sábado, 29 de enero de 2011

Historia de la Dictadura Duvalier en Haití. De François Duvalier "Papa Doc" a Jean-Claude Duvalier "Baby Doc".

El Haití de los Duvalier

Tras 25 años de exilio, ‘Baby Doc’ sorprendió a todos con su retorno.

Por: Jorge Moreno Matos (Periodista)

Tuvo que ocurrir un cataclismo de dimensiones bíblicas, como el del 12 de enero del año pasado, que cobró la vida de más de 220.000 personas, para que el nombre de Haití volviera a figurar en los titulares de los diarios del mundo entero con la frecuencia de la de los grandes protagonistas.

Un año después de esa inmensa tragedia, que empobreció todavía más al más pobre de los países del hemisferio occidental, otro acontecimiento volvió a colocarlo en las primeras planas, algo que ni siquiera el primer aniversario de ese desastre logró: el retorno al país, tras 25 años de cómodo exilio, del ex dictador Jean-Claude Duvalier, ‘Baby Doc’ para todos.

¿Qué pretende Duvalier con su regreso? No hay que ser un experto analista para darse cuenta de que la fragilidad del país, su inestabilidad política y la presencia en la isla de cientos de ONG internacionales, con millones de dólares de ayuda detrás de ellas, lo convierten en un botín nada despreciable para quien ya antes ha sabido sacar buen provecho de esta cooperación.

OLVIDO SECULAR

Entre las celebraciones por el bicentenario de la independencia que hubo por toda América el año pasado, quedó en el olvido que Haití fue el primer país de América Latina en independizarse (en 1804) y que, hasta donde sabemos, no hubo tanto alboroto en el 2004 para conmemorarlo.

A ese olvido secular se debe, por ejemplo, que muchos no sepan que Haití pagó muy cara su independencia.

Apenas libre, Francia, España y Portugal le impusieron un embargo económico que durante décadas le impidió desarrollarse como Estado. Más aun, se olvida también que solo dos años después el también libre y floreciente Estados Unidos se sumó al embargo. La razón: Haití había abolido la esclavitud y esa era una pésima lección que debía ser castigada.

Como si esto fuera poco, y luego de siglos de explotación y saqueo, Francia exigió una reparación por los perjuicios que la independencia haitiana les había ocasionado a los colonos franceses que se vieron privados, por la misma, de sus cientos de esclavos y plantaciones azucareras. Por este ‘atropello’, Francia le exigió al minúsculo país 150 millones de francos de la época que hoy alcanzarían, sumados los intereses, cerca de 5 mil millones de euros.

Que no extrañe, entonces, que el país estuviera condenado a la pobreza más absoluta y consuetudinaria cuando los pocos recursos con los que contaba (el 70% de sus ingresos estuvo destinado a pagar la deuda con Francia) no pudieron ser usados para echar las bases mínimas de un Estado. Tan solo en el siglo XIX, cerca de veinte golpes de Estado y otras tantas dictaduras se sucedieron uno tras otro, sumiendo al país y a la población en una situación rayana con la miseria, ya que cada cual robó y rapiñó cuanto pudo y sin obstáculo alguno. Todas honraron la deuda contraída con la antigua metrópoli hasta 1886, en que se dio por cancelada.

En ese ambiente de caos, anarquía y pobreza extendida transcurrieron los primeros cien años de vida independiente, cuando ocurrió la invasión estadounidense de 1915. Bajo el pretexto de asegurar la estabilidad en la región que amenazaba la suya, Estados Unidos ocupó el país 19 años. Al retirarse, en 1934, dejó bien aleccionados al Ejército y a la clase política sobre los intereses que debían defender.

Pero no contaron con que un humilde como astuto doctor de provincias, gran conocedor del vudú y que había trabajado antes para ellos, tenía sus propios planes.

LA MALDICIÓN DUVALIER

El iniciador del linaje de los Duvalier, François Duvalier, médico de profesión, conocido como ‘Papa Doc’, venció en las urnas en 1957, luego de que el Ejército lo eligiera como el candidato más viable para mantener el estado de cosas prevaleciente. Pero apenas juró el cargo, Duvalier mostró su propio programa político. Depuró el Ejército, arrestó a sus adversarios (cuando no los mandó asesinar) e instauró un régimen de terror que se cobró miles de víctimas a manos de los tristemente célebres ‘tontons macoutes’.

A su muerte, en 1971, era poseedor de una formidable riqueza, producto de la rapiña y saqueo durante años de los millones de dólares de la ayuda internacional que llegaban al país y terminaron engrosando sus cuentas bancarias en Suiza.

Cuando lo sucedió su hijo, con apenas 19 años (fue así como se ganó el apelativo de ‘Baby Doc’), el régimen aflojó un poco las cuerdas de la censura en los medios y aprobó algunas tímidas reformas, pero continuó el saqueo descarado de las arcas fiscales. El papa Juan Pablo II le dio la estocada final, en su visita de 1983, cuando denunció en su homilía la ostentosa vida de la clase política. Al ganar las elecciones por segunda vez con el 99%, en 1985, las protestas lo obligaron a abandonar el país al año siguiente; fue cuando perdió el apoyo de EE.UU.

OTRO RETORNO

El mal ejemplo de Duvalier empieza a cundir. El ex presidente Jean Bertrand Aristide, quien fue alejado del poder por un golpe incubado en el creciente descontento por su autoritarismo y populismo, ha dicho que él igualmente desea volver también para ‘ayudar’, tal como lo manifestó ‘Baby Doc’ no bien se apeó del avión.

Habrá que esperar si sus compatriotas están dispuestos a dejar que vuelvan otra vez a convertir Haití en su feudo personal y el erario público en su cuenta de banco privada.

POLÍTICA Y VUDÚ: LOS ‘TONTONS MACOUTES’

¿Cuál fue la clave del éxito de los Duvalier para controlar un país donde las necesidades son tan grandes y el sufrimiento tan cotidiano que resulta asombroso que no se rebelen todos los días? Una antigua fracción social, tan vieja como el país mismo, ha escindido en dos a Haití: por un lado, una clase social minoritaria y llena de privilegios y mulata; y del otro, la empobrecida y mayoritaria población negra del país, que sobrevive con apenas 2 dólares diarios.

Esa notoria y dolorosa división ha sido el origen de muchas revueltas y la causa de la caída de muchos presidentes en el pasado. Cuando ‘Papa Doc’ Duvalier entendió que para mantenerse en el poder necesitaba congraciarse con la empobrecida mayoría negra del país, se valió del elemento más cohesionador que tiene Haití: la religión. En su caso, el vudú, esa mezcla de creencias católicas, ritos africanos y prácticas de brujería que profesa la inmensa mayoría de haitianos que pretendía controlar.

Tanto Duvalier padre como el hijo se valieron del vudú para atemorizar, engañar y perpetrar sus crímenes. El más sombrío ejemplo de ello lo constituyeron los ‘tontons macoutes’, su policía secreta de seguridad.

Como fuerza paramilitar que en realidad era, su nombre oficial fue Voluntarios de la Seguridad nacional, su único objetivo fue el de mantener a raya a la oposición y atemorizar y torturar a los haitianos durante casi tres décadas. La elección del nombre, procedente del creole, no fue gratuita. En la tradición vudú, el ‘tonton macoute’ podía hacer desaparecer a una persona. Exactamente lo mismo que hicieron con los opositores al régimen. Cerca de 40.000 personas fueron asesinadas o ‘desaparecidas’ mientras los Duvalier estuvieron en el poder.

CRONOLOGÍA
DOSCIENTOS AÑOS DE POBREZA Y ROBO

[1804]
Independencia de Haití. Inicio del embargo económico que duraría 50 años.

[1825]
Francia obliga a Haití a pagar una cuantiosa indemnización.

[1915]
Ocupación estadounidense. Se retirarán en 1934.

[1957]
François Duvalier, ‘Papa Doc’, asume el poder.

[1971]
Jean-Claude Duvalier, ‘Baby Doc’, asume el poder.

[1986]
Revuelta obliga a ‘Baby Doc’ a partir al exilio.

[2004]
Jean Bertrand Aristide es obligado a dejar el poder por una revolución militar.

[2010]
Un devastador terremoto deja más de 200.000 víctimas. La capital, Puerto Príncipe, queda en ruinas.

Fuente: Diario El Comercio (Perú). Domingo 23 de Enero del 2011.
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