martes, 23 de octubre de 2007

AMÉRICA LATINA. HISTORIA Y MEMORIA.

Libro "Las venas abiertas de América Latina"

Eduardo Galeano nos muestra de una forma clara y sencilla en este clásico texto (1971), el brutal y despiadado saqueo al que los imperialistas han sometido el continente no poniendo reparos a su avaricia insaciable. En este proceso no han dudado en esclavizar y destruir pueblos enteros esquilmando todas las riquezas posibles. Primero los españoles y portugueses con el monocultivo, esclavos y la extracción masiva de recursos minerales. Después del proceso de independencia los ingleses y los norteamericanos. En nombre de la democracia, la libertad y el progreso dan golpes de estado para instaurar dictaduras reaccionarias, todo con tal de mantener y ampliar su margen de beneficios, todo con el beneplácito y la complicidad de las burguesías de los respectivos países.

PRIMERA PARTE

LA POBREZA DEL HOMBRE COMO RESULTADO DE LA RIQUEZA DE LA TIERRA

FIEBRE DEL ORO, FIEBRE DE LA PLATA

EL SIGNO DE LA CRUZ EN LAS EMPUÑADURAS DE LAS ESPADAS

Cuando Cristóbal Colón se lanzó a atravesar los grandes espacios vacíos al oeste de la Ecúmene, había aceptado el desafío de las leyendas. Tempestades terribles jugarían con sus naves, como si fueran cáscaras de nuez, y las arrojarían a las bocas de los monstruos; la gran serpiente de los mares tenebrosos, hambrienta de carne humana, estaría al acecho. Sólo faltaban mil años para que los fuegos purificadores del juicio final arrasaran el mundo, según creían los hombres del siglo xv, y el mundo era entonces el mar Mediterráneo con sus costas de ambigua proyección hacia el Africa y Oriente. Los navegantes portugueses aseguraban que el viento del oeste traía cadáveres extraños y a veces arrastraba leños curiosamente tallados, pero nadie sospechaba que el mundo sería, Pronto, asombrosamente multiplicado.

América no sólo carecía de nombre. Los noruegos no sabían que la habían descubierto hacía largo tiempo, y el propio Colón murió, después de sus viajes, todavía convencido de que había llegado al Asia por la espalda. En 1492, cuando la bota española se clavó por primera vez en las arenas de las Bahamas, el Almirante creyó que estas islas eran una avanzada del Japón. Colón llevaba consigo un ejemplar del libro de Marco Polo, cubierto de anotaciones en los márgenes de las páginas. Los habitantes de Cipango, decía Marco Polo, «poseen oro en enorme abundancia y las minas donde lo encuentran no se agotan jamás... También hay en esta isla perlas del más puro oriente en gran cantidad. Son rosadas, redondas y de gran tamaño y sobrepasan en valor a las perlas blancas». La riqueza de Cipango había llegado a oídos del Gran Khan Kublai, había despertado en su pecho el deseo de conquistarla: él había fracasado. De las fulgurantes páginas de Marco Polo se echaban al vuelo todos los bienes de la creación; había casi trece mil islas en el mar de la India con montañas de oro y perlas, y doce clases de especias en cantidades inmensas, además de la pimienta blanca y negra.

La pimienta, el jengibre, el clavo de olor, la nuez moscada y la canela eran tan codiciados como la sal para conservar la carne en invierno sin que se pudriera ni perdiera sabor. Los Reyes Católicos de España decidieron financiar la aventura del acceso directo a las fuentes, para liberarse de la onerosa cadena de intermediarios y revendedores que acaparaban el comercio de las especias y las plantas tropicales, las muselinas y las armas blancas que provenían de las misteriosas regiones del oriente. El afán de metales preciosos, medio de pago para el tráfico comercial, impulsó también la travesía de los mares malditos. Europa entera necesitaba plata; ya casi estaban exhaustos los filones de Bohemia, Sajonia y el Tirol.

España vivía el tiempo de la reconquista. 1492 no fue sólo el año del descubrimiento de América, el nuevo mundo nacido de aquella equivocación de consecuencias grandiosas. Fue también el año de la recuperación de Granada. Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, que habían superado con su matrimonio el desgarramiento de sus dominios, abatieron a comienzos de 1492 el último reducto de la religión musulmana en suelo español. Había costado casi ocho siglos recobrar lo que se había perdido en siete años 1, y la guerra de reconquista había agotado el tesoro real. Pero ésta era una guerra santa, la guerra cristiana contra el Islam, y no es casual, además, que en ese mismo año 1492 ciento cincuenta mil judíos declarados fueran expulsados del país. España adquiría realidad como nación alzando espadas cuyas empuñaduras dibujaban el signo de la cruz. La reina Isabel se hizo madrina de la Santa Inquisición. La hazaña del descubrimiento de América no podría explicarse sin la tradición militar de guerra de cruzadas que imperaba en la Castilla medieval, y la Iglesia no se hizo rogar para dar carácter sagrado a la conquista de las tierras incógnitas del otro lado del mar. El Papa Alejandro VI, que era valenciano, convirtió a la reina Isabel en dueña y señora del Nuevo Mundo. La expansión del reino de Castilla ampliaba el reino de Dios sobre la tierra.

sábado, 20 de octubre de 2007

LA CRANEOPLASTIA ANDINA


LA DEFORMACIÓN Y TREPANACIÓN CRANEANA
La anatomía de la especie humana no ha sufrido modificaciones en los últimos milenios, pero la imagen cultural exigida de ella, en cada época y lugar, sí ha sido diferente. “La tendencia a alterar los caracteres naturales de algunas partes del cuerpo, es una de las características comunes a la naturaleza humana en todos los estados que nos son conocidos, desde el más primitivo y bárbaro hasta el más civilizado y refinado”. (Dembo e Imbelloni 1938)

LA DEFORMACIÓN CRANEANA

La deformación craneal era común en las regiones andinas ( fue realizada por las antiguas culturas Paracas, Nazca, Huari, Tiahuanaco e Inca ) consistía en la aplicación de pequeñas tablas de madera o vendajes compresivos en la cabeza del recién nacido para modificar el eje de crecimiento de la cavidad craneal.

Las deformaciones craneales tenían un propósito estético, magicorreligioso y de identificación étnica o social, como símbolo de nobleza o de identificación de las clases dirigentes. La consecuencia inmediata de la deformación es una alteración en el proceso normal de cierre de las suturas craneales. Se Concluye que la práctica de la deformación craneal intencional se encontraba muy extendida en las regiones andinas en la época precolombina.
LA TREPANACIÓN CRANEANA

La trepanación constituye uno de los ejemplos más antiguos de un procedimiento quirúrgico realizado por el ser humano, practicado desde el Neolítico en un gran número de culturas primitivas extendidas por los cinco continentes. La práctica de la trepanación y de la deformación craneal era común en las culturas precolombinas.

La trepanación en las culturas precolombinas se practicó tanto en hombres como en mujeres con fines terapéuticos -fracturas hundidas, epilepsia, cefaleas vasculares y las asociadas a deformaciones craneales intencionales- y rituales. El 5% de los cráneos muestran signos de trepanación, de los que el 80% presentan evidencias de supervivencia. Algunos tienen varios orificios en diferentes etapas de curación. Se usaban cuchillos de obsidiana con mangos de madera para trepanar, como los tumi, cuchillos ceremoniales que se empleaban para cortar el cuero cabelludo. Por otra parte, se han encontrado craneoplastias de oro y plata en algunos cráneos. Conclusiones. El éxito de la trepanación craneal era grande a pesar de los métodos e instrumentos rudimentarios con los que se practicaban.

El Dato : Durante la colonia el primer Concilio, que se reunió en Lima, en 1576, dispuso que: “la superstición de amoldar las cabezas, de los muchachos que llaman zayto-uma y palta-uma, del todo se quiten”.

El Virrey del Perú, Francisco de Toledo (1569-1581), dictó la ordenanza que reza: “Mando que ningún indio, ni india, apriete las cabezas de las criaturas recién nacidas, como lo suelen hacer mas largas, porque de haberla hecho se les ha recrecido y recrece daño, y vienen a morir dello; y de ésto tengan gran cuidado las justicias, sacerdotes y caciques en que se hagan”

Fuentes :
Recomendados :

martes, 16 de octubre de 2007

CULTURA LAMBAYEQUE O SICÁN


Esta información va dirigada a mis queridos alumnos ( chavales ), de 1ro de secundaria del colegio Trilce. Espero les ayude a aclarar algunas ideas sobre esta importante sociedad pre-hispánica del periodo intermedio tardío.
El Bosque de Pomac, sede de la Cultura Sicán
( Hacer clic sobre la imagen para ampliar )

El Bosque de Pomac, en Batán Grande, sobre la parte media del valle de La Leche, es famoso por los grandes hallazgos de objetos de oro lamentablemente sustraídos por saqueadores de tumbas desde 1930 hasta la reforma agraria de 1969. Los residentes de las zonas aledañas hablan de la huaquería con temor reverente y una cierta fascinación. Se enorgullecen de haber visto “toneladas” de oro huaqueado y otros objetos de metal precioso. Así, el huaqueo de Poma representa uno de los más intensos y extensos trabajos de depredación cultural realizado en las Américas durante la era moderna .

Ello explica, en gran medida , el impedimento para que se desarrollasen estudios arqueológicos en profundidad, hecho que se subsana con el inicio del Proyecto Arqueológico Sicán (PAS) en 1978, bajo la dirección de Izumi Shimada. Sabemos ahora que estas maravillosas obras de orfebrería pertenecen a la denominada cultura Sicán (también conocida como Lambayeque) y no a la cultura Chimú, como afirmaron con anterioridad muchos investigadores.

Sicán designa a una cultura que existió durante lo que los arqueólogos llaman el Horizonte Medio y el Periodo Intermedio Tardío , y tenía su capital en Pomas. Emergió alrededor del año 700 d.C., de la fusión de dos de las principales tradiciones de los Andes centrales, una en la costa norte y la otra en la sierra sur. Floreció entre 900 y 1100 d.C . y dominó gran parte de la costa norte del Perú , por lo cual ejerció influencia en los Andes norteños y centrales

El término Sicán (Signam o Sian) significa la “casa o templo de la Luna” en la lengua indígena muchik, y fue registrado en la costa norte del Perú durante el período colonial . Fue el nombre de una localidad probablemente uno o un grupo de templos antiguos o huacas situados en lo que actualmente es el Santuario Nacional-Histórico de Poma, en el valle medio del río La Leche , al noreste de la ciudad de Chiclayo. Durante el periodo colonial temprano, Pomac, con cerca de 30 huacas grandes y pequeñas dispersas en el extenso bosque espinoso seco, fue conocida por sus ídolos religiosos y antiguos tesoros.

Más de 30 años de investigación del proyecto arqueológico Sicán revelaron que la mayoría de estos montículos fue construida alrededor de 1000 d. C. por una cultura prehispánica que fue denominada en 1983 “Sicán” por Izumi Shimada, el director del PAS. El mismo nombre fue utilizado para designar a la capital del estado Teocrático Sicán, localizado en Pomac.

Fuente :

Más sobre la cultura Sicán en:


jueves, 11 de octubre de 2007

LA MEMORIA DE GRAU Y LAS MOSCAS.


Aldo Mariátegui el idiota de la familia


César Hildebrandt

Gustave Flaubert aprendió a leer sólo a los siete años. Por eso es que Sartre tituló las casi 4,000 páginas de su biografía flaubertiana como “El idiota de la familia”.

Pero he aquí que el chico atontado por el padre repulsivo es el que construye, muchos años después, “Madame Bovary”, una de las novelas que más se aproximan a la perfección –si por perfección entendemos aquello que posee todo lo que le es necesario–.

En otras latitudes, en otros temas, hay también niños apagados que luego deslumbran y jóvenes que prometen y más tarde tornan en deudores crónicos.

El caso de Aldo Mariátegui es particularmente delicado. Lleva un apellido que significa mucho para el Perú y para la inteligencia latinoamericana y, hasta ahora, ha hecho todo lo posible por ensuciarlo y comprometerlo con la derecha de los Agois, esa banda familiar.

Digamos que si Flaubert fue un niño idiota que más tarde escribió como un genio, nuestro Aldito es un niño genio que terminó escribiendo como un idiota. Y esto que temas de envergadura no le faltan:

Hace poco Raúl Wiener lo llamó “la otra Chichi”.

En todo caso, hablando del hilo dental del periodismo cofrade, nada más opulento, suntuoso y españolmente culón que lo que hizo hace poco Aldo Mariátegui: viajar a Tailandia con todo pagado –incluidas las distracciones– por la empresa franco-belga Suez Energy, que Alan García mima y protege y a la que le ha prometido, sin concurso alguno, una buena tajada en el proyecto Camisea III. Como lo ha recordado Raúl Wiener a propósito del tema, Suez Energy es el principal generador eléctrico del norte de Chile y tiene intereses concretos en lograr que parte del gas de Camisea colabore en la solución energética de los chilenos.

Un director que se permitiera tamaños manoseos en el hilo dental sería despedido por el indignado directorio de una empresa periodística decente. Pero, claro, no estamos hablando sino de lavadores de sus propias deudas.

Pero este Platero disfrazado de ganador del derby de Kentucky no sólo es ignorante. También puede ser un canalla que hace ostentación de sus pocas lecturas. Se ha atrevido, por ejemplo, a decir que el mejor de todos los peruanos, Miguel Grau, debió de ser juzgado por el fuero militar porque se puso a salvar chilenos sobrevivientes de la Esmeralda en vez “de unirse a La Independencia” y hundir juntos a La Covadonga”.

En la cima de las emociones de este almirante Nelson versión Play Station, Aldito escribe: “Si (yo) hubiera sido ministro de Guerra durante la guerra con Chile, Grau hubiera tenido un serio problema conmigo para explicarme por qué diablos perdió valiosos momentos en ponerse a recoger enemigos tras hundir a La Esmeralda en Iquique en lugar de unirse a La Independencia y hundir juntos a La Covadonga”.

¡No es una calumnia! ¡Eso es lo que ha escrito el idiota de la familia Mariátegui! (Correo, martes 9 de octubre del 2007, página 2).

Aparte de las ínfulas, que son de camisa de fuerza y tomografía de azotea, aquí lo importante es la ignorancia y el atrevimiento de cuestionar uno de los pocos gestos que honraron la guerra que el Chile rapaz de siempre nos declaró.

Mientras el Huáscar y la Esmeralda combatían, la Covadonga ya había huido. La orden de perseguir a La Covadonga la dio el propio Grau y la asumió la fragata peruana Independencia. José Rodolfo del Campo, corresponsal de El Comercio a bordo de la Independencia, describió como pocos la fatalidad de la nave:

“Pronto perdimos de vista al Huáscar porque la Independencia perseguía a la Covadonga que se dirigía barajando las puntas de la costa en dirección a la caleta de Cavanches…Las balas de cañón caídas hasta ese momento en la nave fueron 8: la que rompió la escotilla de máquina; otra en la batería de estribor; la del lado del portalón, que mató al centinela, destrozó completamente un bote y astilló la batallola; dos en la obra muerta de la popa; y las otras en la dirección de la proa, las mismas que dividieron el puente del Comandante y cortaron la telera…El cañón Vavasseur de proa, al hacer su undécimo disparo, se había inutilizado…Estrechada contra la costa la Covadonga, consideró el comandante More que había llegado el instante mismo de usar el espolón; y lo intentó dos veces pero no pudo conseguirlo porque no había agua suficiente para el calado del buque…Cuando el Comandante, para conservar la proa clara de la punta Sur de la ensenada y tomar al buque enemigo pos la misma popa, mandó toda la caña a babor, los timeneles, los peores que teníamos, pues los tres mejores estaban ya fuera de combate, equivocaron la orden y giraron la rueda a babor. Notando el Comandante esta falta y comprendiendo que se acercaba demasiado a tierra, mandó dar atrás con toda fuerza, pero ya era tarde. Habíamos encallado junto a Punta Gruesa, a doce millas al sur de Iquique, frente a la caleta Molle (norte de Tarapacá), en una roca que no estaba marcada en el plano, a 4 millas de la playa”.

La Covadonga, salvada por el práctico inglés Stanley, que fue en ese trance su verdadero capitán, pasó junto a la trágica Independencia y disparó a cubierta matando al alférez de fragata Guillermo García y García.

El relato del corresponsal José Rodolfo del Campo aclara cualquier infamia de los insignficantes: “…esperábamos tranquilos que regresara de tierra alguna embarcación cuando divisamos al Huáscar, que venía de echar a pique a la Esmeralda y que perseguía a la Covadonga”.

En efecto, tras hundir al Esmeralda a las 12 con 10 minutos p.m. de aquel 21 de mayo de 1879, Grau recogió a los prisioneros rendidos y fue en busca de la Covadonga. ¿Por qué no la alcanzó? El mismo Grau lo narra así: “Preferí proseguir la persecución de la Covadonga por otras tres horas, hasta que convencido por la distancia de diez millas que nos separaba de ella, de que no podría estrecharla antes de la puesta del sol, creí conveniente desistir del empeño y volver en auxilio de la Independencia. Pude entonces apreciar que la pérdida de la fragata era total y mandé mis embarcaciones por la gente que había a su bordo, dando la orden de incendiar el buque” ( (Parte de Grau, al ancla en Iquique, mayo 23 de 1879).

¿Es posible que un hombre como Grau pueda ser manoseado por el escriba de los Agois, los que hicieron su vida en el mar de las oportunidades, los herederos no de Grau sino de Lucho Banchero, el hombre que descubrió que la anchoveta es lo mejor para engordar a los puercos en Europa?

Todo es posible en el Perú. Pero si la Marina de Giampietri se calla ante Mariátegui, bien podría el ministro de Defensa decir algo.


Tomado del Diario "La Primera "


Artículo completo en :

lunes, 8 de octubre de 2007

MIGUEL GRAU EN LA MEMORIA HISTÓRICA PERUANA.


¿Y qué diría Grau si lo supiera?


César Hildebrandt

No sé por qué debemos recordar cada año tan sólo el sacrificio y la muerte atroz de Miguel Grau.

Quizás el año próximo podríamos recordar y celebrar la destreza, el valor y la generosidad de Grau en el combate de Iquique (21 de mayo de 1879).

En Angamos triunfó el cargamontón del odio portaliano hacia el Perú.

En Iquique perdimos la fragata Independencia, desfondada por una mala maniobra mientras iba en persecución de la huyente nave chilena Covadonga, pero hundimos a la corbeta Esmeralda y rescatamos a los náufragos que nos pidieron auxilio. Es decir, fuimos grandes en todo el sentido de la vida.

En Iquique fueron dos contra dos: el monitor Huáscar y la cañonera Independencia frente a la corbeta Esmeralda y la cañonera Covadonga.

En Punta Angamos, hace exactamente 128 años, el alto mando chileno enfrentó al Huáscar con tres embarcaciones: los blindados Blanco Encalada y Cochrane y, otra vez, la Covadonga –la que había huido a toda máquina cinco meses antes, apenas avistó al temible Huáscar–.

Sólo una celada como esa de tres contra uno pudo derrotar a Grau matándolo y a Melitón Carvajal hiriéndolo y a Elías Aguirre matándolo y a Diego Ferré matándolo y a José Melitón Rodríguez matándolo y a tantos otros que fueron baleados cuando, lanzados al mar por las explosiones, hubieron de ser “repasados” por la soldadesca naval del enemigo.

Pero volvamos a Iquique, donde la acción empezó a las 8 y 20 de la mañana del 21 de mayo de 1879 –Chile nos había declarado la guerra el 5 de abril y nosotros hubimos de aceptarla por nuestro compromiso de honor con la anárquica y siempre desagradecida Bolivia–.

Lo de Iquique fue, además, a la usanza antigua. El Huáscar se aproximó a la Esmeralda para embestirla y sólo en la tercera acometida pudo hacerle daño mayor.

Grau escribió a bordo del Huáscar, dos días después:

“En ambas ocasiones, a la aproximación de los buques y durante el tiempo que permanecían muy cerca, recogíamos el nutrido fuego de las ametralladoras que tenían establecidas en sus cofas, el de fusilería y muchas bombas de mano a la vez que descargas completas de la artillería de su costado…”(Parte del comandante del Huáscar al Director de Guerra y Director de Marina, al ancla en Iquique, mayo 23 de 1879).

Y el gran marino, el mejor de todos los peruanos de todos los tiempos, añade:

“Finalmente, emprendí la tercera embestida con una velocidad de diez millas y logré tomarla por el centro. A este golpe se encabuzó y desapareció completamente la Esmeralda, sumergiéndose y dejando a flote pequeños pedazos de su casco y algunos de sus tripulantes…Inmediatamente mandé todas las embarcaciones del buque a salvar a los náufragos y logré que fuesen recogidos sesenta y dos, los únicos que habían sobrevivido a tan obstinada resistencia. Adjuntas encontrará V.E. las relaciones detalladas de los tiros que ha recibido el buque, de las bajas que ha tenido su dotación, de los cadáveres de los enemigos encontrados en la cubierta, y de los prisioneros. No puedo prescindir de llamar la atención de V.E. hacia la sensible pérdida del teniente 2º graduado don Jorge Velarde, para significar el notable comportamiento y arrojo con que este oficial conservó su puesto en la cubierta al pie del pabellón, hasta ser víctima de su valor y serenidad” (Ibid).

Jorge Velarde Castañeda tenía 23 años cuando fue blanco de la metralla de la Esmeralda. Había ingresado a los 15 a la Escuela Naval del Perú. En 1876 se embarcó en la fragata inglesa Oracle rumbo a Europa. De regreso al Perú fue ascendido a la clase de alférez. Tras otra travesía por las Islas Marquesas, Tahiti y San Francisco, a bordo de la nave francesa Magacienne, fue ascendido por el brillo de sus méritos al rango de teniente 2º.

Pero en 1879 Velarde enfermó de tuberculosis y fue trasladado a Jauja para intentar su restablecimiento. Estando en esa ciudad, Chile empezó su ofensiva rapaz en contra del Perú. Velarde, sin haber sanado del todo, regresó a Lima y fue destacado de inmediato al Huáscar como oficial de órdenes y derrota. Murió como oficial de gloria.

El combate de Iquique duró tres horas y 50 minutos. El Huáscar disparó 47 tiros con sus cañones de 300. La Esmeralda estaba erizada de 10 cañones Armstrong rayados, dos colisas de 150 y una ametralladora en cada una de las cofas de los dos primeros palos. Su comandante, Arturo Prat, tuvo un dignísimo papel al ser muerto mientras intentaba abordar al Huáscar.

Y ahora me pregunto: ¿Qué diría Grau si supiera que hoy lo celebran y dicen discursos en su nombre un almirante que ordenó bombardear una instalación penal peruana con prisioneros rendidos y un presidente de la República que dio esa orden salvaje? ¿Y qué diría el joven Velarde si supiera que la Marina peruana –que se sublevó cuando en 1866 el civilismo de toda la vida le puso al almirante norteamericano Tucker como comandante– estuvo manoseada, corrompida y conducida al estercolero de los Ibárcena por un ciudadano japonés que, años más tarde, juró morir por el imperio nipón? ¿Volverían a morirse? ¿Vomitarían? ¿Exigirían su pase inmediato a la mortalidad? ¿Lamentarían la negada inutilidad de su heroismo?

Fuente : Diario La Primera.

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domingo, 7 de octubre de 2007

LA VISIÓN DEL OTRO. EL AZTECA QUE DESCUBRIÓ EUROPA.


Andahazi y el espejo de la conquista

Escritor argentino, autor de la novela El conquistador. Libro narra la historia al revés: los aztecas descubren los pueblos bárbaros de Europa.

Por Pedro Escribano.

Un guerrero azteca, Quetza, mucho antes de que llegaran los españoles a nuestro continente, descubrió Europa. Estableció, anticipándose a Copérnico, que la tierra giraba en torno al sol y que además nuestro planeta era redondo y que navegando a Oriente se llegaba a Occidente, como tiempo después pensó Cristóbal Colón. Pero no solo eso, dibujó un mapa del mundo adelantándose a Toscanelli, Ideó máquinas y artefactos tal como lo hizo, dos siglo después, Leonardo da Vinci.

Quetza es el personaje de El conquistador, novela del escritor argentino Federico Andahazi y con la que ganó el premio Planeta 2006. La historia de Quetza comienza de niño, cuando fue rescatado de un sacrificio religioso y criado por un sabio del antiguo México. Se convirtió en guerrero y guiándose por las profecías del calendario azteca para realizar la proeza, como navegante y conquistador, de unir a dos mundos: América y Europa (que para él es el Nuevo Mundo).

La historia y el espejo

Andahazi juega a la historia del descubrimiento de América, pero al revés. Es decir, plantea la idea de cómo habría sido la historia hoy si Europa hubiera sido descubierta por los americanos. A lo largo de la novela, que suma tres capítulos, el autor relata trastocando los hechos históricos en función de esta idea. Así, por ejemplo, un guerrero azteca subido en lo alto de un mástil de la nave avizora, como Rodrigo de Triana, tierra. Pero hay otros paralelos más complejos y dramáticos como, por ejemplo, cuando Quetza y su gente llegan a Huelva, España. Les llega un olor a carne asada que les despierta el apetito que los traía muertos de hambres después de largos días de navegación. Cuando se acercan descubren que se trata de seres humanos llevados a las hogueras por la Santa Inquisición. Si bien ellos rendía culto con sacrificios humanos a sus dioses, la escena les parecía horrible, más aún no concebían qué dios era aquél que estando clavado en una cruz exigía tales sacrificios. Otro punto de vista es que Quetza y sus guerreros miran a los europeos como nativos o bárbaros. Por ejemplo, cuando descubren a los jinetes españoles, se sorprenden de que después, esa unidad, se divide en dos. "Pero Quetza no tardaría en descubrir que la bestia, a los que nativos llamaban caballos, era un entidad independiente del hombre que la montaba" (pag. 165).
Los pasajes históricos se presentan cruzados con los hechos reales (Quetza es testigo de que un navegante (¿Cristóbal Colón?) está convenciendo a su rey para descubrir un nuevo mundo.

Así, la novela, con prosa armoniosa, presenta, a manera de espejo, lo que fue la historia real en la que los conquistados fueron los conquistadores. ¿Una novela de revancha?, el autor lo ha negado, pero eso se advierte, en todo caso como una suerte de venganza poética. Si bien la novela se deja llevar, ésta decae cuando Andahazi abusa –se nota la intención– en asociar hechos históricos con la propuesta de su ficción.

Fuente : Diario La República. http://www.larepublica.com.pe/

sábado, 6 de octubre de 2007

CULTURA NAZCA


Arqueólogo italiano revela teorías sobre el templo nazca de Cahuachi

Se trata de Giuseppe Orefici. Estudioso viene investigando el sitio desde hace 25 años.
Roma. EFE.

El arqueólogo italiano Giuseppe Orefici ilustró las últimas teorías sobre el "misterio" de Cahuachi, el templo nazca más importante que se conoce en Perú y que se descubrió enterrado y sellado.

"Se trata del templo ceremonial más grande del mundo, pues mide 24 kilómetros cuadrados, y en él se realizaban distintos tipos de rituales", explicó Orefici, director de las excavaciones arqueológicas, desde hace veinticinco años.

El arqueólogo señaló que hasta ahora no se había sabido interpretar por qué este templo se encontraba enterrado y sellado. Señaló que hay dos teorías. Una, que se produjo "como una forma de negación de la religión", debido a las catástrofes naturales que sufrió esta civilización. La otra explica que, al igual que se hacía en Egipto momificando a los faraones, lo enterraron "para que perdurase en el tiempo", señaló.