Sobre La historia de la corrupción
Por: Víctor Andrés García Belaunde. Legislador.
Acaba de ser publicado en español el libro del recientemente fallecido historiador nacional Alfonso Quiroz: Historia de Corrupción en el Perú, en el que se analiza el tema mencionado en el título a lo largo de la historia del Perú. Ciertamente el trabajo es meritorio y contiene mucha información y fuentes inéditas, recogidos básicamente en los Estados Unidos, lugar de residencia del autor. Sin embargo, también, contiene omisiones y errores basando algunas de sus afirmaciones, vinculadas al siglo XIX, en fuentes poco confiables sin verificación oficial.
Por ejemplo, se apoya en el viajero alemán Heinrich Witt, quien escribió una serie de relatos sobre sus impresiones de la sociedad limeña a la que él frecuentó y con la que pretendió hacer negocios sin éxito. Witt narra acontecimientos muchas veces sobre especulaciones y percepciones personales, y Quiroz los toma como única fuente, sin otra prueba más de lo que ocurrió, haciendo entonces de las sospechas, verdades históricas. Hace una larga relación de hechos que vinculan supuestamente a personajes corruptos y califica como tal al gobierno de Pezet porque tenía un rancho en Chorrillos, olvidándose de que la propiedad derivaba de la bonanza de su cónyuge.
También comete errores cuando acusa a Manuel Pardo de corrupto, sindicándolo como el autor de la compra de dos navíos de guerra sobrevaluados, comprados en Estados Unidos, rebautizados como Manco Cápac y Atahualpa (pp. 201-202); equivocándose, pues dichos barcos fueron comprados por Prado y su ministro Pío Cornejo en las postrimerías de 1867 (los documentos sobre el tema que hay en el Archivo de la Cancillería y el Informe de la Comisión Investigadora del Congreso de los EEUU así lo demuestran). Y, a propósito de ese tema, llama la atención que no se refiera a la inmensa corrupción que hubo durante el gobierno del general Prado, al que además tilda de “dictadura patriótica”; sin referirse a las graves acusaciones de corrupción que se hicieron durante sus dos gobiernos y a raíz de su fuga en plena guerra y trata de justificar la actitud de Arnaldo Márquez cuando este fue el operador de la compra de los sobrevalorados navíos a través de un intermediario que ni era propietario de los mismos (Alexander Swift).
Quiroz incluso afirma que revisó el archivo de la Casa Grace (Universidad de Columbia) y solo rescata las cartas sobre unas compras de caballos, cuando en realidad dicho archivo contiene mucha correspondencia de negocios extraños entre Prado y los Grace, archivo que he consultado para mis investigaciones, ya que incluso en esta compra hubo claros indicios de ser una transacción sospechosa. La información de las 60 cajas que hay en dicho archivo es sumamente vasta. Por ejemplo, la carta mediante la cual Prado desde Arica (junio de 1879) le pide a Grace que le descuente una letras por 4.O00 L.E. contra un banco en Londres. Esta sola carta demostraría que el viaje de Prado fue meticulosamente preparado con la complicidad de los Grace, quienes lo recibieron cuando llegó a N. York, el 7 de enero de 1880, en compañía del cónsul chileno en Estados Unidos, e hicieron de traductores en una entrevista para el New York Herald al día siguiente.
Aunque aún queda pendiente para el análisis el siglo XX, en el libro de Quiroz se hace evidente un sesgo historiográfico.
Fuente: Diario La República. 18 de junio del 2013.
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