Año de los afrodescendientes
No a la discriminación. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha declarado el 2011 como el Año Internacional de los Afrodescendientes.
Por: Maruja Muñoz*
Los llamaban negros “como si fuera basura que se arroja al pavimento”, dice Violeta Parra en “Samba Landó”. Los primeros africanos esclavizados por los europeos procedían de Níger y la mala pronunciación derivó en “negro”, palabra perpetuada por los traficantes para maltratar a quienes consideraban “mercancía” y “seres sin alma”. Nuestros intelectuales republicanos repitieron los conceptos coloniales al negar los aportes afroperuanos y reforzar los estereotipos.
El racista ilustrado
No a la discriminación. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha declarado el 2011 como el Año Internacional de los Afrodescendientes.
Por: Maruja Muñoz*
Los llamaban negros “como si fuera basura que se arroja al pavimento”, dice Violeta Parra en “Samba Landó”. Los primeros africanos esclavizados por los europeos procedían de Níger y la mala pronunciación derivó en “negro”, palabra perpetuada por los traficantes para maltratar a quienes consideraban “mercancía” y “seres sin alma”. Nuestros intelectuales republicanos repitieron los conceptos coloniales al negar los aportes afroperuanos y reforzar los estereotipos.
El racista ilustrado
“El negro trajo su sensualidad, su superstición, su primitivismo. No estaba en condición de contribuir a la creación de una cultura sino más bien de estorbarla con el crudo y viviente influjo de su barbarie”, reflexiona José Carlos Mariátegui en su obra cumbre “Siete ensayos de la realidad peruana”. Similar racismo desplegaron Manuel Atanasio Fuentes, Felipe Pardo y Aliaga y Alejandro Deustua. Para el académico afroperuano José Campos Dávila esto responde “al momento social que vivieron. Mariátegui se equivocó pues no tenía más elementos de juicio”.
Historia incompleta
“La historia siempre ha sido racista”, dice Paul Colinó Monroy, uno de los pioneros del movimiento afroperuano. “El inca Garcilaso –comenta– conoció en el Cusco al negro Guadalupe, comandante del primer cuerpo de soldados negros durante la rebelión de Francisco Hernández Girón, contra las leyes de la corona en 1554”. Brinda otros ejemplos de “olvidos”: “El negro Antonio Oblitas, lugarteniente de Túpac Amaru II, fue ejecutado acusado de ser el verdugo del corregidor Arriaga”. Y sigue con: “Estuvieron en la Batalla de Junín, al mando de Bolívar y en la de Ayacucho, a órdenes de Sucre”. La historia oficial invisibiliza estos aportes y sacrificios: “40% de la tripulación del Huáscar era afroperuana, hasta hace 60 años sobrevivió el grumete Alberto Medina”. Refiere que “el niño cabo Alfredo Maldonado Arias luchó en Arica junto a Bolognesi, y murió al hacer estallar el fuerte Ciudadela, para que no cayera en manos chilenas”.
Científicos, santos y artistas
El primer médico homeópata de América fue Martín de Porras, santificado por su bondad y por sus obras de sanación vía la imposición de manos y la herbolaria.
Joseph Erasistrato Suadel, fue el seudónimo con que José Manuel Valdez, colaborador de Hipólito Unanue, escribió en “El Mercurio Peruano”.
Valdez fue también asistente del doctor Cosme Bueno, con quien ejerció la medicina. Por su estirpe africana debió pedir permiso al rey de España para estudiar, pues “por ser hombre de color” esto le estaba vedado. Se graduó de médico en San Marcos, en 1807, y fue catedrático de Clínica Externa y Patología, convirtiéndose en uno de los principales médicos del país. Fue, además, socio de la Real Academia de Medicina de Madrid y miembro de la Sociedad Patriótica.
En 1822 recibió la Orden del Sol y en 1831 fue elegido diputado por Lima; cuatro años después llegó a ser protomédico general de la República y director del Colegio de Medicina. Fue autor de seis tratados médicos.
El torero de Goya
El único personaje peruano inmortalizado por el gran pintor español Francisco de Goya fue negro: el legendario Ángel Custodio Valdez, uno los mejores toreros de la historia del Perú. “El Maestro”, era hijo de esclavos y luego de ser aclamado en las corridas de Acho –y en cada rincón del país– tentó suerte en España, donde nuevamente tomó la alternativa en la Plaza de Madrid (1883) ante el rey Alfonso XII y la reina María Cristina.
“Me gritaron negra”, exclamó Victoria Santa Cruz como quien coloca la primera piedra de un movimiento que busca la reivindicación y el respeto a un grupo social que tanto aporta a la patria.
“Samba Landó/ ¿que tienes tú/ que no tenga yo?”.
[*] Periodista, investigadora de la cultura afroperuana.
Fuente: Diario El Comercio, suplemento cultural "El Dominical". 2 de Enero del 2011.
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