LA HISTORIA DEL PERÚ DESDE LA ESCUELA
Eddy Romero Meza (historiador y docente)
Miro por la
ventana y veo al auxiliar y el subdirector bajar la bandera peruana izada hace
un rato, ya terminó la formación de todos los lunes por la mañana. Es un día
gris de julio, y nuevamente los estudiantes que no han traído escarapela, son
reprendidos por el jefe de normas. Ya vamos a empezar las clases, hoy me tocó
reemplazar al viejo profesor Palacios, sus estudiantes son inquietos, pero suelen
hacer preguntas para no aburrirse. Estoy un poco hastiado, creo que hoy mando al
carajo el currículo nacional y me sincero con ellos.
¿Profe, por qué
debemos estudiar historia del Perú?
La historia es un pretexto para
celebrar o condenar algo de nuestro pasado. Es un conjunto de recuerdos y
amnesias selectivas. La suelen escribir los hombres de piel más clara. Ellos
decían que los indígenas no tenían historia, sólo mitos y leyendas. La historia
del Perú es la historia elaborada desde Lima. Pero hay otra historia, una menos
criolla-costeña y más andina-amazónica, es una historia que se estudia y
divulga menos, pero es también nuestra historia. ¿Por qué debemos estudiar la
historia del Perú?, porque sólo estudiándola notamos las presencias y ausencias
de nuestros relatos históricos, y nos planteamos finalmente la pregunta sobre
¿Qué es la historia del Perú? Quizás descubramos las claves para conocernos
más, y ser mejores. Por ahora deben estudiar historia del Perú por obligación,
pero quien sabe, tal vez entiendan que ustedes son historia y presente, actores
y no solo lectores. La historia del Perú, la verdadera historia del Perú, es la
historia que se omite en los libros oficiales; ahí hay solo pálidos reflejos, y
siempre en letra imprenta y castellana.
¿Profe, una duda, los
incas era peruanos?
Pues, los hemos peruanizado por
propia conveniencia. Los celebramos como un gran imperio, el único imperio del
hemisferio sur. Los admiramos y a la vez los despreciamos, eran indios al final
de cuentas. Habría que preguntarse si los incas estarían orgullosos de ser
peruanos. En todo caso, un historiador inglés decía que solemos inventar
tradiciones. Los incas hoy tienen bandera (sí, la de arco iris) e incluso un
código ama sua, ama llulla, ama quella, que fueron invenciones de hace un
siglo más o menos. Machu Picchu es una maravilla del mundo de la que nos
sentimos orgullosos, pero más por símbolo turístico que por sentirnos
descendientes incaicos. El idioma de los incas es depreciado en la capital, y
la cultura andina es reconocida a medias. El Perú más que celebrar la diversidad
cultural, tiende a exotizar a los peruanos andinos y amazónicos. Una
historiadora resumía al país en una frase: “incas, sí, indios no”.
¿Y por qué se celebra
el 28 de julio?
Por limeñocentrismo, fue la fecha en que el general San Martín proclamo
la independencia del Perú en Lima. Sin embargo, ya lo había hecho antes de
Huaura. Otros países de América reconocen fechas alternativas o no capitalinas,
como México con el grito de dolores. Los libros del colegio solo resaltan el
conocido discurso de San Martín en Lima, pero ni mencionan a las numerosas
montoneras indígenas que lucharon por la independencia. Nombres como Hipólito
Unanue o Riva Agüero, se repiten para esa etapa histórica, pero casi nunca se
alude a Ignacio Ninanvilca o Basilio Auqui Huaytalla, líderes guerrilleros
provincianos. El 28 de julio es una fecha más limeña que nacional, y hasta el
desfile militar general sólo se realiza en Lima. Las fiestas patrias, son las
fiestas capitalinas de julio de cada año.
¿Profe, y qué es la República?
Dicen que es una forma de Estado,
donde no hay monarca. Tras la independencia nos convertimos en república, el
asunto es que hemos nacido como una república militarista, y luego convertido a
una república aristocrática. La república peruana nunca fue democrática, y
hasta ahora es una variante de régimen oligárquico. Un sociólogo nos ha llamado
recientemente una “república empresarial” (o lobbysta), donde el Estado está
capturado por los poderosos intereses de las élites empresariales. Un destacado
historiador nos llamó hace mucho una “república sin ciudadanos”, creo que tiene
mucha razón; en el Perú millones somos ciudadanos de segunda clase o carecemos
de derechos reales o efectivos.
¿Por qué quitaron la
estatua de Pizarro de la Plaza Mayor?
En el Perú, por largas décadas el
hispanismo y el indigenismo se confrontaron. Pizarro era un símbolo de la
fundación de Lima, y la nación a través del mestizaje, para los primeros.
Mientras los otros veían a Pizarro como un destructor y genocida. Sucede más o
menos lo mismo en México con el conquistador Hernán Cortés. Es interesante leer
los argumentos de cada bando, a veces sólo se contraponen Leyendas negras y Leyendas
blancas sobre la Conquista. Parece que nuestro nacimiento como nación fue
muy doloroso, fuimos el resultado de una violación histórica, según algunos;
somos hijos de esa violencia inaugural. No me molestaba mucho la estatua,
quizás más el anti-hispanismo o hispanofobia posera de varios. Pero lo que más
deteste fue la negación casi absoluta de las consecuencias históricas de la
Conquista. Don Mario Vargas Llosa, desde un pro-hispanismo marcado, minusvaloro
las reivindicaciones históricas de los pueblos indígenas, considerándolas
visiones arcaicas, retrógradas o pasadistas. Pizarro no es un héroe para el
Perú, quizás para España sí. Era un hombre o hijo de su época, claro, pero en
su tiempo también se podía discernir (y decidir) sobre una conducta noble o
vil.
¿Profesor, en qué
momento de jodió el Perú?
No lo sé, quizás en varios
momentos, aunque se recuperó no pocas veces. Esa frase proviene de una novela y
el personaje que lo dice, está abatido y profundamente pesimista. Es una frase
cliché, pero permite conocer las percepciones generales y particulares sobre el
país y su historia. En nuestro imaginario histórico, nos jodió, la conquista
española, el expolio colonial, el fracaso de la revolución de Túpac Amaru II,
la anarquía militar, el desaprovechamiento de la época del guano, la derrota
frente a Chile, los continuos golpes de Estado, Velasco, el terrorismo, la
crisis económica, etc., etc. Yo creo que habría que considerar aspectos
cotidianos, (y por ello poco perceptibles), por ejemplo, la viveza criolla y su
versión actual (y peor) la “pendejada”, a lo cual sumaria eso que hemos llamado
el “achoramiento”, donde alguien transgrede la normas y encima es capaz de
agredir a los que lo censuran. La frase ¿en qué momento se jodió el Perú?, me
recuerda otras frases que quedaron registradas en el imaginario nacional: “En
el Perú hay dos clases de problemas, los que se arreglan solos y los que nunca
se arreglan” o “el Perú es un burdel”.
¿Profe, todos somos cholos?
El asunto es que somos el cholo
de otros. La palabra cholo servía en la Colonia para insultar a los mestizos
comparándolos a perros “chuscos”. Hoy dicen que sólo equivale a mestizo.
Supongo que todos los de acá somos cholos, pero otros creen ser superiores a
nosotros racialmente, y ahí comienza el problema. Cholear fue un deporte
nacional en este país, así como serranear e indiar. Recuerdo cuando era niño
como se buleaba a los chicos provincianos que llegaban de la sierra: ¡oye
llama!, ¡vete a comer mote!, ¡cholo de mierda!, ¡serrano tenías que ser!, etc.
Sentía que lo peor que podía sucederme era ser llamado cholo. Me preguntas si
todos somos cholos, pues creo que sí a nivel de pueblo, los de arriba sólo
piensan que somos sus cholos. Hay cholos blancos, cholos con plata, cholos
power, etc., pero al final siempre somos el cholo inferior de alguien.
¿Por qué la gente
elige a esos congresistas?
En realidad, ellos nos
representan bien como país, nuestras carencias éticas, mentales, aspiraciones
limitadas y la ausencia de opciones, en un país derrotado política y
moralmente. Tampoco se debe idealizar el pasado, en ese congreso se sentaron
decenas de gamonales o terratenientes abusivos, políticos criollos de la más
baja ralea, inescrupulosos de todo tipo. Hubo también gente admirable y
consecuente, incluso hoy. Un país se construye desde arriba y desde abajo, las
élites políticas han fallado, pero también la población, no hay inocentes. El
aprismo, el fujimorismo, el acuñismo, también nos representa como país, son
nuestro espejo. Un periodista hablaba de “electarado”, pero no es cierto, solo
somos una sociedad donde las élites no han podido ofrecer opciones políticas
democráticas y consistentes. Los empresarios más ricos le votarían a cualquier
gobierno autoritarios, con tal de asegurar sus intereses. Por su parte, la
clase media se ha refugiado en instituciones diversas, y se alejó de la
política partidaria. Yo estuve en una ONG por años, parece que a veces puede
ser un cómodo refugio, para los que criticamos a la política nacional, pero no
hacemos militancia partidaria.
¿Profe, en serio, por
qué casi no hay mujeres en el libro que nos han dado?
La historia la escribieron
autores hombres, y encima predomina la historia política donde la mujer fue
relegada hasta hace muy poco (o incluso ahora). Los libros de historia peruanos
han invisibilizado a indios, negros, campesinos, y también a las mujeres.
Aunque ahora hay intentos de visibilizarlos en los libros de texto, todavía
predomina la historia oficial de héroes, grandes eventos y políticos
criollos-costeños. Las mujeres han sido arrinconadas en las páginas de los
libros de historia, a veces son aludidas, pero sobre todo omitidas o
despreciadas. Aparecen solo como acompañantes de los protagonistas de los
hechos históricos. Algo similar pasa en la literatura, con las autoras frente a
sus pares hombres. Las mujeres indígenas, campesinas y afroperuanas, son las
más marginadas en el relato histórico nacional. La Historia (con mayúscula) es
la de los hombres y el poder, mientras a ellas corresponde la historia
doméstica, de las costumbres o lo cotidiano, la cual es subvalorada. Mama
Huaco, Tomasa Tito Condemayta, Julia Azurduy, Rosa Campusano, Manuela Sáenz,
Mercedes Cabello, Dora Mayer o Magda Portal, son algunos de los nombres que se
omiten en los libros escolares, arrebatándonos así una parte fundamental de
nuestra historia. Ser mujer es difícil en este país, para muchas no basta ser
buenas en lo que hacen, sino que tienen que ser las mejores para poder ser un
poco visibles.
¿Profe, finalmente y
qué es el Bicentenario?
Una fecha simbólica para el país,
pero de poco contenido real. El Estado celebrara burocráticamente la fecha y
alentara intragables actos protocolares. Ojalá la población se apropiara del
Bicentenario, y organizara muchas actividades al margen del gobierno y su
voluntad conservadora. Es curioso, celebraremos la revolución (independentista)
con gestos conservadores, y reprimiendo como siempre las protestas sociales.
Este país le tiene mucho miedo a la palabra revolución, a lo sumo habla de
transformación; somos una sociedad del miedo y defensa del statu quo, por suerte ello básicamente en Lima, el sur donde se
concretó la independencia peruana va en otra dirección.
Listo, llego la hora del recreo…