sábado, 25 de febrero de 2012

Leguía y las celebraciones del centenario de la independencia. Obras inauguradas y personajes.

El presidente de Bolivia Bautista Saavedra (con bastón) al lado de Leguía. Fue el único mandatario que vino.

Leguía y la fiesta del centenario

La mayoría de estas fotografías son publicadas por primera vez. Pertenecen al Álbum del Centenario de la Batalla de Ayacucho (1924), que recoge imágenes de las celebraciones que el gobierno de Augusto B. Leguía realizó por los 100 años de la consolidación de nuestra independencia. En la fecha en que nació el polémico ex presidente del Perú (19 de febrero), contamos parte de su historia de vida retratada en este singular documento gráfico.

Por: Raúl Mendoza

Las celebraciones que el gobierno de Augusto B. Leguía realizó en diciembre de 1924 por el centenario de la batalla de Ayacucho –que consolidó nuestra liberación del dominio español– fueron incluso más fastuosas que las realizadas tres años antes por el centenario de nuestra independencia. Vino un mayor número de delegaciones diplomáticas, se culminó obras que fueron inauguradas en los días centrales de la celebración y hubo recepciones en varios lugares de la capital. Hay quienes dicen que Leguía no solo celebraba la efemérides sino también su reelección alcanzada en octubre de ese año.

Para empezar, en el centenario de la independencia, en 1921, no hubo un hotel con prestancia para alojar a los visitantes y el gobierno leguiísta debió alquilar casonas a familias limeñas para acomodarlos. En cambio en 1924 ya estaban preparados: se inauguró el Hotel Bolívar en la Plaza San Martín y fue la sede principal para los visitantes. Si la celebración de 1921 fue ‘sanmartiniana’, la de 1924 fue ‘bolivariana’. Incluso Leguía pretendía que vinieran los presidentes de todos los países que Bolívar había liberado, pero solo acudió el de Bolivia, Bautista Saavedra.

Como parte de las celebraciones, el gobierno también mandó a confeccionar un álbum oficial que recogió imágenes de Leguía, las personalidades y delegaciones visitantes, y todas las actividades organizadas a propósito de la fecha. “De ese álbum quizá se hizo varios ejemplares y se distribuyó entre los allegados al gobierno leguiísta”, cuenta el historiador Juan Luis Orrego, autor de una tesis sobre Leguía y las celebraciones del centenario. Uno de esos álbumes llegó esta semana a esta revista y sería uno de los pocos ejemplares sobrevivientes. Muchas de las fotos que ilustran estas páginas permanecían inéditas hasta hoy.

Historia gráfica

Esas imágenes muestran a Leguía en varios aspectos, pero también dan cuenta de una época: la ‘Patria Nueva’. La obra emblemática de las celebraciones de 1924 fue la inauguración del Panteón de los Próceres, al lado de la Casona de San Marcos, una obra que buscaba darle un lugar a los héroes civiles de nuestra independencia. El primer prócer enterrado ahí fue Simón Rodríguez, preceptor de Simón Bolívar. El álbum muestra a Leguía dando el discurso inaugural. Entre el numeroso público también está el obispo colombiano Rafael María Carrasquilla, quien fue el segundo orador de la reunión.

Otra de las recordadas obras del centenario, también presente en las imágenes del álbum, es la inauguración de la Plaza Sucre –que hoy queda en el interior del Parque de las Aguas– en Santa Beatriz, Lima. “La imagen la hizo el escultor peruano David Lozano y se hizo con financiamiento del gobierno ecuatoriano”, rememora el historiador Juan Luis Orrego. Entre las imágenes inéditas se puede ver la inauguración del Museo Bolivariano (hoy Museo de Arqueología, Antropología e Historia del Perú) en Magdalena vieja, en lo que hoy es la plaza de Pueblo Libre. La fachada que se ve en la foto ha cambiado, pero la escalinata doble de la entrada se mantiene hasta nuestros días.

Otra fotografía –del Te Deum realizado por el centenario– muestra una construcción hoy inexistente en la Plaza de Armas de Lima: el Parque Ayacucho, un parque temático con juegos y exposiciones que se levantó en el terreno que hoy ocupa la municipalidad de Lima. El concejo limeño se había quemado en 1923 y se mudó a lo que hoy es el Museo de Arte. El Parque Ayacucho era lo que llamaríamos ‘arte efímero’, levantado solo para la ocasión y condenado a desaparecer. Por eso existen tan pocas imágenes de la construcción. Con el tiempo la municipalidad limeña regresó a su lugar de origen.

Durante el gobierno de Leguía también se construyó la casona que hoy aloja a la Sociedad de Fundadores de la Independencia. Leguía nombró mariscal a Andrés Avelino Cáceres y le iba a donar la casa, pero el viejo militar murió antes de que la construcción estuviera terminada. Fue entregada a la sociedad a propósito del centenario de 1924. Con el tiempo se adicionó un mural a la fachada, que subsiste hasta nuestros días. “En él puede verse a Leguía entregándole el bastón de mariscal a Cáceres”, precisa Orrego. Es una de las pocas imágenes públicas del polémico ex presidente.

Personajes e historia

El personaje de más alto rango entre las personalidades que llegaron a la conmemoración del centenario de 1924 fue el presidente boliviano Bautista Saavedra. Pero también estuvo el general norteamericano John J. Pershing, por quien años más tarde se daría nombre a una avenida limeña. La delegación más numerosa fue la venezolana, con el embajador Pedro Manuel Arcaya a la cabeza.

Venezuela no envió una delegación a la conmemoración de 1921 porque consideraba que estaría dedicada a San Martín, pero en 1924 participaron entusiastamente en las celebraciones bolivarianas.

Toda la primera parte del álbum está dedicada a las delegaciones oficiales que llegaron para ese centenario. En ellas Leguía, siempre presente con banda al pecho, está permanentemente acompañado por sus ministros de Relaciones Exteriores, Alberto Salomón, y de Fomento, Fermín Málaga. Otras imágenes dan cuenta de las recepciones en Palacio de Gobierno, en Torre Tagle o el Club Nacional. Lima fue una fiesta entonces.

Los centenarios de 1921 y 1924 fueron motivo además para que diera paso a su afán constructor. Muchos historiadores reconocen su enorme compromiso con la obra pública. “La conmemoración de los centenarios le sirvieron también para poner a Lima a la par de otras capitales de América”, explica Orrego. Cuando fue derrocado y encarcelado se trató de borrar su memoria. La avenida Progreso, tan unida a su prédica modernizante, cambió a avenida Venezuela. La avenida Unión fue llamada Colonial. La avenida Leguía cambió a Arequipa. Fue condenado al olvido pero la historia, poco a poco, reconoce parte de su legado.

Poeta del régimen

José Santos Chocano volvió al Perú en 1921 tras pasar varios años en América Central. Fue acogido de inmediato por el gobierno de Augusto B. Leguía y se hizo tan cercano al régimen que en 1922 se le impuso una corona de laureles, distinción que no se dio ni antes ni después a ningún literato peruano. En las celebraciones del centenario de 1924 Chocano participó en varias galas declamando sus poemas. En la vista en el teatro Forero, hoy Municipal, declamando su “Canto a Ayacucho”. Cuentan que en la ceremonia del sembrado del ‘árbol del centenario’ declamó un poema a los árboles escrito poco antes. Era un poeta y un escritor a pedido del régimen. En 1925 asesinó a balazos al estudiante Edwin Elmore. Purgó dos años de prisión y fue amnistiado por Leguía. Partió a Chile, donde murió asesinado en 1934.

Fuente: Diario La República, "Revista Domingo". 19 de febrero de 2012.

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