sábado, 23 de julio de 2011

Historia de la expulsión de colonos y descendientes japoneses en el Perú. La Segunda Guerra Mundial y el apoyo del gobierno de Manuel Prado Ugarteche a EE.UU.

El día que Perú pidió perdón a Japón por abusos cometidos en la II Guerra Mundial

El pasado 14 de junio, Perú, a través del presidente de la República, Alan García, pidió perdón a Japón por los abusos que nosotros, cometimos contra la sociedad japonesa durante la segunda guerra mundial, en donde nos alineamos con Estados Unidos y fuimos capaces de destruir lo que los inmigrantes ganaron honestamente desde 1899, día en que "oficialmente" data el primer ingreso de inmigrantes a nuestro territorio.

Por: José Miguel Silva

Quizás será imposible describir una historia tan fácilmente como la de los japoneses y sus descendientes en el Perú. Llegaron en 1899, ocupando aquel barco, el “Sakura Maru”. Fueron 790, aunque antes quizás algunos otros hijos del sol lograron pisar tierras peruanas. Llegaron y trabajaron en haciendas de manera honesta y ejemplar.

Los japoneses fueron, de esta manera, creándose no solo una imagen sino además anticuerpos propios de una sociedad que no se podía arrancar las “taras” del colonialismo.

Pese al recelo, y principalmente en las zonas costeras, los japoneses en Perú fueron creciendo y de esta manera pasaron a tener participación en sectores de la sociedad peruana de entonces.

Primero con bodegas y peluquerías, los descendientes de japoneses, ahora comprobadamente peruanos no la tuvieron más fácil que sus progenitores. Debieron lucharla de la misma manera, trabajando y ahorrando dinero de múltiples trabajos en horarios considerablemente polémicos.

Pero la sociedad nunca estuvo preparada para asumir esa realidad. El Perú de entonces tenía otras prioridades.

Inicio de los abusos

7 de diciembre de 1941 en que Japón le declara la guerra a Estados Unidos.

A partir de allí empezó otra historia, una llena de abusos y desprecios a miles de humildes japoneses. Aquella fecha, como era propio de un acercamiento político militar, Perú se alió a Estados Unidos e incluso se declaró la guerra al país del sol naciente.

Fue entonces en que los recelos de peruanos que veían en los japoneses un obstáculo- a su ya de por sí lento desarrollo- se convirtieron en realidades.

“Las listas negras y los campos de concentración”

De pronto se inició una persecución voraz contra los japoneses. No tenía mucho de iniciado el conflicto en el globo terráqueo y aquí se diseñaban “listas negras” que incluían nombres de japoneses o descendientes de dicho país que cumplan las condiciones para ser expulsados del país.

Dichos listados buscaban expulsar del país a los japoneses, contrarios de por sí a cualquier versión de patriotismo, pues Perú estaba aliado a USA y compañía) .

Básicamente el considerar a un japonés o (nissei y/o nikkei) como parte de un grupo de infiltrados que harían daño al Perú y deportarlo a campos de concentración, en Estados Unidos.

Allí, peruanos que forjaron su destino en nuestras tierras, se esforzaron de la misma manera que en Perú, pese a lo limitado de su espacio.

De esta manera los campos de concentración se tornaron en cerrados en donde no había más opción que la oficial.
Lo abusos a japoneses en Perú fueron centenares. Desde el cierre de colegios en donde se enseñaba japonés hasta quemas de viviendas ajenas. La crueldad preponderó.

Lima parece una ciudad que no sabe perdonar. Y tuvieron que pasar 70 años para que el Estado Peruano reconozca los abusos cometidos en el Perú en contra de los japoneses.

Una sola palabra: "perdón"

“Hoy día vengo a decirles como Presidente del Perú que personifica la Nación que pedimos perdón por ese grave atentado contra los derechos humanos y la dignidad de los peruano-japoneses y japoneses en 1941”.

El 14 de junio pasado el presidente de la República, Alan García Pérez pidió perdón a nombre del Estado Peruano y de toda su población en honra a los abusos cometidos durante este hecho de oprobio e ignorancia.

Salvo el gesto del presidente Fernando Belaunde, quien donó el terreno de la Asociación Peruano Japonesa a la comunidad de descendientes de la tierra del sol, a partir de allí no se observó más.

Pero tal como lo mencionan mayoritariamente los “nikkei”, más que dinero o resarcimiento económica, se valora el sentido del mensaje, y lo simbólico de seis letras “perdón”.

* Para la nota conversamos con el periodista e historiador Alejandro Sakuda, ex director del diario La República y autor del libro "El futuro era el Perú", en donde cuenta de manera extraordinaria la relación entre Japón y Perú, basándose en datos precisos que van desde los primeros inmigrantes hasta la actualidad.

Fuente: Diario La República (Perú). Vie, 22/07/2011.

domingo, 17 de julio de 2011

Israel: Guerras de 1948, 1956 y 1967 como victorias militares inequívocas y fulminantes. La guerras de 1973, 1982, 2006 y 2008 como victorias militares discutibles.

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Israel y las fronteras de 1967

Por: Farid Kahhat (Internacionalista)

Según Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, su país no puede volver a las fronteras que existían hasta 1967 (como exige el derecho internacional), porque esas fronteras serían “indefendibles”. ¿Qué tan cierto es ese argumento?

Un criterio para responder a esa pregunta sería contrastar el desempeño militar de Israel hasta 1967 con el que tuvo después de la guerra de ese año. Hasta 1967 Israel tuvo tres guerras, en 1948, 1956 y 1967: las tres fueron victorias militares inequívocas y fulminantes (en 1967 Israel capturó la península del Sinaí en 6 días). Después de 1967 Israel sostuvo guerras en 1973, 1982, 2006 y 2008, y ninguna de ellas califica como una victoria militar inequívoca, y mucho menos fulminante (su duración fluctuó entre tres semanas y tres meses).

Esa diferencia se explica por la expansión territorial de Israel durante la guerra de 1967. Dada su estrategia de guerra preventiva, la inteligencia militar era fundamental para identificar amenazas en formación, antes de que se materializaran. Con un territorio mucho mayor por vigilar, la probabilidad de fallas en la inteligencia militar se elevó significativamente: no en vano la siguiente guerra (1973), fue la primera en la que Israel fue atacado sorpresivamente por dos de sus vecinos (Egipto y Siria). Un territorio mucho mayor implicaba también la necesidad de tropas adicionales para ocuparlo y defenderlo, además de una mayor probabilidad de que, en el futuro, Israel se viese involucrado en una guerra de desgaste (amén de que suponía un frente de combate más grande, con lo cual su capacidad para coordinar el accionar de sus tropas sería menor).

Por último, recordemos la versión oficial israelí sobre la identidad de los actores que representan hoy las amenazas más probables para su seguridad: en un destacado primer lugar se encuentra Irán, seguido a distancia por Hamas y Hezbolá. Según la propia versión israelí, la amenaza iraní se resume en lo esencial en su programa nuclear. Y frente al peligro que supone un misil portando una bomba atómica lanzado desde más de mil kilómetros de distancia, el que la frontera se fije en Jerusalén o unos pocos kilómetros hacia el este de esa ciudad resulta absolutamente irrelevante.

En menor proporción, Irán es percibido como una amenaza por su relación con Hamas y Hezbolá. Pero esos son actores no estatales que no buscan amasar un ejército en las fronteras de Israel para iniciar un ataque convencional: la amenaza que representan es aquella propia de una guerra asimétrica y aquí, nuevamente, el lugar en el cual se fije la frontera no hace mayor diferencia desde una perspectiva militar. Sí hace una gran diferencia desde una perspectiva política, dado que la ocupación de territorios árabes por parte de Israel es lo que da origen al conflicto con esos actores: Hezbolá no existía antes de que Israel ocupara el sur del Líbano en 1982, como tampoco existía Hamas antes de que Israel ocupara los territorios palestinos en 1967.

Fuente: Diario El Comercio (Perú). Domingo 17 de Julio del 2011.

sábado, 16 de julio de 2011

Historia de los Vikingos: Eric el Rojo y Leif. Aniversario del arribo de los vikingos a Norteamérica.

"Mil años de colonización vikinga en América"

Por: Isaac Bigio (Internacionalista)

Cada mediados de año se conmemora un aniversario más del arribo de los vikingos a Norteamérica, el cual se dio al inicio del segundo milenio de nuestra era.

Hasta hace poco se pensaba que los primeros europeos que se asentaron en las Américas llegaron con Colón en 1492. Según nuevas teorías, entre los primeros americanos estuvieron europeos que viajaron en kayaks contorneando los témpanos que en la edad de hielo unían a ambos continentes.

Sin embargo, de lo que sí ya hay pruebas irrefutables es sobre la aldea escandinava de L'Anse aut Medows fundada en el año 1000 por los vikingos de Leif Eircson en la punta norte de la isla canadiense de Terranova.

Los esposos Ingstad la descubrieron basándose en las sagas y mapas vikingos. Allí ellos desenterraron restos de utensilios y casas que albergaron a unos 85 colonizadores vikingos.

Durante 3 a 4 siglos más los escandinavos poblaron Groenlandia y visitaron costas de Canadá o EE.UU. En contraste con los posteriores colonizadores europeos, los nativos se mantuvieron ya sea enfrentándose o conviviendo con los vikingos. Evidencias del comercio entre ambos es una moneda del reino de Olaf de 1066-1080 desenterrada en una aldea indígena de Maine (EE.UU.).

La expansión vikinga se da cuando los escandinavos construyen los mejores barcos del Medioevo, los cuales podían transportar hasta 200 personas en largas distancias. Ellos tomaron las ciudades de York y Dublín, las que remodelaron mostrando cualidades administrativas, fundaron enclaves hasta en el África y el Mediterráneo y en los distintos ríos rusos hasta llegar al Medio Oriente. Los vikingos crearon Rus (hoy Rusia). Después de haber tomado París, el rey de Francia les ofreció a varios vikingos darles un pedazo de su país (Normandía) a cambio de su protección, aunque luego desde ésta ellos lanzarían en 1066 su exitosa conquista de Inglaterra.

Los vikingos, si bien se hicieron famosos con sus sorpresivos pillajes, fueron también un pueblo campesino, comerciante y artesano que ha impregnado a la lengua y sistema legal ingleses.

En el 870 ellos fueron los primeros en poblar Islandia, la cual poco después tuvo la asamblea democrática más antigua del mundo. La presencia escandinava en ésta transformó Islandia, que pese a estar geográficamente más cerca de América, se le considera parte de una Europa que está a una distancia 3 o 4 veces mayor.

En el año 986 Groenlandia fue colonizada por Eric el Rojo, el padre de Leif, cuya esposa fue la primera en impulsar cultos cristianos en las Américas.

Los escandinavos después de Colón tuvieron una breve presencia en las islas vírgenes que Dinamarca vendió a EE.UU., en la "Nueva Suecia"' entre Delaware, New Jersey y Pensilvania y en las Antillas francesas de Guadalupe y San Bartolomé (cuya capital Gustavia fue nombrada así en honor a un rey sueco).

Hoy hay más de 11 de millones de descendientes escandinavos en EE.UU. Allí ellos son casi el 4% de su población, aunque su número es superior al de Suecia, Dinamarca, Noruega, Finlandia o Islandia.

Fuente: Diario Correo (Perú). 15/07/2011.

China, primer acreedor del mundo: entre la hegemonía mundial y los intereses convergentes. El nuevo papel de China en el orden mundial.

China y el nuevo sistema mundial

Por: Nathan Gardels. Director de Global Viewpoint Network/Tribune Media y NPQ. Es además asesor del Berggruen Institute.

Cuando Henry Kissinger se sentó a hablar con el presidente Mao sobre la apertura de China en los años setenta, Estados Unidos estaba en la cima de su poder. Seguramente Kissinger no pensó que, menos de medio siglo después, ahora que el Partido Comunista Chino celebra, lleno de seguridad en sí mismo, su 90º aniversario, iba a estar de nuevo en Pekín, a sus 88 años de edad, para ceder el bastón de mando de la hegemonía mundial a sus anfitriones.

Hace un par de sábados, durante la inauguración de una reunión del principal think-tank chino sobre globalización, el gran estadista comparó la China de hoy con el Estados Unidos de 1947. Después de las guerras napoleónicas, observó Kissinger, Gran Bretaña se convirtió en la mayor potencia mundial, y lo fue durante más de un siglo. Sin embargo, en 1947, Ernest Bevin, ministro de Exteriores en el ocaso del Imperio, se sintió obligado a decirle a su homólogo estadounidense: "Estados Unidos es el primer acreedor mundial y, como tal, debe tomar la iniciativa a la hora de crear el nuevo orden". A partir de ahí, se sucedieron el Plan Marshall puesto en marcha por los estadounidenses para la reconstrucción tras la guerra, el papel dominante del dólar y el ascenso de EE UU durante el resto del siglo XX.

Hoy, China es el mayor acreedor y está donde estaba Estados Unidos en 1947, a las puertas de un nuevo orden mundial. Kissinger aseguró a sus anfitriones que, aunque esta transición de un sistema a otro tardará probablemente 30 años en completarse, el papel de China crecerá sin cesar, porque está obligada, por su propio interés, a dar forma a un sistema mundial que se ha alejado del "polo del Atlántico Norte" para aproximarse al país asiático y las economías emergentes.

En opinión de Kissinger, China se verá arrastrada a ejercer el liderazgo a toda velocidad por la parálisis que sufre Occidente. Estados Unidos, dijo educadamente, "está absorto en un debate sobre el papel del Gobierno y las fuentes de vitalidad en nuestro país; cuánta intervención del Gobierno debe haber y quién debe pagarla". Y Europa está atrapada en "una crisis financiera y conceptual, suspendida entre un marco nacional y lo que debe sustituirlo".

"Es fundamental tener sentido de la cooperación", continuó Kissinger, "porque hemos entrado en una era nueva y compleja y estamos buscando un marco fundamental. Debemos adaptarnos a la incorporación de nuevos actores" en el escenario mundial. Y, para Kissinger, "el principal instrumento de adaptación es el G-20", en el que cada país debe incorporar sus aspiraciones nacionales a un acuerdo internacional, "que evite las rivalidades de suma cero en el crecimiento económico".

Kissinger tiene razón. En los dos últimos siglos, Gran Bretaña y Estados Unidos fueron las potencias hegemónicas que impusieron los "bienes públicos mundiales" de la seguridad, la estabilidad financiera, una divisa de reserva importante y el libre comercio. Hoy, Estados Unidos y las economías avanzadas del G-7 tienen cada vez más dificultades para garantizarlos. Y las economías emergentes, encabezadas por China, no pueden hacerlo todavía.

Por ese motivo, el G-20, que agrupa a las economías avanzadas y emergentes, debe ser el que, de forma colectiva, ofrezca esos bienes públicos mundiales. Es de prever que en un mundo verdaderamente multipolar, aunque China sea la primera economía en 2050, esto sea "lo normal".

El reto es si es posible establecer una gobernanza mundial sin una potencia dominante o una serie de intereses que controlen la situación. Una vía es la sugerida por Zheng Bijian, antiguo vicepresidente de la Escuela Central del Partido, autor de la doctrina del "ascenso pacífico" de China y confidente de las máximas autoridades del país. China, dice Zheng, solo puede alcanzar sus metas de "mejorar cualitativamente la vida de los chinos corrientes" y ascender en la escala de las rentas medias "en el contexto de la interdependencia".

Por consiguiente, dice Zheng, China debe dejar atrás la idea del "ascenso pacífico" para "ampliar y profundizar la convergencia de intereses con otros actores mundiales. Cuando haya una acumulación de intereses convergentes, habrá una base sólida para tener intereses comunes".

Esos "intereses convergentes" son los bienes públicos mundiales del siglo XXI. Zheng menciona en concreto la lucha contra el cambio climático y las iniciativas conjuntas sobre el crecimiento bajo en carbono, en especial con Estados Unidos.

También existen otros que el G-20 debe adoptar, como la estabilidad financiera mundial, la introducción gradual de un cesto mundial de reserva multidivisas (que incluya el renminbi, RMB) para sustituir al dólar, una nueva estructura de gobierno para el FMI que refleje el poder de las economías emergentes y una reanimación o reconfiguración de la ronda de negociaciones comerciales de Doha.

Un ámbito en el que China, como primer acreedor del mundo, podría desempeñar un papel crucial es el de ayudar a estabilizar los países de Oriente Próximo y el norte de África (MENA) mediante el desarrollo económico, algo que interesa a todo el mundo, entre otras razones por motivos de seguridad energética. Al fin y al cabo, China ya está cumpliendo una función muy importante en Europa al comprar bonos de los países que tienen más problemas.

Tras las revoluciones árabes, se habló mucho de un Plan Marshall para los países MENA. En la reciente reunión del G-8 en Deauville, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, obtuvo el compromiso de dedicar 20.000 millones de dólares a dicho fin. Pero es un compromiso que parece más bien hueco, dado que las economías avanzadas se encuentran sumidas en déficits y una crisis de la deuda soberana.

En vez de un Plan Marshall, ¿por qué no un Plan Hu Jintao auspiciado por el G-20, en el que China reutilice parte de su enorme excedente de reserva, junto con los Estados del Golfo, de manera beneficiosa para el sistema mundial?

¿Es posible, como sugirió Kissinger, que, igual que el Plan Marshall aunó las obligaciones y los intereses de Estados Unidos durante la implantación del orden mundial para la segunda mitad del siglo XX, haya llegado ahora el momento de que China asuma un nuevo papel de ese tipo? Los estadounidenses hicieron bien en escuchar a Ernest Bevin. A los chinos les convendría hacer caso a Henry Kissinger.

© 2011 Global Viewpoint Network. Distributed by Tribune Media Services.


Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

Fuente: Diario El País (España). 05/07/2011.

domingo, 10 de julio de 2011

Origen y fin del Pacto de Varsovia. El Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua promovido por la U.R.S.S.

El pacto que partió al mundo en dos

Por: Francisco Sanz

Más de dos décadas después del desmontaje del imperio soviético y de la caída del Muro de Berlín, aún quedan nostálgicos de aquellos tensos años del mundo bipolar. Un portal web pide a sus no pocos visitantes: “Hagamos un ejercicio de imaginación. Escriban aquí qué creen que hubiera sucedido si la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hubiera entrado en guerra contra el Pacto de Varsovia durante la Guerra Fría”.

Y mientras un internauta alucina sobre el apoyo aéreo a los combates marítimos, otro compara las armas nucleares de ambos bandos, un tercero imagina los misiles que lanzarían los bombarderos y un cuarto se interna en la propaganda y los métodos sucios de intromisión política.

Ejercicios todos que no irán más allá de la red virtual, porque lo cierto es que este viernes 1 de julio se cumplen 20 años del acta de defunción del Pacto de Varsovia, un acuerdo de cooperación militar entre los países del este de Europa bajo el liderazgo de la Unión Soviética.

RESPUESTA A OCCIDENTE

El pacto, cuyo nombre completo era Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua, fue firmado en la capital polaca en mayo de 1955 y constituyó una reacción 
inequívoca a la formación, seis años atrás, de la OTAN, que tenía a Estados Unidos como su buque insignia .

El ingreso de Alemania Federal, acérrimo enemigo de la URSS durante la Segunda Guerra Mundial, en 1954 al seno de la OTAN fue el detonante para la activación del pacto, que no hizo más que formalizar e integrar los distintos acuerdos bilaterales que el oso soviético había firmado entre 1945 y 1948 con los países sobre los que ejercía predominio: Albania, Alemania Democrática, Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, Polonia y Rumanía.

¿Por qué era importante para la URSS tener influencia sobre Europa Central y Oriental? Farid Kahhat, internacionalista y profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), ensaya una respuesta: “Porque desde ahí había sido invadida durante las dos guerras mundiales y, si nos remontamos más atrás, también en la era napoleónica. A vista de la historia, era muy importante para Moscú tener una zona de parachoques”.

El contrapeso del bloque soviético a la alianza militar liderada por Washington dio en aquel 1955 inicio formal al mundo bipolar y a la Guerra Fría.

EL ENEMIGO EN LA FAMILIA

“Curiosamente, el Pacto de Varsovia y la OTAN nunca sirvieron para su propósito original, que era enfrentarse uno contra el otro”, añade Kahhat.

El pacto echó a andar, más bien, dos veces su poderosa maquinaria militar en contra de algunos de sus miembros. La primera ocurrió en octubre de 1956 cuando el Ejército Rojo entró a Hungría y en solo dos semanas desbarató un alzamiento anticomunista que, entre otras cosas, propugnaba la salida de Budapest del tratado.

Doce años más tarde, en un episodio mucho más conocido, las fuerzas del pacto ingresaron a sangre y fuego a Checoslovaquia para marchitar la llamada Primavera de Praga. Se castigaban, así, las reformas que estaba poniendo en marcha el Gobierno Checoslovaco y que, según la URSS, pretendían erradicar el modelo socialista.

En ambas ocasiones se invocó la doctrina Brezhnev, que guiaba la política exterior soviética, para actuar: “Cuando hay fuerzas que son hostiles al socialismo y tratan de cambiar el desarrollo de algún país socialista hacia el capitalismo, se convierten no solo en un problema del país concerniente, sino en un problema común que atañe a todos los países socialistas”.

Fue otro líder soviético, Mijaíl Gorbachov, quien de la mano con el glasnost y la perestroika mandó al tacho tal doctrina y la reemplazó por otra que fue bautizada, horror de horrores para los antiguos jerarcas de Moscú, como la doctrina Sinatra. Al mismísimo estilo de “My Way”, el pacto dejaba a sus integrantes en libertad para actuar según su propia conveniencia.

A partir de 1989 el tratado entre las naciones de Europa del Este empezó a desmoronarse y perder sentido. Kahhat, agudo, no puede dejar de señalar el vuelco en muchos de los que firmaron el pacto: “Hoy no solo son miembros de la OTAN, la antigua alianza enemiga, sino que representan la derecha de la Unión Europea. Los partidos conservadores y xenófobos son mucho más fuertes en la Europa Oriental que en la Occidental. Es un cambio radical en toda regla, aunque algunos comunistas hayan logrado reciclarse como socialdemócratas”.

Fuente: Diario El Comercio. Domingo 26 de Junio del 2011.

El Fascismo europeo. Franco y el fascismo español.

El Fascismo

Por: Juan Pedro Amorós (Historiador español)

Les diré que España en 1936, fecha del golpe de estado que dio lugar a la guerra civil, era un país dual. Es decir, un país que estaba en sus primeras fases de desarrollo importante y tenía dentro de sus fronteras zonas de diferente nivel de desarrollo socio-económico.

Si admitimos que el fascismo es un movimiento político totalitario que busca ese hombre nuevo ( ), sometido desde los mismos cimientos de su vida más privada, vemos que es un sistema propio de países de cierto nivel de desarrollo industrial. Entiendo por fascismo la crisis del liberalismo decimonónico, es decir, el miedo de los antaño liberales burgueses que tenían controlada la situación: control del movimiento obrero sin apenas derechos, el orden público sujeto y, un optimismo en el futuro. Ese optimismo se acaba al acabar la Primera Guerra Mundial. Entre 1914 y 1919 irrumpen las masas en la escena social y el burgués se echa a temblar. Por su parte los mecanismos del capitalismo manchesteriano y su famosa “mano invisible correctora de los abusos del mercado” entran en crisis fuerte.

Esa crisis afecta a todo occidente desarrollado de entonces. Lo que ocurrió es que los países con tradición más democrática pudieron capear mejor el temporal. La solución era más democracia (socialdemocracia) y keynesianismo económico (welfare state). Por ello, Francia, Gran Bretaña y USA apenas sufrieron la crisis y el fascismo no asustó en esos países.

Por el contrario, los países recién formados y con problemas nacionales, en una época en plena tensión racial ( ) fueron muy afectados, además de ser países que habían perdido la guerra (Alemania, Austria), o países frustrados por no haber visto mejores fronteras (Italia). En estos casos el nacionalismo es fundamental.

Los países mediterráneos del sur, mayoritariamente preindustriales apenas tuvieron fascismo y sí autoritarismo pleno, en el que no se intenta convencer, sino que se impone de cualquier forma, por la “manu militari”. Los campesinos sin tierra, embrutecidos por niveles de vida cuasi feudales de los latifundios del sur español, italiano o griego o portugués eran, simplemente, fusilados sin más. Si se lee la historia de la Italia de la II Guerra Mundial, el sur liberado desde 1943, era monárquico, pero el norte industrial y desarrollado, era plenamente fascista, con la terrible República de Salo, mussoliniana.

El autoritarismo es diferente por ello. No llega al nivel del fascismo, que inventa un lenguaje pseudomoderno, puesto que se las ve con el campesinado atrasado.

Vayamos al caso español que ahora nos ocupa. Si se ha leído algo de este país, se verá que había en esos años una sociedad urbana en ciudades como Madrid o Barcelona, plenamente moderna, con amplia clase media secundaria y terciara, clases medias asustadas y fácilmente adictas al discurso simplista aunque maquillado del fascismo. En el sur, en regiones como Andalucía o Extremadura, el nivel de vida apenas difería mucho del siglo XVI. Un campesino extremeño de Trujillo apenas había cambiado su nivel de vida respecto a sus antepasados conquistadores. La oligarquía solo se preocupaba de mantener sus fincas, casi señoríos feudales.

Vayamos ahora al franquismo. ¿Era un régimen fascista? o ¿era autoritario? Tras la derrota de 1945 el fascismo quedó al descubierto. Por ello muchos prefieren decir autoritarismo, que es menos impresentable ante la opinión pública. En el franquismo estaban ministros y tendencias autoritarias y tendencias fascistas.

Si se lee algo de aquella terrible guerra, se verá que en el sur fue muy violenta, una lucha de clases pura y dura, una guerra de aniquilamiento a las bravas. En las ciudades, también fue muy violenta pero los objetivos fueron muy diferentes.

Tras la guerra, el franquismo aniquiló cualquier oposición con exterminio brutal. Una escuela de historiadores profesionales españoles y de hispanistas anglosajones, está desvelando este tinglado y concluyen que Franco masacró y aniquiló lo que pudo, incluso mucho más en proporción que Hitler. Lo que ocurrió es que apenas tenía métodos, dado lo prehistórico del país. No tuvo gas ciclón como en Austwicht o en Dachau, pero sí hubo terribles matanzas en campos de exterminio españoles, imitación castiza de aquellos alemanes.

Si se viese los discursos de los pseudointelectuales del régimen apenas hay un discurso elaborado como los diabólicos de Goebbels u otros. Franco era un inculto, un militar mediocre y anticuado, un castizo español (sin ni siquiera bachillerato) que nada tenía que ver con el nivel medio de sus colegas italoalemanes. Hitler tenía ciertos estudios artísticos de la vanguardia vienesa de los años veinte, y Mussolini era maestro.

Intentó Franco imponer un sistema totalitario de economía cerrada nacionalista en unos años en que el sistema económico nuevo, de Bretton Woods o de librecambismo del FMI, impedía el desarrollo de esas economías autárquicas. El resultado fue un país aislado y subdesarrollado más próximo al modelo tercermundista que al de país desarrollado occidental.

En los años 60 la sociedad cambió con el liberalismo económico, similar al resto de países subdesarrollados de la orilla norte mediterráneo (Grecia, sur de Italia, Portugal) y se llegó a dar el salto irreversible al desarrollo. Por ello, en 1975 la sociedad española ya era una sociedad de clases medias con un régimen dictatorial que solo esperaba la muerte de su creador para librarse de él. El régimen era un cascarón que se cae definitivamente.

Mi pensamiento es que intentó ser fascista, pero no pudo serlo, pues tuvo que coincidir con el final de aquellos países que lo crearon.

Entonces si hoy hace ya más de medio siglo de aquello ¿no haya fascismo? Claro que sí. Por ejemplo creo que el modelo perfecto era el Chile pinochetista o la Argentina de los generales Videla o Galtieri.

(1) Lo de hombre nuevo es una mentira. En realidad el fascismo es el intento del viejo mundo de conservar sus privilegios. Las grandes burguesías nacionales alzaron a estos regímenes para que les defendiese de la amenaza de las masas y del sistema que decía ampararlas: el bolchevismo de aquellas épocas. También, como el caso español, los anarquistas. El fascismo tiene un elaborado discurso populista, pseudomoderno y medidamente anticapitalista, para poder atraerse a las masas desheredadas sin ideología de clase. El fascismo era el tradicionalismo maquillado, puesto al día o actualizado en aquellos años del primer tercio del siglo XX.


(2) Lo de tensión racial era una bobada, pues en aquella época no había aún una sociedad multirracial como hoy en Europa occidental. Los judíos eran el elemento diferente. ¿Qué hubiera pasado si viesen hoy el mosaico de razas y culturas por sus calles?

Fecha: Julio del 2011.
 
Recomendados:
 
Concepto de Fascismo. Distinción entre Autocracias y regímenes fascistas. El fenómeno del totalitarismo, y las ideologías fascistas.
 
Fascismo Europeo. Prats, Historia del Mundo Contemporáneo, Edit. Anaya, Madrid 1996. p. 90.

jueves, 7 de julio de 2011

Machu Picchu, historia de su construcción. Pachacútec y el origen de Machu Picchu.

Machu Picchu: 550 años

Por: Antonio Zapata (Historiador)

Ahora que los medios celebran los primeros 100 años de Hiram Bin-gham, conviene recordar que la construcción de Machu Picchu data de 1450-1480. El soberano reinante era Pachacútec, quien venía de obtener la victoria sobre los chancas que permitió construir el Tawantinsuyu. A continuación, el inca conquistó a los collas y extendió su dominio al altiplano. Se detuvo y asoció a uno de sus hijos como corregente. Como el incanato requería un guerrero que termine el ciclo de conquistas, Pachacútec escogió al joven Túpac Yupanqui, quien condujo la gran expansión imperial como jefe militar.

Una vez aprobado este nombramiento, Pachacútec se autoimpuso otra misión. El inca viejo entendió que fundar un imperio implica una obra de renovación espiritual de la elite. Pachacútec quiso conectar el dominio político con una transformación ideológica que le conceda fuerza anímica a la aristocracia inca. Por ello, fue el promotor de la divinidad solar. Elevó su importancia en el panteón andino, especializando a su familia en el culto. Los suyos fueron los sacerdotes y guerreros por excelencia.

Durante su reinado, Pachacútec fue un esforzado arquitecto y urbanista. La misma capital cusqueña fue objeto de una profunda reconstrucción. Al terminar el nuevo Cusco y definir sus elementos característicos: plaza, barrios, caminos y templos, Pachacútec construyó su propia hacienda real. Ese fue el momento de Machu Picchu.

Los soberanos imperiales dispusieron de este tipo de propiedades que la etnohistoria ha llamado “haciendas reales”. Por ellas se entiende tierras y servidores que pertenecían a la familia ampliada del soberano, llamada “panaca”. Este grupo conservaba la momia y el culto del inca una vez fallecido y se encargaba de su eterno culto.

Como parte de su propia hacienda, Pachacútec construyó un gran complejo, que incluía varias estaciones preparatorias que se hallan a lo largo del llamado Camino Inca. La más importante es una serie de fuentes y andenes en un lugar encantado llamado Wiñay Huaina.

Más adelante, en la cima de Machu Picchu se halla una cantera de granito blanco, muy dúctil y elegante, apropiado para la construcción. Además, el cerro asociado, el Huayna Picchu, termina una línea de montañas que empieza en el gran nevado llamado Salcantay, uno de los Apus mayores del Cusco.

Por lo tanto, Machu Picchu culmina un circuito sagrado. La muralla exterior lo aísla de la zona profana y adentro es una reproducción a escala del mismo Cusco. La plaza separa dos barrios, arriba y abajo, los templos se hallan a cada lado y los andenes también. El centro religioso llamado “torreón” es una reproducción en miniatura del Coricancha del Cusco, donde hoy se levanta la iglesia de Santo Domingo. Esas paredes semicirculares de piedra finamente encajada constituían el mayor de los orgullos de los arquitectos incas y se las reservaban a sus centros ceremoniales principales.

Pachacútec construyó Machu Picchu para visitarlo periódicamente, desarrollar ceremonias y cálculos astronómicos. Durante sus ausencias, el sitio estaba al cuidado de un conjunto de servidores, cuyos restos y ajuares funerarios acaban de ser devueltos por la Universidad de Yale. Entre otros, destacan pequeñas campanitas, de uso personal, y también sahumerios muy gastados. Ambos objetos nos permiten imaginar las fiestas rituales de los incas, marcadas por inciensos, olores aromáticos y ritmos musicales.

A 100 años de Hiram Bingham, el público conoce poco de la historia de Machu Picchu. Bien valdría la pena esta celebración para difundir su conocimiento científico, que obviamente contradice las absurdas leyendas que esparció, desde el primer momento, su supuesto descubridor científico.

Fuente: Diario La República (Perú). Mié, 06/07/2011.

Recomendado:

Análisis de la estructura de Machu Picchu. Constructores de "estructuras líticas sismorresistentes, que conjugan la biodiversidad natural de su entorno".