista escribió incluso una carta a Simón Bolívar en 1825, que fue contestada por el libertador, donde le expresa su admiración por haber alcanzado la libertad con la que soñó su hermano el cacique de Tungasuca, Pampamarca y Surimana.
Juan Bautista Túpac Amaru era un cusqueño instruido como su hermano y había leído las crónicas de Garcilaso de la Vega impresas por Andrés González García en 1723-24, según constaba en las aduanas españolas del puerto del Callao.
La historiadora argentina Alicia Poderti en su obra “La palabra y la historia en los Andes: La rebelión del Inca Túpac Amaru y el Noroeste argentino” ,dice que el 15 de mayo de 1825 Juan Bautista Túpac Amaru a los 86 años de edad, patriota y prócer peruano a quien los peruanos no hemos aún reivindicado, escribió una carta a Simón Bolívar, aprovechando que el libertador hacía un viaje por Arequipa, Cuzco, Puno, La Paz, Potosí y otras provincias altoperuanas.
En esa misiva a Bolívar, el anciano Túpac Amaru felicitaba al “Genio del Siglo de América” por continuar la obra de su hermano José Gabriel Túpac Amaru:
MI VENERADO HERMANO
“Si ha sido un deber de los amigos de la Patria de los Incas, cuya memoria me es la más tierna y respetuosa, felicitar al Héroe de Colombia y Libertador de los vastos países de la América del Sur, a mí me obliga un doble motivo a manifestar mi corazón lleno del más alto júbilo, cuando he sido conservado hasta la edad de ochenta y seis años, en medio de los mayores trabajos y peligros de perder mi existencia, para ver consumada la obra grande y siempre justa que nos pondría en el goce de nuestros derechos y nuestra libertad; a ella propendió mi hermano José Gabriel Tupacamaro…” (Astesano, 1979: 189).
Poderti, añade que el libertador, desde el Cuzco contestó la carta a Juan Bautista ese mismo año:
“He llegado ayer al país clásico del Sol de los Incas, de la fábula y de la historia. Aquí el Sol verdadero es el oro; los incas son los virreyes o prefectos, la fábula es la historia de Garcilaso, la historia, la relación de la destrucción de los indios …la historia de los crímenes y de los absurdos de nuestra especie. Manco Cápac, Adán de los indios, salió de su Paraíso Titíaco y formó una sociedad histórica, sin mezcla de fábulas sagradas o profanas.” (Astesano, 1979: 190).
MEMORIAS DEL CAUTIVERIO
Las Memorias del cautiverio de Juan Bautista en Ceuta, fueron publicadas en 1824. El título original de las memorias es: “El dilatado cautiverio bajo el gobierno español de Juan Bautista Túpac Amaru 5º nieto del último emperador del Perú” (1824). Aquí algunos párrafos.
“A los 80 años de edad, y después de 40 de prisión por la causa de la independencia, me hallo trasportado de los abismos de la servidumbre a la atmósfera de la libertad, y por un nuevo aliento que me inspira, animado a mostrarme a esta generación, como una víctima del despotismo que ha sobrevivido a sus golpes, para asombro de la humanidad, y para poderle revelar el secreto de mi existencia como un exquisito y feroz artificio que se transmitían los tiranos para tener el placer de amargarla. Tres reyes españoles se han complacido igualmente en verme arrastrar una existencia desgraciada y humilde; ya se había perdido la tradición del motivo de mis cadenas, y hasta las instituciones casi todas se hallaban alteradas por la acción del tiempo y la distinta sucesión de monarcas, y solo era conservado sin libertad para su recreo. Este ejemplo de la ferocidad de los reyes habría quedado oculto entre los tantos que el peso de su poder sofoca, si la conflagración universal con que la humanidad hace temblar sus tronos, no hubiera disminuido el poder del que actualmente reina en España. A este movimiento de la naturaleza debo una libertad que jamás hubiera adquirido de otra manera; a los hombres que animan esta nueva marcha del mundo mi gratitud y los más vivos deseos porque terminen la obra de las luces; y a todos, la historia de mis sufrimientos”.
Juan Bautista Túpac Amaru el último Inca vivo, falleció en Buenos Aires en 1827 a los 88 años de edad y sus restos descansan en el cementerio de La Recoleta de esa ciudad. En el Perú, su nombre jamás ha aparecido en ningún texto escolar, ni calle, ni plaza... “Arrancarán sus deseos, sus dientes y sus gritos/Lo patearán a toda furia. Luego lo sangrarán: ¡y no podrán matarlo!”.
“Don José Gabriel Tupamaro, mi tierno y venerado hermano, mártir del imperio peruano, cuya sangre fue el riego que había preparado aquella tierra para fructificar los mejores frutos que el Gran Bolívar había de recoger con su mano valerosa y llena de la mayor generosidad...”(Carta de Juan Bautista Túpac Amaru a al Libertador Bolívar).
Fuente: Diario La Primera. 03 de noviembre del 2013.
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