Por: Aldo Mariátegui (Periodista)
El 25 de junio pasado se conmemoró el 60 aniversario de lo que ahora se llama "la guerra olvidada": la guerra de Corea, que acabó oficialmente el 27 de julio de 1953. Este conflicto de alguna manera nos toca, pues los rojos suelen utilizarlo de excusa para minimizar la excelente gestión económica y de obras públicas -al César lo que es del César- aplicada durante el Ochenio de Odría, pues suelen atribuir la excelente situación económica de aquellos años a un mero boom de materias primas originado por este conflicto asiático (lo que no pasó durante la IIGM, pues Prado aceptó congelar los precios de nuestros commodities a los yanquis como "colaboración a la causa aliada". Si no seremos siempre idiotas...), como si éste fuese el único factor a tomar en cuenta. De la misma manera, suelen soslayar la pésima política económica aplicada por Bustamante y Rivero, pues a éste no sólo se lo tumbó la tremenda tensión política Derecha-APRA, sino también esas inmensas colas para comprar víveres y una inflación desconocida para la época. Cierto es que lo golpeó la recesión inevitable que vino tras la posguerra de la segunda conflagración mundial, pero su manejo económico fue deplorable, siendo generosos.
Gracias a una interesante invitación del gobierno de Seúl, tuve la oportunidad de visitar la DMZ de Panjumon, la frontera entre ambas Coreas, que es considerada la zona más militarizada del planeta. Me llamó la atención la poca cantidad de personal gringo, lo que según me explicaron se debía a que mucho de éste había sido enviado a Iraq y Afganistán (también me encantaron esos spots en la tv militar yanqui instando a sus tropas a no cutrear). Incluso nos llevaron a la mesa de las negociaciones, donde una delgada línea divide a ambos países. Al otro lado estaban unos norcoreanos con pinta de robots mirándonos intensamente. Nos advirtieron que cruzar la línea casualmente podría significar que nos retengan en la lunática Norcorea para siempre. Desde un observatorio pudimos avistar unas aldeas de ese universo comunista tan letal y estúpido, donde se aplican las extravagantes ideas de Sendero Luminoso. Norcorea es tan pobre que hace no mucho una hambruna mató a un millón de sus habitantes y es un frío infierno en donde apenas sobreviven, aguantando a la mafia familiar roja que aún los esclaviza. ¡La Cuba de los hermanitos Castro es Suiza a su lado! Tales son los resultados del comunismo. Por eso reitero mi creencia de que tienes que ser medio oligofrénico, estar muy muerto de hambre o ser muy malvado para aún creer en un sistema tan horrendo como el fascismo, su primo hermano.
Volviendo a la guerra, Corea fue una muy oprimida colonia japonesa hasta que quedó dividida entre un norte rojo y un sur capitalista al final de la IIGM. Los rojos estaban comandados por Kim Il Sung, un demente que atacó sorpresivamente y casi conquista toda la península. Truman decidió frenar esta agresión para enviarle un mensaje al expansionismo estalinista y un brillante desembarco del general MacArthur en Inchon volteó el partido. Las tropas yanquis avanzaron incesantemente hasta el río Yalú, que marcaba la frontera china. Inesperadamente, la China de Mao irrumpió con miles de soldados e hizo retroceder a los desprevenidos yanquis hasta el paralelo 38, la frontera original.
MacArthur propuso escalar la guerra y usar armas nucleares para destruir a Mao (¡lástima que no le hicieron caso!), en abierto desafío a Truman, lo que acarreó su destitución. De allí vino un largo empate (de julio de 1951 a julio de 1953) hasta el armisticio. Fue la primera guerra con helicópteros y jets (Sabres contra MiG 15) y que le costó 38 mil vidas a los yanquis, un poco menos de las perdidas en Vietnam (cerca de 50 mil), además de tal impopularidad a Truman (llegó al 22% de aprobación) que éste desistió de tentar la reelección.
Hoy nos queda una frontera muy caliente, con los orates de los norcoreanos con la bomba atómica entre manos. Muy peligroso.
Fuente: Diario Correo. 29 de Junio del 2010.
Gracias a una interesante invitación del gobierno de Seúl, tuve la oportunidad de visitar la DMZ de Panjumon, la frontera entre ambas Coreas, que es considerada la zona más militarizada del planeta. Me llamó la atención la poca cantidad de personal gringo, lo que según me explicaron se debía a que mucho de éste había sido enviado a Iraq y Afganistán (también me encantaron esos spots en la tv militar yanqui instando a sus tropas a no cutrear). Incluso nos llevaron a la mesa de las negociaciones, donde una delgada línea divide a ambos países. Al otro lado estaban unos norcoreanos con pinta de robots mirándonos intensamente. Nos advirtieron que cruzar la línea casualmente podría significar que nos retengan en la lunática Norcorea para siempre. Desde un observatorio pudimos avistar unas aldeas de ese universo comunista tan letal y estúpido, donde se aplican las extravagantes ideas de Sendero Luminoso. Norcorea es tan pobre que hace no mucho una hambruna mató a un millón de sus habitantes y es un frío infierno en donde apenas sobreviven, aguantando a la mafia familiar roja que aún los esclaviza. ¡La Cuba de los hermanitos Castro es Suiza a su lado! Tales son los resultados del comunismo. Por eso reitero mi creencia de que tienes que ser medio oligofrénico, estar muy muerto de hambre o ser muy malvado para aún creer en un sistema tan horrendo como el fascismo, su primo hermano.
Volviendo a la guerra, Corea fue una muy oprimida colonia japonesa hasta que quedó dividida entre un norte rojo y un sur capitalista al final de la IIGM. Los rojos estaban comandados por Kim Il Sung, un demente que atacó sorpresivamente y casi conquista toda la península. Truman decidió frenar esta agresión para enviarle un mensaje al expansionismo estalinista y un brillante desembarco del general MacArthur en Inchon volteó el partido. Las tropas yanquis avanzaron incesantemente hasta el río Yalú, que marcaba la frontera china. Inesperadamente, la China de Mao irrumpió con miles de soldados e hizo retroceder a los desprevenidos yanquis hasta el paralelo 38, la frontera original.
MacArthur propuso escalar la guerra y usar armas nucleares para destruir a Mao (¡lástima que no le hicieron caso!), en abierto desafío a Truman, lo que acarreó su destitución. De allí vino un largo empate (de julio de 1951 a julio de 1953) hasta el armisticio. Fue la primera guerra con helicópteros y jets (Sabres contra MiG 15) y que le costó 38 mil vidas a los yanquis, un poco menos de las perdidas en Vietnam (cerca de 50 mil), además de tal impopularidad a Truman (llegó al 22% de aprobación) que éste desistió de tentar la reelección.
Hoy nos queda una frontera muy caliente, con los orates de los norcoreanos con la bomba atómica entre manos. Muy peligroso.
Fuente: Diario Correo. 29 de Junio del 2010.
3 comentarios:
Hola amigo, podrías borrar el comentario anterior que te hace ver como un vil mercantilista, desesperado por publicidad que no necesitas. Respecto al artículo del periodista Aldo Mariátegui, es muy atinada su pareciación pues asumir que una guerra permitió el boom económico odriista es restarle mérito al dictador. Cosas de la historia oficial pues. Un abrazo amigo, se te extraña en las conversaciones ah.
Hola Henry, sabes la verdad discrepo de la apreciación de Aldo Mariátegui. Si considero determinante el contexto de la guerra de Corea para el “éxito económico” odriísta. Al igual que los dos gobiernos recientes (Toledo y García), básicamente, sólo se administro la riqueza proporcionada por la exportación de nuestras materias primas. De esta manera a la distancia, estos regímenes aparecen como eficientes en el manejo económico. No comparto este análisis de Aldo Mariátegui, sin embargo no lo descarto totalmente, por ello mi deseo de difundirlo y así generar algo de debate.
Saludos amigo, también se extraña las conversaciones con el grupo.
LO que pasa es que resulta muy determinista asumir que un conflicto tan lejano a nuestra realidad haya involucrado de manera tan directa y contundente a la economía de un país exportador de materia prima y dependiente de las políticas libracambistas de Estados Unidos como potencia o de la europa que salía de la crisis post bélica; no sé amigo, dale algúncrédito al equipo de asesores del odríismo. Yo lo veo como más coyuntural, la guerra fría, la necesidad de controlar mercados y "negociar" espacios proveedores de materia prima, el militarismo latinoamericano consumidor de tecnologías recientemente empleadas, etc, etc. hay muchos factores que no se han tomado en cuenta ah. Un abrazo gris.
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