sábado, 28 de febrero de 2009

La tragedia de la izquierda peruana.

Un viejo tango
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Alberto Adrianzén Merino (Sociòlogo)

A diferencia de la letra del tango que dice “que 20 años no es nada”, en el caso de la izquierda peruana sí es mucho. Este enero se cumplieron 20 años del primer y único congreso de la fenecida Izquierda Unida (IU), que terminó con su ruptura y que dio inicio a la decadencia de nuestra izquierda.

Lo curioso de esta fecha recordatoria es que ningún grupo de izquierda ha dicho algo sobre el aniversario. Lo que tenemos, más bien, es el silencio y un disimulo permanentes sobre las causas que originaron su fracaso. Hoy existe la “izquierda” pero como grupos marginales que poco aportan al debate político y menos influyen en el curso de los acontecimientos nacionales. El Muro no solo se cayó en Berlín sino también le cayó encima a esta izquierda. Desde ese momento la mudez ha sido su mejor palabra.

Una explicación, obvia pero cierta, es que este silencio se explica porque hasta el momento no se ha producido una renovación de la dirigencia de izquierda. Los actuales dirigentes que provocaron la crisis en el 89 y que hasta ahora continúan como tales, no están dispuestos a explicar este fracaso porque atenta contra sus propios intereses en tanto dirigentes. No estamos, por lo tanto, ante un “silencio de los inocentes” sino más bien frente a un “silencio de los culpables”. Por eso “hablar” es lo peor que le podría pasar a estos dirigentes. Aquella frase de Manuel González Prada, citada miles de veces, que dice que hay que “”romper el pacto infame de hablar a media voz” muy bien se le puede aplicar a esa izquierda que, además de silenciosa, es también sorda.

La tragedia de la izquierda peruana –que es aún más clamorosa si se tiene en cuenta el avance del progresismo en América Latina–está vinculada, justamente, a esta mudez y sordera permanentes. La política está siempre asociada al “hablar”, es decir a producir discursos que permitan no solo establecer nexos comunicativos (“verdades compartidas”) con los distintos sectores y movimientos sociales sino también a crear identidades colectivas capaces de convertirse, como hoy sucede en Bolivia y Ecuador, en una nueva mayoría política para así iniciar la transformación del país.

Lo que sucedió fue que el violentismo, inútil y criminal, de Sendero y del MRTA, pero también las prácticas tradicionales de la dirigencia de izquierda, impactaron negativamente creando no solo confusión y división en sus filas sino también desorganizando el mundo popular. El fin del socialismo real fue el último acto que desencadenó su crisis. Lo cierto es que la izquierda peruana, si la comparamos con la salvadoreña que en estos días puede ganar las elecciones en ese país, no fue heredera de ningún conflicto armado; tampoco de una crítica radical al sistema político como hoy sucede con el “correísmo” en el Ecuador; y menos, tributaria de los grandes movimientos sociales como es el “evismo” y el MAS en Bolivia.

A diferencia de los movimientos en estos tres países, la izquierda peruana, que ejercía una crítica retórica a la democracia, decidió luego atar acríticamente su futuro al destino de una democracia que demostró en pocos años su precariedad e insuficiencia. La izquierda tiró por la borda una rica tradición de décadas de lucha democrática y popular. Y si bien este hecho demostró su escasa capacidad de renovación política e ideológica, lo que importa resaltar es que la relación con la democracia, además de instrumental, no estuvo al servicio de un proyecto transformador y sí más bien de un proceso de instalación al interior de un sistema político que rápidamente se mostró ilegítimo ante los sectores populares, como lo demostraría después el fujimorismo.

La izquierda no elaboró ninguna crítica democrática a la democracia. La continuidad de una crítica izquierdista a la democracia o su conversión en un grupo tecnocrático que rechazaba el conflicto para construir lo que podemos llamar “consensos vacíos”, fue la coartada para instalarse en un sistema que algunos contradecían de palabra pero que todos aceptaban en los hechos. El primer golpe lo recibieron del senderismo y el MRTA, el segundo de Hernando de Soto que redefinió una nueva identidad popular con su teoría del informal, el tercero del fujimorismo con su crítica autoritaria y neoliberal de la democracia y, el último, del “humalismo” que definió una nueva identidad popular a partir del nacionalismo y de una crítica radical a la democracia.

Hoy se habla de una “izquierda madura” y eso es un error, más aún cuando esa aparente madurez está asociada al visto bueno del Apra y de la derecha. Lo que se necesita con urgencia es una izquierda joven y moderna, nuevos y renovados dirigentes, digamos una izquierda más bien “verde”, capaz de construir una nueva explicación del mundo y de madurar al calor de las luchas de un pueblo que reclama hace tiempo una democracia para todos.

Fuente: Diario La Repùblica. 28/02/09

Charles Darwin, evoluciòn y revoluciòn del pensamiento.

Darwin y la modernidad

Manuel Burga (Historiador)

Nunca escuché, en mi época de estudiante, nada sobre Darwin en la universidad y siempre me he preguntado por qué este desinterés, ya que El origen de las especies es un libro tan fascinante como seguramente lo son Órbitas celestes de Copérnico y El capital de Marx, que desestabilizaron o desmoronaron los discursos dominantes de su tiempo. Estos autores articularon ideas, algunas de discursos ya dichos, muy anteriores, de una manera coherente y orgánica hasta aparecer como los míticos fundadores de teorías que revolucionaron sus épocas. Quizá Herbert Spencer, su contemporáneo, no le hizo ningún favor cuando formuló el “darwinismo social”.

Pero nada le resta méritos a Charles Darwin, quien nació en Shrewsbury, un 12 de febrero de 1809, hace ya 200 años, y murió en Down, en 1882. Estudió Medicina y Teología, como era usual, pero investigó en el estilo de la época, como Alexander von Humboldt, viajando por el mundo. Participó en el fabuloso viaje del HMS Beagle, entre 1831 y 1836, recorriendo mares, islas, territorios, observando rocas, plantas y animales, tomando notas y dibujando.

Tenía escasos 22 años cuando inició el viaje. Regresó muy transformado, como iluminado, con otro talante, tanto que su padre encontró que hasta la forma de su cabeza había cambiado. Esta experiencia fue fundamental para sus investigaciones futuras, pero también lo es la manera como organizó su información, la procesó y progresivamente la difundió como construyendo su propio y delicado consenso social. Vivió en una sociedad aristocrática, de religión anglicana, respetuosa de las reglas y de las verdades reveladas. En 1838 lee a Robert Malthus, que lo ayuda a disipar sus dudas sobre su propia teoría. En 1839 publica su Diario de viaje, luego sus observaciones geológicas, botánicas y zoológicas, hasta progresivamente presentar sus ideas como un nuevo discurso científico.

En 1842 escribió 32 páginas al respecto. Luego, en el verano de 1844, las amplió a 230. Pero, inmediatamente, volvió al ritmo mesurado de sus publicaciones científicas sobre el mundo mineral, vegetal y animal. Hasta que en 1858 la situación se volvió propicia, ya que el meollo fundamental de su teoría –la selección natural– fue formulada por un joven naturalista, Alfred Russell Wallace, a partir de sus observaciones y estudios en la isla Ternate, en las Malucas.

Esto obligó a Darwin a dejar la discreción e iniciar así la difusión sistemática de sus ideas, que ya las había concebido 20 años atrás. Los acontecimientos se precipitaron y termina escribiendo lo que consideraba un fragmento de su obra: “Mi trabajo está ahora (1859) casi terminado; pero, como todavía me llevará varios años completarlo y como mi salud está lejos de ser fuerte, se me ha instado a publicar este fragmento”. Fragmento llamaba a su libro sobre el origen de las especies por medio de la selección natural, que se puso a la venta el 24 de noviembre de 1859 y los 1,250 ejemplares se vendieron el mismo día. La segunda edición apareció días después.

¿Por qué esta sorprendente avidez por leer un libro científico tan bien construido y mejor escrito? Las razones son muy simples: el libro negaba la concepción clásica sobre el inmovilismo de la naturaleza, que nada había cambiado desde la creación, para mostrar contrariamente que todo había evolucionado. ¿Cómo es que se había dado este enorme salto del inmovilismo al evolucionismo moderno? El libro de Michel Foucault, Las palabras y las cosas, de 1966, a pesar de su desafiante hermetismo, muestra con claridad este tránsito.

Entre fines del siglo XVIII y las primeras décadas del XIX, las disciplinas clásicas como la Historia Natural, la Gramática y el Análisis de la Riqueza se convierten en Biología, Filología y Economía Política. Se pasaba así de un discurso dominado por la religión, las verdades reveladas, al discurso moderno. En otras palabras, había nacido la modernidad, y el libro de Darwin era casi la consagración de ese gran paso hacia una sociedad secular, emancipada, abierta al uso de la ciencia, la tolerancia y el racionalismo.

No es que se haya pasado del inmovilismo al evolucionismo por la sola genialidad de un naturalista, sacrificado viajero, como Darwin. Él mismo lo reconoció en una reseña que precedía a su libro: “Por lo que toca a la mera enunciación del principio de la selección natural, importa poco que el profesor Owen me haya o no precedido, porque a ambos se nos anticiparon hace tiempo, como lo muestra esta reseña histórica, el Dr. Wells y Mr. Matthews”. La dimensión histórica se había incorporado en el nuevo discurso científico, sea la Biología, la Filología o la Economía Política, que ahora buscaban sus explicaciones en los procesos de cambio, progreso, evolución y allí constatamos que Charles Darwin era un auténtico hombre de su tiempo. Constructor y producto de la modernidad.

Fuente: Diario La Repùblica. 19/02/09

miércoles, 25 de febrero de 2009

Origen y significado antropològico del Carnaval.

LA PALABRA DEL DÍA

Carnaval

Es el nombre del período de tres a cinco días que, para los católicos, preceden al comienzo de la Cuaresma y, principalmente, el de la fiesta popular que se celebra en tales días, que consiste en bailes de máscaras, disfraces, comparsas y otros regocijos bulliciosos.

Algunos antropólogos han dicho que el Carnaval es una fiesta de inversión social, en la que los pobres se sienten ricos y los poderosos trabajan al servicio de los habitantes de los barrios más pobres. De acuerdo con esta tesis, la inversión social funciona como una válvula de escape que alivia tensiones sociales y permite el mantenimiento del statu quo. Esto es particularmente verdadero en el Carnaval de Río de Janeiro, donde no es raro ver un empresario o un diplomático empujando un carro alegórico, desde lo alto del cual un favelado saluda majestuosamente al público, vestido de emperador romano o de dios griego.

El origen de la fiesta se remonta por lo menos a las celebraciones orgiásticas del Imperio Romano en honor de Baco y de Saturno, conocidas respectivamente como bacanales y saturnalias, pero aquí nos limitamos al origen de la palabra Carnaval, que se sitúa en la Edad Media en Italia, principalmente en Roma, Venecia, Florencia, Turín y Nápoles.

En español, Carnaval aparece ya en el Diccionario de Nebrija, en 1495, en el cual se define «Carnaval o carnes tollendas: carnis priuium» (privación de la carne).

En cuanto al origen de la palabra, los autores coinciden en señalar la palabra italiana carnevale, que proviene del antiguo carne levare (quitar la carne) porque después del Carnaval los católicos inician el período de Cuaresma, cuarenta días durante los cuales no se come carne. Confirma este origen el sinónimo español carnestolendas¸ del latín tollere (abandonar). Actualmente ha quedado descartada la seudoetimología fundada en el otro sentido de la palabra levare (confortar, consolar) con base en la cual se había afirmado durante mucho tiempo que carnevale o carne levare significaba 'confortar al cuerpo para prepararlo para la austeridad de la Cuaresma'.


Fuente: http://www.elcastellano.org/palabra.php

martes, 24 de febrero de 2009

La lucha de Sandino en Nicaragua a travès del testimonio de un peruano. 2da parte.

(Augusto Cèsar Sandino, lìder nicaraguense contra la interveniòn norteamericana en centroamèrica)
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Sandino: El guerrillero que venció a los yanquis

El siguiente es un documento cargado de historia -en el sentido de recuerdo y proyección-. Consiste en una entrevista a Esteban Pavletich, el peruano que a los 22 años de edad se alistó en las filas del patriota nicaragüense y se convirtió en su secretario. La entrevista grabada de César Lévano apareció inicialmente en la revista “Caretas”, el 7 de febrero de 1974. El relato de Pavletich abarca un panorama de la lucha política y cultural de nuestra América en los años 20 y 30 del siglo XX, en días en que Estados Unidos imponía condiciones, dictaduras y asesinatos en el continente.

Cèsar Lèvano : ¿Oyó alguna vez hablar a Sandino sobre sus reglas de guerra?

ESTEBAN PAVLETICH: Realmente no las exponía ni las había concretado en una cartilla o manual. Las había ido extrayendo de la práctica. Por ejemplo, sus tres primeros combates con los infantes de Marina le fueron totalmente desfavorables. Especialmente el primero, que fue en la plaza del Ocotal, donde los yanquis y los conservadores estaban acuartelados en lo que era casi un fuerte. La población civil sufrió una verdadera catástrofe desde los aviones. El pueblo había seguido a los guerrilleros al penetrar en la plaza. Tuvo que batirse en retirada. Tuvo otros dos intentos de batir al enemigo allí donde estaba fortificado. Ya no volvió a hacerlo más. Entonces, empezó a aplicar el sistema de la guerrilla móvil, el de las emboscadas. Hay que considerar que las fuerzas de Sandino tenían pocas armas, no recibían paga y en la época de siembra se reducían. Había un 70 por ciento de campesinos, incluso algunos hondureños. El resto eran mayormente obreros, algunos artesanos y aun elementos del lumpen, que eran ganados para la militancia por la causa de Nicaragua. El servicio de espionaje funcionaba maravillosamente. Toda la población servía por propia iniciativa.

C.L.: ¿Qué papel desempeñaron las mujeres?

ESTEBAN PAVLETICH: El sistema que existía era el de las “soldaderas”, equivalente de las “rabonas” nuestras. Ellas vivían en los campamentos junto con los hombres. Cuando se iba a producir una emboscada, los hombres se desprendían. A veces una emboscada duraba muchas horas, porque la columna norteamericana se demoraba. Entonces ellas llevaban los alimentos hasta los propios lugares de la acción. Si estaban presentes en el momento de la emboscada, y caía el marido u otro combatiente, ellas tomaban el fusil. Sandino mismo tenía una compañera. Él se había casado en los primeros momentos de la ocupación norteamericana con la telegrafista de San Rafael del Norte, que fue la ciudad en la cual él lanzó su primer manifiesto contra la ocupación y contra la capitulación de Moncada. Bueno, pero tenía una mujer, digamos, de compaña, y que vale la pena hacer resaltar. Era Teresa Villatoro. El nombre se parece al de la Teresa Toro de Bolívar. Era salvadoreña, tenía un hijito. Era mujer de gran coraje, que lo acompañó durante toda la campaña. La esposa, la telegrafista, se había quedado en la ciudad, porque era una mujer de complexión delicada. La Villatoro era una gran compañera. Incluso podía intervenir en algunas decisiones. Fue herida en una ocasión por un “shrapnel”, una granada, lanzada desde un avión. De la frente se le desprendió un trozo de hueso. Sandino hizo engastar ese trozo de hueso en un anillo que tenía como amuleto.

C.L: ¿Por qué salió Sandino a México en 1929?

ESTEBAN PAVLETICH: Me interesa que se sepa las razones por las que se convirtió en prisionero de Estado en México. En Honduras se produjo un cambio de gobierno, y subió al poder un doctor al servicio de la United Fruit Company, Vicente Mejía Colinas, quien firmó un acuerdo con Washington para impedir todo paso de ayuda hacia Nicaragua. Se había formado una Guardia Nacional organizada por el Partido Liberal. Además, a Sandino le recrudeció una dolencia de paludismo. Turcios, su representante en Honduras, se entregó al gobierno de su país y fue nombrado cónsul en París. Además, había sido un error nombrar representante suyo en México a José María Capeda. Luego de los finteos revolucionarios de la pequeña burguesía mexicana, el presidente Coolidge había nombrado embajador en México a Mr. Dwight Morrow, quien logró conciliar los intereses de Estados Unidos y de los dirigentes de la revolución mexicana. Se produjo un avenimiento, una entrega de la pequeña burguesía al imperialismo. Simultáneamente se inició una represión contra la izquierda. Se había producido el Termidor de la Revolución Mexicana. El embajador Morrow, de la Casa Morgan, había sido perfectamente elegido para eso. Entonces se formó un triángulo encargado de liquidar la lucha de Sandino en la montaña. Lo formaban Portes Gil, presidente provisional de México, Mr. Morrow y José María Cepeda. Portes Gil relata en sus memorias que Cepeda se presentó un día en Palacio para decirle que Sandino abandonaría la lucha si los infantes de Marina se retiraban de Nicaragua. El intento fracasó. Entonces se aplicó otro plan, que dio frutos: el de que Sandino viajara a México. Se presentaron tres generales mexicanos y le brindaron honores de general de división. Lo acompañaron hasta el puerto de Veracruz; pero en vez de llevarlo a Ciudad de México, le dijeron que había que dejar que se enfriara el entusiasmo popular. En Veracruz, el pueblo le había hecho un recibimiento apoteósico. Lo mandaron a Mérida, como decir que en el Perú a un invitado oficial lo envíen a Iquitos.

Allí comenzó la etapa más atormentada de Sandino. Estuvo casi un año virtualmente prisionero del régimen mexicano.

C.L.: ¿Usted ya estaba en México?

ESTABAN PAVLETICH: Sandino salió en junio de 1929 de Nicaragua. Dos meses antes, sospechando de los planes de Cepeda y del gobierno mexicano, me envió a México para sondear el caso. Yo me di cuenta de todo el plan; pero ya no pude regresar a Guatemala. No disponía de fondos ni recursos. Bueno, cuando al fin llegó Sandino a Ciudad de México, se despertó un entusiasmo multitudinario. Yo recuerdo que en el teatro Lírico le organizaron un homenaje. Las seis u ocho cuadras que había desde su alojamiento hasta allí estaban repletas de gente. Medio México se había volcado para ver a Sandino. En el teatro, lo recuerdo con cierta vanidad, Sandino me encomendó tomar la palabra en su nombre. Pero poco después se produjo una represión contra la gente de izquierda que rodeaba a Sandino. Sandino, en gesto de protesta, huyó de Mérida. Viajó como mecánico, con documentos falsos, a Guatemala. Finalmente, regresó a pelear en las montañas de Nicaragua. Hay que precisar que Sandino no era comunista. Aunque tenía una gran inclinación a la izquierda, su propósito era mantener un frente único amplio.

C.L.: ¿Qué nos puede decir de la muerte de Sandino?

ESTEBAN PAVLETICH: El uno de enero de 1933 se hizo cargo de la presidencia de Nicaragua el jefe liberal Federico Sacasa. Fue un presidente impuesto por Estados Unidos, al mismo tiempo que imponía como jefe de la Guardia Nacional a Anastasio Somoza. El 2 de enero había salido el último soldado norteamericano de Nicaragua. Sandino se quedó combatiendo contra la Guardia Nacional. Entonces vinieron los trajines para que suscribiera un pacto con Sacasa. Las aves de rapiña de la política nicaragüense lograron la firma. Sandino recibió unas tierras, en las que creó una cooperativa con los cien hombres que le quedaban de su ejército. Todo parecía en paz hasta que un día lo invitaron a Managua, la capital. En la noche, después de cenar en Palacio, fue ametrallado en el aeropuerto. Allí estaba montada una ametralladora. Da la coincidencia de que un mayor disfrazado de cabo que era el ejecutor de la maniobra ideada por Somoza, así como otro oficial, eran masones. Sandino se había incorporado a la masonería en Mérida Yucatán a la Logia Chinambalán. Lo curioso es que en esa misma logia se hizo masón Haya de la Torre. Bueno, el mayor llamó al teatro en el que en ese momento estaba Somoza, escuchando un recital de la declamadora peruana Zoila Rosa Cárdenas. También Somoza era masón, y por eso el mayor quiso consultarle. Pero Somoza se hizo negar. Hay que precisar que horas antes había conferenciado con el embajador de Estados Unidos, Arthur Lane. El hecho es que la orden se cumplió. La ametralladora fue puesta en marcha, y liquidaron al general Sandino, a su hermano Sócrates y a sus generales Francisco Estrada y Juan Pablo Umanzor. Sus cadáveres desaparecieron para siempre.
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Fuente: Diario La Primera. 22/02/09

lunes, 23 de febrero de 2009

La lucha de Sandino en Nicaragua a travès del testimonio de un peruano. 1ra parte.

(Augusto Cèsar Sandino, lìder nicaraguense contra la interveniòn norteamericana en centroamèrica)
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Sandino: El guerrillero que venció a los yanquis

El siguiente es un documento cargado de historia -en el sentido de recuerdo y proyección-. Consiste en una entrevista a Esteban Pavletich, el peruano que a los 22 años de edad se alistó en las filas del patriota nicaragüense y se convirtió en su secretario. La entrevista grabada de César Lévano apareció inicialmente en la revista “Caretas”, el 7 de febrero de 1974. El relato de Pavletich abarca un panorama de la lucha política y cultural de nuestra América en los años 20 y 30 del siglo XX, en días en que Estados Unidos imponía condiciones, dictaduras y asesinatos en el continente.

César Lévano: ¿Cómo fue usted a dar hasta las guerrillas de Sandino en Nicaragua?

ESTEBAN PAVLETICH: Yo había salido deportado, Leguía dio la famosa Ley de Vagancia que tendía a declarar vagos y enviar a la selva a dirigentes sindicales y opositores.

La Federación Obrera Local y la Federación de Estudiantes del Perú preparábamos un paro general contra la ley, cuando, a la salida de una sesión, fuimos detenidos Luis Bustamante, presidente de la FEP, y yo, que era secretario del exterior. Era en 1925. En junio salimos al destierro. Nos enviaron a Panamá, donde participamos en uno de los movimientos sociales más recios que haya habido en América. El paro inquilinario. El movimiento fue tan grande, que el presidente Eduardo Chiari tuvo que abandonar el Palacio y refugiarse en el hotel Tívoli, en la zona estadounidense. Las tropas yanquis acamparon en los parques. Hasta la Guardia Nacional de Panamá se incorporó a la lucha popular. En esos días, a Bustamante lo deportaron a Cuba, y a mí, a Guatemala. Allí me dediqué a una campaña contra la United Fruit, y en 1926 me deportaron a México. En México, debido a un mitin que realizamos ante la embajada de Estados Unidos, utilizando los balcones de la embajada como tribunas, se inició una persecución contra los organizadores, entre los que estaba Julio Antonio Mella, el fundador del Partido Comunista cubano, que fue asesinado a los 26 años de edad.

Pudo salir huyendo a Cuba, cuando seguramente Fidel Castro estaba gateando. Me vinculé a otros elementos de la Revolución Cubana como Juan Marinello, el actual canciller Raúl Roa y un grupo que trabajaba en la Universidad Popular “José Martí”.


CL: ¿Conoció entonces a Rubén Martí Villena, el hombre que como Carlos Oquendo de Amat, dejó la poesía por la lucha política?

ESTEBAN PAVLETICH: Yo fui secretario de redacción de la revista “América Libre”, cuya dirección se había entregado a Rubén. Con Mella forman la pareja más recordada por la revolución. A Rubén lo minó la tuberculosis. Bueno, sucedió por esa época que yo seguía manteniendo correspondencia con los trabajadores peruanos y le dirigí unas cartas al dirigente gráfico Manuel Zerpa. En una de ellas le hablaba de la necesidad de penetrar en las filas del ejército. Las cartas cayeron en poder de la policía. Las autoridades hicieron un gran despliegue de publicidad, reprodujeron las cartas fotostáticamente en la revista “Mundial” y otros periódicos oficialistas. Se aprovecharon de eso para una represión que llevó a José Carlos Mariátegui a la prisión, y causó la clausura de “Amauta”.

CL: El famoso “complot comunista” de1927…

ESTEBAN PAVLETICH: Leguía se quejó ante el tirano Gerardo Machado, de Cuba, de que desde el territorio de un país amigo un grupo de asilados peruanos conspiraban contra el gobierno del Perú. Machado aprovechó de este pretexto para hacer también su redada. Por supuesto, Bustamante y yo fuimos de los primeros en caer; pero también cayeron decenas de cubanos, entre los cuales estaba Alejo Carpentier, que todavía no era novelista. Después de tres meses de prisión, me echaron de Cuba a México. El 16 de enero de 1928 se inauguró la Sexta Conferencia Panamericana, en La Habana. Ya entonces Sandino se había levantado en armas en Nicaragua y había acentuado los ataques a las fuerzas de ocupación norteamericanas. Fue en esa conferencia que Víctor Maúrtua, cuya figura es aquí hasta venerada, presentó como delegado del Perú una moción monstruosa a favor de intervención de Estados Unidos , ya no solamente en el “Mare Nostrum” de los yanquis, es decir, el Caribe, sino en cualquier país latinoamericano. El Secretario de Estado norteamericano, Charles Evans Hughes, declaró que esa era “la Biblia de la política latinoamericana”. Después de esa actuación de nuestros delegados Maúrtua, Salomón Osorio y Jesús Salazar, me pareció que debía producirse una reacción de los peruanos exiliados. Creí que era más contundente hacerlo incorporándose a las fuerzas de Sandino. Así fue como viajé hacia Nicaragua, con pasaporte falso, porque no hubiera podido pasar de otra manera por Guatemala, ya que había sido echado de ese país. Me puse en contacto con el poeta Froilán Turcios, que era el contacto del sandinismo en Honduras y editaba la revista “Riel” en que se publicaban todos los mensajes, los partes de guerra de Sandino, etc. Pude entrar por Nicaragua con guías que formaban parte del Ejército Libertador. La travesía la hacíamos a pie a través de las montañas de Honduras y gran parte de Nicaragua. Esto sucedió en los días de la Semana Santa de 1928. Demoramos muchos días en poder llegar hasta la primera columna sandinista, comandada por el coronel Gregorio Colina. Él se encargó de llevarme a la presencia del general Sandino.

C.L: ¿Cómo era Sandino? En las fotos parece mostrar rasgos de mulato.

ESTEBAN PAVLETICH: No. Era más bien mestizo, tirando a blanco. Era hijo natural de un hacendado, don Gregorio Sandino, del villorrio de Niquinohomo, en gran parte dedicado al sembrío de café.

Hay una cosa curiosa: los libros, los artículos hablan de Augusto César Sandino al referirse al héroe, porque él firmaba Augusto C. Sandino. Pero el hecho es éste: Sandino era hijo de don Gregorio y una empleada muy subalterna, una señora Calderón. En Nicaragua se acostumbra que los “hijos naturales” lleven el apellido de la madre. Durante muchos años, Augusto se firmaba Augusto Calderón. Cuando el padre lo reconoció como hijo, y lo recogió, entonces la “C” quedó como inicial de un segundo nombre. Esto está basado en documento incontrovertible, inclusive en la versión personal que el propio Sandino daba entre sus amigos. Era muy poco autobiográfico, pero entre lo poco que revelaba de su biografía figuraba este hecho.


C.L: Usted va hacia él, ¿en qué lugar lo encuentra? ¿En el monte?

ESTEBAN PAVLETICH: Me encontré con él el 14 de mayo de 1928. Me acuerdo mucho de la fecha porque el 13 había yo cumplido 22 años. Ocurrió después de un combate que había librado el jefe de su estado mayor, el general guatemalteco Isidro Ruano, general de las fuerzas regulares de Guatemala, uno de los elementos más distinguidos, más preparados de los que sirvieron a las órdenes de Sandino y que luego fue capturado y fusilado envuelto en cadenas, por los estadounidenses. Ruano había librado un combate en Bocay. La región en que estaba Sandino era la confluencia entre los ríos Bocay y Coco, cerca de la frontera de Honduras. Alcancé a ver ese día y el siguiente cosas que podrán parecer monstruosas para quienes no han estado en una guerra o en una guerrilla. Los cadáveres de los infantes de marina que cayeron en ese combate estaban colgados de los árboles, como si fueran grandes frutos que ofrecía la selva. Por supuesto estaban desprovistos de vestidos, de botas y otras prendas, porque todo eso era de gran valor para los soldados de Sandino, que era un ejército de desharrapados, en su mayor parte campesinos y mineros. En el momento en que íbamos a encontrar una columna del coronel Colínderes con el estado mayor de Sandino, oímos un toque de diana. Así llegué donde Sandino, quien estaba rodeado de su estado mayor, todos sentados en el suelo. Fui presentado a él. Físicamente, Sandino no daba impresión del carácter, la tenacidad, el valor de que estaba poseído.

No alcanzaba tal vez al metro sesenta de estatura. Calzaba unas botas de minero, llevaba pantalón de montar, camisola kaki. De su cintura colgaba una pistola 44, cuya funda estaba amarrada a una pierna con una pequeña cuerda para que no le molestara la marcha. Se peinaba con raya al medio. Tenía unos ojillos vivaces, muy móviles, castaño oscuro hasta parecer negros; nariz prominente y ancha en las bases; boca de labios muy finos, que podrían denotar crueldad para quienes se dejan llevar por teorías sobre rasgos fisonómicos; pero Sandino no era un hombre cruel, era un hombre justo. Desde ese momento me incorporé a la secretaría de Sandino, que estaba ocupada por quien era tal vez la primera figura al lado de Sandino. Me refiero a Agustín Farabundo Martí, el revolucionario salvadoreño. Él había terminado sus estudios de derecho. Era comunista, no militante del Partido Comunista, porque todavía no lo había formado en El Salvador y Nicaragua; era comunista por educación. No había más elemento para poder formar un núcleo dirigente que sirviera de asesoramiento al general Sandino. Aun varios de sus generales eran completamente analfabetos. Se caracterizaban por su valor, pero no por su sentido político. En política, Sandino era hombre de pocos libros. Tenía experiencia sindical en Tampico, la zona petrolera de México. Además, había sido mecánico en Honduras. Se había producido un movimiento contra el presidente nicaragüense Adolfo Díaz, movimiento apoyado por México en función de su lucha por el artículo 17 de su Constitución, que proclamaba el derecho del Estado sobre el subsuelo. Las compañías estadounidenses e inglesas habían iniciado una campaña terrible contra México. El presidente mexicano Plutarco Elías Calles había decidido apoyar al vicepresidente nicaragüense Juan Batista Sacasa, legítimo sucesor de la presidencia. Adolfo Díaz había sido colocado por los yanquis. En Puerto Cabezas se había formado un gobierno presidido por Sacasa y militarmente dirigido por el general José María Moncada. Como este movimiento encabezado por el Partido Liberal iba adquiriendo gran vigor, y las tropas conservadoras al servicio de Díaz sufrían constantes derrotas, los estadounidenses empezaron a crear lo que se llamó las zonas neutrales. Cuando los conservadores estaban en proximidad a un combate con los liberales, la zona era declarada neutral. Se procedía a desarmar a los liberales. El primer desarme se produjo en Puerto Cabezas, en el Atlántico. (El argentino Gregorio Selser escribe: “el 24 de diciembre de 1926, el almirante Julián Latimer, al mando de las fuerzas concentradas en puertos de Nicaragua, intima a Sacasa y Moncada a desalojar Puerto Cabezas. Los cañones de los cruceros ‘Denver’ y ‘Cleveland’ se divisan desde tierra”. Nota de C.L.). El armamento quitado a los liberales fue arrojado al mar. Sandino, que había descendido por el río Coco desde las Segovias, casi de un extremo a otro del país, de oriente a occidente, con la ayuda de algunas prostitutas recoge fusiles y cartuchos arrojados al mar. (Selser precisa: “en esas 48 horas de ocupación inicial, muchachas nicaragüenses, pobres prostitutas del puerto, otorgan sus favores a los “marines” y en lugar de dólares les piden fusiles y municiones”). Sandino, de regreso, va donde Moncada, para incorporarse a la lucha -porque él era liberal, como toda su familia. En Nicaragua se era liberal o conservador. Moncada, desde antes de esa acción, en primera vista, sintió gran aversión por Sandino. Se negó a darle armamento, para que abriera un nuevo frente de lucha en las Segovias, que era la zona que él conocía perfectamente. Sandino, al regresar de México para incorporarse a este movimiento, se había empleado en la mina San Albino, de una compañía yanqui, para catequizar a un grupo de mineros que fue con el que inició el viaje hasta Puerto Cabezas para la recolección de fusiles. El armamento fue llevado a las Segovias, que es una zona que abarca cinco departamentos. Haciendo un paréntesis, diré que Nicaragua tiene 149 mil kilómetros cuadrados, de los cuales nueve mil son lagos. Sandino se movilizó durante toda su campaña en no más de treinta mil kilómetros cuadrados. Allí se mantuvo casi seis años, sin sufrir mayores derrotas. Hay que tener presente esto: Nicaragua es un país que debe tener ochenta lenguas de ancho, y los yanquis tenían barcos de guerra en el Atlántico y en el Pacífico. Tenían cerca de quince mil hombres en tierra y habían copado el aire.

C.L. Cuando él empieza sus guerrillas, Mao no ha entrado todavía a la acción militar. Sólo en agosto de 1927 encabeza la “insurrección de otoño”.

ESTEBAN PAVLETICH: Mao más bien aprovechó la experiencia de Sandino. Igual ocurrió en Cuba, en Argelia. Cuando todavía el Kuomintang era un partido con cierto acento revolucionario, porque formaban parte de él las tropas comunistas, el día que las fuerzas de Chiang Kai-shek entraron en Shangai, llevaban grandes pancartas con el retrato de Sandino. En todo el mundo se conocía ya a este hombrecillo, a este mecánico anónimo, que se había improvisado guerrero para impedir que todo el territorio de Nicaragua fuera ocupado por Estados Unidos, y que tenía que luchar contra los yanquis y contra conservadores y liberales.
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Fuente: Diario La Primera. 22/02/09

sábado, 21 de febrero de 2009

El negacionismo de la crisis capitalista.

Los matones del capitalismo

Alberto Adrianzén Merino (Sociòlogo)

De un tiempo a esta parte, la agresividad de los voceros del neoliberalismo ha ido en aumento. Este estilo de insultar al adversario se ha hecho una costumbre al momento de polemizar con la izquierda. Para este sector, los izquierdistas que no comulgan con las ruedas de molino del neoliberalismo, son “vegetarianos”, “carnívoros” e “idiotas”. Incluso, intelectuales como Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía hace unos años y crítico de esta propuesta, se convierte, gracias a una atorrancia que linda con el ridículo y la huachafería, en el “Popy Olivera de la economía mundial”. Sin embargo, esta agresividad lo que muestra es la falta total de argumentos y la poca o nula seriedad al momento de polemizar. Y es que, en realidad, a estos voceros no les importa debatir sino más bien liquidar a todos aquellos que piensan distinto. Se trata, por lo tanto, de descalificar al “rival”, no de convencer.

Con gran desparpajo dicen que la reciente recesión mundial no se debe al capitalismo en sí mismo sino más bien a la “inconmensurable lenidad y torpeza de los funcionarios del gobierno y políticos…”. Incluso se preguntan, casi antiimperialistamente, “¿qué diablos tendrá que ver el liberalismo con los entuertos del capitalismo mercantilista aplicado en los EEUU por el nefasto George Bush?” (Juan Carlos Tafur, Perú 21, 15/02/09). Valientes al momento de la crisis pero calladitos y sumisos en los tiempos de bonanza neoliberal.

Sin embargo, la explicación que hoy esgrimen estos voceros respecto a que la crisis de la economía mundial se debe a la falta de regulación del Estado es, además de vieja, oportunista. Paul Krugman, economista y también Nobel, dice lo siguiente: “A principios de la década de 1960, Friedman había completado casi su regreso al fundamentalismo del libre mercado, proclamando que la Gran Depresión (se refiere a la crisis del 29) no vino del mal funcionamiento de los mercados sino del gobierno, y recurriendo (para) tal fin a argumentos que resultaban resbaladizos y que, yo diría, rayaban en la deshonestidad académica”(Después de Bush, p.133).

En 1964, señala Krugman, Friedman apoyará activamente la candidatura del ultra conservador, racista y crítico del New Deal, Barry Goldwater (años después cambiaría de posición) quien sostenía en ese tiempo: “Me interesa poco racionalizar el gobierno o hacerlo más eficaz, porque lo que me propongo es reducirlo. No pienso promover el bienestar social, porque lo que me propongo es extender la libertad”. En 1980, otro conservador, Ronald Reagan, lanzará un grito similar: “El gobierno no es la solución sino el problema”. Todo ello era congruente con la idea de Hayek de que las crisis económicas se debían a la intervención del Estado.

Para Hayek, como recuerda Daniel Bell, toda política que reforzara la función del Estado negaba el liberalismo. Y es que en realidad lo que no se quiere decir y sí más bien ocultar, es que esa falta de regulación que fue promovida por los propios capitalistas para hacerse más ricos (el lobby para desregular la economía costó más de US$ 300 millones en el Congreso norteamericano) mostró que un capitalismo sin regulación o autorregulado (incluyo al mercado) nos lleva no solo a la codicia, al dinero fácil y al delito sino sobre todo a la crisis, como hoy sucede.

Por eso se comportan como los viejos izquierdistas que decían, luego de la caída del Muro de Berlín y del desplome de la Unión Soviética, que no había crisis del socialismo porque no era socialismo lo que existía en esos países. Hoy los neoliberales niegan la crisis del capitalismo con argumentos similares, “olvidándose” de que así como existía un “socialismo realmente existente”, también hay un “capitalismo realmente existente”. Por eso, negar la crisis de este “capitalismo realmente existente” es la mejor demostración de que el pensamiento neoliberal vive una crisis terminal, como la vivida, luego de la caída del Muro Berlín, por esa vieja y ahora fantasmal izquierda.

Hoy algunos voceros del pensamiento neoliberal criollo, en lugar de guardar un silencio reflexivo y prudente, optan más bien por explicaciones francamente ridículas y hasta cómicas. Su matonería retórica es sinónimo de que nada nuevo pueden decir. Son los nuevos personajes pintorescos de la economía mundial. Y si bien se parecen a los viejos izquierdistas en cuanto a su incapacidad por reconocer lo nuevo (por eso una parte de ella devino en arcaica), los diferencia un punto sustantivo: los neoliberales luchan por un mejor mundo para los ricos, mientras que los izquierdistas, así lo creo aún, para todos. Por eso, la crisis del socialismo real fue una tragedia para muchos, mientras que la del neoliberalismo lo es apenas para unos cuantos.
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Fuente: Diario La Repùblica. 21/02/09

viernes, 20 de febrero de 2009

Influencia de Darwin en la ciencia contemporànea.

(Charles Darwin y Alfred Russel Wallace)
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Darwin y la ciencia contemporánea

Vigencia de una teoría. El 12 de febrero se cumplieron 200 años del nacimiento de Charles Darwin y en noviembre se cumplirán 150 años de la publicación de “El origen de las especies”, su obra más importante.

Por: Pablo Quintanilla *

Cuando el 22 de noviembre de 1859 salió a la venta “El origen de las especies”, los 1.250 ejemplares impresos se vendieron antes de la llegada de la noche. Si bien la obra de Darwin causó inmediato interés en todas las áreas de la cultura, las reacciones fueron, con importantes excepciones, disparejas: rechazo dogmático, burda incomprensión o adhesión fanática. Hoy, como cuando el libro salió a la luz, sus ideas siguen generando polémica, pero con la distancia histórica que tenemos podemos elaborar juicios más equilibrados.

Teoría revolucionaria

La idea general de la selección natural es que los descendientes de un organismo heredan aleatoriamente algunos rasgos de este (el concepto de gen fue postulado muchos años después de Darwin). Los rasgos que permitiesen la supervivencia del organismo seguirían reproduciéndose en sus descendientes, mientras que los que no lo hicieran tenderían a desaparecer. En última instancia, los cambios del entorno natural “seleccionarían” a los rasgos exitosos para la supervivencia, que se acumularían a través de las generaciones y producirían todos los cambios evolutivos. Así, no habría rasgos esenciales en las especies, pues estas irían mutando a través del tiempo, adaptándose a diferentes características del medio físico y generando, en plazos suficientemente largos, transformaciones radicales.

Desde sus orígenes, la teoría de Darwin tuvo amplias pretensiones y en eso radica su verdadera revolución. Su objetivo no era solo explicar la aparición y evolución de los rasgos físicos de los organismos (por ejemplo, el pulgar opuesto o la visión en color de los primates), sino también rasgos psicológicos involucrados en formas de conducta compleja, como las emociones o el comportamiento cooperativo. Veámoslo de esta manera: si antes de Darwin uno hubiera preguntado a un científico por qué la mente humana tiene las características que tiene, o por qué tendemos como especie a comportarnos de una manera y no de otra, la respuesta hubiera sido simplemente “porque así somos, porque así hemos sido hechos”. Si bien esta explicación puede resultar cierta en el largo plazo (así fuimos hechos), en el corto plazo es insatisfactoria.

Amplia influencia

En lo relativo a la vida mental, por ejemplo, desde Darwin en adelante los filósofos, psicólogos y neurocientíficos tienen que emplear como una explicación importante de la presencia de rasgos psicológicos en la especie (aunque no como la única explicación), la función adaptativa que estos rasgos tienen. Veamos como ejemplo la capacidad metarrepresentacional. Esta es una habilidad que tienen todos los seres humanos sanos desde aproximadamente los 3 años de edad, que no solo nos permite representarnos el mundo sino también representarnos las representaciones ajenas, es decir, nos permite atribuir a otras personas estados mentales como creencias y deseos, imaginándolos y entendiéndolos. Es discutible si nosotros somos los únicos dotados de capacidad metarrepresentacional (hay quienes dicen que los chimpancés tienen una versión primitiva de ella) pero lo que está claro es que esta capacidad se desarrolló, por lo menos hace tres millones de años, porque era necesaria para la supervivencia de individuos que necesitaban comunicarse, predecir el comportamiento ajeno y comportarse de manera cooperativa. A su vez, la capacidad metarrepresentacional coevolucionó con el lenguaje y con formas complejas de comportamiento social, potenciándose todos ellos mutuamente.

Un naturalista no reduccionista

Pero es necesario distinguir entre una explicación naturalista reduccionista y una que no lo es. La primera sostiene que, en última instancia, la única explicación válida de todos los fenómenos, incluyendo los humanos, es la que puede reducirse a causas naturales; la segunda considera que si bien es en principio posible describir todos los fenómenos en términos estrictamente naturales y explicarlos según sus beneficios adaptativos, esa explicación no es la única válida. Esta distinción es esencial para mostrar la compatibilidad entre descripciones naturalistas, culturales o religiosas. Describir al ser humano como un organismo físico gobernado por las leyes de la naturaleza y producto de la evolución, es perfectamente compatible con describirlo como una criatura cultural o incluso como producto de un acto divino. Darwin mismo era un naturalista no reduccionista y lamentaba algunas interpretaciones reduccionistas que se hicieron de su obra.

En los últimos años se ha producido una explosión de investigaciones y publicaciones en casi todas las disciplinas de las ciencias naturales y humanas, empleándose las ideas de Darwin para explicar fenómenos tan complejos como la consciencia, los sentimientos, el razonamiento lógico, el comportamiento moral, el juicio estético o el libre albedrío. Sería un error suponer que una explicación evolutiva es la única que podría dar cuenta de estos fenómenos, pero sería igualmente ciego no percibir que ellos también podrían tener una explicación natural.

El gran mérito de Darwin

Habrá que comenzar recordando que la tesis de que las especies vivas evolucionan no fue un descubrimiento de Darwin, sino una idea muy antigua. El filósofo griego Anaximandro, en el siglo VI a. C., pensaba que todos los vertebrados, incluidos los seres humanos, descienden de los peces. El propio Erasmus Darwin, abuelo de Charles, defendió el evolucionismo. En el siglo XVIII había muchos científicos que defendían esa hipótesis, el problema es que tenían que enfrentarse a la biología aristotélica prevaleciente, la cual sostenía que las especies tienen una esencia inmutable y eterna.

El gran mérito de Charles, por tanto, no fue postular la evolución sino mostrar el mecanismo en que esta opera: la selección natural. Curiosamente, un naturalista contemporáneo de Darwin, Alfred Russell Wallace, llegó a una conclusión similar prácticamente de manera simultánea, pero fue Darwin quien propuso la tesis con una defensa más completa.

+ info

La Asociación Cultural Peruano Británica y la Pontificia Universidad Católica del Perú han organizado un ciclo de mesas redondas interdisciplinarias que discutirán, todo el mes de setiembre, la vigencia de las ideas de Darwin en las diversas ciencias.

Para leer acerca de la discusión contemporánea sobre Darwin se puede revisar: Frans de Waal, “Bien natural” (Herder, 1997); Daniel Dennett, “La evolución de la libertad” (Paidós, 2004); Marc Hauser, “Moral Minds” (Harper Collins, 2006); Richard Joyce, “The evolution of morality” (MIT, 2006).

[*] Profesor de Filosofía, Departamento de Humanidades, PUCP
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Fuente: Diario El Comercio. 15/02/09

miércoles, 18 de febrero de 2009

Lecciones de la crisis de 1929.

La izquierda y la crisis

Antonio Zapata (Historiador)

En un reciente artículo, Juan Carlos Tafur ha sostenido que la izquierda peruana es antediluviana. Según esta opinión, la crisis mundial habría hecho retornar al discurso comunista tradicional, bloqueando una evolución que estaba llevando a la izquierda vegetariana al liberalismo. Encuentro errónea esta interpretación y creo, sin embargo, que contiene un acierto: la crisis mundial es clave en los realineamientos políticos.

Durante la crisis de 1929, los furores nacionalistas y la protección de los mercados no provinieron de la izquierda marxista, sino que fue iniciativa de las derechas en los países centrales. Ese es otro punto. Esa reacción nacionalista empezó en los países capitalistas avanzados y no partió del mundo subdesarrollado. Era fruto de tensiones sociales allá. Por ejemplo, Gran Bretaña renunció a la convertibilidad del billete y desató la crisis mundial del oro. Una tras otra, las iniciativas proteccionistas que finalmente empujaron a la II Guerra Mundial provinieron del norte desarrollado y mayormente fueron adoptadas por formaciones políticas de derecha.

Del mismo modo, una lección importante guarda relación con las reservas del país. En 1930 se redoblaron presiones sobre el tipo de cambio y las reservas peruanas empezaron a disminuir. Sucedió que el Perú, como toda América Latina, se volvió un exportador neto de capitales. La crisis hizo que la ganancia de las empresas extranjeras exportadoras vuelva a las casas matrices y que la nueva inversión se reduzca a casi cero. Poco quedó en el país y la ganancia fugó afuera.

En ese contexto, el Perú estuvo amenazado por la pérdida de su reserva metálica y antes que ello ocurra, Sánchez Cerro anuló la convertibilidad e impuso el billete de curso forzoso. Asimismo, Sánchez Cerro declaró la moratoria de la deuda externa. No fue el APRA, mucho menos el comunismo de la época. Las izquierdas estaban perseguidas y en prisión. Por su propia cuenta y riesgo, las derechas impulsaron un rumbo intervencionista.

Durante la crisis de 1929-1933 se sucedieron procesos complejos, que ahora recién están comenzando. Por ejemplo, el Estado prácticamente cayó en cesación de pagos. Debía siete meses a los pensionistas y tres a los miembros de las FFAA. Del mismo modo, el principal banco peruano fue liquidado. Nada de eso viene sucediendo por ahora. Si ocurriera, los principales defensores del capitalismo se volverían estatistas, como ya lo fueron en los treinta. La derecha peruana generaría una serie de aprendices de Keynes, como por ejemplo Manuel Prado en el BCR de Benavides. Pero, ello no los haría izquierdistas, sino inteligencias capitalistas con recetas especiales para la crisis.

El sistema incluye dos tipos de ideólogos. En épocas de bonanza viene bien el liberalismo, porque permite justificar una ganancia privatizada. El Estado es concebido como mínimo y la torta queda libre para el empresariado privado. Pero, en tiempos difíciles, se impone un giro; el sistema requiere un pensamiento que incluya la acción del Estado. Para escapar al derrumbe, hace falta socializar las pérdidas y el instrumento es el Estado. Por ello, una considerable acción pública pasa a ser interesante para los ideólogos capitalistas.

Así, el populismo es la otra cara del liberalismo y ambos forman la moneda ideológica capitalista. No confundir populismo con izquierda ayudaría a entendernos. La historia muestra que ningún populismo latinoamericano ha roto con el sistema capitalista. Por el contrario, los populismos han sido instrumentales a la salvación del sistema en épocas de crisis y han sentado las bases para mayores negocios privados en una fase ulterior.

Una última lección de la crisis de 1929. La corrupción creció en forma sostenida y el contrabando fue espectacular. Asimismo, en aquellos años, la Contraloría General de la República fue mantenida atrasada y precaria. Los políticos peruanos evitaron que esta institución se organice de una manera autónoma, profesional y estricta en el cumplimiento de su misión.

Hoy, la corrupción sigue presente y nuevamente se avecinan cambios en la CGR. Ojalá no sea para restarle el profesionalismo alcanzado. Asimismo, espero que Tafur comprenda la esencia del planteamiento izquierdista, que consiste en la transformación del Estado, buscando que no siga al servicio de negocios privados, sino que se ordene en función a las mayorías ciudadanas.
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Fuente: Diario La Repùblica. 18/02/09

lunes, 16 de febrero de 2009

La estrategia rusa en Europa y Oriente.

Logística y geopolítica en Eurasia

Farid Kahhat (Analista Internacional)

La mayor parte del gas que importa la Unión Europea (UE) proviene de Rusia y algunas antiguas repúblicas soviéticas a orillas del Mar Caspio. Ese gas llega a Europa a través de gasoductos que atraviesan Ucrania y Turquía. El gas que pasa por Ucrania proviene de Rusia, y cada vez que esos países tienen conflictos sobre el tema Rusia restringe la oferta, interrumpiendo los flujos de gas hacia Europa.

Por eso la UE buscó una fuente de abastecimiento menos volátil. Y su primera opción fueron los países del Mar Caspio, cuyo gas podía llegar a través de Turquía, un miembro de la OTAN que pretende ingresar a la UE, por lo cual sería una fuente de abastecimiento confiable. Pero solo hay cuatro países a través de los cuales ese gas podría llegar hasta Europa vía Turquía. Tres de ellos no constituyen una alternativa: Rusia (es decir, el proveedor al cual pretenden reemplazar), Irán (un país bajo sanciones respaldadas por la UE), y Armenia (un aliado de Rusia desde la guerra con Azerbaiyán).

¿Cuál era el cuarto país? Georgia, un Estado que pretende ingresar tanto a la OTAN como a la UE… y al que Rusia invadió el año pasado, apropiándose de parte de su territorio. ¿Se trata de una mera coincidencia? No, si recordamos que Kirguistán acaba de exigirle a Estados Unidos el cierre de la base aérea que posee en su territorio. Una base por la que transitan cada mes 15.000 soldados y 500 toneladas de carga desde y hacia Afganistán. Y ello ocurre cuando el movimiento talibán ha pasado a la ofensiva y el gobierno de Obama pretende desplazar 30.000 soldados adicionales hacia Afganistán, mientras los convoys que abastecen a sus fuerzas desde territorio pakistaní son objeto de constantes emboscadas.

¿Qué tiene que ver Rusia con la decisión de Kirguistán? Que esta se adoptó luego de que Rusia condonara una deuda de 180 millones de dólares al gobierno de ese país, además de concederle 150 millones en ayuda oficial, y un crédito de 2.000 millones de dólares. Todo ello días después de que Rusia ofreciera a la OTAN crear una ruta de suministros para sus fuerzas en Afganistán a través de su propio territorio.

En otras palabras, Rusia no desea impedir que la OTAN logre sus objetivos en Afganistán (después de todo la Unión Soviética también invadió ese país para lidiar con el islamismo militante), pero sí desea que el logro de esos objetivos dependa en lo posible de su voluntad de cooperar con la OTAN.

Dado que ahora el logro de los objetivos de la OTAN en Afganistán depende en parte de la cooperación de Rusia, ese país posee un poder de negociación del que careció desde los estertores de la Guerra Fría. ¿Qué desea Rusia a cambio? Dos de sus objetivos son evidentes: cuando menos, detener el proceso de ampliación de la OTAN hacia sus fronteras. Y, cuando menos, posponer el proceso de instalación de un sistema de escudos antimisiles en Polonia y la República Checa. Es decir, Rusia busca que la OTAN reconozca sus intereses de seguridad en territorios que solían ser parte de su esfera de influencia. El reciente discurso del vicepresidente Biden en Múnich reveló que el nuevo Gobierno de Estados Unidos entiende la lógica detrás de la conducta de Rusia.

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Fuente: Diario El Comercio. 15/02/09

domingo, 15 de febrero de 2009

Charles Darwin y el Perù.

(Hacer click en la imagen para ver toda la infografìa)
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Charles Darwin llegó a Lima en 1835

El Beagle ancló en el Callao el 19 de julio de ese año y el naturalista inglés —uno de los ocupantes— captó el ambiente: “Espesa capa de nubes cubre siempre las tierras…”

Héctor López Martínez (Historiador)

Este 12 de febrero se conmemoró 200 años del nacimiento de Charles Darwin cuyo libro principal, “El origen de las especies a través de la selección natural”, sigue teniendo vigencia y es motivo de encendidas polémicas. El pensamiento de Darwin trascendió el ámbito de las ciencias naturales y caló profundamente en la interpretación de la historia, la filosofía y la sociología, generando, no pocas veces, peligrosos desvíos o, mejor dicho, subproductos, tales como la eugenesia, el racismo y más recientemente una visión reduccionista y carente de sentido moral de la naturaleza humana. Por ello, dos centurias después de su nacimiento, debemos recordar a Darwin tal como fue, es decir, como un personaje de excepcional modestia y un científico moralmente comprometido con la idea de la unidad de la raza humana.

A BORDO DEL BEAGLE

El 27 de diciembre de 1831 zarpaba del puerto de Devonport la corbeta Beagle, de la Marina británica, al mando del capitán Robert Fitz-Roy. El mencionado marino deseaba llevar a bordo de su buque a un científico, a quien incluso ofrecía ceder parte de su camarote. La persona finalmente designada para el puesto fue un joven y acucioso investigador de la naturaleza, Charles Darwin (1809-1882), quien por entonces contaba con 22 años de edad. El objeto de la expedición era completar el estudio de la Patagonia y de la Tierra del Fuego, levantar las cartas marinas de las costas de Chile, del Perú y de algunas islas del Pacífico. El periplo del Beagle duró cinco años, entre 1831 y 1836, durante el cual Darwin demostró que poseía una inagotable capacidad para observar y estudiar todo lo concerniente a las plantas, animales, fósiles, fenómenos naturales, etc. Fruto de esta benedictina tarea y de muchos y variados estudios en su apacible casa ubicada en Down, cerca de Londres, fue el libro “El origen de las especies, a través de la selección natural”.

DARWIN EN LIMA

En su diario de viaje, verdadera joya de informaciones, Darwin anota que el Beagle echó el ancla en el Callao el 19 de julio de 1835 y permaneció en el puerto durante seis semanas. Eran días de caos y guerra en el marco de la Confederación Perú-Boliviana. El invierno se mostraba con toda su crudeza. “Espesa capa de nubes cubre siempre las tierras —observa Darwin— , de tal modo que durante los dieciséis primeros días no vimos más que una vez la Cordillera detrás de Lima. Vistas en lontananza estas montañas, elevándose unas detrás de otras a través de las nubes, presentan hermosísimo espectáculo”.

Darwin describe nuestra limeña garúa “que embarraba las calles y mojaba las ropas”, a la cual llama “rocío peruano”. Observa que una lluvia abundante crearía una catástrofe, “puesto que las techumbres de las casas son planas y hechas sencillamente de barro endurecido (adobes)”. Lima, en suma, no le gustó. Relata la abundancia de enfermos de fiebres palúdicas, que no distinguían entre naturales y extranjeros. Cree que esta enfermedad la causan las miasmas —efluvios o emanaciones nocivas del aire, suelo o agua— teoría muy difundida en ese tiempo, según recuerda el notable médico e historiador Henry E. Sigerist en su libro “Civilización y enfermedad”. Darwin anota que en la costa del Perú el calor no es excesivo y por eso las fiebres no son tan perniciosas.

Respecto de nuestra situación política, Darwin señala que “ningún Estado de Sudamerica ha sido castigado por la anarquía como el Perú desde la declaración de su independencia”. Desgraciadamente tenía razón. La lucha caudillesca entre Santa Cruz, Gamarra, Orbegoso y Salaverry parecía no tener fin. Este último, mediante decreto, le había declarado “guerra a muerte” a Santa Cruz y Darwin pudo ver que las tropas formadas en la plaza mayor durante el Te Deum de Fiestas Patrias no enarbolaban nuestra bandera bicolor sino los pabellones negros de Salaverry.

Darwin describe a Lima como una ciudad casi en ruinas. “No están pavimentadas las calles, y por todas partes se ven en ellas montones de inmundicias, arrojadas de las casas, en las cuales los gallinazos negros, tan domesticados como nuestras gallinas, buscan los pedazos de carne podrida”. Darwin opina que Lima, “en lo antiguo”, ha debido ser una ciudad espléndida. “El extraordinario número de iglesias con que cuenta —concluye el naturalista inglés— le da todavía hoy un carácter original, sobre todo cuando se la ve desde breve distancia”.

Darwin visitó y exploró también la isla San Lorenzo y algunas huacas que suponemos estaban en el actual Miraflores o en Maranga. Cuando las describe podemos percibir que nada escapa a su interés y, de inmediato, tomaba apuntes con el objeto de poder estudiar más detenidamente los detalles que llamaron su atención. Al momento de reanudar su viaje a bordo del Beagle, el joven naturalista da rienda suelta a su incomodidad y, como despedida, lanza duros epítetos contra el Callao y sus habitantes. Ciertamente Darwin no tuvo el menor interés de tomar contacto con nuestras gentes, conocer su carácter y costumbres. Era un científico que en ningún momento se apartó del objetivo de su largo y fructífero viaje.
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Fuente: Diario El Comercio. 15/02/09

viernes, 13 de febrero de 2009

Frases de César Hildebrandt.

Fraseario de la actualidad

- “El Perú es un mendigo sentado en un banco de crédito”. (Dionisio Romero)

- Los Auténticos Decadentes han pedido la nacionalidad peruana.

- En el antiguo testamento el único beneficiario resultó ser Israel.

- El sector energía se privatiza gracias a las empresas estatales extranjeras.

- “El único estado palestino que aceptaremos es el de la desesperación”. (Ehud Olmert).

- “Al fondo hay sitio”. (Martin Rivas)

- “Siempre supe que teníamos el mejor cuerpo policial”. (Alejandro Toledo).

- También habría que investigar la venta del Apra.

- La amnesia es la base de la felicidad.

- El futuro es el pronóstico del tiempo.

- “¡Abajo los TLC! ¡Abajo la propiedad intelectual imperialista!” (Alfredo Bryce)

- En relación al Medio Oriente, Obama sigue viendo las cosas en blanco y negro.

- La bolsa de valores está vacía.

- El alcalde de Surquillo parece hierba mala.

- Fujimori está delgado porque ama la Dieta japonesa.

- Habría que escuchar los retroaudios del primer alanismo.

- La verdadera cortina de humo es el cáncer pulmonar.

- Ni los Heraldos Negros salvan al Alianza Lima.

- Los diabéticos son varones del azúcar.

- “Como ciudadano israelí tengo una opinión imparcial sobre el asunto de Gaza”. (Ariel Segal en “La República”)

- “Sin tretas, no hay Paraíso”. (Cipriani)

- Cuando se pide “la prueba del amor” lo que se está pidiendo es el cuerpo del delito.

- Y por todo lo que se ve, ¿Dios no tendrá Alzheimer?

- Tongo vive con muerte cerebral hace 25 años y nadie se atreve a desconectarlo.

- “¿Y si los chilenos se molestan?” (Mariano Ignacio Prado, el traidor)

- Lo mágico es que un solo cable cueste tanto.

- García quiso robarse hasta el show.

- “No hay nada mejor para las bajas pasiones que las mujeres de altas cualidades”. (Marqués de Sade)

- Después de esta crisis el dólar ya no podrá ser lavado.

- García presiona por una condena leve a Fujimori. Al fin de cuentas, él es también autor mediato.

- “¡El único autor mediato soy yo!” (Alfredo Bryce)

- “¡Cómprale al Perú porque allá los que venden son chilenos!” (Michelle Bachelet).

- Eso de dar una ley que permite el robo de terrenos es lo más coherente que ha hecho García.

- “¡Qué tal lisura! ¿Por qué no se va a permitir ir con tufo al trabajo?” (Johnny Walker)

- ¿Y cuándo capturan a todos los de la banda ancha?

- No debe de extrañarnos que García exija una comisión.

- Cómo serán de forajidos los banqueros estadounidenses que hasta han pedido un rescate.

- Nunca se le vio más Solano que en la “U”.

- Los verdaderos chistosos de la radio son algunos de los que entrevistan por la mañana.

- “Dentro de poco las ratas nos dejarán sin trabajo”. (Cuy Mágico)

- Los que hablan del día de San Valentín deberían morirse de un flechazo.

- Delgado Parker se comunica con las cucarachas por las antenas.

- Con tantos hombres en su vida Paris Hilton ya tiene cara de hotel.

- El tema de los transgénicos requiere de una ley orgánica.

- El suspiro limeño no es un postre: es una mentalidad.

- Las carreteras demuestran que el Perú es autodestructivo.

- “Cuando digo business quiero decir proyecto. Así soy de confiado en mí mismo”. (Alfredo Barnechea)

- Castañeda Lossio cree que Martín Adán vivía en una casa de cartón.

- La Iglesia no cree en la Teoría de la Evolución porque sigue siendo la misma.

- “La Coordinadora de Derechos Humanos es una cojudez”. (Adolf Hitler)

- “De este modo, Caballo Loco terminó siendo Caballo de Troya dentro del partido”. (Historiador aprista)
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Fuente: Diario La Primera. 12 y 13 de febrero 2009

miércoles, 11 de febrero de 2009

Bicentenario de la Independencia Hispanoamericana.


Al filo del bicentenario
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Nelson Manrique (Historiador)

En este momento estoy en Cuernavaca participando en el Encuentro Internacional Conmemorativo del Bicentenario de la Independencia Hispanoamericana y el Centenario de la Revolución Mexicana, que organizan la Universidad Nacional Autónoma de México, el Congreso del Estado de Morelos, la Universidad Nacional de San Martín (Argentina) y la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.

Los peruanos sentimos el bicentenario como algo lejano porque todavía falta más de una década para el 2021, pero Ecuador conmemorará su bicentenario dentro de pocos meses y México lo hará el año próximo. Que ni siquiera tengamos conciencia de esto constituye una cabal ilustración de cuán poco hemos avanzado en el camino de la integración continental con que soñaban Hidalgo y Morelos, Bolívar y San Martín.

Aunque Ecuador alcanzó su independencia recién en 1830, al escindirse de la Gran Colombia, este año se conmemora la formación de la Junta Soberana de Quito, el 9 de agosto de 1809, que presidió Juan Pío Montúfar, marqués de Selva Alegre, que destituyó al virrey y formó un gobierno independiente, que, aunque luego fue aplastado, abrió el camino a varias conspiraciones y alzamientos que culminaron una década después con la independencia frente a España, con el concurso de las tropas del libertador Bolívar.

La ocupación francesa de la península ibérica en 1808 provocó una guerra de resistencia contra los invasores y la organización de las Cortes de Cádiz. En las colonias españolas de América se formaron juntas. La junta de Nueva España (México) terminó rebasando su propósito inicial de conservar la soberanía en espera del retorno del monarca y destituyó al virrey.

La radicalización de los criollos culminó el 16 de setiembre de 1810 con el alzamiento del cura Miguel Hidalgo y Costilla, bajo una consigna no muy precisa: “¡Viva la Virgen de Guadalupe, muerte al mal gobierno, abajo los gachupines!”. Como en Ecuador, el logro de la independencia tomaría todavía una década más, pero fue en ese momento cuando se pusieron en marcha los acontecimientos que culminaron con la formación del rosario de naciones que en los próximos años conmemorarán, también, el segundo centenario de sus azarosas existencias.

Fuente: Diario La Repùblica. 11/02/09

martes, 10 de febrero de 2009

Origen de la palabra Opio y la frase opio del pueblo.

LA PALABRA DEL DÍA

opio

Los griegos llamaron opion, diminutivo de opós (jugo vegetal), al jugo de las adormideras, cuyo poder hipnótico y euforizante ya conocían hace seis mil años los sumerios, que llamaban a la adormidera 'planta de la alegría'. Este nombre aparece documentado en latín por Plinio como opium, con el mismo significado, en el siglo I de nuestra era.

Homero describe en la Odisea los efectos de esta planta muy conocida en la Grecia clásica, aunque su uso, curiosamente, no se haya extendido al resto de Europa a partir de los griegos, sino de los árabes. Éstos recogían el opio en Egipto, donde era usado ampliamente en medicina, y lo llevaban para venderlo tanto en Oriente como en Occidente: fueron así los primeros narcotraficantes en un tiempo en que esa profesión estaba menos desprestigiada, aunque en compensación, rendía ganancias mucho menores que hoy.

El opio tiene un sinónimo que es poco conocido en español, a pesar de que figura en el Diccionario de la Real Academia: el anfión, documentado por primera vez en 1609 en el Diccionario de germanía, de Juan Hidalgo y que llegó a nuestra lengua a través del portugués anfião, que también proviene del griego opion.

Hasta el siglo XIX, la venta de esta droga era libre, pues estaba rodeada por un aura de sustancia benéfica que aliviaba dolores y sufrimientos.

Los adversarios del filósofo comunista alemán Karl Marx (1818-1883) recuerdan con frecuencia que era un 'enemigo de la religión' con base en una supuesta frase suya en la que afirmaba que la religión era 'el opio del pueblo'. En realidad, el fundador del comunismo quiso decir que la religión servía como alivio al sufrimiento de los pobres, como vemos en la cita completa:

«La religión es el suspiro del oprimido, el corazón de un mundo insensible, el alma de situaciones desalmadas. Es el opio del pueblo». (Karl Marx. Collected papers [1844]).

Esta droga se llama oppio en italiano; opium, en francés e inglés; y Opium en alemán.



lunes, 9 de febrero de 2009

Polìtica internacional de la administraciòn Obama.

EEUU: Hacia el fin del unilateralismo
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Manuel Rodríguez Cuadros (Ex- ministro de RR.EE del Perù)

Existe un amplio consenso en la percepción de que el mundo de la “post modernidad” es más inestable e imprevisible que el orden de la guerra fría. Coinciden en ello desde Kissinger hasta Joseph Nye o Francis Fukuyama. En el mundo de la guerra fría había un orden. Ahora no lo hay. Bush fracasó en su intento unilateral de gobernar el mundo con un solo país y un solo enfoque: el militar. Pero hay que diferenciar el unilateralismo como política de la realidad unilateral del poder mundial

La manera como Estados Unidos ha arrastrado al mundo en la crisis financiera-económica mundial, causada por un exceso de neoliberalismo que los propios Estados Unidos expandieron “Urbi et orbi”, indica el peso predominante de la economía estadounidense en la economía mundial. Y la rapidez con que las decisiones del Departamento del Tesoro expanden en el mundo las “curas” neokeynesianas para las enfermedades financieras universales, parece confirmar la prevalencia de Washington en este mundo de crisis, transición y cambio.

El mundo actual es básicamente unipolar -más aún si se incluyen las variables culturales, político- diplomáticas y estratégico-militares-, pero como lo demostró Bush es un unilateralismo sin capacidad de imponer por sí mismo una “pax americana”. La única superpotencia de la post guerra fría no puede ni está en capacidad de establecer el gobierno de un solo poder. Por ello, la administración demócrata, con realismo y sensatez, propicia el fin del unilateralismo como método y práctica internacional basado en el uso de la fuerza y el desprecio de la diplomacia.

La gobernanza mundial no puede gestionarse ni con el miedo ni con la intervención militar, sino con la búsqueda de consensos y compromisos a través de la diplomacia. A ese camino apuesta la nueva administración en Washington. No será fácil, pues negociar implica conceder y lograr equilibrios de difícil construcción. Joseph Biden ha anunciado el cambio en la Conferencia de Seguridad que tiene lugar en Munich. Discretamente lo ha calificado como un cambio de tono: “Vengo a Europa representando una nueva administración determinada a marcar un nuevo tono en las relaciones de Washington con el mundo. Queremos escuchar, pedir consejo. Mantendremos un decente respeto por la opinión ajena. América necesita al mundo, así como el mundo necesita a América”.

Biden anunció los primeros efectos prácticos de un nuevo diapasón diplomático: Además de cerrar Guantánamo, diálogo sin condiciones con Irán, nueva relación de la OTAN con Rusia y consulta con Moscú sobre el escudo antimisiles, solución de “dos estados independientes” en el Oriente Medio. Afganistán será el único escenario de intervención militar. Y muy incierto. “Newsweek” lo ve como el posible “Vietnam de Obama”.
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Fuente: Diario La Primera. 09/02/09

sábado, 7 de febrero de 2009

Ricardo Rivera Schreiber y la tragedia de Pearl Harbor.

El peruano que previó el ataque a Pearl Harbor

Ricardo Rivera Schreiber cumplía su misión diplomática en Japón cuando se enteró del inminente ataque a la base de EE.UU. en 1941

Por: Carlos Batalla (Periodista)

Una de las imágenes más poderosas de la Segunda Guerra Mundial es la del ataque japonés a la base naval de Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941. Pero pocos saben (o recuerdan) que ese bombardeo pudo haber sido solo la pesadilla de un soldado estadounidense o la fantasía tanática de un militar japonés si alguien hubiese seguido la pista que aportó Ricardo Rivera Schreiber, un peruano que por esos días andaba de embajador en tierras niponas. En los difíciles caminos de la guerra, las oportunidades se toman o se lamentan. Esto que puede parecer un juego de palabras tiene sentido en la historia del recordado diplomático: fue él quien informó a la autoridad norteamericana en Japón del bombardeo, nada menos que 11 meses antes de que se produjera. Insólito, pero cierto.

LA HISTORIA

Rivera Schreiber pudo haber evitado la más grande tragedia naval de Estados Unidos. La historia salió a la luz pública en 1948, cuando Cordel Hull, secretario de Estado norteamericano, publicó sus “Memorias”. En la página 984 menciona el gesto colaborador del diplomático peruano. ¿Cómo un funcionario latinoamericano en Japón se enteró de la noticia con tanta anticipación? La historia es de novela, pero ha quedado consignada con detalles en una entrevista exclusiva que el propio Rivera Schreiber dio a El Comercio el 8 de febrero de 1949, luego de su retorno de Europa.

Allí precisa que no buscó la información, pues no contaba con los medios para hacerlo ni era su función en el consulado peruano en Yokohama. Revela también que desde setiembre de 1940 sabía, por su jefe de personal doméstico, que un intérprete del consulado que venía esporádicamente “era un miembro de la policía secreta japonesa”. El espía no tenía contacto directo con Rivera Schreiber, pero sí con el valet, a quien revelaba información valiosa. Este, por su lado, transmitía lo que sabía al embajador del Perú.

“Mi valet me dio muchas veces sus vaticinios sobre diversos sucesos de política internacional que, al cabo, advertí que siempre se cumplían”, contó a El Comercio Rivera Schreiber.

Una mañana, el valet le dio una información extraordinaria. Le contó que Japón “iba a la guerra” y que “era poderoso”, tanto que destruiría la “escuadra americana”. Lo dijo varias veces.

“Diez días después, volvió a presentarse muy nervioso y me dijo lo mismo y, al preguntarle yo si la destrucción de la escuadra estadounidense se efectuaría en San Diego (California), me contestó que no, que sería en el centro del Pacífico”, detalló el embajador en el reportaje.

En ese momento, intrigado, preguntó si el intérprete había llegado esa mañana. El valet contestó que sí. La última visita había ocurrido diez días antes, es decir, el mismo número de días que habían pasado desde su anterior vaticinio. Rivera Schreiber empezó a preocuparse, aunque consideraba aún remota la posibilidad del ataque.

La visita del profesor Yoshuda, de la Universidad de Tokio, su amigo personal, cambió las cosas. Yoshuda, un conocido antimilitarista y pacifista, le aseguró que se avecinaba una “gran desgracia que traería para siempre la ruina de su país”. Le dijo que el almirante Yamamoto había trazado un plan para atacar la escuadra americana en Pearl Harbor y que “un simulacro de tal ataque se estaba llevando a cabo —en esos momentos— en una de las islas al sur del Japón”.

Yoshuda aseguró al representante peruano que Yamamoto había preparado incluso a los “aviadores suicidas” y que el plan estaba listo “para entrar en acción sin la menor duda”.

Rivera Schreiber no lo pensó dos veces y decidió comunicarse por teléfono con el embajador estadounidense en Japón, Joseph C. Grew, a quien pidió una cita. Lo consideraba un amigo, o por lo menos se tenían confianza. Era el 26 de enero de 1941.

La conversación fue directa y sin olvidar detalle alguno. El impacto fue tal que Grew envió un mensaje urgente al presidente Roosevelt. “Mi colega del Perú se ha enterado por varios conductos, inclusive uno japonés, que se está preparando un ataque sorpresa a Pearl Harbor, para el caso de un conflicto entre el Japón y los Estados Unidos”, decía el mensaje de Grew. Al día siguiente, Cordel Hull, secretario de Estado de EE.UU., ya conocía la versión del representante peruano.

El embajador Rivera Schreiber contó a El Comercio, en 1949, que hasta allí llegó su intervención. “Naturalmente, no podía ir más allá”, dijo. “Vino luego la precipitación de los acontecimientos y el 7 de diciembre se produjo —ante el asombro del mundo— el ataque a Pearl Harbor, tal como me lo habían vaticinado mi valet y el profesor Yoshuda”, refirió. No podía olvidar esa historia.

“SOLO UN RUMOR”

En 1949, las investigaciones confirmaron que la Secretaría de Marina estuvo enterada y luego el Estado Mayor, para finalmente llegar al conocimiento del almirante Kimmel, comandante de la flota norteamericana en el Pacífico, quien consideró que se trataba “de un rumor”, nada más.

Los diarios detallaron con asombro las consecuencias de esa desidia. El 7 de diciembre se produjeron los anunciados ataques a Hawái, Filipinas, Singapur y Sumatra. La ofensiva llegó hasta Hong Kong, donde, sin embargo, fue rechazada por las fuerzas aliadas. La reacción militar estadounidense fue rápida, pero las pérdidas marcaron una de las mayores tragedias en la historia de ese país.

Tras el informe oficial de los hechos, el diplomático peruano fue homenajeado por el Senado norteamericano en 1945.

MEMORIAS DE UNA VIUDA
Catorce años después de la muerte del embajador, ocurrida el 25 de julio de 1969, su viuda, Teresa Kroll, hizo una declaración oficial por escrito sobre esta historia. El documento lleva la fecha del 3 de mayo de 1983 y está dirigido al cónsul general de EE.UU. en Lima. Allí ratifica lo dicho por su esposo a El Comercio en 1949 y precisa otras cosas: su confianza en las fuentes, es decir, el valet Felipe Akakawa y Yoshuda; rechaza la incredulidad histórica de algunos autores; señala que su esposo recabó información valiosa durante dos meses y que luego se la comentó en privado al embajador Grew; confirma que servicios americanos descifraron posteriormente cables secretos del Gobierno Japonés a su embajada en Washington, lo que ratificaba los datos de Yoshuda; e incluso sospecha que el mensaje de Grew a su Gobierno no era el mismo que redactó junto con Rivera Schreiber.

Al final de su misiva, la señora Kroll cuenta una anécdota entre Grew y su esposo. Se trata de un breve diálogo que sostuvieron tras la tragedia, mientras viajaban en el barco Asama Maru, que partía de Japón. Rivera Schreiber le dijo a Grew que todo había ocurrido tal como se lo advirtió en enero. “El señor Grew, visiblemente afectado, le respondió: “Sí, efectiva y lamentablemente, pero lo que usted me informó lo transmití el mismo día a mi Gobierno””. Fue una alerta perdida.

Fuente: Diario El Comercio. 07/02/09

viernes, 6 de febrero de 2009

Charles Darwin, la iglesia y su contexto.

Charles Darwin (1809-1882)

Mirko Lauer (Escritor)

Este año se conmemora 200 años del nacimiento de Charles Darwin y 150 de la publicación de El origen de las especies. Gracias al repunte del fundamentalismo religioso y al triunfo de Barack Obama su teoría sobre la evolución tiene hoy una notable actualidad. Hasta el momento las celebraciones han incluido un paseo en Boeing 757 siguiendo la ruta del Beagle, el barco en que Darwin hizo sus exploraciones.

Desde 1859 las religiones que no rechazaron de plano el evolucionismo de Darwin buscaron maneras de acomodarlo a la idea bíblica de la creación. Una respuesta llegó con la idea de evolución creativa, conocida también en su variante de diseño inteligente, en que la divinidad aparece discretamente en el origen de un proceso biológico evolutivo. Es esto lo que la derecha patrocina para los cursos de ciencias naturales.

De hecho Darwin nunca se propuso sustituir al libro de Génesis en la Biblia. Más bien en siglo y medio ha sido una de las pruebas de que la fe y la ciencia pueden coexistir cómodamente en las personas. La obra del jesuita Pierre Teilhard de Chardin, El fenómeno humano (1955) y El medio divino (1957), es acaso la más interesante síntesis producida en torno del tema.


El doble aniversario se ha visto realzado por La causa sagrada de Darwin: la esclavitud racial y la búsqueda de los orígenes humanos (2009) de los historiadores Adrián Desmond y James Moore. Argumentan que el famoso libro de Darwin fue una obra abolicionista, concebida también para demostrar científicamente el origen común del hombre y así quitarles piso a los alegatos a favor de la esclavitud.

No es una idea nueva, pero cae a pelo en tiempos en que la cristiandad padece un nuevo asalto a la razón en sus filas: un segundo papa que promueve el irracionalismo de la extrema derecha católica en su iglesia, y una derecha evangelista que predica contra la ciencia en la explicación del mundo natural. Las teorías de Darwin han sido perfeccionadas por la ciencia misma, pero su sentido profundo se mantiene firme.

Con sus teorías paralelas del ancestro común de la humanidad y de la selección natural de las especies, Darwin pertenece, con Carlos Marx, Federico Nietzche y Sigmund Freud, al núcleo de pensadores que entre los siglos XIX y XX reformularon el sentido de lo humano como una especie cuya tarea es manejar su propio destino. Los avances de la genética volverán esto todavía más claro.

Darwin llegó a Lima en julio de 1835, en pleno militarismo, y en su diario consigna el estado de abandono que advirtió en la ciudad (por lo menos en una carta a su hermana Carolina dijo “Me da júbilo estar escribiendo ahora desde Perú”). Partió del Callao en setiembre de 1835 hacia las islas Galápagos, un escenario clave para sus observaciones. Ya entonces sus notas expresan dudas sobre la ortodoxia religiosa.

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Fuente: Diario La Repùblica. 06/02/09

jueves, 5 de febrero de 2009

El desprecio a la industria y mercado interno peruano.


Compre peruano (¿dónde?)
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Cèsar Hildebrandt (Periodista)

Yo también quiero comprar peruano. El problema es que me rompo la cabeza y sólo encuentro a Sapolio como ejemplo.

Es interesante que el doctor García recuerde que hay industria nacional y mercado interno justo en el momento en que la crisis internacional puede resentir las exportaciones y alterar la tasa de ganancia de los barones de Adex. En esa lógica, vamos a tener que atragantarnos de espárragos.

Es como si el Presidente dijera: “peruanos, ayuden a sus empresarios que ya no pueden colocar todas sus mercancías en el exterior; acabo de reparar en el hecho de que el Perú existe todavía y de que no era cierto que se lo había llevado un viento global”.

¿Vamos a Ripley a comprar peruano? ¿No es chino todo allí? ¿Y no es chino en Saga? ¿Chino y reetiquetado?

¿Ayudará a la causa comprar una lata de atún Florida, ese que alguna vez fue peruano?

¿En la chilena Sodimac habrá cosas peruanas? ¿O en la americana Home Center?

Y si me enfermo mucho, ¿a qué farmacia voy a consumir productos peruanos? ¿A la chilena Fasa? ¿A la chilena Inkafarma?

¿O quizá en la chilena Wong encuentre lo que espero?

¿Si viajamos por la empresa LAN, colaboramos? ¿O será mejor en la costarricense TACA?

Y si hablo mucho por teléfono, ¿hago patria? ¿Con Telefónica, con Claro, con Néxtel, o sea Cortés y Moctezuma en brutal combate?

Y si recorro más la ciudad, ¿dónde me abastezco de gasolina para complacer al señor presidente de la República? ¿En la española Repsol o en la mitad chilena Prímax? ¿Dónde, en qué kilómetro de qué carretera queda el centro de servicios Petroperú más cercano?

Y si tomo más cerveza, ¿a quiénes prefiero? ¿A los anglosudafricanos de Cristal, Pilsen y Cusqueña? ¿O me pongo regional y elijo a los belgabrasileños de Ambev? ¿O me pongo viajerazo y me tomo una Corona mexicana fabricada en Chile? ¿O ultramarino y me tomo una italiana Peroni fabricada en Lima por los anglosudafricanos dueños de la Backus?

¿Comeré muchos helados Donofrio hechos por la suiza Nestlé? ¿O me bañaré más de la cuenta con jabón Lux o jabón Rexona del grupo angloholandés Unilever?

¿O me hincharé de Inca Kola, firma cuyo 60 por ciento de acciones fue comprado, en 1999, por The Coca Cola Company, que pagó 300 millones de dólares por la operación?

¿Los zapatos más baratos no están en Payless? ¿O en la checa Bata?

¿O me mudo a Arequipa para encender la luz y favorecer a la colombiana REP, que acaba de potenciar la línea Mantaro-Socabaya?

¿O le pido un autógrafo al lobista estadounidense PPK? ¿O envío un S.O.S. a la Apec?

¿Cómo colaboro con usted, doctor García?

¿Me voy a Collique a ver cómo han extraído los chilenos y su amigo Pepe Graña el busto de Quiñones mientras mastico un chocolate Costa?

Doctor García: usted es redundante. Eso de “compre peruano” ya se lo había dicho usted antes a sus amigos chilenos. Ahora es un poco tarde como mensaje “de bandera”, señor Presidente. Porque para dar mensajes de bandera hay que creer en la propia.
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Fuente: Diario La Repùblica. 05/02/09