miércoles, 29 de junio de 2011

“Las brujas en el imaginario medieval”. Historia de la caza de brujas en la edad media y moderna.


Brujas: ¿víctimas o DEMONIOS?

La caza de brujas fue uno de los hechos más brutales de la historia europea. Dos historiadores italianos* estuvieron en Lima para disertar sobre el tema.

Por: Jorge Paredes

Entre la Baja Edad Media y la Edad Moderna, decenas de miles de mujeres fueron quemadas en la hoguera, acusadas de brujería, y otras tantas fueron torturadas y enviadas al destierro. Todo un período en el que Europa soportó sucesivas crisis, guerras territoriales, cataclismos y epidemias, las cuatro plagas como las llamó Hidacio en el “Chronicon”: el hierro, el hambre, la peste y las fieras.

Es en este panorama, desolador y trágico, que el cristianismo, en plena expansión por las antiguas provincias del Imperio Romano de Occidente, impuso una lucha sin cuartel contra los antiguos cultos paganos, entre ellos la brujería. La etapa más cruel de esta persecución se viviría alrededor del año 1660 en Alemania. Y treinta años después, el impacto llegaría también a Estados Unidos, con el famoso proceso de las brujas de Salem.

La corte de Diana
Para el profesor italiano Franco Cardini, especialista en historia medieval, la brujería en Europa Occidental estuvo vinculada en sus inicios a los antiguos rituales paganos.

La idea de mujeres que vuelan por las noches, siguiendo a la diosa Diana o a Herodías (la adversaria de Juan el Bautista), estaba ya muy extendida entre los siglos IX y X. De esa fecha datan textos teológicos, como el del obispo alemán Burcardo di Worms, que advierten de “ciertas mujeres malvadas, secuaces de Satanás y engañadas por las ilusiones diabólicas […] que declaran cabalgar en horas de la noche más profunda con una numerosa cantidad de otras mujeres, junto a la diosa pagana Diana”. “En resumen –explica el profesor Franco Cardini– el cortejo detrás de una divinidad nocturna fue calificado primero como irreal y supersticioso por la telogía medieval, pero con el tiempo fue visto como algo evidente, como una realidad urdida por el demonio”. Esto desató la persecución. ¿Por qué se produjo este cambio de mentalidad? ¿Qué pasó entre los siglos XII y XV en Europa?

Epidemias y brujería
Primero, en los siglos XII y XIII se crearon las órdenes dominicas y franciscanas, con tribunales dedicados a perseguir a los herejes. Con esto aumentó la literatura teológica que denunciaba la alineación entre magia y herejía. Y en segundo lugar, Europa, a inicios del siglo XIV, comenzó a sufrir los estragos de las continuas guerras territoriales y la hambruna, lo que desencadenó la terrible peste negra entre 1347 y 1350. Las ciudades se llenaron de cadáveres y existen relatos que afirman que los restos humanos eran devorados por gente hambrienta, que se los disputaban a los animales carroñeros. ¿Fueron, entonces, las brujas un chivo expiatorio ante la tragedia?

Según explica Marina Montesano, docente de la Universidad de Génova, hacia la segunda mitad del siglo XV fueron arrestadas y sometidas a tortura mujeres y hombres acusados de estar al servicio del demonio y de renegar durante el Sabba de la fe cristiana, y cuyo pecado mayor era justamente “difundir epidemias, volver los campos infecundos y convertir en estériles a las personas”. En 1484, el papa Inocencio VIII promulgó la carta apostólica “Summis desiderantes”, en la que denuncia las prácticas mágico-supersticiosas y dos años después el inquisidor Heinrich Kramer da a luz un texto titulado “Malleus maleficarum”, en el que agrava las acusaciones contra las brujas: “Ellas desencadenan granizadas, vientos dañinos con rayos, producen esterilidad en hombres y animales, los niños que devoran los ofrecen a los demonios o los matan de otro modo”. Todo el imaginario apocalíptico de la época.

Sesenta mil víctimas
Según Montesano, entre la mitad del 1400 y la mitad del 1700, unas sesenta mil personas fueron condenadas a muerte por brujería, el 70% de estas víctimas fueron mujeres. Aunque esta cifra está lejos de los millones de condenados que señalan publicaciones alarmistas, Montesano asegura que la cantidad de sentenciados podría aumentar hasta en un 20%, no más. Lo que sí puede establecerse con exactitud, según la investigadora, son tres fases diferentes en la persecución: “Una difusión esporádica de procesos y condenas capitales que terminó alrededor de 1550 y 1560, un incremento notable de casos hacia 1660, el ápice del fenómeno, y una disminución notable a partir del siglo XVIII”. Cuando Europa fue entrando a la modernidad, las brujas y sus vuelos demoníacos fueron desapareciendo del horizonte.

(*) Los historiadores italianos Franco Cardini y Marina Montesano dictaron la conferencia “Las brujas en el imaginario medieval”, en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la PUCP.

Fuente: Diario El Comercio, suplemento "El Dominical" (Perú). 26 de Junio del 2011.

1 comentario:

Juan dijo...

Brujas y no solo brujas cayeron en al hoguera. Leyendo legajos de la Edad Moderna se pueden ver condenas a mujeres cuyo delito era haber tenido un hijo deforme, pues se creía que había tenido relaciones "carnales" con Satanás. Los hijos también pagaban con su vida. Prostitutas, lesbianas, mujeres desesperadas, vagabundas y desheredadas también pagaron su tributo de muerte a los inquisidores.
Saludos.