Desarrollo político
Autor: Ricardo Vásquez Kunze
El pasado 11 de mayo, vestida con un sobrio vestido blanco plata, collar de perlas de tres vueltas y un prendedor de brillantes en forma de estrella de seis puntas, la reina Isabel II recibió, en su palacio de Buckingham, al honorable David Cameron, líder del Partido Conservador, para invitarlo a formar gobierno.
De inmediato, el líder de los Tories se dirigió al número 10 de Downinig Street, residencia oficial del Primer Lord del Tesoro y, por tanto, del Primer Ministro, ya que ambos cargos, los más importantes de la política británica, los ostenta la misma persona. Para entrar por la famosa puerta negra, David Cameron tuvo que formar una coalición de gobierno con el Partido Liberal del también honorable Nick Clegg, el tercer partido más votado en la última elección general. El líder Whig devino entonces en viceprimer ministro. Unas horas antes, Gordon Brown, líder del Partido Laborista, abandonó el número 10, seguido por el camión de mudanzas.
Autor: Ricardo Vásquez Kunze
El pasado 11 de mayo, vestida con un sobrio vestido blanco plata, collar de perlas de tres vueltas y un prendedor de brillantes en forma de estrella de seis puntas, la reina Isabel II recibió, en su palacio de Buckingham, al honorable David Cameron, líder del Partido Conservador, para invitarlo a formar gobierno.
De inmediato, el líder de los Tories se dirigió al número 10 de Downinig Street, residencia oficial del Primer Lord del Tesoro y, por tanto, del Primer Ministro, ya que ambos cargos, los más importantes de la política británica, los ostenta la misma persona. Para entrar por la famosa puerta negra, David Cameron tuvo que formar una coalición de gobierno con el Partido Liberal del también honorable Nick Clegg, el tercer partido más votado en la última elección general. El líder Whig devino entonces en viceprimer ministro. Unas horas antes, Gordon Brown, líder del Partido Laborista, abandonó el número 10, seguido por el camión de mudanzas.
La reina es la personificación de la institución monárquica, heredera de una tradición que en 2066 cumplirá 1,000 años. El Partido Tory, hoy conservador, fue fundado para apoyar a los Estuardo, en el último cuarto del siglo XVII.
Los Whig, con el tiempo liberales, contrarios a los Estuardo, aparecieron en la misma época. Los laboristas, los más jóvenes de esta vieja institucionalidad política, acaban de cumplir 110 años. El resultado es que el Reino Unido, dirigido por sus élites en una tradición política casi milenaria, se desarrolló hasta convertirse en su momento en la primera potencia de la tierra, ocupando hoy un lugar de privilegio entre los que rigen los destinos del mundo.
Nada de eso pasa en el Perú donde el desarrollo es concebido simplemente como éxito económico. Según la mentalidad dominante, que no es otra que la de la plebe, mientras más plata tengamos en los bancos, mientras más cosas podamos comprar, mientras más postes, agua y celulares tengamos y más comida traguemos, pues más desarrollados seremos. Incluso algunos predicen ya que de seguir creciendo a un ritmo estable como lo hemos venido haciendo hasta hace poco, en veinte años alcanzaremos el ansiado desarrollo. ¡Bullshit!
Ningún país desarrollado es un indigente político. Al final, siempre la precariedad política termina en la ruina económica. Cuando el liderazgo es azaroso y no institucional, sobreviene el caos, haya o no haya dinero en los bolsillos. La bestial creencia de que los partidos políticos son solo un “tecnicismo legal”, como piensan algunos, es la partida de defunción del desarrollo económico. Será por eso que en el milenario reino de Isabel II el liderazgo económico y el liderazgo político domicilian en el mismo número, desde hace siglos. Con los mismos partidos de toda la vida gobernando al servicio de su Majestad.
Fuente: Diario Perú 21. Lun. 17 may '10.
Imagen tomada de: http://www.intaglio-fine-art.com/
Hola Edye, buen tema nos traes hoy al blog. Te diré que estuve en Gran justo 30 años antes que en Perú, es decir en 1979, fué mi primera salida al extranjero. Volví tres ocasiones más. Fué una fascinación descubrir ese país. Es Londres una ciudad del placer y de libertad, de convivencia interracial e interclasista: en el metro (underground) daba gustoi ver sentados asiento con asiento desde un yupye elengantísimo, con un señor mayor vestido como un mylord, con un punkye o con un hippye, con un travestido, o cualquier persona, en completo respeto y tolerancia. También todo el mosaico de razas del Imperio de la Commonwealth: hindúes, pakistaníes, árabes, africanos subsaharianos, orientales, etc, etc. Ese ejemplo tendríamos que haber seguido en España respecto a América, pero, claro, si no lo éramos entre nosotros mismos cómo serlo con los demás. Además, contra lo que suele creerse, no es el moarquismo por excelencia, estamos ante una de las Repúblicas más antiguas de Europa: nada menos que en la década de 1640 ya se permitieron el lujo de dar el golpe al absolutismo (de todas formas desde el siglo XIII con la Carta Magna y Juan sin Tierra, el parlamentarismo estaba asegurado) al ejecutar al rey Carlos y proclamar la I República, con Oliver Cromnwel como presidente. Torys y Wihg. En los años de postguerra de la I Guerra Mundial daban otro ejemplo: el primer partido socialdemócrata que accedía al poder: el Labour Party, de Ramsay Mc Donnall. Un ejemplo de moderación antifascista en esos años en que casi ningún país de Europa se escapó de la tentación nazi-fascista.
ResponderEliminarEspero algún día conozcas ese gran país, envidia de todos. Verás que son mucho más dignos y modernos que sus primos los yankees.
Saludos amigo peruano.
Al igual que España en el siglo XVI, el Reino Unido constituyó un imperio donde “nunca de ponía el sol”. Hacia el siglo XIX por ejemplo, esta primera potencia mundial controlaba territorios muy ricos (India, África del sur). Además de dependencias comerciales (Hong Kong) y las más importantes escalas en los grandes ejes marítimos y estratégicos (Gibraltar, Malta, Chipre, Adén, Zanzíbar, Singapur).
ResponderEliminarSu modelo político monárquico parlamentarista, combinó aristocracia y democracia, para beneficio de su estabilidad interna. Su diversidad poblacional es asombrosa y sin duda Londres es un modelo de cosmopolitismo. Hay que destacar incluso, que la población iberoamericana representa ya más de un millón en gran Bretaña (somos la mayor minoría lingüística occidental en este país).
Las recientes elecciones británicas nos permitieron reflexionar sobre el estado de la democracia y el sistema de partidos en este país. Los Tory, Libs y Labs (conservadores, liberales y laboristas), han modificado el clásico esquema bipartidista británico. Los dos primeros protagonizan el primer gobierno de coalición desde que en 1945 los británicos derrotaron a los alemanes. Es la primera alianza en la historia entre conservadores y liberales para echar a los laboristas del poder.
Hoy, David Cameron y Nick Clegg, asumen la conducción de un país muy golpeado por la crisis, mientras los laboristas ahora deberán asumir el rol de oposición (un papel sin duda mas cómodo bajo el contexto actual). Sólo espero que los británicos no pierdan su clásico humor frente a esta coyuntura.
Saludos querido y cosmopolita amigo madrileño.