miércoles, 29 de octubre de 2008

HISTORIA DEL CULTO AL SEÑOR DE LOS MILAGROS

Sucedió. Señor de los temblores
Antonio Zapata (Historiador)
El 13 de noviembre de 1655, Lima fue estremecida por un fuerte terremoto que dio origen al culto del Señor de los Milagros. Muchas casas se cayeron, pero permaneció de pie una pared, donde un negro de Angola había pintado un mural. Era el Cristo agonizante en la cruz que se halla en la imagen venerada hasta hoy. El mural estaba situado en Pachacamilla, un barrio algo marginal de la ciudad oficial, donde vivían sectores populares; sobre todo indios provenientes de Lurín y negros de Lima. Ellos vivían con sus familias y se estaban mezclando, dando nacimiento a los primeros zambos.

Estos personajes populares generaron una devoción por fuera de la Iglesia Católica oficial, en una ermita armada algo precariamente alrededor de la pared. Ahí seguramente se mezclaban tradiciones con cierta libertad. Un cura se escandalizó, dio curso a una investigación eclesiástica y luego vino una sentencia inapelable: borrar la imagen. Incluso el virrey envió una guardia para proteger al encargado de eliminar al Señor. Pero, no pudo.

El primer milagro del Cristo de Pachacamilla fue salvarse a sí mismo. Este hombre se atascó y lloró diciendo que había visto al Señor ordenándole dejar las cosas como estaban. Luego, varios individuos subieron la escalera y no se atrevieron a repintar de blanco la pared. Finalmente, una misteriosa lluvia terminó de alejar el grupo. El virrey alarmado por las noticias se apersonó y autorizó la permanencia del mural. En los decenios venideros, una serie de terremotos generaron la costumbre de sacar en procesión una imagen del Señor para aplacar la ira divina.

El color morado está vinculado al primer beaterio de señoras consagradas a cuidarlo. Fue un sueño que inspiró el cromatismo de la fundadora. Ella era nativa del actual Ecuador y aportó también a la Virgen de la Nube, que se halla pintada a espaldas del Señor. Esta Virgen había aparecido en Quito pocos años atrás. Cuando el gran terremoto de 1746, el beaterio había ascendido a monasterio y el culto había ganado en profundidad. Era una fiesta popular conducida por personas de color.

A partir de entonces, el Señor de los Milagros fue consagrado a Lima. Compartió ese privilegio con Santa Rosa, aunque ella tenía un prestigio más universal. Era una santa criolla por todo lo alto y simbolizaba a todo el Nuevo Mundo. Mientras que el Señor era modesto, era conducido por negros y estaba conectado con el populacho limeño.

Pero los terremotos le permitieron acortar distancias. En una tierra que tiembla tanto, el temor humano se vuelca hacia la divinidad, más aún en aquellos tiempos tan religiosos. Por ello, la destacada historiadora María Rostworowski ha postulado la continuidad entre el viejo dios andino Pachacámac y el Señor de los Milagros: ambos controlando los movimientos de tierra.

No obstante el peso de lo sobrenatural, en aquellos tiempos, el Estado se había organizado frente a los desastres. En efecto, el mundo prehispánico fue famoso por su orden y previsión. En lugares estratégicos había colcas que permitían abastecer inmediatamente a la población siniestrada. Siglos después, el Estado virreinal tuvo una respuesta activa y profunda después del gran terremoto y maremoto de 1746. El virrey Manso de Velasco elaboró un plan de reconstrucción en solo diez días y lo ejecutó con firmeza, a pesar de numerosas resistencias de la Iglesia y la clase alta.

Qué diferencia con los tiempos que corren. Seguimos alabando al Señor, pero nuestra época, aparentemente más racional, ha involucionado en atención de desastres. FORSUR acaba de ser cancelado sin pena ni gloria. Por su parte, el organismo permanente de atención a la defensa civil, el INDECI, no cumple sus funciones básicas. Pobremente organizado y con deficiencias de marco legal, el INDECI es impotente para atender emergencias. Sin embargo, su labor es crucial porque vivimos en un país muy vulnerable.

El riesgo en el Perú siempre ha sido alto y aumentará a causa del cambio climático. Si el mundo ha de ser más árido, nuestro país atravesará enormes desafíos naturales. Sin embargo, tendremos que confiar en el Señor, porque el Estado moderno parece casi indefenso en prevención y atención de los desastres.
Fuente: Diario La República

sábado, 25 de octubre de 2008

USSRA (United Socialist State Republic of America)

EEUU: grave crisis del imperio

Rodrigo Montoya Rojas (Antropólogo)

Desde San Diego, California. El 23 de setiembre de 2008, en toda la página A13, el diario New York Times publicó un aviso con un dibujo político de humor, pagado por el Sr. Bill Perkins, de Houston. Aparecen el presidente Bush, su ministro del Tesoro y el jefe del Banco de Reserva, tratando de poner de pie una bandera norteamericana con el símbolo de la hoz y el martillo, los bancos de Wall Street, los autos de Detroit y las grandes compañías de seguros, en un cementerio en el que se ve la tumba de la empresa privada con una cruz que lleva el nombre de capitalismo, caída a un costado. En un círculo en el que vuelve a aparecer la hoz y el martillo se lee "El nuevo comunista" y la frase "A cada quien según su habilidad, a cada quien según su necesidad". El fino humorista reemplazó "A cada quien según su trabajo", del original marxista por "a cada quien según su habilidad (o viveza)".

La grave crisis de setiembre no ha terminado. Luego de varios fracasos, finalmente el presidente Bush logró el apoyo del Congreso para ofrecer una ayuda de setecientos mil millones de dólares a los grandes bancos y compañías de seguros. Prestaron dinero y no tienen liquidez porque los deudores no pagan. La circulación del dinero en la economía capitalista, que equivale a la circulación de la sangre en el cuerpo humano, tiene gravísimos problemas. Después de los días de casi pánico en setiembre, los ciudadanos comunes y corrientes se preguntan para qué tener dinero en los bancos y si no es mejor guardarlo bajo el colchón. Se agrieta por todas partes la confianza en el "sueño americano", en la seguridad y fluidez del sistema. El gobierno norteamericano no tiene los 700,000 millones de dólares disponibles. Su único recurso es emitir billetes a cambio de bonos, es decir, endeudarse cada día más. China sería ya dueña de por lo menos unos seiscientos mil millones de dólares de una antigua deuda en bonos. El círculo vicioso de una crisis profunda recomienza porque el problema no se resuelve.

Cito a un lector de la revista Times que ofrece una frase feliz: "Bravo, Congreso ¡ha probado ahora que nosotros tenemos socialismo para los ricos y capitalismo para el resto de nosotros, ciudadanos ordinarios!" (octubre 27, 2008, p. 12).

Una parte de la maravillosa empresa privada en el primer país capitalista del mundo quiebra por incompetente. El Estado le tiende la mano para evitar su derrumbe. ¿Qué dirán los neoliberales sin remedio del Perú, con Alan García a la cabeza? ¡Bush recurriendo a fórmulas llamadas comunistas, como militante de un partido neocomunista que premia a los incompetentes regalándoles el dinero de todos los contribuyentes!

El viejo Marx tuvo razón al sostener que el capitalismo terminará sus días agobiado por su propia crisis interna pero se equivocó al creer que él vería esa caída en Europa y no imaginó que el partido proletario expropiaría los ideales de la revolución socialista para confundirlos con los intereses de sus dirigentes.
Fuente: Diario La República.

jueves, 16 de octubre de 2008

LA HISTORIA DEL PERÚ Y SUS HÉROES DEL SILENCIO.

MIRADA A LOS OLVIDADOS DE LA GUERRA DEL PACÍFICO
Los héroes del silencio

Jorge Paredes Laos (*)

Caía la tarde del 15 de enero 1881 y la desolación era tal en Miraflores que uno de los combatientes tiró su arma y exclamó que en Lima no quedaba una sola familia que no tuviese un muerto en la guerra. Tres mil peruanos perdieron la vida en los reductos y la capital cayó entre incendios y saqueos. Si este solo fue un episodio -el más sangriento, por cierto- de una guerra que duró cuatro años, ¿cuántas acciones de valor y sacrificio no han sido contadas por la historiografía? Lo que sigue es un apretado recuento de algunos actos heroicos poco conocidos, que a veces solo viven en el recuerdo de los descendientes de quienes los realizaron.

EL COMANDANTE ESPINAR
Pocos saben que la avenida que corre desde el óvalo Gutiérrez hasta Pardo, en Miraflores, lleva el nombre de un héroe de la guerra del Pacífico. Ladislao Espinar era cusqueño y Basadre lo describe como un hombre alto y arrogante, a quien Castilla lo había hecho avanzar de soldado a teniente coronel. Su participación en la Batalla de Dolores puede ser considerada épica. Después de capturar Pisagua, los chilenos marcharon hacia el interior y se apoderaron de la oficina salitrera de Dolores, donde tenían agua y provisiones. Las tropas bolivianas y peruanas, en cambio, iniciaron un penoso camino por el desierto hasta que al rayar la aurora del 19 de noviembre de 1879 avistaron a las huestes chilenas en el cerro San Francisco. El enfrentamiento se produjo recién en la tarde en medio de órdenes y contraórdenes para atacar. Los aliados debían recorrer tres mil metros bajo un sol abrasador para tomar la pendiente dominada por los chilenos. Ahí surge la figura de Ladislao Espinar. Iba montado en su caballo, envuelto en un albornoz, como un monje, y ordenaba a sus soldados los sitios y a quienes debían disparar. El historiador chileno Vicuña Mackena relata: "cayó en ese momento el caballo del atrevido peruano atravesado por una bala; pero, sacudiéndose el polvo del gabán y enjuagándose el sudor del rostro, continuó la repechada gritando a los que le seguían: ¡A los cañones! ¡A los cañones!".

Basadre cita una carta del mayor chileno Salvo: "Sucumbió (Espinar) gloriosamente a pocos pasos de donde yo me hallaba contestándole con mi revólver los fuegos que me hacía con el suyo". Después de dos horas la suerte estaba echada. Los chilenos habían descargado 815 cañonazos.

OPERACIONES EXITOSAS
Pocos sucesos nos fueron favorables en la guerra de 1879. Dos de ellos fueron protagonizados por un puñado de torpedistas que con ingenio asestó mortales golpes a la armada chilena. Entre ellos, están el teniente segundo Decio Oyague, el alférez de fragata Carlos Bondy Tellería y el ingeniero Manuel Cuadros Viñas. La historia es como sigue. La armada chilena descargaba continuos bombardeos sobre el Callao, Ancón y Chancay. Su objetivo era intimidar a la población, cortar el tráfico de la línea férrea que unía Lima con Huacho y preparar la toma de la capital. Sus patrullas interceptaban pequeñas embarcaciones para hacerse de frutas, verduras y otras provisiones. Esto les permitió a los peruanos idear una celada. Carlos Bondy y dos marineros llevaron una pequeña embarcación hasta las cercanías del buque chileno Loa y realizaron diversas maniobras hasta ser avistados. Entonces, escaparon en un bote, y dejaron la nave con las velas sueltas. Según narra Mariano Felipe Paz Soldán la nave estaba cargada con exquisitas naranjas, plátanos y aves de corral, pero debajo había escondido un torpedo diseñado por el ingeniero Cuadros. Con recelo, los tripulantes del Loa empezaron a desvalijar la embarcación. Era la 5 y 20 de la tarde del 3 julio de 1880 cuando levantaron el último bulto. Entonces, se produjo la explosión. Murieron 119 chilenos. Seis días después, Patricio Lynch le escribe a su presidente en Santiago: "La desgracia no fue pues casual sino a ciencia cierta pudo más el deseo de saborear la apetecible presa y el instinto de saltear, que el temor del peligro que corrían".

Pero los chilenos no aprendieron la lección. El 13 de setiembre sufrirían el hundimiento de la Covadonga, en Chancay, gracias a una acción similar del teniente Decio Oyague. Otra vez un torpedo de Manuel Cuadros, escondido en una canoa elegante, estalló y hundió el buque en tres minutos. Murieron noventa tripulantes. En el Diccionario Biográfico Marítimo Peruano consta que Bondy Tellería llegó a ser subprefecto de Lima y que en 1885 publicó algunas traducciones literarias en El Oasis. Sus restos, junto a los de Decio Oyague, descansan con justicia en la Cripta de los Héroes.

LOS CAÑONEROS GRIEVE
Según refiere Basadre en San Juan y Miraflores se peleó con rifles de fulminantes y con armas tan mal aceitadas que se habían vuelto "inútiles". Pero la situación hubiera sido peor si no hubiera surgido la figura del ingeniero Juan C. Grieve Downing. Este sanmarquino, hijo de escocés, había participado en la construcción del ferrocarril a la Oroya, tenía 31 años cuando se ofreció como voluntario para reparar y dar mantenimiento a la artillería del ejército. Luego diseñó un cañón de retrocarga (un modelo avanzado para la época) y se ofreció a fabricarlo solo pidiendo al gobierno una "pequeña suma" para las herramientas. Pero el dinero nunca llegó y Grieve financió toda la obra y cuando se le acabó el dinero el Club Nacional promovió una colecta para que pudiese terminar su trabajo. Con rieles de ferrocarril y bronce, y trabajando de siete de la mañana a diez de la noche, los siete días de la semana, Grieve logró terminar 42 cañones y 10.400 proyectiles. Él mismo, junto a sus operarios, llegó a manejar uno de estos aparatos en la defensa de Lima. Consumada la derrota en Miraflores, los chilenos capturaron los cañones (excepto uno que fue enterrado y que ahora es una reliquia del ejército), y probaron su eficacia. Tanto así que quisieron llevárselo a trabajar para ellos. Grieve huyó a Guayaquil y solo volvió al Perú al término de la guerra. Fue nombrado jefe de la Casa de Moneda y hasta su muerte, en 1905, fue consultor en temas de armas. Se dice que alguna vez el Estado quiso pagarle la deuda, pero dada la pobreza de la caja fiscal esto no fue posible.

CIVILES E INDOCUMENTADOS
Las historias más sorprendentes son las de niños enrolados en la Armada y el Ejército. Manuel Francisco Gamero tenía 14 años cuando se embarcó en el Talismán y combatió, pintándose la cara con carbón, en la campaña marítima. En 1881, se unió a la resistencia de Cáceres y luchó hasta el final. En Huamachuco fue repasado por los chilenos. Tenía 18 años. A Manuel Bonilla no le permitieron entrar a la reserva porque tenía 13 años. Se ofreció entonces como ayudante de Narciso de la Colina, un industrial de Iquique que comandaba el batallón 6 en la defensa de Lima. Cuando este es herido de muerte le da su arma a Bonilla. El niño va al frente y también pierde la vida. Agustín Salas también tenía 13 años cuando se alistó como tambor en el Huáscar. Fue hecho prisionero en Angamos y canjeado por los chilenos regresó a Lima. Peleó en Miraflores, en el Batallón Guarnición de Marina. Una bala le partió el brazo.

Entre las acciones poco conocidas está el arrojo del ingeniero de máquinas del Huáscar, Samuel Mac Mahon, quien a pesar de su origen inglés opuso resistencia a los chilenos que abordaron el monitor, y siguiendo las órdenes de Pedro Garezón, abrió las válvulas para hundir el viejo barco. Otras, en cambio, no han sido corroboradas. Se dice que en Chorrillos un grupo de chilenos llegó a una cantina atendida por tres mujeres, la madre y dos hijas. Los soldados les pidieron licor y les dijeron que luego harían con ellas lo que hacía todo ejército vencedor. Después de libar, los hombres las buscaron pero las encontraron muertas debajo del mostrador. Se habían envenenado. Y ellos también habían recibido la dosis mortal.

(*) Con la colaboración de historiadores Emilio Rosario, Jorge Ortiz Sotelo, CN (r) Juan R. Valega, Ing. Jorge Grieve y Jonatan Saona ( www.gdp1879.blogspot.com )
Fuente: El Dominical

domingo, 12 de octubre de 2008

MÚSICA Y ESPERANZA.


Muchas veces siento que la desesperanza embarga mi alma. Pues las tristes noticias de la cotidianeidad me desbordan. Sin embargo la amistad de algunas personas, el cariño de mi familia, el amor de mi pareja, y el deseo de vivir, me hacen siempre recuperar la fe. Hace algunos días, experimente uno de esos momentos, donde me sentí tan conmovido, que requerí respirar profundamente y apreciar toda la belleza de lo que contemplaba. Se trataba de la interpretación musical de una dulce niña de 6 años. Ella, creo que brindo uno de los momentos más hermosos para muchos de los que la escuchábamos abiertamente con nuestro corazón. (Eddy Romero Meza)

sábado, 11 de octubre de 2008

Historia de los movimientos campesinos en el Perú.

Hugo Blanco en la historia del Perú
Rodrigo Montoya Rojas (investigador social)

Fue detenido y puesto en libertad vigilada, otra vez, como tantas en el pasado, desde que la Federación de Campesinos del Cusco decretó, en 1961, la primera reforma agraria del país. Durante el gobierno de Belaunde se le abrió un proceso y estuvieron a punto de condenarlo a muerte. Recuerdo con nostalgia y cariño una jornada de lucha en París, en 1966, por la vida de Hugo Blanco presidida por Jean-Paul Sartre y presentada por Mario Vargas Llosa. No pudieron matarlo pero fue condenado a 25 años de cárcel. Hizo lo justo el gobierno de Velasco Alvarado en darle libertad, pero se equivocó cuando le pidió que se convirtiera en funcionario del régimen. Luego, le tocó partir al exilio. Volvió y obtuvo la votación más alta de los candidatos de izquierda en la Asamblea Constituyente de 1979. Podría haber sido el gran líder de la izquierda pero la división fue más fuerte que la unidad y el propio Blanco prefirió ser solo el candidato del entonces Partido Revolucionario de los Trabajadores, PRT. Después, fue diputado. Un eclipse era inevitable al dejar su espacio natural de organizador y líder de masas para lidiar en el Parlamento con los viejos zorros de la derecha.

Siguieron algunos años de silencio cuando pasó por Chiapas, en México. De los zapatistas retomó el impulso para pensar en la política con armas nuevas. Ya no se trata de la simple lucha por la tierra sino de defender pueblos con sus propias lenguas, culturas, identidades, territorios, autodeterminación y autogobierno. De regreso al Cusco, se reencontró con el quechua que es su lengua preciosa de toda la vida y con los pueblos quechuas organizándose de otro modo. En una de las muchas veces que conversamos, me contó que volvía con humildad para ayudar y servir, no para ser otra vez el dirigente que fue. No se trata del reposo del guerrero sino simplemente de un cambio de puesto en lo que ha sido su trayectoria vital y política. Sigue siendo él mismo, desde su primer choque violento con la realidad, como narra en un breve texto dando cuenta de su última detención:

"Mi ligazón a este caso se remonta a mi niñez en Huanoquite, Paruro, Cusco, cuando recibí el impacto de la noticia de que el hacendado Bartolomé Paz hizo que se marcara con hierro candente en la nalga de un campesino indígena sus iniciales: BP. Naturalmente el señor Paz no fue detenido, eso no se podía hacer con una persona de respeto. Probablemente ese hecho marcó el sentido de mi vida. Ahora, su hijo, Rosendo Paz, heredero de la hacienda, arrebata las tierras del anexo Markhura de la comunidad indígena de Tantarcalla, habiendo inclusive instalado en ellas un corral que es utilizado para el depósito de ganado robado…".

Recibe, querido Hugo, un hondo abrazo, lleno de gratitud por lo que hiciste y haces para que acabe de una buena vez el reino de los señores de la tierra y sus siervos. Después de las tomas de tierras y las reformas agrarias, otro es el rostro del Perú.

Fuente: Diario La República

miércoles, 8 de octubre de 2008

HUGO BLANCO Y LA LUCHA CAMPESINA EN EL PERÚ.

Sucedió. Eterno retorno de Hugo Blanco
Antonio Zapata (historiador)

La semana pasada un juez del Cusco ordenó la detención de Hugo Blanco, supuestamente por negarse a comparecer en una diligencia judicial. En realidad, afronta un proceso originado en la venganza de un pequeño gamonalillo, que se siente ultrajado porque la comunidad campesina, con asesoría de Blanco, le ha ganado más de un pleito. En alianza con algún mal funcionario de la Corte del Cusco le tendieron una celada y alegaron que no se había presentado a una citación, que nunca le había llegado. Este pequeño suceso trae a colación el papel de Hugo Blanco en la historia nacional y permite recordar cómo, hasta hoy, su trayectoria vital genera adhesiones y rechazos muy marcados.

Blanco asumió el liderazgo de la lucha campesina en La Convención y Lares al comenzar los años sesenta. Estos valles se habían repoblado después de la invención del DDT durante la Segunda Guerra Mundial, permitiendo controlar plagas de paludismo que habían diezmado a la población anterior. Sus terratenientes eran dueños de inmensas extensiones que cultivaban con un régimen de servidumbre. Los hacendados contrataban arrendires y les daban una extensión del monte a cambio que laboren algunos meses gratis en el dominio del señor, quien se reservaba para sí una extensión de tierra ya clareada. Los arrendires a su vez contrataban allegados y estos suballegados, generando una cadena de servidumbres. Blanco organizó a los campesinos más acomodados, a los arrendires, y con ellos emprendió una lucha sindical por la tierra. Organizó huelgas e invasiones hasta paralizar por completo los dos valles e imponer un nuevo orden campesino. La policía lo capturó y fue trasladado para ser juzgado en Arequipa.

Fue un gran personaje mediático; durante el juicio multiplicó declaraciones en diarios y revistas y salió en cientos de fotografías en los medios. Para aquel entonces ya había sido entrevistado en el monte por Caretas y era una estrella popular. Su gesto rebelde era una continuidad de los barbudos de Castro en Sierra Maestra. Además, ganó su lucha.

En efecto, estando encarcelado y condenado a 25 años de penitenciaría, el gobierno militar de 1962-1963 ordenó la realización de una reforma agraria en los dos valles donde Blanco había dirigido la lucha. Las haciendas fueron expropiadas y la tierra fue repartida entre los campesinos. A continuación, se formaron cooperativas de comercialización que, combinadas con la posesión individual de la tierra, han dado un excelente resultado. La Convención y Lares son valles bastante prósperos en comparación a otras zonas del Ande. Cabe destacar que poseen una canasta de productos de exportación liderados por el café, que ha permitido realizar buenos negocios.

A continuación, Blanco fue amnistiado por el gobierno de Juan Velasco, pero casi inmediatamente deportado. Estuvo en Suecia varios años y volvió para las elecciones de la Asamblea Constituyente de 1978. Su éxito fue rotundo. Ya se habían concretado tanto la reforma agraria de 1969 como la gran migración provinciana a la capital. Pues bien, en estos dos espacios, los campesinos y sus hijos, vieron en él al símbolo que los había emancipado del servilismo. Su votación fue extraordinaria y la obtuvo casi sin organización ni propaganda. Fue su espíritu el que entusiasmó a la gente más simple y corriente de este país.

Estuvo en el Congreso varias veces; fue parlamentario y no destacó especialmente en estos menesteres. Pasó por México, colaboró con los zapatistas y regresó. Ese día se fue de peregrino de las causas que ha defendido siempre. Vuelto a su Cusco natal asumió el papel que desempeña hasta hoy, como organizador de la Federación Campesina; así, anda detrás de cuanta injusticia se presenta contra los trabajadores del campo.

En Blanco es admirable la vuelta a los orígenes y cómo esta, en la tercera edad, permite un nuevo florecer. En su caso es el indigenismo. Blanco se ha vuelto partidario de un Perú que, así como él, vuelva a su punto de partida para encontrarse consigo mismo y hallar la elusiva integración nacional. Ese movimiento sería en dirección a la cultura andina, en búsqueda de un mañana moderno diseñado sobre una matriz indígena.
Fuente: Diario La República

martes, 7 de octubre de 2008

El ciclo Kondratiev y el retorno de Keynes.

Campo de Marte. Vuelven Keynes y Cía.

Hugo Neira (Sociólogo)

1985: pánico en los bancos de ahorros y préstamos en los EEUU. Costo del rescate: US$ 150 000 millones. 1994, el efecto Tequila: por falta de reservas internacionales y devaluación del peso. Bill Clinton, entonces presidente, obtiene del Congreso una línea de crédito de $20 mil millones al gobierno mexicano. 1997, crisis financiera en el Asia oriental, el fin del " milagro asiático". ¿A cuál se parece la presente? A todas y ninguna. Parece más global.

Escribo aquí cada 15 días, entretanto anoto los cambios en la prensa mundial. Hace apenas una semana, se alababa "el pragmatismo de las autoridades americanas". Los reflectores apuntaban a las quebradas Freddie Mac y Fannie Mae, al plan del secretario del tesoro Henry Paulson, a lo que la Reserva Federal podía hacer ante los activos tóxicos y las hipotecas basura. Luego, la atención se desplaza a la Casa Blanca. A Obama y a McCain. Y a la correlación de fuerzas en la Cámara de Representantes. Pero pese a la adopción del rescate (inmensamente impopular) se asientan dos sensaciones. Esta crisis es más global y se resolverá desde regulaciones globales. No solo en USA.

Es notorio, pues, el menguado efecto del rescate Paulson en las bolsas. Por la otra, la reacción de cuatro jefes de Estado europeos, los 4G, para afirmar públicamente la intención de permanecer coordinados. No ha faltado quien ha dicho que Europa no es federal y, en consecuencia, no es posible planes de rescate mancomunados. Pero también es cierto que endeudarse como se hace en América no está en sus costumbres, en Europa se compra con tarjeta de crédito y con dinero líquido, cosa a la que han vuelto en América, según CNN. Pero la opinión pública europea desconfía. El diario Le Monde, "Francia no escapará a la recesión". Cierto, no se ha producido un pánico bancario (en las bancas de las escuelas públicas les enseñan qué les pasó cuando hubo corrida de ahorristas en 1929). Pero el tono ha seguido subiendo. Y el FMI preconiza "medidas enérgicas".

Entretanto los movimientos de capitales son espectaculares. La Reserva Federal moviliza dólares hacia Europa, mientras las inyecciones de capitales procedentes del Asia arriban a América. Y todos miran a dos casos extremos. El país que cayó en crisis desde 1992 y que no sale de ella: el potente Japón. Y el modelo nórdico, la "flexiseguridad", o sea, excedente presupuestal, reducción de impuestos y (quién fuera nórdico) inversiones masivas en educación. Con todo ¿qué le ocurre a este capitalismo que no deja de saltar de burbuja en burbuja financiera?

Leía en estos días (leo varios asuntos a la vez) el magnífico estudio del filósofo Gilles Deleuze sobre Nietzsche. En la filosofía seguiría vigente Platon, si no fuera que la forma de preguntarse ya no es, desde Nietzsche, qué es algo, sino ¿quiénes? Así, están en cuestión los "gurus" de lo que se viene llamando desde 1980 el "Crony capitalism", el capitalismo salvaje. Ese capitalismo extremo –la idea es de canadiense– destruyó las clases medias americanas, más que empobrecidas: lejos abisalmente de los archimillonarios. Pero hoy, gracias a las tonterías de Wall Street, se deja el "pensamiento único" por el abierto debate.

Vuelve, y por razones teóricas como inmediatistas, el tema de los ciclos. Los ciclos cortos que estudió el americano Kitchin. El ciclo largo, el Kondratiev, un sabio ruso de los años 20, caracterizado por ondas largas de 50 años, 25 de alza y otros tantos de bajada. Vuelve, qué duda cabe, John M. Keynes. Ya se propone "una organización mundial de las finanzas", algo como la conferencia en Bretton Woods, 1944, que reconstituyó las exhaustas economías de guerra. Vuelven los post-keynesianos, Joan Robinson, profesora en Cambridge, partidaria de "socializar la inversión". Vuelve J.R.Hick, un compromiso entre Keynes y la escuela monetarista. Sí, señor, vuelve la querella entre escuelas y capillas, los de la decisión pública, las anticipaciones racionales, los costos de transacción. Vuelve Marx, y no se asusten (en realidad, nunca se fue). Vuelve Schumpeter o la idea del capitalismo como "destrucción creadora".

Acostúmbrense a estos nombres, son teoría de una crisis que está ahora en todos los bolsillos. Y vuelve el gran K. Polanyi (1886-1964), economista húngaro, profesor en USA, autor de "La Gran transformación". De la cual, quien firma esta nota conversaba en algún café de París con Haya de la Torre. El dilema Polanyi subsiste. Es decir, el mercado es necesario pero pensar que se autorregula es peligrosa utopía. Ahora bien, los ajustes que siguen a una recesión entraban el mercado y surgen nuevas tensiones. Las "hipótesis extraordinarias", dice Polanyi, rompen ese ciclo fatal (Roosevelt, New Dail, Socialdemocracia, etc.). ¿Sabrá el homo sapiens hoy encontrarlas? El capitalismo regulado dio 40 años de prosperidad al mundo, antes que lo sustituyera el furor especulativo de los banqueros.
Fuente: Diario La República

sábado, 4 de octubre de 2008

ENTREVISTA. DIRECTOR DEL MUSEO SICÁN.

Carlos Elera: “Los moche y lambayeque están vivos y lo vemos en los chamanes”

En Ferreñafe –la ciudad de la doble fe– está el Museo Sicán, donde se muestra parte de los espectaculares hallazgos de la zona norte del país, como es sabido, cuna de la civilización precolombina en el Perú. Pero hay amenazas que se ciernen sobre el paraíso. Habla Carlos Elera, director del museo.

Autor: José Gabriel Chueca.

Pómac era un potrero de la ex hacienda Batán Grande pero, con el tiempo, nos dimos cuenta de que tenía componentes bióticos, antropológicos y arqueológicos únicos. Era el último espacio de un ecosistema frágil llamado bosque seco ecuatorial que, a la vez, fue el centro principal de la cultura Sicán o Lambayeque”, explica Carlos Elera acerca del Santuario Histórico de Pómac. Conversamos en el modernísimo Museo Sicán.

¿Cómo llegó usted al Señor de Sicán?
El doctor Izumi Shimada vino al Perú para investigar la caída del Estado moche. Su plan era investigar cinco años, pero este año cumplimos 30. Es el proyecto arqueológico más continuo del Perú. El próximo año se hará una exhibición también en Japón, un simposio en Estados Unidos y una reunión aquí, al respecto.

¿Qué claves usan para investigar?
Aquí los fenómenos de El Niño son marcadores arqueológicos impresionantes. Yo estaba trabajando cuando descubrí lo que significa un mega-Niño para un bosque seco ecuatorial. Es, simplemente, la revitalización de toda especie viviente: el Edén. Uno veía todo tipo de ave y, en las zonas ya inundadas, en el agua transparente, uno veía muchos peces. Y, en las noches de luna, se veía los ojos de miles de miles de sapos. Parecían piedras preciosas brillando. Impresionante. Entonces me puse a pensar en los collares de sapos que los Sicán hicieron, así como en otros referentes naturales que ellos trabajaron en oro y plata. Increíble. Y eso era un simple potrero. Fue entonces, en el 83, que decidimos que fuera declarado reserva arqueológica y ecológica. Pero, en 2001, fue invadido.

¿Cuál es el estado del lugar?
Pómac es un santuario histórico, como Machu Picchu. Gracias a un proceso de concertación con autoridades, empresarios, colegios, universidades, logramos ganar los juicios para salvarlo. Ya está la orden de desalojo, pero la Policía aún no la hace efectiva. Mientras, se sigue destruyendo el patrimonio. Ahí dentro está el templo de Huaca Lucía, con 24 columnas de cuatro metros de alto cada una, pintadas de rojo. Parece una escultura minoica, solo que hecha por los antiguos peruanos en 1700 a.C. Se ha ganado el juicio, pero hay una actitud indolente del Estado.

¿Qué novedades han averiguado de Sicán?
La tumba este de Huaca del Loro, que dio origen a este museo y donde nos encontramos excavando ahora, tenía una tonelada 200 kilos de objetos de metal. Es la tumba más rica de este continente. Y la colección de oro es la más grande que hay. Sobre esto se ha hecho incluso estudios de ADN y se ha encontrado vínculos con gente mochica y con gente de Ecuador. Y en el ámbito ecuatoriano se ha documentado elementos culturales vinculados a esta zona.

El comercio llegaba muy lejos.
Tenían comercio a largas distancias. Incluso se usaba una suerte de monedas de cobre. Se han encontrado de diferentes tamaños –como reflejando valores–, apiladas en paquetes y, mientras más importante el personaje en las tumbas, más monedas. Lambayeque tuvo relación muy intensa con Ecuador y con Colombia, y estos, a su vez, con México. Estas monedas se han encontrado en Guajaca incluso.

Increíble.
En el Pacífico mexicano hubo un encomendero que le escribió al rey de España protestando por el uso, por parte de los naturales, de unas monedas de cobre en vez de las españolas. Y envió los dibujos. Son idénticas a estas. Se usaron desde el 800 al 1300 d.C. Era, pues, una sociedad muy compleja.

Cuénteme de Naylamp.
Es el personaje mítico fundador de la primera dinastía de reyes de Lambayeque. Naylamp significa ave del agua, y la palabra que dio origen a Lambayeque significaba a imagen y semejanza de Naylamp.

Uno piensa que estas cosas sucedieron hace siglos. ¿El chamanismo no es una evidencia de sobrevivencia de esta cultura?
Mucho de ellos está vivo. Desde la tecnología de la comida hasta las creencias. El chamanismo acá es único. En la Amazonía, el chamanismo se organiza alrededor del ayahuasca; en la serranía, sobre la coca y, en esta zona, sobre el San Pedro. El San Pedro es más potente si está en jagüeyes, que son fuentes de agua subterránea, los humedales del bosque seco ecuatorial. Ahí se reproducen ciertas especies de felinos. Es un lugar de vida permanente, porque es el único lugar donde hay agua todo el año. Ahí se reproducen el cangrejo y el camarón de agua dulce y batracios de muchas especies. Incluso boas. Todo eso lo representó la gente cupisnique desde 1400 a.C. Hay huacos con San Pedro, felinos, boas y las volutas de agua. Pero, cuando hay inundaciones, esos lugares se rebalsan, cargados de vida, como un milagro. Y esos lugares son importantes para los chamanes.

¿Qué otras relaciones con el mundo mochica hay?
Estos chamanes tienen una geografía sagrada. El mar de Mórrope, por ejemplo, es llamado la Casa Grande. En Sicán, la cerámica, los metales y los textiles giran alrededor del mar. Yo digo que los mochicas están vivos. Cuando uno va como paciente donde un chamán con un mal, el chamán saca el mal, pero se lo manda a quien hizo el mal. Entonces, para el paciente, es curandero; pero, para el autor del mal, es malero. Simbólicamente, están peleando entre curanderos y maleros. Y dicen “allá, en la Casa Grande, yo salgo por las olas y le tiro una de mis artes y el otro se esconde en la ola”. Eso está en la iconografía.

Es cierto. Hay dibujos en los que se ven cabezas en medio de las olas.
Cuando están en trance de San Pedro, hablan de esto. Y en la iconografía moche están estos personajes fantásticos peleando mientras se esconden en las olas.

Y un montón de gente cree en esto.
Por supuesto. Si le contara las personas que he visto venir, gente muy importante, que viene a recargarse. Estamos hablando de una manera de entender el mundo distinta de la racionalidad occidental. Hay otras formas de conocimiento. Y, si esta ha durado a través de milenios, es porque es eficaz.

Fuente: Diario Perú 21

viernes, 3 de octubre de 2008

DESPUÉS DEL NEOLIBERALISMO

De esta crisis a la nueva socialdemocracia

Los Estados Unidos atraviesan su peor crisis financiera desde 1929.
Alfredo Barnechea (Analista político)

Mientras se desplegaba esta crisis, estaba releyendo los libros de Eric Hobsbawm sobre cómo se formó el mundo moderno (La edad de la Revolución, La edad del Capital, La edad del Imperio, La edad de los extremos). En esa portentosa tetralogía, el gran historiador británico, nacido en Egipto, menciona varias veces a Nicolai Kondriatev, el economista ruso asesinado en 1938 durante las purgas de Moscú, y que propuso que la economía se movía en grandes ciclos de 50 años. Para Hobsbawm, los periodos que observó en su gran narrativa de 1776 al fin del siglo XX, se correspondían con una onda de Kondriatev larga, o un subciclo: un cuarto de siglo de crecimiento dinámico, seguido por otro de recesión. Los ciclos de Kondriatev, concluyó, parecen existir, pero han desafiado cualquier explicación.

No sabemos aún la profundidad, la magnitud final de esta crisis.

Sí sabemos su origen: una expansión incontrolada del crédito, incubada en las políticas de la Federal Reserve bajo Greenspan, y que gente como Soros habían venido denunciando hacía ya varios años.

Esa burbuja infló el mercado de las hipotecas, financiando malas hipotecas o hipotecas sin parte de equity o capital (o ninguna diferencia entre activos y deuda). Esos créditos sin respaldo se empaquetaron con otros créditos, y los nuevos instrumentos, revendidos, se dispersaron en todo el sistema financiero, no sólo norteamericano sino internacional, y lo envenenaron. Por eso se habla ahora de activos tóxicos.

Nadie sabe tampoco cuánto costará a los Estados Unidos los rescates, ni si serán finalmente exitosos. La cifra más repetida es un trillón de millones de dólares, o aproximadamente 7 por ciento del producto norteamericano.

Todos aceptan ahora que faltó regulación, y súbitamente todos comienzan a valorar el Glass-Steagal Act de 1933, que frenó la especulación, y reguló el sistema bancario.

No había sido Marx, a mediados del siglo XIX, sino el mismo Adam Smith, el padre sacrosanto del liberalismo económico, en la segunda mitad del XVIII, quien había dicho que cada vez que miembros de un mismo oficio se reunían, era generalmente para conspirar contra el público. En otras palabras, los mercados requieren siempre previamente un marco jurídico. Un Estado. Política.

Qué novedad, en esta crisis los neoliberales redescubrieron al Leviatán, al Estado, a través de este gigantesco rescate para comprar de los bancos y compañías de seguros la masa de activos tóxicos, en una nacionalización de facto de una escala que el mundo no había visto nunca.

Esta crisis no se produjo en México, ni en Turquía, ni en Malasia, ni en ninguna de las economías emergentes sino en el centro del mundo.

No sabemos cómo esta crisis afectará al resto del mundo, si éste, o partes de éste, pueden haberse desenganchado de la locomotora principal. El desenganche (o decoupling en inglés) es un término tomado de la física, que indica el momento en que la interacción entre algunos objetos físicos desaparece.

Lo que sí podemos saber, creo, es que esta crisis marca el fin del largo periodo neoliberal. Es un término que siempre he usado con sentimientos mixtos, porque liberalismo quiere decir primordialmente Locke, o Tocqueville, y tantos de mis pensadores admirados, pero neoliberalismo ha terminado por expresar este periodo de idolatría del mercado.

Desde 1945, al fin de la II Guerra, el mundo ha conocido dos grandes ciclos. El primero duró hasta 1973. Jean Fourastié los llamó los treinta gloriosos. Tasas de crecimiento nunca vistas antes. Aumento del nivel de vida en todo el mundo, y fin de la edad Media en el Tercer Mundo, a medida que los campesinos dejaban la tierra para dirigirse a las ciudades modernas (fenómeno que China ha repetido desde 1978). Este fue el ciclo del gran Estado de Bienestar, una de las grandes construcciones civilizadoras de todos los tiempos.

Podría decirse por tanto que este fue un ciclo socialdemócrata.

El fin simbólico de este periodo fue la llegada al poder de Thatcher en 1979 y Reagan en 1980, pero su verdadero origen fue la crisis del petróleo de 1973. Antes, ya en los sesenta, había sido erosionado cuando en los países desarrollados los salarios crecieron más que la productividad.

Lo sucedió la desregulación. Las ondas privatizadoras. El libre comercio. Y en general, un efecto de desprotección social. El Capital le ganó al Trabajo.

Los economistas, como lo reconoció Rudiger Dornsbuch, se hicieron mayoritariamente conservadores.

¿Cuál ciclo fue mejor? En este último periodo, principalmente gracias a China, y quizá sólo gracias a China, centenares de millones de seres humanos salieron de la pobreza. Sin embargo, vistos los grandes números de crecimiento, y la difusión de la igualdad social, el periodo socialdemócrata todavía brilla a la distancia.

El mundo no volverá al proteccionismo (como volvió después del crac del 29), porque la tecnología ha puesto al mundo a un click de distancia (aquel fenómeno de flatening o achatamiento del mundo que difundió en su célebre libro Thomas Friedman). Pero volverá a formas de regulación. A búsquedas de ciertos niveles de fraternidad perdidos los últimos treinta años. A formas nuevas de Estados de Bienestar, que reconozcan que hay pisos de igualdad sin los cuales los contratos sociales no funcionan a largo plazo.

Esta es la política que falta en el Perú. Más todavía después de este terremoto norteamericano. Independientemente de los méritos del segundo gobierno de Alan García, lo que sí sabemos es que no es un gobierno socialdemócrata. Todas las incertidumbres políticas, aquellas asociadas con el 2011, giran alrededor de la ausencia de este espacio socialdemócrata, que históricamente representó el Apra.

En La Edad de la Revolución, Hobsbawm escribió: La introducción del liberalismo fue como una especie de bombardeo silencioso que sacudió la estructura social que siempre lo había habitado y no dejó en su lugar nada más que los ricos: una soledad denominada libertad.
Fuente: Diario Correo