sábado, 4 de diciembre de 2010

Historia de los títulos de la nobleza. Origen y clases de títulos nobiliarios en el mundo.


La Nobleza: dignidades y títulos. Formas de adquirir la nobleza. Clases de títulos.

Los títulos nobiliarios, son una dignidad otorgada por los Reyes, a una persona, ya sea ciudadano del país o extranjero, como reconocimiento por un trayectoria meritoria en cualquiera de los ámbitos de la vida.

Antes de nada vamos a pasar a definir que son los términos, dignidad y título. Según el diccionario de la Real Academia Española, las definiciones son:

Dignidad: 1. Excelencia, realce. 2, Cargo o empleo honorífico y de autoridad. 3. En las catedrales y colegiatas, prebenda que corresponde a un oficio honorífico y preeminente, como el deanato, el arcedianato, etc. 4. Persona que posee una de estas prebendas. 5. Prebenda del arzobispo u obispo. Las rentas de la dignidad. 6. En las órdenes militares de caballería, cargo de maestre, trece, comendador mayor, clavero, etc. Dignidad, del latín dignitas : realce, excelencia. Cargo o empleo honorífico o de autoridad.

Título: 1. Renombre o distintivo con que se conoce a alguien por sus cualidades o sus acciones. 2. Documento jurídico en el que se otorga un derecho o se establece una obligación. 3. Testimonio o instrumento dado para ejercer un empleo, dignidad o profesión. 4. Dignidad nobiliaria, como la de conde, marqués o duque. 5. Persona que posee esta dignidad nobiliaria. Título, dignidad nobiliaria, como la de Señor, Barón, Vizconde, Conde, Marques, Duque, con la que un soberano distingue a algunos de sus ciudadanos; conlleva la denominación de un lugar, de un apellido, de un suceso memorable, etc.

Los títulos nobiliarios, son una dignidad otorgada por los Reyes, a una persona, ya sea ciudadano del país o extranjero, como reconocimiento por un trayectoria meritoria en cualquiera de los ámbitos de la vida: laboral (trabajos, investigaciones ...), social (labores humanitarias, mejoras sociales ...?, etc. Resumiendo, podemos decir, que son reconocimientos sociales que se dan por una determinada labor o mérito.

Analizando diversos documentos históricos, podemos determinar que la concesión de títulos nobiliarios esta basada en la soberanía del otorgante (los Reyes); y esta soberanía tiene su origen en cuatro derechos nobiliarios: el “ius imperii”; el “ius gladii”; el “ius majestatis” y el “ius honorum” este último es el derecho a premiar virtudes y méritos, con títulos nobiliarios o caballerescos, pertenecientes al patrimonio de su dinastía. Estos derechos son inherentes a la persona del soberano y son inseparables, imprescriptibles e inalienables.

El reconocimiento de un título implica reconocer la dignidad respectiva. Aunque algunos títulos no son comunes a todos los sistemas nobiliarios (reconocidos por el derecho nobiliario), la mayor parte de los mismos son aceptados y respetados por todos los países. Entre los títulos de mayor renombre nos podemos encontrar con los de : Emperador, Príncipe, Gran Duque, Archiduque ... y entre los reconocidos a nivel nacional: Duque, Marqués, Conde, Vizconde, Barón.

Los modos en que se puede adquirir la nobleza son:

1. Concesión. Se otorga el título a la persona que se considera merecedora del mismo por diversos motivos o méritos.

2. Herencia. El título es heredado por vías sucesión.

3. Matrimonio. El título se ostenta como consorte de una persona con título.

Los títulos pueden ser:

1. Vitalicios. Se utilizan hasta la muerte de su poseedor.

2. Perpetuos. Son aquellos que se ostentan durante toda la vida del titular y luego pasan a sus herederos.

Por su naturaleza, podríamos realizar la siguiente clasificación:

1. Títulos concedidos. Aquellos que son concedidos por una Letra Patente de concesión, es un titulo “ex novo”.

2. Títulos renovados. Aquellos que son reivindicados por las personas que se consideran merecedoras del mismo (títulos extinguidos por falta de heredero, por estar en posesión de una persona a la que no debe pertenecer, etc.).

3. Títulos reconocidos. Aquellos títulos concedidos en el extranjero que son reconocidos en el país que se desean utilizar. El reconocimiento es igual a la confirmación y autentificación del título. Cuando se da esta autentificación pasan a ser títulos confirmados.


Todos los títulos confieren una distinción social a quien los posee, y en un principio, algunos de ellos, como el Conde y Duque, tenían un marcado carácter militar.

El orden de importancia de los mismos es: Duque, Marqués, Conde, Vizconde y Barón, para el sistema nobiliario español. En otros países, como hemos comentado, existen otros títulos como Señor, Caballero, Archiduque, Príncipe (en algunos países la tradición admite la creación de Príncipes por decreto, basados en el fons honorum del otorgante) , etc.

La nobleza, puede clasificarse según su origen, en:

1. Nobleza de privilegio. Es aquella que se concede en función de unos méritos obtenidos o servicios prestados. Puede ser, como hemos indicado anteriormente, vitalicia o perpetua.

2. Nobleza heredada o de sangre. Es aquella que hemos obtenido por sucesión. Según haya sido esta sucesión, puede ser nobleza natural, por sucesión directa de los padres; nobleza legal, adquirida por derecho después de tres generaciones consecutivas; nobleza de cargo, aquella que va emparejada al desempeño de un determinado cargo o funciones.

Históricamente, también podemos decir que hay dos clases de nobleza:

1. Titulada. Aquella cuyos títulos conllevan un título reconocido. En nuestro país: Duque, Marqués, Conde, Vizconde o Barón. Aunque hoy en día se trata de titulación honorífica, antiguamente se acompañaba de la concesión de privilegios y donación de tierras, e incluso se les eximía de pagar impuestos.

2. No titulada. Nobleza simple, traducida en el apellido, que como su nombre indica no lleva título. Se considera nobleza no titulada: los Señoríos, Baronías, Hidalguías y la Nobleza de Cargo.

No obstante, y para no hacer excesivamente denso el capítulo, queremos indicar que estos medios de distinción social, siempre han estado presentes en todas las culturas, en todas las épocas y en todos los pueblos. Podemos citar algunos ejemplos significativos:

1. Archiduques. En lo antiguo, duque revestido de autoridad superior a la de otros duques. Modernamente, dignidad de los príncipes de la casa de Austria.

2. Califas. Título de los príncipes sarracenos que, como sucesores de Mahoma, ejercieron la suprema potestad religiosa y civil en algunos territorios musulmanes.

3. Césares. Sobrenombre de la familia romana Julia, que como título de dignidad llevaron juntamente con el de Augusto los emperadores romanos, y el cual fue también distintivo especial de la persona designada para suceder en el Imperio. Jefe supremo del Imperio Romano.

4. Cónsules. También considerados caudillos de Roma. Magistrado de algunas repúblicas o municipios.

5. Tretarcas. Señor de la cuarta parte de un reino o provincia. Gobernador de una provincia o territorio.

6. Augustos. Título de Octaviano César, que llevaron después todos los emperadores romanos y sus mujeres.

7. Faraones. Soberano del antiguo Egipto.

8. Delfín. Título que se daba al primogénito del rey de Francia.

9. Káiser. Emperador de Alemania.

10. Zar. Título que se daba al emperador de Rusia y al soberano de Bulgaria.

11. Khan. (Del turco ant. jân), título que en distintos países ha designado al soberano). Entre los tártaros, príncipe o jefe.

12. Sah. (Del ingl. shah, este del persa šÃ¢h, y este del pelvi šÃ¢h, rey). Rey de Persia o del Irán.


Podríamos hacer una interminable lista de títulos como el Gran Duque en Luxemburgo, Kandeké en Etiopía, los Paxhás, Beis, etc.

Fuente: Protocolo.org

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