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De ideales y materias primas
Autor: Guillermo Giacosa (Periodista)
Toda la información disponible a la fecha da, como un hecho, el ingreso de Brasil al exclusivo grupo de países con reservas petroleras que rondan los 100,000 millones de barriles, y que está integrado por Venezuela, Arabia Saudita, Canadá, Irán, Irak, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Rusia. Este petróleo se halla en la plataforma submarina del gigante sudamericano, y vale la pena preguntarse si el reciente contrato entre Brasil y Francia, destinado a proveer aviones y submarinos a nuestro vecino, no será un mensaje a quienes pretendan inmiscuirse con los recursos naturales de ese país. Recursos no solo representados, entre otros, por el petróleo y el agua, sino por algo que también compete al Perú: la Amazonía. Y mientras Brasil celebra este hallazgo, Venezuela festeja otro igualmente significativo: la petrolera española Repsol YPF ha descubierto, en las costas del golfo que lleva el nombre de ese país, el mayor yacimiento de gas de su historia y uno de los más grandes del mundo, según informó la propia empresa. El pozo podría albergar entre siete y ocho billones de pies cúbicos de gas y se encuentra a una profundidad de 60 metros. Podría extenderse en una superficie de 33 kilómetros cuadrados y tener un grosor de 240 metros. Repsol, que debe confirmar el potencial del hallazgo con más prospecciones, es el operador del pozo en consorcio con la italiana Eni, al 50%. En la fase de desarrollo del yacimiento, la compañía pública venezolana Petróleos de Venezuela (PDVSA) participará con un 35%, mientras que Repsol y su socio italiano tendrán un 32.5% cada uno. Chávez dijo, luego de reunirse con el rey de España y con el presidente Zapatero, que ese hallazgo de gas era una “muy buena noticia para Venezuela y para España”.
En caso de que este convenio multimillonario se lleve a cabo, tal como se perfila, de manera tripartita entre las compañías española e italiana y PDVSA, habría que observar cómo evoluciona la crítica de la prensa ibérica hacia el presidente venezolano. En este caso se aplicaría el “piensa mal y acertarás”, y sugeriría que los intereses corporativos de los beneficiarios de esta empresa harán menos ríspidos los comentarios acerca de la revolución bolivariana. Creo que en esta sociedad, donde las sumas y las restas –sobre todo las sumas– predominan sobre las conductas, los valores y los ideales, todo cambio es posible si se le lubrica con la verde sonrisa de George Washington. Puedo estar equivocado. No con respecto a los valores de la sociedad actual, pero sí en los repartos de beneficios de este negocio, pues los mismos quizá no sean suficientes para hacer cambiar algunas ideas en esta oportunidad. De lo que sí estoy seguro es de que, tal como sentenció el gerente de CNN, no es bueno malquistarse con los clientes y, por lo tanto, lo que ayer era malo hoy pasa a ser bueno y viceversa. Después de todo, si cualquier cosa cambia, por qué no van a cambiar de opinión los periodistas. Como decía el insigne Groucho Marx: “Esta es mi opinión, pero si no le gusta, tengo otras”.
Fuente: Diario Perú 21. Miércoles 16 de septiembre del 2009.
Autor: Guillermo Giacosa (Periodista)
Toda la información disponible a la fecha da, como un hecho, el ingreso de Brasil al exclusivo grupo de países con reservas petroleras que rondan los 100,000 millones de barriles, y que está integrado por Venezuela, Arabia Saudita, Canadá, Irán, Irak, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Rusia. Este petróleo se halla en la plataforma submarina del gigante sudamericano, y vale la pena preguntarse si el reciente contrato entre Brasil y Francia, destinado a proveer aviones y submarinos a nuestro vecino, no será un mensaje a quienes pretendan inmiscuirse con los recursos naturales de ese país. Recursos no solo representados, entre otros, por el petróleo y el agua, sino por algo que también compete al Perú: la Amazonía. Y mientras Brasil celebra este hallazgo, Venezuela festeja otro igualmente significativo: la petrolera española Repsol YPF ha descubierto, en las costas del golfo que lleva el nombre de ese país, el mayor yacimiento de gas de su historia y uno de los más grandes del mundo, según informó la propia empresa. El pozo podría albergar entre siete y ocho billones de pies cúbicos de gas y se encuentra a una profundidad de 60 metros. Podría extenderse en una superficie de 33 kilómetros cuadrados y tener un grosor de 240 metros. Repsol, que debe confirmar el potencial del hallazgo con más prospecciones, es el operador del pozo en consorcio con la italiana Eni, al 50%. En la fase de desarrollo del yacimiento, la compañía pública venezolana Petróleos de Venezuela (PDVSA) participará con un 35%, mientras que Repsol y su socio italiano tendrán un 32.5% cada uno. Chávez dijo, luego de reunirse con el rey de España y con el presidente Zapatero, que ese hallazgo de gas era una “muy buena noticia para Venezuela y para España”.
En caso de que este convenio multimillonario se lleve a cabo, tal como se perfila, de manera tripartita entre las compañías española e italiana y PDVSA, habría que observar cómo evoluciona la crítica de la prensa ibérica hacia el presidente venezolano. En este caso se aplicaría el “piensa mal y acertarás”, y sugeriría que los intereses corporativos de los beneficiarios de esta empresa harán menos ríspidos los comentarios acerca de la revolución bolivariana. Creo que en esta sociedad, donde las sumas y las restas –sobre todo las sumas– predominan sobre las conductas, los valores y los ideales, todo cambio es posible si se le lubrica con la verde sonrisa de George Washington. Puedo estar equivocado. No con respecto a los valores de la sociedad actual, pero sí en los repartos de beneficios de este negocio, pues los mismos quizá no sean suficientes para hacer cambiar algunas ideas en esta oportunidad. De lo que sí estoy seguro es de que, tal como sentenció el gerente de CNN, no es bueno malquistarse con los clientes y, por lo tanto, lo que ayer era malo hoy pasa a ser bueno y viceversa. Después de todo, si cualquier cosa cambia, por qué no van a cambiar de opinión los periodistas. Como decía el insigne Groucho Marx: “Esta es mi opinión, pero si no le gusta, tengo otras”.
Fuente: Diario Perú 21. Miércoles 16 de septiembre del 2009.