edgarmorin.org
¿Es la economía una ciencia aislada?
Autor: Guillermo Giacosa (Periodista)
El muy respetado científico social francés Edgard Morin, que hace poco dictó una brillante conferencia en la Biblioteca Nacional, escribió, mucho antes de que estallara la crisis que aún perturba nuestras economías, lo siguiente: “La economía, que es la ciencia social matemáticamente más avanzada, es la ciencia social humanamente más atrasada puesto que opera sin tener en cuenta las condiciones sociales, históricas, políticas, psicológicas, ecológicas inseparables de las actividades económicas. Por eso, sus expertos son cada vez más incapaces de interpretar las causas y consecuencias de las perturbaciones monetarias y bursátiles y de predecir el curso económico, incluso a corto plazo. El error económico se convierte, entonces, en la primera consecuencia de la ciencia económica”. Repito que esta reflexión, que pareciera tener carácter profético, fue formulada varios años antes de que estallara la crisis que se desencadenó en 2008, y la he hallado revolviendo notas sobre el admirado maestro.
La cito ahora pues, desde hace unos meses, varios gurúes de la economía anuncian distintos escenarios sobre el futuro que nos aguarda. Algunos son optimistas y, citando solo lo que les conviene, son citados a su vez por la gran prensa internacional maridada con los intereses del sistema. Otros son cautos o decididamente pesimistas, y sus predicciones y advertencias circulan, básicamente, por Internet. Ostracismo decretado por los padres de la libertad de prensa en nombre de los inmensos intereses económicos que se ocultan detrás de esta 'libertad’. Ignoro quién tiene razón, pero sospecho que los profetas de turno, ateniéndome a las palabras de Morin y si no son fundamentalistas, deben tener dudas más científicamente justificadas que las mías.
Siguiendo a Morin, resulta sencillo afirmar que, mientras los saberes permanezcan encerrados en compartimentos, resultará imposible hacer un diagnóstico más o menos aproximado sobre el rumbo que, liderado por la especie humana, está siguiendo el planeta Tierra. Dice el maestro que durante el siglo XX ha habido progresos gigantescos en las distintas disciplinas especializadas pero, subraya, “estos progresos están dispersos, desunidos, debido, precisamente, a la especialización que a menudo quebranta los contextos, las globalidades, las complejidades”. Y hace una advertencia cuya cita me parece ineludible: “Las disciplinas pierden sus aptitudes naturales para contextualizar los saberes (tratar de ubicar una parte en el todo) y para integrarlos en sus conjuntos naturales”. Para agregar luego una advertencia que, desde mi punto de vista, es alarmante: “El debilitamiento de la percepción de lo global conduce al debilitamiento de la responsabilidad y al debilitamiento de la solidaridad”.
No es casual, entonces, que el orden establecido, atendiendo a sus intereses, cultive esta visión parcelada y engañosa de la realidad. Debilitar la responsabilidad y la solidaridad debilita lo social y permite que el poder del dinero ocupe su lugar y cree la ficción de un mundo mejor.
Fuente: Diario Perú 21. Viernes 09 de octubre del 2009.
Autor: Guillermo Giacosa (Periodista)
El muy respetado científico social francés Edgard Morin, que hace poco dictó una brillante conferencia en la Biblioteca Nacional, escribió, mucho antes de que estallara la crisis que aún perturba nuestras economías, lo siguiente: “La economía, que es la ciencia social matemáticamente más avanzada, es la ciencia social humanamente más atrasada puesto que opera sin tener en cuenta las condiciones sociales, históricas, políticas, psicológicas, ecológicas inseparables de las actividades económicas. Por eso, sus expertos son cada vez más incapaces de interpretar las causas y consecuencias de las perturbaciones monetarias y bursátiles y de predecir el curso económico, incluso a corto plazo. El error económico se convierte, entonces, en la primera consecuencia de la ciencia económica”. Repito que esta reflexión, que pareciera tener carácter profético, fue formulada varios años antes de que estallara la crisis que se desencadenó en 2008, y la he hallado revolviendo notas sobre el admirado maestro.
La cito ahora pues, desde hace unos meses, varios gurúes de la economía anuncian distintos escenarios sobre el futuro que nos aguarda. Algunos son optimistas y, citando solo lo que les conviene, son citados a su vez por la gran prensa internacional maridada con los intereses del sistema. Otros son cautos o decididamente pesimistas, y sus predicciones y advertencias circulan, básicamente, por Internet. Ostracismo decretado por los padres de la libertad de prensa en nombre de los inmensos intereses económicos que se ocultan detrás de esta 'libertad’. Ignoro quién tiene razón, pero sospecho que los profetas de turno, ateniéndome a las palabras de Morin y si no son fundamentalistas, deben tener dudas más científicamente justificadas que las mías.
Siguiendo a Morin, resulta sencillo afirmar que, mientras los saberes permanezcan encerrados en compartimentos, resultará imposible hacer un diagnóstico más o menos aproximado sobre el rumbo que, liderado por la especie humana, está siguiendo el planeta Tierra. Dice el maestro que durante el siglo XX ha habido progresos gigantescos en las distintas disciplinas especializadas pero, subraya, “estos progresos están dispersos, desunidos, debido, precisamente, a la especialización que a menudo quebranta los contextos, las globalidades, las complejidades”. Y hace una advertencia cuya cita me parece ineludible: “Las disciplinas pierden sus aptitudes naturales para contextualizar los saberes (tratar de ubicar una parte en el todo) y para integrarlos en sus conjuntos naturales”. Para agregar luego una advertencia que, desde mi punto de vista, es alarmante: “El debilitamiento de la percepción de lo global conduce al debilitamiento de la responsabilidad y al debilitamiento de la solidaridad”.
No es casual, entonces, que el orden establecido, atendiendo a sus intereses, cultive esta visión parcelada y engañosa de la realidad. Debilitar la responsabilidad y la solidaridad debilita lo social y permite que el poder del dinero ocupe su lugar y cree la ficción de un mundo mejor.
Fuente: Diario Perú 21. Viernes 09 de octubre del 2009.
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