domingo, 29 de mayo de 2011

Análisis de la estructura de Machu Picchu. Constructores de "estructuras líticas sismorresistentes, que conjugan la biodiversidad natural de su entorno".

El Autor del blog en su visita a Machu Picchu (2010).

Machu Picchu no es una ruina

El patrimonio cultural inca, en sus diversas expresiones, tanto materiales como inmateriales, representa la síntesis de las culturas milenarias andinas que poblaron extensos territorios sudamericanos en un área de influencia, del cual hoy forman parte varios países.

Por: Jesús Puelles Escalante*

La ciudad de Machu Picchu conserva la originalidad de la arquitectura e ingeniería incas, expresada en el ordenamiento territorial de las zonas urbanas y agrícolas, diseñadas sobre una meseta de granito, conocido como el Batolito de Vilcabamba. Esta formación geológica, inmersa en la biodiversidad de un entorno, es definida como una isla ecológica y, a criterio de especialistas, se considera una isla interior esteparia. En este sitio los constructores incas edificaron la ciudad eterna de granito, como un desafío al tiempo, con una perdurabilidad que permite ser admirada por el mundo.

Constructores incas

Los constructores supieron aprovechar los relieves topográficos para adecuar a ellos la construcción de recintos, plazas y calles. Las edificaciones prehispánicas ubicadas en el Centro Histórico de la ciudad del Cusco tienen una excepcional calidad constructiva, alcanzada por los constructores incas, quienes forjaron el esplendor de la capital imperial.

En las edificaciones supieron prever la perdurabilidad de las mismas, al aplicar una tecnología de estructuras líticas monolíticas, logradas al utilizar elementos líticos de andesita, basalto, diorita y caliza, de propiedades físicas y comportamiento mecánico, resistentes al intemperismo, la meteorización y los impactos ambientales.

Este estilo constructivo se aprecia en la variedad de los aparejos o formas de colocación de los líticos, logrando mamposterías monolíticas, de una cohesión adhesiva y ensamblaje perfecto de uniones herméticas, que permitieron obtener una condición especial sismorresistente para un óptimo comportamiento, semejante a las placas utilizadas en el contexto actual.

Muros antisísmicos

Para habitar la ciudad del Cusco (Qosqo), los primeros españoles utilizaron los muros de las edificaciones incas como elementos de apoyo a sus construcciones de estilo europeo, conocidas como estilo colonial, de tal manera que con los sismos registrados en los últimos 500 años, un gran número de estas construcciones colapsó, permaneciendo incólumes las edificaciones prehispánicas. Es el caso de los muros incas del Templo del Sol o Coricancha, que, con ocasión del sismo de grado severo ocurrido el 21 de mayo de 1950, tuvieron un excepcional comportamiento sismorresistente. A causa de este terremoto colapsó gran parte del Templo de Santo Domingo y, sin embrago, permaneció inalterable el templo del Coricancha.

Existen otras edificaciones importantes en el Centro Histórico del Cusco, como el Palacio de Inca Roca y el Aqlla Wasi (residencia de las mujeres escogidas), entre otras, que por siglos vienen soportando enormes sobrecargas de edificaciones hispánicas sin afectar la estabilidad de la estructura lítica de sus muros.

Estas evidencias demuestran, sin duda, que la tecnología constructiva inca no tiene comparación alguna, pues ha permanecido inalterable ante los embates de fenómenos geodinámicos externos, lo que prueba su invulnerabilidad, por lo que es improbable que en el tiempo las construcciones incas pierdan su originalidad e intangibilidad.

No más ruinas

Con frecuencia se observa con desagrado que en algunas publicaciones, periódicos, revistas, libros y medios audiovisuales se utiliza de forma inadecuada el vocablo “ruinas” para denominar a las edificaciones incas, entre estas, el Santuario Histórico de Machu Picchu, templos y palacios del Cusco, el Parque Arqueológico de Sacsahuamán, los grupos arqueológicos de Tipón, Písac, Ollantaytambo, por citar los principales monumentos prehispánicos que, sin lugar a duda, constituyen la mayor expresión del patrimonio inca. Sin embargo, en el continente europeo, existen monumentos considerados Patrimonio Cultural de la Humanidad cuyas edificaciones están restauradas y, en algunos casos, incompletas, como el Partenón y el Coliseo Romano, pero por esto no se las califica de ruinas o en estado ruinoso; muy por el contrario, se las destaca como edificaciones emblemáticas de las culturas griegas y romanas, puestas en valor cultural para ser apreciadas con admiración por la humanidad, con una visión del desarrollo sostenible.

Permanecen en el tiempo

Ruina, según el diccionario, significa restos de uno o más edificios destruidos o se refiere a una construcción en peligro de colapsar. De estas definiciones se deduce que calificar de ruinas a las edificaciones incas es, desde todo punto de vista, incoherente e inapropiado.

En el contexto universal, Machu Picchu ha sido reconocida como maravilla cultural y natural de la humanidad por sus colosales edificaciones de estructuras líticas sismorresistentes, que conjugan con la biodiversidad natural de su entorno. Estas evidencias demuestran que la tecnología constructiva inca no tiene parangón, pues ha permanecido inalterable ante los embates de fenómenos geodinámicos externos.

Esto hace improbable que en el tiempo las construcciones incas se degraden a un estado ruinoso. Por todo esto se concluye que calificar de ruinas a las expresiones culturales más relevantes del patrimonio inca es incoherente, inapropiado, inverosímil e irreverente.

(*) Ingeniero. Investigador del patrimonio inca.

Fuente: Diario El Comercio, Suplemento "El Dominical" (Perú). 29 de mayo del 2011.

Recomendados:

El secreto de la construcción de Machu Picchu.

La expedición de Hiram Bingham y el descubrimiento de Machu Picchu. Libro: "Lost city of the Incas" (1948).

viernes, 27 de mayo de 2011

Entre el modelo de Chile (una de las naciones que más Tratados de Libre Comercio ha suscrito) y el modelo de Brasil un modelo más proteccionista y de contrapeso al gigante del norte).

"Chile y Brasil"

Por: Isaac Bigio (Internacionalista)

Estos dos países son mostrados como un posible ejemplo a seguir. La república sureña se jacta de un alto nivel de crecimiento debido a ser una de las naciones que más Tratados de Libre Comercio ha suscrito. El coloso que agrupa a la mitad de los suramericanos se ufana de tener un modelo más proteccionista y de haber logrado que su nación sea la única del hemisferio que le haga contrapeso al gigante del norte, aunque sin chocar frontalmente contra éste.

Ambos países se caracterizan por estar divididos en dos bloques (uno que va del centro a la derecha y el otro del centro a la izquierda), los mismos que han logrado muchos consensos entre sí sobre el modelo a seguir. Ambos campos pueden reelegir a un nuevo presidente de sus propias filas y también se alternan en el poder. Cada uno mantiene un determinado peso electoral y en los comicios el nivel de variación de votos no es abismal (como pasa en Perú).

En esas dos repúblicas hay partidos estructurados y aquellos que se asientan en los sindicatos (como el PT de Brasil y el PS de Chile) han ayudado a viabilizar el modelo impidiendo huelgas radicales o insurgencias (como las que se han dado en Colombia y Perú, y que han provocado que esos países giren hacia nuevos caudillos de derecha).

Los dos candidatos presidenciales del Perú dicen mostrarse más cercanos a uno u otro modelo. Sin embargo, este país carece de bloques que se puedan reelegir o se alternen en el poder y de partidos sólidos.

La izquierda peruana, que emergió con cierta fuerza después de Velasco, acabó atenazada entre la polarización Fujimori-Sendero y fue incapaz de estructurar partidos con cierto peso, y mucho menos presidentes como Lagos o Lula o presidentas como Bachelet o Dilma.

Perú nunca ha tenido un movimiento que se mantuviera en el poder renovando de figura. Es más, Belaunde, García, Toledo y nuevamente García empezaron con un respaldo mayoritario, pero acabaron perdiendo a más del 90% de sus iniciales votantes al acabar sus quinquenios.

El único movimiento que pudo continuar más de un mandato lo hizo interviniendo en los otros poderes, reeligiendo al mandatario y creando un movimiento que se ha presentado con media docena de membretes diferentes, pero que tienen en común la subordinación al líder.

De hecho, todos los partidos peruanos son caudillistas y los caudillos tienden a dar muchos giros.

El fujimorismo, que fue electo en 1990 con los votos de la izquierda contra la derecha, hoy quiere volver a Palacio uniendo a la derecha contra la izquierda. Vargas Llosa, quien entonces aparecía como el cuco de la izquierda, hoy apoya a Ollanta. Ollanta carece de una ideología clara o de una base social como la de los demás partidos de izquierda del continente (desde la socialdemócrata tipo Chile o Brasil hasta la "radical" tipo Bolivia).

Sin el desarrollo de partidos y bloques estructurados y con tanta volatilidad electoral, el Perú no podrá emular a cualquiera de ambos modelos.

Fuente: Diario Correo (Perú). 26 de mayo del 2011.

jueves, 26 de mayo de 2011

Historia de la derrota de Sendero Luminoso. La DINCOTE y el GEIN, el papel de Ketín Vidal, Benedicto Jiménez y Marcos Miyashiro frente a la estrategia fracasada de “terror contra terror” de Fujimori y Montesinos.

Hacer click en la imagen para ampliar.
El mito fujimorista de la derrota de SL

Por: Nelson Manrique (Historiador y sociólogo)

El respaldo al fujimorismo reposa en buena medida en la creencia de que fue Alberto Fujimori quien capturó a Abimael Guzmán, algo que es creído especialmente por los jóvenes que no vivieron ese periodo. Abimael Guzmán fue capturado cuando el Estado peruano venía claramente perdiendo la guerra, ejecutando una estrategia de “terror contra terror” (el grupo Colina, Barrios Altos, La Cantuta, la masacre de presos de mayo de 1992), que fue explicada por Santiago Martin Rivas, el jefe del grupo Colina, al periodista Humberto Jara. Esta no detuvo el crecimiento senderista y al contrario lo aceleró. En abril de 1992 –el mes del golpe de estado de Fujimori– el subsecretario de Estado para AL Bernard Aronson planteó ante la Cámara de Representantes de EEUU que se debía evaluar una intervención militar multinacional en el Perú para evitar el triunfo de SL.

En Lima el asesinato impune de líderes populares como María Elena Moyano provocó un repliegue general de las organizaciones que enfrentaban a SL. La desmoralización de la clase media se expresó en la intención de cientos de miles de personas que querían vender sus propiedades para marcharse del país. En julio SL precipitó aún más las cosas lanzando una gran ofensiva con atentados contra empresas privadas, edificios públicos y locales de legaciones diplomáticas, agravando la zozobra e inseguridad; la culminación fue el bárbaro atentado de Tarata en Miraflores. Días después un “paro armado” fue acompañado de ensayos preinsurreccionales en barrios periféricos de Lima y algo similar sucedió en Ayacucho, Puno, Huancayo, Satipo, La Merced, Pasco y Huánuco. Lima era una ciudad acosada y se percibía claramente que el Estado era incapaz de ganar la guerra. En ese contexto la captura de Guzmán paró en seco una ofensiva general y fue el comienzo del fin para SL.

La captura de Abimael Guzmán fue una completa sorpresa para Fujimori y Montesinos; éste se encontraba en un cóctel en una embajada cuando la TV difundió la noticia de que había sido capturado el “presidente Gonzalo” y Fujimori estaba pescando en Iquitos y sólo pudo retornar a Lima recién al día siguiente. Una vez en Palacio se encargó de autoatribuirse el mérito de una operación exitosa de la cual ni siquiera tenía conocimiento.

La captura de Guzmán fue esencialmente el resultado de un cambio en la estrategia contrasubversiva realizado por un grupo de policías de la DINCOTE, descontentos con la forma como se venía llevando la guerra. Su estrategia reemplazó la represión indiscriminada (como la ejecutó Fujimori con el Grupo Colina) por un trabajo de inteligencia selectivo, que tenía como objetivo llegar a la cúspide de la dirección senderista, con la convicción de que se podía derrotar a SL capturando a Guzmán, pues lo único que SL no podría reemplazar era a su jefe máximo.

Trabajaron largo tiempo en silencio: en lugar de poner en prisión a los senderistas que iban identificando los del GEIN los dejaban libres y les hacían un paciente seguimiento, buscando reconstruir la red orgánica senderista para llegar a Guzmán, lo que finalmente lograron, capturándolo sin disparar ni un tiro. Para poder ejecutar su estrategia tuvieron que trabajar a espaldas de Fujimori y de Montesinos. Fue clave el papel de Benedicto Jiménez y el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), creado a su insistencia al interior de la DINCOTE en 1990.

La captura de Guzmán el 12/9/92 fue un trabajo policial, realizado al margen de las FFAA, ejecutado contra la estrategia de “terror contra terror” de Fujimori y Montesinos. Esta no solo violaba los DDHH sino demostró ser completamente ineficaz. No es, por eso, de extrañar que, lejos de ser condecorados y promovidos, los jefes policiales que capturaron a Guzmán fueran castigados por Fujimori: Ketín Vidal, Benedicto Jiménez y Marcos Miyashiro fueron removidos de sus cargos y enviados a colocaciones que virtualmente los sacaban de la carrera policial. Hubo que esperar a la caída de la mafia para que fueran reivindicados.

P.S. La partida de Carlos Iván Degregori nos golpea profundamente. Debo mucho a su gran corazón, su inmensa generosidad y su maravilloso sentido de la amistad.

Fuente: Diario La República (Perú). Mar, 24/05/2011.

Recomendado:

Origen, auge y caída de Sendero Luminoso. Características del conflicto armado interno.

domingo, 22 de mayo de 2011

Conversación con el antropólogo Carlos Iván Degregori: "apostar por una educación intercultural, inclusiva, que combine saberes, conocimientos".

“En política nadie dio la talla en el Perú”

Doctor en antropología, docente universitario y acaso el mayor estudioso de la violencia política en el Perú, Carlos Iván Degregori nos dejó para siempre el miércoles tras una larga lucha contra el cáncer. En diciembre pasado concedió la presente entrevista. Aquí, en tono testimonial, revela pasajes de su vida y habla del Perú que quiso tanto. Esta conversación, parcialmente inédita, apareció en enero en la revista Palabra de Maestro.

Por: Pedro Escribano

¿Cómo así se arrojó al abismo en esto de pensar el país y sus problemas? ¿Hubo en casa algún intelectual?

–Mis padres son de las cabezadas de la provincia de San Juan de Lucanas, Ayacucho. No eran intelectuales. Yo soy el primer varón profesional de mi familia. Tengo tías y hermanas, que eran o maestras o asistentas sociales, pero de los varones yo soy el primer profesional. ¿De dónde me viene? La verdad, no sé. Tal vez, las personas mayores de mi familia tenían esos ímpetus de que sus hijos se eduquen y sean profesionales. Un deseo muy generalizado en las familias provincianas; en realidad, en todas las familias.

–¿Y en qué momento se inclinó por la antropología?

–Cuando me di cuenta de que tenía que seguir algo, entonces había que decidir Ciencias o Letras. Las ciencias tenían más prestigio, sobre todo para las familias migrantes, de clase media, que querían que sus hijos sean ingenieros, arquitectos. Y yo ingresé a la UNI. Pero allí me di cuenta de que yo era más para Letras. Y allí tuve otro dilema: si era más para Literatura o para Antropología. Literatura me gustaba desde chico, pues leía chistes, novelitas, cowboyadas, Tarzán, Superman, y recuerdo los Populibros, libritos muy útiles que publicaba Manuel Scorza. Creo que es el contexto de la época el que me ayuda a decidir por las Ciencias Sociales. Es una época de compromiso social, incluso en los escritores. Era la generación del 50 y de Arguedas. Había leído Los ríos profundos, Yawar fiesta, y me impactaron mucho. Entonces decidí por Sociales, sin olvidar nunca la vena literaria, porque me gusta tanto leer como escribir. También decido movido por el espíritu de la época: los jóvenes teníamos interés en la política, en el cambio social, la utopía socialista, la revolución cubana.

–Cuando escribía literatura, ¿escribía en prosa o verso?

–Yo comencé escribiendo cuentitos, pero sólo llegué a publicar un libro de poemas. En los años 70 alcanzo una mención honrosa en el Premio Poeta Joven del Perú, cuando gana José Watanabe. Luego me di cuenta de que eso era en serio, que eres o no eres, que poeta no eres solo los ratos libres. Pero ya estaba metido en Ciencias Sociales y la poesía quedó como una afición mía. Pero eso de escribir también se ha resuelto un poco por la vía periodística.

–Leyó Los ríos profundos, ¿quizás está allí el llamado de pensar el país?

–Sí, mucho. Yo traía toda la vivencia de mis padres. Ellos ya estaban en Lima, pero siempre en vacaciones íbamos a Lucanas. Mi padre era mismo personaje “arguediano”. Los comuneros iban a visitarlo, pues él tenía una tienda de repuestos y un pequeño grifo. Ir a Lucanas era muy atractivo, sobre todo porque era el mundo de las vacaciones.

–Y en Lima, ¿en qué colegio estudió?

–En La Salle de Lima. Crecí en La Victoria.

–O sea, como dicen, muy de barrio…

–(Risas). Sí, por la primera cuadra de Manco Cápac, en la casa de una tía.

–De su época escolar, ¿recuerda que su formación fue la adecuada?

–Bueno, eso es como en todo: hay luces y sombras. La Salle era un colegio católico, y yo estudié antes del Concilio de Vaticano II, es decir, cuando imperaban las cuestiones arbitrarias. Pero se enseñaba bien, no puedo quejarme.

–De adolescente ¿cómo era? ¿Futbolista, guitarrero, trovador?

–No, más bien tranquilo. Bueno, como todos, a los 13 o 14 años fiestero, pero no llegué –y es una de las cosas que me da pena ahora– a tocar ningún instrumento. Pero fiestas, sí, era lo común. Yo diría que no fui el gran mataperro ni tampoco fui un lorna (risas).

–¿De joven fue bohemio?

–Más o menos, ah. Fue una especie de aprendizaje. Curioso, aquí en Lima, con la cerveza y con la fiesta, uno aprende más o menos a manejarse, pero cuando salí de Lima como antropólogo, en el campo, con las comunidades, era el trago corto, el aguardiente, y uno tenía que ser igual a ellos, eso ya era otro nivel. Era graduarte. Era como pasar de primaria a secundaria, y no podías ni rechazar ni quedarte dormido a la mitad. Ha sido un aprendizaje. Estar en cortepelos, cumpleaños y fiestas patronales, eso era bravazo.

La vida universitaria

–En la universidad, ¿quiénes eran parte de la patota?

–He sido un nómade universitario. Primero fue la UNI, después pasé a Letras en la Católica. En esa época, en la Católica, en cada promoción había un grupo de Letras que pasaba a San Marcos, eso era casi ritual, una suerte de fuga. También seguro porque en esa época todavía la Católica era muy conservadora. Por otro lado, San Marcos era excelente, tanto en Literatura como en Ciencias Sociales. En Letras de San Marcos tuve un pequeño grupo de amigos, entre ellos Marco Martos, que era un gran ajedrecista, y era de primera división, y con él también es que yo me metía en estas aventuras literarias. Otro amigo, Jaime Urrutia, que también es antropólogo. En San Marcos hemos tenido buenos profesores, Washington Delgado era un lujo. En Sociales estaba todavía Arguedas, pero no me enseñó.

–¿Alguna vez conversó con él?

–No. Yo le he visto, he estado en alguna de sus clases. Estaban Arguedas, Jorge C. Muelle, Luis E. Valcárcel, José Matos Mar, Alberto Escobar. También Guillermo Lumbreras, Julio Cotler, John Murra, Martha Hildebrandt en Fonética, que para mí solo se hubiera quedado en eso, era muy buena profesora. San Marcos era toda una meca en Humanidades.

La clase inteligente

–Si nosotros pensamos en las personalidades intelectuales que menciona, ¿qué no hicieron para que este país padezca el atraso, la inmoralidad? ¿Los intelectuales le fallaron al país?

–Primero, los intelectuales es imposible que puedan… digamos, no sé si es imposible. Pero no pueden ser al mismo tiempo clase dirigente de una sociedad e intelectuales. Tampoco voy a pensar en el intelectual puro, no es de mis tiempos ni creo que hayan existido. Pero como que hay muchas mediaciones entre los estudiosos, los políticos y los dirigentes sociales, que tienen que articularse para producir un cambio social. Y es aquí donde yo creo ha habido desencuentros. Ha habido muchos que han tratado de dar lo mejor de sí, pero como que no se pudo llegar a hacer el ensamblaje que es necesario para que los poderes sociales se precipiten en un cambio profundo.

–No haber alcanzado este ensamblaje podría ser la respuesta a Zavalita: allí empezó a joderse el Perú.

–(Risas) Ah, es muy posible. La respuesta a cuándo se jodió el Perú es mucho más compleja, pero uno de los factores por los cuales atravesamos todo lo que hemos pasado en las últimas décadas, hasta ahora, es por falta de eslabonamiento. Pongámoslo al revés, una mayoría social que se transformaba aceleradamente. O sea, yo he crecido en la época de las grandes migraciones. Yo recuerdo que siendo un mocoso, el esposo de mi hermana mayor trabajaba en el Hospital de Collique, e íbamos de paseo a visitarlo en Comas. Lima acababa en la UNI y después todo era chacra. Yo he visto las primeras esteras de las invasiones, lo que hoy es Independencia. También era una época de todos los movimientos campesinos. En un país, como dice Arguedas, hirviente en estos días, toda esa mayoría de peruanos y peruanas que se movilizan, buscan nuevas representaciones políticas, pero también nuevas interpretaciones sociales, culturales. Allí es donde no hemos dado la talla. Yo hablo porque además he sido militante político de Izquierda Unida durante años. Creo que incluso que más que como intelectuales, porque un Mariátegui, por ejemplo, no aparece en cada generación pues. En política nadie dio la talla en el Perú, ni la izquierda, el centro ni la derecha, por eso el país se viene abajo en los años 80.

–El desembalse, la frustración, dio lugar a que Sendero germinara…

–Claro, por supuesto, y luego Fujimori. Son los dos extremos al no haber funcionado los que tenían que haber encontrado el camino. Sea de una izquierda socialista, sea de un centro izquierda como era la Democracia Cristiana, Acción Popular o sea un liberalismo de derecha, liberalismo no solo económico, sino también político, un liberalismo de verdad. Ninguno acertó y el país se desbarrancó.

–¿Cree que José Matos Mar lo advirtió con su libro El desborde popular?

–Él tiene una muy buena intuición. El título lo dice todo. Había un desborde popular y desgraciadamente no se encuentra la manera de encausarlo por la vía más constructiva, más solidaria, más social y tiene que ser o por la violencia extrema e irracional o el autoritarismo como el de los 90, con Fujimori. El otro que tuvo por el lado liberal una intuición, yo diría muy parcial, fue Hernando de Soto con El otro sendero. Su solución era muy simplista, y sigue siéndolo. Ahora con lo de Bagua es evidente, esa no es la solución, pero sí da cuenta de los informales, los emprendedores. Pero hay otro que no se ha tomado en cuenta, pero que también lo ve, y es Carlos Franco que ha publicado el libro La otra modernidad, que ofrece una perspectiva muy interesante de lo que es el Perú.

Contra el pesimismo

–¿Se ha sentido alguna vez pesimista, chapaleando en el pantano de las taras peruanas?

–Fíjate, curiosamente no me ocurrió cuando la gran crisis de los 80, principios de los 90; tal vez hasta por dar la contra, psicológicamente, yo decía: hay que seguir intentando, hay que seguir dándole, pero a fines de los 90, la verdad que sí, cuando llega el momento en que parece que Fujimori seguirá en un tercer periodo, fue una etapa muy pesimista. Además, yo lo vivía en la universidad, el control, incluso intervención militar en el caso de San Marcos, que se vuelve como una escuelita. Realmente fue una época para mí muy desanimada.

–¿Quiso irse del país?

–No...

–¿O quiso irse al monte?

–(Risas). No, era a fines de los 90 y ya sabíamos todo lo de Sendero, imagínate... Uno ya podía comprobar la distancia entre los sueños y las pesadillas, pero eran tiempos muy grises.

La educación y el estado

–En esta suerte de país condenado a no progresar, en educación ¿qué responsabilidad le toca al magisterio, al Estado?

–Es injusta la campaña que le echa la culpa al Sutep de la crisis de la educación. Culpa no es la palabra exacta, sino responsabilidad, y si de educación pública se trata, la tiene el Estado. Y allí hay dos hechos: uno es la inversión que hace el Estado en educación, que llega a su punto más alto en el 60 y de allí desciende y no se ha recuperado hasta hoy. Lo segundo es que, a partir de los 80, las élites optan por la educación privada y se deja que languidezca la pública. También hay responsabilidad del magisterio, del Sutep, pero las grandes responsabilidades hay que ponerlas en orden. Países como Brasil o Argentina siguen optando por la educación pública.

–¿Qué debe hacer el gobierno en educación?

–Así como es necesario el dominio de los nuevos medios como internet, hay que apostar por una educación intercultural, inclusiva, que combine saberes, conocimientos. No es que el que habla quechua es un ignorante, no, será ignorante en castellano, como nosotros lo somos en chino. Lo que pasa es que son otros saberes, otras culturas, otras formas de entender el mundo y que recién estamos descubriendo, que no es un pasivo sino un activo. Lo que sí es cierto es que estamos en el momento de la educación. Si seguimos creciendo, como se dice, al 8%, esto no será sostenible si la educación no vuelve a ser uno de los ejes centrales.

Fuente: Diario La República, suplemento "Domingo" (Perú). 22 Mayo, 2011.

Recomendados:

Semblanza de Carlos Iván Degregori, destacado antropólogo peruano y defensor de la justicia social en el país.

Carlos Iván Degregori. Sinesio López Jiménez.

Me despido de Carlos Iván, con gran afecto, con orgullo de haberlo conocido, pero sin tristeza. Gustavo Gorriti.

Hasta volvernos a encontrar. Rocío Silva Santisteban.

Historia de la Inglaterra victoriana: época de mayor esplendor y poder económico y de máximas diferencias en la brecha de las clases sociales.

Londres, 1900.
Las sombras de LONDRES

Bajo el régimen de la reina Victoria, Londres experimentó épocas de crisis y miseria retratadas por Arthur C. Doyle dentro de una lúgubre ciudad.

Por: Diana Gonzales Obando

Desde 1837 hasta su muerte en 1901, la reina Victoria encabezó el reinado más largo de la historia de la corona inglesa.

En esta etapa, la isla sufrió grandes cambios que se apoderaron de su historia: mientras alcanzaba su máximo esplendor y poder económico, Gran Bretaña apreciaba las máximas diferencias en la brecha de las clases sociales.

La miseria del esplendor

El acelerado crecimiento de los pueblos y las metrópolis provocó el hacinamiento y falta de vivienda, aunado al desempleo, pobreza y explotación obrera. Pero, por otro lado, se alumbraba el nacimiento de una elegante y fastuosa burguesía. Era una Londres espectacular, la más grande ciudad de su época, que a su vez se encontraba corroída por la miseria y el gran hedor de 1858.

Basta recordar que en 1849 grandes enfermedades se alojaron en la capital por la falta de higiene y sistemas de desagüe. Brotaron el tifus y el cólera, letal enfermedad que mató a 2 mil personas.

Las contaminadas aguas del río Támesis, cuya brumosa imagen atravesando la ciudad fue pintada por Monet, fueron testigos del emblemático asesino en serie conocido como Jack el Destripador, quien mutiló y mató a cinco prostitutas en 1888. Esto generó la histeria colectiva y el interés de la prensa mundial aumentó tras publicarse una presunta carta firmada por el asesino.

Este nuevo contexto de crisis, esplendor y grandes diferencias sociales fue también el impulso que tocó la inspiración de los más importantes escritores ingleses, como las hermanas Charlotte y Emily Brontë, George Eliot, Joseph Conrad, Charles Dickens, entre muchos más. Una Londres virulenta y cercana al fin del siglo XIX es la que heredó sir Arthur Conan Doyle.

Ficciones y adicciones

“Sherlock Holmes cogió su botella del ángulo de la repisa de la chimenea, y su jeringuilla hipodérmica de su fino estuche de tafilete. Insertó con sus dedos largos, blancos, nerviosos, la delicada aguja, y se remangó el puño izquierdo de su camisa”, describió con minucia científica y objetiva Conan Doyle la adicción a la cocaína de su emblemático personaje en la novela “El signo de los cuatro” (1890). Seis años antes, cuando el imperio Coca-Cola ya estaba en expansión, el psicoanalista Sigmund Freud publicó su exaltación por la cocaína en “Sobre la coca”, sustancia bautizada así por el químico alemán Albert Niemann en 1860, tras confirmar en la amable hoja peruana cualidades curativas y farmacéuticas. La misma euforia descrita por Freud sentía Holmes al introducir por su piel la sustancia que, décadas después, se convirtió en lo que el químico Friedrich Erlenmeyer llamó el tercer azote de la humanidad, después del alcohol y el opio.

El opio inglés

Una planta que a lo largo de la historia tuvo fines curativos fue capaz de provocar una guerra con China durante el reinado de Victoria: la guerra por el opio.

La adicción por el opio convirtió a los chinos en extremos consumidores, e Inglaterra no cedió a sus intentos por librarse del comercio de este mal, negación que estalló en conflicto.

Los fumaderos de opio se hicieron muy comunes en la misma Inglaterra, y Londres no fue la excepción, tal como podemos extraer de lo narrado por el querido Watson en “El hombre del labio retorcido” de Conan Doyle: “A través de la penumbra se podían distinguir a duras penas numerosos cuerpos, tumbados en posturas extrañas y fantásticas, con los hombros encorvados, las rodillas dobladas, las cabezas echadas hacia atrás y el mentón apuntando hacia arriba; de vez en cuando, un ojo oscuro y sin brillo se fijaba en el recién llegado”.

Sherlock Holmes, disfrazado con sus peores trajes, solía acudir a estos lúgubres lugares para encontrar información en las palabras al aire producidas por los delirios de los fumadores.

Conan y la ciudad

Los relatos de Conan Doyle son, a su vez, fragmentos de la historia de una Londres del siglo XIX, cuyo paisaje urbano está encarnado en los personajes duros y sombríos.

Es una ciudad que ha consolidado una imagen en todo el mundo, como la pobre, fría y nebulosa creada por Charles Dickens, y la transitada por Sherlock Holmes: en penumbra, con siluetas fantasmales y un suspenso seductor.

Fuente: Diario El Comercio, Suplemento "El Dominical" (Perú). 22 de Mayo del 2011.

domingo, 15 de mayo de 2011

El estudioso Tom Zuidema y la reconstrucción del calendario inca. Las panacas y las sucesiones incaicas.

Historia, mitos y arqueología del Cusco *

Por: Tom Zuidema. Doctor en antropología.

En primer lugar muchas gracias por esas palabras, estoy alegre de estar en San Marcos y tengo que decir también, que cuando yo llegué por primera vez a Perú fui muy bien recibido en la Casona de San Marcos y en mis primeros años quien me ayudó mucho con su crítica fue el doctor Porras Barrenechea, de quien tengo todavía las mejores memorias. Recuerdo que reunía a sus estudiantes en su casa con largas discusiones que iban hasta las 4 ó 5 de la mañana.

Después cuando me fui al Cusco, el doctor Porras iba a dar una charla magistral en la universidad. Él tuvo la gentileza de guardar, para el doctor Chávez Ballón y para mí, copias de ceques y desde entonces traté de localizar huacas con él . Puedo decir que fue Porras Barrenechea quien me empujó a esto; claro no puedo negar que yo sabía algo respecto al tema y como a él le interesaba mucho decidimos realizar este trabajo de campo.

Para mí siempre ha tenido una gran importancia la historia inca, por eso decidí estudiarla, pero lo que yo quería era estudiar el sistema social, ritual, etc. y es la base que podemos utilizar para eso.
Estos últimos años he trabajado mucho en la reconstrucción del calendario inca. Éste es mucho más importante de lo que parece. En primer lugar porque es distinto de lo que dijeron los cronistas españoles, lo que sí podemos rescatar es que nos brinda bastante información, lo suficiente como para reconstruirlo. Este calendario es en cierto modo diferente a un calendario Europeo, Azteca o Maya.

Pero para estudiarlo tuve que reconstruir también muchos otros aspectos de la cultura inca, y sobre esto les hablaré muy brevemente. Me referiré a la Historia, Mitos y Arqueología de Cusco; y no es que yo sepa mucho de arqueología pero con lo que sé espero que alguna vez podamos entender e integrar mejor la historia y mitos con la arqueología.

A continuación voy a hablar primero de la Historia Inca. Este problema es muy grande, no se puede decir nada en otros aspectos si no discutimos a fondo este problema.

La idea que se ha formado la cultura peruana actual de la dinastía inca es que había reyes y que cada uno iba a formar su propio grupo de descendientes, es decir su panaca. Por ejemplo, Huayna Cápac y sus hijos Huáscar y Atahualpa, pero ellos no entran en el juego de lo que voy a hablar.

Esta es la idea que ustedes han aprendido en la escuela, cada rey elige un sucesor, y que todos los demás hijos iban a pertenecer a un grupo que se llamaba la panaca y así se iba a llegar al final, a un conjunto de diez panacas.

Cuando empecé a estudiar a los incas, desde el principio yo no creía eso, pues ello me parecía imposible y lo iba a descubrir por crónicas que no se habían publicado. Está muy claro que una colonización de diez panacas siempre existió como tal, y entonces en la historia inca es un hecho mitológico que el rey Pachacútec haya formado una colonización social en el Cusco de diez panacas. Pero esto cambia en la primera gran crónica sobre los incas en la que se habla de Pachacútec y en el cual se dice que él se iba a casar con la Colla o quizás con más mujeres, pero que también se iba a casar con mujeres de todos los grupos políticos que él dominaba y así iba a ser un sistema social político de relación entre el rey y todos estos grupos del cual estas mujeres llamadas Curaca-Yucao, iban a ser las representantes en la corte militar inca.

Esta es una representación distinta de lo que se aprende en la escuela, entonces no es una cosa formada en un proceso histórico y se conforma de lo que yo en un principio como antropólogo revisaba.

Esta es básicamente imposible en una población tan casual con crecimiento de panacas. Podemos decir que sí, efectivamente, este conjunto de diez panacas fue una colonización estricta; en términos sociales eran mas rituales y calendáricos. Por ejemplo, lo que varios cronistas dicen al tiempo de la llegada de los españoles, es que cada panaca tenía una función ritual en un mes determinado, entonces fue una colonización temporal, calendárica también, y esto no se puede conformar en un proceso histórico.

Otra cosa, por ejemplo, es que el Cusco esta dividido en dos mitades, Hanan -arriba y Urin- abajo; y que cinco panacas pertenecen a Hanan y cinco a Urin. Una oposición tan fundamental nunca se puede producir y no hay ningún ejemplo histórico de que esto se iba a formar de esa manera. Entonces es un problema histórico, porque el primer cronista importante habla de una organización de diez panacas como tal con toda su importancia política, social y ritual; y un cronista años más tarde como Sarmiento de Gamboa dice que esto fue un proceso histórico.

Yo no voy a entrar en detalles técnicos pero voy a dar un resumen de lo que pasaba en 1550 y en los tiempos de Sarmiento en 1572.

Los españoles vieron que el sistema político de los incas fue un sistema basado en la poligamia, aquél que se casa con mujeres de todos los grupos representantes en su reino. Esto enseguida lo prohibieron; lo que ellos querían era que un rey o curaca negase a todas sus esposas excepto a una, ellos querían obligar a que este hombre se quede con la primera mujer con la que se había casado.

En la historia personal de un rey o curaca, éste se casaba con su primera mujer cuando no tenia importancia política. Luego cuando crecía en importancia se casaba con otras mujeres. Y cuando llegaba a la cumbre del poder se casaba con una mujer muy importante. Esta mujer le daba un mayor rango ya que ella provenía de un grupo de mucho poder.

Al verse obligados a renunciar o negar a sus otras esposas, lo que ellos querían como curacas era quedarse con la más joven, pero también con la de más influencia y esto los puso en un gran problema.

Los españoles no se conformaron con esto y lo que ellos también quisieron fue quebrar todo el sistema político. Es así que en el año 1569, el futuro virrey del Perú don Francisco de Toledo en una reunión en Madrid, decidió que ya no podía existir poligamia y que además se iba a reescribir, en parte, la historia inca.
Pero esta obligación tuvo consecuencias muy curiosas, pues los españoles se dieron cuenta de que un hombre estaba casado con diferentes mujeres, y con todas ellas tenía hijos, lo que indicaba que siempre iba a haber una pelea por el poder, y es lo que vemos en el caso de Huáscar y Atahualpa.

Y como consecuencia de esto, Sarmiento de Gamboa, por orden del virrey Toledo tuvo que escribir la historia inca como una historia dinástica parecida al modelo europeo, es decir una sucesión de padre a hijo y nada más. Si se leen bien las 500 crónicas entonces se ve que había bastante evidencia de que existía una sucesión de hermanos. El mayor asumía el poder cuando el padre lo decidía y luego éste recaía en el siguiente hijo y así sucesivamente, pero desde Sarmiento ya no se menciona nada.

Además se puede decir que el rey puso a sus hijos por jerarquía según la jerarquía de sus esposas y así les daba también funciones administrativas dentro del valle, especialmente en 10 grupos locales. Este sistema tuvo una gran importancia socio política.

Sarmiento ya no menciona esta distribución en el Valle del Cusco, tampoco menciona la función calendárica de estos grupos, mucho menos la función que tenía cada panaca en un mes. Entonces la historia va a ser distinta desde Sarmiento, y en este sentido también es curioso observar cómo él la ha cambiado tanto. Cronistas posteriores se refieren todavía a las panakas pero no le dan la debida importancia, porque ya habían perdido sus funciones rituales, a la manera española como lo hemos visto en muchos otros casos, por ejemplo en tribus de sudamérica cambian la distribución local de grupos y de este modo rompen su sistema religioso.

El problema con el calendario fue esta organización de diez panacas, importantes por sus ritos, mitos, etc, y comprobar que esto fue una realidad histórica; y mi principal disputa ideológica con historiadores es que ellos siguen aceptando la construcción dinástica de la historia inca.

Pero hay un problema: si digo que no existió esta dinastía inca, entonces la pregunta es ¿Qué existió en su lugar? Por eso me ha interesado en los últimos años el problema de un pueblo como los incas, sin escritura construyeron la memoria de su pasado y sin instrumento de una dinastía real, que fue la base de su historia. Para darme cuenta de lo que sí podía existir me ayudó mucho estudiar cómo otros pueblos de Sudamérica construyeron su pasado con métodos muy distintos...

Otra cosa que encontré en un pueblo de Ayacucho es un sistema de rotación en el cual llevaban su ganado de un lugar a otro. Creo que esas costumbres se han heredado por generaciones. Como buen antropólogo pregunté a las gentes cuáles eran sus tierras, pero no querían decirme pues creían que era un abogado y que se las podía quitar, por eso había muchas dificultades...

Para mí la reconstrucción del calendario se basó también en ¿Cuál era el rito que tenía cada panaca? Aunque los cronistas en general no lo dicen , hay varios datos de los ritos, mitos, etc. que nos permiten reconstruir este sistema; además quiero decir que una propiedad se basa en el sistema de seques, que es un sistema de cuarenta direcciones.

Entonces sabemos por la descripción de este sistema dónde estaban colocadas las panacas, así había una lectura del sistema en la misma dirección del reloj. Ahora el profesor John... observó lo mismo y sacó una conclusión histórica de esto, las panacas están distribuidas sobre este reloj, o calendario. Pero también existen cuatro suyos, los que señalaban hacia los puntos cardinales como son: norte, sur, este y oeste.
Viendo la jerarquía de estos cuatro suyos y creyendo en la dinastía se observa que las primeras panacas estaban colocadas en el Contisuyo, y las siguientes en el Collasuyo, las otras estaban en el Antisuyo y finalmente las últimas, ubicadas en Chinchaysuyo.

Me parece ilógico e imposible que los incas realicen sus primeras conquistas hacia el Contisuyo, Collasuyo, Antisuyo y Chinchaysuyo, en ese orden, esto no tiene ninguna estrategia lógica, pero lo que sí podemos ver es que hay una relación mitológica. Esto fue un ... es así que otros cronistas han hecho propuestas similares y que también se mantiene esta secuencia dinástica de las panacas.

Muchas veces la antigüedad es totalmente distinta de lo que dice la arqueología y lo que se quería es que la mitología sea interpretada como historia inca. Así hay muchas aspectos de la historia inca que reflejan los ritos, ojalá en estos pocos términos les haya podido explicar algo de la relación de estos mitos con el calendario.Otra cosa muy peculiar es que los incas construyeron muros y edificios de carácter ceremonial. Así hay muchos datos que se relacionan con la historia inca.

Además, la historia cómica cuenta que Lloque Yupanqui fue un sacerdote mayor, que no tuvo hijos y como rey debía tenerlos, para ello le llevaron a una mujer para procrear, esto es cómico pero se relaciona con ciertos ritos que todavía existen. Llegado este hijo algo más viril, él fue para su padre el primer conquistador. Se dice que él inventó el dinero real y llevó esa costumbre a Cusco. También se dice que impuso la perforación de las orejas como signo de nobles y lo aprendió de los pueblos que había conquistado.

Quiero terminar con algo simple, con la relación de Chinchaysuyo, con los ritos del solsticio en diciembre. El mes más importante inca se llamó Capac Raimy, la fiesta real, que fue celebrada en primer lugar con la nobleza alta, los que fueron denominados como Capac Churin, los hijos reales; ellos celebraron los ritos...
Espero de este modo haberles explicado un poco, la relación del calendario con la historia inca, que no es la historia que se nos cuenta en los libros de la escuela; es mucho más pues vemos cómo los incas construyeron con sus propias técnicas y a través de sus memorias sus rituales e intereses políticos. Es decir cómo estas formas de vida son mucho más ricas de lo que se dice de ellas. Puedo concluir que todos estos ritos y mitos se integran en un sistema bien definido como es el calendario inca.

* Transcripción de la conferencia que ofreció el historiador y antropólogo holandés Tom Zuidema en la Sala de Exposiciones de la Biblioteca Central de San Marcos el 06 de setiembre de 2005.

Recomendados:

Las costumbres sucesorias en el mundo andino. (1ra parte).

Las costumbres sucesorias en el mundo andino. (2da parte).

Las costumbres sucesorias en el mundo andino. (3ra parte).

sábado, 14 de mayo de 2011

Historia de la fundación de Villa El Salvador y la Comunidad Autogestionaria CUAVES.

Cuarenta años de Villa El Salvador

Por: Rodrigo Montoya Rojas (Antropólogo)

Hace 40 años, el 11 de mayo llegó a la Tablada de Lurín LA PRIMERA gran oleada de personas que buscando un techo habían ocupado desde fines de abril un trozo de Pamplona Alta, muy cerca del Colegio La Inmaculada. Como eran pobres y al quedarse allí habrían molestado la cristiana paz de las familias llamadas “decentes”, los llevaron a los arenales desde entonces tienen el nombre de Villa el Salvador. El general Velasco les ofreció construir una ciudad nueva y modelo y sus funcionarios de SINAMOS propusieron la creación de una Cooperativa autogestionaria. Con la noción de comunidad andina en el corazón, los primeros dirigentes, y Apolinario Rojas en primera línea, respondieron diciendo que querían una Comunidad Autogestionaria de Villa el Salvador, CUAVES, para realizar el sueño-ideal de una ciudad distinta, solidaria, organizada a partir del principio de reciprocidad, tan importante para las mujeres andinas. Gracias a ellas fue posible ganar las batallas del agua, el transporte, la luz, la construcción de escuelas y colegios, y organizar los comedores populares, los comités para El vaso de leche, los Wawasi y la Federación Popular de Mujeres de Villa el Salvador, con María Elena Moyano.

Construir desde abajo una ciudad fundada en relaciones de reciprocidad y solidaridad, tratando de socializar el poder, significaba navegar río arriba; es decir, contra la corriente, tratando de evitar -por ejemplo- que en las farmacias, panaderías y grifos -todos comunales- se cobrasen altos precios. Gran parte de los partidos políticos, las iglesias católica y evangélica, las diferentes agencias del gobierno central y, luego, las ONGs trataron de entrar a ese nuevo espacio para tener el control de una pequeña parcela, su parcela, con sus dirigentes, con sus bases. Pudo más el caudillismo partidario que la ilusión de un movimiento autónomo; pudo más la fuerza del mercado y del poder político del Estado y sus socios y beneficiarios. En nombre de la distritalización, Michel Azcueta hizo lo necesario para dejar en el pasado a la CUAVES, a pesar de su formal adhesión en LA PRIMERA disposición municipal de 1983, y convertirse en un caudillo más, entre los miles que nuestro país produce.

A Sendero Luminoso no le gustó que un movimiento popular pretendiese ser autónomo. Impuso su regla de oro: con ellos o contra ellos, y acusando a María Elena Moyano de ser una agente del gobierno la mató mil veces, haciendo estallar su cadáver en mil pedazos con un cartucho de dinamita. Los senderistas quisieron matar también a Michel Azcueta, pero, felizmente, no lo consiguieron. Desde el asesinato de María Elena, SL perdió el apoyo popular que había conseguido y Villa el Salvador no pudo recuperar la fuerza de sus primeros años.

Cuarenta años después, está planteada la tarea de recuperar la memoria, de volver la mirada hacia los primeros pasos, al sueño de la CUAVES, para saber cuál fue el punto de partida. La reciprocidad andina como potencial está en Villa, por todas partes. Sólo hay que tener ojos para verla y volver a partir de ahí. Al mismo tiempo, las fuerzas del olvido siguen en campaña, con la ilusión de convertir a Villa en sede de grandes tiendas y edificios, en un “condominio” de nuevos ricos. Mi libro “Porvenir de la cultura quechua en Perú, visto desde Lima, Villa el Salvador y Puquio” (Fondo Editorial de San Marcos, Lima 2011, 634 pp.), que acaba de aparecer, podría ser útil como un recurso para guardar la memoria y para que los migrantes andinos nos organicemos y construyamos los puentes para defender políticamente nuestros derechos.


Fuente: Diario La Primera (Perú). 14 de mayo del 2011.

Recomendado: Historia de Villa El Salvador "Ciudad Mensajera de la Paz".

viernes, 13 de mayo de 2011

Historia del Parlamento de Holyrood en Edimburgo. Conflicto entre el parlamento inglés de Westminster y el parlamento escocés de Holyrood.

Parlamento de Holyrood en Edimburgo.
"¿Choque entre los parlamentos británicos?"

Por: Isaac Biggio (Internacionalista)

El Reino Unido, contrario a lo que muchos piensan, tiene dos parlamentos, los mismos que pueden adentrarse en un creciente conflicto. Mientras el nacional de Westminster va a acentuar una serie de duros recortes fiscales, el escocés de Holyrood va a presionar por una agenda más social y por encaminarse hacia la independencia.

El Parlamento de Westminster en Londres, la capital inglesa, es uno de los más antiguos, importantes y grandes del mundo. Su Cámara Alta consta de casi 800 lores, ninguno de los cuales han sido jamás electos y quienes ejercen sus cargos de por vida o por herencia. Su Cámara Baja tiene 650 miembros, cada uno de los cuales es electo representando a una sola circunscripción donde votan menos de 50,000 personas. Este está diseñado para que el que gane, aunque sea por poco, se quede con la mayoría absoluta y pueda gobernar sin alianzas.

El Parlamento de Holyrood en Edimburgo, la capital escocesa, gobierna limitadamente a Escocia y no a toda Gran Bretaña. Sus funciones se limitan a los servicios escoceses de transporte, educación, salud, agricultura, pesca, turismo, economía, justicia, etc. El gobierno central, inmigración, defensa y política exterior son potestades del Parlamento y del gobierno de todo el Reino Unido.

El Parlamento escocés dejó de existir entre 1707 (cuando esta nación creó con Inglaterra el Reino Unido) y 1999 (cuando los escoceses Blair y Brown lo restablecieron). Si el Parlamento de Westminster tiene siglos, el de Holyrood recién se terminó de construir a fines del 2004.

Ambos quedan en las inmediaciones de residencias de la reina. El de Westminster queda al frente de la abadía donde se realizó la última boda real y el de Holyrood queda en la vereda opuesta del Palacio real que tiene el mismo nombre.

No obstante, la forma en que éstos se eligen y funcionan son muy diferentes. La Cámara de los Comunes en Londres consta de dos hileras de bancas que se miran frente a frente y está estructurado así para representar una constante división entre el partido de gobierno, que tiene más del 50% de los curules, y el de la oposición, los cuales, cada X años se alternan en el poder.

El de Holyrood se parece más a un Parlamento europeo o latinoamericano pues es un hemiciclo de una sola cámara donde todos sus integrantes son electos (muchos bajo representación proporcional). Este está diseñado para que varias minorías entren a su seno y haya gobiernos de coalición. Su edificio ultramoderno, sencillo, lleno de luz natural y ergonómico fue hecho por un arquitecto catalán.

En las elecciones británicas del 5 de mayo, gracias al voto de Inglaterra, se ha rechazado una pequeña enmienda para reformar la manera en la cual se elige el Parlamento británico (introduciendo el derecho a escoger las preferencias para que el electo gane con más del 50% de los votos) y, al mismo tiempo, Escocia ha electo a su primer gobierno con mayoría parlamentaria absoluta, el mismo que pide la independencia del país.

Si el gobierno conservador de 1979-97 radicalizó a los escoceses contra Thatcher, el actual podría empujar a un divorcio (más significativo que los de Hollywood) entre Westminster y Holyrood.

Parlamento británico.

Fuente: Diario Correo (Perú). 10/05/2011.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Crítica a la teoría de la decadencia de la "hegemonía americana". Joseph S. Nye Jr. y el libro "The Future of Power".

El poder americano después de Bin Laden

Por: Joseph S. Nye Jr. Profesor en Harvard y autor de The Future of  Power (El futuro del poder).

Cuando un Estado es preponderante en cuanto a recursos de poder, los observadores hablan con frecuencia de que se encuentra en una situación hegemónica. En la actualidad, muchos expertos sostienen que el poder en ascenso de otros países y la pérdida de influencia estadounidense en un Oriente Próximo revolucionario indican una decadencia de la "hegemonía americana", pero este término es confuso. Para empezar, la posesión de recursos de poder no siempre entraña que se consigan los resultados deseados. Ni siquiera la reciente muerte de Osama Bin Laden a manos de fuerzas especiales de Estados Unidos indica nada sobre el poder americano en un sentido o en otro.

Para entender por qué, piénsese en la situación posterior a la II Guerra Mundial, en la que correspondía a EE UU una tercera parte del producto mundial y este país tenía una preponderancia abrumadora en cuanto a armas nucleares. Muchos lo consideraban un hegemón mundial. No obstante, Estados Unidos no pudo impedir la "pérdida" de China, "hacer retroceder" el comunismo en la Europa Oriental, impedir el punto muerto en la guerra de Corea, derrotar al Frente de Liberación Nacional de Vietnam ni desalojar al régimen de Castro de Cuba.

Incluso en la época de la supuesta hegemonía americana, los estudios muestran que solo una quinta parte de las medidas adoptadas por Estados Unidos para imponer cambios en otros países mediante amenazas militares dieron resultado, mientras que las sanciones económicas solo lo hicieron en la mitad de los casos. Aun así, muchos creen que la preponderancia actual de Estados Unidos en cuanto a recursos de poder es hegemónica y que decaerá, como ocurrió antes con la de Gran Bretaña. Algunos americanos tienen una reacción emocional ante esa perspectiva, pese a que sería ahistórico creer que Estados Unidos tendrá eternamente una participación preponderante en los recursos de poder.

Pero el término "decadencia" aúna dos dimensiones diferentes del poder: una decadencia absoluta, en el sentido de declive o pérdida de la capacidad para utilizar los recursos propios eficazmente, y una decadencia relativa, en la que los recursos de poder de otros Estados lleguen a ser mayores o a utilizarse más eficazmente. Por ejemplo, en el siglo XVII los Países Bajos prosperaron internamente, pero decayeron en poder relativo, pues otros cobraron mayor fuerza. A la inversa, el Imperio Romano occidental no sucumbió ante otro Estado, sino por su decadencia interna y a consecuencia de los embates de tropeles de bárbaros. Roma era una sociedad agraria con poca productividad económica y un alto grado de luchas intestinas.

Si bien Estados Unidos tiene problemas, no encaja en la descripción de decadencia absoluta de la antigua Roma y, por popular que sea, la analogía con la decadencia británica es igualmente engañosa. Gran Bretaña tenía un imperio en el que nunca se ponía el sol, gobernaba a más de una cuarta parte de la humanidad y gozaba de la supremacía naval, pero hay diferencias muy importantes entre los recursos de poder de la Gran Bretaña imperial y los Estados Unidos contemporáneos. Durante la I Guerra Mundial, Gran Bretaña ocupaba tan solo el cuarto puesto entre las grandes potencias en cuanto a personal militar, el cuarto por el PIB y el tercero en gasto militar. Los gastos de Defensa ascendían por término medio a entre el 2,5% y el 3,4% del PIB y el Imperio estaba gobernado en gran parte con tropas locales.

En 1914, las exportaciones netas de capital de Gran Bretaña le brindaron un importante fondo financiero al que recurrir (aunque algunos historiadores consideran que habría sido mejor haber invertido ese dinero en industria nacional). De los 8,6 millones de soldados británicos que combatieron en la I Guerra Mundial, casi una tercera parte procedían del imperio de allende los mares.

Sin embargo, con el ascenso del nacionalismo, a Londres leresultó cada vez más difícil declarar la guerra en nombre del Imperio, cuya defensa llegó a ser una carga más pesada. En cambio, Estados Unidos ha tenido una economía continental inmune a la desintegración nacionalista desde 1865. Pese a lo mucho que se habla a la ligera del imperio americano, Estados Unidos está menos atado y tiene más grados de libertad que la que disfrutó Gran Bretaña jamás. De hecho, la posición geopolítica de Estados Unidos difiere profundamente de la de la Gran Bretaña imperial: mientras que esta última había de afrontar a unos vecinos en ascenso en Alemania y en Rusia, Estados Unidos se beneficia de los dos océanos y de unos vecinos más débiles.

Pese a esas diferencias, los estadounidenses son propensos a creer cíclicamente en la decadencia. Los Padres Fundadores se preocupaban por las comparaciones con la decadencia de la República de Roma. Además, el pesimismo cultural es muy americano y se remonta a las raíces puritanas del país. Como observó Charles Dickens hace un siglo y medio, "de creer a sus ciudadanos, como un solo hombre, están siempre deprimidos, siempre estancados y siempre son presa de una crisis alarmante y nunca ha dejado de ser así".

Más recientemente, las encuestas de opinión revelaron una creencia generalizada en la decadencia después de que la Unión Soviética lanzara el Sputnik en 1957 y otra vez durante las sacudidas económicas de la época de Nixon en la década de 1970 y después de los déficits presupuestarios de Ronald Reagan en la de 1980. Al final de aquel decenio, los americanos creían que el país estaba en decadencia; aun así, al cabo de una década creían que Estados Unidos era la única superpotencia. Ahora muchos han vuelto a creer en la decadencia.

Los ciclos de preocupación por la decadencia nos revelan más sobre la psicología americana que sobre los cambios subyacentes en cuanto a recursos de poder. Algunos observadores, como, por ejemplo, el historiador de Harvard Niall Ferguson, creen que "debatir sobre las fases de la decadencia puede ser una pérdida de tiempo: lo que debería preocupar más a las autoridades y los ciudadanos es una inesperada caída en picado". Ferguson cree que una duplicación de la deuda pública en el próximo decenio no puede por sí sola erosionar la fuerza de Estados Unidos, pero podría debilitar la fe, durante mucho tiempo dada por supuesta, en la capacidad de Estados Unidos para capear cualquier crisis.

Ferguson está en lo cierto al sostener que Estados Unidos tendrá que abordar su déficit presupuestario para mantener la confianza internacional, pero, como muestro en mi libro El futuro del poder, lograrlo entra dentro de lo posible. Estados Unidos disfrutó de un superávit presupuestario hace solo una década, antes de que las reducciones fiscales de George W. Bush, dos guerras y la recesión crearan una inestabilidad fiscal. La economía estadounidense sigue ocupando uno de los primeros puestos en competitividad, según el Foro Económico Mundial, y el sistema político, a su desorganizado modo, ha empezado a lidiar con los cambios necesarios.

Algunos creen que antes de las elecciones de 2012 se podría lograr una avenencia política entre republicanos y demócratas; otros sostienen que es más probable un acuerdo después de las elecciones. En cualquier caso, las declaraciones difusas sobre una decadencia de la hegemonía resultarían una vez más engañosas.

Traducción de Carlos Manzano © Project Syndicate, 2011.

Fuente: Diario El País (España). 11/05/2011.

lunes, 9 de mayo de 2011

Historia del papado. Orígenes del papado romano y la Iglesia en Oriente.

El emperador Constantino y los obispos del concilio de Nicea

Los primeros años

De Pedro a Juan Pablo II fueron 264 los papas que ha tenido la Iglesia. Los primeros siglos del papado no fueron fáciles. Hubo que doblegar herejías, proteger a los cristianos de las persecuciones y batirse contra impostores, los antipapas.

Por: Enrique Sánchez Hernani

Es más un protocolo que un hecho real considerar que fue el apóstol Pedro el primer Papa de la historia. Pedro fue el primer obispo de Roma, pero el título de Papa recién se utilizó a partir de San Julio I (337-352). La voz viene del griego ‘papas’ que significa ‘padre’, y se halló por primera vez en la catacumba de San Calixto (circa 296) referida al papa Marcelino.

El cristianismo tuvo que pasar por algunas disputas teológicas, a veces ferozmente resueltas, hasta consolidar su doctrina. Pedro no se libró de ellas. A pesar de haber sido elegido como la ‘cabeza de la Iglesia’ por Jesús, tuvo contendientes. Algunos creen que Pablo le disputó el título, al haber dicho que Pedro era el “apóstol de los circuncisos”, pero que él era el “apóstol de los gentiles” (Carta a los gálatas). Santiago, jefe de la Iglesia de Jerusalén, la más importante en aquel tiempo, tenía un magisterio casi a la altura del de Pedro, por lo que también se piensa que pudo disputarle su poder.

Pocos vestigios
De los sucesores inmediatos de Pedro se conoce poco. San Ireneo de Lyon elaboró la primera lista hasta el 180, cronología que retomó Eusebio de Cesarea en el siglo IV. Se sabe que los siguientes nueve obispos de Roma fueron San Lino, San Cleto, San Clemente Romano, San Evaristo, San Alejandro I, San Sixto I, San Telésforo, San Higinio y San Pío I. Las elecciones de los papas, hasta entonces, eran un acontecimiento en el que participaban los clérigos y el pueblo. Después muchas veces intervinieron las presiones de los emperadores, entre ellos algunos que ya vieron con buenos ojos la doctrina de Jesús. Los detalles que hemos heredado, sin embargo, son escasos.

Sí se sabe que a veces se eligieron papas gracias a acontecimientos fortuitos. Es el caso de San Fabián (236-250), un simple laico que, según la leyenda, fue elegido al haberse posado una paloma sobre su cabeza, señal que el pueblo tomó como una providencia. Fabián fue asesinado por el emperador Decio, que desató una sangrienta persecución contra los cristianos.

Las disputas
La carencia de un protocolo aceptado por todas las Iglesias de aquel tiempo, a las que separaban distancias físicas inmensas, hizo que se produjeran algunas elecciones fraudulentas. Esto ocurrió en el año 251 cuando los cristianos de Roma eligieron como obispo a Cornelio, quien fue indulgente con aquellos fieles que por la tortura habían abdicado de su fe, pero que deseaban volver. Novaciano, apoyado por unos intransigentes, se hizo ungir como Papa, con lo que sembró un cisma. La disputa la tuvo que resolver, por las armas, el emperador Trebonio Gallo, que alejó a Novaciano de Roma. Las relaciones entre el obispo de Roma y los emperadores fueron desiguales. Hubo períodos de calma pero otros de persecución. Por eso algunos papas fueron hechos mártires, como San Sixto II (257-258), a quien el emperador Valeriano le hizo cortar la cabeza.

El asentamiento
Solo el advenimiento del emperador Constantino, de abierta simpatía por el cristianismo, permitió una época de mayor calma, que le tocó vivir al obispo de Roma San Melquíades y a su sucesor San Silvestre. Pero en el período de este último arreciaron las disputas teológicas, en África contra el donatismo y en Oriente contra el arrianismo. Constantino, que no quería disputas en la nueva fe, impulsó el Concilio de Nicea (325 d.C.), donde se condenó el arrianismo y se decidió la ruptura de la rama cristiana del tronco judaico, lo que coincide con la designación de ‘cristianos’.

Los papas que vinieron luego, de San Julio I en adelante, ordenaron el canon, bregaron contra algunos cismas –como cuando el patriarca de Constantinopla desconoció al Obispo de Roma, San Simplicio (468), pelea que duró 35 años–, para finalmente imponer su poder no solo espiritual, que tuvo que ser reconocido por los gobernantes y la historia.

Concilio de Nicea (325 d.C.)

Fuente: Diario El Comercio, suplemento "El Dominical". 01 de Mayo del 2011.