viernes, 23 de julio de 2010

Entre el Estado-Nación y los Estados multinacionales o Plurinacionales.

España, Cataluña y la cuestión nacional

Por: Manuel Rodríguez Cuadros (Ex canciller del Perú)

La globalización posee fuerzas sociales aparentemente contradictorias. La presión multidimensional a favor de un relajamiento de las fronteras para facilitar los intercambios transnacionales de toda naturaleza y el reforzamiento de las identidades nacionales, autonómicas, regionales, locales y culturales. Entidades políticas estaduales, regiones y autonomías otorgan un renovado vigor y una mayor complejidad a la estructura nacional de los Estados.

La España democrática post-franquista fue considerada un modelo de la integración funcional entre las autonomías y el Estado-Nación. Las autonomías, entre ellas, la catalana, resolvieron las identidades nacionales, lingüísticas y culturales de los diversos pueblos originarios de España en la integración funcional de un Estado-Nación plural en su constitución e historia.

El Estatuto de Cataluña perfeccionó esta estructura democrática y plural del Estado –nacional español al reconocer, al pueblo catalán, la calidad de constituir una nación y su derecho al uso oficial de su propio idioma, además de regular todos los componentes autonómicos de la gestión de su economía y sus estructuras de gobierno. El Estatuto de la Autonomía Catalana fue aprobado por las Cortes Generales el 30 de marzo del 2006. El pueblo catalán lo ratificó por un 72.9% en el referéndum del 18 de junio de ese año. Pero el Partido Popular, que se había opuesto en la votación en las Cortes, impugnó su constitucionalidad ante el Tribunal Constitucional. Luego de cuatro años y compulsas políticas en su composición, el tribunal falló el 9 de julio del 2010 declarando inconstitucionales un número importante de disposiciones del Estatuto entre ellas, aquella que reconoce que el pueblo catalán conforma una nación. Un día antes de la final del campeonato mundial de fútbol más de un millón de catalanes protestaron la sentencia del constitucional. En la manifestación se leyeron aisladas proclamas autonomistas e independentistas. Lo concreto fue una inmensa manifestación de españoles que clamaban por el respeto de su identidad nacional catalana. Esta identidad que forma parte del sentimiento nacional español, que la comprende, se expresó simbólicamente en el triunfo español sobre Holanda. Puyol y Xavi luego de celebrar con la bandera española enarbolaron la catalana, en un bello símbolo de la pluralidad nacional del Estado español.

Esa pluralidad ha sido cuestionada por el Tribunal Constitucional al afirmar en una sui generéis reflexión que la nación es un concepto jurídico-constitucional que implica que al Estado le corresponde una sola nación.

El derecho internacional no reconoce al concepto de nación una naturaleza jurídica y ninguna de sus reglas manda que el Estado esté integrado por una sola nación. En la mayoría de los casos es así, el Perú incluido. Pero hay, evidentemente Estados multinacionales como Rusia, la China y recientemente el Estado Plurinacional de Bolivia. El Tribunal Constitucional ha creado en España un grave problema que pone en cuestión uno de los mayores atributos de la España democrática. La solución es difícil, pero tanto el presidente Rodríguez Zapatero como el de la Generalitat, José Montilla han iniciado un responsable diálogo para salvar el Estatuto, recurriendo a los complejos y reducidos espacios que aún brinda la legalidad para solucionar el enorme forado que el Tribunal y el Partido Popular han creado en la institucionalidad española.

Fuente: Diario La Primera (Perú). 22 de julio del 2010.

Recomendados:

Efectos jurídicos de la sentencia del Estatut.

Historia de la lucha autonómica de Cataluña. Entre el "El Estado catalán" y la "indisoluble unidad de la nación española".

miércoles, 21 de julio de 2010

Nueva Granada, Gran Colombia, República de Colombia. Bicentenario de la guerra civil independentista.

Cartagena

Bicentenario colombiano
Por: Isaac Bigio (Internacionalista)

Desde mediados del 2009 Hispanoamérica viene celebrando varios bicentenarios. Hoy, 20 de julio, es la fecha oficial en la cual Colombia conmemora sus 200 años. Este hecho de por sí nos trae varias reflexiones: 1) La lucha inicial por la separación de España no se dio inicialmente bajo líderes e ideologías republicanas e independentistas. Más bien, fue la propia corona española la cual, tras que Napoleón Bonaparte invadió su reino, llamó a crear juntas de resistencias por doquier. Este ejemplo fue seguido por varias ciudades americanas, quienes declararon su fidelidad al monarca depuesto (Fernando VII), pero manteniéndose autónomos ante las juntas de resistencia de Andalucía.

2) No existió una lucha total entre los europeos contra los americanos. Así como la conquista española se dio gracias a la alianza entre peninsulares y numerosas naciones amerindias, las guerras post-1808 dividieron a muchos americanos (y también europeos) pues muchos españoles apoyaron a las colonias y varios de los pueblos con más influencia indígena (como Pasto o Loja) se aliaron con Madrid contra los criollos separatistas. La lucha por la autonomía devino en un movimiento independentista que dividió a los propios americanos. En el caso colombiano inicialmente creó una guerra civil entre federalistas y centralistas que fue aprovechada por la corona para reconquistar el país (1815-19).

3) En ese entonces todos los pueblos desde la Patagonia hasta la actual California, con excepción del Brasil (sede mundial del imperio portugués) y de algunos territorios del Caribe, se reclamaban a sí mismos como "españoles americanos". Las nuevas juntas americanas originaron una nueva Constitución en el imperio panhispánico (la de Cádiz 1812), la misma que aceptaba la igualdad entre los españoles americanos y los europeos.

4) El término América Latina no existía. Este se impondría medio siglo después como justificativo del imperio francés para anexionarse México y los países que hablaban una lengua latina. Este concepto hoy es inadecuado, pues no incluye a Canadá (donde se concentra más del 90% de la población americana que habla el francés como lengua materna), separa a los países sud y centro americanos entre quienes hablan un idioma romance y los que hablan inglés u holandés, aparta a los 50 millones de hispanos de EE.UU. de "América Latina" y crea una supuesta identidad latina a pueblos de origen ibérico, amerindio y africano, ninguno de los cuales habla el latín ni proviene de la cuna del latín (centro de Italia).

5) La palabra Colombia fue creada por Francisco de Miranda (en su exilio en Londres o a su ida en barco a liberar Venezuela) para referirse a TODO el continente de Colón. Luego en 1819 se dio para designar a lo que fue el virreinato de Nueva Granada, que en ese entonces incluía a los actuales Ecuador, Colombia, Venezuela y Panamá, a la mayor parte de Guyana y a partes de los actuales Brasil, Perú y Costa Rica.

6) En 1830 la "Gran Colombia" se dividió en 3 repúblicas que hasta hoy son las únicas del mundo en compartir la misma bandera: Ecuador, Venezuela y Nueva Granada. Esta última luego cambió su nombre dos veces hasta que en 1886 se crea la actual República de Colombia, la cual se dio tras la victoria militar conservadora sobre los federalistas.

7) En 1903 Colombia sufrió su última escisión cuando EE.UU. promovió la separación de Panamá para crear una república que le permitiese tener en su corazón un canal bajo su control.

Fuente: Diario Correo (Perú). 20 de Julio del 2010.

Recomendado:

Bicentenario de la Independencia del Cono Sur.

martes, 20 de julio de 2010

Patrice Lumumba y la independencia del Congo. El asesinato del Primer ministro congolés.

Firma del acta de Independencia del Congo



La frustrada independencia de 1960 y el martirio de Lumumba (3/6)

Por: Jorge Magasich

Los líderes políticos congoleses y las autoridades belgas, reunidos en la Mesa redonda en Bruselas, fijan las elecciones parlamentarias y provinciales para mayo de 1960. El Movimiento Nacional Congolés, de Lumumba, obtiene la mayoría relativa, con 35 escaños sobre 137, seguido por partidos regionales, cada cual influyente en su provincia. Tras una negociación entre los dos primeros bloques parlamentarios, el líder de la ABAKO, Kasavubu, es designado Presidente, función comparable a la del rey belga, y Lumumba es investido Primer Ministro. Este consigue la mayoría en la Cámara y designa al primer Gobierno del Congo independiente.

De origen humilde, Patricio Lumumba había cursado sólo algunos años de escuela primaria –la única posible para los colonizados– en escuelas católicas y protestantes. Prosigue su instrucción como autodidacta, combinando trabajos con estudio. Un puesto de bibliotecario le permite estudiar francés, llegando a alcanzar un muy buen nivel general de instrucción. Aprueba los exámenes para acceder al estatuto de “evolucionado”. Luego consigue un trabajo como empleado de correos en Stanleyville (actual Kisangani) como contador de cheques. Pasará unos meses en prisión a causa de un asunto de sustracción de correspondencia. Cuando las autoridades belgas autorizan la formación de partidos políticos y sindicatos de trabajadores, Lumumba adhiere al naciente sindicalismo, aproximándose a los grupos apadrinados por los liberales belgas. En 1958, él es uno de los congoleses que viajan a Bruselas a la Exposición Universal, donde lo conmueve la imagen humillante de los congoleses transmitida en el evento; el Congo es representado por algunos negros deambulando alrededor de rucas, al estilo salvaje. De retorno a su país, Lumumba participa en la Conferencia Panafricana de Accra y en 1959 funda el Movimiento Nacional Congolés.

El 30 de junio de 1960, horas antes de la de proclamación de la independencia del Congo, Lumumba toma conocimiento de los discursos que serán pronunciados durante la ceremonia; en ella, el rey Balduino, en un tono paternalista dirá, “La Independencia del Congo constituye la conclusión de la obra concebida por el genio del Rey Leopoldo II, emprendida por él con coraje y tenacidad, y continuada con perseverancia por Bélgica. Cuando Leopoldo II emprendió esta gran obra que llega hoy a su coronación, no se presentó ante ustedes como conquistador sino como civilizador”. Y Kasavubu, sumiso, le responderá que los congoleses serán dignos de este legado. Lumumba decide replicar y redacta un texto. Una vez pronunciados los dos discursos oficiales, sube a la tribuna sin estar su intervención programada, y lee su célebre discurso que constituye una serena y emocionante denuncia del racismo y de la explotación colonial.

Las palabras de Lumumba calan de tal forma en su pueblo que quedan gravadas profundamente en la memoria social del naciente país. Medio siglo más tarde, los congoleses lo recuerdan como una respuesta digna del colonizado al colonizador y muchos de ellos pueden citar de memoria algunos de sus pasajes. En cambio, para el establishment belga el discurso de Lumumba constituye un insulto, y el Rey Balduino, sorprendido al escucharlo, casi abandona la sala durante el acto.

El gobierno de Lumumba está casi totalmente desprovisto de recursos materiales y humanos. En 1960, sólo unos 20 congoleses han obtenido un diploma de licenciatura, 14 de ellos en teología. Al mismo tiempo, el nuevo gobierno debe afrontar la fuga de capitales que había precedido la Independencia y el boicot de Bélgica y de otras potencias, decididas a conservar el control de la economía y de la política internacional de la naciente nación congolesa..

A los cinco días de vida independiente del Congo se amotina la Fuerza Pública (la única fuerza armada existente en el país) luego de que un oficial belga apunta en la pizarra del cuartel: “Independencia: antes = después”; los soldados indignados saquean propiedades de los colonos, violan y asesinan, incontrolados. El 11 de julio, la rica provincia de Katanga proclama la secesión, incitada por la empresa belga Unión Minera y poco después se declara independiente la región de Kasai.

Lumumba rompe con Bélgica y pide tropas a la onu. En septiembre, el Primer Ministro es destituido por el presidente Kasavubu, quien lo acusa de ser favorable a la Unión Soviética y es relegado a permanecer en su residencia. Después de un intento de fuga, Lumumba es detenido por el coronel Mobutu, el futuro dictador. El 17 de enero de 1961, Lumumba es enviado a la provincia secesionista de Katanga, donde es sometido a salvajes torturas y finalmente asesinado junto con sus compañeros Maurice M'Polo y Robert Okito. Para no dejar rastros de esos crímenes, un empleado belga de la Unión Minera se encarga de disolver sus cuerpos en ácido.

Bélgica reconoce su responsabilidad

Cuatro décadas más tarde, en 1999, la opinión pública belga se muestra particularmente sensible al respeto de los Derechos Humanos en las relaciones internacionales. Regularmente, varios editorialistas se preguntan, “si la Justicia belga ha lanzado una orden de arresto contra Augusto Pinochet y persigue a los responsables del genocidio en Rwuanda, ¿por qué no investigar también las zonas negras de la historia nacional? “

El gobierno liberal-socialista-ecologista de Bégica constituye una Comisión Parlamentaria encargada de “determinar las circunstancias exactas del asesinato de Patricio Lumumba y la implicación eventual de responsables políticos belgas”. Esta Comisión debe confirmar o refutar las sospechas de complicidades belgas en la ejecución de Lumumba, constantemente alimentadas por numerosos estudios históricos que han ido menoscabado las relaciones entre Bélgica y el Congo.

La Comisión de 15 diputados es dotada de los poderes de un Ministro en Visita: puede efectuar allanamientos e interrogar a testigos, pero sus trabajos no tienen alcances jurídicos, pues el caso ha prescrito y no se trata de un crimen de lesa humanidad. Durante dos años, cuatro expertos consultan numerosos archivos, incluso los de la monarquía, así como documentos personales inéditos.

En 2002, las conclusiones a las que llega esa Comisión establecen que “De manera general, es posible afirmar que desde los primeros momentos el gobierno belga no tuvo respeto por la soberanía del Congo”. La secesión de Katanga no habría sido posible sin el apoyo de la Unión Minera. Esta “creó grupos militares y paramilitares para defender sus intereses en la lucha armada contra los partidarios armados de Lumumba.”

El informe indica algunas responsabilidades, precisando qué ministros enviaron agentes para hacer trabajos de desestabilización política y sondear las posibilidades de dar un golpe de Estado. El ministro d'Aspremont Lynden habla en un telex de la “eliminación definitiva” de Lumumba. Todo esto utilizando recursos públicos, estableciendo el informe que “para financiar la política contra el Gobierno de Lumumba, el Gobierno belga recurrió a fondos secretos, algunos aprobados por el parlamento, otros no.”

La Comisión, en su informe, alude también a la responsabilidad del Rey, cosa extraordinaria en Bélgica: “El Jefe de Estado fue informado al menos una vez, [...] que la vida de Lumumba estaba amenazada”. Y los desacuerdos entre el Rey y el gobierno conducen al soberano “a actuar autónomamente. La Comisión constata que el Jefe de Estado obtuvo informaciones importantes que, probablemente, no fueron comunicadas al gobierno.”
La conclusión es que “ningún documento ni testimonio conocido por la Comisión, permite afirmar que el gobierno belga o algunos de sus miembros dieron la orden de eliminar físicamente a Lumumba”. Pero, “ciertos miembros del gobierno belga y otros actores belgas tienen una responsabilidad moral en las circunstancias que condujeron a la muerte de Lumumba.”

Tras la publicación del informe emitido por la Comisión, el ministro belga de Relaciones de la época, Louis Michel, reconoce la responsabilidad de “actores” belgas en el asesinato del Primer ministro congolés y de sus compañeros, y presenta sus excusas a las familias de las víctimas y al pueblo congolés, afirmando que “siente profunda y sinceramente lo ocurrido”. Al mismo tiempo, anuncia la creación de un Fondo Patricio Lumumba para auspiciar el “desarrollo democrático en la República Democrática del Congo”, dotado de una suma inicial de 3,75 millones de euros y que será alimentado anualmente de medio millón.

Sin duda, el informe de la Comisión Lumumba consigue esclarecer un pasado oscuro, que no deja de manifestarse en el presente. La editorialista de Le Soir, Colette Braeckman, concluye que el informe permite “Retomar el combate de Lumumba ahí donde el sabotaje, y luego la muerte, lo habían interrumpido: la construcción de un país unido, cuyo desarrollo podría pacificar toda la región.”


Discurso de Patricio Lumumba el 30 de junio de 1960 (extractos)

Congoleses y congolesas, combatientes de la Independencia, hoy victoriosos, yo os saludo en nombre del gobierno congolés. A todos ustedes, mis amigos, que han luchado a nuestro lado, les pido que hagan de este 30 de junio de 1960 una fecha ilustre y que la conserven inefablemente en sus corazones; una fecha cuyos significados enseñarán con orgullo a sus hijos para que estos, un día, transmitan a sus hijos y nietos la historia gloriosa de nuestra lucha por la libertad.

Ya que, si hoy se proclama la independencia del Congo en acuerdo con Bélgica –país amigo con el que tratamos de igual a igual –, ningún congolés digno de ese nombre podrá olvidar que ella fue conquistada por la lucha, una lucha cotidiana, una lucha ardiente e idealista, una lucha en la que no medimos ni nuestras fuerzas, ni nuestras privaciones, ni nuestros sufrimientos ni nuestra sangre.

De ésta lucha que fue de lágrimas de fuego y de sangre, estamos orgullosos en lo más profundo de nuestro ser, ya que fue una lucha noble y justa, una lucha indispensable para terminar con la humillación y la esclavitud que se nos impuso por la fuerza. Este fue nuestro destino durante 80 años de régimen colonialista; nuestras heridas son aún demasiado frescas para poderlas separar de nuestra memoria.

Conocimos el trabajo agotador exigido a cambio de salarios que no nos permitían comer lo necesario, ni vestirnos o albergarnos decentemente, ni educar a nuestros hijos como seres queridos. Conocimos las ironías, los insultos, los golpes, que debíamos soportar mañana tarde y noche porque éramos Negros. ¿Quién olvidará que a un Negro se le decía “tu”, no como un amigo, por supuesto, sino porque el “Usted” honorable estaba reservado únicamente a los blancos?

Conocimos la expoliación de nuestras tierras en nombre de textos presuntamente legales cuya finalidad era establecer el derecho del más fuerte. Conocimos que la ley era diferente cuando se trataba de un negro o de un blanco, acomodable para unos, cruel e inhumana para los otros. Conocimos los sufrimientos atroces de los relegados por sus opiniones políticas o sus creencias religiosas: exilados en su propia patria su suerte era peor que la propia muerte. Conocimos las villas magníficas para los blancos y las chozas ruinosas para los negros, que un negro no era admitido ni en los cines, ni en los restaurantes, ni en las tiendas “europeas”; que un negro viajaba en el casco de las barcazas a los pies del blanco en su cabina de lujo.

¿Quién olvidará las descargas donde perecieron tantos de nuestros hermanos o los calabozos donde fueron brutalmente lanzados los que se negaban a someterse al régimen de injusticia, de opresión y de explotación del que los colonialistas habían hecho un instrumento de dominación?

De todo eso, mis hermanos, sufrimos profundamente.

Pero todo eso, decimos nosotros a quienes el voto de vuestros representantes elegidos nos autoriza a dirigir nuestro querido país, nosotros que sufrimos la opresión colonialista, les decimos: de hoy en adelante todo eso ha terminado.

La República del Congo ha sido proclamada y nuestro querido país está ahora en manos de sus propios hijos. Juntos hermanos vamos a comenzar una nueva lucha, un lucha sublime que va a conducir a nuestro país a la prosperidad y a la grandeza.[...]

Fuente: Diario Clarín de Chile. miércoles, 09 de agosto de 2006.

Recomendado:

El Congo belga, de 1908 a 1960 (2/6).

domingo, 18 de julio de 2010

Las guerras entre los caudillos militares: la legitimación de la violencia y la voluntad de preservar la República.

Batalla de Ayacucho (9 de diciembre de 1824)

“Es inevitable preguntarse por qué entre tanta guerra no se balcanizó el Perú”

Historiadora y docente en Sewanee (Tennesse, EEUU), Carmen Mc Evoy se ha especializado en estudiar el Perú del siglo XIX. Soldados de la República, libro que acaba de publicar con José Luis Rénique, rescata los archivos de los presidentes Orbegoso y Nieto que se hallaban en Chile. Las guerras entre los caudillos militares, en los albores de la República, afloran con nitidez en estos manuscritos que darán mucho que hablar.

Por: Federico de Cárdenas

La primera pregunta es obvia: ¿cómo es que este archivo termina en Chile?

–Es la gran pregunta. ¿Cómo este epistolario –que no es uno cualquiera, sino de dos presidentes del Perú– termina en un archivo privado que la esposa de Benjamín Vicuña Mackenna vende al gobierno de Chile? Mi impresión es que estas cartas forman parte del tráfico de documentos que ocurre en los años de la ocupación (1881–84), cuando las fuerzas chilenas entran a Palacio. Allí funcionaban todos los ministerios peruanos, y es posible que se hallaran en algún lugar especial, de donde fueron tomadas. Narciso Castañeda, que fue secretario de Vicuña, estuvo en Lima y encontré una carta suya en la que le informa que le está recopilando papeles de diversos lugares. Un coleccionista requiere siempre de una contraparte que funcione de proveedora, y este fue el caso. Es posible que hubiera más, pues muchos generales también le enviaban libros y documentos. Era insaciable.

–En tu estudio planteas un doble rol de la correspondencia en una época en que todo se manejaba por carta: servían como fuente de información, pero podían convertirse en fuente de acusación si caían en manos enemigas.

–Es la paradoja de la carta. Las requieres para fines militares: tienes que escribir a tus proveedores, pero al mismo tiempo llevan a tus aliados parte de tu estrategia. Si esas cartas caen en manos de tu enemigo, puede saber con antelación cuáles serán tus movimientos. Por eso es que también habían cartas que desinformaban, con datos falsos.

–Y también existía el riesgo inmediato de que se publicaran.

–Claro, hay corresponsales que “escriben para la Historia” (Santa Cruz, por ej.) y otros que escriben desde la coyuntura, que es el caso de Castilla. Cuando Santa Cruz escribe a Nieto u Orbegoso siempre se está justificando, al punto de no querer cruzar la frontera con el Perú sin permiso del Congreso. Por eso sus cartas son tan interesantes, siempre hay argumentación en ellas.

–Leyendo el epistolario, queda la impresión de 15 años de increíble violencia. Basadre los denominó “años de anarquía”. ¿Este choque de caudillos tenía necesariamente que producirse o hubiera podido evitarse?

–Es una pregunta clave. Creo que estamos ante una suerte de parto violento que difícilmente hubiera podido evitarse porque nace en la guerra de la Independencia y dura hasta Castilla, el general victorioso que logra hacerse respetar por todos. El escenario de la Independencia es el Perú, por eso la portada del libro con la batalla de Ayacucho. Luego de leer estas cartas ha cambiado mi visión de la República –que siempre fue civilista–, pues he descubierto que estos caudillos también están pensando en ella. Claro, es una república que tiene un elemento de violencia en su matriz. Primero porque cada caudillo trata de imponer su propio proyecto, que considera el mejor; segundo, porque aún no estamos hablando de un ejército nacional. Son facciones que se disputan una legitimidad siempre elusiva. Ya no existe el poder del rey y se discute qué liderazgo lo reemplazará. Además, mientras se producen estas guerras intestinas hay muchos civiles que siguen en sus puestos.

–No hay que olvidar que estos generales se definen también como republicanos.

–Para ellos la dictadura es algo aceptado. Es la tradición romana del dictador como salvador cuando la república está en crisis. Actúan para salvar a la patria de la anarquía, y utilizan la violencia como regenerador. En cada revolución, la república se refunda.

–También manejan un ideal de orden, actúan por el bienestar de la República, aunque pocas veces se cumpla.

–Las cartas muestran la lógica de la anarquía. Por un lado, los generales van a la guerra en clave republicana y en defensa de la Constitución, aunque no sea así; por otro lado, hay la tensión que señalas entre el interés nacional y el interés personal, una frontera que aún no ha sido trazada y que entiende, por ej. que si has combatido en Ayacucho, el Estado tiene una deuda contigo (y aquí entra el tema de la corrupción y las redes clientelares). Los únicos que domestican su interés personal en aras del nacional son primero Gamarra y luego Castilla.

–¿Las rivalidades entre caudillos que se dan en este periodo son personales o producto de intereses de clanes, facciones o partidos?

–Creo que vienen de la guerra y lo que deja: un país fracturado. No hay que olvidar que muchos de ellos pertenecieron al ejército español (Gamarra, Santa Cruz), otros llegaron con San Martín y Bolívar y se quedaron, como Miller. Quien es el primer soldado de la república es Nieto. Orbegoso formó parte de la aristocracia colonial. Uno que fue institucionalista, pero lo sacaron, fue La Mar, y aquí es revelador que su edecán personal fuera Nieto. En cambio quien fue faccionalista y autoritario es Gamarra. Hubo tendencias al interior de la anarquía, y hasta regionalismos ligados a algunos caudillos, como la naciente Moquegua a Nieto.

El rol de los civiles

–¿Cuál fue el rol de los civiles en este período? Porque los civiles están ahí y además hay un Congreso que funciona. Mencionas que la ideología castrense incorpora elementos liberales. ¿Estos serían aportación civil?

–Nieto tenía tendencias liberales y en sus cartas habla de elecciones, soberanía, lo que demuestra que el ejército se se va nutriendo de ideología republicana. Escuchan las discusiones en el Congreso o al muy influyente Luna Pizarro. Sí hubo tendencias liberales, pero después se pierden. Es lo que hace también a ese momento tan interesante, pues se da una suerte de experimentación política.

Pero pasemos al tema de los asesores –Basadre los llama “hombres de traje negro”– que son los que hablan a los militares en clave republicana (el rol de un soldado es preservar la unidad de la república, etc). Es un rol ideólogico, pero no hay que olvidar otro: su intervención en la construcción del Estado. Hay burocracias regionales, prefectos que informan a Lima. En cuanto a nombres, Luna Pizarro es uno, Távara otro; también Pando, que fue ideólogo de los conservadores . Se construye un Estado, aunque sea por parches, y fue tarea civil.

–Es sabido que el Partido Civil vino mucho después, con Pardo, pero ¿hubo algún germen en este periodo, un club civilista?

–No. Aquí los que llevan el mando son los militares. Ellos han participado y ganado las grandes batallas y se sienten los únicos que deben dirigir. Es un momento en que sus rivales no fueron los civiles, sino otros militares. La gran tarea de estos jerarcas es imponer la unidad dentro del ejército. Los civiles no existían como grupos de poder, pues la infrastructura del país había quedado en ruinas. Recién conel gobierno de Castilla aparecen Elías y algunos clubes políticos.

Anti–Tocqueville

–Me interesó ese elemento”antitocquevilliano” que encuentras y que impidió que el Estado se centralizara y optara por la modernidad.

–Es un tema fascinante. En los orígenes de la República predomina lo corporativo sobre lo individual. Locke no habría tenido nada que hacer aquí. Gabriela Charamonti, en un trabajo apasionante, ve como fórmula política un pacto de los pueblos con el caudillo. Como estas guerras se desarrollan a nivel nacional, los pactos se renuevan y los pueblos le otorgan al caudillo no solo la legitimidad para pelear la guerra, sino lo proveen de su logística (mulas, comida, forraje, dinero). Si el gobernante rompe el pacto –que es una forma de distribución por medio de bienes y puestos públicos– la violencia es legítima. Esta ruptura era frecuente por la inestabilidad y la suerte de guerra permanente. La tendencia solo desaparece en el decenio del 70, con Pardo.

–También, pese al fraccionamiento, hay un reacomodo de la burocracia y de los liderazgos regionales en función del caudillo, porque saben que lo necesitan.

–Claro, es un mecanismo perverso que Castilla identifica cuando dice que estas revoluciones se dan básicamente por empleo. Castilla es un sobreviviente y un pragmático y se da cuenta de que debe encontrar un modo para detener la guerra, que es el guano, con cuyo dinero logra estabilizar la situación, pues paga a cada uno de los veteranos sus pensiones. Todos son recompensados y así se crea una estabilidad ficticia, porque el dinero se acaba y luego recomienza la guerra.

–¿Y no interviene aquí un elemento que hace que luego de tantos años de guerra, estos caudillos no toleraran la paz?

–Es cierto. Son soldados de un imperio que ya no existe, pero que han sido entrenados para la guerra y no saben vivir en paz. Son guerras de destrucción permanente en las que la palabra negociación no existe. Solo así podemos entender que una facción se vaya a Chile, se asocie con Portales y retorne para luchar contra la confederación. Hay aquí un “ethos” que no es moderno y que impide que estos soldados reflexionen tanto sobre sus alianzas. Chile en eso era más moderno, pues al intervenir tenía una visión geopolítica y defendía el predominio de Valparaíso sobre el Callao.

No nos balcanizamos

–En medio de estas guerras intestinas rescatas un elemento, que es la continuidad de la República, pues nadie atentó contra la unidad del país, que pudo acabar fraccionado.

–Es verdad. Es que si tú analizas este escenario de guerra civil, de invasión, de derrota, es inevitable preguntarte por qué el Perú no se balcanizó. Y creo que no ocurrió porque pese a la tendencia a la destrucción que hay en el caudillo había también en ellos una voluntad de preservar la República. Es una especie de esquizofrenia. Lo que más me sorprende en estas trayectorias es la voluntad de sobrevivir. Es un caso claro en Nieto, acaso el personaje menos conocido y más articulado, que aún en medio de la derrota puede reconstruirse. Para mí es un claro antecedente del tipo de soldado que fue Cáceres, que supo resistir, devolviéndonos de alguna manera el honor en medio de la derrota.

Fuente: Diario La República, suplemento "Domingo". 18 de julio del 2010.

Recomendado:

Soldados de la República. Guerra, correspondencia y memoria en el Perú (1830-1844).

El diplomático peruano Pedro Paulet, pionero de la astronáutica mundial.

Pionero aeroespacial

Por: Álvaro Mejía*

Julio, 1927. Hermann Oberth y Max Valier fundaban la Sociedad Astronáutica Alemana (Verein für Raumschiffahrt o VfR). Buscaban construir un motor de combustible líquido, tan ligero para que una nave tripulada pudiese viajar al espacio exterior.

Octubre, 1927. El diplomático peruano Pedro Paulet, en carta a El Comercio, afirmaba que tres décadas atrás había inventado una nave espacial, el avión torpedo, que funcionaría con motores de ese tipo. La ponía al servicio del Perú. Los peruanos lo ignoraron. Los alemanes no.

En 1928, Paulet llegaba a Berlín, vinculándose con la VfR, mientras un libro de Max Valier y otras publicaciones germanas lo declaraban pionero. Henry Ford quiso pagarle mucho dinero para usar su motor en autos de carreras. El Ejército alemán, en misiles. Paulet dijo que no intentó traer a los alemanes al Perú para ayudarlo a fabricar su nave. Estos siguieron adelante. Aunque Oberth y el industrial Opel intentaron construir su motor, el primero en fabricarlo para un auto de carreras fue Valier, en 1930. En 1931, el presidente de la VfR lanzó un cohete con ese motor. En 1932, Wernher von Braun, de la VfR, aceptó hacer los V2, misiles temidos en la Segunda Guerra Mundial.

Arquitecto del futuro

Paulet construyó en Arequipa la capilla del hospital Goyeneche, su proyecto arquitectónico más celebrado, calificado como una pequeña Capilla Sixtina. Pero el más ambicioso, de 1933, era de ciencia ficción. Represando el río Rímac se haría una laguna para hidroaviones; al lado, una Basílica a Santa Rosa de Lima —el monumento más grande del mundo para ser visto desde aire, mar y tierra, como la estatua de la Libertad—; y tres carreteras que partían de ese núcleo. Una hacia el Callao para recibir a los inmigrantes; otra hacia el Cusco; y la última hacia la Amazonía, para poblarla por colonos europeos.

En 1935, tras servir como cónsul en Yokohama, publicó “El Japón moderno y sus bases económicas”, anticipando lo que son hoy la economía japonesa y las relaciones comerciales entre los países del Pacífico. El emperador japonés lo distinguió con la espada imperial.

Una potencia peruana

El verdadero proyecto de Paulet era hacer del Perú una potencia. En 1940, predijo la derrota del nazismo, aunque sugería que imitáramos a Alemania, que se había reconstruido sin dinero más de una vez. Proponía asociarnos con Argentina, donde soplaban vientos industrialistas. Más tarde, como diplomático en este país, fundó la Cámara de Comercio Peruano-Argentina. Proyectaba, en realidad, la Unión Sudamericana y como vía de integración, el ferrocarril sobre la diagonal Buenos Aires—Lima, un camino inca olvidado durante la Colonia que unía el Perú, Bolivia, Argentina y Chile. Murió en 1945. Meses después, Von Braun se rendía a los EE.UU. y en 1958, tras áspero debate por su pasado nazi, fue nombrado director de la NASA. En 1966, reconoció brevemente al peruano en su “Historia mundial de la astronáutica”. En 1969, sin embargo, cuando el hombre pisó la Luna, pocos lo recordaron. La obra de Paulet ilustra la Tercera Ley de Arthur Clarke: “Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”.

Vocación

Paulet pudo ser artista o sacerdote. Definió su vocación cuando la Universidad de Harvard puso en Arequipa un observatorio astronómico. Con 20 años, el Gobierno lo becó para que estudiara ingeniería y arquitectura en Francia. Inventó ahí el motor a reacción con un combustible tomado de un libro de Julio Verne. En 1902, Georges Méliès estrenaba “Viaje a la Luna” y Paulet firmaba el avión torpedo, nave reutilizable como el Transbordador de hoy, con un ala delta pivotante con motores-cohete en la base.

[*] Miembro del Instituto de Estudios Históricos de la FAP. Prepara una película sobre Paulet.

Fuente: Diario El Comercio, Suplemento "El Dominical". 18 de Julio del 2010.
Recomendado:

miércoles, 14 de julio de 2010

Historia de la lucha autonómica de Cataluña. Entre el "El Estado catalán" y la "indisoluble unidad de la nación española".

Prohibir realidades no soluciona nada

Por: Borja de Riquer Permanyer
Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).

A lo largo de casi un siglo, las pretensiones de muchos catalanes de lograr un mejor acomodo y reconocimiento dentro de España han sufrido una serie de frustraciones y éxitos que quizás hoy, tras el reciente fallo del Tribunal Constitucional (TC), pueden ser útiles recordar y analizar. En 1918-1919 naufragó en las Cortes Españolas un primer proyecto de Estatuto de Autonomía para Cataluña impulsado básicamente por la Lliga Regionalista. Ello significó el fracaso de la vía regeneracionista propiciada por Francesc Cambó, la que deseaba reformar y modernizar el Estado y resituar el concepto de nación española. Ante esa frustración, el diario madrileño El Sol anunció su temor de que a los partidarios de convertir Cataluña en "el Piamonte de España" les seguirían los que preferían que fuese "una Irlanda".

El 14 de abril de 1931, un "irlandés", Francesc Macià, proclamó unilateralmente la República Catalana en el marco de la ruptura política con la Monarquía española. Sin embargo, y desde la posición de fuerza que le otorgaban los hechos consumados, Macià se avino a rehacer el pacto hispánico si el nuevo régimen español tenía un carácter confederal o federal. Año y medio después, el proyecto de Estatuto catalán aprobado masivamente en un plebiscito en agosto de 1931, era rebajado notablemente por las Cortes Republicanas y reducido a un régimen autonómico regional dentro de un "Estado integral", en absoluto federal. Macià y los suyos, por pragmatismo y pensando sobre todo en la necesidad de estabilizar el régimen republicano, aceptaron la solución.

Tras casi 40 años de dictadura centralista y nacionalista española, un nuevo proceso de cambio político, fruto de un pacto y no de una ruptura como el republicano, culminó en una Constitución que convertía a España en un Estado ampliamente descentralizado, aunque no federal. De este modo, el nuevo régimen autonómico catalán, el Estatuto de 1979, apenas se diferenciaría de los otros, dado que la Constitución convertía la autonomía en obligatoria para todas las regiones españolas. Ahora bien, dado que el pacto político era el fruto de las circunstancias de la Transición, la Constitución fue interpretada por muchos como el punto de partida que marcaba el fin de la dictadura y el inicio de un proceso democrático que posibilitaría futuras reformas e incluso desarrollar y concretar la ambigua solución dada a las nacionalidades y regiones. Otros, en cambio, interpretaron la Constitución como el punto de llegada, el marco final y máximo de las atribuciones autonómicas. Estos últimos lograron incluir en el texto constitucional la "indisoluble unidad de la nación española", es decir, que no había lugar para los que no se identificasen con esa nación única y obligatoria.

En 2006, animados por el talante del presidente Rodríguez Zapatero, con sus declaraciones favorables al reconocimiento de la "España plural", y tras más de 30 años de contradictoria "vía autonómica", la mayoría de los partidos políticos catalanes -representando más del 80% de los votos- elaboraron un nuevo Estatuto con la pretensión de forzar al máximo el texto constitucional y plantearse el reconocimiento de la nación catalana dentro de España. El texto fue a grandes rasgos aceptado y votado por las Cortes Españolas y ratificado en referéndum por la mayoría de los catalanes. Sin embargo, tras cuatro años de discusiones, el TC se ha ratificado en una lectura restrictiva de los aspectos ideológicamente más nacionalistas del Estatuto. Su fallo significa la victoria de la visión de la Constitución como el punto final, como se han apresurado a proclamar con no poca satisfacción bastantes dirigentes populares y socialistas. En cambio, en Cataluña, aumenta la percepción de estar ante la enésima derrota de la voluntad de intervenir e influir en la política española, de buscar soluciones de concordia y de progreso común. Predomina una extraña sensación de perplejidad política ya que ni se puede incidir en lo que es compartido -una lectura más amplia de la Constitución- ni tampoco se les permiten ordenar y definir lo que es propio -el Estatuto-.

Así que, fracasada la vieja "vía piamontesa", agotada la "autonómica" y rechazada la "federalizante", quizás vuelva a resurgir con fuerza la irlandesa, ya que dudo que haya en España un "talante" gubernamental dispuesto a posibilitar la civilizada "vía escocesa". Pienso, por tanto, que nos esperan años de tensiones dado que de poco sirve prohibir las realidades identitarias existentes. Realmente, ¿puede el TC hacer un dictamen político que niega el reconocimiento legal de la pluralidad de identidades existente hoy en España? Resulta, así, que ahora ya ni la compleja definición de España como "nación de naciones" es constitucional. ¿Es tan difícil aceptar que la mayoría de los catalanes consideran que su nación es Cataluña sin que por ello nieguen la existencia de la nación de los españoles? Víctor Balaguer se lamentaba hace siglo y medio de que para muchos de los españoles "no hay más nación que Castilla, ni más glorias nacionales que las glorias castellanas". ¿Por qué la Constitución no puede reconocer un hecho social y político objetivo como es que muchos ciudadanos se sienten nacionalmente catalanes, vascos o gallegos? ¿Deberemos esperar medio siglo más para que los planteamientos fundamentalistas den paso a los realistas?

Fuente: Diario El País. 14/07/2010.

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El nombre de las cosas (Fernando Savater).

martes, 13 de julio de 2010

La nacionalidad criolla como consecuencia de la independencia y no su fundamento. Nuevas corrientes de interpretación de la independencia.

La independencia latinoamericana

Por: Antonio Zapata (Historiador)

Años atrás se pensaba que la independencia era consecuencia de la formación de nacionalidades criollas que habrían precedido a la emancipación. En efecto, para el Perú se postulaba que había una conciencia nacionalista que cobró cuerpo en el siglo XVIII y que había nacido con la consagración de Santa Rosa como primera santa americana. Ese espíritu criollo habría ido robusteciéndose para finalmente concretarse al crearse los Estados libres de Latinoamérica comenzando el siglo XIX.

Hoy en día esa interpretación ha sido puesta en cuestión. En efecto, se postula que esa nacionalidad criolla fue una consecuencia de la independencia y no su fundamento. En realidad, el imperio español estalló en el centro y la onda alcanzó las colonias americanas. El punto de partida se halla en la prisión de los reyes españoles por Napoleón en Bayona y la cesión del reino al hermano de Bonaparte, José, el famoso “Pepe Botella”.

En ese momento se abrió una honda crisis de legitimidad. La gente se planteó una acuciante pregunta, ¿a quién obedecer? Como no hubo una respuesta válida, la elite asumió que el poder volvía a las ciudades. El pensamiento político de la época concebía la existencia de un pacto entre el monarca y sus gobernados, para ejercer el poder legítimo. En consecuencia, al romper el monarca el pacto, por los sucesos de Bayona, el poder volvía a sus gobernados, que lo ejercerían hasta reconstituir ese compromiso.

El principal historiador de esta nueva corriente de interpretación viene al Perú la próxima semana. Se trata del profesor José Carlos Chiaramonte, quien dará una charla magistral en la PUCP a propósito de los 200 años de la revolución argentina de mayo.

El profesor Chiaramonte ha elaborado una versión que surge de la convergencia entre las ciencias políticas y la historia. Su presentación es mucho más conceptual que los simples relatos, y en tanto ello, constituye un parecer sobre la dinámica de nuestras sociedades.

Uno de sus libros principales se titula Nación y Estado en Iberoamérica. Ahí sostiene que al romperse el pacto colonial, las elites actuaron pensando con los criterios del derecho natural, que se aprendía en los centros de enseñanza dieciochescos. Se sostenía que las ciudades eran la base del reino y que, por lo tanto, los cabildos ejercerían el poder en búsqueda de restablecer la legitimidad política.

La revolución de la independencia atravesó una primera fase de profundo localismo. Cada ciudad rebelde tomaba el poder, formaba su junta y constituía una pequeña fuerza armada. Sólo en una segunda fase, los grandes líderes, San Martín y Bolívar, lograron constituir ejércitos centralizados capaces de derrotar a los realistas. Así, el ejército habría formado al Estado independiente y éste habría creado las nacionalidades criollas.

En el Perú, la historiografía ha ofrecido varias explicaciones para el control político que conservó el virrey, en contraste con la mayor parte de Latinoamérica. Pero, quizá nuestra excepcionalidad no sea tan elevada. Ahí está Francisco de Zela que se levantó en Tacna en 1811; además, la gran revuelta del Cusco conducida por los hermanos Angulo y el cacique Pumacahua fue en 1814.

El Perú del interior participó del mismo movimiento general que se registraba en Latinoamérica.

Por su parte, Lima se mantuvo fiel a España y depositó su confianza en Abascal. Pero, este es un fenómeno regular, porque en la historia peruana, las provincias suelen ser más revolucionarias que la conservadora capital. Sobre este período crucial de la cuna latinoamericana, tendremos ocasión de escuchar la autorizada opinión del doctor Chiaramonte este lunes 21 a las 6:30 p.m. en la PUCP.

Fuente: La República. Mié, 16/06/2010.

Recomendado:

Bicentenario peruano: Visión heroica, episódica, maniquea y elitista de la historia.

lunes, 12 de julio de 2010

España, Guillermo de Orange "El Taciturno" y el himno holandés (primero del mundo).

La Furia comió naranjas

Por: Aldo Mariátegui (Periodista)

LIMA No puedo menos que regocijarme con este triunfo español en el Mundial. Por muchas razones. Porque España juega bonito, cual equipo sudamericano de los de antes. Porque de allí venimos. Porque ya era hora de que gane uno nuevo. Porque allá me formé y trabajé. Porque de allí proviene la compañera de mi vida. Porque adoro su idioma, su literatura, su pintura, su cine, su arquitectura, sus danzas, sus artes, su cocina, sus paisajes, sus manchegos Quijotes y Sanchos, su temperamento, su ingenio... Porque al menos que gane la Madre Patria a falta de latinoamericanos en liza (aunque muchos guías cusqueños de ruinas suelten las barbaridades que ladran cuando pasean a los turistas y Velasco nos haya inoculado tanto odio contra España -y Chile- en nuestros libros escolares de historia).

De otro lado, Holanda no puede dejar de apenarme. Debe ser horrendo perder tres finales y siempre con buenos equipos (sobre todo en los Mundiales de Alemania y Argentina, donde eran superiores a los locales). Su gente es la más simpática de Europa, después de los españoles y portugueses.

El cosmopolitismo y la tolerancia que se respiran en Ámsterdam son únicos. Y como me decía un amigo, los neerlandeses estaban de locales en un país donde sus hijos los bóers (o afrikáners, porque se consideran una tribu tan africana como las negras. Son una mezcla de holandeses calvinistas con mercenarios alemanes de la Guerra de los Treinta Años y hugonotes o calvinistas franceses) dominaron hasta hace muy poco.

Y si bien España fue mejor y Holanda pateó demasiado (ese árbitro Webb era más lento aún que Richard), la historia hoy sería naranja si Robben define el gol en esos dos mano a mano que tuvo con Casillas. Quedar terceros otra vez... Es que Holanda siempre ha sido un casi. Por poco fue la potencia mundial dominante siendo la cuasi república de los "estatuders", cuando sus exploradores colonizaron Indonesia, lo que es hoy Nueva York (de allí vienen nombres como Harlem, Bronx o Brooklyn), el norte de Brasil y Sudáfrica, pero entre el inglés Cromwell y el francés Luis XIV abortaron esta potencia.

Otro detalle curioso es el himno holandés, llamado "El Guillermo", el primero en el mundo, pues data del siglo XVI -muy anterior al inglés "God sabe the King" (1745) y "La Marsellesa" francesa (1792)- y nace de una reacción patriótica contra la dominación española. Como se sabe, el Imperio Español tuvo su Vietnam en los Países Bajos, donde el Duque de Alba y Torquemada trataron de pacificar a estas provincias protestantes rebeldes con métodos que harían sonrojar a los nazis. Fue un conflicto muy largo hasta que se consiguió la independencia, siendo el luterano Guillermo de Orange (o naranja. De allí viene el color nacional holandés), conocido como "El Taciturno" (¡hablaba menos que Castañeda)!, quien lideró la revuelta antes de ser asesinado por órdenes de Felipe II ("Ofrezco una recompensa de 25,000 coronas al que mate a esa peste del conjunto de la cristiandad y enemigo de la raza humana").

"El Guillermo", obviamente en honor a "El Taciturno", está compuesto por 15 estrofas de ocho versos, cuyas letras iniciales forman el acróstico de Guillermo de Nassau. Sobresalen su primera y octava estrofa por su emotividad. La inicial reza: "Guillermo soy de nombre/De Nassau, Señor/A su Patria no hay hombre/Más fiel, con más fervor/Sin tacha, nada empaña/De Orange mi blasón/Al rey señor de España /Rendí yo siempre honor".

Le sigue una evolución de la opresión hispana, hasta llegar a la terrible octava estrofa: "Ni dolor ni laceria/Igualan dura ley /De saber en miseria/El buen país del Rey/Mi alma se atormenta/Oh noble pueblo y fiel/Viendo cómo te afrenta/El español cruel".

Bueno, lástima holandeses que "el español cruel" les afrentó una vez más. ¡Suerte para la próxima!

Fuente: Diario Correo. 12 de Julio del 2010.
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domingo, 11 de julio de 2010

Historia paralela de España y Los Países Bajos (Holanda).

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España vs. Holanda

Por: Isaac Bigio (Internacionalista)

La selección española de fútbol se volvió a clasificar por tercera vez consecutiva por 1 a 0. Por primera vez los íberos entran a una final y disputarán con Holanda quién será la octava nación en lograr tener el trofeo de la FIFA. En ningún otro previo mundial alguna de esas dos selecciones ha ganado la Copa y tampoco se han enfrentado entre ellos.

Alemania y Holanda son los dos vecinos que hablan una lengua germánica, mientras que quienes se enfrentarán contra ellos por el tercer y primer puesto son los hispanos de Uruguay y España.

Los choques futbolísticos entre países suelen traer a la memoria relaciones históricas.

Los hispánicos y los germanos estuvieron en lados opuestos durante el imperio romano. Los primeros fueron usados como tropas de choque contra los segundos, quienes (salvo algunas partes de las actuales Holanda y Alemania) se mantuvieron al margen del dominio de los césares.

Con la caída de Roma la península ibérica fue invadida y poblada por distintas tribus godas que provenían de las tierras germanas. Cuando los árabes conquistaron esa península los pirineos sirvieron de frontera entre la Hispania musulmana y el imperio franco-germano católico de Carlo Magno.

En el siglo XV España pasaría de ser el bastión mahometano de Europa a convertirse en el mayor pilar para la preservación y expansión del papado en todo el mundo. En el siglo XVI Carlos V fue el monarca castellano del Sacro Imperio Germánico (que incluía a las actuales Holanda, Bélgica, Luxemburgo y muchas partes de Alemania, Francia e Italia). El y su hijo Felipe II llegaron a ser los monarcas más poderosos del planeta, este último llegando a ser esposo de la reina inglesa y a dominar el grueso de las Américas y de lo que llegase a ser el imperio portugués.

Holanda llegó a ser conocida como los "países bajo españoles" desde mediados del siglo XVI hasta inicios del siglo XVIII, cuando ésta pasó a ser dominada por Austria.

Cuando Holanda inició la construcción de un imperio ultramarino chocó con los íberos, especialmente con Portugal, por el control de las Guayanas, Antillas, el nordeste brasileño y partes de África y Australasia.

Durante las dos guerras mundiales España se mantuvo neutral ante Alemania o ante la ocupación que sufrió Holanda, aunque la guerra civil española (1936-39) fue el laboratorio que usaron las tropas nazis para entrenarse.

Holanda tiene la ventaja de que juega en la que fuera su colonia (Sudáfrica) donde se habla mucho el afrikáner (un idioma derivado del suyo). Si España gana se convertiría, tras Uruguay, Brasil y Argentina, en el cuarto equipo iberoamericano en lograr el cetro mundial.

Fuente: Diario Correo (Perú). 10 de Julio del 2010.

Historia del encuentro entre la lengua Quechua y Castellana.

Del cacique al carnero de la tierra

Voces. El lingüista Carlos Garatea ha publicado un libro (*) que rastrea el encuentro del español con el quechua y las otras lenguas autóctonas. Un recorrido por voces nuestras y ajenas.

Por: Jorge Paredes Laos (Escritor)

Los indios llamaban “zara” al maíz y a los principales señores de grandes tierras “curacas” y no “caciques”. Contra lo que comúnmente se cree, ni maíz ni cacique son voces quechuas, sino americanismos centroamericanos, cuyo uso se fue imponiendo a lo largo del Perú colonial hasta reemplazar a los vocablos originarios. ¿Cómo fue este cruce de voces? ¿Cuánto le tomó al hombre de estas tierras entender y hablar esa lengua extraña venida del otro lado del mundo? ¿Cuánto cambió el español luego de su contacto con las lenguas americanas?

Estas preguntas bien pueden plantearse a partir de la lectura del ensayo “Tras una lengua de papel. El español en el Perú”, del lingüista Carlos Garatea, quien a partir del análisis de textos jurídicos y de crónicas coloniales explica la evolución de la lengua de Castilla en América. Si algo sintetiza esta historia es que el idioma nos fue impuesto bajo tres elementos: la ley, la cruz y la espada.

Castellanización

Garatea se pregunta por qué los españoles querían educar a los indígenas en el castellano. ¿Era solo por instruirlos y enseñarles la fe o más bien existía un propósito utilitario, para establecer nexos que aseguraran el control de la población? “No sé —agrega— si en todos los casos la castellanización fue brutal (la letra con sangre entra), lo que creo es que, además, hubo acercamientos amistosos a cambio de servidumbre. Se educaba a los hijos de los indios, a cambio de que estos trabajasen en las casas de los españoles”.

Palabras cruzadas

El reemplazo de voces como maíz y cacique por zara y curaca, y la difusión de la palabra panameña “chicha” ocurrió desde muy temprano. “Menciono estas palabras para demostrar cómo la difusión del español en esta parte de América supuso también la inserción de otras voces americanas no andinas en el espacio andino”, explica el autor. “Lo interesante es que estas voces fueron escuchadas como parte del español. Y nuestros indígenas comenzaron a jugar con las palabras. Cuando estaban entre sus pares utilizaban curaca, pero cuando hablaban con los españoles decían cacique”.

Con el pasar del tiempo se olvidaron las voces quechuas y se adoptaron como autóctonos los nuevos términos. Cosa que no sucedió, por ejemplo, con la expresión “carnero de la tierra o de las Indias” que los españoles usaban para designar a las llamas. “Lo curioso es que los propios cronistas andinos como Guaman Poma o Santa Cruz Pachacuti adoptan esta expresión para hablar de llama, pero después cayó en desuso”, agrega Garatea. En este caso sí primó la voz original. Un cronista como el jesuita José de Acosta lo explica así en su “Historia natural y moral de las Indias (1590): “Ninguna cosa tiene el Pirú de mayor riqueza y ventaja que es el ganado de la tierra, que los nuestros llaman carneros de las Indias, y los indios en lengua general, los llaman llama; porque bien mirado es el animal de mayores provechos y de menos gasto de cuantos se conocen”.

Los españoles del Perú

En este tránsito de siglos, ¿qué identifica al español hablado en el Perú más allá del uso de diminutivos y del reiterativo “pues” o “pe”? “Lo primero que tenemos que entender —dice el lingüista— es que estamos hablando de una diversidad de modos de utilizar un sistema gramatical. Por eso no hay un español correcto o uno incorrecto, sino distintos modos de hablar la misma lengua histórica. Sin embargo, todavía se cree que ciertos patrones son mejores que otros, en desmedro de los hablantes de lenguas maternas indígenas. Esto es algo bien complejo, que caracteriza al país, y que debemos de encarar para solucionar parte de los problemas que tenemos como nación”.

Entender, finalmente, que una lengua es la portadora de la memoria de sus hablantes y que su respeto no es solo un tema lingüístico, sino una forma de conocernos y de reconocernos como sociedad.

[*] “Tras una lengua de papel. El español del Perú” (Fondo Editorial de la PUCP. Lima, 2010)

+info

El libro “Tras una lengua de papel” será presentado el próximo viernes 16 de julio en el Centro Cultural El Olivar de San Isidro (calle La República 455). Hora: 7:30 p.m. Comentarios: Luis Jaime Cisneros, Rodolfo Cerrón-Palomino y Alonso Cueto.

Fuente: Diario El Comercio, Suplemento "El Dominical". 11 de Julio del 2010.

viernes, 9 de julio de 2010

La migración china y la agricultura en la costa norte (Lambayeque).

"Breve historia de la Colonia China" (II Parte)

Por: Martín Cabrejos Fernández (Historiador)

El presente busca complementar el artículo Breve historia de la Colonia China en Lambayeque publicado en este medio el 26 de noviembre del año 2009. La riqueza del tema y del aporte de la colonia china a nuestra cultura bien merecen la pena esta gracia.

Humberto Rodríguez Pastor en Agricultura y Chinos en Lambayeque y la Libertad, Siglo XIX (1984) manifiesta que por la escasez de la mano de obra, entre 1849 y 1874 desembarcaron en el Perú alrededor de 100 mil chinos; la mayor parte de ellos dedicados a la agricultura en haciendas rurales de la costa. Así, el Censo Nacional de 1876 indica que en el Perú habían 49 956 chinos de los cuales 4 095 residían en Lambayeque (3 009 en Chiclayo y 1 086 en Lambayeque) de ellos 4 085 eran hombres y solo 10 mujeres; la mayoría agricultores y otros dedicados a labores domésticas, cigarreros, panaderos, obreros, mineros, lavanderos, molineros y un herrero. Llegaron a nuestras costas en los barcos Rosalía, Cavour, Manco Cápac y Luisa Canevaro. La población china representaba el 2% de la población total del Perú.

En Lambayeque representaban el 34% de la población total del distrito de Zaña; 28% de Lagunas; 8% de Jayanca; 5% de Chiclayo y menos del 5% de Lambayeque, Ferreñafe, Eten, Chongoyape, Pacora, Motupe, Olmos, Monsefú, Mochumí, Illimo, Salas, Reque, Mórrope, La Isla de Lobos y San José. Casi el 60% de chinos estuvo concentrada en las haciendas cañeras de Lambayeque, entre ellas: Pátapo, Tumán, Cayaltí, Chumbenique, Oyotún, Pucalá, Sipán, Úcupe, Batán Grande, Viña, Pomalca, Combo, Samán, Capote, San Nicolás, Cascajal, Chinche, Racali, Sincapi, Sucha, Callanca, Canchachalá, Cita, Chillama, Huanama, Huillamba, Moyán, Nocce, Puchaca, Quipampa, Ramada, Santa Lucía, Sucho, Totoras y Yermán.

Las actividades que realizaban eran: trabajar la tierra, cuidar el ganado, cortar la caña, cultivar y recoger algodón, sembrar y cosechar arroz, operar en el molino y en el trapiche de vapor. Los mayores beneficiarios de su trabajo fueron los hacendados Salcedo, Larco, Gutiérrez, Buenaño, Leguía, Vértiz y Mayorga.

Trabajaban de 6 de la mañana a 6 de la tarde a cambio de 2 reales de jornal y elevaron la producción de azúcar a casi 60 mil toneladas, un indicador de lo positivo que resultó para la economía de la región la presencia de los ciudadanos chinos.

Pero esta gente valiente se sobrepuso a la adversidad, la marginación y los maltratos de manera admirable. En La Inmigración China en el Perú (Ricardo La Torre Silva, 1992) se dice El culí recibía su remuneración de tres maneras diferentes: pago en dinero, pago en especies (alimentos y vestimenta), pago en servicios (medicina y vivienda). También la obligación de recibir alimentos, vestimenta y atención médica. A cambio de eso el culí debía ponerse bajo las órdenes del empresario.

Fuente: Diario Correo. 20 de Marzo del 2010.

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Análisis de la inmigración china en el Perú.
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Breve Historia de la Colonia China de Lambayeque (Parte I).
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Por: Martín Cabrejos Fernández (Historiador)

En 1935 la Colonia China era la más numerosa de todas las existentes en lambayeque. La "Revista Centenaria", publicada en dicho año con ocasión del primer centenario de la creación política de la Provincia de Chiclayo por la Empresa Editora Centenaria, da cuenta de la presencia de ciudadanos chinos desde 1860 en número de 1800. Las zonas más pobladas fueron Pátapo (264); Pucalá (50); Combo (50); Cayaltí (400); Tumán (390); Pomalca (400); Samán (30); y Capote (300). La mayoría vinieron contratados para labores agrícolas. El mestizaje entre los chinos y las mujeres peruanas dio como resultado a los "Tusan" (primera generación de nacidos en el Perú de padres chinos) En 1864 se fundó la "Sociedad de Beneficencia China Chun Wa Huy Kung" de Chiclayo, siendo Don Puy Mau su primer presidente. Compran un local en la calle Vicente de la vega a 6500 soles obtenidos por cuotas voluntarias de los asociados. Contaban con dos amplios salones de recepción, departamentos para huéspedes, templo ("Guangong"), etc.

En 1886 en las instalaciones del actual Teatro Municipal ("Dos de Mayo") funcionó la primera compañía teatral china, integrada por once artistas venidos de Asia. Entre ellos "un injerto" natural de Pacasmayo que, mientras se educaba en China, al conocer que viajaba un conjunto artístico al Perú, se enroló en el actuando con mucho éxito. El público bautizó a la compañía como "Tu tu chan" (derivado del sonido monótono de los instrumentos de la orquesta). Su verdadero nombre era "Pon You Ting".

La Colonia China contó con un moderno hospital ubicado en la esquina de la calle Siete de Enero y la avenida Pedro Ruiz en el antiguo barrio de "Chiclayo chiquito" que es hoy la zona donde se ubican el "Parque Obrero" y la Capilla de la Calle Leticia, cerca al Coliseo Cerrado. Dicho nosocomio tenía todas las comodidades, atendía a los ciudadanos chinos en condición de pobreza y costó a la "Sociedad de Beneficencia China" la cantidad de 7800 soles. Tenían los chinos un total de 67 pulperías en la ciudad de Chiclayo, otros se dedican a las actividades comerciales y la minoría a la inversión agrícola.

El local actual de la Colonia China ubicado en la cuadra 9 de la calle Vicente de la Vega, fue construido durante la gestión de César Koo y Enrique Chu Kuong, el año 1963. La moderna construcción fue apadrinada por Eduardo De La Piedra y Cecilia de De la Piedra.

Algunas de las familias chinas más reconocidas son los Li, Fong, Yep, Wong, Chu, Mau, Kong, Sam, Loo, Chung, Lau, entre otras.

Hoy los ciudadanos chinos han contribuído con sus costumbres y tradiciones a enriquecer la hermosa cultura lambayecana. Su gastronomía, sus originales palabras, artes marciales, danzas, creencias, proverbios, etc; han marcado profundamente a nuestro pueblo y su gente.


Fuente: Diario Correo. 26 de Noviembre del 2009.

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lunes, 5 de julio de 2010

Balance histórico del gobierno revolucionario de las FF.AA. Ascenso del corporativismo inclusivo y fin del Estado oligárquico-patrimonial.

El tigre que no fue

Por: Sinesio López Jiménez (Sociólogo)

Entre 1950 y 1970 se produjo un cambio político de enorme proyección histórica. El Apra, que había nacido para hacer las grandes reformas antioligárquicas, pasó a ser un partido aliado de la oligarquía, y las FFAA, que habían sido el firme soporte de esta, respaldaron e impulsaron las reformas. Las FFAA hicieron lo que el Apra pensó hacer y no hizo. Las FFAA pretendían, sin embargo, que las nuevas élites empresariales y políticas se colocaran a la cabeza de esas reformas. Ese es el sentido claro del golpe antioligárquico y antiaprista de 1962 y el de la elección de Belaunde en 1963. Ante el fracaso de Belaunde, las FFAA asumieron, como institución, el gobierno y el poder del Estado con el golpe del 3 de octubre de 1968.

A través de profundas reformas estructurales, de las cuales la reforma agraria fue sin duda la más importante, el gobierno militar liquidó a la oligarquía y al gamonalismo, puso límites a la dominación de EEUU, organizó un bloque nacional-popular, ofreció mejores condiciones de vida a las clases populares y reconoció a los indios y a los cholos. Como dictadura militar, sin embargo, concentró el poder en el Ejecutivo, sacó del juego a los partidos y disciplinó, controló y limitó la participación política para realizar los cambios en orden y evitar los desbordes populares. Los politólogos (Alfred Stepan entre ellos) han llamado corporativismo inclusivo a este tipo de bloque nacional-popular que, para integrar a los de debajo de la escala social, combina consenso y coerción al mismo tiempo.

El gobierno militar impulsó las reformas más importantes que acabaron con el Estado oligárquico-patrimonial, pero no logró construir un Estado plenamente moderno y eficaz. Concentró toda la autoridad en el Estado; amplió el dominio burocrático a través de la creación de varios ministerios; modernizó y reforzó el poder de las FFAA; descabezó y reformó el PJ; ensanchó el campo de la ciudadanía (al eliminar la servidumbre rural) y desplegó agresivas políticas sociales y culturales. Emprendió asimismo una audaz reforma educativa que amplió la cobertura pero no mejoró su calidad. Pese a estos cambios estatales importantes, el gobierno de Velasco no logró construir una burocracia weberiana: racional, eficaz, objetiva, impersonal. Tampoco logró que la ley llegue a todo el territorio. Las instituciones estatales no lograron funcionar con coherencia y eficacia, como toda burocracia moderna.

El Estado construido por los militares fue, sin embargo, más o menos autónomo. No se sometió a los poderes de las élites privadas ni a los poderes imperiales. Acabó más bien con las primeras y resistió a los segundos. Esa autonomía provenía de varias fuentes. Por un lado, de una cierta calidad de las élites militares que se habían formado en el CAEM desde los años 50 del siglo pasado y, por otro, de un amplio control de recursos económicos que le brindaba el capitalismo de Estado. El Estado Velasquista no logró forjar, sin embargo, una élite tecnocrática de primera calidad que fuera capaz de elaborar un agresivo proyecto de desarrollo industrial y de comprometer a las élites empresariales a realizarlo. Se rodeó de ideólogos más que de tecnócratas educados en las mejores universidades del mundo.

El Perú carecía, además, de una élite empresarial importante capaz de llevar a cabo los posibles proyectos empresariales de una supuesta élite tecnocrática. De haber existido esa alianza público-privada en torno a un vigoroso proyecto de industrialización y de haber contado con una burocracia weberiana, como en el caso de los tigres asiáticos, el destino del Perú hubiera sido probablemente diferente. Ante tales carencias, el gobierno militar pudo construir algunas islas de modernidad, como los casos de Brasil y de la India, pero no hizo esa apuesta. En su lugar, apostó por un capitalismo de Estado basado en el control de los recursos naturales y en un débil desarrollo de la industria sobreprotegida.

Fuente: Diario La República. Vie, 02/07/2010.

Recomendado:

Ácida crítica a la Reforma Agraria de Velasco (1969). Entre el fracaso económico y el "éxito social".

domingo, 4 de julio de 2010

Ephraim George Squier (1821-1888). Pionero de las exploraciones arqueológicas en el Perú y América.

El explorador que hemos olvidado

E. G. Squier. Periodista, investigador y diplomático estadounidense, abrió el camino a posteriores exploradores de la cultura inca. Squier estuvo en el Cusco, en el siglo XIX, y encontró, entre otras reliquias, un cráneo trepanado que causó sensación en su tiempo.

En 1862 arribó al Perú Ephraim George Squier (1821-1888) como Comisionado de los Estados Unidos, nombrado por el presidente Abraham Lincoln. El interés de Squier por los temas arqueológicos lo llevaron a escribir “Un viaje por tierras incaicas. Crónica de una expedición arqueológica” (1863-1865). “La primera edición en castellano de este libro sobre los incidentes de exploración —explica la historiadora Mariana Mould de Pease— se publicó en 1974; es decir, más de un siglo después de su impresión original en inglés”. La doctora Mould de Pease recuerda que “en julio de 1976 la Embajada de los Estados Unidos en Lima distribuyó quinientos ejemplares con motivo del bicentenario de la independencia de ese país”. Fue entonces que ella se interesó por la figura de Squier, realizando su tesis sobre él.

Pasión por el ayer

Ephraim George Squier nació en 1821, en Bethlehem, Nueva York. Le fue muy mal en los estudios escolares aunque terminó como escritor, periodista, editor y diplomático. Entre trabajo y trabajo encontraba tiempo para dedicarse a su pasión: la investigación de los entierros indígenas. Eso lo llevó a publicar su muy influyente “Antiguos monumentos del valle de Mississippi”. Su interés por la arqueología fue creciendo y la volcó a los restos de las civilizaciones de América Central. En 1849, para poder estudiar las construcciones originarias de esa región, se convirtió en Encargado de Negocios de Estados Unidos para América Central. De regreso a su país plasmó sus investigaciones y experiencias de viaje en una copiosa obra compuesta por varios libros sobre Honduras, San Salvador y Nicaragua (en este último país se le considera una figura principal para el mejor conocimiento de su historia nacional). Volvió a Nueva York en 1868 como cónsul de Honduras. En 1871 fue elegido el primer presidente del Instituto Antropológico de Nueva York.

Testimonio

“Dada la virtual ausencia de todo documento escrito, el estudio de los monumentos arquitecturales de los peruanos adquiere la mayor importancia para la investigación de su historia y civilización. Tienen, en verdad enorme valor. Demuestran claramente el estado de sus artes en todos los ramos. Tenemos restos fehacientes de lo que podían hacer en arquitectura. Sus depósitos y acueductos nos dan una clara visión de su sistema agrícola. Sus puentes, caminos y tambos nos hablan de sus medios de intercomunicación. Sus grandes fortalezas y otras obras públicas demuestran que los gobernantes tenían a su disposición la mano de obra de una población numerosa e industriosa”. [E. G. Squier]

El cráneo

En los alrededores de Cusco a Squier le fue entregado un cráneo trepanado y fue él, en 1865, el primero en anotar la práctica de las trepanaciones craneanas en épocas prehispánicas. Su cráneo inca causó revuelo en la comunidad científica y académica. Y su descubrimiento es considerado un hito en la historia de la cirugía en la medicina antigua. El cráneo en cuestión es albergado hoy en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York.

Fuente: Diario El Comercio. Domingo 4 de Julio del 2010.

sábado, 3 de julio de 2010

Las grandes compañías belgas en el Congo y el estamento social de los “evolucionados”.

El Congo belga, de 1908 a 1960 (2/6)

Por: Jorge Magasich

Cuando el parlamento belga vota la nacionalización de la colonia en 1908, el Congo es dirigido por un ministerio de Colonias y un Consejo Colonial y gobernado a través de leyes especiales. In sitio, el poder es ejercido por un Gobernador General y un Procurador General. Este último tiene a su cargo a los agentes del Estado y preside un Consejo de Protección de los Indígenas, para evitar la repetición de los abusos de la época de Leopoldo II. La colonia es organizada en seis provincias, a las que se añaden, en 1922, Ruanda y Burundi, arrancados a Alemania después de la Primera Guerra Mundial.

El poder colonial se organiza en torno a la Administración, las misiones y las grandes compañías. La única instrucción que existe es impartida por los misioneros y toda promoción social está condicionada a la conversión. Con el propósito explícito de evitar la formación de una élite congolesa, la colonización belga es masiva: la población autóctona trabaja sobre todo en las minas y en las plantaciones, dirigidas por varias decenas de miles de colonos, granjeros o funcionarios. Incluso los puestos intermedios, como jefe de una estación de ferrocarriles o jefe de una oficina de correos, son reservados a colonos blancos.

La sociedad colonial es extremadamente jerarquizada y racista; el colono blanco, presentado como civilizador, aparece como intrínsecamente superior al negro. Las nuevas ciudades son divididas entre los barrios ocupados por la población negra y los exclusivos para los colonos; la división racial se aplica en los cines, lugares públicos y embarcaciones fluviales. Los matrimonios entre negros y blancos están, por supuesto, severamente prohibidos.

Tras la caída del curso del caucho y del marfil hacia 1915, las 200 sociedades belgas presentes en la colonia van a reorientarse en la minería. La mayor parte de ellas son filiales de cuatro grandes consorcios: la Sociedad General de Bélgica, el grupo Empain, el grupo Cominier y el Banco de Bruselas.

En 1941, alrededor de 15 millones de congoleses son gobernados por unos 28.000 belgas. Las 6.000 comunidades que existían en el Congo precolonial, son agrupadas en 432 distritos, que administran su sector, según los principios del “gobierno indirecto”.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la colonia reconoce al gobierno belga exiliado en Londres. Para contribuir con el esfuerzo militar de los Aliados, se instaura una nueva reglamentación que aumenta el trabajo obligatorio en plantaciones y minas a 120 días al año, para intensificar la producción de oro, cobalto, tungsteno, cobre y uranio, este último utilizado en la fabricación de las primeras bombas atómicas. Soldados congoleses son enviados a reforzar los frentes de los Aliados al norte de África, donde descubren otras sociedades menos racistas. Terminada la Guerra, éstos difunden en la colonia la existencia de otras sociedades más tolerantes y comienzan a criticar la discriminación racial.

En respuesta a la presión de los colonizados, la administración belga crea el estamento social de los “evolucionados”: ciertos negros puedan acceder a empleos secundarios, remunerados a un tercio de la paga de un blanco, después de aprobar un examen y una evaluación de su forma de vida. Uno de ellos es Patricio Lumumba, un autodidacta que obtiene esa promoción colonial al segundo intento.
En los años 1950, en un período de fuerte crecimiento económico, la colonia requiere trabajadores más instruidos. Se instalan las primeras escuelas y Facultades y algunos “evolucionados” son invitados a conocer la metrópolis. Muy pronto llegan al Congo los ecos de la ebullición anticolonial que ocurría en otras regiones de África y de la rapidez con que Francia concede la independencia a 15 estados de África del oeste.

La aspiración a la independencia se encarna en el nacimiento de los primeros partidos políticos congoleses: la abako (Asociación del Congo Central), federalista, dirigida por Joseph Kasavubu, y el Movimiento Nacional Congolés, que reivindica un Congo unitario, laico e independiente, liderado por Patricio Lumumba.

Mientras en Bruselas se habla de conceder una cierta autonomía al Congo, en Leopoldville (actual Kinshasa) las manifestaciones por la independencia se transforman en motines que dejan varios muertos. El gobierno belga, temeroso de una guerra anticolonial como la que afronta Francia en Argelia, acepta discutir de independencia con los dirigentes políticos congoleses. Los contactos toman la forma de una “Mesa redonda” que sesiona en Bruselas a principios de 1960. La Mesa organiza las primeras elecciones parlamentarias y fija la independencia para el 30 de junio de 1960.

Fuente: Diario Clarín de Chile. Sábado, 05 de agosto del 2006.

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El Congo: la colonia del Rey (1/6).

Los territorios de África Central como un bien privado del Rey de Bélgica Leopoldo II.

El Congo: la colonia del Rey (1/6)

Por: Jorge Magasich

Cuando en el último tercio del siglo XIX las grandes potencias exploran el mundo en busca de regiones ricas en materias primas necesarias a la segunda Revolución industrial, el rey belga Leopoldo II, financia una nueva expedición del explorador inglés Henry Stanley para que tome posesión de tierras en África Central en nombre de una Asociación Internacional del Congo, en principio una sociedad filantrópica pero, en fin de cuentas, dirigida por el monarca. El inglés, como agente del rey belga, concluye dudosos tratados con varios jefes africanos, en los que éstos se someten a la autoridad de la Asociación. Se inicia así la colonización a lo largo del río Congo.

Poco después, en 1984, el canciller alemán Otto von Bismarck, invita a 14 potencias a reunirse para discutir del reparto de África en zonas de colonización. Durante la Conferencia de Berlín, los emisarios del Rey Leopoldo consiguen reproducir, a gran escala, el tradicional papel de estado tampón jugado por Bélgica en Europa. Los cuatro estados colonizadores mayores, Alemania, Francia, Inglaterra y Portugal, optan por evitar las delicadas fronteras comunes entre sus nuevos dominios y confirman la potestad de Leopoldo sobre vastos territorios de África Central.

Sin embargo, el Estado belga se muestra reacio a emprender nuevas colonizaciones, luego del fracaso del intento de implantarse de la región de Santo Tomás, en Guatemala. El Rey se ve adjudicados los territorios de África Central como un bien privado, administrados por su Asociación y bautizados como “Estado Independiente del Congo”. Durante 13 años el Congo pertenecerá al Rey de Bélgica, sin pertenecer al Estado belga.

Leopoldo II, definido por Stanley como un hombre “de una voracidad increíble”, organiza su colonia en zonas, distritos y departamentos administrativos, encomendados todos por europeos, dirigidos por un Consejo Superior. Una fuerza pública, dirigida por 360 oficiales de varias nacionalidades europeas, se encarga de conquistar y someter las regiones ricas en materias primas. La intervención militar es presentada como una expedición civilizadora de poblados ignorantes y como guerra humanitaria contra los esclavistas árabes.

El Rey acuerda concesiones a la Unión minera del alto Katanga y a la Sociedad Amberesina de comercio con el Congo, que invierten en las infraestructuras para explotar los minerales y organizar la explotación del caucho. Todo esto requiere una importante mano de obra.

La población autóctona, que vivía en una economía precapitalista, esquiva el trabajo en minas o plantaciones debido a las pagas irrisorias que por ello ofrecen. Las compañías coloniales imponen, entonces, el trabajo forzado: cada trabajador debe producir una cuota determinada diaria. Y si no la suministra, se le castiga con encierro, látigo, y toma de rehenes entre los miembros de la familia, a menudo sus hijos. Las poblaciones congolesas quedan a la merced de los agentes de las sociedades coloniales y de sus grupos armados, sin ningún marco jurídico ni contrapoder. Trabajos recientes de historiadores, como el belga Marchal, que inspiró al estadounidense Hochschild, han sacado a la luz ese período poco conocido del Estado independiente del Congo, como una era de portadores de cargas, trabajos forzados, y masacres. Los muertos se cuentan por centenas de miles, quizá millones.

Llegan a Bruselas noticias de la explotación inhumana, transmitidas por diplomáticos y empleados ingleses que impactan a la opinión a tal punto que el Rey debe aceptar una Comisión encargada de investigar las denuncias, en buena parte confirmadas. Ante los abusos intolerables develados, los partidos católico y liberal exigen nacionalizar la colonia. El Rey intenta, en vano, conservar una parte de ella como patrimonio privado. En 1908, el Parlamento belga vota las leyes que encomiendan al Estado la administración del Congo. Se cierra el negro período de la colonia real y se abre otro, también difícil, de la colonia de Estado.

Fuente: Diario Clarín de Chile. miércoles, 02 de agosto de 2006.

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