La estrategia Palestina
Por: Farid Kahhat (Internacionalista)
Cuando gobiernos como el estadounidense o el alemán sostienen que las acciones unilaterales no resolverán nada, y que no hay solución posible al conflicto palestino-israelí que no pase por una negociación bilateral, habría que recordarles algunas cosas. Primero, esa no fue su posición respecto del conflicto entre Kósovo y Serbia, en donde reconocieron una declaración unilateral de independencia por parte de Kósovo, sin mediar mayor negociación con Serbia. Segundo, las negociaciones se han llevado a cabo de manera intermitente durante 18 años, sin ningún resultado. Tercero, someter el tema a la consideración de la ONU es todo lo contrario de una acción unilateral: es apelar a la mayor instancia multilateral del planeta para que contribuya a resolver un problema que se origina en una decisión de su Asamblea General (V., la resolución de partición de 1947), la cual, por cierto, no requirió de la aprobación de las partes para ser adoptada (como exigen ahora Estados Unidos y Alemania).
La iniciativa del liderazgo palestino intenta responder a dos preguntas que, a estas alturas, deberían ser obvias: ¿por qué no se ha logrado un acuerdo en 18 años?, y, aun aceptando que una solución requerirá el consentimiento de las partes, ¿no es tiempo de pensar en nuevas estrategias para lograr ese consentimiento?
La respuesta que sugiere la iniciativa palestina a la primera pregunta es que la responsabilidad esencial recae en Israel. Por ejemplo, en la negativa explícita del premier Netanyahu a aceptar el consenso internacional, según el cual los palestinos tienen derecho a un Estado soberano basado en las fronteras de 1967. Además, son las acciones unilaterales de Israel las que previenen una solución en esos términos: no se puede negociar la soberanía sobre un territorio que, simultáneamente, es colonizado a través de la construcción de asentamientos exclusivos para judíos en tierras confiscadas a sus propietarios palestinos, así como a través de la construcción de un muro que anexa de facto el 16% de Cisjordania. Esas medidas no solo son unilaterales: son, además, ilegales bajo el derecho internacional (véase, por ejemplo, la Resolución 446 del Consejo de Seguridad sobre los asentamientos, o la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia sobre el muro).
La respuesta implícita a la segunda pregunta es que no habrá solución mientras la parte que es la principal responsable del problema (Hamas tiene responsabilidad, pero no en la misma proporción, como veremos en otra ocasión) no sea expuesta a la posibilidad de pagar un costo por desafiar el derecho internacional. Por ejemplo, que sus líderes puedan ser denunciados ante la Corte Penal Internacional, cosa que podría hacer un Estado observador de la ONU como sería el palestino.
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