Reflexiones sobre la enseñanza de la historia de la independencia en la escuela.
Eddy Romero Meza
Las siguientes reflexiones nacen a partir del reciente evento “Las independencias antes de la independencia”, organizado en Lima; y que buscó visibilizar los diferentes movimientos a favor de la libertad producidos más allá de la famosa proclamación del general José San Martín en la capital. (1)
Desanmartinizar la independencia, es un punto clave en la comprensión de un largo y complejo proceso de lucha emancipatoria. Otro aspecto es “desnacionalizarla”, ya que fue un proceso continental en un momento en que aún no existen las naciones que hoy conocemos. Finalmente, cabe preguntarnos qué significó realmente la independencia para América y que cambios se operaron en este momento de ruptura.
Una cuestión inmediata surgida a partir de este coloquio es: ¿Cómo llevar estos debates a la escuela?, ¿Cómo aproximar a los estudiantes a estas nuevas miradas sobre la independencia?, o ¿Cómo contrarrestar la historia tradicional y oficial sobre esta etapa de nuestro pasado?. Considero que el primer paso es visibilizar que existen nuevos aportes, lograr su mayor difusión y generar estrategias para su mejor comprensión. Difundir lo complejo sin simplificarlo excesivamente es un reto para historiadores y docentes, un reto interesante y gratificante para quienes deseamos construir un imaginario histórico menos prejuicioso y anclado en lugares comunes.
Conviene por tanto analizar algunas cuestiones históricas y someterlas a consideraciones didácticas orientadas a la escuela.
La independencia americana y el contexto
Para el notable filósofo francés Edgar Morin, la capacidad de contextualizar, constituye uno de los saberes esenciales de una persona. Un hecho sólo se explica a partir de su contexto y no puede ser entendido de manera aislada. Uno de los errores de la historia tradicional era enfocar la independencia sólo desde los límites del actual territorio nacional, sin tomar en cuenta el carácter continental y la situación de España en Europa.
Los estudiantes deben aproximarse a las “otras historias”, pero más allá de eso, el descubrir que existió un orden político-jurídico distinto, donde las actuales barreras territoriales no eran tales.
Dentro de la comprensión del contexto, podríamos ubicar por ejemplo:
- El proyecto modernizador de la dinastía borbónica (s XVIII)
- Las revoluciones liberales del siglo XVIII e inicios del siglo XIX.
- El impacto de las nuevas ideas en las colonias americanas.
- La crisis de la monarquía española a partir de la ocupación napoleónica.
Finalmente, contextualizar significa comprender que existieron mentalidades distintas en esta época. Mentalidades que obedecieron a la existencia de un orden social estamental y de privilegios, pero que a su vez coexistió con viejas reivindicaciones, así como la introducción de nuevas corrientes de pensamiento en la América española.
Independencia y multicausalidad
Sin duda, uno de los problemas fundamentales para la comprensión de la causalidad histórica, es el referido al manejo de la explicación multicausal. Como se sabe, los conceptos de causalidad histórica son complejos y no concitan unanimidad entre los historiadores. Un problema añadido a la causación histórica, es la dificultad para la comprensión de todas las interrelaciones y jerarquizaciones entre las distintas motivaciones. Se atribuye equivocadamente a todas un peso o importancia similar. Establecer la causalidad múltiple de un proceso, fenómeno o hecho, es de suma importancia, puesto que a partir de la explicación causal se puede proceder a la interpretación.
Es fundamental aprender a hacer preguntas sobre las causas que provocaron los cambios y también sobre los factores que los evitaron o los retrasaron. Así, en la independencia americana y peruana podemos citar numerosas, las cuales deben ser problematizadas, evaluadas y clasificadas, procurando no darlas como definitivas, sino como tentativas y complementarias.
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