Memoria de la gran crisis económica peruana (1988-1991)
El fujishock hoy pertenece a la memoria colectiva del país, pero hay que decir que tuvo como precedente la más grande crisis económica peruana. Antes del fujimorismo, el gobierno encabezado por Alan García había empezado con grandes expectativas, pero terminó con una hiperinflación que hacía variar los precios casi de un día para otro.
Sally Bowen reseña en su libro ‘El Expediente Fujimori’ lo que fue acaso el primer error de García: "En su discurso inaugural de 1985, (anunció) que limitaría el pago de la deuda externa (…) al 10% del valor anual de las exportaciones. Su rebelión, que despertó vanas esperanzas de marcar una tendencia a ser seguida por otros líderes latinoamericanos, le costó mucho al Perú. El país fue declarado ‘inelegible’ para recibir préstamos en el futuro". Y mientras García dejaba de pagar, los intereses de la deuda se multiplicaban y la inversión extranjera se extinguía.
No fue su único error. En 1987 García intentó estatizar la banca, pero no pudo ante la férrea resistencia de los banqueros. El intento incluso dio origen al Movimiento Libertad, que encabezó Mario Vargas Llosa y que llamó la atención sobre el sesgo autoritario del proyecto. Según la página web Perú Político, "al finalizar el año 1987, la crisis era evidente: la inflación empezó a galopar (114% en diciembre), la producción se estancó y la balanza de pagos tuvo, en 1987, un saldo negativo". La inflación se convirtió en hiperinflación y el voluntarioso presidente debió aceptar un ‘paquetazo’ que su ministro Abel Salinas hizo efectivo en 1988.
El sociólogo Carlos Reyna, autor del libro "La Anunciación de Fujimori-Gobierno de Alan García 1985-1990", cuenta que ese ajuste también tuvo consecuencias terribles para la economía de los sectores más pobres. Pero el propio Alan García torpedeó el efecto. "Ese paquetazo fue el primero de varios ajustes que el gobierno aprista debía hacer. Pero García, afectado por la baja en su popularidad, decidió dejar de lado los ajustes posteriores. Con ello, el paquetazo del 88 no sirvió para nada. Y cuando le preguntaron por qué revirtió las medidas, dijo que era ‘por intuición política’. Inconcebible".
Lo que siguió fue el aumento del desempleo y la caída del ingreso. En los dos últimos años del gobierno aprista no hubo cambios: se despidió con niveles de inflación de 50% al mes. Un desastre. En esa coyuntura llegó el cambio de gobierno.
El Golpe
Alberto Fujimori ganó las elecciones de 1990 afirmando que no aplicaría un shock económico, pero, como ha sido costumbre en su vida política, faltó a su palabra. Apenas diez días después de asumir el gobierno, aplicó la medida en nombre de "la estabilización de la economía". El economista Javier Iguíñiz señala que este ‘paquetazo’ fue aplicado para completar el trabajo que ya se había iniciado con el ajuste de Salinas del 88, al que también considera de dimensiones similares por su efecto en las mayorías pobres.
Mientras el país vivía con precios impagables, los economistas llamaron la atención sobre el punto flaco del shock fujimorista: fue aplicado sin anestesia. "Se eliminaron los subsidios, se elevaron varias veces los precios de los productos y no hubo aumento de salarios ni fortalecimiento de los programas sociales para paliar el alza", recuerda Iguíñiz. Los más afectados, como siempre, fueron los asalariados. "De un día para otro se encontraron con un montón de billetes que no valían nada en los bolsillos".
En agosto del 90 los pobres, los obreros, los que ganaban un salario, no tenían nada que vender, solo su trabajo. "Y su trabajo se había reducido a un tercio. En cambio los empresarios grandes no la pasaron mal. Sus productos costaban más que antes" dice Carlos Reyna. Javier Iguíñiz completa la idea: "los empresarios grandes podían sobrevivir porque el costo de la mano de obra bajaba". Un analista político acuñó entonces una frase precisa: precios japoneses, salarios africanos.
El fujishock hoy pertenece a la memoria colectiva del país, pero hay que decir que tuvo como precedente la más grande crisis económica peruana. Antes del fujimorismo, el gobierno encabezado por Alan García había empezado con grandes expectativas, pero terminó con una hiperinflación que hacía variar los precios casi de un día para otro.
Sally Bowen reseña en su libro ‘El Expediente Fujimori’ lo que fue acaso el primer error de García: "En su discurso inaugural de 1985, (anunció) que limitaría el pago de la deuda externa (…) al 10% del valor anual de las exportaciones. Su rebelión, que despertó vanas esperanzas de marcar una tendencia a ser seguida por otros líderes latinoamericanos, le costó mucho al Perú. El país fue declarado ‘inelegible’ para recibir préstamos en el futuro". Y mientras García dejaba de pagar, los intereses de la deuda se multiplicaban y la inversión extranjera se extinguía.
No fue su único error. En 1987 García intentó estatizar la banca, pero no pudo ante la férrea resistencia de los banqueros. El intento incluso dio origen al Movimiento Libertad, que encabezó Mario Vargas Llosa y que llamó la atención sobre el sesgo autoritario del proyecto. Según la página web Perú Político, "al finalizar el año 1987, la crisis era evidente: la inflación empezó a galopar (114% en diciembre), la producción se estancó y la balanza de pagos tuvo, en 1987, un saldo negativo". La inflación se convirtió en hiperinflación y el voluntarioso presidente debió aceptar un ‘paquetazo’ que su ministro Abel Salinas hizo efectivo en 1988.
El sociólogo Carlos Reyna, autor del libro "La Anunciación de Fujimori-Gobierno de Alan García 1985-1990", cuenta que ese ajuste también tuvo consecuencias terribles para la economía de los sectores más pobres. Pero el propio Alan García torpedeó el efecto. "Ese paquetazo fue el primero de varios ajustes que el gobierno aprista debía hacer. Pero García, afectado por la baja en su popularidad, decidió dejar de lado los ajustes posteriores. Con ello, el paquetazo del 88 no sirvió para nada. Y cuando le preguntaron por qué revirtió las medidas, dijo que era ‘por intuición política’. Inconcebible".
Lo que siguió fue el aumento del desempleo y la caída del ingreso. En los dos últimos años del gobierno aprista no hubo cambios: se despidió con niveles de inflación de 50% al mes. Un desastre. En esa coyuntura llegó el cambio de gobierno.
El Golpe
Alberto Fujimori ganó las elecciones de 1990 afirmando que no aplicaría un shock económico, pero, como ha sido costumbre en su vida política, faltó a su palabra. Apenas diez días después de asumir el gobierno, aplicó la medida en nombre de "la estabilización de la economía". El economista Javier Iguíñiz señala que este ‘paquetazo’ fue aplicado para completar el trabajo que ya se había iniciado con el ajuste de Salinas del 88, al que también considera de dimensiones similares por su efecto en las mayorías pobres.
Mientras el país vivía con precios impagables, los economistas llamaron la atención sobre el punto flaco del shock fujimorista: fue aplicado sin anestesia. "Se eliminaron los subsidios, se elevaron varias veces los precios de los productos y no hubo aumento de salarios ni fortalecimiento de los programas sociales para paliar el alza", recuerda Iguíñiz. Los más afectados, como siempre, fueron los asalariados. "De un día para otro se encontraron con un montón de billetes que no valían nada en los bolsillos".
En agosto del 90 los pobres, los obreros, los que ganaban un salario, no tenían nada que vender, solo su trabajo. "Y su trabajo se había reducido a un tercio. En cambio los empresarios grandes no la pasaron mal. Sus productos costaban más que antes" dice Carlos Reyna. Javier Iguíñiz completa la idea: "los empresarios grandes podían sobrevivir porque el costo de la mano de obra bajaba". Un analista político acuñó entonces una frase precisa: precios japoneses, salarios africanos.
Hoy muchos recuerdan que la población recibió el golpe con estoicismo. Si bien hubo saqueos al inicio y protestas esporádicas, después las cosas se tranquilizaron. Se barajaron varias razones: 1) Que el gobierno decretó el estado de emergencia en 11 capitales de departamento para controlar los desmanes. 2) Que la población tenía miedo a las acusaciones de terrorismo (Sendero Luminoso y el MRTA estaban operativos) y no quería problemas. 3) Que la población le dio crédito a un gobierno que recién se iniciaba. "Ese shock atemorizó a la gente y le permitió a Fujimori aplicar más adelante una durísima política laboral", explica Javier Iguíñiz. ¿Tuvo efectos el fujishock? Sí. Controló la inflación y, tiempo después, logró el crecimiento del PBI.
En 1991 tuvo lugar el cambio de ministro que configuró el modelo económico neoliberal que hasta hoy nos gobierna. Carlos Boloña reemplazó a Hurtado Miller y en marzo anunció medidas: todos los subsidios eran eliminados, las tasas de interés no serían controladas, se abolió el sistema de estabilidad laboral para trabajadores en planilla. Cuando Fujimori dio el autogolpe de Estado al año siguiente, el 5 de abril de 1992, se oficializó el modelo económico de libre mercado.
"Durante la década del 90, hubo una concentración de riqueza en una élite que nunca fue golpeada con el fujishock", dice Carlos Reyna. El crecimiento posterior se logró a costa de las mayorías pobres. Hasta hoy el modelo no ha cambiado.
Fuente: Revista Domingo
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2 comentarios:
bueno mi comentario es que como h apodido alan garcia poder decir que yo no ha pagar la deuda externa y que e verdad estab pagando el 10% de los inpuestos que entraban al peru, y q el pueblo diria que esa es el gobierno que querian
ycausa de eelo hubo la hiperinflacion.
bueno lo que digo es que fue fatal la hiperinflacion en tiempo de alan garcia y los targetasos y creotodos deberiamos de saver lo que hiso
y pox la gentea no se da cuenta de lo que hiso en su primer gobierno
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